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C. Postulados en materia agraria de la reforma liberal de 1871.

Desde el inicio de la revolución liberal en 1871 y hasta 1944, el país se mantuvo bajo
la dominación de regímenes denominados liberales, caracterizados por ser
autoritarios y caudillistas. Entre ellos destacan el de Justo Rufino Barrios (1873 –
1885), Manuel Estrada Cabrera (1898 – 1920) y Jorge Ubico (1931-1944). Durante
todo este período, la sucesión política se realiza sobre todo mediante el uso directo
de la fuerza o a través de las medidas de continuismo (prolongación del período
presidencial, supresión del principio de no preelección). En cuanto se realizan
elecciones estas se caracterizan sobre todo por el personalismo; las agrupaciones
políticas, definidas en torno al dualismo liberal-conservador, no logran consolidarse
como organizaciones duraderas.
La toma del poder por los grupos liberales cafetaleros en 1871 es el inicio de lo que
se conoce como la reforma liberal de 1871, y significó algunos cambios en la
formación social guatemalteca, cuyos objetivos básicos fueron:
• Una reforma agraria liberal consistente en una gran expropiación de las tierras
comunales indígenas y de las tierras de la iglesia, que favoreció la concentración de
las tierras en manos de los agricultores cafetaleros, la multiplicación de latifundios y
el inicio de las dictaduras cafetaleras.
• Una legislación laboral que obligaba al indio a trabajar forzosamente en las nuevas
unidades productivas cafetaleras, las fincas. La destrucción de las tierras comunales
del pueblo de indios fue el cambio más importante de la reforma liberal en la
estructura de la formación social guatemalteca a partir de 1871 y tuvo varios efectos
que aún forman parte de la formación social actual
• Creó un grupo de campesinos indígenas expropiados de sus tierras que fueron
llevados a las fincas y retenidos allí mediante el sistema de peonaje por deuda,
convirtiéndose en mozos colonos, que actualmente constituyen un significativo grupo
en el agro guatemalteco.
• Creó un gran contingente de campesinos minifundistas arrinconados en sus
pueblos o tierras baldías obligados también forzosamente a ir a trabajar
temporalmente a las fincas mediante el sistema de habilitaciones; fueron
convirtiéndose poco a poco en asalariados libres y conformaron lo que actualmente
se conoce como el semiproletariado rural.
• Hace desaparecer la relación colonial entre los latifundios y las tierras comunales, y
la sustituye por una relación latifundios – minifundios, base de la estructura agraria
de la formación guatemalteca actual.
Durante esta época se crearon cuerpos normativos como el “Reglamento de
Jornaleros”, en 1877 y luego la “Ley de Trabajadores” en 1894, y más tarde se
instituyeron las “Leyes de Vagancia” en 1878 y 1934, que eran una conminatoria a
los indios expropiados a trabajar en las fincas.
En lo relativo al sistema electoral, la Constitución de 1879, vigente hasta 1944 tras
varias modificaciones, sella la separación entre el Estado y la iglesia, establece la
libertad religiosa e introduce el sufragio directo, el sistema unicameral y la separación
de poderes con un Poder Ejecutivo fuerte.

La Reforma Liberal de 1871


“Hacia 1860, la economía colonial había adoptado nuevas formas, pero en el fondo
era la misma. Sin embargo, la evolución de la economía internacional impuso
cambios en Guatemala. En 1850, la invención de colorantes químicos baratos acabó
con la industria de la cohinilla. Eso Estimuló el interés por la diversificación de
cultivos, sobre todo de azúcar, algodón y café. Finalmente, la creciente demanda de
café, la revolución industrial en Europa occidental y el surgimiento de Estados Unidos
como potencia mundial afectaron la economía de Guatemala e hicieron necesarios
algunos cambios durante ese período. La propagación del café como principal
producto requería extensos cambios en la división de la tierra y del trabajo, lo que
implicaba un cambio en la estructura del poder en Guatemala. El añil y la grana se
producían en superficies relativamente pequeñas de tierra. El café exigía más tierra y
capital en forma de créditos; se tenían que crear nuevos medios de transporte e
instalaciones portuarias. La clase criolla dominante se vio obligada a abrirse para
incluir a un nuevo grupo, la clase alta ladina, que encontró en el café la base para
subir al poder.”
“Aquel fue el contexto de lo que se ha llamado “reformas liberales” de Justo Rufino
Barrios. A fin de incorporar más tierras a la producción del café, Barrios procedió a
nacionalizar todas las tierras pertenecientes a la Iglesia y a los monasterios. También
se nacionalizaron pequeñas propiedades y ejidos (tierras comunales), para
incorporarlos a grandes latifundios. Las propiedades estatales no cultivadas fueron
fraccionadas y vendidas a bajo precio. Se pusieron en vigor leyes de registro de
tenencia de la tierra y de herencia de la propiedad. Sobre todo, fueron absorbidas las
propiedades comunales de pueblos indígenas. A diferencia del añil y la grana, el café
se podía producir a mayor altitud. De ese modo, se incautaron a los indios tierras que
habían permanecido a salvo a causa de su situación en las montañas. La legislación
estatal que exigía títulos de propiedad privada legitimó la apropiación de bienes
municipales y comunales de los Indios.”
“Los gobiernos liberales intensificaron el sistema lati-minifundista. Mediante varias
nuevas leyes, garantizaron un suministro permanente de mano de obra barata a los
cafetaleros y a los inversionistas extranjeros. En un grado incluso mayor que
después de la conquista, los indios fueron despojados de sus tierras y obligados a
depender de las plantaciones en cuanto al trabajo. Los poblados indígenas que
quedan del período colonial fueron desintegrados y los indios obligados a emigrar de
las tierras altas para cosechar café, La tierra se concentró en menos manos. Hacia
1926, sólo el 7.3% de la población guatemalteca poseía tierras. El trabajo forzado fue
instituido oficialmente por legislación: los esclavizados por las deudas pasaron a ser
colonos, peones atados a las haciendas mediante deudas hereditarias con los
terratenientes. Bajo el sistema de habilitación, concebido para reclutar mano de obra
temporal por contrato, los agentes de las fincas iban a los poblados a prestar dinero,
endeudando de ese modo a los indios y obligándolos a trabajar durante la cosecha.
Los funcionarios locales llevaban una lista de indios disponibles para trabajar a
petición de los terratenientes. Las leyes contra la vagancia aprobadas en 1934
exigían que todos los indios trabajaran cuando menos 150 días al año y que llevaran
consigo una tarjeta en la que aparecía el número de días que habían trabajado. Los
que se oponían eran encarcelados. Semejantes medidas se consideraban
necesarias para la “modernización”; a ese grado el gobierno era sólo una fuerza
policíaca al servicio de los terratenientes”
“Según Melville y Melville, citado por Jonas Sussane y Tobis David, los intereses
extranjeros fueron los principales beneficiados con la nueva legislación. Desde el
principio, el cultivo, el beneficio y tráfico del café estuvieron financiados por el capital
extranjero (sobre todo alemán). Como la producción del café fue afectada por las
fluctuaciones del mercado mundial, muchos cultivadores se vieron obligados a
vender sus tierras a sus acreedores durante los periodos de crisis. Hacia 1914, cerca
de la mitad de todo el café se producía en tierras de propiedad extranjera (en su
mayor parte alemana). Al estallar la primera guerra mundial, el café representaba
casi el 90% de los ingresos de exportación de Guatemala. Entre el 55 y 60% del
comercio era con Alemania”.
