Está en la página 1de 76

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DEL SUR OCCIDENTE


CUNSUROC.
LICENCIATURA EN CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
ABOGACÍA Y NOTARIADO.

SEGUNDO CICLO
SECCIÓN “A”
CURSO: HISTORIA JURÍDICA Y SOCIAL DE GUATEMALA (207)
DOCENTE: LUIS ALFONSO LÓPEZ LÓPEZ

EXPOSICIÓN
ANÁLISIS DEL REGLAMENTO DE LOS JORNALEROS

INTEGRANTES:
1. JORGE ARMANDO YAX GALINDO CARNÉ: 200319765
2. JESSICA CAROLINA MALDONADO RECINOS CARNÉ: 202248402
3. MYNOR DANIEL ESTEBAN MARROQUÍN CARNÉ: 202240655
4. CRISTY FERNANDA PAREDES JEREZ CARNÉ: 202041974
5. ANDERSON NOÉ BARRIOS REYES CARNÉ: 202241367
6. ROSA ALEJANDRINA DEL CARMEN PASCUAL DÍAZ CARNÉ: 202248858
7. JASMIN ROSARIO RIVERA AJIATAZ CARNET: 202243387
COODINADORA

MAZATENANGO, SUCHITEPÉQUEZ 29 DE AGOSTO 2022


Introducción

Como parte del análisis del Reglamento de Jornaleros, se hace una breve reseña
de cada uno los presidentes involucrados dentro de este acuerdo que no fue en
beneficio de la población campesino de este país Guatemala, esto tiene como
objetivo conocer del porque se dio origen a tal situación, dentro de este contenido
se tendrá la clasificación de los jornaleros, los cuales eran divididos según sus
especies como los colonos que estaban obligados a trabajar en la finca por el
salario convenido siempre que hubiera trabajo en ella y estaban sometidos al
patrón, los jornaleros habilitados y no habilitados eran los que recibían dinero
anticipado y quedaban obligados a pagarlo con su trabajo personal en una finca,
los patronos idearon tácticas que les impedían ganar un mejor salario a los
campesinos y trabajadores rurales, parte de estos cambios se dieron desde la
Reforma Agraria, en aquella época los cultivos de café se convirtieron en la base
económica del país.

La mano de obra más barata era por parte de los campesinos, pero gran parte de
las tierras pertenecían a las comunicades indígenas. Por lo que se implementaron
dos programas de la Reforma Agraria: La volición de la propiedad comunal
indígena en donde se rebajo el precio de la compra de tierras a tal punto que los
inversionistas extranjeros pudieran invertir. El reglamento de jornaleros en donde
las comunidades indígenas eran obligados a trabajar en las fincas cuando los
dueños de estas lo necesitarán. Se dio otro acontecimiento como la ley contra la
vagancia en el cual privaron en su totalidad a los campesinos de su libertad de
tener una vida digna.
Análisis Del Reglamento de los Jornaleros

Reseña del General Justo Rufino Barrios: Justo Rufino Barrios nació en San
Marcos, Guatemala, el 19 de julio de 1835. Fue un militar, político y presidente de
la República, que se caracterizó por llevar a efecto varios cambios en la sociedad
guatemalteca, desde lo económico hasta lo social.

Justo Rufino Barrios tiene un lugar en la historia que no se merece, en su


honor tenemos el billete de 5 quetzales, municipios como la reforma en san
marcos, santa lucia la reforma en Totonicapán y puerto barrios en Izabal, también
la avenida reforma o la torre del reformador y calzadas o escuelas y cientos de
gustos en casi todos los municipios del país, Pero la verdad es que sabemos muy
poco de el y de su accionar, pues si supiéramos mas y si la historia fuera un poco
mas equilibrada seguramente nos cuestionaríamos por que tanta veneración y
como vimos recientemente en estados unidos, hasta habrían muchos interesados
en derribar sus monumentos, pero es que la historia la escribieron los vencedores
por esa razón es que muchos lo idolatran aunque en el fondo sus acciones
provocaron que hoy en Guatemala la mayoría de la población sea pobre, que el
racismo se haya instaurado y un modelo económico fracasado.

Fue el máximo exponente de la revolución Liberal que empezó el 30 de


junio de 1871 y que facilito la permanencia en el poder de gobierno del mismo
pensamiento hasta 1944 salvo algunas excepciones de muy corta duración.
El que haya estado en el poder 12 años, que se haya casado con una niña
de 16 cuando el tenia 39 años o que haya renunciado al reclamo sobre Chiapas y
Soconusco que tenia nuestro país, equivalente a la mitad del actual territorio
guatemalteco parecen aspectos menores realmente, sobre todo comparado con
los cambios estructurales en el modelo de desarrollo impulsado durante su gestión
gracias a las cuales fue conocido como el Reformador, promovió la transformación
del modelo económico de Guatemala, que hasta antes de los liberales se había
basado en la exportación de cochinillo y añil, que eran tintes para ropa aun no
centrados en la siembra y exportación de café, gracias a esas decisiones tomadas
hace casi 150 años se sentaron las bases del modelo actual de desarrollo que ve
a Guatemala como si fuera una Finca en donde se beneficia solo a un pequeño
grupo de personas que además son ladinas mientras se causa sufrimiento a la
mayoría de la población que es indígena

Y es que Justo Rufino Barrios fue algo así como un Robin Hood al revés
porque él no les quitaba a los ricos para darle a los pobres si no que le quitaba a
los pobres para darle a los ricos y gracias a los privilegios que el promovió las
familias ricas se hicieron mas ricas y establecieron las bases para incluso hoy a
través de sus terceras o cuartas generaciones seguir siendo poderosas e
influyentes en la vida económica y política del país.

Para impulsar el cultivo del café se necesitaban 2 cosas, tierra y mano de


obra y Justo Rufino Barrios se las ingenio para conseguir el paquete completo, a
través del DECRETO NO. 170 aprobado por el mismo despojo de sus tierras
comunales a cientos de poblaciones indígenas y a municipalidades que las habían
recibidos hacia siglos en propiedad de la corona española durante la colonia y las
regalo a sus correligionarios o subasto a precios realmente simbólicos e hizo lo
mismo con grande extensiones de tierra que la iglesia católica había acumulado
también durante la colonia y en el gobierno conservador de Rafael cabrera que lo
había antecedido en el tiempo, para asegurarle mano de obra gratuita a los
nuevos agroexportadores Barrios resucito una vieja practica de la época de la
conquista y de la colonia que había sido abolida en 1694 ósea casi 200 años de su
llegada al poder, hablamos de la encomienda por medio de la cual se le daba a un
español que había inmigrado a América un grupo de indígenas para que trabajara
para él, Barrios decreto el reglamento de “jornaleros” que coloco a la población
indígena a disposición de los intereses de los nuevos latifundistas cafetaleros.

Les otorgo el derecho de contar hasta con 200 trabajadores según


necesitaran, los cuales debían ser puestos por los “pueblos de indios” y en la
misma ley advertía que “debía” vigilarse que el indio que intentara evadir aquella
obligación fuera castigado con todo el rigor de la ley, en estas decisiones el
racismo de Justo Rufino Barrios afloraba como un pensamiento consistente con
los prejuicios y estigmatizaciones descritas durante el descubrimiento en la colonia
el dictador consideraba a los indígenas como menos inteligentes y haraganes,
según decía el mismo, la decisión de enviarlos a trabajar a las fincas era
beneficiosa para ellos pues buscaba “desarraigar” los hábitos de ocio y miseria
que vive esa clase así lo decía el, lógicamente el despojo de tierras y la obligación
de trabajar para los nuevos finqueros provoco el rechazo de los campesinos
indígenas que se sublevaron en distintos puntos del país, ante ellos Justo Rufino
actúo como habían actuado algunos españoles antes y como aprenderían mucho
de su correligionarios futuros con represión y violencia contra los pueblos
indígenas, los integrantes de varias municipalidades indígenas en el noroccidente
del país, fueron fusilados públicamente con el fin de atemorizar a las personas y
obligarlas a cumplir con el trabajo forzoso.

Guatemala era ya una dictadura y a quien se atreviera a contradecir a


Barrios le iba mal, tal fue el cazo del sacerdote español Miguel Pagés que era el
Cura de San Pedro Jocopilas en Quiche, quien en una oportunidad fue citado por
el mandatario que ya había sido informado de que el promovía supuestamente la
rebelión donde los indígenas, debido a que el cura no adopto una posición sumisa
si no de reclamo, el mismo Barrios se lanzo sobre el a latigazos, el cura reacciono
y le llamo cobarde y asesino ante lo que acudieron varios de los guardias del
dictador y lo atacaron a machetazos, ya moribundo Barrios bailo sobre su cuerpo y
considero atenuadas las protestas como nos lo cuenta el reconocido periodista
nicaragüense Pedro Joaquín Chamorro Zelaya en su libro denominado “El Patrón”
estudio histórico sobre la personalidad del general Justo Rufino Barrios.

Como se pudo ver con el acenso del Dictador al poder se producen una
profunda transformación en la estructura de la tenencia de la tierra, el medio de
producción por excelencia y gracias a la dotación de mano de obra gratuita
surgieron grandes latifundios dedicados a la siembra de café y azúcar, mucho de
los cuales subsiste hasta hoy en día, olvidando por supuesto los orígenes espurios
de sus riquezas y sobre todo el sufrimiento causado a la población indígena.

Un ejemplo son La Familia Herrera, que hoy en día es dueña del principal
ingenio azucarero de Guatemala, el que más exporta de enormes proyectos
inmobiliarios y también de varios centros comerciales de muchos frecuentan todo
el tiempo, el patriarca de la familia Manuel María Herrera, ya estaba involucrado
en el negocio de la Azúcar cuando fue nombrado ministro de fomento de Justo
Rufino Barrios gracias a ese puesto y a que Barrios distribuyo grandes cantidades
de tierra entre sus amigos y correligionarios, Herrera incremento sus tierras y sus
riquezas. Al respecto el historiador Julio Castellanos Cambrares nos cuenta que
en 1877 la familia Herrera se hizo propietaria de 90 caballerías a expensas de las
tierras comunales de Santa Lucia Cotzumalguapa y Siquinalá, cuyos habitantes y
sus descendientes fueron convertidos en trabajadores permanentes y temporales
de las empresas agrarias.

Rufino barrios también se apropió de grandes extensiones de tierra y


convirtió a tal punto en uno de los principales exportadores de café de Guatemala
tal era infraestructura su servicio que hasta el ferrocarril llegaba a su finca de 153
caballerías llamada "El porvenir" Ubicar a las faltas de volcán Tajumulco con el
departamento de san marcos barrios también tenía admiración por los alemanes a
quienes considera Superiores pues creía que un solo válida por 200 indígenas,
por ello también comentó la llegada a inversionistas de aquel país ofreciéndoles
tierras a precios muy bajos, Cómo consecuencia de esa decisión los alemanes
vinieron a Guatemala y recibieron cientos de caballería en alta Verapaz gracias a
lo cual llegaron hacer dueños de dos terceras partes del departamento mientras
que los indígenas por ley no le podía corresponder más que 5 cuerdas.

Solo para hacernos una idea de la desproporción un caballería tiene 258


cuerdas, es decir que en un caballería tenían que vivir hasta 51 familias indígenas
mientras los extranjeros eran dueños de cientos y cientos de caballerías O sea
miles y Miles de cuerdas y hay que recordar también que contaban con el trabajo
gratuito de los campesinos a quienes les habían quitado sus tierras Gracias a
esos cambios en el modelo económico las exportaciones de Guatemala por
supuesto que crecieron me una bonanza económica incluso para el gobierno que
también incrementó sus ingresos por esas importaciones

Eso le permitió construir más infraestructura en beneficio de los


terratenientes cafetaleros azucareros tal como sucedió con el ferrocarril cuya
construcción inició en su tiempo a fin de facilitar por supuesto el envío del café y
de azúcar a los puertos aquí otra vez la historia nos demuestra cómo es un
continuo que está enlazado por distintos hechos, Barrios construyó la ruta del tren
al sur, pero tenía como objetivo también construir la ruta al norte A fin de poder
interconectar el mar atlántico del Pacífico lo que le habría dado a Guatemala una
especie de canal interoceánico cuándo el canal de Panamá todavía no existía.

Debido a que murió antes de concluirlo su sobrino José María Reina Barrios
otro que también tiene varios monumentos, uno de ellos ahí en la avenida reforma
Le dio continuidad al proyecto, pero solo puedo llevarlo desde puerto barrios hasta
el rancho quedando pendientes de construir 90 km para poder llegar a la ciudad
cuando fue asesinado.

ya en 1904 su sucesor Manuel estrada cabrera Decidido otorgar el ferrocarril de


concesión a una empresa estadounidense que años más tarde terminaría
haciendo dueña de grandes extensiones de tierra y causante de otro doloroso
capitulo la historia de Guatemala hablamos de la UNITED FRUIT COMPANY'S.
Los otros países en América Central y Sudamérica también cayeron bajo el
poderoso manto de la UFCO, llamada "yunai" o "La Frutera" en América Latina,
pero ninguno estuvo tan subordinado como Guatemala. La UFCO en Guatemala
generaba el 25 por ciento del total de la producción de la compañía. En
Guatemala, la United Fruit obtuvo el control de, virtualmente, todos los medios de
transporte y comunicaciones. La UFCO cobraba un arancel (tarifa) sobre cada
artículo movido dentro y fuera del país a través de Puerto Barrios. Por muchos
años, los cultivadores de café de Guatemala pagaron tarifas muy altas,
ocasionando que el precio del café guatemalteco en el mercado mundial fuera
muy elevado.

De Justo Rufino Barrios hay mucho más que hablar, por ejemplo, debido a
que los conservadores habían fortalecido tanto a la iglesia católica que era dueña
de tierras y cobraba un diezmo a la gente los liberales a los que el representaba
expulsaron en 24 horas a todos los curas sobre todo a las jesuitas que era una de
las ordenes más influyentes pues tenía su cargo en la educación pública.

La historia es tan peculiar que el grito de guerra de los conservadores a los


que sustituyó Barrios era "viva la religión y muerte los extranjeros" Por eso los
liberales hicieron todo lo contrario perseguirá a la iglesia y abrir las puertas a los
extranjeros como sucedió con los alemanes, Barrios también despojó de todas sus
instalaciones a las iglesias y conventos gracias a lo cual se crearon varias
instituciones públicas que incluso hoy vemos por allá en la ciudad el convento de
Belén por ejemplo se convirtió en el colegio de niñas que hoy es el Instituto Belén.

El convento de la recolección se convirtió en la escuela politécnica el


convento de santa teresa en cárcel para mujer y el de san francisco se convertido
en cárcel para hombres y en cuartel de la policía qué es donde actualmente está
el ministerio de gobernación por eso lo ven a la par de la iglesia San Francisco

También hubo otros aspectos que podrían considerarse como "positivos"


como el establecimiento de la educación pública gratuita aspecto que es resaltado
de manera muy romántica en los billetes de a Q5, Aunque ahora 150 años
después no muy se ponen en práctica pues la mayoría de la población no tiene
acceso a la educación y menos y si es indígena.

También podrías señalarse como algo positivo el hecho de que soñaba con
la integración de todos los países de Centroamérica en un solo bloque y como si
algo hay que reconocerle es que no eran gobernante de escritorio fue ese sueño
el que le terminó costando la Vida en 1885 cuando buscando alinear al gobierno
de el Salvador murió en combate en la famosa batalla de chalchuapa.

