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TRABAJO GRUPAL

PROCEDIMIENTO CONSTITUCIONAL

TEMA:
ACCIÓN POR INCUMPLIMIENTO
DOCENTE:
AB. VIELKA MARISOL PÁRRAGA MACÍAS
ESTUDIANTES:
BASURTO JIMENEZ FRANKLIN JOSUE
BRIONES GILER JUAN CARLOS
MENDOZA SÁNCHEZ MAURO ANDREE
PARRALES FALCONÍ YASSER ISMAEL
SALTOS BRAVO JOHAN MANUEL
VERA ZEBALLOS LELIS ANTONIO
CARRERA:
DERECHO
NIVEL Y PARALELO:
SÉPTIMO “B”

PERIODO ACADÉMICO:
OCTUBRE 2023– MARZO 2024

PORTOVIEJO, MANABÍ – ECUADOR


Introducción

Las garantías jurisdiccionales, pueden definirse como aquellos mecanismos que la Ley

pone a disposición de las personas para garantizar la protección y el restablecimiento de sus

derechos constitucionales cuando estos se hayan vulnerado, es así, que cada una de las

garantías jurisdiccionales, previstas en la Constitución y desarrolladas de manera específica

en la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional (LOGJCC en

adelante) está diseñada para garantizar la protección directa y eficaz de estos derechos en el

marco de la justicia constitucional, en primer lugar, declarando la vulneración del derecho

que se alega que ha sido vulnerado, y en segundo lugar declarando la debida reparación

integral de acuerdo a la medida del daño generado.

En total, la Constitución y la LOGJCC prevén las siguientes garantías: acción de

protección, acción extraordinaria de protección, acción extraordinaria de protección contra

decisiones de la justicia indígena, acción de habeas corpus, acción de habeas data, acción de

acceso a la información pública, acción de incumplimiento, y acción por incumplimiento.

Cada una protege derechos que se vulneran a través de una acción u omisión, no obstante

¿qué sucede en aquellos casos cuando ya se ha seguido un procedimiento que ha finalizado

en la declaración de la vulneración y reparación de un derecho, y aún sí, existe una omisión

u inobservancia por parte de la autoridad encargada de ejecutarlo?, por ejemplo, en

extenuante procedimiento llevado a cabo ante organismos internacionales en contra del

Estado Ecuatoriano, el cual resulta en sentencia favorable para la víctima ¿existe garantía o

mecanismo alguno en el derecho interno, que permita hacer exigible al Estado Ecuatoriano

esta obligación proveniente de sentencia internacional?


Con esta finalidad, existe precisamente la antes mencionad acción por incumplimiento,

para reivindicar los mandatos con fuerza de ley, contenidos en las mismas normas jurídicas,

o en sentencias internacionales tal como se ha ilustrado en líneas anteriores. De este modo,

la importancia de esta garantía es tal, que permite la resguardar dos de los principios y

derechos fundamentales en un Estado constitucional de derechos y justicia, como los son la

seguridad jurídica y el debido, reconocidas en la misma Constitución, concretamente, dentro

de los denominados “derechos de protección”. Puesto que, la seguridad, en virtud del artículo

88 de la Constitución, refiere precisamente al objeto de garantizar la existencia y el respeto

por la Constitución y las normas jurídicas previas, claras, públicas y aplicadas por las

autoridades competentes, incluyendo en este caso a las sentencias internacionales, toda vez

que las mismas adquieren fuerza y carácter de ley, esto por su puesto, a la luz de lo que

establece el primer artículo de la Constitución referente a los derechos de protección, donde

se menciona (entre otras cosas) que el incumplimiento de las resoluciones judiciales será

sancionado por la ley.

Por lo expuesto, el presente trabajo de investigación se enfocará el desarrollar un abordaje

teórico, normativo, y práctico sobre la acción por incumplimiento, una vez que se ha

destacado a muy breves rasgos su relevancia a la luz del marco constitucional y los derechos

de las personas, para dicho efecto, se destacará su concepto, objeto y ambito de protección,

su procedencia, y por supuesto, el procedimiento a seguir dentro de la misma, y finalmente,

para fines prácticos e ilustrativos, se realizará un análisis de una sentencia de acción por

incumplimiento, enfatizando en los puntos importantes de su estructura, y la decisión que se

tomó.
Desarrollo

El derecho, ha ido evolucionando a través de diversas doctrinas, así como escuelas

filosóficas y teóricas que buscaban dotarle tanto de una naturaleza como de un sentido,

digamos de otro modo, dotar de un deber ser. En ese sentido, los constantes conflictos en los

que la humanidad se vería envuelta, cuyas escalas alcanzarían dimensiones sin precedentes

con las dos “Guerras Mundiales” en el pasado siglo XX, terminaron por globalizar un sentido

y un deber ser único para derecho y sus distintas instituciones, transitando desde una postura

enteramente formalista o positivista, hacia un constitucionalismo contemporáneo cuyo

componente esencial sería el de la protección de expectativas mínimas para garantizar la paz

y el bienestar del hombre, esto es, los denominados derechos humanos; o al menos, esa ha

sido la tendencia que se ha marcado para seguir en los países influenciados por la cultura

occidental, entre los cuales se haya por supuesto el Ecuador.