El modelo Agroexportador y Monocultista
“El modelo agrícola guatemalteco y de toda Centroamérica en general dominan, te
desde los tiempos coloniales hasta nuestros días es el de la producción para la
exportación. Durante la época colonial para cumplir con la propia finalidad del
sistema, se estableció la institución de la encomienda de indios y el reparto de las
tierras a favor de los españoles, circunstancias que permitieron procesos productivos
agrícolas extensivos. De otra parte, la producción campesina, en pequeñas fincas
localizadas en tierra de indios, se destinaba a la subsistencia de las familias y a
satisfacer los tributos que exigía la iglesia. Este modelo colonial, aunque con los
lógicos matices propios de cada época, se mantuvo hasta la independencia y, más
concretamente, hasta la reforma liberal de 1871. La reforma produjo cambios
profundos y vertiginosos en el campo, afirmando un modelo agroexportador y
monocultista en toda Guatemala, razón por la que muchos autores no dudan en
calificar este proceso como de una auténtica reforma agraria. Los cambios se dieron
fundamentalmente en cinco direcciones. En primer lugar, se produjo una inserción
más agresiva e intensa en el mercado Internacional a través de la producción de
grana y, posteriormente, de café, lo que implicó una enorme extensión de su cultivo,”
En segundo lugar, se destruyeron las formas de propiedad que se habían mantenido
desde los primeros momentos de la colonia, es decir, las propiedades gestionadas
por La iglesia católica y las que habían sido directamente adjudicadas a ellas, así
como las propiedades comunales y municipales. En cierto modo, el modelo
impulsado por la reforma liberal, reside en lo concerniente a esta cuestión, ser
calificado como una desamortización. En tercer lugar, se liberó la mano de obra, al
suprimirse las formas de propiedad comunal de la tierra y, paralelamente, legalizar el
incipiente Estado la utilización de la fuerza de trabajo de forma gratuita y obligatoria.
Este mecanismo legal es conocido como Ley de Jornaleros, promulgada en 1877 y
que se mantuvo vigente durante setenta años. El sistema consistía en la obligación
de que los campesinos trabajasen en las fincas de café, recibiendo una
remuneración en forma de anticipos a cuenta de trabajo, forma de habilitación que
duró hasta 1934. Paralelamente, la llamada Ley de la Vagancia vino a reforzar esta
situación, ya que definía como vagos a todos los campesinos jornaleros que no
cultivasen un mínimo de tres manzanas (1 manzana equivale a 15 hectáreas) de
café, caña o tabaco, o cuatro manzanas de maíz en zona fría o tres manzanas de
trigo, patatas y hortalizas en cualquier zona, con lo que eran obligados a trabajar de
forma gratuita en las fincas cafetaleras. Por último, la llamada Ley de Vialidad
permitió aportar fuerza de trabajo indígena gratuita para la construcción de obras de
infraestructura.”
"En cuarto lugar, el desarrollo del sector cafetalero exigió la incorporación de todo
conjunto de elementos que resultaron fundamentales para extender el sistema
capitalista en el país. Así, la necesidad de financiar la producción de café consolidó
un cierto grado de capital financiero, reflejado en la constitución del Banco de
Occidente en 1881. Por otra parte, la necesidad de exportar el producto obligó a la
creación de infraestructura de transporte suficiente, construyéndose y tendiéndose
en poco tiempo una red de carreteras, puertos y vías férreas. Y, en quinto lugar, se
produjo un cambio en la clase dominante, pasando de la hegemonía de la iglesia y
los conservadores a los nuevos terratenientes cafetaleros, los grandes beneficiarios
junto con los burgueses liberales y los militares, además de algunos ladinos cercanos
al liberalismo. Por tanto, la r2forma liberal de 1871 significó cambios en la propiedad
de la tierra, en el uso de la misma y en el sistema de *"poder, además de provocar la
definitiva inserción de Guatemala en el mercado internacional. El café transformó
radicalmente la estructura agraria, pero provocando que sólo los terratenientes
(además de sus cercanos burócratas, políticos y militares) fueran los beneficiarios.
Esta posición hegemónica en la estructura económica guatemalteca propició una
posición también hegemónica en lo político, por cuanto que los liberales cafetaleros
dominaros el país hasta los Inicios de la guerra civil.” (Los subrayados son míos).
Otros aspectos de la Reforma Liberal
“Se funda en 1879 la Dirección de Estadística y se ordena levantar el primer censo
general de la república. Se suprimen los diezmos a favor de la Iglesia con el objeto
de emancipar o quitar las trabas que ésta le imponía a la agricultura. Se establece la
libertad de cultos sin pre-eminencia alguna y la nacionalización de los edificios y
propiedades que sin ningún provecho ocupaban las comunidades religiosas del país.
El 8 de marzo de 1887 se aprueban los Códigos Civil y de Procedimientos civiles y
se instituyó el REGISTRO DE LA PROPIEDAD INMUEBLE. Así mismo se organizan
los servicios de Correos y Telecomunicaciones, se funda la primera industria textil en
Quetzaltenango denominada fábrica Cantel. El 19 de julio de 1884 ingresa la ciudad
capital la primera máquina ferroviaria. En síntesis en el renglón agrícola hubo
progreso ya que la mayoría de terrenos baldíos fueron convertidos en campiñas bien
cultivadas, el producto de auge de esta época fue el café. En el año de 1874 con los
bienes expropiados a la iglesia se funda el primer banco del país que se le denominó
BANCO NACIONAL DE GUATEMALA. En 1884 se construye el primer puerto en la
costa atlántica en el departamento de Izabal. Otro aspecto importante fue el avance
en materia educativa en el país y la obligatoriedad de asistencia a la misma.”
Aspectos negativos del periodo liberal
a) A las personas allegadas a su persona se les otorgó grandes cantidades de
tierra, generando con ello el latifundio burgués.
b) Impulsa el auge de la Industria Cafetalera en detrimento de otros cultivos.
c) El cultivo del café se mantiene sobre la base de la explotación de la mano de
obra barata, especialmente en la época de la recolección.
d) La fuerza de trabajo que se emplea para la Industria cafetalera se empieza
reclutar con base en el sistema de habilitaciones (anticipo de dinero).
e) Da inicio el préstamo usurero, especialmente el alemán.
D. La Reforma Agraria, Decreto 900, como consecuencia de la revolución de
Octubre 1944.