Participó de varias revueltas; en 1871 participó junto a Miguel García


Granados para derrocar al gobierno del mariscal Vicente Cerna. Más adelante,
Barrios se convirtió en ministro de Guerra y organizó levantamientos en el
Altiplano guatemalteco, hasta tener completo dominio del territorio.

Un nuevo Estado: Justo Rufino Barrios fue elegido presidente el 4 de junio de


1873. Su gobierno vendría cargado de nuevas reformas y así organizar un nuevo
Estado. Por ejemplo, separó la Iglesia del Estado, suprimió los diezmos e instauró
el matrimonio civil y el registro civil.

En cuanto a la educación, instauró la enseñanza laica en todos los colegios


y la escuela primaria era gratuita y obligatoria. Además, eliminó todos los cursos
de teología en la universidad.

Durante su mandato, fundó el banco hipotecario, firmó el contrato para la


construcción del Ferrocarril Sur, así como mandó construir el Hospital de Oriente
en Chiquimula y el Cementerio General de Guatemala.

Una constitución: Fue en 1879 cuando se promulgó la Constitución liberal,


donde Barrios justificó su dictadura, pues era necesario para consolidar los
principios pragmáticos de su gobierno y fue reelegido presidente.
En el orden administrativo y legal, promulgó el Código Penal, el Militar y el
Código Fiscal. Asimismo, fueron creados los departamentos de Retalhuleu y Baja
Verapaz.

Última Batalla: Durante 1880, Justo Rufino Barrios trató de restablecer las
Provincias Unidas de Centroamérica, por lo que emprendió una campaña militar.
Sin embargo, al comenzar los preparativos para la guerra en Jalapa, hizo varios
cambios en su tropa, asumió el mando y la dirigió, pero fue víctima de un disparo
mortal por el Ejército salvadoreño. Justo Rufino Barrios falleció el 2 de abril de
1885.

En Resumen como puede verse la gestión de Justo Rufino Barrios no


debería de permitir muchos halagos, pero hay quienes los beneficiados a sus
acciones por supuesto que han buscado exaltar su nombre con monumentos y
recuerdos favorables para exaltarlo en la historia, algo así como justamente lo
hace el ejército de Guatemala hoy en día en su página oficial donde se refieren a
él con extrema pleitesía diciendo "como soldado y prócer como caudillo y
reformador y mártir el general Justo Rufino Barrios es merecedor en todos los
conceptos a permanecer en el glorioso altar donde la patria agradecía le ha
colocado"

La gestión de Justo Rufino Barrios y de ese grupo de liberales provocó que


en Guatemala se considere como menos importantes a los indígenas, los condenó
a vivir en la pobreza, los condeno a ser trabajadores, a ser los desnutridos, a ser
los mal alimentados, a ser los que no pueden progresar y a ser por supuesto los
trabajadores de los finqueros.

Importancia del cultivo del café y el trato a los jornaleros:

El 3 de abril de 1877, Justo Rufino Barrios promulgó el Reglamento de


Jornada Laboral. Este es un documento que permite a los propietarios y
caficultores (terratenientes) pagar a sus trabajadores un salario mínimo.
Los patronos desarrollaron tácticas para evitar que los granjeros y
trabajadores agrícolas obtuvieran mejores salarios. De hecho, algunos de estos
cambios han ocurrido desde la reforma agraria. En ese momento, el cultivo del
café era la base económica del país.
Probablemente alimento para las clases altas de Guatemala. Pero los
detalles eran buscar "mano de obra barata" y gran parte de la tierra pertenecía a
comunidades indígenas. Por lo tanto, se implementaron dos programas de reforma
agraria.
- Abolición de la Propiedad Comunal Indígena: Aquí se han reducido los
precios de compra de la tierra para permitir la inversión de
inversionistas extranjeros.
- Reglamento de Jornaleros: Las comunidades indígenas fueron
obligadas a trabajar en fincas cuando sus dueños lo necesitaban.

El Reglamento de Jornaleros:

o Decreto 177 de los gobiernos liberales de Guatemala fue emitido por el


gobierno liberal del general Justo Rufino Barrios para garantizar el suministro
de mozos colonos para las grandes fincas cafetaleras que se iniciaron con ese
gobierno, luego de la promulgación del Decreto de Redención de
Censos o Decreto 170 pocos meses antes, y que facilitó la expropiación de las
tierras comunales de los indígenas. Esta legislación liberal colocó a la población
indígena guatemalteca prácticamente a la disposición de los intereses de los
nuevos latifundistas cafetaleros, y los tradicionales conservadores - con la notable
excepción del clero regular de la Iglesia Católica, el cual fue expulsado del país. El
decreto establecía que los indígenas quedaban obligados a trabajar en las fincas
cuando los dueños de éstas los necesitaran y sin importar en donde se
encontraran, y también quedaban bajo la tutela de las autoridades locales, quienes
se encargaban de velar porque los contingentes de indígenas fueran enviados a
las fincas.
Como resultado de este reglamento, hubo un notable aumento de las
exportaciones, y se activó el intercambio con los países capitalistas; tanto los
antiguos conservadores aristócratas como los nuevos terratenientes cafetaleros se
vieron beneficiados con estas medidas; los liberales cafetaleros se vieron
obligados a atacar a la Iglesia Católica por los fuertes lazos que ésta tenía con los
miembros del Clan Aycinena que gobernó a Guatemala junto con el general Rafael
Carrera.

Patrones:

Entrega del café en una finca de alemanes. Con la Reforma Liberal se inició el
cultivo a gran escala del café, lo que representó la implementación del reglamento
de jornaleros que colocó a la población indígena en una posición de servidumbre
en las fincas cafetaleras.

Los patrones eran los propietarios o arrendatarios de una finca rural o bien,
aquellos que administraban dicha finca en lugar del propietario. Agente del patrón,
el individuo autorizado para concertar trabajadores y representarlo ante las
autoridades en los contratos o reclamaciones por el mismo motivo; El agente
obliga al patrón a estar y pasar por los conciertos o contratos que celebre con
jornaleros.

El patrón y sus agentes estaban obligados a mantener el orden sus fincas, a exigir
a los jornaleros que trataran de acomodarse en su finca, a llevar un registro o
matrícula de cuentas corrientes, en donde asentará semanalmente él debe y el
haber de cada jornalero, a proporcionar a los colonos habitaciones de teja o de
paja, y proporcionarle trabajo a ellos y sus familias para que todos ellos pudieran
ganarse un jornal. Si el patrón o sus representantes no cumplían con sus
obligaciones, eran penado con una multa de diez a cincuenta pesos, según los
casos, y ningún patrón tenía derecho de castigar al colono o jornalero por faltas
cometidas en la finca, sino que debía dar parte a la autoridad local más inmediata
para que conociera de la falta y la castigara. Cuando algún particular deseaba un
mandamiento de jornaleros, tenía que solicitarlo del jefe político del departamento,
cuya autoridad designaba el pueblo de indios que debía proporcionar a los mozos.
Cuando un patrón solicitaba un mandamiento de jornaleros tenía que pagar medio
real por cada jornalero si el mandamiento era por ocho o quince días, y si era por
más de quince días un real por cada uno.

Jornaleros colonos: Pago a jornaleros en Santa Rosa en 1890 de acuerdo al


Reglamento de Jornaleros instituido por Barrios.

Estudiantes aventajados del Instituto Agrícola de Indígenas en 1897. Ellos son:


Victoriano Abac, Evaristo Manuel T. y Pedro Bertrán, quienes pudieron estudiar la
escuela primera gracias a lo estipulado en el Reglamento de Jornaleros.

Los jornaleros colonos eran los que se comprometían a residir y trabajar en una
finca rural o que de hecho trabajaban y residían en ella; también se consideraban
como mozos colonos los que arrendaban fincas de campo y estaban obligados a
trabajar en la finca principal si en el contrato de arrendamiento no se hubiera
estipulado lo contrario. El tiempo por el cual podía concertarse un colono era
convencional y no podía exceder de cuatro años; sin embargo, el reglamento
estipulaba que un colono no se podía retirar de la finca sin estar solvente con su
patrón aunque hubiera pasado el término estipulado y esto era aprovechado por
los patronos para endeudar innecesariamente a los colonos y lograr que quedaron
en una situación de servidumbre. El reglamento también estipulaba que debían
permanecer en la finca todo el tiempo concertado y no retirarse de ella antes que
este terminara, aun cuando estuvieran solventes con su patrón.

Los mozos colonos: Como también se les llamaba estaban obligados a trabajar
en la finca por el salario convenido siempre que hubiera trabajo en ella y estaban
sometidos al patrón y a los agentes de este, en todo lo relativo al buen orden y
ejecución de los trabajos de la finca . Para llevar el control de su pago, estaban
obligados por el reglamento a conservar la libreta de su cuenta corriente, cuidando
de que el patrón asentara semanalmente el saldo más actualizado en la misma;
ahora bien, esta cláusula también se prestó a numerosos abusos, pues
prácticamente todos los mozos colonos eran analfabetos y dependían de la buena
fe de los agentes de los patrones en este aspecto.
Una de las mejores normas que se incluían en el reglamento era que los mozos
colonos estaban obligados a enviar a sus hijos a la escuela de primeras letras
establecida en la misma finca. En una reportaje que hizo La Ilustración
Guatemalteca en 1897, el niño indígena Evaristo Manuel T., quien era originaro de
la aldea Pichec en el municipio de Rabinal, Baja Verapaz contaba en una carta
redactada en perfecto castellano que desde temprana edad ayudó en las tareas
del hogar, principalmente pastoreando el ganado y haciendo encomiendas para
sus padres, actividad que realizó hasta los once años de edad, cuando las
autoridades de Pichec le exigieron a sus padres que lo llevaran a la escuela de la
aldea de acuerdo a la ley que había estipulado Barrios en 1877. En el mismo
reportaje apareció una carta escrita por el niño Pedro Bertrán, originario de la
aldea El Chol, en Baja Verapaz, quien cuenta que logró estudiar porque ya existía
la ley del general Justo Rufino Barrios que obligaba a los padres de familia a
enviar a sus hijos a las casas de instrucción y que a los ocho años de edad
empezó a estudiar en la escuela de El Chol. Afortundamente para ambos, el
gobierno del general José María Reyna Barrios les otorgó una beca para estudiar
el Instituto Agrícola de Indígenas en la Ciudad de Guatemala.

Los patrones calculaban la suma que podían anticipar a los colonos según los
trabajos que éstos iban a ejecutar y el tiempo del compromiso, 8 pero muchas
veces lograban que el mozo quedara endeudado por mucho más tiempo que el
originalmente estipulado.

Jornaleros habilitados y no habilitados: Los jornaleros habilitados eran los que


recibían dinero anticipado y quedaban obligados a pagarlo con su trabajo personal
en una finca; tenían las mismas obligaciones que el colono con la diferencia de
que cuando no estaban concertados por tiempo determinado, podían retirarse de
la finca, una vez pagado el anticipo. Por su parte, los jornaleros no habilitados
eran los que se comprometían a trabajar sin recibir anticipo alguno y tenían que
cumplir el tiempo porque se obligó a trabajar, el que generalmente era de una
semana como mínimo. A estos jornaleros se les tenía que pagar su jornal
semanalmente a menos que se hubiera estipulado otra cosa.
Autoridades a cargo de los jornaleros: Las autoridades competentes para
controlar a los jornaleros eran los jefes políticos, los gobernadores de los pueblos,
los alcaldes municipales o jueces de paz y los alcaldes auxiliares.

A esta autoridades se podía pedir mandamientos -es decir, envío de grupos de


jornaleros- y éstas estaban obligadas a proporcionarlos por ocho o quince días, si
los jornaleros eran del mismo departamento donde se halla la finca, y por un mes
si eran originarios de otro departamento; en el primer caso el patrón no estaba
obligado a pagar a los jornaleros ningún gasto de viaje, y en el segundo, tenía la
obligación de pagarles dos reales por cada diez leguas de ida y nada por el
regreso.4 Las autoridades tenían las obligaciones siguientes:

1. Intervenir en los contratos enganche de colonos, jornaleros habilitados o no


habilitados, siempre que eran requeridas por cualquiera de las partes.
2. Administrar pronta y cumplida justicia, en caso de contención o desacuerdo
entre el patrón y el colono o jornalero y hacer que cada uno por su parte
cumpliera con sus respectivas obligaciones.
3. Cumplir con prontitud las prevenciones de los jefes políticos sobre un
mandamiento de jornaleros.
4. Facilitar a los patrones o sus agentes el enganche de jornaleros.
5. Autorizar a los dueños de fincas para que tuvieran una habitación de
encierro para asegurar a cualquiera que cometa un delito o falta, mientras
se ponía a disposición de la autoridad; si los patrones no tenían dicha
habitación, tenían que conducir a los colonos inmediatamente al pueblo
más próximo.
6. Autorizar las boletas de solvencia cuando algún jornalero quisiera cambiar
domicilio, cuando el patrón se negaba a hacerlo.

El 23 de octubre de 1894, por medio del decreto N.º 471, el presidente


general José María Reina Barrios derogó el Reglamento de Jornaleros indicando
que el «trabajo obligatorio que en las fincas particulares se impone a los
indígenas, quienes constituyen la mayoría de los habitantes de la República, es
opuesto a aquella preciosa garantía, establecida por la Constitución que uno de
los propósitos que el Gobierno tiene en mira y que estima como un deber
ineludible es el de emancipar al indio o india del estado de postración en que se
encuentra, levantándolo al nivel de sus conciudadanos y haciéndolo partícipe de
las ventajas que proporciona la civilización, desde el 15 de marzo de 1894 quedan
abolidos los mandamientos de jornaleros, hasta hoy autorizados por ley; y en
consecuencia, queda derogado el decreto número 177 y todos los reglamentos,
circulares y demás disposiciones que le son complementarios.

Durante los años de bonanza que siguieron, el gobierno liberal de Reina Barrios
fomentó la creación y ampliación del Instituto Agrícola de Indígenas, pero tras el
colapso económico de Guatemala debido a la caída internacional del precio del
café y de la plata, el fracaso de la Exposición Centroamericana y las revoluciones
de 1897, el Reglamento de Jornaleros se restituyó.

Historia del Reglamento de Jornaleros de Guatemala: El 3 de abril de


1877, Justo Rufino Barrios decretó el Reglamento de los Jornaleros, un
documento que autorizó a los terratenientes y cafetaleros dueños de tierras a
pagarle el salario mínimo a sus trabajadores.

Los patrones idearon tácticas que les impedía ganar un mejor salario a los
campesinos y a los trabajadores rurales. De hecho, parte de este esos cambios se
dieron desde la Reforma Agriaría. En aquella época, los cultivos de café se
convirtieron en la base económica del país.

Principalmente, sería el sustento para las clases guatemaltecas más altas. Pero, el
detalle era buscar “mano de obra barata” y gran parte de las tierras pertenecían a
las comunidades indígenas. Por lo que se implementaron dos programas de la
Reforma Agraria:

 Abolición de la propiedad comunal indígena: en donde se rebajó el precio de la


compra de tierras a tal punto que los inversionistas extranjeros pudieran invertir.
 Reglamento de jornaleros: en donde las comunidades indígenas eran obligados a
trabajar en las fincas cuando los dueños de estas los necesitaran.

El trabajo de los jornaleros en los campos de café:

En su momento, existieron tres tipos de jornaleros: colonos, jornaleros habilitados


y jornaleros no habilitados. De entre ellos, se hallaban los jornaleros colonos que
se comprometían a vivir y trabajar en la finca rural. De todas las personas, destaca
la historia de Victoriano Abac, un jornalero originario de Momostenango.