Es por ello, que actualmente en Ecuador, el derecho internacional de los derechos

humanos pasó de ser un discurso político sin verdadero valor jurídico a un ordenamiento

cuya fuerza normativa puede llegar a ser igual o incluso superior a la de la propia

Constitución, siempre que sus normas sean más favorables para la protección de las personas.

Esta tendencia, que empezó con la Constitución de 1998, se profundizó en la Constitución

de 2008 con la incorporación de los instrumentos internacionales de derechos humanos al

ordenamiento jurídico interno, lo cual generó nuevas obligaciones para el Estado, no sólo en

virtud de esos instrumentos, sino también de las decisiones adoptadas por los organismos

autorizados para interpretar dichos instrumentos, especialmente ante vulneraciones de

derechos humanos. (Salazar, 2013)


Es por ello, que el Estado ecuatoriano, al proclamarse como un Estado Constitucional de

derechos y justicia, cuya principal premisa es la de primar y velar por los derechos

constitucionales y fundamentales de las personas, se vería en la obligación de adaptar en su

ordenamiento jurídico los mecanismos para garantizar dicha protección de forma que sea

eficaz e inmediata, y en virtud de ello que nace la denominada acción por incumplimiento,

para garantizar la protección de los derechos humanos y fundamentales, aun cuando el propio

Estado sea el que los está vulnerando.

Acción por incumplimiento: concepto y características

La acción por incumplimiento es una garantía constitucional trascendental de carácter

jurisdiccional cuyo objetivo es garantizar la aplicación de las normas que integran el sistema

jurídico, así como el cumplimiento de sentencias, decisiones o informes de organismos

internacionales de protección de derechos humanos (Ley Orgánica de Garantias

Jurisdiccionales y Control Constitucional, 2014)

Cuando se ha agotado el funcionamiento del sistema judicial o administrativo y existe

sentencia o resolución ejecutoriada, la ley manda que esta debe ejecutarse inmediatamente,

empero, en la práctica ocurre que los jueces o autoridades administrativas se niegan en forma

abierta y franca a ejecutar lo resuelto, demoran su ejecución, o sencillamente ejecutan a

medias; en todos estos casos existe violación de derechos y, contra esta violación, se levanta,

como último remedio, la acción por incumplimiento, por lo cual se dice incluso que esta es

una acción eminentemente democrática, pues constituye un instrumento valioso dentro de

una democracia participativa. (Zabala, 2019)


Por otra parte, luego de haber definido a esta acción, es pertinente ahora destacar las

características específicas e inherentes a su naturaleza jurídica, lo que a su vez permitirá dar

más luces de lo que implica esta garantía. En razón de ello, se destacan las siguientes

características:

- Es una acción de carácter jurisdiccional: esto quiere decir que es una acción que nace de

la Constitución, y de la cual se desprenden limites tanto para el legislador como los jueces,

en razón de que ambos deben abstenerse de distorsionar el sentido por el cual fue creada

dicha acción. Aclarando también, que esta no es una garantía constitucional únicamente

porque nace de la constitución, sino porque protege un derecho constitucional como lo es la,

seguridad jurídica.

- Es una acción que controla la actividad pública: mediante la acción por incumplimiento

se tiende al control de la actividad pública al exigir a la autoridad el cumplimiento de

obligaciones claras, expresas y exigibles contenidas en normas y en informes, decisiones y

sentencias provenientes de organismos internacionales de derechos humanos. En este sentido

la acción por incumplimiento es la herramienta ideal contra la inactividad de la

administración pública.

- Informal: esta es una característica común de las garantías jurisdiccionales, según la cual

los procesos en que se tramitan estas garantías, serán rápidos sencillos eficaces, evitando toda

norma procesal que dilate de forma innecesaria el proceso, así mismo, esta característica

refiere a que no se sacrificará la justicia constitucional por la mera omisión de formalidades

siempre que estas puedan subsanarse.


- Posee elementos de un proceso declarativo: se entenderá por proceso declarativo a todos

aquellos que sirven para obtener una resolución judicial que declare de un derecho, en este

sentido, deberá entenderse que la acción por incumplimiento busca justamente la declaración

o reivindicación de un derecho que se encuentra ya establecido en las normas o sentencias

internacionales cuyo mandato ha sido incumplido.