La reforma agraria llevada a cabo en 1952 queda contextualizada en el proceso de
instauración de un régimen revolucionario que se desarrolló entre 1945 y 157
Durante este periodo se trató de pones fin a la propiedad y a la relación social feudal
en el campo, en un intento de llevar al país hacia un desarrollo capitalista a través de
una política de industrialización. La reforma agraria pretendióliberar la fuerza de
trabajo campesina, lo que logró por la vía de terminar con toda forma de aparcería y
con la ampliación del mercado interior. La reforma agraria, conforme el articulado del
Decreto 900, texto legal sobre el que se apoyó para su puesta en marcha, se basó
en ocho líneas de acción:
 Fueron expropiadas las tierras de propiedad individual de más de 200
hectáreas que hubieran estado improductivas o arrendadas durante los tres
años anteriores, así como aquellas menores de 200 hectáreas que no
estuvieran cultivadas al menos en sus tres cuartas partes. No fueron
afectadas por esta medida expropiatoria las propiedades de hasta 90
hectáreas que estuvieran sembradas de producciones destinadas al mercado,
así como las de más de 448 hectáreas en el caso de los cafetales, mí
tampoco las tierras pertenecientes a comunidades indígenas.
 Las fincas nacionales fueron parceladas.
 Las tierras propiedad del Estado y las tierras expropiadas fueron transferidas a
los campesinos beneficiarios a través de tres fórmulas: en propiedad estatal
que pasaba a los campesinos después de veinticinco años (pagando cada año
el precio correspondiente al 5 por ciento del valor de las cosechas), en
arrendamiento vitalicio (con la misma fórmula de pago), o en usufructo vitalicio
(pagando el 3 por ciento).
 Las fincas nacionales fueron entregadas siguiendo las tres fórmulas
anteriormente señaladas.
 El arrendamiento vitalicio también fue aplicado en aquellas tierras no
cultivadas O que ya estuvieran en arrendamiento y que tuvieran menos de 90
hectáreas.
 La indemnización a los propietarios expropiados se realizó sobre la base de
sus declaraciones fiscales presentadas antes del día de entrada del proyecto
de reforma al Congreso de la República. En el caso de que la finca no
estuviera declarada, se tomó como referente las declaraciones de las
propiedades vecinas.
 Las dimensiones de las parcelas adjudicadas a los campesinos eran las de un
mínimo de 4 hectáreas y un máximo de 7 en el caso de las tierras cultivadas y
de un mínimo de 11 hectáreas y un máximo de 18 para las tierras no
cultivadas pero cultivables. Se hacía la aclaración de que cuando la tierra
cultivada no alcanzara las 7 hectáreas sería complementada
proporcionalmente con tierra cultivable hasta alcanzar las 18 hectáreas. No
obstante, atendiendo a la experiencia, estas dimensiones fueron modificadas
en 1953 para reducir el tamaño de las parcelas.
 Se estableció un sistema jerárquico de ejecución de la reforma agraria
conformado por cinco miembros: uno nombrado por el gobierno, uno por la
municipalidad correspondiente y tres por los sindicatos locales. En el caso de
que no existieran sindicatos en la localidad o, por el contrario, hubiera más de
una organización, se procedía a elegir a los tres representantes en asambleas
convocadas para el efecto.
“En los dos años que duró el proceso, estas medidas reformistas tuvieron un impacto
muy significativo en el campo, beneficiando, cuando menos, a más de cien mil
campesinos (algunos cálculos arrojan balances entre cuatrocientos y quinientos mil)
y afectando a 603.615 hectáreas de fincas particulares y 280.000 de fincas
nacionales lo que generó un efecto extraordinario en el incremento de la
productividad agrícola de aquellos cultivos de consumo básico (maíz, frijol y trigo) y
de algunos otros de exportación como el algodón, lo que vino a producir sinergias
positivas en la Industria textil, ya que no sólo había abundante materia prima en el
mercado internacional, sino que se pudo abastecer en gran medida el mercado
interno. La movilización de recursos financieros también fue muy importante, por
cuanto que el Crédito Hipotecario Nacional y el Banco Nacional Agrario aprobaron
créditos por un total de doce millones de dólares, de los que nueve fueron
entregados. Por otra parte, paralelamente, se extendió el servicio bancario,
existiendo sucursales del Banco Nacional Agrario en todas las regiones de
Guatemala.”
“De otro lado, los campesinos fueron también beneficiados por leyes y programas de
carácter social, tales como la capacitación técnica, la alfabetización, la declaración
de caminos vecinales y nacionales, etcétera. Y tampoco conviene olvidar que la
participación directa del campesinado fue notable y relevante, tomando decisiones en
materia de política agraria a través de los comités agrarios locales y en la misma
dirección nacional. En 1954, el presidente Arbenz fue derrocado por un golpe militar,
con lo que la subsiguiente contrarrevolución dio marcha atrás en el proceso
reformista, paralizando todas las medidas llevadas a efecto e incluso devolviendo
gran parte de la tierra repartida a sus antiguos propietarios.”

E. La regulación Agraria de 1954 a 1996.


En forma paralela, la política agraria inició con la contra-reforma un proceso de
expansión de la producción agrícola que duró hasta muy entrada la década de 1980.
Para lo cual se inició la entrega de tierras del Estado, quien en los inicios de la
década de 1950 poseía cerca del 68% del territorio nacional. El Norte del país
(Franja Transversal del Norte) y Petén resultaron ser los espacios más adecuados.
Hasta mediados de los años ochenta se habían distribuido entre campesinos cerca
de 660,000 hectáreas a 87,000 beneficiarios. Por su parte, el FYDEP (Fomento y
Desarrollo del Petén) entregó cerca de 1, 980,000 hectáreas a 39,000 beneficiarios,
en extensiones de 5 a 15 caballerías, muchas de cuales fueron entregadas a
personas no campesinas. Este proceso de expansión se dio paralelamente al
conflicto armado interno (1961-1996), lo cual significó: a) sostener un sistema de
privilegios para grandes terratenientes, militares y políticos en el poder, b) mantener
en constante control de carácter contrainsurgente sobre las comunidades
campesinas; c) represión política de la disidencia política; y mecanismos de
resolución de conflictos agrarios debilitados, junto a un sistema de Justicia
burocrático y marginal para Intervenir en la problemática agraria.
De todos estos elementos, el que más afectó a la comunidad campesina Pobre, en
especial en el occidente del país, fue la represión desencadenada por el Ejercito en
la última parte de la década de los años setenta y primera de los ochenta, La
Comisión del Esclarecimiento Histórico, CEH, concluye que existieron graves
violaciones a los derechos humanos, incluido el genocidio. En el ámbito agrario la
mayor afectación se dio con el desplazamiento de población. Se calcula que como
resultado del hostigamiento y agresión por parte del Ejército, en especial a las
comunidades Indígenas, a quienes se consideró colaboradoras (de los grupos
Insurgentes, agrego yo) entre 500,000 y un millón y medio de personas fueron
obligadas a abandonar sus lugares de asentamiento y tierras de cultivo.
