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DEPENDENCIA TECNOLÓGICA, UNA AMENAZA A LA

SOCIEDAD
En un mundo tecnológico en el que ha surgido una dependencia de los aparatos tecnológicos, los
celulares y la tecnología son herramientas básicas y vitales para encajar en la sociedad; ya no
podemos vivir despegados de estos aparatos, el teléfono móvil, por ejemplo, es casi como nuestro
“mejor amigo”, nos acompaña a todos lados, sabe nuestros horarios, secretos, casi todo sobre
nosotros.
No obstante, la dependencia no es una cualidad recomendable para sentirnos orgullosos, porque
nos impide vivir y disfrutar nuestro entorno, de todo aquello que sí tiene vida. La mayoría de las
personas interactúan con las pantallas por lo menos ocho horas al día, más tiempo del empleado en
cualquier otra actividad, incluyendo dormir. Lo peor de todo, esta cultura crece cada día más, rompe
con las barreras de todas las edades y alcanza todos los niveles de la sociedad, limitando cada día
más las relaciones interpersonales y reemplazándolas por una interacción virtual.
Es habitual que grupos de amigos que estén más pendientes del teléfono que de la conversación o
de la gente; incluso en sus horas laborales pierden a menudo la concentración debido a la
incapacidad de utilizarlo. Hay un nombre para esa enfermedad: la nomofobia (miedo incontrolable a
salir de la casa sin el teléfono móvil). Algunos de sus síntomas más frecuentes son no apagar nunca
el celular, llevarlo a todos lados, usarlo en el trabajo, o hasta dormir con él. Al llegar a este punto, es
recomendable acudir con especialistas que proporcionen la ayuda necesaria para superar esta
dependencia.
Sin embargo los jóvenes, quienes más utilizan el móvil y a los que más les cuesta separarse de él,
en esta nueva era se les hacen imprescindibles las nuevas tecnologías, son los que más
conocimiento y mejor preparación tienen. Tal parece que las nuevas generaciones han nacido con
un móvil bajo el brazo, por lo que no necesitan ni adaptación ni aprendizaje.
La adicción al teléfono móvil y la nomofobia constituyen un fenómeno en auge que puede llegar a ser
uno de los grandes problemas de la sociedad moderna. Entre sus consecuencias más frecuentes
figuran la tendinitis y el síndrome del túnel carpiano; la primera consiste en sobrecarga o dolor en la
base del dedo pulgar, debido a su intenso uso al textear mensajes en el teléfono móvil, la segunda
consiste en fuertes dolores en la muñeca o en la palma de la mano debido a una mala postura de la
muñeca al utilizar el ratón, aunado al exceso de tiempo que pasamos en la computadora.
Otro de los problemas, la dependencia a los videojuegos por parte de niños y adolescentes, tiene
como consecuencia aislamiento social, dificultad para conciliar el sueño por la sobreactivación del
cerebro, irritabilidad, ira y ansiedad, lo que a su vez les produce obesidad infantil y, por lo tanto,
riesgo cardiovascular.
Para prevenir estas adicciones, los expertos recomiendan vigilar el uso de esta tecnología en niños y
adolescentes, permitiéndoles solamente su uso por un lapso no mayor a dos horas al día.
Por otro lado, ¿te has puesto a pensar cuánto tiempo pasas contigo mismo sin tu teléfono móvil,
disfrutando lo que hay alrededor en el mundo real? Reflexionemos ante este problema, antes de que
sea demasiado tarde.

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