Según cuentan los pobladores, la tradición oral lo conoce como uno de los
tres mejores estudiantes del Instituto Agrícola de Indígenas de la Ciudad de
Guatemala. Se dio a conocer su caso de éxito a través de una revista cultural
guatemalteca llamada La ilustración Guatemalteca.

El texto describe la biografía de Abac en Momostenango: tuvo una niñez difícil en


donde su padre no había logrado cursar con regularidad la escuela tras ser la
cabeza familiar. Sin embargo, a partir de haber obtenido una beca, Abac —como
hijo—, logró internarse en la capital para estudiar.

Como resultado de este reglamento, hubo un notable aumento de las


exportaciones, y se activó el intercambio con los países capitalistas; tanto los
antiguos conservadores aristócratas como los nuevos terratenientes cafetaleros se
vieron beneficiados con estas medidas; los liberales cafetaleros se vieron
obligados a atacar a la Iglesia Católica por los fuertes lazos que ésta tenía con los
miembros del Clan Aycinena que gobernó a Guatemala junto con el general Rafael
Carrera.

Patrones:

Los patrones eran los propietarios o arrendatarios de una finca rural o bien,
aquellos que administraban dicha finca en lugar del propietario. Agente del patrón,
el individuo autorizado para concertar trabajadores y representarlo ante las
autoridades en los contratos o reclamaciones por el mismo motivo; El agente
obliga al patrón a estar y pasar por los conciertos o contratos que celebre con
jornaleros.

El patrón y sus agentes estaban obligados a mantener el orden sus fincas, a exigir
a los jornaleros que trataran de acomodarse en su finca, a a llevar un registro o
matrícula de cuentas corrientes, en donde asentará semanalmente él debe y el
haber de cada jornalero, a proporcionar a los colonos habitaciones de teja o de
paja, y proporcionarle trabajo a ellos y sus familias para que todos ellos pudieran
ganarse un jornal.

Si el patrón o sus representantes no cumplían con sus obligaciones, eran penado


con una multa de diez a cincuenta pesos, según los casos, y ningún patrón tenía
derecho de castigar al colono o jornalero por faltas cometidas en la finca, sino que
debía dar parte a la autoridad local más inmediata para que conociera de la falta y
la castigara. Cuando algún particular deseaba un mandamiento de jornaleros,
tenía que solicitarlo del jefe político del departamento, cuya autoridad designaba el
pueblo de indios que debía proporcionar a los mozos Cuando un patrón solicitaba
un mandamiento de jornaleros tenía que pagar medio real por cada jornalero si el
mandamiento era por ocho o quince días, y si era por más de quince días un real
por cada uno.

Jornaleros:

Había tres especies de jornaleros: colonos, jornaleros habilitados para trabajar por
tarea, por día o por mes, y jornaleros no habilitados.

Jornaleros colonos:

Los jornaleros colonos eran los que se comprometían a residir y trabajar en una
finca rural o que de hecho trabajaban y residían en ella; también se consideraban
como mozos colonos los que arrendaban fincas de campo y estaban obligados a
trabajar en la finca principal si en el contrato de arrendamiento no se hubiera
estipulado lo contrario. El tiempo por el cual podía concertarse un colono era
convencional y no podía exceder de cuatro años; sin embargo, el reglamento
estipulaba que un colono no se podía retirar de la finca sin estar solvente con su
patrón, aunque hubiera pasado el término estipulado y esto era aprovechado por
los patronos para endeudar innecesariamente a los colonos y lograr que quedaron
en una situación de servidumbre. El reglamento también estipulaba que debían
permanecer en la finca todo el tiempo concertado y no retirarse de ella antes que
este terminara, aun cuando estuvieran solventes con su patrón.

Los mozos colonos -como también se les llamaba- estaban obligados a trabajar en
la finca por el salario convenido siempre que hubiera trabajo en ella y estaban
sometidos al patrón y a los agentes de este, en todo lo relativo al buen orden y
ejecución de los trabajos de la finca Para llevar el control de su pago, estaban
obligados por el reglamento a conservar la libreta de su cuenta corriente, cuidando
de que el patrón asentara semanalmente el saldo más actualizado en la misma;
ahora bien, esta cláusula también se prestó a numerosos abusos, pues
prácticamente todos los mozos colonos eran analfabetos y dependían de la buena
fe de los agentes de los patrones en este aspecto.

Una de las mejores normas que se incluían en el reglamento era que los mozos
colonos estaban obligados a enviar a sus hijos a la escuela de primeras letras
establecida en la misma finca.8 En una reportaje que hizo La Ilustración
Guatemalteca en 1897, el niño indígena Evaristo Manuel T., quien era originario
de la aldea Pichec en el municipio de Rabinal, Baja Verapaz contaba en una carta
redactada en perfecto castellano que desde temprana edad ayudó en las tareas
del hogar, principalmente pastoreando el ganado y haciendo encomiendas para
sus padres, actividad que realizó hasta los once años de edad, cuando las
autoridades de Pichec le exigieron a sus padres que lo llevaran a la escuela de la
aldea de acuerdo a la ley que había estipulado Barrios en 1877. En el mismo
reportaje apareció una carta escrita por el niño Pedro Bertrán, originario de la
aldea El Chol, en Baja Verapaz, quien cuenta que logró estudiar porque ya existía
la ley del general Justo Rufino Barrios que obligaba a los padres de familia a
enviar a sus hijos a las casas de instrucción y que a los ocho años de edad
empezó a estudiar en la escuela de El Chol. Afortunadamente para ambos, el
gobierno del general José María Reyna Barrios les otorgó una beca para estudiar
el Instituto Agrícola de Indígenas en la Ciudad de Guatemala.

Los patrones calculaban la suma que podían anticipar al colono según los trabajos
que éstos iban a ejecutar y el tiempo del compromiso, pero muchas veces
lograban que el mozo quedara endeudado por mucho más tiempo que el
originalmente estipulado.

Jornaleros habilitados y no habilitados

Los jornaleros habilitados eran los que recibían dinero anticipado y quedaban
obligados a pagarlo con su trabajo personal en una finca; tenían las mismas
obligaciones que el colono con la diferencia de que cuando no estaban
concertados por tiempo determinado, podían retirarse de la finca, una vez pagado
el anticipo. Por su parte, los jornaleros no habilitados eran los que se
comprometían a trabajar sin recibir anticipo alguno y tenían que cumplir el tiempo
porque se obligó á trabajar, el que generalmente era de una semana como
mínimo. A estos jornaleros se les tenía que pagar su jornal semanalmente a
menos que se hubiera estipulado otra cosa.

Autoridades a cargo de los jornaleros

Las autoridades competentes para controlar a los jornaleros eran los jefes
políticos, los gobernadores de los pueblos, los alcaldes municipales o jueces de
paz y los alcaldes auxiliares.

A esta autoridad se podía pedir mandamientos -es decir, envío de grupos de


jornaleros- y éstas estaban obligadas a proporcionarlos por ocho o quince días, si
los jornaleros eran del mismo departamento donde se halla la finca, y por un mes
si eran originarios de otro departamento; en el primer caso el patrón no estaba
obligado a pagar a los jornaleros ningún gasto de viaje, y en el segundo, tenía la
obligación de pagarles dos reales por cada diez leguas de ida y nada por el
regreso. Las autoridades tenían las obligaciones siguientes:

Intervenir en los contratos enganche de colonos, jornaleros habilitados o no


habilitados, siempre que eran requeridas por cualquiera de las partes.
Administrar pronta y cumplida justicia, en caso de contención o desacuerdo entre
el patrón y el colono o jornalero y hacer que cada uno por su parte cumpliera con
sus respectivas obligaciones.

Cumplir con prontitud las prevenciones de los jefes políticos sobre un


mandamiento de jornaleros.

Facilitar a los patrones o sus agentes el enganche de jornaleros.

Autorizar a los dueños de fincas para que tuvieran una habitación de encierro para
asegurar a cualquiera que cometa un delito o falta, mientras se ponía a disposición
de la autoridad; si los patrones no tenían dicha habitación, tenían que conducir a
los colonos inmediatamente al pueblo más próximo.

Autorizar las boletas de solvencia cuando algún jornalero quisiera cambiar


domicilio, cuando el patrón se negaba a hacerlo.

REGLAMENTO DE JORNALEROS

DECRETO NÚMERO 177

J. RUFINO BARRIOS,

General de División y Presidente de la República de Guatemala, en uso de las


amplias facultades de que se halla investido,

DECRETA:

El siguiente

REGLAMENTO DE JORNALEROS.

DE LOS PATRONES Y JORNALEROS.

SECCIÓN PRIMERA.

De los patrones.

Art. 1— Se entiende por patrón el dueño ó arrendatario de una finca rural y para
los efectos de este Reglamento el que á su nombre la administra ó gobierna.
Art. 2— Agente del patrón, el individuo autorizado para concertar trabajadores y
representarlo ante las autoridades en los contratos ó reclamaciones por el mismo
motivo.

Para ser reconocido como agente, basta presentar una carta poder extendida en
papel simple y firmada por el patrón ú otro individuo de su

Familia ó de sus dependientes.

Art. 3— El agente obliga al patrón á estar y pasar por los conciertos o contratos
que celebre con jornaleros, lo mismo que por las ustiones que haga conforme al*
artículo anterior.

Art. 4— El patrón y sus agentes ó dependientes están obligados:

1. A mantener el buen orden en su respectiva finca;

2. A exigir al jornalero que trate de acomodarse en su finca, que exprese su


nombre y apellido, lugar de su vecindario, última finca donde haya trabajado y la
exhibición del libreto ó boleta de solvencia con su anterior patrón:

3. A dar parte á la autoridad más inmediata si el jornalero que se presenta fuere


colono de otra finca y no llevare autorización para concertarse, ó si fuese
habilitado por otro patrón, con quien no esté solvente:

4. A llevar un registro ó matrícula de cuentas corrientes, en donde asentará


semanalmente el debe y el haber de cada jornalero, haciéndoselo saber cada
semana y anotándolo en el libreto del mismo jornalero:

5. A proporcionar á los colonos habitaciones de teja ó pajizas, y ocupación á ellos


y sus familias para que puedan ganar un jornal, y no habiendo trabajo en la finca
designarle una área de terreno, sin gravámen alguno, para labrarlo por su propia
cuenta;

6. A permitir á los colonos, buscar trabajo en otra finca, cuando no lo haya en la


que habitan, dándoles el permiso por escrito, indicando el tiempo por el cual
pueden concertarse;
7. A no hacer anticipo alguno al colono de otra finca, que trabaja con permiso
escrito de su patrón, bajo la pena de perder la cantidad anticipada, que ingresará
al fondo de caminos;

8. A dar al colono ó jornalero un libreto que este conservará en su poder, y asentar


en el semanariamente el debe y haber de su cuenta;

En la primera hoja del libreto se pondrá el contrato que se hubiese celebrado con
el colono ó jornalero, con todas sus circunstancias y condiciones;

9. A dar á los colonos ó jornaleros una alimentación sana y abundante, cuando en


virtud del contrato esté obligado á suministrarla;

10. A establecer gratis una escuela de primeras letras, dominical ó nocturna, en


las fincas donde hubiere más de diez familias para los niños que trabajan en ellas;
y diaria para los pequeños de ambos sexos, sino hubiese población inmediata, ó
ésta carezca de escuela;

11. A pasar al fin de cada año á la autoridad más próxima, una nómina de los
nuevos jornaleros habilitados y de los colonos admitidos en el año con razón de su
procedencia y de los cambios habidos en los que existían anteriormente.

Art. 5— La falta de cumplimiento de cualquiera de las obligaciones que establece


el artículo anterior, será penada con una multa de diez á cincuenta pesos, según
los casos. Las autoridades locales son las competentes para imponer esas multas.

Art. 6— En el caso del inciso 7° del artículo 4°, el colono d jornalero queda
obligado á enterar al respectivo fondo el anticipo que hubiere recibido. No
pudiendo hacer el entero, descontará su valor en trabajos públicos, salvo que el
primer patrón cubra la cantidad, para que el jornalero ó colono se lo abone en
trabajos propios.

Art. 7— El patrón que á sabiendas seduzca á un colono ó jornalero de otra finca,


incurrirá en una multa de veinte á cien pesos, sin perjuicio de devolver al mozo,
quedando responsable de lo que adeuda á su anterior patrón y á perder la
habilitación que le haya dado en favor del fondo de caminos, en cuyo caso se
procederá como se dispone en el artículo anterior.

Art. 8— Ningún patrón tiene derecho de castigar al colono ó jornalero por faltas
cometidas en la finca, y en cualquier caso que ocurra, deberá dar parte á la
autoridad local mas inmediata para que conozca de la falta y la castigue.

Art. 9— Es obligación estricta de los patrones tratar bien á los colonos y


jornaleros, lo mismo que darles boleta de solvencia cuando soliciten trasladarse á
otro punto.

Art. 10— Cuando el patrón se negare sin motivo á dar al colono ó jornalero boleta
de solvencia, éste podrá ocurrir á la autoridad local, para que en vista del
respectivo libreto se la mande dar, imponiendo al patrón una multa de diez pesos.

Art. 11— En caso de epidemia local que amenace la vida de los habitantes de una
finca, no podrá retenerse en ella á los colonos y jornaleros, debiendo, pasado el
peligro, volver á la finca á cumplir sus compromisos.

Art. 12— En el caso del anterior artículo, el patrón extenderá por escrito al colono
ó jornalero, la respectiva licencia, expresando en ella la cantidad que adeuda y el
tiempo que le falta para cumplir su con- cierto.

Art. 13— El patrón que no lleve el libro de cuentas corrientes de que habla el
inciso 4° del artículo 4°, además de pagar la multa que corresponda, quedará
sujeto, respecto á cuentas, á estar y pasar por lo que conste en el libro del colono
ó jornalero.

Art. 14— A cualquiera clase de jornaleros el patrón deberá darles habilitación


diaria ó cada ocho días si así lo exigieren para sus alimentos.

SECCIÓN SEGUNDA.

Jornaleros.

Art. 15— Hay tres especies de jornaleros: colonos, jornaleros habilitados para
trabajar por tarea, por día ó por mes, y jornaleros no habilitados.
I

De los Colonos.

Art. 16— Se entiende por colono el jornalero que se compromete á residir y


trabajar en una finca rural ó que de hecho trabaja y reside en ella.

Los arrendantes de las fincas de campo, están comprendidos en la clase de los


colonos y obligados á trabajar en la propia finca si en el con- trato de
arrendamiento no se hubiere estipulado lo contrario.

El mismo carácter y la misma obligación tienen los poseedores de terrenos en


precario, comprendidos en los de otra finca rural.

Art. 17— El tiempo por el cual puede concertarse un colono será convencional,
pero no podrá exceder de cuatro años. Sin embargo, no se retirará de la finca sin
estar solvente con su patrón aunque haya pasado el término.

Art. 18— Son obligaciones del colono:

1. Prestar su trabajo en la finad por el salario convenido siempre que hubiere


ocupación en ella:

2. Estar sometido al patrón y sus agentes, en todo lo relativo al buen orden y


ejecución de los trabajos de la finca:

3. Conservar el libreto de su cuenta corriente, cuidando de que el patrón asiente


semanariamente el estado de ella en dicho libreto:

4. No recibir de otro patrón anticipo alguno por cuenta de trabajo, que deba
verificarse antes de concluirse el término porque se concertó como colono ó
aunque se haya concluido, sino está solvente con el patrón:

5. Enviar á sus hijos á la escuela de primeras letras establecida en la misma finca:

6. Permanecer en la finca todo el tiempo concertado y no retirarse de ella antes


que termine, aun cuando estuviere solvente con su patrón.
Art. 19— El patrón calculará la suma que pueda anticipar al colono según los
trabajos que haya de ejecutar y el tiempo del compromiso.