La fuerza social que se situó detrás del Decreto 900, fue tan importante que los
gobiernos posteriores tuvieron, pronunciamientos, ambiguos respecto de la reforma
agraria. En efecto, utilizaron al inicio del periodo contrarrevolucionario un lenguaje
que no coincidía con los hechos; en el decreto 559 se propuso expropiar las tierras
con más de cinco años de ociosidad, o con Incumplimiento en el pago de Impuestos
progresivos sobre áreas ociosas a favor de campesinos que la demandaran. Sin
embargo, no hay Indicios de que una sola hectárea de las 99,077 Incluidas por tal
disposición haya sido expropiada. Se justificó la ilegalidad de la antigua Ley de
Arrendamiento forzoso, aduciendo que los más afectados habían sido campesinos
pobres, ya que las denuncias para forzar el arriendo fueron Indiscriminadas.
Posteriormente, se vuelve a legislar, normando las relaciones de arrendamiento,
estipulando que el límite en el precio de la tierra arrendada no fuera superior al del
6% del valor de la cosecha obtenida. Salvo excepciones, la ley no se aplicó y el
proceso de desmantelamiento de las transformaciones anteriores se realizó en el
corto plazo. De hecho “durante los seis primeros meses que siguieron al
derrocamiento del gobierno de Arbenz, la mayoría de las expropiaciones de tierra
fueron anuladas.

F. El acuerdo socioeconómico y situación agraria, derivado de los acuerdos de


paz y su influencia en la situación agraria actual en Guatemala.

Previo a desarrollar el aspecto agrario contenido en este acuerdo, necesario creo es,
trasladar parte del considerando, para lo cual cito;
Considerando
Que una paz firme y duradera debe cimentarse sobre un desarrollo socioeconómico
orientado al bien común que responda a las necesidades de toda la población. …
SITUACIÓN AGRARIA Y DESARROLLO RURAL
La resolución de la problemática agraria y el desarrollo rural son fundamentales e
ineludibles para dar respuesta a la situación de la mayoría de la población que vive
en el medio rural, y que es la más afectada por la pobreza, la pobreza extrema, las
iniquidades y la debilidad de las instituciones estatales. La transformación de la
estructura de la tenencia y el uso de la tierra debe tener como objetivo la
incorporación de la población rural al desarrollo económico, social y político, a fin de
que la tierra constituya para quienes la trabajan base de su estabilidad económica,
fundamento de su progresivo bienestar social y garantía de su libertad y dignidad.
28. Dentro de la problemática del desarrollo rural, la tierra tiene un carácter central.
Desde la conquista hasta nuestros días, los acontecimientos históricos, a menudo
trágicos, han dejado secuelas profundas en las relaciones étnicas, sociales y
económicas alrededor de la propiedad y de la explotación del recurso tierra. Han
llevado a una situación de concentración de recursos que contrasta con la pobreza
de la mayoría, lo cual obstaculiza el desarrollo del país en su conjunto. Es
indispensable subsanar y superar este legado, promover un agro más eficiente y más
equitativo, fortaleciendo el potencial de todos sus actores, no solamente en el ámbito
de las capacidades productivas sino también en la profundización de las culturas y
los sistemas de valores que conviven e intercambian en el campo guatemalteco.
29. Estos cambios permitirán que el país aproveche efectivamente las capacidades
de sus habitantes, y, en particular, la riqueza de las tradiciones y culturas de sus
pueblos indígenas. Que aproveche asimismo el alto potencial de desarrollo rural que
debe a su riqueza en recursos naturales (agrícolas, forestales, biogenéticos e
hídricos), y al potencial económico de la explotación agrícola, industrial, comercial y
turística de dichos recursos naturales.
30. La resolución de la situación agraria es un proceso complejo que abarca
múltiples aspectos de la vida rural, desde la modernización de las modalidades de
producción y de cultivo, hasta la protección del ambiente, pasando por la seguridad
de la propiedad, la adecuada utilización de la tierra y del trabajo, la protección laboral
y una distribución más equitativa de los recursos y beneficios del desarrollo. Se trata
también de un proceso social cuyo éxito no reposa sólo sobre el Estado sino también
sobre una convergencia de esfuerzos por parte de los sectores organizados de la
sociedad, conscientes que el bien común requiere romper con los esquemas y
prejuicios del pasado y buscar formas nuevas y democráticas de convivencia.
31. Corresponde al Estado un papel fundamental y urgente en este proceso. Como
orientador del desarrollo nacional, como legislador, como fuente de inversión pública
y prestatario de servicios, como promotor de la concertación social y de la resolución
de conflictos, es esencial que el Estado aumente y reoriente sus esfuerzos y sus
recursos hacia el campo, e impulse en forma sostenida una modernización agraria en
la dirección de una mayor justicia y de una mayor eficiencia.
32. Los acuerdos ya firmados sobre derechos humanos, sobre reasentamiento de las
poblaciones desarraigadas por el enfrentamiento armado y sobre identidad y
derechos de los pueblos indígenas contienen compromisos que constituyen
elementos indispensables de una estrategia global en favor del desarrollo rural. Es
en congruencia con estas disposiciones que el Gobierno se compromete, mediante el
presente Acuerdo, a impulsar una estrategia integral que abarque los múltiples
elementos que conforman la estructura agraria y que incluyen la tenencia de la tierra
y el uso de los recursos naturales; los sistemas y mecanismos de crédito; el
procesamiento y la comercialización; la legislación agraria y la seguridad jurídica; las
relaciones laborales; la asistencia técnica y la capacitación; la sostenibilidad de los
recursos naturales y la organización de la población rural. Dicha estrategia incluye:
A. Participación
33. Movilizar las capacidades propositivas y constructivas de todos los actores
involucrados en el agro, ya se trate de las organizaciones de los pueblos indígenas,
de asociaciones de productores, de los empresarios, de los sindicatos de
trabajadores rurales, de las organizaciones campesinas y de mujeres o de las
universidades y centros de investigación del país. Para ello, además de lo dispuesto
en otros capítulos del presente Acuerdo, el Gobierno se compromete a:
a) Fortalecer la capacidad de las organizaciones rurales, tales como Empresas
Campesinas Asociativas, cooperativas, asociaciones campesinas, empresas mixtas y
empresas autogestionarias y familiares, de participar plenamente en la toma de
decisiones sobre todos los asuntos que les conciernen y crear o reforzar las
instituciones del Estado, especialmente las del sector público agrícola, activas en el
desarrollo rural a fin de que propicien esta participación, promoviendo en particular el
pleno acceso de las mujeres a la toma de decisiones. Ello fortalecerá la eficiencia de
la acción estatal y su congruencia con las necesidades de las áreas rurales. Se
promoverá, en particular, la participación en los consejos de desarrollo como
instrumento de elaboración participativa de los planes de desarrollo y de
ordenamiento territorial;
b) Fortalecer y ampliar la participación de organizaciones campesinas, mujeres del
campo, organizaciones indígenas, cooperativas, gremiales de productores y
organizaciones no gubernamentales, en el Consejo Nacional de Desarrollo
Agropecuario, como el principal mecanismo de consulta, coordinación y participación
social en la toma de decisiones para el desarrollo rural y en particular para el
cumplimiento del presente capítulo.
