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RESUMEN

ENFERMEDADES
MOLECULARES, ETIOLOGÍA,

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO.

2024

DATE \@ "d MMMM" \* MERGEFORMAT 21


febrero

INVESTIGACIÓN
Por: Nélida

1
INTRODUCCIÓN

El desarrollo tecnológico en la biología molecular y, en especial, en la genética


molecular ha abierto un sinfín de ventajas clínicas indiscutibles en la práctica médica
diaria. La sensibilidad y la especificidad de las técnicas usadas en el diagnóstico directo
de defectos genéticos o agentes etiopatogénicos asociados a los procesos mórbidos
representan una herramienta valiosa en la medicina, a lo que hay que añadir la velocidad
con la que se obtienen los resultados. Por ello, es esencial conocer cómo el ADN se
replica, se transcribe y se traduce a proteínas (dogma central de la biología molecular),
así como los mecanismos de expresión basal e inducible de genes en el genoma. Uno de
los principales objetivos es conocer los mecanismos de regulación y expresión genética
en los procesos de la enfermedad para tratar de detenerla e incluso prevenirla, ya que
mediante estudios genéticos pueden saberse las probabilidades de que se presente en
individuos susceptibles.
Desde el descubrimiento en que se relacionó que todas las enfermedades tienen una
causa molecular, se han avanzado mucho para conseguir un tratamiento eficaz. Cualquier
enfermedad cursa, en mayor o menor grado, con alteraciones en la estructura,
propiedades, metabolismo o función de una o varias biomoléculas.
Entre las causas que pueden inducir una enfermedad se encuentran agentes físicos
(radiaciones, polvos, traumatismos, etc.), exposición a compuestos tóxicos (solventes,
metales pesados, toxinas, etc.) o biológicos (virus, bacterias, parásitos, etc.) y trastornos
de origen genético cuya etiología radica en la información genética contenida en el
organismo.

¿Qué son las enfermedades moleculares?


Según el Diccionario Médico de la Clínica Universidad de Navarra:
“Cualquier enfermedad provocada por una anormalidad en una sola proteína,
normalmente una enzima. Este componente puede tener una estructura anormal que lo
hace funcionalmente menos eficiente o deletéreo para el organismo, o puede tener una
estructura normal, pero encontrarse en una cantidad reducida.”
Desde el punto de vista molecular, las enfermedades se pueden clasificar en: genéticas,
exógenas y mixtas. No se acepta esta clasificación de forma generalizada, ya que no se
conoce con precisión la causa molecular de muchas enfermedades.

Nos centraremos en las siguientes enfermedades genéticas:

1.- CÁNCER DE PRÓSTATA


Epidemiología

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El cáncer de próstata es una de las neoplasias más frecuente del hombre en el mundo y
posiblemente la enfermedad oncológica más prevalente. La Internacional Agency for
Research on Cancer (IARC) que forma parte de la OMS y se considera la principal
fuente de información mundial para conocer la incidencia y prevalencia de estas
enfermedades, en datos de 2008, describe una incidencia en el mundo de 85.7 casos por
cada 100000 habitantes con una mortalidad de 9.9 por cada 100000 habitantes. En
Estados Unidos es la segunda neoplasia con mayor mortalidad, después del cáncer de
pulmón. Así, alrededor del 15% de los cánceres masculinos son cáncer de próstata en los
países desarrollados en comparación con el 4% de los cánceres de los hombres en los
países en desarrollo. El aumento se acentuó especialmente entre 1986-1991, cuando se
impuso la biopsia transrectal a la resección transuretral y se multiplicó por 10 el uso
diagnóstico del PSA para justificar la biopsia de próstata y diagnosticar un mayor
número de casos de cáncer de próstata. La repercusión clínica de esa mayor incidencia,
debido a un aumento en el diagnóstico del cáncer de próstata, está también influenciada
por la disminución de la mortalidad observada respecto de la esperada. La probabilidad
de que un hombre desarrolle un cáncer de próstata en su vida es de 15.4%. El aumento de
la incidencia se ha relacionado con el uso de procedimientos diagnósticos para detectar
enfermedad precoz. (1)

