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MARCADORES TUMORALES

En la actualidad el cáncer es un problema grave de salud, representa la segunda causa de


muerte en adultos en México y en países desarrollados. Aunado a ello, el aumento en la
esperanza de vida y quizá algunos factores ambientales aun no bien definidos nos hacen
suponer un incremento en el número de enfermedades malignas. Es de gran importancia
resaltar el hecho de que el diagnóstico y manejo de las enfermedades oncológicas, conducen
a enormes costos biológicos, sociales y económicos, tanto para el individuo, como para su
familia y la sociedad entera.

El concepto más tradicional de la oncología clínica es que el diagnóstico temprano y el


tratamiento oportuno aumentan las probabilidades de supervivencia y es tal vez la única
estrategia que a nivel poblacional repercute en mejoría de los índices de curación y calidad de
vida. De ahí, la necesidad de una prueba capaz de detectar el cáncer en el periodo más
temprano posible y ello permanece como uno de los más ambiciosos objetivos y paradigmas
de la ciencia médica.

Desafortunadamente, cáncer es un término que involucra más de 200 enfermedades distintas


cuyo denominador es la perversión del crecimiento celular en un órgano o tejido; sin embargo,
cada tipo de cáncer requiere abordajes diagnósticos, terapéuticos y de monitoreo diferentes.
Debido a esto, la búsqueda de marcadores tumorales (MT) que indiquen la presencia de un
proceso maligno representa un área activa en la investigación del cáncer.

Gran parte de las células tumorales producen substancias que están ausentes en los tejidos
normales, y que son susceptibles de identificarse en las células tumorales o en el suero
sanguíneo. A estas sustancias se les denomina "Marcadores Tumorales" (MT) y como la
mayoría de ellos han sido identificados por procedimientos inmunológicos, se les ha llamado
colectivamente "Antígenos Específicos Tumorales" (AET) aunque su detección puede estar
basada en su actividad biológica, tratándose de substancias con estructura enzimática u
hormonal.

El primer Marcador Tumoral (MT), la proteína de Bence-Jones en el mieloma múltiple, fue


descubierta en 1846, pero recién en 1960 se despertó el interés por los MT, estimulado por el
descubrimiento de la alfa-fetoproteína y el antígeno carcinoembrionario, ambas proteínas
oncofetales, expresadas durante el desarrollo fetal y también por ciertos tumores.

Los MT son substancias que circulan libremente en la sangre, y muestran una correlación
entre sus concentraciones, el estado tumoral y su proliferación. Pueden ser: enzimas,
proteínas, hormonas y antígenos. Los MT están presentes debido al metabolismo alterado de
las células transformadas y pueden ser identificados histológicamente en el tejido tumoral (MT
celulares), o bien en un fluido corporal (MT humorales). Su principal aplicación consiste en:
la detección, diagnóstico, monitoreo, clasificación, estadificación, localización, pronóstico y
seguimiento del tumor. Los marcadores tumorales son producidos por el propio tumor o por el
cuerpo como respuesta a la presencia de cáncer o ciertas condiciones benignas (no
cancerosas). La medición del nivel de los marcadores tumorales puede ser útil, cuando se
utiliza junto con radiografías y otras pruebas, para la detección y el diagnóstico de algunos
tipos de cáncer. Sin embargo, la medición de los niveles de los marcadores tumorales por sí
sola no es suficiente para diagnosticar un cáncer por las siguientes razones:

✓ El nivel de un marcador tumoral puede elevarse en personas con condiciones


benignas.
✓ El nivel de un marcador tumoral no se eleva en todas las personas con cáncer,
especialmente en las etapas tempranas de la enfermedad.
✓ Muchos marcadores tumorales no son específicos a un tipo particular de cáncer; el
nivel de un marcador tumoral puede aumentar como consecuencia de más de un tipo
de cáncer.

CONCEPTO DE MARCADORES TUMORALES:


Los marcadores tumorales son moléculas, generalmente glucoproteínas asociadas con
enfermedades malignas. Son las moléculas que permiten detectar la presencia de células
tumorales, así como determinar su origen y prever el pronóstico del paciente. Estos
marcadores pueden identificarse y cuantificarse en tumores sólidos (por ejemplo, en una
biopsia), en células tumorales circulantes en distintos fluidos fisiológicos como sangre
periférica, suero, orina, saliva, nódulos linfáticos, médula ósea y otros fluidos corporales como
materia fecal, líquido ascítico, derrame pleural, pericárdico, ascitis.