Objeto y ambito de protección de la acción por incumplimiento

La acción por incumplimiento, tiene el objeto o la finalidad de exigir el efectivo

cumplimiento de las normas, resoluciones, sentencias e informes con carácter y efectos

definitivos y ejecutoriados. Es decir, que, en virtud de esta acción, todo proceso judicial solo

terminará cuando se haya cumplido integralmente la sentencia con la reparación integral y

de este modo cumplir con el reconocimiento de los derechos que han sido vulnerados, tarea

que además le corresponde a la Corte vigilar conforme sus atribuciones. Por esta razón la

norma constitucional ha prescrito que sea el organismo máximo de control constitucional

quien conozca sobe esta acción, conforme con el 436 numeral 9 de la Constitución. (Mancero,

2016)

Es así, que ya la Corte Constitucional mediante sentencia de jurisprudencia vinculante, en

ejercicio de la competencia prevista en el artículo 86, numeral 4 de la Constitución de la

República, determina que las juezas y jueces constitucionales que sin fundamento

constitucional y legal expidan sentencias dentro de garantías jurisdiccionales, que vuelvan

inejecutables las sentencias resueltas previamente, podrán ser destituidos de su cargo por

parte de la Corte Constitucional, garantizándoles el derecho al debido proceso. De hecho, en

la Sentencia No. 031-10-SIS-CC Casos No. 0048- 09-IS y 0025-10-IS, acumulados, la Corte
dispuso la destitución de varios servidores públicos, en la que se ratifica el ejercicio de las

atribuciones establecidas en el art. 86 num. 4 y 436 num. 9 de la Constitución.

Entonces, el objetivo y finalidad de la acción de incumplimiento es consentir que el

ciudadano, sea este una persona natural o jurídica, o esté siendo parte de la administración

pública, pueda acudir ante la autoridad judicial para exigir el fiel cumplimiento de las

sentencias y dictámenes, y en el caso de incumplimiento, la autoridad competente declare

vulneración a derechos y actúe conforme a la Constitución, la Ley y la jurisprudencia

vinculante.

Hasta este punto, es claro el objeto y el ambito de protección de esta acción, en lo que

corresponde a la seguridad jurídica, no obstante, esta acción también protege el derecho a la

tutela judicial efectiva, pues además del acceso gratuito a la justicia, este derecho implica

también que se dé cumplimiento a las decisiones dictadas en la función ordinaria o por la

Corte Constitucional, para un adecuado reconocimiento de lo demandado y se materialice en

forma integral sus pretensiones. En suma, la efectividad en la tutela de los derechos no se

traduce únicamente en la mera construcción de una sentencia o fallo por parte del juez, sino

además que dicho fallo debe ser argumentado, coherente y sobre todo eficaz en cuanto a su

cumplimiento. (Mancero, 2016)

Procedimiento

De acuerdo con Torres (2013) se tienen al menos los siguientes pasos como esenciales

para que dar trámite a la garantía por incumplimiento, los cuales son:

1. La acción debe presentarse ante la Corte Constitucional como lo exigen los

mandatos constitucionales.
2. El accionante debe solicitar que las normas o actos administrativos de carácter

general que no han sido respetadas por la autoridad pública se encuentren vigentes y

sean válidas.

3. Que las normas, actos administrativos de carácter general, sentencias e

informes de organismos internacionales de derechos humanos contengan una

obligación clara expresa y exigible.

4. Que no exista otro mecanismo judicial para lograr el cumplimiento de la

norma, sentencia, decisión o informe, salvo en los casos en los cuales, de no admitirse

la acción por incumplimiento, se provoque un perjuicio grave e inminente para el

accionante.

Por otra parte, como en todo procedimiento, aquí intervienen al menos dos partes

esenciales, por una parte, un legitimado pasivo, y por otra parte el legitimado activo, por lo

que es esencial delimitar quienes podrán ocupar estos roles. Empezando con el legitimado

activo, se determinará conforme al artículo 86.1 de la Constitución, donde se establece que

cualquier persona, grupo de personas, pueblo, comunidad, o nacionalidad, podrá proponer

las acciones previstas en la constitución.

Y en cuanto a la legitimación pasiva, es clara la disposición del artículo 53 de la LOGJCC,

que establece que la acción por incumplimiento procederá en contra de toda autoridad pública

y contra de personas naturales o jurídicas particulares cuando actúen o deban actuar en

ejercicio de funciones públicas, o presten servicios públicos. Procederá contra particulares

también en el caso de que las sentencias, decisiones o informes de organismos internacionales

de protección de derechos humanos impongan una obligación a una persona particular

determinada o determinable.
Acerca de esta norma, no está demás realizar ciertas aclaraciones, o, mejor dicho, señalar

ciertos errores o vacíos, pues si bien habla de “autoridad pública” no refiere de forma general

a las instituciones u órganos del Estado, lo cual puede generar confusiones a la hora de

interponer la acción y a la hora de dirimir sobre su admisibilidad.