ETIOLOGÍA
Desde el punto de vista etiológico, se considera que el cáncer de próstata es una
enfermedad multifactorial, en la que participan principalmente factores hormonales,
además de los relacionados con la raza, la dieta y una historia familiar de cáncer
prostático. La patogénesis se desarrolla por la acumulación de alteraciones genéticas que
resultan en la proliferación celular, estas células adquieren habilidades de invasión,
metástasis y proliferación a distancia. La unidad funcional de la próstata es el acino,
compuesto por elementos epiteliales y estromales, separados por una membrana basal. El
compartimiento epitelial está conformado por células glandulares epiteliales, células
basales, neuroendocrinas, linfocitos y macrófagos. En el acino prostático predominan las
células glandulares y son el sitio donde se producen y secretan el PSA y la fosfatasa
ácida, los cuales son excretados con el líquido de la eyaculación. Estás células dependen
de la acción androgénica. (2)
El crecimiento y la maduración del epitelio prostático dependen de los niveles periféricos
de testosterona y de la conversión de la misma a dihidrotestosterona, por acción de la
enzima 5-alfa reductasa, a nivel celular, dentro de la glándula. Dentro de la célula
prostática, la dihidrotestosterona se liga al receptor de andrógeno y forma un complejo
(dihidrotestosterona-receptor androgénico) que interactúa con secuencias específicas de
ADN, alterando la regulación celular. El cáncer prostático se origina por el crecimiento

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clonal de una célula epitelial alterada en su genoma; no obstante, se han identificado
múltiples clonas malignas dentro de la misma glándula, como consecuencia de la
inestabilidad genética de la próstata. (1)

DIAGNÓSTICO
El diagnóstico está basado en:
Clínica:
Se realiza un interrogatorio al paciente para conocer si presenta algún síntoma
relacionado con el cáncer de próstata, se pedirá un examen de PSA, si esta se encuentra
fuera de rango normal, se procederá a realizar el tacto rectal que es parte de la clínica, las
alteraciones que se pueden detectar mediante un tacto rectal y que nos pueden hacer
sospechar la presencia de un cáncer de próstata son:
- Nódulos o irregularidades en la superficie.
- Aumento de la consistencia en una porción de la próstata o de manera difusa. -
Alteración en los bordes de la glándula.
- Palpación excesivamente dolorosa.
Si se encuentra todos estos elementos en la clínica se procede a realizar otros estudios
complementarios para de esa manera llegar a un buen diagnóstico. (3,4)
Estudios laboratoriales:
De modo preferente se utilizan el PSA, fosfatasa ácida, fosfatasa alcalina prostática. El
PSA es el mejor marcador, se trata de una glucoproteína con actividad proteolítica, su
sustrato fisiológico es una proteína de coagulo seminal. Se sintetiza a nivel prostático de
su actividad resulta la licuefacción del semen. La determinación del PSA, hoy en día es
la prueba diagnóstica objetiva de mayor ayuda para establecer la sospecha de cáncer de
próstata, siendo la que posee el mayor valor predictivo de la enfermedad por si misma:
Con valores de PSA menores a 4 ng/ml el 75% de los casos corresponden a HBP.
Con valores superiores a 10 ng/ml el 75% de los casos corresponden a carcinoma
intraglandular.
Con valores comprendidos entre 4 ng/ml y 10 ng/ml el 25% corresponde a HBP y el 37%
corresponde a carcinoma intraglandular. En aquellos pacientes con valores superiores a
20 ng/ml prácticamente el 100% desarrollan metástasis óseas.
Los límites de referencia recomendados son: 40 – 49 años: 0,0 a 2,5 ng/ml; 50 – 59 años:
0,0 a 3,5 ng/ml; 60 – 69 años: 0,0 a 4,5 ng/ml; 70 – 79 años: 0,0 a 6,5 ng/ml.
Considerando los límites de PSA según grupos de edad se consigue que estos parámetros
sean más discriminadores como marcadores tumorales, sobre todo para detectar cánceres
clínicamente significativos en varones de edad avanzada y para hallar un número mayor
de cánceres potencialmente curables en hombres jóvenes.

