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Capítulo 1: Esquema corporal

1.Conceptos y definiciones
Según Le Boulch esquema corporal es el conocimiento, o la intuición global de nuestro cuerpo en estado de reposo o en movimiento (es decir de
sus partes y funciones de las mismas). Este conocimiento se logra a partir de la relación con los objetos y espacio que rodea al individuo. Pierre
Vayer sugiere que el esquema corporal es la organización de las sensaciones (percepciones interoceptivas como hambre, dolor, respiración,
tensión, posición artic. etc. y esteroceptivas como la registrada por vista, oído, tacto) relativas al propio cuerpo en relación con los datos del mundo
exterior. Dentro de la percepción interoceptiva está la propioceptiva con receptores a nivel muscular, tendinoso, articular y oído vestibular
(equilibrio) dando información cinestesica es decir de la posición, tensión y relajación de los segmentos corporales lo que se ira perfeccionando
conlos años. Es importante que en las clases de educación física se enseñe al niño a ser consciente de dicha información. Todas las experiencias
motrices vividas por el individuo le dan infinidad de estímulos; de lo que se trata es de que aprenda a identificarlas, discriminar unas de otras y
utilizarlas en su accionar cotidiano. En este proceso de discriminación y aprendizaje se basa la elaboración del esquema corporal. Éste podrá ser
más pobre o enriquecido según las experiencias. El Yo o esquema corporal no culmina hasta los 11 o 12 años, se va actualizando con las nuevas
experiencias.
2. Contenidos del esquema corporal
Conocimiento topográfico del cuerpo: es el reconocimiento de las distintas partes del cuerpo, la ubicación relativa de las mismas, el contorno, el
tamaño, en resumen, del conocimiento de la estructura corporal
vivencia y toma de conciencia de:
la capacidad de movimiento corporal: es la vivenciación y el reconocimiento de las distintas posibilidades de movimiento de los segmentos
corporales: la mano para agarrar, soltar, arrojar; los pies para patear, las piernas para correr etc. Es decir, se asocia la capacidad de movimiento con
el conocimiento topográfico del cuerpo.
de conciencia de las actitudes corporales: reconocimiento de las diferentes posturas que puede adoptar: sentado, parado, en cuclillas, acostado
decúbito ventral o dorsal, arrodillado.
de la tensión y relajación muscular: es el desarrollo de la capacidad de inhibición del movimiento; en el plano psíquico, la capacidad de equilibrio
emocional y mental para hacer actividad; generar cambios respiratorios y cardiacos.
de la lateralidad: incluye la toma de conciencia de la existencia de dos laterales en el cuerpo y el predominio de uno sobre el otro, se ve en
conductas manipulativas de manos o pies y en conductas más globales como los altos donde la preferencia lateral se ve en la pierna contraria a la
de pique
imagen corporal: además de estar constituida por todo lo anteriormente dicho tiene un componente valorativo, ya que se desarrolla en una
situación con los demás, donde los comentarios, las comparaciones, los elogios, las críticas hacia el propio cuerpo y el de los demás influyen en esta
construcción. Es decir, la imagen corporal involucra todo el cuerpo, todo el ser, en cada movimiento. Influyen los valores imperantes en la sociedad.
Incluye elementos como el carácter, la imagen que se tiene acerca de la inteligencia propia, de los modos de relacionarse, etc. además de corporal.
Es muy subjetiva. Denominamos mapa fantasmatico corporal a la representación de cada uno hace de su cuerpo, teniendo en cuenta una superficie
territorial real o imaginaria, ejemplo: el decir llorar mares, se me hizo una laguna. Decimos fantasmatico por la relación entre lo anatómico y
fantasías depositadas en él.