Reclamo previo

Cerrando este punto referente a las partes intervinientes, es importante mencionar que esta

acción demanda de un requisito de procedibilidad, o lo que se puede llamar también

“requisito previo”. Y no es más que el denominado “reclamo previo”, que en virtud del

artículo 54 de la LOGJCC, prescribe que para que se configure el incumplimiento que daría

paso a la interposición de la acción, el accionante deberá primero reclamar el cumplimiento

de la obligación a quien deba satisfacerla, y si no se contestare el reclamo en el término de

cuarenta días, se considerará configurado el incumplimiento.

Sumado a esto, la Corte Constitucional ha señalado que el reclamo previo en las acciones

por incumplimiento debe cumplir con los siguientes requisitos: i) Estar dirigido a quien deba

satisfacer el cumplimiento de la obligación; ii) Contener la identificación clara de las

obligaciones (ya sean las normas o las sentencias, decisiones o informes de organismos

internacionales de protección de derechos humanos) cuyo cumplimiento se exige; iii) Que

dichas obligaciones identificadas sean las mismas que las invocadas en la acción por

incumplimiento; y, iv) Solicitar el cumplimiento de dichas obligaciones de manera expresa.

La demanda

Finalmente, no se puede cerrar la explicación referente al procedimiento de la acción por

incumplimiento, sin haber hecho al menos mención a la demanda y sus requisitos, toda vez
que este constituye el acto de proposición a través del cual se ejerce el derecho de acción y

se activa el aparataje jurisdiccional constitucional.

La demanda que presentarán los interesados ante el cumplimiento de la norma, acto

administrativo de carácter general o sentencias e informes de organismos internacionales de

derechos humanos, deberá contener lo siguiente conforme al artículo 55 de la LOGJCC:

1. Nombre completo de la persona accionante. No es necesario comparecer con abogado

tal cómo lo determina la Carta Fundamental 84, sin embargo, si es persona jurídica, si debe

realizarse por intermedio de representante legal.

2. Determinación de la norma, sentencia o informe del que se solicita su cumplimiento,

con señalamiento de la obligación clara, expresa y exigible que se requiere cumplir. Tal como

dispone la Constitución, la norma, acto administrativo de carácter general, sentencia o

informe de organismos internacionales de derechos humanos deben contener obligaciones

concretas, es decir, claras y expresas, y por lógica exigibles.

Es importante añadir a este punto, que si la norma estableciera un mandato abstracto

entrarían en juego elementos de carácter subjetivo e incluso de apreciación política, que

tornarían discutible la aplicación de la acción por incumplimiento. Y en cuanto a las

obligaciones a las que refiere esta garantía, estas pueden ser positivas (cuando exigen el

cumplimiento de algo) así como negativas (la persona o ente estatal debe abstenerse de hacer

algo).

En cuanto a los criterios de estas obligaciones, se dicen que son claras, cuando no dan

lugar a interpretaciones erróneas, y se encuentran plenamente identificados los sujetos

destinatarios que deben cumplir con la obligación y a quien se debe el cumplimiento. Y se


dicen que son expresas cuando en el documento se encuentre plasmada y delimitada la

obligación en cuanto a términos, condiciones, y alcance.

3. Identificación de la persona, natural o jurídica, pública o privada de quien se exige el

cumplimiento.

4. Prueba del reclamo previo.

5. Declaración de no haber presentado otra demanda en contra de las mismas personas,

por las mismas acciones u omisiones y con la misma pretensión. (esto podrá subsanarse en

la misma audiencia)

6. Lugar en el que se ha de notificar a la persona requerida.

A todo lo expuesto, será importante observar la estructura contenida en el artículo 10 de

la LOGJCC.

Una vez que la demanda cumpla con los requisitos establecidos, es admitida a trámite en

un lapso de 24 horas, en donde se sortea un juez ponente, se notifica al accionante con la

fecha y hora de la audiencia en el término de dos días para justificar el incumplimiento y de

ser el caso que existan hechos que deban justificarse, se abre el término de prueba por ocho

días tras los cuales se dictará sentencia. En caso de que el accionado no comparezca a la

audiencia convocada, se elabora el proyecto de sentencia y la Corte en Pleno emitirá una

sentencia en el término de dos días tras la celebración de la audiencia.

