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Un empleo digno refiere a la posibilidad que tienen los sujetos de desarrollar una
actividad laboral bajo las condiciones que brinda un trabajo registrado.Es decir, bajo las
garantías constitucionales mencionadas en el artículo 14 bis de la Constitución
Argentina: “...condiciones dignas y equitativas de labor; jornada limitada; descanso y
vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual remuneración
por igual tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control de la
producción y colaboración en la dirección…”
Para el empresario la persona con discapacidad genera una pérdida, se considera que
debe invertir tiempo en capacitarlo para que “funcione como la mayoría”, además que
deberá tener la asistencia de otro sujeto todo el tiempo para que no cometa errores.
Así desde el capacitismo se niega la oportunidad de acceder al sistema de producción,
quedando siempre bajo la tutela del Estado que le provee subsidios. La discapacidad
está vinculada a la capacidad de producir , si se le niega la oportunidad
de insertarse en las relaciones de producción se lo pone al sujeto en situación de
discapacidad.
3-Resulta interesante también analizar el rol del Estado como responsable de la falta
de oportunidades de trabajo de las personas con DF. En su función de tercero garante
no cumple con su rol de control sobre las normas que sanciona y a las que se
compromete. A través de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas
con Discapacidad se adhiere para respetar y cumplir con lo establecido en este
documento. Uno de los derechos entre tantos que debe velar por cumplir es el de
acceso al empleo. En el artículo 27 del documento mencionado, se establece que el
Estado es quien debe adoptar medidas para cumplir con lo dispuesto, sancionar
legislaciones para hacer valer estos derechos. Pero aun cuando ha tomado acciones al
respecto, como lo hizo la Ley de Cupo Laboral del 4%, se contradice al no llevar un
control sobre la aplicación, cumplimiento, transparencia y efectividad. El número de
personas con diversidad funcional desocupadas es mayor al 80% (datos del último
Censo Nacional en Argentina 2010) y resultan insuficientes las oportunidades ofrecidas
en ámbitos públicos, y las pocas vacantes se consideran para personas de clase media
con alta funcionalidad corporal.
Por otro lado el Estado también se encuentra ausente para aquellas personas con
discapacidad que no cuentan con prestaciones de salud y por ello no pueden acceder
a servicios como el de Asistente Domiciliario o Laboral. Estas figuras podrían ser
esenciales para promover la autonomía, ya que contar con este no significa reemplazar
la voluntad de la pcd por la de el asistente, sino que con los apoyos necesarios
establecidos por la misma persona que lo solicita , podrá salir en busca de
oportunidades laborales. Si el sujeto no cuenta con estos siempre deberá depender de
la buena voluntad de alguien cercano que lo acompañe. Según Redi “indistintamente
de las condiciones de mercado, el Estado no puede desligar su responsabilidad y
deber, y debe proveer una alternativa pública”.
5-Por otro lado, en las instituciones escolares tenemos aún resabios del positivismo.
Donde se les dice a los estudiantes qué y cómo deben aprender. No se les da la
oportunidad de decidir o elegir y no desarrollan habilidades necesarias para promover
la autodeterminación en su vida adulta. Pasamos muchos años de nuestras vidas en el
sistema escolar, allí aprendemos comportamientos, formas de pensar, normas y
valores. Si no se generan situaciones donde el estudiante deba decidir, discutir,
coordinar y planificar difícilmente podrá ser agente causal de su vida y decidir por sí
mismo sin condicionamiento. Cuando tomamos decisiones desplegamos habilidades
cognitivas y metacognitivas, somos capaces de decidir qué es lo mejor para nosotros
considerando nuestras capacidades, habilidades y limitaciones.
En la vida adulta laboral el sujeto debe ser capaz de resolver, decidir qué tipo de
empleo buscar y cuando lo tiene, gestionar. Debe saber que decisiones tomar con
resultados positivos. En el trabajo todos cometemos errores, pero respecto a las pcd el
primer error suele ser causante de despido y se le niega la recomendación. El despido
en las personas con discapacidad genera más estigma, considerando que su “falta” le
impide hacer un buen trabajo. La realidad es que no se consideran las pocas
oportunidades que el sujeto tuvo de hacer elecciones y decidir por voz propia, ya que
siempre hay alguien que decide por él. Las recomendaciones del ex empleador suelen
más que abrir nuevas posibilidades cerrarlas por su percepción de la pcd.
Conclusión:
Las causas de la desocupación son multidimensionales, pero no parten de la persona
con discapacidad. No son causas individuales o personales las que impiden la
inserción laboral, sino que las barreras que imponen desde diferentes esferas políticas,
sociales , educacionales y económicas generan que el sujeto sea expulsado del
sistema productivo, creando una dependencia crónica que impacta en la calidad de
vida de la persona que se ve reducida a ser un sujeto de asistencia por parte de los
otros o el Estado.
bibliografías:
● Eduardo, J.(2008). Discapacidad y empleo: Por el derecho a ser explotados.
https://classroom.google.com/u/0/c/NDcyOTkzMjkwMDg1/m/NTA1ODYzOTA2
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