B. Acceso a tierra y recursos productivos
34. Promover el acceso de los campesinos a la propiedad de la tierra y uso
sostenible de los recursos del territorio. Para ello, el Gobierno tomará las siguientes
medidas:
Acceso a la propiedad de la tierra: fondo de tierras
a) Crear un fondo fideicomiso de tierras dentro de una institución bancaria
participativa para la asistencia crediticia y el fomento del ahorro preferentemente a
micro, pequeños y medianos empresarios. El fondo de tierras concentrará la potestad
del financiamiento público de adquisición de tierras, propiciará el establecimiento de
un mercado transparente de tierras y facilitará el desarrollo de planes de
reordenamiento territorial. La política de adjudicación del fondo priorizará la
adjudicación de tierras a campesinos y campesinas que se organicen para el efecto,
teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad económica y ambiental;
b) Para asegurar que sus beneficios lleguen a los sectores más necesitados, el
Fondo de Tierras contará con un departamento especial de asesoría y gestión para
atender a las comunidades y organizaciones campesinas;
c) El fondo se conformará inicialmente con las siguientes tierras:
i) Tierra de baldíos nacionales y de fincas registradas a nombre de la nación;
ii) Tierras nacionales entregadas en forma irregular en zonas de colonización,
especialmente en el Petén y la Franja Transversal del Norte, que el Gobierno se
compromete a recuperar mediante acciones legales;
iii) Tierras que se adquieran con los recursos que el Gobierno está destinando al
Fondo Nacional para la Tierra y el Fondo Nacional para la Paz para tal finalidad;
iv) Tierras que se adquieran con donativos de Gobiernos amigos y organizaciones no
gubernamentales internacionales;
v) Tierras que se adquieran con préstamos de organismos financieros
internacionales;
Vi) Tierras ociosas que se expropien de acuerdo con el artículo 40 de la Constitución;
vii) Tierras que se adquieran con recursos provenientes de la venta de excesos de
tierras que pudieran resultar en las propiedades privadas al comparar la medida real
con la superficie registrada en el registro de la propiedad inmueble y que
corresponden al Estado;
viii) Tierras que pudiera adquirir el Estado en aplicación del artículo 40 del Decreto
1551;
ix) Tierras que el Estado pudiera adquirir por cualquier título;
x) Donaciones de todo tipo.
d) El Gobierno promoverá y promulgará una ley que regule todas las actividades del
Fondo de Tierras. Dicha ley establecerá, entre otros, los objetivos, funciones,
mecanismos de financiamiento y adquisición y adjudicación, origen y destino de las
tierras. Para 1999, se evaluará si las adjudicaciones han logrado sus objetivos y, si
fuera necesario, se modificará la operatividad del programa de adjudicaciones;
Acceso a la propiedad de la tierra: mecanismos financieros
e) Propiciar la creación de todos los mecanismos posibles para desarrollar un
mercado activo de tierras que permita la adquisición de tierras para los campesinos
que no la poseen o la poseen en cantidad insuficiente a través de transacciones de
largo plazo a tasas de interés comerciales o menores y con un mínimo o sin
enganche. En particular, propiciar la emisión de valores hipotecarios, con garantía
del Estado, cuyo rendimiento sea atractivo para el mercado privado y particularmente
para las instituciones financieras;
Acceso al uso de recursos naturales
f) Para 1999, haber otorgado a pequeños y medianos campesinos legalmente
organizados, en concesiones de manejo de recursos naturales, 100,000 hectáreas
dentro de áreas de uso múltiple para fines de manejo forestal sostenible,
administración de áreas protegidas, ecoturismo, protección de fuentes de agua y
otras actividades compatibles con el uso potencial sostenible de los recursos
naturales de dichas áreas;
g) Promover y apoyar la participación del sector privado y las organizaciones
comunitarias de base en proyectos de manejo y conservación de recursos naturales
renovables a través de incentivos, subsidios directos focalizados o mecanismos de
financiamiento en condiciones blandas, en consideración de los beneficios no
monetarios que dichos proyectos aportan a la colectividad nacional. En consideración
del beneficio que constituye para la comunidad internacional el manejo sostenible y
la conservación del patrimonio forestal y biogenético del país, el Gobierno promoverá
activamente la cooperación internacional con este empeño;
Acceso a otros proyectos productivos
h) Desarrollar proyectos productivos sostenibles, especialmente orientados a
aumentar la productividad y la transformación de productos agropecuarios, forestales
y pesqueros, en las zonas más pobres del país. En particular, para el período 1997-
2000, en las zonas de mayor índice de pobreza, garantizar la ejecución de un
programa de Inversiones del sector público agropecuario en las cadenas productivas
vinculadas a la agricultura, silvicultura y pesca por un monto global de 200 millones
de quetzales;
i) Impulsar un programa de manejo de recursos naturales renovables que incentive la
producción forestal y agroforestal sostenible, así como proyectos de artesanía,
pequeña y mediana industria que den valor agregado a productos del bosque;
j) Impulsar oportunidades productivas relacionadas con procesamiento agroindustrial,
comercialización, servicios, artesanía y turismo, entre otros, buscando la generación
de empleo y un justo ingreso para todos;
k) Impulsar un programa de desarrollo ecoturístico, con amplia participación de las
comunidades debidamente capacitadas.
C. Estructura de apoyo
35. Además de un acceso más equitativo a los recursos productivos, una estructura
agraria más eficiente y más justa supone el desarrollo de una estructura de apoyo
que permita que los campesinos tengan creciente acceso a facilidades de
comercialización, información, tecnología, capacitación y crédito. Además de los
compromisos de inversión social, particularmente en salud, educación, vivienda y
trabajo, estipulados en el capítulo sobre desarrollo social, el Gobierno se
compromete a:
Infraestructura básica
a) Conducir la inversión pública y generar un marco que estimule la inversión privada
hacia el mejoramiento de la infraestructura para la producción sostenible y
comercialización, especialmente en áreas de pobreza y pobreza extrema.
b) Elaborar un programa de inversiones para el desarrollo rural con énfasis en
infraestructura básica (carreteras, caminos rurales, electricidad, telecomunicaciones,
agua y saneamiento ambiental) y de proyectos productivos por un monto de 300
millones de quetzales anuales para el período 1997-1999.
Crédito y servicios financieros
c) Iniciar a más tardar en 1997 las operaciones del fondo de tierras y promover
simultáneamente las condiciones que permitan a los pequeños y medianos
campesinos acceder a recursos de crédito, de forma individual o colectiva y d una
manera financieramente sostenible. En particular, con el apoyo del sector
empresarial y de las organizaciones no gubernamentales de desarrollo, se propiciará
el fortalecimiento de agencias locales de ahorro y crédito, tales como asociaciones,
cooperativas y otras, que permitan la canalización de crédito y el ofrecimiento de
servicios financieros a pequeños y medianos empresarios en forma eficiente y
ajustada a las necesidades y condiciones locales.