Art. 20— Cuando no esté obligado el patrón á suministrar alimentos al colono y


éste no pueda procurárselos por consecuencia de suma escasez de granos, ó solo
pueda obtenerlos á un precio tal que no baste su salario para proveer á su
subsistencia, podrá retirarse ele la finca aun cuando no se haya terminado el
tiempo de su concierto, á no ser que el patrón se los proporcione á precios
cómodos.

Art. 21— Si el colono en virtud de lo dispuesto en el artículo anterior, hubiere ele


retirarse de la finca, deberá hacerlo con permiso escrito del patrón en el cual
conste la cantidad que adeuda y el tiempo dentro del cual debe volver á cumplir
sus compromisos.

Art. 22— El colono que extraviare su libreto, deberá estar y pasar por las
constancias que respecto á su cuenta existan en los libros del patrón.

II

De los jornaleros habilitados.

Art. 23— Jornalero habilitado es el que recibe dinero anticipado, obligándose á


pagarlo con su trabajo personal en una finca rústica.

Para la anticipación se tendrá presente lo dispuesto en el artículo 19.

Art. 24— El jornalero habilitado tiene las mismas obligaciones que el colono y
cuando no esté concertado por tiempo determinado, puede retirarse de la finca,
una vez pagado el anticipo.

Art. 25— Son comunes á los jornaleros habilitados las disposiciones de los
artículos 18 a 22.

III

De los jornaleros no habilitados.


Art. 26— Son jornaleros no habilitados los que se comprometen á trabajar en una
finca rustica sin recibir anticipación alguna y se han de observar respecto de ellos
las disposiciones contenidas en el inciso 3° del artículo 4.°

Art. 27— El jornalero que no haya recibido habilitación, deberá cumplir el tiempo
porque se obligó á trabajar; sino se hubiere fijado ese tiempo se entenderá de una
semana.

Art. 28— A esta clase de jornaleros deberá pagárseles el jornal semanariamente,


sino se hubiere estipulado otra cosa, sin perjuicio de la habilitación diaria de que
habla el artículo 14.

Art. 29— Los jornaleros no habilitados están sujetos á las obligaciones prescritas
en los incisos 1° y 2° del artículo 18.

Disposiciones generales.

Art. 30— Son autoridades competentes para los efectos de este reglamento, las
siguientes: Jefes políticos, Gobernadores de los pueblos, Alcaldes Municipales ó
Jueces de Paz y Preventivos y Alcaldes auxiliares.

Art. 31— Cuando algún particular desee para sus trabajos un mandamiento de
jornaleros, deberá solicitarlo del Jefe político del departamento, cuya autoridad
designará el pueblo que deba proporcionarla.

En ningún caso excederá de sesenta el número ele jornaleros de cada


mandamiento.

Art. 32— Cuando sean comprendidos en un mandamiento jornaleros habilitados


por otro patrón, este tiene el derecho de reclamarlos y la autoridad está en la
obligación de entregarlos.

El patrón que de propia autoridad sustrajere de un mandamiento ó tomare por la


fuerza á un jornalero habilitado por él, perderá el derecho que le concede este
artículo y la cantidad que le adeude el jornalero, á favor del fondo de caminos,
procediendo de la manera determinada en los artículos 6° y 7°
Art. 33— El jornalero habilitado que se ha separado de un mandamiento para
entregarlo á su patrón, deberá devolver á la autoridad la habilitación que hubiere
recibido sea para habilitar con ella otro jornalero en su lugar ó ya para devolverla
al dueño del mandamiento.

Art. 34— Podrán pedirse mandamientos y la autoridad darlos por ocho ó quince
días, si los jornaleros fueren del mismo departamento don- de se halla la finca, y
por un mes si fueren de otro departamento.

En el primer caso el patrón no abonará á los jornaleros gasto de viaje y en el


segundo les pagará a razón de dos reales por cada diez leguas de ida y nada por
el regreso.

Art. 35— Todo el que solicite mandamiento de jornaleros deberá pagar el derecho
siguiente:

Si el mandamiento fuere por ocho ó quince días, se pagará medio real por cada
jornalero:

Si fuere por más de quince días un real por cada uno. Estas sumas formarán parte
de los fondos de propios de cada Municipalidad.

Art. 36— A los jornaleros de un mandamiento deberá dárseles habilitación antes


de salir del lugar de su domicilio, pero la autoridad cuidará bajo su
responsabilidad, que dicha habilitación no exceda de la mitad de lo que deba
ganar cada uno en el tiempo convenido.

Art. 37— En toda Secretaria Municipal se llevará un libro para anotar los
mandamientos que se den en lista nominal, expresando el tiempo por que sale, la
finca á donde van á trabajar los jornaleros y la cantidad pagada por derechos,
conforme al artículo 35. Dicho libro servirá para la revisión y aprobación de las
cuentas de cada municipio, y el Secretario

Municipal que no cumpla con esta, prevención, será destituido de su des- tino,
pagando además una multa no menor de veinte pesos.
Art. 38— Las autoridades á que se refiere el artículo 30, tienen las obligaciones
siguientes:

1. Intervenir en los contratos enganche ya sea como colonos, jornaleros


habilitados ó no habilitados, siempre que sean requeridas por cualquiera de las
partes, cuidando de que el Secretario cumpla con lo dispuesto en el artículo 37.

2. Administrar pronta y cumplida justicia, en caso de contención ó desacuerdo


entre el patrón y el colono ó jornalero y hacer que cada uno por su parte cumpla
con sus respectivas obligaciones;

3. Cumplir con prontitud las prevenciones de los Jefes políticos sobre


mandamiento de jornaleros, sujetándose á las prescripciones de este Reglamento;

4. Facilitar á los patrones ó sus agentes el enganche de jornaleros;

5. Autorizar á los dueños de fincas que ofrezcan las garantías convenientes para
que tengan una pieza de encierro para asegurar á cualquiera que cometa un delito
ó falta, mientras se pone á disposición de la autoridad. A falta de un local á pro-
pósito, deberán ser conducidos inmediatamente al pueblo más próximo;

6. Perseguir á los deudores fraudulentos por habilitaciones recibidas de diversos


patrones, remitiéndolos con seguridad á la finca cuyo patrón se haya presentado á
la autoridad. En caso de adeudar el jornalero anticipos á varias fincas se les
remitirá á los patrones por el orden en que hayan presentado su reclamo: excepto
que uno quiera pagar por todos y los demás convengan en el pago.

7. Autorizar las boletas de solvencia cuando así lo solicite algún jornalero para
cambiar de domicilio y extendérsela, cuando el patrón se niegue á hacerlo, si del
libreto resulta su solvencia;

8. Cuidar de que se hagan efectivas las multas que se impongan por infracción de
este Reglamento;

9. Cumplir por su parte y hacer cumplir el presente Reglamento.


Art. 39— Todos los gastos que se originen para obligar al jornalero al
cumplimiento de sus compromisos, serán pagados por el patrón, á cargo del
jornalero, anotándolo así en su libreto y en su cuenta.

Art. 40— Las funciones de los alcaldes auxiliares están determinadas por la ley y
las ejercerán siempre con sujeción á ella como agentes ó comisionados de las
autoridades superiores como Jefes políticos, Jueces de Paz, Alcaldes Municipales,
etc., etc.

Art. 41— Cuando hubiere desacuerdo entre el patrón y el trabajador respecto á


tareas, alimentación, jornales ú horas de trabajo, la autoridad que conozca del
reclamo, se arreglará á los términos del contrato consignado en el libreto; y á falta
de esa constancia, a la costumbre establecida en el lugar donde estuviere situada
la finca,

Art, 42— Es obligación de los jornaleros que salen á trabajar fuera del lugar de su
domicilio y que sean militares, dar aviso al Comandante local, para que no se les
considere como faltistas. Los Comandantes no podrán oponerse á su enganche
siempre que no estén en servicio activo.

Art. 43— Los patrones cuidarán que todos los colonos y jornaleros que residen en
la finca, estén alistados para el servicio militar de la Comandancia local mas
próxima si estuvieren comprendidos en la ley, debiendo hacer que vayan á prestar
su servicio cuando se les designe y cuidando de que cada domingo pasen lista en
la propia finca, y dar aviso al Comandante que corresponde con anotación de las
faltas que ocurran.

Art. 44— Cuando el Comandante local se oponga al enganche voluntario de


jornaleros con pretexto de ser militares, el interesado lo pondrá en noticia del
Comandante de armas, para que con conocimiento del hecho imponga al
Comandante una multa no menor de diez pesos ni mayor de veinticinco.

Art, 45— El patrón que por la importancia de la finca ó número de trabajadores,


necesite la permanencia en ella de un alcalde auxiliar, pe- dirá á la Municipalidad
que corresponde, el nombramiento de dicho alcalde que se elegirá de entre los
que el patrón proponga como los mas honrados y capaces.

Art. 46— Las demandas y reclamos entre patrones y jornaleros se ventilarán


siempre ante los alcaldes Municipales ó Jueces de paz, sino excediere de la suma
determinada por la ley como límite de la competencia de esas autoridades y aun
cuando los contendientes sean militares, sino estuvieren en servicio activo:
cuando pasen de esa suma corresponde conocer a los Jefes políticos y de sus
determinaciones no habrá otro recurso que el ele responsabilidad.

Art 47— Los Gobernadores, Alcaldes Municipales, Jueces preventivos ó de paz y


Alcaldes auxiliares, que infringieren cualquiera de las obligaciones que este
Reglamento determina, incurrirán en una multa desde cinco á veinticinco pesos,
según los casos. Estas multas serán impuestas por los Jefes políticos ó Jueces de
Paz en su caso.

Art. 48— Todas las multas que se impongan á las autoridades, patrones ó
jornaleros por razón de este Reglamento, ingresarán al fondo de caminos. Al
efecto, las autoridades locales de la República remitirán mensualmente á la
Jefatura Política dichas multas con cuenta y razón.

Art, 49— En cada Jefatura política se llevará un libro exclusivo para esta cuenta
con sus comprobantes, en donde se asentarán los ingresos de cada pueblo por
razón de inultas. Cada tres meses se formará un esta- do de ella que se remitirá al
Ministerio de Fomento, trasladándose también á la Administración de Rentas la
existencia que resulte y haciendo constar el traslado al pié del mismo estado.

Art, 50— En todo el mes de mayo próximo, están obligados los patrones á
presentar á la autoridad local más inmediata, la lista de los colonos de su finca y
mozos habilitados por cuenta de trabajo, estén o no trabajando: y desde el mes de
diciembre próximo entrante se hará según lo previene el inciso 11 del artículo 4°
de este Reglamento.
Las habilitaciones que hasta la publicación de este Reglamento, hubiesen recibido
los jornaleros, por cuenta de trabajo, de diversos patrones, serán pagadas con
trabajo por el orden de antigüedad.

Art. 51— El Ministro de Fomento queda encargado del cumplimiento del presente
Reglamento y de resolver las consultas que se hagan pollas autoridades sobre su
inteligencia, oscuridad é interpretación.

Dado en el Palacio Nacional en Guatemala, a tres de abril de mil ochocientos


setenta y siete.

Jornaleros Modernos

Los asalariados o trabajadores del campo -terminología más apropiada que la de


jornaleros, ya que en algunas encuestas y censos del periodo analizado el
jornalero es el que trabaja a jornal con independencia de que lo haga en la
actividad agrícola o en otras- constituyen el grupo socio-económico con mayor
número de efectivos en la Andalucía de la Edad Moderna. Pero a pesar de esta
significación cuantitativa, presentan un panorama bibliográfico paupérrimo, con
muy escasos estudios que tengan como objeto su investigación, conocimiento y,
en definitiva, el análisis de su comportamiento, formas y modos de vida. En esta
carencia de estudios ha incidido, junto al nulo protagonismo otorgado y/o
reconocido al colectivo, la escasez de fuentes documentales generadas o que
recojan información sobre los jornaleros. Pero la documentación existe y refleja
claramente tanto la denuncia de una situación injusta en lo laboral y lo social como
las pretensiones de mejora de estos asalariados, aunque de forma indirecta y, en
ocasiones, con una fuerte carga peyorativa por parte de unos autores que
conforman la parte contraria.
El número de trabajadores del campo a lo largo de la Edad Moderna, respetando
las coyunturas generales de evolución del conjunto de la población y teniendo en
cuenta múltiples diferencias territoriales, es palpable un incremento del grupo, algo
que se puede relacionar con la desigual distribución de la propiedad, las
restricciones al acceso a la explotación de las tierras y la implantación de una vía
capitalista de producción que está íntimamente ligada a la necesidad de una
abundante mano de obra que constituye la fuerza motriz precisa que impulsa la
actividad agrícola. Todo incremento de la producción de los cultivos, ante la falta
de una renovación tecnológica, requiere la utilización de un mayor número de
asalariados. A lo que hay que añadir la necesidad de realizar las tareas en sus
tiempos oportunos y sin demorar su finalización. Como se comentaba por las
autoridades, los asalariados del campo eran, sin variar su número, “muy pocos en
las faenas y muchos en las paradas”.

Igualmente, es factible constatar las condiciones de penuria y precariedad en las


que vive el colectivo de los asalariados del campo. Así los trabajadores agrícolas
empiezan a aflorar de forma más habitual en la documentación oficial, pero no por
su actividad laboral, sino por su negativa situación socioeconómica derivada de la
falta de trabajo y de recursos. El vocablo pobre aparece continuamente calificando
al jornalero, que pasa a ser el pobre jornalero. No suelen tener bienes, cuando
mucho alguna habitación donde malvivir y/o una mínima parcela insuficiente para
su manutención. Los salarios, en comparación con el sector artesanal, son más
bajos, no siendo raro que acudan a trabajar solamente por la comida. Hay quienes
plantean que son salarios escasos pero que suelen complementarse con los que
aportan otros miembros de la unidad familiar.

La historia colonial y republicana de Guatemala está permeada en el problema


tierra. Ayer, como hoy, el control de este bien natural no sólo es el fundamento de
la estratificación económica en el país, sino también es el factor determinante de
las relaciones de poder, y confiere identidad de clase “superior” a sus
acaparadores. La histórica acumulación inmoral de la tierra en pocas manos, no
sólo ha generado y genera el latifundismo, las desigualdades socioeconómicas, la
inseguridad alimentaria, etc., sino, sobre todo, produjo y produce la aniquilación
psicológica y existencial de las grandes mayorías de los despojados que quedaron
y subsisten sin tierra en Guatemala, mendigando ser sobreexplotados como
jornaleros en las fincas. Es decir, el problema tierra, en Guatemala, genera y se
constituye en un problema antropológico que hace que campesinos e indígenas
despojados de sus tierras se asuman como indignos subhumanos, mientras los
patrones finqueros (empresarios) se arrogan la cualidad de superhombres. Por
eso, los patrones asumen a los jornaleros (ex propietarios legítimos de las tierras)
como un complemento más de la tierra que pierde sentido si no se los explota. Y,
cuando éstos toman conciencia y se organizan para defender sus derechos, los
criminalizan, persiguen, encarcelan y asesinan selectivamente a los dirigentes
sociales y sindicales. Mientras se realizaba la presente investigación, varios
dirigentes sociales y sindicales fueron y son perseguidos y encarcelados en el
país. En los dos últimos meses, asesinaron selectivamente a cinco dirigentes
sociales y sindicales. Los propios encuestadores campesinos que recogían datos
para este trabajo de investigación fueron amenazados y perseguidos por personas
no identificadas. Es en este contexto que el presente trabajo busca visibilizar las
condiciones infrahumanas en las que son sobreexplotados las y los jornaleros en
las fincas agrícolas de Guatemala, siempre bajo el mismo argumento: generar
divisas (que nuca llegan) para el país mediante la agroexportación. Para esta
investigación, se recogió información de campo en 609 fincas agrícolas (en 14 de
los 22 departamentos del país), mediante encuestas, testimonios de vida y grupos
de estudio. Los informantes fueron jornaleros/as, dirigentes de organizaciones
sindicales, autoridades del Ministerio de Trabajo y Previsión Social y
representantes de organizaciones indígenas y campesinas. Los resultadosde
estainvestigaciónse confrontanyanalizandesde losderechos laborales reconocidos
y regulados en la legislación interna, y en los convenios internacionales ratificados
por Guatemala, sobre todo los relativos al área agrícola. Entre los hallazgos
estadísticos más contundentes que configuran la condición laboral de
jornaleros/as en las fincas son: Sobre identidad y género en las fincas, el 69% de
las y los jornaleros en las fincas se autodefine como indígena maya, y sólo el 6%
como mestizo. El 25% de jornaleros son mujeres, y 11% de jornaleros son
niños/as.