Los Marcadores Tumorales sirven para diagnóstico temprano, estadificación y seguimiento de


enfermedades neoplásicas. Principalmente si consideramos que estas enfermedades son
prevalentes en la población general y que la mayoría de las mismas aún son diagnosticadas
cuando el proceso metastásico ya ha comenzado.

Utilidad de los Marcadores Tumorales: pueden utilizarse para definir una entidad
patológica particular, para su diagnóstico, estadificación, pronóstico y en algunos casos es
utilizado como screening en la población. (Screening: estrategia aplicada para detectar una enfermedad
en individuos sin síntomas de tal enfermedad)

Características de un marcador ideal:

✓ Diferenciación entre individuos sanos y pacientes con tumor (100% de precisión).


✓ Habilidad para detectar a todos los pacientes con tumor, si es posible en un
estadío inicial.
✓ Órgano específico, información proporcionada en base a la localización del tumor.
✓ Correlación entre la concentración del marcador circulando libremente en el suero,
y el estadio del tumor.
✓ Habilidad para indicar todos los cambios en pacientes recibiendo tratamiento.
✓ Debe contar con sensibilidad y especificidad.

Métodos que se utilizan para identificar los Marcadores Tumorales:


• Inmunohistoquímica
• FISH (Fluorescent in situ hybridisation)
• RT-PCR (Reversed transcriptase and polymerase chain reaction)

¿Cuáles son los marcadores tumorales y en qué patologías se utilizan?


1. Marcadores utilizados para Screening: El Antígeno
Prostático Específico (PSA) es una glicoproteína
monomérica, producida por la glándula prostática;
utilizado para screening de cáncer de próstata; sin
embargo, no es una recomendación aceptada
universalmente dado que algunos estados benignos
(no cancerosos) pueden causar que aumente la
concentración del PSA en el hombre. Las afecciones
benignas más comunes de próstata que causan que se
eleve la concentración del PSA son la prostatitis (inflamación de la próstata) y la
hiperplasia benigna de próstata (BPH) o agrandamiento de la próstata. No existe evidencia
de que la prostatitis o que la hiperplasia benigna de la próstata cause cáncer, pero es

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posible que un hombre presente una o ambas afecciones y que tenga también cáncer de
próstata. Un nivel de PSA normal se considera que es de 4.0 nanogramos por mililitro
(ng/mL) de sangre. Para los hombres de 50 años o menos, un nivel de PSA debe estar por
debajo de 2.5 ng/mL. en la mayoría de los casos.
2. Marcadores Utilizados para Diagnóstico:
a. Cáncer de ovario: CA 125
b. Cáncer de testículo: Gonadotrofina Coriónica Humana (HCG) y Alfafetoproteína (AFP)
c. Cáncer de Tiroides: Tiroglobulina y Calcitonina
d. Cáncer de páncreas: CA 19.9
e. Sarcoma de Ewing (tumor maligno, enfermedad rara en la cual las células neoplásicas se ubican en el
hueso o en tejidos blandos, con mayor frecuencia en pelvis, fémur, húmero, y costillas): t(11; 22)
f. Melanoma: Tirosinasa
g. Linfoma: t(8;14) , t(11;14) , t(2;5) , t(3;14)

3. Marcadores utilizados para Estadificación y Pronóstico:


a. Cáncer de mama: Receptor de estrógenos, CA 15.3, Her-2/neu (gen que tiene el
potencial de producir cáncer. Human Epidermal growth factor Receptor-type2 o Receptor-2 del
factor de crecimiento epidérmico humano)
b. Cáncer colorrectal: Antígeno Carcinoembrionario (CEA) (aunque no es universalmente
aceptado para esta situación particular)
c. Cáncer de páncreas: CA 19.9

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4. Marcadores utilizados para Seguimiento:
a. Ca colorrectal: Antígeno Carcinoembrionario (CEA)
b. Ca de mama: CA 15.3
c. Ca de próstata: Antígeno Prostático Específico (PSA)
d. Ca de ovario: CA 125
e. Ca de Tiroides: Tiroglobulina y Calcitonina
f. Ca de testículo: Gonadotrofina Coriónica Humana C y Alfafetoproteína (AFP)
g. Cáncer de páncreas: CA 19.9
h. Linfoma: t(8;14) , t(11;14) , t(2;5) , t(3;14) (alteraciones citogenéticas de los cromosomas)

ANTÍGENOS ONCOFETALES
Los antígenos oncofetales son proteínas que se expresan en los tejidos de un organismo en la
fase de desarrollo fetal pero no en el individuo adulto normal. Sin embargo, aparecen a
concentraciones elevadas en las células cancerosas, por lo que pueden utilizarse como
marcadores tumorales para detectar la existencia de un tumor maligno.