3. Evolución del esquema corporal
a. Periodo del nacimiento y los dos años: etapa del cuerpo vivido, culmina cuando el niño logró la diferenciación con el mundo externo o
diferenciación yo-mundo externo. El niño no puede reconocerse, como individuo, hasta tomar conciencia de ser él mismo una parte de todo lo que
lo rodea, y a la vez una entidad con características propias y particulares. La visita juega un papel fundamental. A partir de los cuatro meses de vida
aparecen los primeros movimientos voluntarios e imágenes fragmentadas del cuerpo humano, directamente relacionada con las actividades
vitales, no relacionadas entre sí, sino referidas a la función que cumplen: ej. La boca propia y el pecho de la madre significa el alimento. Así el
conocimiento topográfico es sumamente rudimentario e incompleto. Entre los 4 y 8 meses se van agregando partes. Se requiere de un contacto
físico o tónico con el adulto, para estimular sus sensaciones propioceptivas, para que sienta su propio cuerpo y las partes. Antes de los ocho meses
lograr cambios de posición: acostado, sentado, rolar sobre el eje del cuerpo, girar el cuerpo en posición sedente el gateo, la extensión de un brazo
para alcanzar un objeto, arrojarlos, manipulación con ambas manos, a medida que se repiten estas acciones se transforman en habilidad. Luego de
este período comienza a aparecer la posición de pie con apoyos en muebles o manos de otras personas, siendo todas estas las actitudes corporales
vivenciadas. El control corporal se limita a la prensión y suelta de elementos, cambios de posición en el tronco y la cabeza. En la lateralidad sólo se
evidencia una mayor tendencia al uso de un lado. Así llegamos a los dos años sin una imagen mental del propio cuerpo en forma completa y con un
desarrollo de la motricidad que cumple con dos leyes: ley céfalo-caudal donde el crecimiento, la maduración y el control corporal van desde la
cabeza hacia el resto del cuerpo siguiendo un desarrollo desde el encéfalo, luego la médula, y por último los miembros, cumpliendo con la ley
próximo distal que va desde el centro a la periferia.
b. Topografía corporal: desde los 2 a los 4 años se reconocen grandes segmentos corporales como la cabeza, el cuerpo o tronco y brazos y piernas.
De los 4 a los 7 años discrimina hombros, rodillas, muñecas, codos, cuello, uñas, pecho, abdomen, como así también detalles de la cabeza y cara
como las orejas, cejas, pestañas, labios, dientes, frente, pera, cabellos. Los glúteos y caderas aún forman parte de una misma zona. A partir de los 7
años, se incrementa el conocimiento por ejemplo brazo, antebrazo, piernas, muslo, palma y dorso de la mano, cintura y cadera, cuello anterior y
nuca. A partir de los 9 años puede ser capaz de distinguir rodillas de las corvas, la parte interna de la externa de los músculos, antebrazos y lo más
difícil la conciencia de la espalda en la que puede ayudar las experiencias táctiles al apoyar la sobre superficies duras con consignas del docente.
c. Capacidad de movimiento: podemos distinguir movimientos globales que involucran la traslación del cuerpo como por ejemplo saltar, correr,
trepar, balancearse, gatear, reptar, girar, rolar, flotar. Los segmentarios involucran uno o más segmentos corporales, aunque el resto del cuerpo
participe como soporte de la postura. Por ejemplo: lanzar, picar un elemento, hacerlo rodar, girar, frenar un objeto que se desplaza, recepcionar;
extensiones, flexiones, circunvoluciones, rotaciones en las extremidades, cabeza o tronco. Hasta los 4 años predominan los globales y anunque se
hacen segmentarios, estos tienen poco peso. A partir de los 5 o 6 años se da la independencia de la cintura pélvica y escapular permitiendo
dominio se movimientos segmentarios independientes del resto del cuerpo como patear partiendo el movimiento desde la cadera y no del cuerpo
como bloque, aunque el resto del cuerpo acompaña con el fin de lograr el equilibrio, con el lanzamiento ocurre algo similar. Logra por ej en
natación cierta independencia en el braceo sin que gire exageradamente el tronco. A los siete años logra más disociación manteniendo constante la
parte mientras varía otra. Puede flexionar una pierna mientras deja extendida la otra durante la ejecución del movimiento global. como por
ejemplo el salto o salpitado. Esto permite ampliar las consignas pedagógicas. En el lanzamiento un brazo lanza y el otro contrarresta la pérdida de
equilibrio. Todo esto también va a depender del nivel de estimulación que se le dé.
d. Actitudes posturales: antes de los 5 años toma conciencia de posturas como parado con piernas juntas o separadas, sentado, acostado en
decúbito dorsal y ventral, arrodillado en, en cuclillas, distingue estar totalmente extendido o agrupado (posición bolita). La variante de piernas
separadas, juntas, extendidas o flexionadas la ubica por imitación, hasta que aprende la denominación de cada una y recién es capaz de
identificarlas en su propio cuerpo. A los 5 o 6 años es capaz de distinguir entre estar sentado con las piernas extendidas o flexionadass y de adoptar
esta posición si se le pide, pero en un salto no distingue si flexiono o extendió las prs. A partir de los 7 años comienza poder dominar la extensdion
de piernas durante un salto, pero aún no los ángulos de flexión en ellas (si a los 9 años). Antes de los 5 logra el reconocimiento, la adopción y
concientización de posiciones globales. Entre los 5 y 7 años aparecen los elementos segmentarios de las posiciones corporales.