En cuanto a los derechos fundamentales, sólo el 14% de jornaleros indica que


trabajan hasta 8 horas diarias. El 70%, labura entre 9 a 12 horas diarias en las
fincas, pero sin merecer pago por horas extras. La unidad de medida de trabajo
predominante es la tarea (cantidad de producción) para la jornada. El 57% de
jornaleros/as indica que requiere de la ayuda de sus familiares para terminar la
tarea diaria, pero siempre por el mismo salario. Sobre el salario, el 90% de
jornaleros gana un salario mensual por debajo del salario mínimo establecido. En
el caso de las mujeres, el 97% gana por debajo del salario mínimo. En cuanto a
las vacaciones anuales, sólo el 3% indica que goza de dicho derecho. El 90%
responde que no tiene vacaciones. El 42% de jornaleros/as responde que no le
pagan el séptimo. El 90% señala no estar afiliado al Instituto Guatemalteco de
Seguridad Social. En loconcernientealasaludy seguridadocupacional enlasfincas,
el94%de trabajadores indica que trabaja en situación de peligro latente, y sin
protección adecuada. El 95% señala que no cuenta con lugares adecuados, ni
higiénicos, para ingerir sus alimentos durante el trabajo. Con relación a la
estabilidad laboral y la sindicalización, los contratos de trabajo en las fincas
agrícolas son verbales, y únicamente el 4% del total de jornaleros indica ser
trabajador permanente. Sólo el 1% de jornaleros responde que existe organización
sindical en las fincas, y el 84% indica que la sanción inmediata para quienes
intentan organizarse en sindicatos es el despido del trabajo. En cuanto a la
presencia del Estado en las fincas, por medio de la Inspección General del
Trabajo, sólo el 1% de jornaleros/as responde que sí conoce de la visita de los
inspectores laborales a las fincas. El 82% de jornaleros encuestados señala que
los inspectores laborales reciben soborno de los patrones en las fincas. Estos
datos estadísticos, que como números no logran expresar por completo la
permanente tragedia cotidiana de las y los jornaleros, son complementados con
los testimonios narrados por trabajadores/as habitados por el miedo a ser
despedidos, y desesperados por mantener el trabajo casi servidumbral como el
único hilo de vida que posterga en ellos la muerte súbita anunciada. Así es como
se desgastan jornaleros y jornaleras jóvenes en las fincas agrícolas “modernas”
(sin ilustración) hasta convertirse en intoxicados músculos indeseados en las
fincas cuando llegan a los 40 años de edad. Sobreviven sin Estado y sin derechos,
a pesar que existen leyes nacionales y convenios internacionales vigentes. Esta
es la realidad que intenta mostrar la presente investigación.

Situación de los trabajadores agrícolas en Guatemala

Qué es CODECA:

Es un movimiento indígena y campesino, fundado en 1992, CODECA surge como


una lucha ante las situaciones de injusticia que se vive en Guatemala,
principalmente ante la problemática agraria (las familias campesinas no tienen
tierra donde vivir y cultivar sus productos) y las violaciones a los derechos
laborales. Desde ese entonces hasta ahora quienes dirigen CODECA son
hombres y mujeres indígenas y campesinas que cada día han tratado de ir
aprendiendo y aportando en la lucha. La gran fortaleza de CODECA, que la
caracteriza y la hace ser reconocida como organización con capacidad de
incidencia, es su naturaleza de organización de base.

Estructura y organización de CODECA

Actualmente CODECA se encuentra en 733 comunidades, 109 municipios en 18


de 22 departamentos de Guatemala y la base social asciende a más de 62,000
familias miembros.

El Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) realizó recientemente un estudio


nacional a gran escala sobre las condiciones de trabajo y la explotación de los
trabajadores agrícolas en Guatemala. Este estudio es interesante en más de un
sentido, y da una idea de la situación
extremadamente precaria, próxima a la esclavitud, que enfrentan los trabajadores
agrícolas en Guatemala.
La propiedad y distribución de la tierra siempre ha sido un punto de conflicto en
Guatemala, así como el origen de muchos de los conflictos violentos, de las
relaciones de poder y de la estratificación económica y de clase de este país.

La historia de la acumulación de tierras por parte de un número muy reducido de


propietarios ha llevado no sólo al latifundio, a las desigualdades socio-
económicas, a la inseguridad alimentaria, etc., sino que por sobre todo ha
contribuido y sigue contribuyendo a la aniquilación psicológica y a la “existencia”
misma de la mayoría de los desposeídos de la tierra, los que sobreviven en
condiciones de mendicidad en torno a las fincas transformados en jornaleros
sobre-explotados.

Quién trabaja en las fincas agrícolas y para quién ¿A qué pueblo pertenece?

Las principales plantaciones de monocultivos son cultivadas fundamentalmente


por mano de obra indígena. Según este gráfico, el 69% de las y los encuestados
se definen como indígenas mayas. Si a ello sumamos el 18% de xincas y el 4% de
garífunas, estamos ante un mercado laboral conformado en un 91% por
trabajadores/as indígenas, xincas y garífunas.3 Según la Encuesta de Condiciones
de Vida (ENCOVI) de 2006, la población indígena en Guatemala representa el
40% de la Población Económicamente Activa (PEA), y 38 % del total de la
población nacional. Estos datos confirman, no sólo el rostro indígena del
proletariado agrícola en Guatemala, sino que el trabajo sumergido en el agro
guatemalteco, por sus condiciones socioeconómicas, está reservado
mayoritariamente para la población indígena. Este factor de identidad cultural del
proletariado agrícola debe ser tomado en cuenta al momento de emprender
políticas o proyectos que busquen mejorar las condiciones laborales agrícolas en
Guatemala.

El Art. 139° del mismo Código dispone que los patronos en las fincas agrícolas y
ganaderas tienen responsabilidad contractual para con las y los menores
trabajadores en sus fincas, por más que éstos trabajen en calidad de “ayudantes”
de sus padres. Pero, en los hechos, los finqueros permiten trabajar a los menores
sin pago, ni reconocimiento de derecho alguno.

¿Hasta qué edad aceptan para trabajar?

La Constitución Política de Guatemala, en su Art. 4°, establece que todas las


personas son iguales en dignidad, oportunidades y derechos. El Convenio n. 111
de la OIT, sobre Discriminación en el Empleo y Ocupación, 1958, obliga a los
estados firmantes a eliminar todo tipo de discriminación laboral, y garantizar
igualdad de oportunidades para todos/as. Sin embargo, la discriminación en el
mercado laboral de las fincas de Guatemala no sólo se origina por el sexo, el
grado de escolaridad, o el origen cultural, sino también se produce por la edad.

El problema de la tierra en Guatemala debe pensarse como un problema


antropológico. Los campesinos y los pueblos indígenas desposeídos de sus tierras
se transforman en “subhumanos”, mientras que los jefes y empresarios amos de
las fincas se arrogan cualidades de “superhombres.” Para los empleadores, los
jornaleros (anteriormente legítimos dueños de estas tierras) son sólo instrumentos
de explotación de la tierra. Y cuando llegan a ser conscientes de sus derechos y
organizarse para defenderse los propietarios los denuncian como criminales, los
persiguen, los encarcelan. Y si son líderes sociales y sindicales, incluso los hacen
desaparecer.

Para darse cuenta de la magnitud de este fenómeno de explotación, los


principales resultados de la encuesta se presentan a continuación, los que se
analizan a la luz de la legislación nacional y los convenios internacionales, en
particular los de la OIT, ratificado por Guatemala.

Hay que señalar en primer lugar que mientras se efectuaba la reciente encuesta
realizada por CODECA acerca de las condiciones laborales de los trabajadores
(hombres, mujeres y niños) en el sector agrícola en Guatemala, algunos líderes
sociales y sindicales fueron perseguidos y encarcelados. Además, cinco directivos
y sindicalistas fueron asesinados en estos últimos meses (marzo-julio de 2013) 3.
Los defensores de derechos humanos que han reunido las pruebas para
esclarecer los asesinatos fueron amenazados y perseguidos por personas no
identificadas.
En primer lugar, el 69% de los trabajadores agrícolas se definen como maya y sólo
el 6% como mestizos. Un 25% son mujeres y el 11% son niños.

En cuanto a la seguridad laboral y sindical, todos los contratos de trabajo en las


fincas son orales y sólo el 4% de todos los jornaleros son trabajadores con
contratos permanentes. Para el 1% de los trabajadores hay una organización
sindical en las fincas y para el 84% cualquiera que trate de organizar un sindicato
es castigado inmediatamente por la pérdida de su trabajo.

Sólo el 14% de los trabajadores señala que trabaja 8 horas por día. Pero el 70%
trabajan entre 9 a 12 horas diariamente en las fincas sin recibir pago por las horas
extras.

La unidad de medida es la cantidad de trabajo producido por día y el 57 % de los


jornaleros indican que necesitan ayuda de sus familias (mujeres y niños) para
completar la tarea diaria impuesta por la producción, pero siempre con el mismo
salario.

90% de los trabajadores gana menos que el salario mínimo mensual. 97% de las
mujeres que trabajan ganan menos del salario mínimo.

En cuanto a las vacaciones anuales, sólo el 3% tienen este derecho y el 90% no lo


tiene en absoluto. Al 42% de los jornaleros no se les paga por el día de reposo
(domingo) y el 90% no están cubiertos por la seguridad social.

En cuanto a la salud y seguridad en fincas, el 94% de los trabajadores informan


que están trabajando en una situación de peligro potencial, sin la protección
adecuada. 95% dicen que no hay un local con higiene apropiada para comer
durante la jornada de trabajo.

El control estatal de las condiciones de trabajo en las fincas es casi inexistente.


Sólo el 1% de los jornaleros dicen haber estado al tanto de la visita de los
inspectores del trabajo en las fincas y el 82% de los jornaleros señalan que los
inspectores están corrompidos por los propietarios de las fincas.
En cuanto a la situación de los jóvenes jornaleros, su “esperanza de vida” en las
granjas “moderno” es de unos 40 años. Los daños a la salud los hacen
“improductivos”, de acuerdo a los criterios de las fincas. Entonces sobreviven sin
ayuda estatal y sin ningún derecho, a pesar de las leyes nacionales y de las
convenciones internacionales.

Estos pocos datos y cifras no pueden expresar plenamente la magnitud de la


tragedia diaria del jornalero, atormentado por el miedo a ser despedido, mientras
es sometido a este trabajo una condición similar a la esclavitud y que es, sin
embargo, su única posibilidad de supervivencia.

En resumen, la encuesta del CODECA nos indica:


1) Las personas que trabajan en las granjas son en su mayoría indígenas que son
víctimas de la discriminación, la exclusión social y de violaciones sistemáticas de
sus derechos humanos.
2) Por su bajo nivel de educación y formación, los trabajadores agrícolas
guatemaltecos no son conscientes de sus derechos como trabajadores. Estos
derechos son, sin embargo, reconocidos en las leyes nacionales y los convenios
internacionales. Esta falta de conocimiento los coloca en una situación de
vulnerabilidad y desventaja frente a los intermediarios y empleadores sin
escrúpulos cuando aceptan firmar con ellos contratos de trabajo e incluso ante los
tribunales.
3) Las condiciones de trabajo en las fincas no son propicias para la educación y
formación de los hijos de los trabajadores. Los padres que trabajan, abrumados
por la magnitud de las tareas impuestas deben llevar a sus hijos a su lugar de
trabajo para que puedan ayudarles.
4) Las disposiciones de la legislación nacional y el derecho internacional, en
particular del trabajo son violadas sistemáticamente en las fincas, a menudo con la
complicidad del Estado. De hecho, el pago de los salarios mínimos, la libertad
sindical, la seguridad, las vacaciones, la seguridad social, el descanso semanal, la
salud y la seguridad, etc. no se respetan en la mayoría de fincas.
5) El mercado de trabajo agrícola en Guatemala es “racializado” porque el trabajo
duro se hace casi exclusivamente con la población indígena que no tiene un buen
nivel educacional.
Este análisis es corroborado por los organismos de la ONU que se preocupan de
los derechos humanos. En efecto, el Relator Especial sobre el derecho a la
alimentación, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos y el Comité de
Derechos Humanos constatan que el 80% de la tierra cultivable es propiedad de
un 2% de la población, mientras que la mayoría de la población, es decir los
pueblos indígenas de este país, tienen acceso a un 2,5% y son víctimas de la
discriminación y la exclusión. Teniendo en cuenta esta desigualdad flagrante, no
es de extrañar que el 74,8% de los indígenas viven en la pobreza y el 58,6% de
los niños indígenas sufren de desnutrición. En cuanto a 475.600 trabajadores
agrícolas, la gran mayoría vive en la pobreza, sin acceso a alimentación, agua y
vivienda adecuada, y con un acceso promedio a la educación, de 2,4 años4.
En vista de lo anterior, apoyamos las reivindicaciones de CODECA, así como las
recomendaciones de los órganos de la ONU sobre derechos humanos, que
incluyen, entre otras cosas, exigir al gobierno de Guatemala de proceder con
urgencia a la reforma agraria, de hacer cumplir las leyes y reglamentos del trabajar
y establecer un salario mínimo en el sector agrícola.

Instamos al Gobierno de Guatemala a cumplir sus compromisos internacionales


en materia de derechos humanos (económicos, civiles, políticos, sociales y
culturales) y el derecho laboral, en particular los dos Pactos Internacionales de
Derechos Humanos, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación Racial, la Declaración sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas y los convenios de la OIT.

Hacemos un llamado al Consejo de Derechos Humanos que preste atención a las


violaciones generalizadas y persistentes que sufren los pueblos indígenas en
Guatemala.
CODIGO DE TRABAJO ACTUAL

El Código de Trabajo es el encargado de establecer las normas para el desarrollo


de la persona que labora, y abarca todo tipo de especialidades profesionales y
oficios como: Administración, Arte, Periodismo, Educación, Turismo, Artesanías,
Asesorías Legales, Secretarios administrativos, Call-Center, Cocineros, etc., estos
y todo aquel trabajo desempeñado se rige bajo los siguientes derechos: tiempo de
contratación, descanso y vacaciones, alimentación y vivienda y, salarios e
indemnizaciones. Todos estos factores son de gran importancia del conocimiento
del trabajador ya que se debe estar preparado para cualquier situación que se
pueda presentar dentro de la empresa. En el momento de concluir un contrato
laboral se debe tener conocimiento acerca de la justificación por la cual las
autoridades respectivas dan por terminada una relación de trabajo como pueden
ser: despido intempestivo, abandono de trabajo, riesgos de trabajo y
enfermedades. Sucede con gran frecuencia el desconocimiento por parte de los
guatemaltecos acerca de los beneficios y nivel de protección que brinda el código
de trabajo.