Causas de inadmisibilidad

En el apartado anterior, de forma implícita, pero a la vez extensa, se hizo referencia a la

procedencia de la acción por incumplimiento, al establecerse los requisitos para dar inicio, y
los criterios que se manejan a la hora de determinar la exigibilidad de lo determinado en

norma, resolución, sentencia, etc. Por lo tanto, corresponde a continuación hablar de las

causas de inadmisibilidad, es decir, las cuestiones de forma que constituyen el obstáculo o

impedimento para la interposición de la acción que hasta ahora se ha estudiado en el presente

trabajo.

Para ello es pertinente citar lo que dice la misma LOGJCC, específicamente en el artículo

56, donde estable que la acción por incumplimiento no procede en los siguientes casos:

1. Si la acción es interpuesta para proteger derechos que puedan ser garantizados

mediante otra garantía jurisdiccional.

Como se menciona al inicio de este trabajo, cada una de las garantías tendrá por objeto la

protección de determinados derechos constitucionales, es decir, que cada una tendrá su

propios ambito de protección, y es importante que se respeten dichos ambitos y limites, a fin

de no generar confusiones a futuro sobre la aplicación y alcance de las garantías, ni tampoco

para incurrir en lo que se conoce como “desnaturalización de las garantías” que es cuando

estas se alejan de su objeto de protección o se admiten aún bajo causales claras de

improcedencia o de inadmisibilidad.

2. Si se trata de omisiones de mandatos constitucionales.

Este numeral va relacionado al anterior, ya que cuando se trata de omisión de mandatos

constitucionales, ya existe otra garantía que la misma Corte Constitucional ha establecido

mediante sentencia, esto es, la acción de incumplimiento.


3. Si existe otro mecanismo judicial para lograr el cumplimiento de la norma, sentencia,

decisión o informe, salvo en los casos en los cuales, de no admitirse la acción por

incumplimiento, se provoque un perjuicio grave e inminente para el accionante.

Este primer numeral, refiere a una característica común a todas las garantias, y se trata del

carácter subsidiario, esto es, que la justicia constitucional no se considerará como un

reemplazo de la justicia ordinaria, por lo que si existen vías más idóneas para darle resolución

a un conflicto o situación de la que se desprenda la vulneración a un derecho, no debería

invocarse la vía constitucional.

4. Si no se cumplen los requisitos de la demanda.

Como ya se mencionó anteriormente, para que proceda la demanda, la Corte

Constitucional se ha pronunciado en la (Sentencia 002-14-SAN-CC, 2014) respecto a los

requisitos de procedibilidad para estas acciones, que son dos: a) que la norma o decisión que

se pretende cumplir debe tener una obligación clara, expresa y exigible de hacer o no

determinada situación; y b) debe verificarse que el acto administrativo, informe o sentencia

de organismos internacionales no se pueda ejecutar por las vías judiciales ordinarias.

Diferencia entre la acción por incumplimiento y la acción de incumplimiento

Finalmente, pero no por ello menos relevante, es preciso realizar una breve pero concisa

y clara distinción entre dos garantías jurisdiccionales que pueden (y de hecho así sucede)

generar ciertas confusiones por la similitud que guardan no solo en lo gramatical sino también

en sus fines y objetos, sin embargo, a continuación, se podrá observar que la diferencia entre

ambas garantías es de hecho marcada.


De acuerdo con Castro y Pinos (2021) en Ecuador es común la confusión que existe

respecto al objeto de dos garantías jurisdiccionales de conocimiento de la Corte

Constitucional, a partir de la Constitución de Montecristi, así como en el desarrollo

jurisprudencial y normativo. La primera de ellas es la acción por incumplimiento, la cual es

una garantía que obliga al cumplimiento de las normas que integran el ordenamiento jurídico

y de las decisiones, sentencias e informes internacionales a los cuales se encuentra adscrito

el Ecuador; por otra parte, tenemos la acción de incumplimiento, la cual tiene como finalidad

el conocimiento y sanción del incumplimiento de sentencias y dictámenes constitucionales,

así como de los acuerdos reparatorios y resoluciones.

En este sentido, es claro que la acción de incumplimiento tiene un campo de acción en el

ámbito interno al buscar cumplir con las sentencias emitidas en el ámbito nacional (por la

Corte Constitucional); mientras que la acción por incumplimiento tiene una esfera en el

ámbito internacional debido a que su objetivo es dar cumplimiento a sentencias e informes

que provienen del ámbito internacional de derechos humanos. De este modo, estas dos

acciones que tienen su campo de acción en el ámbito de la garantía de cumplimiento de

decisiones, informes o sentencias provenientes del campo interno e internacional, tienen

como objetivo primordial garantizar el cumplimiento de los derechos contenidos en normas

jurídicas de aplicación directa y sancionar al Estado cuando se verifique su negligencia en el

incumplimiento.