Capacitación y asistencia técnica
d) Fortalecer, descentralizar y ampliar la cobertura de los programas de capacitación,
especialmente aquellos destinados a mejorar la capacidad de gestión empresarial a
distintos niveles en el área rural, incorporando como vehículos de esta acción al
sector privado y a las organizaciones no gubernamentales.
e) Desarrollar programas de asistencia técnica y capacitación para el trabajo que
incrementen la calificación, diversificación y productividad de la mano de obra en el
área rural.
Información
f) Desarrollar un sistema de recopilación, sistematización y difusión de información
agropecuaria, forestal, agroindustrial y de pesca, que permita al pequeño productor
contar con información para sus decisiones en materia de cultivos, insumos,
cosechas, precios y comercialización.
Comercialización
g) Para facilitar el procesamiento y la comercialización de la producción campesina y
la generación de mayor empleo rural, desarrollar un sistema de centros de acopio y
zonas francas.
D. Organización productiva de la población rural
36. La organización de la población rural es un factor determinante para que los
habitantes del campo se conviertan en verdaderos protagonistas de su propio
desarrollo. Reconociendo el papel fundamental de la pequeña y mediana empresa en
la lucha contra la pobreza, la generación de empleo rural y la promoción de un uso
más eficiente de la tierra, es necesario promover una organización más eficiente de
los pequeños productores para que puedan, en particular, aprovechar la estructura
de apoyo descrita en el numeral 35. Para ello, el Gobierno se compromete a:
a) Apoyar a la micro, pequeña y mediana empresa agrícola y rural, fortaleciendo sus
diversas formas de organización, tales como Empresas Campesinas Asociativas,
cooperativas, asociaciones campesinas, empresas mixtas y empresas
autogestionarias y familiares.
b) Afrontar el problema del minifundio mediante:
i) Una política firme y sostenida de apoyo a los minifundistas para que se conviertan
en pequeños empresarios agrícolas, mediante acceso a capacitación, tecnología,
crédito y otros aportes; y
ii) Promover, si los minifundistas lo desean, una concentración parcelaria en aquellos
casos en que la conversión en pequeñas empresas no sea posible debido a la
dispersión y tamaño de las propiedades.
E. Marco legal y seguridad jurídica
37. Guatemala requiere de una reforma del marco jurídico del agro y de un desarrollo
institucional en el área rural que permita -poner fin a la desprotección y el despojo
que han afectado a los campesinos y, en particular, a los pueblos indígenas; que
permita la plena integración de la población campesina a la economía nacional; y que
regule el uso de la tierra en forma eficiente y ecológicamente sostenible de acuerdo a
las necesidades del desarrollo. Con este fin y tomando en cuenta en todos los casos
las disposiciones del Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas,
el Gobierno se compromete a:
Reforma legal
a) Promover una reforma legal que establezca un marco jurídico seguro, simple y
accesible a toda la población con relación a la tenencia de la tierra. Dicha reforma
deberá simplificar los procedimientos de titulación y registro del derecho de
propiedad y demás derechos reales, así como simplificar los trámites y
procedimientos administrativos y judiciales;
b) Promover la creación de una jurisdicción agraria y ambiental dentro del Organismo
Judicial mediante la emisión de la ley correspondiente por el Congreso de la
República;
c) Promover una revisión y adecuación de la legislación sobre tierras ociosas de
manera que -cumpla con lo estipulado en la Constitución -y regular, incluyendo
incentivos y sanciones, la sub utilización de las tierras y su uso incompatible con la
utilización sostenible de los recursos naturales y la preservación del ambiente;
d) Proteger las tierras ejidales y municipales, en particular limitando estrictamente y
de manera pormenorizada los casos en que se puedan enajenar o entregar por
cualquier título a particulares;
e) En cuanto a tierras comunales, normar la participación de las comunidades para
asegurar que sean éstas las que tomen las decisiones referentes a sus tierras;
Resolución expedita de los conflictos de tierra
f) Establecer y aplicar procedimientos judiciales o no judiciales ágiles para dirimir los
litigios sobre tierra y otros recursos naturales (en particular arreglo directo y
conciliación), teniendo en cuenta los compromisos del Acuerdo sobre
Reasentamiento de las Poblaciones Desarraigadas por el Enfrentamiento Armado y
el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas. Además,
establecer procedimientos que permitan:
i) Definir fórmulas compensatorias en caso de litigios y reclamos de tierra en los que
agricultores, campesinos y comunidades en situación de extrema pobreza han
resultado o resultaren desposeídos por causas no imputables a ellos;
ii) Restituir o compensar, según el caso al Estado, las municipalidades, comunidades
o personas cuyas tierras hayan sido usurpadas, o que con abuso de autoridad hayan
sido adjudicadas de manera anómala o injustificada;
g) Regularizar la titulación de las tierras de las comunidades indígenas y de los
beneficiarios del Instituto Nacional de Transformación Agraria que poseen
legítimamente las tierras otorgadas; Institucionalidad
h) Para 1997, haber puesto en marcha una dependencia presidencial de asistencia
legal y resolución de conflictos sobre la tierra con cobertura nacional y con funciones
de asesoría y asistencia legal a los campesinos y trabajadores agrícolas para hacer
valer plenamente sus derechos y, entre otras, las siguientes:
i) Asesorar y dar asistencia legal a los campesinos y trabajadores agrícolas y / o a
sus organizaciones cuando así lo soliciten;
ii) Intervenir en controversias sobre tierras a solicitud de parte para lograr soluciones
justas y expeditas;
iii) En el caso de litigios judiciales, otorgar asesoría y asistencia legal gratuita a los
campesinos y/o sus organizaciones que lo soliciten;
iv) Recibir denuncias sobre abusos que se cometan en contra de las comunidades,
de las organizaciones campesinas y de los campesinos individuales y hacerlas del
conocimiento de la Procuraduría de los Derechos Humanos y/o de cualquier otro
mecanismo de verificación nacional o internacional.
G. Registro de la propiedad inmueble y catastro
38. Con base en lo dispuesto en el numeral 37, el Gobierno se compromete a
promover cambios legislativos que permitan el establecimiento de un sistema de
registro y catastro descentralizado, multiusuario, eficiente, financieramente sostenible
y de actualización fácil y obligatoria. Asimismo, el Gobierno se compromete a iniciar,
a más tardar en enero de 1997, el proceso de levantamiento de información catastral
y saneamiento de la información registro-catastral, empezando por zonas prioritarias,
particularmente para la aplicación del numeral 34 sobre acceso a tierras Y otros
recursos productivos.
H. Protección laboral
39. El Gobierno se compromete a promover una mejor participación de los
trabajadores rurales en los beneficios del agro y una reorientación de las relaciones
laborales e el campo. Pondrá particular énfasis en la aplicación a los trabajadores
rurales de la política laboral definida en el capítulo correspondiente del presente
acuerdo. Una política de protección laboral enérgica, combinada con una política de
capacitación laboral, responde a una exigencia de justicia social. Es también
necesaria para atacar la pobreza rural y estimular una transformación agraria hacia
un uso más eficiente de los recursos naturales y humanos. En virtud de ello, el
Gobierno se compromete a:
a) Asegurar la vigencia efectiva de la legislación laboral en las áreas rurales;
b) Prestar atención urgente a las prácticas abusivas de las cuales son víctimas los
trabajadores rurales migrantes, mozos colonos y jornaleros en el contexto de la
contratación por intermediario, medianía, pago en especie y uso de pesas y medidas.