Función del código de trabajo

El código de trabajo contiene normas especiales que determinan las clases de


contratos para los trabajadores de la empresa privada o gobierno. Este documento
legal estable los roles entre los Gerentes o Representantes frente al personal que
tiene bajo su mando. Pero ¿Quién regula este código? Para el cumplimiento de
éstas normas, el ente regulador es el Ministerio de Trabajo y Prevención Social de
Guatemala que vela por el buen desempeño de las relaciones empleado-
empleador, personal-patrón u obrero-patronales, con el fin de establecer leyes que
procuren mantener un equilibrio y respeto entre los dos agentes involucrados.
Además, El Código de Trabajo de Guatemala tiene el fin de contribuir a la paz
social, a fomentar la productividad y el desarrollo social.
¿Cuándo entró en vigencia el Código de Trabajo? El Código de Trabajo original
entró en vigor el 1 de mayo de 1947, en conmemoración al Día Internacional del
Trabajo, contenido en el Decreto 330 del Congreso de la República. Este recoge y
desarrolla los principios y lineamientos contenidos en la Constitución de 1945
sobre materia laboral, e incorpora muchos más.

8 artículos que todo guatemalteco debe conocer del Código de Trabajo

El código de trabajo contiene normas especiales que determinan las clases de


contratos para los trabajadores de la empresa privada o gobierno.

Además, establece la importancia que toda persona que labora posee, así como
los derechos y deberes tiene que cumplir.

Para el cumplimiento de éstas normas, el Ministerio de Trabajo y Prevención


Social vela por el desempeño de las relaciones empleado-empleador, personal-
patrón u obrero-patronales, con el objetivo de establecer leyes que procuren
mantener un equilibrio y respeto entre los dos agentes.

Artículos que todos los guatemaltecos y guatemaltecas deben conocer sobre


Código de Trabajo

1) ¿Razones para un despido?

De acuerdo al artículo 77 del Código de Trabajo, son algunas causas justas de


despido:

 Cuando el trabajador deje de asistir al trabajo sin permiso del patrono o sin
causa justificada, durante dos días laborales completos y consecutivos o
durante seis medios días laborales en un mismo mes calendario.

 Cuando el trabajador revele los secretos técnicos, comerciales o de


fabricación de los productos.

 Cuando el trabajador sufra la pena de arresto mayor o se le imponga prisión


correccional por sentencia ejecutoriada.

 Cuando el trabajador incurra en cualquier otra falta grave a las obligaciones


que le imponga el contrato.

2) ¿Cómo deben estar estructuradas las jornadas de trabajo?

El artículo 116 expone que:

 La jornada ordinaria de trabajo efectivo diurno (06:00 – 18:00 horas) no


puede ser mayor de 8 horas diarias, ni exceder de un total de 48 horas a la
semana.

 La jornada ordinaria de trabajo efectivo nocturno (18:00 – 06:00 horas) no


puede ser mayor de 6 horas diarias, ni exceder de un total de 36 horas a la
semana.

3) ¿Se pueden cambiar las vacaciones por dinero?

De acuerdo con el artículo 133: establece que “Las vacaciones no son


compensables en dinero, salvo cuando el trabajador que haya adquirido el
derecho a gozarlas no las haya disfrutado por cesar en su trabajo cualquiera que
sea la causa. Se prohíbe al trabajador prestar sus servicios a cualquier persona
durante el período de vacaciones”.
4) ¿A qué tengo derecho a pedir permiso con goce de salario?

De acuerdo al artículo 61, los patronos tienen obligación de conceder licencia con
goce de sueldo a los trabajadores en los siguientes casos:

 Cuando fallece el cónyuge o de la persona con la cual estuviese unida de


hecho el trabajador, o de los padres o hijos, tres días.
 Cuando contrajera matrimonio, cinco días.
 Por nacimiento de hijo, dos días.
 Cuando el empleador autorice expresamente otros permisos o licencias y
haya indicado que estos serán también retribuidos.
 Para responder a citaciones judiciales por el tiempo que tome la
comparecencia y siempre que no exceda de medio día dentro de la
jurisdicción y un día fuera del departamento de que se trate.
 Por desempeño de una función sindical, siempre que esta se limite a los
miembros del Comité Ejecutivo y no exceda de seis días en el mismo mes
calendario, para cada uno de ellos.
 En todos los demás casos específicamente previstos en el convenio o pacto
colectivo de condiciones de trabajo.

5) ¿Mujeres embarazadas?

Según el artículo 152 del Código de Trabajo:

 “La madre trabajadora gozará de un descanso retribuido con el ciento por


ciento (100%) de su salario durante los treinta (30) días que precedan al
parto y los cincuenta y cuatro (54) días siguientes”.

 Los días que no pueda disfrutar antes del parto, se le acumularán para ser
disfrutados en la etapa post-parto, de tal manera que la madre trabajadora
goce de ochenta y cuatro (84) días efectivos de descanso durante ese
período.
6) ¿Salarios?

De acuerdo con el artículo 88, el salario o sueldo es la retribución que el patrono


debe pagar al trabajador en virtud del cumplimiento del contrato de trabajo o de la
relación de trabajo vigente entre ambos. El cálculo de esta remuneración, para el
efecto de su pago, puede pactarse:

 Por unidad de tiempo (por mes, quincena, semana, a) día u hora).

 Por unidad de obra (por pieza, tarea, precio alzado)

 Por participación en las unidades, ventas o cobros c) que haga el patrono,


pero en ningún caso el trabajador deberá asumir los riesgos de pérdidas
que tenga el patrono.

7) Obligaciones de los patronos

Artículo 61

 d) Dar oportunamente a los trabajadores los útiles, instrumentos y


materiales necesarios para ejecutar el trabajo convenido, debiendo
suministrarlos de buena calidad y reponerlos tan luego como dejen de ser
eficientes,siempre que el patrono haya convenido en que aquéllos no usen
herramienta propia.

 g) Pagar al trabajador el salario correspondiente al tiempo que éste pierda


cuando se vea imposibilitado para trabajar por culpa del patrono.
8) Prohibiciones de los patronos

Artículo 62. Se prohíbe a los patronos:

 a) Inducir o exigir a sus trabajadores que compren sus artículos de


consumo a determinados establecimientos o personas.

 b) Exigir o aceptar dinero u otra compensación de los trabajadores como


gratificación para que se les admita en el trabajo o por cualquiera otra
concesión o privilegio que se relacione con las condiciones de trabajo en
general.

 c) Obligar o intentar obligar a los trabajadores, cualquiera que sea el medio


que se adopte, a retirarse de los sindicatos o grupos legales a que
pertenezcan o a ingresar a unos o a otros.

 d) Influir en sus decisiones políticas o convicciones religiosas.

Reseña del general José María Reyna Barrios: Nació el 24 de diciembre


de 1854 en la ciudad de San Marcos, cabecera del Departamento que tiene
el mismo nombre. Fue fruto de la unión matrimonial del Capitán don
Joaquín Reina, revolucionario liberal, y de doña Celia Barrios. A la edad de
14 años huyó de su casa para enlistarse en las filas de los rebeldes quienes
se organizaban en Tapachula, México, listos para atacar al presidente
conservador de Guatemala, Mariscal Vicente Cerna, al lado de su tío Justo
Rufino Barrios, se dice que en 1871 fue redoblante de las fuerzas
revolucionarias.
Asistió a la batalla de Retalhuleu el 14 de mayo de 1871, la más violenta de
todas las que se libraron en aquel año de tan importantes acontecimientos para
Guatemala. Su jefe inmediato, el Teniente don Basilio Arroyave y don Joaquín
Reyna el papá de José María, fueron gravemente heridos en acción, y el joven
Reina Barrios fue comisionado para conducirlos a Tapachula. Cumplida
satisfactoriamente su comisión se incorporó de nuevo al Ejército Libertador, el 20
de junio. Obtuvo el nombramiento de Sargento primero y pasó a prestar sus
servicios en el Estado Mayor del General Barrios. Con este jefe se batió en Tierra
Blanca y San Lucas, y el memorable 30 de junio de 1871 cuando derrocaron a
Cerna, el ingresó a la capital de la República, junto con la victoriosa tropa
libertadora.

Fue ascendido a Subteniente y continuó de Ayudante de Barrios hasta el


mes de septiembre en que, a solicitud del padre se le retiró del servicio. Pero no
permaneció inactive pues aprovechó su tiempo en el aprendizaje del arte
Tipográfico y contribuyó eficazmente a la publicación del periódico “El Quetzal”.
Llegó diciembre y se le destinó a la guarnición de San Marcos, hasta mayo de
1872, en que fue nombrado Teniente y Ayudante del Batallón San Marcos, que
vino a la capital de guarnición, mientras el General J. Rufino Barrios ocupó
interinamente la Presidencia de la República.

Por voto popular, fue electo presidente y tomó posesión el 15 de marzo de


1892. Su primer acto oficial fue despedir al cónsul guatemalteco en Francia, por
una trampa que le había hecho unos pocos años antes. Gobernante progresista,
cuyo ideal fue el embellecimiento de la ciudad de Guatemala, ya que, según sus
propias palabras, deseaba convertirla en un pequeño París. Durante su
administración se abrió el Paseo La Reforma y se construyeron hermosos edificios
como la reconstrucción del Palacio Presidencial, que lamentablemente fueron
destruidos, en su mayoría, por los célebres terremotos de 1917–1918, se dio un
mejoramiento del Parque la Reforma; construyó el edificio de la Propiedad
Inmueble, hoy en día Museo Nacional de Historia; emprendió la construcción del
Ferrocarril del Norte; mandó a hacer el monumento de Cristóbal Colón; dio libertad
de prensa, se preocupó de la construcción de vías férreas, caminos y telégrafos.

Además de la tierra, el liberalismo abordó el tema de la mano de obra


forzosa. En 1877 se promulgó el Reglamento de Jornaleros y en 1878 la Ley
contra la Vagancia, que obligaba a los indígenas a trabajar de 100 a 150 días al
año en las fincas cafetaleras. Como consecuencia, la mano de obra era muy
barata; los hombres ganaban un real por día y las mujeres medio real. Unos
100,000 indígenas bajaban cada año del altiplano a la bocacosta para trabajar en
las cosechas.

Los primeros años de la década de 1890 fueron de relativa tranquilidad


política, básicamente por los buenos precios del café y porque se hizo
democráticamente el paso del Ejecutivo a otro miembro de la oligarquía, el
General J. Maria Reina Barrios. El Estado Mayor indicado pasaría a tener una
función ya no netamente militar: pasó a controlar el cuerpo de Ingenieros del
Ejército y el Batallón de Zapadores (campesinos conscriptos como soldados para
hacer y reparar caminos). Esa función de desarrollo de la oficialidad militar era
propia de una enseñanza técnica, Pero la misión esencial de control interno se
mantuvo para seguir dando solidez al régimen.

La dictadura de aquel ejecutivo "uno entre pares", se flexibilizó aún más


por el mayor acercamiento con los conservadores. La bonanza espectacular del
café abrió de pronto caminos inéditos para crear verdaderas mansiones suntuosas
al Interior de las haciendas cafeteras: la Importación suntuaria volvió a
resplandecer; pero no sólo ello, sino la importación de costosas máquinas para
beneficiar el grano en las mayores haciendas del país.

Al subir al poder en 1893 el presidente José María Reina Barrios suprimió el


trabajo forzado establecido en 1877, pero obligó a contribuir en el Batallón de
Zapadores trabajando en obras del Estado, a aquellos indígenas que no pagaran
su liberación del servicio o demostraran tres meses de trabajo en una finca de
café, azúcar, cacao o banano.

Los gobiernos liberales se sirvieron de la experiencia colonial en la práctica


de imponer a los campesinos la formación de milicias. Igual que en la Colonia, les
preocupaba la existencia de grupos de población dispersos en regiones alejadas
de la capital. Además, para asegurar la fuerza de trabajo se requería de un poder
descentralizado coercitivo y eficaz.
Por ello, la representación de la autoridad política del gobierno central fue
una de las principales tareas que se asignó a los finqueros, a quienes se les
invistió no sólo de autoridad civil y policial, sino incluso de autoridad militar. Las
milicias de reserva estaban formadas por reclutas de entre 15 y 50 años. En las
fincas, los propietarios o sus representantes debían pasar lista todos los
domingos. Los trabajadores estaban obligados a integrar escuadras subordinadas
al patrón como si éste fuera su jefe militar.

La militarización de las plantaciones incluía la penalización con trabajos


forzados para la creación de la infraestructura cafetalera. Un mes de trabajo en la
temible Compañía de Zapadores significaba soportar malos tratos y muchas veces
implicaba la muerte. Las mujeres y los niños debían hacerse cargo de los campos
de cultivo en ausencia de los hombres movilizados en los trabajos. Muchos,
desesperados por la prolongación de tantas penalidades, huían.

El ascenso de los nuevos grupos económicos no estuvo libre de fricciones.


En 1898 se produjo un levantamiento para impedir la reelección de Reina Barrios,
que fue promovido por los caficultores de occidente y acaudillado por los jefes
políticos de San Marcos y El Quiché. Como represalia, al fracasar la conjura,
fueron ejecutados públicamente por orden de Manuel Estrada Cabrera, ministro de
Gobernación, los dos empresarios más destacados de Quetzaltenango, Juan
Aparicio y Sinforoso Aguilar. Al ser asesinado Reina Barrios, Estrada Cabrera
asumió la Presidencia (1898-1920) y transformó al Partido Liberal de una elite de
profesionales y funcionarios, en una organización que descansó en los círculos
liberales de las clases medias.

Suspensión temporal de 1894

El 23 de octubre de 1894, por medio del decreto N.º 471, el presidente


general José María Reina Barrios derogó el Reglamento de Jornaleros indicando
que el trabajo obligatorio que en las fincas particulares se impone a los indígenas,
quienes constituyen la mayoría de los habitantes de la República, es opuesto a
aquella preciosa garantía, establecida por la Constitución, que uno de los
propósitos que el Gobierno tiene en mira y que estima como un deber ineludible es
el de emancipar al indio o india del estado de postración en que se encuentra,
levantándolo al nivel de sus conciudadanos y haciéndolo partícipe de las ventajas
que proporciona la civilización, desde el 15 de marzo de 1894 quedan abolidos los
mandamientos de jornaleros, hasta hoy autorizados por ley; y en consecuencia,
queda derogado el decreto número 177 y todos los reglamentos, circulares y
demás disposiciones que le son complementarios.

Durante los años de bonanza que siguieron, el gobierno liberal de Reina Barrios
fomentó la creación y ampliación del Instituto Agrícola de Indígenas, pero tras el
colapso económico de Guatemala debido a la caída internacional del precio del
café y de la plata, el fracaso de la Exposición Centroamericana y las revoluciones
de 1897, el Reglamento de Jornaleros se restituyó.