1. ANTÍGENO CARCINOEMBRIONARIO (CEA)

Es un antígeno fetal. Es una proteína normalmente presente en pequeñas cantidades en


sangre de personas sanas. Por lo tanto, solamente existe una diferencia cuantitativa entre
el tejido normal y el neoplásico.
La mayoría de los procedimientos consideran como significativos valores superiores a 2,5
ng/mL. Los niveles comprendidos entre 2,5 y 5,0 se consideran en una zona gris, y su
interpretación definitiva dependerá de una secuencia de determinaciones. Elevaciones
mayores de 20 ng/mL se asocian con metástasis hepáticas u óseas.
El antígeno carcinoembrionario se utiliza primordialmente para controlar el cáncer
colorrectal, sobre todo cuando la enfermedad se ha extendido (ha hecho metástasis).
También se utiliza después del tratamiento para controlar la recaída del cáncer colorrectal.
Sin embargo, existe una gran variedad de otros cánceres que pueden producir niveles
elevados de este marcador tumoral, los cuales incluyen melanoma, linfoma y cánceres de
pecho (mama), pulmón, páncreas, estómago, cuello del útero, vejiga, riñón, tiroides,
hígado y ovario.
También se pueden presentar niveles elevados de antígeno carcinoembrionario en
pacientes con trastornos no cancerosos, que incluyen enfermedad inflamatoria del
intestino, pancreatitis y enfermedades del hígado (cirrosis alcohólica e ictericia
obstructiva). El uso del tabaco también puede contribuir a niveles de antígeno
carcinoembrionario más altos de los normales.

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2. ALFA-1-FETOPROTEÍNA (A.F.P.)
Con el nombre de fetoproteínas se han agrupado algunas moléculas de glicoproteínas que
se encuentran en el suero sanguíneo fetal, y que desaparecen en el suero del adulto
normal.
La alfa 1 ha sido la más extensamente estudiada, y se ha identificado como un MT de gran
utilidad en el diagnóstico oncológico. Su hallazgo en tejidos neoplásicos la caracterizó
como un antígeno oncofetal. Es producida por las células del hígado del embrión y tejidos
del saco vitelino. La producción por el feto se presenta desde la semana decimocuarta y
durante todo el embarazo, para descender rápidamente durante las primeras semanas de
la vida extrauterina.
En el adulto normal se han encontrado concentraciones menores de 20 ng/mL. Durante el
2o. y 3er. trimestres del embarazo los niveles en el suero de la madre alcanzan 500
ng/mL. Las elevaciones anormales encontradas en el suero materno, o en el líquido
amniótico, están relacionadas con anormalidades fetales; principalmente alteraciones del
aparato urinario y malformaciones del tubo neural. Su determinación en el L.C.R. es un
apoyo en el diagnóstico de los disgerminomas del S.N.C. y de la carcinomatosis
meníngea. Su principal aplicación radica en su producción por el carcinoma hepatocelular
y el teratocarcinoma testicular; así como en tumores de células embrionarias. Pequeñas
elevaciones transitorias se presentan en pacientes con hepatitis viral, cirrosis y daño
hepatocelular.
Los trastornos no cancerosos que pueden causar niveles elevados de AFP incluyen
condiciones benignas del hígado como cirrosis o hepatitis; ataxia telangiectasia (enfermedad
hereditaria poco frecuente, autosómica recesiva, afecta el sistema nervioso, el sistema inmunológico y otros
sistemas del cuerpo. Los síntomas se presentan en niños pequeños); embarazo y síndrome de
Wiscott-Aldrich (enfermedad caracterizada por infecciones recurrentes, eczema, y trombocitopenia
que provocan mayor tendencia al sangrado).

OTROS MARCADORES TUMORALES:


Gonadotropina coriónica humana (HCG)
La gonadotropina coriónica humana (HCG, por sus siglas en inglés) normalmente es
producida por la placenta durante el embarazo. De hecho, la gonadotropina coriónica humana
se utiliza a veces como una prueba de embarazo porque aumenta durante el primer trimestre
de la gestación. También se utiliza para detectar el coriocarcinoma (un cáncer poco común del
útero) en las mujeres que tienen alto riesgo de desarrollar la enfermedad, y para supervisar el
tratamiento de la enfermedad trofoblástica (un cáncer poco común que se desarrolla a partir de un huevo
fertilizado anormalmente). Los niveles elevados de HCG también pueden indicar la presencia de
cánceres de testículo, ovario, hígado, estómago, páncreas y de pulmón. El uso de marihuana
también puede causar niveles elevados de HCG.