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Es necesario ser cautos en la interpretación de los valores de PSA, ya que existen
numerosos factores que pueden modificarlo. Estas circunstancias son la siguientes: tacto
rectal previo a la extracción de la muestra analítica, masaje prostático, ecografía
transrectal previa, procesos infecciosos e inflamatorios de la próstata, retención urinaria,
biopsias de próstata, HBP de gran volumen, colocación de sonda vesical, montar a
caballo o bicicleta. (4,5,6)
Fosfatasa ácida (PAP) es una enzima que regula la proliferación celular y el
metabolismo del epitelio glandular de la próstata. Dado que en los pacientes con
metástasis de cáncer prostático se detectan concentraciones séricas elevadas de PAP, esta
enzima habitualmente se utiliza como un marcador alternativo de PSA en los tumores de
próstata. (7)
Estudio de Biopsia:
Constituyen una prueba determinante en el diagnóstico de cáncer de próstata. Consiste en
la obtención de muestras de tejido prostático que serán enviadas al anatomopatólogo, en
donde analizará con un microscopio la histopatología molecular y emitirá el
diagnóstico confirmando si están o no afectadas por cáncer.
Histopatología molecular: las características histopatológicas de esta neoplasia se
caracterizan por presentar en sus células núcleos hipercromáticos y agrandados, con
citoplasma abundante y teñido de azul. La ausencia de tinción de inmunohistoquímica de
queratina en las células basales de la próstata es consistente de un adenocarcinoma de
próstata. (4,8)
Con las exploraciones (tacto rectal, PSA, biopsia de próstata) el médico ya puede
determinar si padece un cáncer de próstata, pero sin embargo es posible que solicite
estudio de imagenología para poder determinar el grado de afectación y extensión de la
enfermedad.
Estudios de Imagenología:
Entre ellas tenemos los siguientes:
Ecografía transrectal: evalúa el tamaño real de la próstata, su volumen aproximado, así
como el aspecto de su estructura. Permite detectar algunos tumores situado en el interior
de la próstata, que serían inaccesibles al tacto rectal, así como examinar el estado de las
vesículas seminales y su posible afectación en el proceso canceroso. (4,6) Tomografía
axial computarizada: la utilidad fundamental es determinar si el cáncer ha sobrepasado
los límites de la glándula prostática, afectando a las vesículas seminales o si ha invadido
los ganglios linfáticos relacionado con la próstata. (4)
Gammagrafía ósea: es una exploración muy sensible para determinar la existencia de
metástasis óseas, es decir, implantación de tejido tumoral en los huesos, por lo que el
cáncer de próstata tiene particular afinidad. (4)

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Una vez que se ha confirmado el diagnóstico y realizado la estadificación (determinación
de la fase evolutiva del tumor, así como su agresividad), debe precederse al tratamiento
del problema. Los factores que influyen en la decisión del tratamiento son los
siguientes: estadio de la enfermedad (TNM), agresividad de las células (suma o “score”
de Gleason), niveles de PSA en el momento de diagnóstico, edad y esperanza de vida.
(3,4)

TRATAMIENTO:
Va a depender de la etapa en la que está cursando el cáncer de próstata, lo dividimos en 4
etapas:
Etapa I: estos cánceres de próstata son pequeños (T1 o T2) y no han crecido fuera de la
próstata, tiene baja puntuación de Gleason (1>=6 o menos) y bajos niveles de PSA
(menos de 10); el tratamiento que se va aplicar es una prostatectomía radical (cirugía
abierta o laparoscópica) y como refuerzo se le puede realizar una radioterapia. En los
hombres con cánceres asintomáticos la vigilancia activa es una buena opción. (3,4)
Etapa II: el cáncer aún no ha crecido fuera de la glándula prostática, pero son más
grandes, tienen mayores puntuaciones (T2), Gleason (2= 4+3=7) y PSA mayor que la
etapa I, las opciones de tratamiento son la prostatectomía radical, radioterapia,
braquiterapia. (3,4)
Etapa III: los cánceres en esta etapa se propagan fuera de la próstata y pueden que
hayan alcanzado a la vejiga o el recto (T4), Gleason (48 puede 4+4; 3+5; 5+3), PSA (no
mayor a 20) no hay propagación a ganglios linfáticos ni órganos distantes. La opción de
tratamiento en esta se concentra en un tratamiento localmente avanzado estas pueden
incluir: radioterapia, terapia hormonal y estar siempre en observación. (3,4)
Etapa IV: los cánceres en esta etapa PSA (mayor de 20ng(ml) indica metástasis
principalmente en los huesos, la mayoría de estos cánceres no se pueden curar, pero se
pueden tratar, los objetivos del tratamiento son paliativos con el único objetivo de tener
una mejor calidad de vida. El tratamiento consiste en realizar directamente una terapia
hormonal y si el paciente no tiene una buena respuesta quiere decir que presenta una
resistencia a la castración y esa resistencia a la castración nos lleva a la quimioterapia.
(3,4)
Prostatectomía (cirugía abierta): es una técnica que se realiza, habitualmente, como
tratamiento definitivo, cuyo objetivo es la curación del cáncer. El cirujano puede retira la
próstata mediante dos técnicas: prostatectomía radical retropúbica y prostatectomía
radical perineal. (4)
Prostatectomía radical laparoscópica: consiste en practicar varias punciones en la
cavidad abdominal que permiten colocar unos tubos (trocares) a través de los cuales el
cirujano opera mirando las imágenes recogidas, por una cámara, en un monitor de