La Libreta De Jornaleros:
En diciembre de 1849, el capitán general, don Juan de la Pezuela,
ordenó la puesta en efecto del “Bando de policía y buen Gobierno,” bajo el pretexto
de mantener el orden civil en Puerto Rico. Una de las disposiciones de este decreto
fue la creación de un registro general de jornaleros, es decir, de los mayores de 16
años que no fuesen dueños de tierra y, por tanto, tuviesen que trabajar por un jornal
para subsistir. Como parte de este registro, el Estado expedía una libreta que
debían llevar los trabajadores a jornal en todo momento. Esta libreta incluía el
nombre del jornalero, su pueblo de residencia y una descripción de sus
características físicas. En ella, el empleador debía escribir cuándo comenzaba y
terminada la jornada de trabajo, según acordado por las partes, y cómo había sido
su conducta.
Esta libreta de jornaleros fue el instrumento que las autoridades crearon para
controlar a la población libre ante un reclamo, de los sectores propietarios, de
escasez de mano de obra. Previamente, en 1838, el gobernador Miguel López de
Baños intentó también forzar a los campesinos libres a trabajar como jornaleros,
porque ya en ese momento el sistema esclavista comenzaba a tambalearse ante
una Inglaterra que presionaba por la abolición del tráfico esclavo, la proliferación de
fugas y revueltas, y el fortalecimiento del sector abolicionista. Con la libreta de
jornaleros, el Estado finalmente logró complacer a los hacendados, quienes
tuvieron, a partir de ese momento, un nuevo instrumento de control laboral, ya que
ningún jornalero podía abandonar su trabajo hasta que el empleador indicara que ya
había cumplido con su contrato. Si el empleador retenía consigo la libreta, impedía
que el jornalero abandonara la hacienda o su lugar de trabajo, ya que las
autoridades detenían a toda persona que estuviera sin su libreta. El Estado, por su
parte, también se beneficiaba de este sistema, ya que si el jornalero no portaba su
libreta o estaba desempleado era penalizado con trabajos en obras públicas que
devengaban solamente medio jornal.

El régimen de la libreta intentó también que los campesinos pobres abandonaran la


práctica del agrego. En otras palabras, prohibía a los dueños de tierra ofrecer
predios a los campesinos a cambio de trabajo y en su lugar promovía la renta en
zonas urbanas y la proletarización del campesinado. El régimen de la libreta servía
como mecanismo de transición de una economía precapitalista, basada en mano de
obra que no recibía remuneración en metálico, a una economía de producción
capitalista, en la cual los trabajadores eran disciplinados y trabajaban largas
jornadas por un salario de subsistencia.

El lenguaje del bando denotaba también un estereotipo de la oficialidad hacia los


campesinos criollos como personas desidiosas. El reglamento establecía multas a
los dueños de tiendas o negocios si estos permitían que los jornaleros
permanecieran en sus predios por mucho tiempo sin hacer nada. Además, el
Gobierno ofrecía un premio de 50 pesos para el jornalero que demostrara
“laboriosidad y honradez”. El premiar la laboriosidad parecía ser una estrategia del
Gobierno para enseñar los valores propios de las dinámicas capitalistas de
producción a las personas que se caracterizaban como propensas a los vicios.

Los estudios sobre la libreta de jornaleros que se han realizado hasta el momento
no permiten saber a ciencia cierta cuán rigurosas fueron las autoridades en la
puesta en práctica de este sistema durante los 23 años de su vigencia. Aunque sí
se entiende que los jornaleros resistieron el intento de regular su libertad laboral y
de movimiento de diferentes maneras. Por ejemplo, los agregados buscaban hacer
tratos con los dueños de la tierra para ser arrendatarios y así evadir el régimen, pero
esto a su vez los podía convertir en deudores de los dueños de la tierra que les
cobraban con trabajo. Esta práctica fue proliferando mientras avanzaba el siglo XIX.
Uno de los efectos indirectos de este régimen que obligaba a los campesinos a
reubicarse en zonas urbanas si no obtenían algún trabajo en las haciendas fue la
rápida expansión de la epidemia del cólera morbo y otras enfermedades.

En el ámbito político, puede mencionarse que el régimen de la libreta sembró


inconformidad en un sector numeroso de los jornaleros y en los políticos liberales. A
pesar de la vigilancia estatal, un grupo de jornaleros participó del movimiento
separatista conocido como el Grito de Lares. Uno de los objetivos de los liberales
separatistas fue precisamente la abolición de la esclavitud y la libreta de jornaleros.
Aquel reclamo del Grito de Lares finalmente se hizo realidad en 1873, cuando la
esclavitud y el régimen de la libreta fueron abolidos.
El régimen de la libreta o la esclavitud blanca

El régimen de la libreta promovía la injusticia hacia el jornalero porque lo ponía a


merced de las pasiones del propietario.

Durante el siglo XIX la agricultura del país sufría de una escasez de mano de obra.
El trabajo esclavo, por las restricciones a la trata negrera, era relativamente caro y
la contratación de campesinos para realizar labores en la agricultura era difícil,
debido a que muchos vivían de una economía de subsistencia. Un campesino que
tuviese acceso a un pedazo de tierra podía sostener a su familia con cinco días de
trabajo. Al no contar con una visión capitalista del mundo, los campesinos
dedicaban al trabajo solo el tiempo necesario para satisfacer necesidades
sencillas.

Ya para el 1809, se exponía que el trabajo del jornalero era menos costoso y más
productivo que el del esclavo. Por ello, se sugería una petición a España para que
se prohibiera en la Isla la práctica de dar o recibir tierras en usufructo y se obligara
a la compraventa de las mismas. Así, aquéllos que no pudieran ser dueños, se
convertirían en jornaleros.

Bando de Policía y Buen Gobierno: En 1838, el gobernador Miguel López de


Baños emitió su Bando de Policía y Buen Gobierno, legislación dirigida a utilizar la
coerción directa y extraeconómica de la población campesina para resolver los
problemas laborales de la Isla. Para combatir la vagancia, el bando requería a
todas las personas libres que no fuesen dueños de tierra suficiente para su
subsistencia que buscaran trabajo en tierras de otros. Cada municipio debía llevar
un registro de los jornaleros en su jurisdicción. Si un jornalero no trabajaba durante
un mes se le declaraba vago y se le obligaba a trabajar en proyectos de obras
públicas. En 1839 la ley fue derogada por opresiva e inapropiada.

Régimen de la libreta: Dada la caída de los precios del azúcar y la necesidad


urgente de reducir los costos de producción se implantó el régimen de la libreta,
cuyo propósito fue incrementar la oferta de mano de obra disponible para los
hacendados. El 11 de junio de 1849, el gobernador Juan de la Pezuela promulgó
un Reglamento que declaraba jornalero a toda persona mayor de 16 años que, al
carecer de industria o capital, debía ejercer labores de agricultura o artes
mecánicas para otro a cambio de un salario. El jornalero quedaba obligado a
inscribirse ante el juez de su pueblo, a llevar consigo siempre la libreta donde cada
propietario anotaría sus labores, conducta y paga, y a estar constantemente
trabajando, so pena de condena a labores de obra pública con la mitad de la paga.
El estatuto aplicaba a las mujeres, ello para ampliar el número de trabajadoras
dispuestas emplearse a jornal en tareas domésticas.

El Reglamento estipulaba que los ayuntamientos concederían a los jornaleros


solares gratuitos para la construcción de sus casas y un sorteo anual de 50 pesos
entre cada 400 jornaleros como premio por su laboriosidad y honradez. Por otro
lado, prohibía a los propietarios aceptar vecinos en calidad de agregados. En la
orden se prometía un monte de piedad destinado al jornalero enfermo y a los
familiares de este en caso de su muerte; dicha promesa nunca se cumplió.
Efectos del régimen de la libreta: El Reglamento en vez de ser el “instrumento
capaz de estimular a los hombres útiles a dedicarse al trabajo”, como se
consignaba en el mismo, se convirtió en un sistema de opresión. Dada la ausencia
del derecho de asociación, el propietario dominaba el mercado de empleos y, con
sus salarios mezquinos, el jornalero se convertía en siervo. Según las Leyes de
Indias la jornada diaria de trabajo era de ocho horas, pero en la práctica
comenzaba al amanecer y terminaba al anochecer.

Otro de los abusos del régimen de las libretas era que obligaba a los jornaleros a
radicarse en unas poblaciones delimitadas por el Estado, que no necesariamente
quedaban cerca de su lugar de trabajo. Así lo explica Cruz Monclova:

“Pues, como para 1854, más de 25,000 de sus miembros, después de un éxodo
brutal y doloroso, se hallaran radicados ya en las poblaciones, los más de éstos se
veían compelidos a recorrer grandes distancias para llegar a las haciendas a
ganar su jornal diario. Al paso que los que no habían cumplido dichas
prescripciones, eran penalizados a prestar servicios en obras, que con frecuencia
se hallaban situados fuera del territorio de su domicilio; si bien no faltaron
ocasiones en que la generosidad privada se aprestara a aliviar la triste suerte de
los jornaleros.

Las condiciones de vida la clase jornalera eran muy lamentables. Aunque se había
ensanchado la esfera de trabajo, ello no produjo beneficios a los obreros libres.
Estos seguían sometidos a un inadecuado régimen de trabajo que nunca ofreció
salarios decentes, sino jornales de mera subsistencia, como a principios de siglo.
La casa del jornalero era una pequeña choza, pobre y despreciable; su
alimentación, insuficiente; su vida, plagada de ignorancia, necesidades y vicios. El
régimen de la libreta promovía la injusticia hacia el jornalero porque lo ponía a
merced de las pasiones del propietario, que a su vez contaba con el apoyo de los
alcaldes. El pago se realizaba en muchas ocasiones con vales que obligaban al
jornalero a comprar en tiendas específicas que no necesariamente ofrecían los
mejores productos ni los precios más justos.

El régimen de la libreta estuvo vigente por 24 años. El 1868, los revolucionarios de


Lares intentaron abolirlo. Sin embargo, no fue hasta 1873, año de la abolición de
la esclavitud negra, cuando finalmente se erradicó, dejando en el pueblo
puertorriqueño el triste recuerdo de la también llamada “esclavitud blanca”.

Qué sucedió después con el Reglamento de los Jornaleros

Para el 7 de mayo de 1934, la crisis económica a nivel mundial se hizo inminente.


Guatemala se encontraba enfrentando una transición en donde los principales
motores económicos eran a través de los cafetales. Asimismo, impulsó la Ley
Contra la Vagancia, que consistía en que las personas indígenas trabajaran de
forma gratuita durante 150 días anuales en las fincas de los grandes
terratenientes. Además, promovió la reorganización de la administración pública,
con allegados suyos, llamados “ubiquistas”. 14 de septiembre de 1878 el gobierno
de J. Rufino Barrios decreta la ley contra la vagancia, para obtener mano de obra
gratuita para la construcción de carreteras. Ley contra la vagancia: en esta se
establecía que la vagancia era considerada como delito, y que una de las
penalizaciones era que el infractor cumpliera con las jornadas de trabajo
impuestas por las autoridades. Sin embargo, el presidente Jorge Ubico decidió
suavizar las medidas que favorecían a los terratenientes. Por el contrario, se
prefirió trasladarle el control de los jornaleros al Estado, estrategia que permitió un
mejor manejo de la economía Gobierno.

DECRETO NÚMERO 1996

LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE LA REPUBLICA DE GUATEMALA


DECRETA: La siguiente

LEY CONTRA LA VAGANCIA

PARRAFO I

DE LA VAGANCIA

Artículo 1º. De conformidad con el artículo 20 de la constitución de la


República, la vagancia es punible.

Artículo 2º. Son Vagos:


1º- Los que no tienen oficio, profesión, sueldo u ocupación honesta que
les proporcione los medios necesarios para la subsistencia;
2º- Los que, teniendo oficio, profesión, industria o renta, no trabajen
habitualmente y no se les conozca otros medios lícitos de proporcionarse
subsistencia.
3º- Los que concurran ordinariamente a los billares públicos, cantinas,
tabernas, casas de prostitución u otros centros de vicio, de las 8 a las 18 horas;
4º- Los que hagan colectas públicas o privadas, en cualquier forma y para
cualquier objeto, sin llenar los requisitos establecidos por las leyes;
5º- Los que, directamente o por medio de otro ejerzan la mendicidad;
6º- Los condueños, propietarios, usufructuarios, arrendatarios o coposeedores
de terrenos rústicos que no comprueben, en debida forma, obtener de ellos
renta, producto o beneficio alguno que les proporcione la subsistencia para sí y
para sus familia o que, encontrándose en esas condiciones, no comprueben
estar ocupados en otro trabajo, propio o ajeno, que les proporcione medios de
vida para sí y para su familia;
7º- Los que, habiendo contraído compromiso de trabajo o de prestación de
servicios, no cumplan, sin causa justificada, las obligaciones contraídas;
8º- Los que no tengan domicilio conocido;
9º- Los jornaleros que no tengan comprometidos sus servicios en fincas, ni
cultiven, con su trabajo personal, por lo menos tres manzanas de café, caña o
tabaco, en cualquier zona; tres manzanas de maíz, con dos cosechas anuales
en zona cálida; cuatro manzanas de maíz en zona fría; o cuatro manzanas de
trigo, patatas, hortalizas u otros productos, en cualquier zona.
10º- Los estudiantes matriculados de los Institutos docentes, privados o
públicos, que, sin motivo que lo justifique, dejen de asistir puntualmente a sus
clases.

PARRAFO II

Artículo 3º. Son circunstancias agravantes en el delito de vagancia:


1º- La embriaguez habitual;
2º- Ser reincidente en el delito de vagancia o haber sido condenado con
anterioridad por cualquier otro delito que merezca pena de prisión
correccional;
3º- Ejercer la mendicidad por medio de un menor o incapacitado, o la
vagancia, acompañada de éstos;
4º- Emplear simulación disfraz o astucia;
5º- Cometer el delito durante el quebrantamiento de una condena y dentro el
plazo que se persiga al reo para que vuelva a la prisión.
6º- No compadecer al juicio en los términos que establece esta Ley o fije el
Juez.

Artículo 4º. Cuando el vago reincidente resultare culpable de otro delito y


fuere condenado, la vagancia se estimará como circunstancia agravante y la
causa se continuará y fallará por el Tribunal, que corresponda juzgar del delito
principal; en artículo 82 del Código Penal.
Artículo 5º. Todas las autoridades y sus agentes tienen la estricta obligación de
perseguir la vagancia; y tan pronto como llegue a su noticia que alguno la ejerce,
deben ponerlo en conocimiento del Juez menor, o de quien haga sus veces, para
que se proceda como lo prescribe la Ley.
Artículo 6º. No obstante, a lo preceptuado en el artículo anterior, cualquiera del
pueblo puede denunciar a los vagos ante la autoridad competente. En los campos,
fincas, aldeas y caseríos, los Alcaldes auxiliares o los propietarios o
administradores de las fincas o haciendas donde no hubiere Alcaldes, deberán
hacer la denuncia, cuando los jornaleros no tengan cultivada la extensión de
terreno que fija el inciso 9º del artículo 2º o estén comprendidos en el caso
previsto por el inciso 7º del mismo artículo.
Artículo 7º. Los Jueces menores que no cumplan con juzgar el delito a que se
refiere esta Ley, quedarán sujetos a las sanciones establecidas en los artículos
241 y 242, inciso 1º del Código Penal, y los obligados a perseguir y denunciar, si
no lo hacen, incurrirán en una multa de diez a cincuenta quetzales.

