TRABAJO VOLUNTARIO

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TEMA 1: LA LITERATURA PASTORIL EN EL SIGLO XVI (GARCILASO,

MONTEMAYOR, CERVANTES)
Es una tendencia muy significativa dentro de la cultura y literatura del Renacimiento.
En el plano teatral encontramos a Juan del Encina, considerado el padre del teatro
español o castellano; Garcilaso de la Vega, que es considerado el príncipe de los poetas
españoles, el primero; El Canto espiritual de San Juan de la Cruz, una de las cumbres de
la poesía española según la crítica; Lope de Vega, con ‘La Arcadia’ (1518); Cervantes
con ‘La Galatea’ (1585) siendo su primera obra, sino que el Quijote (1605-1615) tiene
características de la literatura pastoril; Montemayor, con ‘La Diana’, un éxito editorial
en España y en Europa, se considera además que es la obra que da inicio a la novela
pastoril en Occidente.
Esa modalidad literaria, la literatura pastoril, es la ‘moda’ durante el siglo XVI y
principios del XVII, durante la época del Renacimiento. Esta modalidad literaria tiene
antecedentes grecolatinos, un hecho que da prestigio en la época del Renacimiento por
estar ligados a la literatura antigua. Destaca Teócrito en la poesía griega y Virgilio en la
poesía latina. No hay que tener en cuenta únicamente la estética, sino también
considerarlos importantes también según la ética, es decir, valores e ideales de vida que
mostraban estos autores clásicos.

El padre de Petrarca le regaló un manuscrito sobre las obras de Virgilio, que acompañó
a Petrarca durante toda su vida, que se conserva en la Biblioteca Anglosiana de Milán, y
está lleno de anotaciones de Petrarca en los márgenes de las páginas. Eran notas de
lectura e incluso datos biográficos de Petrarca.
Esta pintura que le pide Petrarca a su amigo Simone Martini nos servirá para ver
conceptos de la literatura del Renacimiento. Es destacable la rueda Virgiliana (rota
vergiliana), un concepto desarrollado durante la Edad Media tomando como base la
obra de Virgilio (Bucólicas, colección de diez églogas; Poema Didáctico ‘Geórgicas’,
sobre las labores del campo; poema épico, ‘La Eneida’). Este concepto utiliza estas tres
obras como modelo para hacer una jerarquía del estilo literario. En el nivel inferior
encontramos el estilo unilis que corresponde con las bucólicas; el nivel intermedio es el
estilo mediocris que se corresponde con las Georgias; y el nivel superior es el estilo
sublimis que se corresponde con la Eneida.
En la pintura de
Simone Martini
encontramos una
representación
alegórica de la Rota
vergiliana. En el plano
inferior encontramos
unas figuras donde hay
un hombre ordeñando
una oveja y otro
cortando o podando
una vid, relacionado
con las ‘Geórgicas’,
además, viendo sus
ropajes y el
instrumento de agricultura, es una representación realista, en contraposición con la
representación posterior de las églogas que es una representación idealista. En la zona
izquierda de la pintura encontramos un soldado, con ropajes más especializados y con
sus armas, que representa la vida militar, refiriéndose así a la Eneida. Además, el otro
soldado está mirando a la figura que lo acompaña y descorre la cortina que deja ver la
figura de Títiro o Virgilio y nos permite conocer la obra de Virgilio. Esta figura
representa al gramático Mauro Servio Honorator que fue el comentarista más
importante de los textos de Virgilio. Por último, en la parte derecha, encontramos una
pintura que representa a Virgilio como un poeta sabio, coronado, con el cálamo en la
mano para poder escribir y la mirada hacia el cielo buscando la inspiración para la
literatura, recostado sobre un árbol. Esta última figura también representa a la poesía
pastoril, que no concuerda con la rota vergiliana porque en el cuadro es el plano
superior cuando el plano de las bucólicas es el plano más simple. Esto nos muestra la
paradoja de la literatura pastoril y la facilidad de adaptarse a cualquier nivel literario. El
nivel inferior de la poesía pastoril lo encontramos en otra pintura, que es la siguiente:
En esta imagen vemos que el pastor está recostado en un árbol también pero esta vez
tocando un instrumento, además tiene una leyenda escrita sobre la cabeza de la figura
que es Títiro, uno de los pastores de las Bucólicas, por lo que sabemos que, finalmente,
en ambos cuadros, aunque en el otro esté representado Virgilio propiamente, se le
identifica como Títiro:

En la literatura, se ha representado a Virgilio como Títiro, de hecho, Garcilaso cuando lo

nombra en sus obras, lo nombra como ‘el mantuano Títiro’.
Los críticos relacionan la historia de Títiro y Melibeo, bajo una representación ideal del
perdedor (Melibeo), que debe abandonar su ciudad natal por distintas circunstancias, y
del ganador Títiro que permanece en su comarca, con un contexto histórico y social de
Virgilio, un hecho característico de la literatura pastoril que no se fija solo en las
características estéticas de la escritura. Por eso se relaciona Títiro y virgilio que pudo
quedarse en las zonas de norte de Italia de donde fueron expulsados muchas otras
personas.
El árbol sobre el que se recuesta la figura que representa Virgilio tiene un significado de
protección, que da protección a un mecenas, a un poeta, representado al ocio, es decir, la
dedicación a la vida y al espíritu, frente al negotium (NEC OTIUM) que es el estar
afanado o preocupado por cuestiones materiales. El poeta, para poder llevar a cabo su
obra necesita vivir en el estado de ocio (OTIUM) y eso se lo proporciona el protector, el
mecenas que lo ampara bajo su sombra, es decir, el árbol.
A partir del Otium, encontramos ideales de vida del Renacimiento:
- El pastor literario idealizado representa el estilo de vida del Otium. El pastor se
dedica a la música, poesía, a vivir en comunión en la naturaleza (aspecto
importante) representada en su estado más ideal, agradable, placentero para
vivir.
- Vertiente religiosa de lo pastoril, que se refiere a las criaturas ingenuas y
sencillas que por esa sencillez, están más cerca de lo espiritual, frente a los que
están ocupados en cosas materiales. El Ermitaño es una versión religiosa del
pastor, que aparece en la Diana de Montemayor.
En cuanto al negotium, encontramos un estilo de vida centrada en la ciudad y en la
corte. La figura que representa esa forma de vida es el cortesano, implicado en los
negocios jurídicos. Por ejemplo, Garcilaso es considerado una figura de este estilo de
vida por ser un cortesano o noble que trabaja bajo el poder del emperador en acciones
militares, tras haber estudiado una carrera jurídica.
En tanto que como poeta, Garcilaso, su ideal de vida es ‘otium’, por lo que no se deben
ver como una dualidad enfrentada, sino como una dualidad reversibles, es decir, el
Otium es el ideal de vida al que aspira el que vive en el negotium.