Antígeno prostático específico (PSA)


El antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) está presente en
concentraciones bajas en la sangre de todos los varones adultos. Éste es producido tanto por
las células normales como anormales de la próstata. Los niveles elevados de antígeno
prostático específico pueden encontrarse en la sangre de los hombres con enfermedades
benignas de la próstata como, prostatitis (inflamación de la próstata) e hiperplasia prostática
benigna (BPH, por sus siglas en inglés), o con un crecimiento maligno (canceroso) en la
próstata. Aun cuando el antígeno prostático específico no les permite a los médicos distinguir
entre las enfermedades benignas de la próstata (muy comunes en los hombres mayores de
edad) y el cáncer, un nivel de PSA elevado puede indicar que son necesarias otras pruebas
para determinar si el cáncer está presente.

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Los niveles de PSA han demostrado ser útiles para supervisar la eficacia del tratamiento del
cáncer de la próstata, y para controlar la recaída después de que el tratamiento ha terminado.
Cuando se usa el PSA para controlar la recaída del cáncer, un solo nivel elevado puede que
no sea de mucho valor.
Se sigue estudiando la utilidad de las pruebas regulares de detección utilizando exámenes
rectales digitales y chequeos del nivel de antígeno prostático específico en los hombres entre
55 y 74 años. Los investigadores también están estudiando nuevas maneras de aumentar la
exactitud de las pruebas del antígeno prostático específico. El mejorar la exactitud de las
pruebas del PSA puede ayudar a los médicos a distinguir una hiperplasia prostática benigna
de un cáncer de la próstata y así evitar procedimientos adicionales innecesarios, como las
biopsias.

Fosfatasa Ácida Prostática (FAP, PAP)


La fosfatasa ácida prostática (PAP, por sus siglas en inglés) normalmente sólo se presenta en
cantidades pequeñas en la sangre, pero puede encontrarse en niveles más altos en algunos
pacientes con cáncer de la próstata, sobre todo si el cáncer se ha extendido más allá de esta.
Sin embargo, los niveles de la sangre también pueden elevarse en pacientes que tienen
ciertas enfermedades benignas de la próstata o cuyo cáncer está en la fase temprana. Aun
cuando originalmente se determinó que la fosfatasa ácida prostática era producida por la
próstata, los niveles elevados de PAP han sido subsecuentemente relacionados con el cáncer
testicular, leucemia, y el linfoma no-Hodgkin, así como con trastornos no cancerosos tales
como la enfermedad de Gaucher, la enfermedad de Paget (osteítis deformante), la osteoporosis,
cirrosis del hígado, embolia pulmonar y el hiperparatiroidismo.

CA 125
El CA 125 es producido por una variedad de células, pero particularmente por células de
cáncer ovárico. Los estudios han demostrado que muchas mujeres con cáncer ovárico tienen
niveles elevados de CA 125. El CA 125 se usa principalmente en el manejo del tratamiento del
cáncer ovárico. En las mujeres con cáncer ovárico que están siendo tratadas con
quimioterapia, una disminución en el nivel de CA 125 generalmente indica que el cáncer está
respondiendo al tratamiento. Por otro lado, un aumento en los niveles de CA 125 durante o
después del tratamiento puede indicar que el cáncer no está respondiendo a la terapia o que
algunas células cancerosas permanecen aún en el cuerpo. Los médicos también pueden
utilizar los niveles de CA 125 para supervisar la recaída de los pacientes con cáncer ovárico.
No todas las mujeres con niveles elevados de CA 125 tienen cáncer ovárico. Los niveles de
CA 125 también pueden aumentar por los cánceres del cuello y cuerpo del útero, páncreas,
hígado, colon, mama, pulmón y del tracto digestivo. Los trastornos no cancerosos que pueden
causar aumento en los niveles de CA 125 incluyen la endometriosis, la enfermedad pélvica
inflamatoria, peritonitis, pancreatitis, enfermedad del hígado y cualquier trastorno que inflame
la pleura (el tejido que rodea los pulmones y recubre la cavidad del pecho). La menstruación y
el embarazo también pueden causar un aumento de CA 125.