Una vez habiéndose realizado el correspondiente abordaje teórico normativo de la

garantias de acción por incumplimiento, es momento oportuno para pasar a ilustrar de manera

práctica la aplicación y funcionamiento de esta acción, por medio de una sentencia real cuya

causa versa justamente sobre esta materia, misma que a continuación será sometida a análisis.
Análisis de la sentencia No. 6-22-AN/23

El presente caso, trata sobre una acción por incumplimiento presentada por el señor

Nelson Serrano ante la Corte Constitucional, ante el incumplimiento respecto de lo que

establece el informe de fondo 84/09 de 6 de agosto de 2009, emitido por la Comisión

Interamericana de Derechos Humanos, mediante el cual se declaró la responsabilidad del

Ecuador por las violaciones de los derechos humanos con las correspondientes medidas de

reparación. A continuación, se revisará e irá dando explicación de la estructura de esta

sentencia, destacando sus puntos más importantes como los antecedentes, la fundamentación,

los problemas jurídicos, y por supuesto, la decisión a la que ha llegado la Corte de la mano

de la debida motivación del caso.

Antecedentes

El 9 de febrero de 2022, Óscar Vela Descalzo, en calidad de apoderado especial y

procurador judicial de Francisco Serrano Pólit, quien es a su vez representante de su padre

Nelson Iván Serrano Sáenz (el “accionante”), presentó una acción por incumplimiento en

contra de la Ministerio de la mujer y derechos humanos (MMDH) y del Ministerio de

Economía y Finanzas (“MEF”), en la que alegó el incumplimiento de los informes 29/08 y

84/09 emitidos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (“CIDH”). Siguiendo

el proceso conforme lo manda la Constitución y la Ley, el 24 de marzo de 2022, el Tribunal

de Sala de Admisión de la Corte Constitucional admitió a trámite la acción planteada.

El 17 de julio de 2008, la CIDH aprobó su informe de fondo preliminar número 29/08 en

el que declaró la violación de los derechos humanos a “la integridad personal, libertad

personal, garantías judiciales, nacionalidad, circulación y residencia” del señor Nelson


Serrano, por parte del Estado ecuatoriano, a causa de una detención ilegal en su contra, en la

cual se lo mantuvo incomunicado y en condiciones inhumanas, para luego ser deportado de

manera ilegal y sumaria a Estados Unidos donde se inició un proceso penal en su contra.

En el mismo informe, la CIDH emitió varias recomendaciones al Ecuador, de la mano con

el informe definitivo 84/09, donde se menciona por ejemplo, que el Estado ecuatoriano debe

continuar brindando asesoría legal a Nelson Serrano conforme el derecho internacional,

también se ordenó que se adecúe su ordenamiento jurídico interno de conformidad al artículo

25 de la Convención Americana, a fin de brindar un recurso sencillo y efectivo en el ámbito

judicial para las personas sometidas a procesos de deportación, entre otras cosas.

Es así, que el Ecuador contrató la asesoría de los abogados Bruce Fleisher y Charles White,

especialistas en casos de pena de muerte, a fin de que preparen y presenten el recurso de

hábeas federal en favor del sr. Nelson Serrano, los cuales remitieron una comunicación a la

embajadora de Ecuador en EE. UU, solicitando fondos para continuar con la presentación

del recurso de hábeas federal y la investigación dentro del caso, en razón de ello, el sr.

Francisco Serrano mediante petición escrita (que luego constituiría el respectivo reclamo

previo), solicitó al Ministerio de la mujer y derechos humanos (MMDH) y al MEF que

cumplan con su obligación de proveer los fondos necesarios para la contratación de los

abogados que brindan asistencia jurídica a su padre, el sr. Nelson Serrano.

En la contestación, el MMDH mencionó que “al momento se han ejecutado todas las

erogaciones correspondientes a la asesoría y patrocinio internacional, en función del avance

del caso”, mientras que el MEF contestó que “la Secretaría de Derechos Humanos no ha

solicitado ningún requerimiento de incremento presupuestario a través del sistema de


administración financiera para atender las obligaciones internacionales originadas por el caso

de Nelson Serrano”.

Fundamentos de las partes

De este modo, el accionante pretende que la Corte declare que el MMDH y el MEF

inobservaron las disposiciones especificadas en los dos informes antes mencionados, y como

consecuencia, que se disponga a los órganos accionados el pago de los honorarios requeridos

por los abogados patrocinadores en EE. UU para continuar con la defensa de la causa. En la

fundamentación, señala el accionante que la obligación que tiene el Ecuador de continuar

brindando asistencia jurídica y cubrir los honorarios legales de los abogados patrocinadores

de Nelson Serrano en Estados Unidos, es clara, expresa y exigible de acuerdo al derecho

internacional, añadiendo que la CIDH en su informe no impuso algún límite a esta obligación,

razón por la cual, el Estado no puede argumentar que no cuenta con los fondos disponibles

por tratarse de un caso de violación de derechos humanos de uno de sus ciudadanos en el que

fue declarado responsable.