e. Control corporal: la independencia de la cintura escapular y pélvica implica un avance en el control corporal, pasando de un control global a uno
más segmentario. Primero se controla todo el cuerpo como una totalidad en la marcha, los saltos, lanzamientos. A partir de los 5 o 6 años se
comienza controlar los brazos y las piernas como una totalidad independiente del tronco. Pasando los nueve años el control se hace más distal
pudiendo extender la punta de pies en un salto, rotar un poco más la mano al entrar el agua o adelantar la cabeza para finalizar un giro de 360°.
f. Evolución de la lateralidad: hacia los 3 o 4 años el niño tiene conciencia de que existen dos laterales en el cuerpo: un brazo y una pierna a cada
lado. La aparición de mayor cantidad de conductas segmentarias como dibujar, pintar, arrojar, abotonar, realizar pequeñas herramientas, permite
que se vaya perfilando la definición de cuál será el lado más hábil. Así a los 4 o 5 año podemos encontrar diestros plenamente lateralizados, zurdos
plenamente lateralizados, lateralmente indefinidos que a veces utilizan un lado y a veces otro en la misma actividad pudiendo progresar al
ambidiestrismo, zurdos contrariados que son aquellos que siendo zurdos por enseñanza fueron convertidos a diestros, diestros para algunas cosas
y zurdos para otras. Los profesores debemos ser cuidadosos al realizar actividades no contrariando su lateralidad natural. En síntesis, entre los 4 y 6
años se define de lateralidad. Mientras se aprenden los términos de identificación del lado derecho e izquierdo debemos hablarles a los niños del
lado fácil y difícil. A partir de los ocho años el niño-habiendo desarrollados las nociones de reversibilidad y permanencia-, es capaz de reconocer no
solamente su mano derecha e izquierda, sino que es capaz de hacerlo en quien se encuentra enfrente de él. En educación física debemos estimular
la definición consciente y el perfeccionamiento de los lados del cuerpo.
g. Imagen corporal: hacia los ocho meses comienza a existir la representación mental de la figura humana, pero en presencia de la misma
perdiéndose cuando está ausente. Está la tapa del cuerpo vivido hasta los 2 años. Desde aquí hasta los 7 años se encuentra en la etapa del cuerpo
percibido, donde ocurre el proceso que Le Boulch denomina Yo conquistado interiorizando la figura humana y pudiendo representarla en ausencia
de la misma, en dibujos, reconocerla en fotografías, siluetas recortadas, etc. También cuenta con el vocabulario para describirla. El cuerpo no
puede diferenciarse como un instrumento funcional cuando sus propiedades y límites a un no han sido convenientemente experimentados. Entre
los 4 y 7 años el niño construye una imagen corporal reproductora de posturas vividas, con reconocimiento de la constitución corporal y de las
relaciones entre los segmentos. Es decir que puede imaginarse a sí mismo en aquellas posturas que hayan sido experimentadas por el mismo
anteriormente, pero no puede reproducir mentalmente un movimiento ni anticipado. Su imagen es estática, reproductora y postural y si bien
puede verse en distintas posturas no puede hacer lo mismo en el pasaje de una a otra ni puede prever como realizar un movimiento.
La representación mental del propio cuerpo en esta etapa es un modelo postural, la figura humana ya no es una silueta, tiende a la completud.
Al no anticipar movimientos corporales en forma mental se dice que el niño posee en su mente un esquema postural y por lo tanto no podemos
decirle, por ejemplo: extiende las piernas al saltar, pues no puede pasar la consigna a la acción.
Lo puede hacer adaptativamente o bajo coacción del adulto, método utilizado en la especialización deportiva temprana-, pero no en forma
conciente, ni de modo tal que le permita transferir los aprendizajes.
En cambio, si puede pasar de una posición a otra por ejemplo la posición de sentado piernas extendidas a una de sentado con piernas flexionadas,
a partir de los 5 años y ante consigna verbal. Es el primer paso para poder abandonar la imagen corporal estática.
Entre los 7 y 11 o 12 años, etapa del cuerpo operatorio, el niño ya está en condiciones de anticipar mentalmente los movimientos, porque integra
los datos de lo vivido desde el movimiento y lo cognitivo perceptivo. De esta manera, a partir de los 7 años van estructurando una imagen en
donde puede representarse mentalmente a sí mismo el movimiento.
