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Universidad Nacional Experimental de los Llanos “Ezequiel Zamora”

(UNELLEZ)
Vicerrectorado de Infraestructura y Procesos Industriales (VIPI)
Programa De Ciencias Políticas y Jurídicas
Sub proyecto: Derecho Humanos

Garantías, principios y mecanismos de protección de los


derechos humanos en Venezuela

Participante
Keisi Mercado C.I: 17.594.542
Facilitador
Msc. Lirio González
Módulo IV

San Carlos; julio 2020


Contenido

Introducción..................................................................................................................... 3
Obligaciones y Principios derivados del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos ......................................................................................................................... 4
Garantías sustantivas y adjetivas de los Derechos Humanos ......................................... 5
Garantías Sustantivas ................................................................................................. 5
Garantías adjetivas ...................................................................................................... 6
Mecanismos Nacionales de Protección a los Derechos Humanos ................................. 7
Amparo Constitucional, el Habeas Corpus y el Habeas Data, señalamiento en el Código
Orgánico Procesal Penal................................................................................................. 7
Conclusión .................................................................................................................... 10
Bibliografía .................................................................................................................... 11
Introducción

La Constitución de 1999 en su exposición de motivos, proclama la garantía procesal


efectiva de los Derechos Humanos, así como la tutela judicial efectiva, consagrada
como una de las implicaciones del Estado Democrático y Social de Derecho y de
Justicia, que a su vez implica la protección de los derechos fundamentales
consagrados en la Constitución; entendiendo por derechos humanos, el conjunto de
facultades e instituciones que, en cada momento histórico concretan las exigencias de
la dignidad, la libertad y la igualdad humana, las cuales deben ser reconocidas por los
ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional.
En esta norma opera sobre todos los derechos consagrados en la Constitución de
1999, así como a los previstos en los tratados internacionales en materia de derechos
humanos suscritos y ratificados por la República, siendo que además dispone sobre lo
que se conoce como la responsabilidad patrimonial del Estado derivada de las
violaciones a tales derechos.
Venezuela ha suscrito y ratificado la mayoría de instrumentos internacionales en la
materia para incorporarlos a su ordenamiento legal interno, sin embargo, aún hay
muchos instrumentos que no son parte de la legislación nacional. Dado que
precisamente todo el Sistema de Protección de Derechos Humanos tiene como
objetivo fundamental garantizar la protección estadal de los Derechos Humanos de los
individuos, así que existen las obligaciones de respetar, proteger y realizar los
derechos humanos. En todos los casos, aplica la prohibición de no discriminación.
Obligaciones y Principios derivados del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos
El derecho internacional de los derechos humanos es una rama especial del derecho
internacional público, que surge con la adopción por la Asamblea General de la ONU
de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), la cual da lugar al
denominado “sistema internacional” o “sistema universal de derechos humanos”. Sus
dos principales antecedentes son las convenciones que regulan el llamado derecho
humanitario y las normas de derecho laboral internacional.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela dota al país de un marco
constitucional basado de manera predominante en el respeto y garantía de los
derechos humanos, así como en la profundización de nuevas formas de democracia
participativa, de acuerdo al artículo 23 de la Constitución, los tratados, pactos y
convenciones de derechos humanos, suscritos y ratificados por Venezuela. Esto
implica que dichos tratados son de obligatorio cumplimiento para todos los órganos del
Estado venezolano y es su deber garantizar su efectivo cumplimiento.
La obligación fundamental de los Estados es que adopten medidas para dar
efectividad a los derechos reconocidos. Cada Estado tiene el derecho de decidir cuáles
son los medios más adecuados para cumplir con sus obligaciones, pero esos medios
deben orientarse a asegurar el respeto, realización y protección de los derechos
reconocidos en los términos de cada tratado.
La doctrina más reciente de derechos humanos establece tres tipos genéricos de
obligaciones:
Obligación de respetar: obliga a la restricción del poder estatal para garantizar que
no se vulneren o lesionen los derechos protegidos; y a la adecuación del sistema
jurídico, para asegurar su efectividad.
1. Obligación de proteger: obliga al Estado a prevenir las violaciones a
derechos humanos por parte de funcionarios públicos y de personas privadas.
2. Obligación de realizar: obliga a adoptar medidas y asignar recursos
necesarios para la satisfacción de los derechos humanos básicos.
3. No discriminación: apunta a garantizar el respeto y garantía de los
derechos reconocidos en condiciones de igualdad y sin incurrir en actos
discriminatorios.
Garantías sustantivas y adjetivas de los Derechos Humanos

Garantías Sustantivas
El artículo 2 de nuestra Carta Magna señala lo siguiente: “Venezuela se constituye
en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como
valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la
justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en
general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.”
Nótese como se reconoce expresamente que los derechos humanos son valores
superiores de nuestro ordenamiento jurídico y por ende de la actuación del Estado.
Esto se corrobora en el artículo 3 de nuestra norma fundamental que señala: “El
Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto
a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una
sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del
pueblo y la garantía del cumplimiento
de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta
Constitución.” Entonces además de un valor supremo de nuestro ordenamiento jurídico
así como de la actuación del Estado; la defensa y el desarrollo de la persona así como
el respeto a su dignidad, constituyen fines esenciales del Estado venezolano.