Con respecto a la postura de la parte accionada, el Ministerio de la Mujer y Derechos

Humanos (MMDH) expusieron en audiencia que el Ecuador ha cumplido con las

obligaciones contenidas en las recomendaciones de la CIDH. Al respecto, indicó que se

suscribieron dos contratos de prestación de servicios con los abogados en Estados Unidos, el

primero, para presentar el recurso de resentencia, y el segundo contrato para presentar el

recurso de hábeas federal, además, señaló el ministerio que dicho contrato es de tarifa fija, la

cual incluye la realización de “investigaciones, peritajes, viajes y transcripciones”, frente a

este respecto, , el MMDH señaló que los contratos no contemplan el pago por acciones

adicionales o por circunstancias supervinientes a la suscripción de ellos, lo cual según la


entidad es lo que estos abogados estarían solicitando y que por ende sería improcedente. Y

en cuanto al Ministerio de Economía y Finanzas, mencionaron que le corresponde al MMDH

gestionar la erogación de fondos respectiva para cumplir con las obligaciones del Estado,

mientras que ellos solo actúan en función a sus competencias de asignar los fondos públicos

a las demás instituciones del Estado cuando así lo dispongan.

Reclamo previo

Recordando que el reclamo previo es un requisito de trascendental importancia, y de

hecho, indispensable para iniciar la acción por incumplimiento, es preciso señalar el

cumplimiento del mismo dentro de este proceso, tal como consta en sentencia. En virtud de

ello, la Sala de Admisión de la Corte Constitucional constató que efectivamente existía un

escrito de reclamo previo anexado a la demanda, el cual fue dirigido al MMDH y al MEF, en

el que se exigía el cumplimiento del informe 84/09 de la CIDH. 37 51. En esa línea, le

correspondía ahora a la Corte analizar si el reclamo previo cumple con los estándares

establecidos que anteriormente ya fueron mencionados, así, en relación con el primer

requisito, esto es, que el reclamo esté dirigido a quien deba satisfacer el cumplimiento de la

obligación, la Corte consideró que este se cumple ya que las decisiones emitidas por

organismos internacionales de derechos humanos están dirigidas al titular al Estado como un

todo. En cuanto al segundo requisito, es que dicho reclamo contenga la identificación clara

de las obligaciones cuyo cumplimiento se exige, lo cual claramente se observa en el reclamo

previo presentado por el accionante, por lo que la Corte considera que se cumple el segundo

requisito; en cuanto al tercer requisito, la Corte consideró que el reclamo previo tiene

identidad en cuanto a las obligaciones que se exige con respecto al informe, por lo tanto, se

cumple con el tercer requisito. Y por último, con el cuarto requisito, esto es, que en el reclamo
previo se solicite el cumplimiento de manera expresa, la Corte verificó que la petición que

expresa lo siguiente: “solicitamos el cumplimiento de las obligaciones claras, expresas y

exigibles dispuestas por la CIDH respecto a ‘continuar brindando asesoría legal a Nelson

Serrano’, obligación que implica la contratación de los abogados en Estados Unidos que se

están encargando de los recursos antes descritos”, está redactada de forma expresa y directa

para que se cumplan las recomendaciones provenientes de la CIDH, por ende, se cumple con

el cuarto requisito. Por lo tanto, se configura el requisito expuesto en el artículo 54 de la

LOGJCC, el cual es sustancial para la tramitación de la acción por incumplimiento, razón

por la cual nos hemos permitido explayar un poco más la explicación de este apartado.

Análisis constitucional

En virtud de lo expuesto hasta el momento, la Corte Constitucional resolverá el caso

planteado a través del desarrollo de cuatro problemas jurídicos:

1- ¿Cuál es la naturaleza del órgano que emitió el informe cuyo cumplimiento se

reclama?

2- ¿Cuál es la naturaleza del informe cuyo cumplimiento se reclama?

3- ¿La primera recomendación del informe que se reclama contiene una obligación de

hacer o no hacer clara, expresa y exigible?

4- ¿El Estado ecuatoriano ha satisfecho la obligación cuyo cumplimiento se reclama?