El Gobierno se compromete a adoptar sanciones administrativa y / o penales, contra
los infractores;
c) Promover las reformas de los trámites de reconocimiento de la personalidad
jurídica de las organizaciones campesinas, con miras a agilizar y simplificar dicho
reconocimiento, aplicando el convenio 141 de la OIT sobre las organizaciones de
trabajadores rurales de 1975.
El contexto del conflicto armado y los Acuerdos de Paz.
Entre las raíces históricas más evidentes del enfrentamiento armado está el despojo
sistemático de las tierras mayas por (...) un Estado autoritario y excluyente de las
mayorías, racista en sus preceptos y en su práctica, que sirvió para proteger los
intereses de los restringidos sectores privilegiados. Las evidencias, a lo largo de la
historia guatemalteca, y con toda crudeza durante el enfrentamiento armado, radican
en que la violencia fue dirigida fundamentalmente desde el Estado en contra de los
excluidos, los pobres, y sobre todo, la población maya (...) (CEH, 1999: 17). Las
matanzas registradas, especialmente aquéllas caracterizadas como masacres
indiscriminadas, se realizaron casi exclusivamente en áreas de población maya.
Estaban acompañadas por el: arrasamiento de aldeas, destruyendo los bienes y
quemando cultivos y casas, dejando a la población sobreviviente sin alimentos (por
ejemplo, en la región Ixil, Alta Verapaz, Wilson, 1991). Como César Castañeda lo
documenta para el Norte de Huehuetenango, las acciones del genocidio por parte del
ejército guatemalteco estaban vinculadas frecuentemente con el interés de los
finqueros de desalojar a los “indios rebeldes” de sus fincas y, con la intención
contraria, las acciones de la guerrilla trataron de recuperar tierras comunales
despojadas por los finqueros ladinos (1988:133pp).
Una vez alcanzada la firma de los acuerdos AIDPI (en 1995) y ASESA (en 1996),
ratificado el 29 de diciembre de 1996, el tema agrario hace parte de una nueva
política de Estado. Los principales compromisos asumidos por el gobierno en el tema
agrario están contenidos en el Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación
Agraria (ASESA), y en forma resumida con los siguientes: Promover el acceso de los
campesinos a la propiedad de la tierra. Propiciar la creación de todos los
mecanismos posibles para desarrollar un mercado activo «de tierras, a través incluso
del financiamiento, para posibilitar la adquisición y legalización. Definir formas claras
y procedimientos para la resolución de conflictos que permitan buscar salidas
Inteligentes y prontas a los problemas de tenencia y uso de la tierra. Brindar a los
campesinos asistencia y asesoramiento legal en tema de acceso a la tierra, cuando
éstos lo soliciten, y fomentar la creación del Sistema Nacional de Catastro y todos los
mecanismos necesarios para revisar y completar la información técnica necesaria
para su conformación.
 Propiciar el uso sostenible de sus recursos, desarrollando proyectos
productivos sostenibles. Especialmente, aquellos destinados a aumentar la
productividad de los sectores agropecuarios, forestales y pesqueros, sobre
todo en las regiones más pobres del país, brindar la capacitación adecuada
para lograr que los campesinos se involucren positivamente en el acceso a
información de mercados, de manera que puedan buscar opciones
económicas factibles.
 Fomentar y fortalecer la participación de los campesinos a través del acceso y
facilitación a pertenecer a empresas campesinas, cooperativas, o cualquier
tipo de organización que les posibiliten participar en las decisiones que
afecten su desarrollo, y que les posibiliten obtener créditos y financiamiento
para mejorar su bienestar, de acuerdo con las condiciones locales. Se hace
énfasis en las formas de participación de la mujer, sobre todo en aquéllas
relacionadas con las decisiones que afecten su desarrollo humano y su
bienestar económico.
 Propiciar el acceso de comunidades organizadas al manejo forestal y el uso
sostenible de recursos provenientes del bosque, el ecoturismo, la
administración de áreas protegidas y otros, adecuando los contenidos de la
capacitación técnica y la educación a la conceptos de protección ambiental.”
Conclusión. Sin duda, los Acuerdos de Paz suscrito en los últimos años marcan un
hito en la historia de Guatemala. Dichos acuerdos no sólo reconoce a Guatemala
como una sociedad pluriétnica, sino también la historia de opresión, discriminación y
exclusión del poder político, económico y social, así como la tenencia de la tierra, de
que han sido objeto el pueblo maya, el pueblo garífuna y el pueblo xinca. Si, como
parece existir consenso, la exclusión de los indígenas de la tierra constituye una de
las causas fundamentales de la dramática guerra civil que causara la pérdida de
tantas vidas humana y el desplazamiento de miles de familias (entrevista a Juan
León, Defensoría Maya, mayo de 2000), es lógico que dichos acuerdos hayan puesto
énfasis en esta materia, comprometiéndose en ellos el Estado guatemalteco a
establecer mecanismos para regularizar los derechos ancestrales de los indígenas
sobre la tierra, con respecto a sus normas consuetudinarias, y creando otros que
posibiliten el acceso a la tierra de aquellos que hoy no la tienen.
Es por ello que los acuerdos constituyen un paso fundamental para la reconstrucción
para las relaciones interétnicas en Guatemala. En especial, constituyen una
oportunidad para abordar uno de los principales factores de la inequidad existente al
interior de este país: el de la marginación de los indígenas de las tierras que
históricamente les pertenecían y a las que sus vidas y culturas siguen estando
vinculadas.
Se debe valorar los esfuerzos realizados en los últimosaños, en particular desde la
suscripción de dichos acuerdos, por el gobierno de Guatemala, con el concurso de
organizaciones indígenas, y el apoyo de la comunidad internacional para abordar
este problema. Los programas impulsados para permitir el reasentamiento en tierras
rurales de la población desarraigada por la guerra, el establecimientode una
dependencia gubernamental destinada a promover la resolución de conflictos
relacionados con la posesión y propiedad de la tierra, la creación del Fondo de
Tierras y los programas de éste impulsados a fin de posibilitar el acceso a la tierra de
quienes carecen de ella a través del mercado, los avances desarrollados en materia
de catastro y registro de la propiedad a objeto de otorgar seguridad jurídica a las
tierras, a los que se ha hecho referencia, son todos los esfuerzos que apuntas en
una dirección positiva.
No puede, sin embargo, dejar de subrayarse las limitaciones de dichas iniciativas
para hacer frente a la gravedad de los problemas relacionados con la tierra que
afectan al mundo rural, en particular al mundo indígena, en Guatemala. La
insuficiencia de los recursos hasta ahora dotados por el Gobierno a las entidades y
programas creados por miras a fomentar el acceso a la tierra de aquellos sectores
que carecen de ella, o para resolver los conflictos de la tierra, y/o regularizar la
situación de la tenencia y propiedad de las tierras rurales, la falta de consideración
que ha existido hasta la fecha de la variable indígena, la discriminación de la que
muchas ocasiones han sido víctima las mujeres, entre ellas las mujeres indígenas, la
lentitud con que se avanza para la puesta en marcha de iniciativas como el catastro y
el registro de la propiedad, que resultan fundamentales para garantizar la certeza
jurídica de los indígenas sobre sus tierras, son algunos de los problemas a destacar.