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televisión, cuyo objetivo es la curación del cáncer. Esta técnica permite extraer las
próstata y vesículas seminales sin dejar herida quirúrgica. Tan solo quedan unas
pequeñas cicatrices correspondientes a las incisiones realizadas para situar los trocares.
(4)
Radioterapia: consiste en la administración de las radiaciones ionizantes desde el
exterior mediante unos equipos generadores de radiación (acelerador lineal), que no
contactan con el paciente y emiten y proyectan éstas sobre la próstata, cuyo objetivo es la
curación del cáncer. (4,5)
Braquiterapia: la radiación se administra mediante fuentes de material radiactivo
colocadas en estrecho contacto con la próstata: implantes permanentes y temporales, el
objetivo es la curación del cáncer. (4,5)
Terapia hormonal: es un tratamiento paliativo en pacientes con metástasis, no
consiguiendo la curación de la enfermedad en ningún caso, aunque si se logra la mejoría
de los síntomas en pacientes con enfermedad avanzada. La eficacia del tratamiento
hormonal se basa en suprimir la testosterona de la sangre, y por lo tanto el efecto que esta
tiene sobre el cáncer de próstata. La supresión de andrógenos se va conseguir mediante:
Tratamiento farmacológico: medicamentos que actúen sobre la hipófisis consiguiendo
que los testículos dejen de producir testosterona, entre ellos tenemos: HLHLA los
medicamentos agonistas y antagonistas de la hormona liberadora luteinizante le impiden
a tu cuerpo producir testosterona, estos medicamentos se inyectan debajo de la piel o en
el músculo todos lo meses, cada 3 meses o cada 6 meses. Estos medicamentos son:
leuprolide, goserelina, triptorelina, histrelina, degarelix. Los supresores de andrógenos
actúan como una pared de concreto, bloquean la poca testosterona que se produce en las
glándulas adrenales y evitan que lleguen a las células de la próstata, estos medicamentos
son: bicalutamida, nilutamida, flutamida, etc. Se toman vía oral tres veces al día. (10)
Tratamiento quirúrgico: extirpando los testículos (orquidectomía). (4)
Quimioterapia: la quimioterapia en el cáncer de próstata avanzado se indica en pacientes
que no respondan o hayan dejado de responder al tratamiento hormonal. Consiste en la
administración de medicamentos por vía intravenosa con el objetivo paliativo y que
disminuyan las complicaciones esqueléticas de las metástasis óseas; a este tipo de
fármacos se les denomina fármacos antineoplásicos o quimioterápicos entre ellos
tenemos a: el docetaxel, cabazitaxel, mitoxantrona, paclitaxel, vinorelbina, etc. (4,6)

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BIBLIOGRAFÍA.
1. Kuwar, Abbs, Aster. Patologia Humana. 10º Edicion. Editorial Elseiver; 2018.
2. Ana Isabel Ruiz López, Juan Carlos Pérez Mesa, Ynelis Cruz Batista, Lienny Eliza
González Lorenzo. Correo científico médico. Disponible en Url:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1560-43812017000300021
Actualización sobre cáncer de próstata. 14de agosto de 2020
3. Álvarez Blanco, Escudero de los Ríos, Hernández Toriz. Cáncer de próstata. Rev Mex
Urol. 2008; 68(4):250-259.
4. Resel L, Moreno J. Cáncer de próstata. Tratado de oncología urológica, Vol. II, parte
Quinta. Sanidad y Ediciones S.L. 2010.
5. Dahiana Delgado Delgado. Cáncer de próstata: etiología, diagnóstico y tratamiento.
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6. V. Albert Cuñat, E. Maestro Castelblanque. Cáncer de próstata. Semergen.
2002;28(6):315-323.
7. Wojciech Pawlina. Ross Histología – Texto y Atlas. 7º edición. Editorial Wolters
Kluwer; 2016.
8. Ana Isabel Ruiz López, Juan Carlos Pérez Mesa, Yanelis Cruz Batista, Eliza Gonzales.
Actualización sobre el cáncer de próstata. ISSN 1560-4381. 2017; (21).

8
9. American Cancer Society. Tratamiento del cáncer de próstata. Cáncer.org
1.800.227.2345. 2019; (12): 1-68.
10. Mayo Clinic. Terapia hormonal para el cáncer de próstata (sitio internet). Disponible
en: mayoclinic.org. 24 de mayo de 2019.

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