PARRAFO III
PENAS

Artículo 8º. Las penas aplicables por el delito de vagancia son las siguientes:

Cuando no concurra ninguna circunstancia agravante, la pena será de 30 días


de prisión simple;

Si en la vagancia concurriere una o más circunstancias agravantes, la pena


será de dos meses de prisión simple;
Cada reincidencia en que se incurra será castigada con un mes más sobre las
penas impuestas conforme a los dos párrafos anteriores.
Artículo 9º. La pena que se imponga conforme al inciso 1º del artículo anterior,
será conmutable en todo o en parte, siempre que lo solicite persona de
responsabilidad que, al propio tiempo, se comprometa a proporcionar trabajo al
reo en un término que no exceda de cinco días. La conmuta se regulara de
conformidad con el artículo 2º del decreto Número 1740.
En los demás casos la pena será inconmutable.
Artículo 10º. Si el libertado bajo el compromiso a que se refiere el párrafo I del
artículo anterior, fuese aprehendido nuevamente como vago, después de cinco
días de haber obtenido su libertad, será castigado como reincidente; y el obligado
a proporcionarle trabajo que no hubiese cumplido, será penado con una multa del
doble de la conmuta que pagó el reo, salvo que pruebe su inculpabilidad en forma
legal.

Artículo 11º. A los condenados cuyas penas fueran inconmutables o que no


pudieren conmutar conforme el inciso 1º del artículo 9º de esta Ley se les obligará
a trabajar en los talleres del Gobierno, en las casas de corrección, en el servicio
de hospitales, limpieza de plazas, paseos públicos, cuarteles y otros
establecimientos, obras nacionales, municipales o de caminos, según las
circunstancias de cada persona y de cada lugar, cuidando la seguridad del
penado.
Artículo 12º. La cesantía en empleo, colocación, servicio o trabajo no es excusa
en favor del reo de vagancia, salvo que se acredite haber hecho, sin éxito,
reiteradas gestiones por conseguir ocupación o empleo, de acuerdo con sus
aptitudes.
Artículo 13º. Las conmutas ingresarán a las Tesorerías Municipales
respectivas.

PARRAFO IV

COMPETENCIA Y PROCEDIMIENTO

Artículo 14º. Son competentes para conocer de los delitos de vagancia, los
Jueces menores en la jurisdicción en que sea aprehendido el presunto vago,
cualquiera que sea su domicilio.
Artículo 15º. La competencia de los Jueces menores no se limita, cualquiera
que sea la pena que corresponda al culpable y aunque militen circunstancias
agravantes, salvo el caso a que se refiere el artículo 4º de esta Ley.
Artículo 16º. Todo detenido por el delito de vagancia deberá ser presentado a
la autoridad que correspondiente en la misma audiencia. En caso de que la
aprehensión se verificare después de ella, deberá ser presentado en la audiencia
siguiente. Si el reo gozare de libertad, su fiador lo presentará en el mismo término.
Artículo 17º. Recibido por el Juez el parte, denuncia o querella, mandará
compadecer inmediatamente al detenido y la agente que lo aprehendió; al
acusador o al denunciante, oirá a cada uno, recibirá las pruebas que se
propusieren y pronunciará su fallo en el acto.

Artículo 18º. Si las pruebas que se ofrecieren no pudieran producirse


inmediatamente, o si el sindicado no hubiera comparecido, el Juez señalará el día
siguiente para recibirlas, y en esa audiencia se procederá como lo expresa el
artículo anterior, se hubieren o no rendido las pruebas.
Artículo 19º. Cada juicio de vagancia se seguirá en pieza separada y, tanto la
declaración del aprehensor, como la querella, denuncia, contestación del
sindicado, pruebas que se rindan y cualquiera otra diligencia y sobre el mismo
asunto, así como el fallo, deberán hacerse constar en una sola acta que firmarán
el Juez, las partes y testigos, sí supieren hacerlo, y el Secretario o dos testigos de
asistencia.
Artículo 20º. Cuando el sindicado de vagancia hubiere sido libertado bajo
fianza y no compareciere al día siguiente o el día que fija el Juez, se conminará al
fiador a presentarlo dentro de cinco días, más el término de la distancia, y, si no lo
hiciere, se impondrá a éste una multa equivalente a la conmuta que hubiere tenido
que pagar el iniciado, si hubiere sido condenado, sin perjuicio de dictarse orden de
captura contra el reo para juzgarlo al ser habido.
Artículo 21º. Cuando el acusador, denunciante o agente no concurran a las
audiencias que expresa esta Ley o fije el Juez, se procederá sin su presencia,
quedando sujetos a las responsabilidades legales, si los hechos y fundamentos en
que se apoye la denuncia o acusación no resultaren probados.
Artículo 22º. En los juicios de vagancia se admitirán todas las pruebas que
establece el Código de Procedimientos Penales, debiéndose practicar en la misma
audiencia; pero si se tratare de acreditar que el sindicado ejerce alguna ocupación
honesta, sólo será aceptable la prueba que demuestre que el sindicado la ejerce
de manera continua y que le produce los elementos necesarios para su
subsistencia diaria.
Artículo 23º. Contra la sentencia dictada por los Jueces menores en los juicios
de vagancia, procede el discurso de apelación, del que conocerá el Juez de
Primera Instancia respectivo.

Artículo 24º. El expresado recurso se interpondrá inmediatamente después de


notificado el fallo o dentro de las 48 horas siguientes; se hará constar y se
otorgará en ambos efecto en la misma acta. Si no se interpone apelación, el fallo
será elevado en consulta al Juez de Primera Instancia respectivo.
Artículo 25º. Otorgada la apelación o formulada la consulta, se elevará al
Tribunal que corresponda el juicio, con la hoja de remisión correspondiente.
Inmediatamente que el Tribunal superior reciba los autos, señalará día para la
vista, que se verificará dentro de un término que no exceda de tres días, más el
término de la distancia, de conformidad con el artículo XXX de la Ley Constitutiva
del Poder Judicial, cuando el Juzgado de Primera Instancia respectivo no radicare
en el mismo lugar en que siguió el proceso. Toda la tramitación de Segunda
Instancia en estos juicios deberá hacerse con citación del Ministerio Público.

Artículo 26º. El día de la vista, el Tribunal levantará acta en que conste lo que
expongan el acusador, el sindicado, el Ministerio Público, si comparecieren; se
recibirá la prueba que se presente, si procede, y en los mismos actos se dictará
sentencia.

Artículo 27º. En la Segunda Instancia no se admitirán más pruebas que las que
se hubieren propuesto en primera Instancia y no se hubieren practicado por
causas ajenas a la voluntad de quien las propuso.
Artículo 28º. Cuando el reo fuere menor de edad y no tuvieren tutor, se le
nombrará un tutor específico, que le asistirá en ambas instancias.
Artículo 29º. Cuando a los Jefes de Demarcación o Comisarios de Policía les
fuere presentado en horas que no sean de audiencia un presunto reo de vagancia
que ofreciere fianza de persona conocida para no quedar detenido, la aceptarán,
levantando inmediatamente un acta en que conste el compromiso del fiador de
presentar a su fallido al día siguiente ante el Juez respectivo. Más, si en los libros
de la Policía constare que el sindicado es reincidente, no tendrá derecho a obtener
su libertad bajo esta fianza.

PARRAFO V

DISPOSICIÓN ESPECIAL

Artículo 30º. Las disposiciones de la presente Ley, en lo que concierne a la


obligación de trabajar, no comprenden a los menores de 14 años, a los mayores
de 60, ni a los inválidos.

Artículo 31º. Queda derogado el Decreto Número 222, de 14 de septiembre de


1878, y todas las leyes que se opongan a la presente, que deberá regir desde el
día de su publicación.

Pase al Ejecutivo para su publicación y cumplimiento.

Dado en el Palacio del Poder Legislativo: en Guatemala, el Ocho de mayo de mil


novecientos treinta y cuatro.

L. F. MENDIZABAL,
Primer Vicepresidente.

C. ENRIQUE LARRAONDO,
Secretario.

F. HERNANDEZ DE LEÓN
Secretario.

Casa del Gobierno: Guatemala, diez de mayo de mil novecientos treinta y cuatro.

Publíquese y Cúmplase.
JORGE UBICO

Conclusión

El reglamento de los jornaleros es un documento que fue


aprobado para beneficio de los terratenientes, así también para
las autoridades gobernante, esto daño en gran magnitud la vida
libre de los campesinos Guatemaltecos, Indios así como les
llamaban con desprecio, a raíz de la creación de este
reglamento cambiaron las condiciones salarios, las condiciones
económicas, condiciones de vida personal de cada habitante
campesinos, se dio una etapa de esclavitud en la que cada niño
a partir de los 16 años de edad se convertía en esclavo, también
las mujeres formaban parte de este maltrato siendo ellas
utilizadas como empleadas domésticas de los terratenientes.

Hoy en día las condiciones salariales y el ambiente laboral de


cada persona continúan siendo algo incierto, son contratados
por un salario mal pagado, con un horario de trabajo muy
extenso, teniendo siempre la preocupación de ser desplazados
por cualquier pretexto por parte de los apoderados.
Anexos:

Descripción de la foto para personas con discapacidad visual: vista de jornaleros


y trabajadores entregando el café cortado en el día. (Crédito de foto: Villegas
Editores)
El reglamento de jornaleros fue un documento que daba potestad a los
terratenientes de usar los cafetales y los trabajadores según la disposición.
El Reglamento de Jornaleros fue el Decreto 177 que, originalmente, buscó el
crecimiento económico del país a través del cultivo y cosecha de café. Esto
pretendía inversión extranjera que favoreciera la exportación a diferentes partes
del mundo.
“REGLAMENTO DE JORNALEROS”

General Justo Rufino Barrios.


el reglamento de Jornaleros para incrementar la mano de obra disponible
en las fincas cafetaleras de Guatemala

Tipo de texto Decreto ejecutivo

Idioma Español

Texto Preámbulo y dos secciones con 51 artículos. Fecha y


lugar.

Función Garantizar el suministro de mano de obra barata para las


fincas cafetaleras que se crearon en Guatemala con
la Reforma Liberal.

Autor(es) Justo Rufino Barrios, Presidente de Guatemala

Creación 3 de abril de 1877

Promulgación 3 de abril de 1877

Signatario(s) Presidente de Guatemala: Justo Rufino Barrios, Ministro


de Fomento: Manuel Herrera

Ubicación Guatemala, Ciudad de Guatemala. Archivo


del Congreso de la República de Guatemala.

Encontrado en Leyes de Guatemala: Reglamento de Jornaleros


El Secretario de Estado de los Estados Unidos de América, John Foster Dulles, quien fue abogado
de la United Fruit Company, calificó de “gloriosa victoria” la intervención en Guatemala de la
Central Intelligence Agency (CIA), denominada "Operación Éxito", a cargo de su hermano Allen, a
lo que el gran pintor muralista mexicano Diego Rivera respondió pocos días más tarde con esta
pintura que llamó "Gloriosa victoria". En ella vemos al coronel Carlos Castillo Armas saludando en
forma humillante a Dulles, quien sostiene una bomba con la cara del presidente norteamericano
Eisenhower y rodeado de pencas de bananos y niños muertos, al lado de quien está el embajador
estadounidense, John Peurifoy, acompañado de varios militares y el director de la CIA susurra en
el oído de su hermano, mientras por un lado se ve al arzobispo de Guatemala, Mariano Rossell
Arellano, bendiciendo el acto, en tanto que el pueblo de Guatemala protesta
Jornaleros: Había tres especies de jornaleros:
colonos, jornaleros habilitados para trabajar por tarea, por día o por mes, y
jornaleros no habilitados.

Entrega del café en una finca de alemanes. Con la Reforma Liberal se inició el
cultivo a gran escala del café, lo que representó la implementación del reglamento
de jornaleros que colocó a la población indígena en una posición de servidumbre
en las fincas cafetaleras.
Pago a jornaleros en Santa Rosa en 1890 de acuerdo al Reglamento de
Jornaleros instituido por Barrios.

Estudiantes aventajados del Instituto Agrícola de Indígenas en 1897. Ellos son:


Victoriano Abac, Evaristo Manuel T. y Pedro Bertrán, quienes pudieron estudiar la
escuela primera gracias a lo estipulado en el Reglamento de Jornaleros.
«Temporeras» -jornaleras- en una finca de café en 1875. Las temporeras iban del
altiplano guatemalteco a trabajar a lugares cálidos para el corte de café tipo
arábigo -o sea de árbol alto. El capataz es el mozo varón. Fotografía de Eadweard
Muybridge.

Presidente general José María Reina Barrios el 28 de junio de 1896. Fotografía


de Alberto G. Valdeavellano.
Temporeras -jornaleras- en una finca de café en 1875. Las temporeras iban del
altiplano guatemalteco a trabajar a lugares cálidos para el corte de café tipo
arábigo -o sea de árbol alto. El capataz es el mozo varón. Fotografía de Eadweard
Muybridge.
SALARIO MÍNIMO 2022

Descripción de la foto para personas con discapacidad visual: fotografía de Jorge


Ubico posando para un retrato. (Crédito de foto: Museo de Historia de
Quetzaltenango)
Referencias

 Robles, R. (29 de junio de 2020). You Tube. Obtenido de You Tube:


https://www.youtube.com/watch?v=VVo46kyyCEw&t=10s

 Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografía de Justo Rufino Barrios».


En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet].
Barcelona, España, 2004. Disponible
en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/barrios.htm
 Letona, D. (s. f.). Biografía: José María Reyna Barrios.
cultura.muniguate.com. http://cultura.muniguate.com/index.php/section-
blog/71-monumentobarrios/441-biografiabarrios
 Letona, D. (s. f.-b). Reseña Parte 1: El General José María Reyna Barrios.
cultura.muniguate.com. http://cultura.muniguate.com/index.php/section-
blog/71-monumentobarrios/442-resenabiografica
 Rodriguez, L. (2017, 9 febrero). Presidente José María Reina Barrios 1892–
1898. Aprende Guatemala.com.
https://aprende.guatemala.com/historia/personajes/presidente-jose-maria-
reina-barrios-1892-1898/
 TOMO III Cap 1. (s. f.-b). odhag.org.gt.
http://www.odhag.org.gt/old/html/tomo3c1.html#:%7E:text=En
%201877%20se%20promulg%C3%B3%20el,y%20las%20mujeres
%20medio%20real.

 Municipalidad de Momostenango. Historia. Consultado el 21 de diciembre de


2021, de https://bit.ly/3mdV0Jb

 Hoy Historia Gt. 3 de abril de 1877: el Reglamento de Jornaleros. Consultado el 21


diciembre de 2021, de https://bit.ly/3piev5b
 Wikiwand. Reglamento de Jornaleros. Consultado el 21 de diciembre de 2021,
de https://bit.ly/32kD6xr

https://es.wikipedia.org/wiki/Reglamento_de_Jornaleros

 https://enciclopediapr.org/content/la-libreta-de-jornaleros/#:~:text=Esta
%20libreta%20de%20jornaleros%20fue,escasez%20de%20mano%20de
%20ob

 http://www.albedrio.org/htm/documentos/CODECASituacionLaboral.pdf
 https://www.cetim.ch/situaci%C3%B3n-de-los-trabajadores-agr
%C3%ADcolas-en-guatemala/
 https://www.tecoloco.com.gt/blog/el-codigo-de-trabajo-y-la-importancia-de-
su-conocimiento.aspx#ixzz7coSj64xz
 https://www.tecoloco.com.gt/blog/el-codigo-de-trabajo-y-la-importancia-de-
su-conocimiento.aspx#ixzz7coSWlxkS

BIBLIOGRAFÍA

Cruz Monclova, Lidio. Historia de Puerto Rico, Siglo XIX. 6ta edición. Río Piedras:
Editorial Universitaria, 1970. Vol. I.

También podría gustarte