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El jinete negro

Dice la leyenda que en las calles de Ocaña las gentes podían ver el fantasma del jinete negro,
don Antón García, caballero de la época colonial.

El espectro iba vestido de negro, portaba un sombrero y unas alas anchas. De sus hombros
caía una capa oscura y larga que le cubría todo el cuerpo. Su aspecto causaba espanto y pavor
a aquellos que se lo cruzaban.

Cuentan que, en vida, hizo construir un lago en una de sus fincas, cerca del río Magdalena,
para lo cual empleó mucha servidumbre. Le encantaban los caballos, y todas las noches se
podía oír su caballo negro saltar por las oscuras calles del lugar.

Cuando su esposa enfermó, don Antón García le hizo una promesa a Santa Rita, patrona de
los imposibles. Sin embargo, esta promesa se le olvidó y, cuando don Antón García falleció,
San Pedro le ordenó acudir cada noche a visitar el Santuario de Santa Rita, hasta la
consumación de los siglos.

Los amantes del Telembí.

Inchima, hija del cacique de los indios Kuaikeres, se enamoró del humilde joven Telembí,
quien también la amaba a ella. Pero su padre la prometió con Tanhuai, cacique de la tribu de
los Cuiles.

Al enterarse Telembí del compromiso de su enamorada con otro hombre, decidió subir
desesperado a una montaña. Allí se quitó la vida con una lanza envenenada.

El desposorio de Inchima y Tanhuai se celebró por todo lo alto con un gran baile. Pero la
joven no estaba enamorada, así que decidió ausentarse un rato para ir a buscar a Telembí.

Cuando llegó a la cumbre de la montaña, se encontró el cuerpo de su amado tendido al borde


del precipicio.

La bella muchacha tomó el cuerpo de Telembí y se lanzó con él al precipicio. A su caída, el río
se desbordó y arrancó los árboles.

Desde entonces, cuentan las gentes que en las noches de luna llena aparece el espíritu de una
mujer que porta en sus brazos el cuerpo de su amante en las orillas del Río Telembí.

El Hojarasquín
Cuentan los viejos campesinos que, en los bosques y montes colombianos, hay una
misteriosa figura que aparece. Algunos la describen como un cuerpo antropomorfo repleto
de musgo y hojas secas que se entremezcla con flores silvestres y otra vegetación.

A veces, aparece como un tronco de árbol seco; o con apariencia de monstruo, mitad asno y
mitad hombre. Se levanta cuando alguien se le acerca.

El Hojarasquín aparece cuando las personas intervienen en la naturaleza dañándola. En la


tala de bosques o incendios en el medio natural.

Esta aterradora figura despista a los transeúntes del bosque, pero también ayuda a encontrar
una salida a aquellos que se pierden por el monte.

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