CA 19.9
El CA 19–9 inicialmente se detectaba en pacientes con cáncer colorrectal, pero también se le
ha identificado en pacientes con cáncer del páncreas, estómago y de los conductos biliares.
Los investigadores han descubierto que, en los pacientes con cáncer pancreático, los niveles
más altos de CA 19–9 tienden a estar relacionados a los casos de enfermedad más
avanzada. Los trastornos no cancerosos que pueden elevar los niveles de CA 19–9 incluyen
el cálculo biliar, pancreatitis, cirrosis del hígado, y colecistitis.

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CA 15.3
Los niveles CA 15.3 se usan primordialmente para seguir el curso del tratamiento en las
mujeres diagnosticadas con cáncer de mama, especialmente en su forma avanzada.
Raramente los niveles de CA 15.3 se elevan en las mujeres con cáncer de mama en su fase
temprana. Los cánceres del ovario, pulmón, y la próstata también pueden elevar los niveles de
CA 15.3. Estos niveles elevados de CA 15.3 pueden estar relacionados con trastornos no
cancerosos tales como enfermedades benignas del seno o el ovario, endometriosis,
enfermedad pélvica inflamatoria y la hepatitis. El embarazo y la lactancia también pueden
causar aumento en los niveles de CA 15.3.

CA 27.29
Similar al antígeno CA 15.3, el CA 27.29 se encuentra en la sangre de la mayoría de las
pacientes con cáncer de mama. Los niveles del CA 27.29 pueden utilizarse junto con otros
procedimientos (como las mamografías y niveles de otros marcadores tumorales) para
controlar la recaída en las mujeres con cáncer de mama en etapas II y III previamente
tratadas. Los niveles del CA 27.29 también pueden estar elevados en cánceres del colon,
estómago, riñón, pulmón, ovario, páncreas, útero e hígado. El primer trimestre del embarazo,
la endometriosis, los quistes ováricos, la enfermedad benigna del seno, enfermedad del riñón
y enfermedad del hígado son trastornos no cancerosos que también pueden elevar los niveles
del CA 27.29.

Deshidrogenasa Láctica (LDH)


La deshidrogenasa láctica (LDH, por sus siglas en inglés) es una proteína que se encuentra
en todo el cuerpo. Casi todo tipo de cáncer, así como muchas otras enfermedades pueden
causar un nivel elevado de LDH. Por consiguiente, este marcador no puede ser utilizado para
diagnosticar un tipo particular de cáncer. Los niveles de deshidrogenasa láctica pueden
utilizarse para supervisar el tratamiento de algunos cánceres, que incluyen el cáncer
testicular, el sarcoma de Ewing, el linfoma no Hodgkin y algunos tipos de leucemia. Los
niveles elevados de deshidrogenasa láctica pueden ser causados por trastornos no
cancerosos entre los que se incluyen la insuficiencia cardiaca, hipotiroidismo, anemia y
enfermedades del pulmón y de hígado.

Enolasa Neuronal Específica (NSE)


La enolasa neuronal específica (NSE, por sus siglas en inglés), es una isoenzima glucolítica
neuroespecífica de la enolasa; es una enzima dimérica que cataliza la transformación del 2-
fosfoglicerato en PEP en la vía glucolítica. Se encuentra en todos los tejidos capaces de
efectuar glucólisis, pero principalmente en células neuronales y neuroendocrinas. Presenta 5
formas isoenzimáticas (αα, αβ, αγ, ββ y γγ). Se ha descubierto en pacientes con

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neuroblastoma; carcinoma de células pequeñas del pulmón, tumor de Wilms (tipo poco frecuente
de cáncer renal); melanoma; y otros cánceres del riñón, testículo, páncreas y tiroides. Sin
embargo, los estudios de la NSE como un marcador tumoral se han concentrado
principalmente en los pacientes con neuroblastoma y con carcinoma de células pequeñas del
pulmón. Las medidas de los niveles de la NSE en pacientes con estas dos enfermedades
pueden proporcionar información sobre la extensión de la enfermedad y el pronóstico del
paciente, así como la respuesta del paciente al tratamiento.
Neuroblastoma: enfermedad por la que se forman células malignas (cancerosas) a partir de los neuroblastos
(tejido nervioso inmaduro) de la glándula suprarrenal, el cuello, el tórax o la médula espinal.

Mag. Q.F. Margarita L. Geng Olaechea

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