En este mismo orden de ideas, la misma Constitución prevé un mecanismo para


retomar su vigencia en el caso en que sean menoscabados los derechos humanos, así:
“El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la
independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o
autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe
los derechos humanos.”

Vale destacar, que nuestro constituyente de 1999 no jerarquizo a los derechos


humanos, sino que por el contrario mantuvo la técnica que guio al constituyente de
1961, en el sentido de tematizarlos y por ende no introduce ninguna distinción entre
derechos humanos en relación a su naturaleza, jerarquía u operatividad, lo cual es muy
positivo y loable.
Garantías adjetivas
Las normas adjetivas tanto rango constitucional como legal de que dispone nuestro
ordenamiento jurídico para hacer eficaz la garantía fundamental a los derechos
humanos. Así se encuentra inicialmente con el artículo 25 de la Constitución de 1999
que establece lo siguiente: “Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o
menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la ley es nulo, y los
funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo ordenen o ejecuten incurren en
responsabilidad…...”
También el artículo 26 ejusdem que comprende la protección de cualquier derecho
subjetivo o interés legítimo a través del acceso a la justicia y del derecho al proceso
debido, que señala: “Artículo 26. Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos
de administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los
colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la
decisión correspondiente.
Entre los procedimientos jurisdiccionales previstos en la Constitución de 1999 que
protegen a los derechos constitucionales y en consecuencia a los derechos humanos,
se encuentra el derecho al amparo, el cual se encuentra previsto en los siguientes
términos:
“Artículo 27. Toda persona tiene derecho a ser amparada por los tribunales en el
goce y ejercicio de los derechos y garantías constitucionales, aun de aquellos
inherentes a la persona que no figuren expresamente en esta Constitución o en los
instrumentos internacionales sobre derechos humanos….”.
El ejercicio de este derecho no puede ser afectado, en modo alguno, por la
declaración del estado de excepción o de la restricción de garantías constitucionales.”
Luego se encuentra una referencia expresa al derecho al habeas data, previsto de la
siguiente manera: “Artículo 28. Toda persona tiene el derecho de acceder a la
información y a los datos que sobre sí misma o sobre sus bienes consten en registros
oficiales o privados, con las excepciones que establezca la ley, así como de conocer el
uso que se haga de los mismos y su finalidad, y de solicitar ante el tribunal competente
la actualización, la rectificación o la destrucción de aquellos, si fuesen erróneos o
afectasen ilegítimamente sus derechos..”
El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente,
autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas,
sin formalismos o reposiciones inútiles. Además del acceso a toda la jurisdicción
procesal que en principio permite hacer valer los derechos subjetivos o intereses
legítimos que en materia de derechos humanos se consideren conculcados o
restringidos y que encuentra eco en todo el derecho adjetivo.

Mecanismos Nacionales de Protección a los Derechos Humanos


El objeto formal de los sistemas democráticos es asegurar que los intereses y
necesidades de todos los sectores de la sociedad se puedan expresar y sean tomados
en cuenta en las relaciones jurídicas, políticas, sociales y económicas, mediante los
mecanismos para la participación política. Para la protección de los derechos
humanos, debe destacarse la previsión de la Constitución Venezolana de 1999, que
creó la figura del Defensor del Pueblo, como órgano del Poder Ciudadano, que es uno
de los cinco órganos del Poder Público Nacional, el cual, el artículo 136 divide en
“Legislativo, Ejecutivo, Judicial,

Ciudadano y Electoral”. La garantía constitucional de Defensor del Pueblo


expresamente se regula en el artículo 282 de la Constitución, al disponer que “gozará
de inmunidad en el ejercicio de sus funciones y, por lo tanto, no podrá ser perseguido,
detenido, ni enjuiciado por actos relacionados con el ejercicio de sus funciones”.