Con respecto a la primera cuestión, se hace un análisis con respecto a la naturaleza jurídica

de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para determinar si la misma es

competente para resolver sobre vulneraciones de derechos humanos, y en ese sentido emitir

resoluciones con carácter vinculante y de cumplimiento obligatorio para los Estados


respectivamente, para ello, la Corte se tuvo que basar necesariamente en las atribuciones y

competencias que las normas de Derecho Internacional Humanitario establecen con respecto

a la CIDH, donde justamente se define a la dicha comisión como un órgano cuasi judicial

que integra parte del corpus iuris del derecho interamericano, teniendo competencia para

conocer y resolver sobre asuntos que vulneran derechos humanos y en virtud de ello emitir

informes con obligaciones y recomendaciones para los Estados que han incurrido en dicha

vulneración. Por ende, sumado al hecho de que la Constitución del 2008 reconoce la validez

y eficacia jurídica de los informes emitidos por órganos internacionales en materia de

derechos humanos, la Corte determina que la comisión interamericana por su naturaleza es

competente para intervenir conforme a lo actuado.

Para el segundo problema jurídico, la Corte reitera nuevamente, que la Comisión tiene por

objeto la promoción y protección de los derechos humanos en el continente americano, por

ello, tiene a su alcance varios mecanismos y atribuciones, como determinar la

responsabilidad de un Estado por violaciones a los derechos humanos, tal como sucede en el

caso que nos ocupa, donde la comisión aprobó el informe de fondo preliminar 29/08 para que

el Estado cumpla con las recomendaciones encaminadas a reparar las violaciones de derechos

en contra de Nelson Serrano. En consecuencias, la Corte resuelve que es evidente que el

informe, tanto el preliminar como el definitivo, cumple con el carácter establecido para ser

objeto de esta acción.

Respecto del tercer problema, en cuanto a la obligación, es evidente que se trata de una de

“hacer”, pues manda al Estado ecuatoriano a ejercer acciones en favor de la defensa legal de

una persona. Por otra parte, en cuanto a la claridad de la obligación, una vez que en la misma

se ha verificado la presencia de los siguientes elementos: a) Sujeto activo: Nelson Serrano,


beneficiario de la asistencia jurídica; b) Sujeto pasivo: el Estado ecuatoriano; c) Objeto:

continuar brindando asistencia jurídica a Nelson Serrano conforme al Derecho Internacional.

Se entienden cumplidos los requisitos de una obligación clara, y así lo ha considerado la

Corte. Por lo consiguiente, y luego de haberse analizado anteriormente la naturaleza del

órgano de la obligación que de él deriva, se colige que la obligación es también exigible.

Y frente a la última cuestión, y considerando de la Corte antes de dictar sentencia, esta

menciona que suscripción de contratos con la defensa técnica del accionante, no

necesariamente prueba el cumplimiento de la obligación, por lo cual el Estado no habría

cumplido su obligación conforme al alcance de la misma, que se refiere a proporcionar una

asistencia jurídica letrada, que actúe eficazmente durante y en todas las etapas del proceso

incluyendo una nueva revisión del caso, a Nelson Serrano.

Decisión

Finalmente, en mérito de lo expuesto, el Pleno de la Corte Constitucional se hizo los

elementos de convicción suficiente para resolver, entre otras cosas, lo siguiente:

1. Aceptar la acción por incumplimiento 6-22-AN.

2. Declarar el incumplimiento de la primera recomendación contenida en el informe 84/09,

emitido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

3. Ordenar al Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos, en coordinación con el

Ministerio de Economía y Finanzas y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad

Humana, que continúe brindando asistencia jurídica a Nelson Serrano para obtener una

decisión definitiva, agotando todos los recursos judiciales disponibles en la jurisdicción de


EE. UU, y atendiendo cualquier requerimiento jurídico que Nelson Serrano necesite para las

gestiones del caso.

4. Ordenar al Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos que en el plazo de un mes

informe a la Corte sobre el cumplimiento de la presente sentencia.

A esta decisión es pertinente añadir que como medida para garantizar el cumplimiento, la

Corte dicta que la asesoría jurídica brindada por Ecuador no deberá limitarse a la mera

suscripción de contratos, sino también a garantizar el seguimiento e impulso útil, célere y

eficiente de los recursos hasta la obtención de una decisión definitiva o que se hayan agotado

los recursos judiciales disponibles en la jurisdicción de Estados Unidos y en todas las

acciones que tuvieren lugar con base en los hechos del caso, acorde al alcance de la

obligación.

Conclusión

La acción por incumplimiento, constituye un importante mecanismo dentro de la justicia

constitucional y el sistema de una democracia participativa, pues esta permite garantizar el

cumplimiento de lo que establecen las normas claras y expresas en pos de la seguridad

jurídica, así mismo permiten dar ejecución a las sentencias y resoluciones emitidas por

organismos internaciones, de esta forma, coadyuvando en la satisfacción de la tutela judicial

efectiva y en la realización de los derechos humanos. Por otra parte, se ha visto como esta

garantía, en base a lo ya mencionado, constituye una forma de promover la participación de

las personas en los asuntos de Estado y en la promoción de que este cumpla con sus

obligaciones para con los ciudadanos ecuatorianos.


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