Los antecedentes disponibles permiten constatar que, a pesar de los esfuerzos
desarrollados en la década de los noventa por el Gobierno de Guatemala y la
cooperación internacional, se mantienen en el ámbito rural los patrones históricos de
discriminación y exclusión que han sido característicos de la historia de este país,
afectando en particular a la población indígena. Del total de productores agrícolas
existentes en Guatemala a 1998 un 4%, en su mayoría indígena, considerados
productores de un nivel de infra subsistencia (37% con un total de 2,5 millones) o de
subsistencia (59% con un total de cuatro millones), controlan un 30% de la tierra
agrícola de Guatemala, mientras que el 4% restante considerados productores
excedentarios y comerciales, controlan el 70% de la tierra agrícolas (MAGA, 1998 en
MINUGUA, 1999:2).
La mayor parte de las familias ubicadas en sectores de infra subsistencia y
subsistencia se ubican en terrenos cuya capacidad productiva es limitada y han sido
sobre utilizados. Dado los bajo rendimientos de dichas tierras, la mayor parte de
estos productores, en su mayoría indígenas, está baja la línea de la pobreza. Ello
contribuye a la expulsión de dichos productores de sus tierras. (MINUGUA, 199:2).
Se debe hacer notar que, en contraste con otros países de América Latina, la
migración campesina por acceso a la tierra presenta actualmente en Guatemala una
mayor dinámica que la migración hacia los centros urbanos. Los mayores niveles de
crecimiento de la población se presentan en los municipios de las tierras bajas del
norte, junto con algunos bolsones de crecimiento en el altiplano occidental, A nivel de
departamento, por ejemplo, los más altos porcentajes de crecimiento de la población
entre 1973 y 1994 se verifican en El Petén (251%) y en Alta Verapaz (93%), todos
ellos de carácter eminentemente rural (ONU, 1999:133).
Esta situación, junto a los patrones históricos de marginación de la tierra de la
población indígena, contribuyen a explicar por qué a 1998 se estimaba que 1,2
millones de familias campesinas (seis millones de personas), en su mayoría
indígena, carecían de tierra en Guatemala (USAID, 2000:18).
A ello hay que agregar la situación de grave inseguridad jurídica en la tenencia de la
tierra que, de conformidad a todos los análisis, continúa existiendo en el sector rural
de Guatemala, a consecuencia de los factores antes explicitados. Dicha inseguridad,
que se manifiesta en la persistencia de conflictos sobre la tenencia de la tierra que
afectan a la población rural, en particular a la población campesina e indígena,
además de afectar gravemente la productividad agrícola del país, dificulta seriamente
los esfuerzos que se han venido desarrollando en los últimos años para permitir un
mayor acceso de la población indígena a la tierra a través del mercado. La
superación de este problema resulta, en opinión de este autor, sino previa al
desarrollo de iniciativas como el Fondo de Tierras, al menos paralela en el tiempo a
su ejecución, y no posterior como ha sido hasta la fecha.
Si bien no hay cifras sobre el particular, esta situación parece afectar una proporción
muy significativa de los productores rurales, y muy especialmente a la población
indígena, cuyas tierras comunales no han encontrado reconocimiento legal, o han
sido trasmitidas de conformidad a normas consuetudinarias no formalizadas de
acuerdo a los requerimientos establecidos en la ley vigente.
Los lineamientos para el enfrentamiento de los graves problemas aquí referidos, que
afectan el acceso de la población indígena a la tierra, están claramente establecidos,
a juicio de este autor, en los acuerdos de paz sobre Identidad y Derechos de los
Pueblos Indígenas y sobre aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria, cuya
materialización -según todos los antecedentes disponibles siguen estando en gran
medida pendiente, La necesidad de dar un mayor cumplimiento al primero de estos
acuerdos a objeto de abordar los graves problemas que afectan a la población
campesina indígena en Guatemala, ha sido subrayada recientemente por
MINUGUA4.: Dicha entidad sostiene al respecto:
El cumplimiento de los compromisos relativos a la tierra de los pueblos indígenas es
aún insuficiente. MINUGUA estima que es urgente; integrar en una política nacional
la dimensión de la pluriculturalidad, desarrollar normas legales que faciliten la
titulación y administración de las tierras de acuerdo con la normatividad
consuetudinaria de las comunidades indígenas y, normar la titulación de las tierras
municipales o nacionales con clara tradición comunal, Es necesario también,
incorporar a la discusión, la protección de la biodiversidad y gestión de recursos
naturales, particularmente el agua, así como el impacto diferenciado que tienen
sobre las mujeres indígenas las prácticas culturales relativas a la herencia de la
tierra. Esto es indispensable para superar la grave situación de exclusión social,
segregación étnica, y pobreza crónica de la mayoría de los campesinos indígenas del
país (MINUGUA, 2000, capítulo VI, párrafo 3).
La misma situación es constatada por MINUGUA al analizar el cumplimiento de los
acuerdos sobre situación agraria. Entre los desafíos pendientes identificados por esta
entidad en la materia figuran: la promoción de reformas legales para establecer un
marco jurídico simple y accesible a toda la población con relación a la tenencia de la
tierra; la promoción de acciones afirmativas que faciliten el acceso de las mujeres a
la tierra; la promulgación por ley de una jurisdicción agraria y ambiental; la protección
de las tierras ejidales y municipales, limitando los casos en que éstas puedan ser
enajenadas o entregadas por cualquier título a particulares; el otorgamiento de
asesoría jurídica gratuita por CONTIERRA a campesinos que las requieran en casos
de conflictos de tierra; el incremento de los recursos de esta entidad, ; la
incorporación a FONTIERRAS de todas aquellas tierras previstas en la ley, en
especial en el Petén y la Franja Transversal del Norte; la dotación a esta entidad de
mayores recursos; acelerar el proceso de regularización de los expedientes recibidos
del INTA; la promulgación de una ley de registro de información catastral; el
establecimiento de una nueva escala impositiva para el impuesto anual sobre tierras
ociosas, fijando impuestos más altos a estas tierras y a las subutilizadas por
particulares; y, la promoción y aplicación de la legislación de un impuesto territorial
de fácil recaudación por las municipalidades (MINU. GUA, 2000, capítulo VI, párrafo
6).
Finalmente, la aplicación de las disposiciones relativas a la protección que las tierras
y territorios indígenas contenidas en el Convenio 169 de la OIT, así como la
aprobación por instancias pertinentes de las disposiciones relativas a los derechos
de los pueblos indígenas contenidas en el proyecto de reforma constitucional
rechazado en 1999, que también podrían contribuir a lograr un mayor fortalecimiento
de los indígenas a la tierra en Guatemala en un futuro próximo.”

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