Amparo Constitucional, el Habeas Corpus y el Habeas Data, señalamiento en el


Código Orgánico Procesal Penal.
La acción de Amparo Constitucional se conceptúa como un remedio para proteger
los derechos fundamentales consagrados en la Constitución y Declaración de los
Derechos, que se da en la medida de la inexistencia de otros medios ordinarios que
puedan reestablecer la situación sufrida. En efecto, en el proceso penal, en el marco
constitucional de protección de derechos y garantías constitucionales, el COPP le
atribuye a los jueces de control la obligación de “hacer respetar las garantías
procesales” (art. 64); a los jueces de la fase preliminar, la obligación de “controlar el
cumplimiento de los principios y garantías establecidos en este Código, en la
Constitución de la República, tratados, convenios o acuerdos internacionales suscritos
por la República” (Art. 282).
La expresión “Habeas Corpus” es de origen Latino, sin embargo por su
trascendencia e importancia ha sido aceptada sin traducción al idioma castellano y a
muchos idiomas universales. Se utiliza para identificar una vieja institución inglesa
aprobada por el Parlamento en 1679 y que podrá ser traducida literalmente como
“traigas tu cuerpo” o “tengas tu cuerpo” a través de la cual se garantizaba la vigencia de
la garantía suprema de la libertad individual. Interpuesta esta acción ante un Tribunal
competente, el detenido era llevado a su presencia a exponer sus razones y
fundamentos y allí se habría de decidir su libertad o la continuación de su arresto. Sin
embargo, cuando la materia penal guarde afinidad con el derecho o garantía
constitucional violado o amenazado de violación, deberá aplicarse la regla expresa de
competencia que, por razón de la materia y de la función, consagra el Código Orgánico
Procesal Penal: en efecto, de conformidad con la disposición prevista en su artículo 60,
ordinal 4°, primer aparte, cuando el derecho o garantía se refiera a la libertad y
seguridad personales, el tribunal competente será el penal de control, salvo que el
agravio se impute al hecho, acto u omisión proveniente de un Tribunal, en ejercicio de
su potestad jurisdiccional, caso en el cual la competencia habrá de determinarse de
conformidad con la disposición prevista en el artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo.
El recurso de habeas data se incorporó en la Constitución venezolana de 1999 como
nuevo recurso en materia de amparo constitucional en el Artículo 28º constitucional le
permite a toda persona el derecho de acceder a toda la información y a los datos que
sobre sí misma o sobre sus bienes consten en registros oficiales o privados, con las
excepciones que establezca la ley, así como conocer el uso que se haga de los
mismos y a solicitar ante el tribunal competente la actualización, rectificación o
destrucción de aquéllos si fuesen erróneos o afectasen ilegítimamente sus derechos.
Igualmente podrá acceder a documentos de cualquier naturaleza que contengan
información cuyo conocimiento sea de su interés para comunidades o grupos de
personas.

En el caso Venezolano, originalmente la competencia se regía por la Ley Orgánica


de Amparo en vigencia desde el 22 de enero de 1988, cuyo artículo 40 señalaba como
regla general la competencia de los Juzgados de Primera Instancia en lo Penal,
agregando que los Tribunales Superiores conocerían en consulta de las sentencias
dictadas por aquellas, la excepción estaba inserta en el artículo 8, asignando
competencia a la Sala de Competencia afín en la Corte Suprema de Justicia, cuando el
presunto agraviante fuera el Presidente de la República, los Ministros, Fiscal General
de la República o el Contralor General de la República.

La regla general de competencia establecida en la Ley referida quedó derogada al


entrar en vigencia el Código Orgánico Procesal Penal, cuyo artículo 60 declaraba la
expresa competencia de los Tribunales de Control para conocer la acción de amparo a
la libertad y seguridad personal.

En todo caso este mecanismo de revisión atribuido la Sala Constitucional


tergiversado en su interpretación judicial, pretende uniformar la jurisprudencia, pero
lamentablemente sus pasos iniciales no favorecen al Habeas Corpus, los resultados
concretos de su intervención, no han cristalizado en una mayor protección del derecho
a la libertad o seguridad personal a través del Habeas Corpus.

Además de lo anterior, es pertinente resaltar que las disposiciones legales de


competencia establecidos en el Código Orgánico Procesal Penal rompen con el
principio de inmediatez y celeridad necesaria en el Habeas Corpus, porque al asignarle
la competencia al Juez de Control, alejan de este control de la legalidad de la detención
a las personas que habitan en localidades donde no existe dicho Juez.
Conclusión

El Derecho al Amparo Constitucional y especialmente la vigencia del recurso de


Habeas Corpus para la garantía de los derechos humanos, resulta imprescindible en
una sociedad que procura un mejor grado de bienestar general. Nada lograría el
hombre con lograr la consagración de sus derechos, garantías o recursos en el texto
constitucional, si no se establecían los mecanismos y procedimientos para hacerlos
efectivos.
La institución de Amparo como derecho autónomo ha permitido que el hombre
disfrute y ejerza sus facultades de hacer, de no hacer o de exigir una conducta
determinada, dentro de la esfera de la libertad, de la igualdad y de la justicia. Lograr
que un hombre sea justo y garantizar que viva en un estado de justicia, hace posible un
pueblo justo, dentro del más alto concepto de la justicia distributiva.
Finalmente es propicio destacar que aunque en estricta revisión de la Ley, pareciera
más protectora la regulación de la competencia establecida en Venezuela; en la
práctica la Jurisprudencia de la Sala Constitucional en este punto, se ha convertido en
una excusa para que los Tribunales se declaren incompetentes, retrasando el proceso,
afectando el funcionamiento de la institución y la vigencia del derecho a la libertad
personal.
Bibliografía

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autor en el XXI Curso Interdisciplinario de Derechos Humano, Instituto
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Trabajo de grado. Universidad Metropolitana. Facultad de estudios jurídicos y
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