Estos dos elementos, la anticipación y representación en movimiento, entre los 7 y 12 años hace que se conforme la imagen corporal dinámica y
anticipadora, más posibilidades de anticipación cuando más variadas hayan sido las experiencias en períodos anteriores. Aquello que a los cuatro
años lo realizaba globalmente a los siete lo puede pensar. Aquellas habilidades más tardíamente incorporadas también se verán representar
mentalmente, pero con un leve retraso.
4. Educación del esquema corporal
Según Le Boulch, un esquema corporal borroso, mal estructurado o con déficit en la relación mundo externo-sujeto, se evidencia en tres planos:
 Plano de la percepción: se evidencia en la lectoescritura, en la inversión de letras, en las dificultades para orientar el cuerpo en el espacio.
 Plano motor: aparece la torpeza movimientos, falta de control sobre los diferentes segmentos o sobre el cuerpo globalmente, en la
coordinación o disociación de gestos y en la lentitud para organizar la acción.
 En el plano de las relaciones y el carácter: no logrando ubicarse en el mundo, en el lugar que le corresponde, presentando problemas de
conducta.

Capítulo 2: capacidad perceptiva


1. Conceptos y definiciones.
Las apreciaciones no solo del propio cuerpo sino también del mundo que nos rodea son importantes para permitir al individuo ubicarse realmente
en este mundo, controlar sus propias actividades en lo relativo a su duración, ordenamiento en el tiempo y ser eficientes en el uso de los
elementos y objetos existentes. Es decir que la capacidad perceptiva es la progresiva disponibilidad del ser humano para estructurar lo real, en
esquemas de acción que le permitan el ejercicio de la motricidad orientada en tiempo y espacio en relación con los objetos y demás personas que
lo rodea. Si uno no puede percibir y discriminar lo que sucede a su alrededor, se ve imposibilitado de actuar en consecuencia. La capacidad
perceptiva tiene dos niveles de desarrollo. Uno de ellos es el denominado nivel de experiencia vivida. Consiste fundamentalmente en el acopio de
información percibida, a nivel pre consciente e inconsciente, a partir de la actividad motriz que se desarrolla. De esta manera los fenómenos
espaciales temporales van siendo apropiados por el niño durante los primeros ocho años de vida. También en este nivel hay un descubrimiento de
las posibilidades de los diferentes objetos que forman parte de la vida cotidiana de un niño. Esto es posible solamente si existe un manipuleo de
dichos objetos; la experiencia vivida también los abarca. Si bien en este nivel (de lo vivido) no existe representación mental de los fenómenos
percibidos, el niño tiene posibilidades de operar en el mundo que lo circunda, pero lo hace a un nivel intuitivo y no consciente de los alcances de
sus acciones.
El segundo nivel de desarrollo de la capacidad perceptiva lo conforman llamado nivel de la represión mental considerado como nivel donde se
estructuran los datos percibidos anteriormente. Es decir, que, aunque haya edades aproximadas para uno y otro nivel, es necesario haber pasado
por la vivencia para poder representarla mentalmente Si las vivencias fueron pocas, de mala calidad y muy poco variadas, la posibilidad de
estructurar esquemas de acción válidos se verá dificultada. Estos datos a partir de los ocho años son ordenados en forma de esquemas mentales,
los cuales conforman estructuras perceptivas que son el sustento de la acción motriz. Estas estructuras perceptivas no son otra cosa que el
ordenamiento de todos los datos percibidos, que se encuentran listos para ser utilizado cuando la ocasión lo requiera. Para que esta organización
sea posible se debe haber transitado por el nivel de lo vivido, de otra manera es imposible. Es por este motivo que la mayor cantidad de estímulos,
de situaciones diferentes motrizmente hablando, son la base necesaria para la estructuración consciente y eficaz. Esta capacidad de discriminación
de los datos sensoriales acompaña en todo momento al desarrollo de estructuración témporo espacial, la cual necesita del concurso de inteligencia
analítica.
Resumiendo, en un primer momento podemos hablar de un nivel de experiencia vivida que incluye una adecuada orientación espacial, temporal y
un conocimiento de lo objetal. Y de un nivel de la estructuración témporo espacial que implica la posibilidad de someter los datos proporcionados
por experiencia vivida al análisis del intelecto (análisis de la acción y toma de decisiones eficaces en el plano motor).
Así el ajuste perceptivo que se opera alrededor de los ocho o nueve años tiene un doble aspecto:
-conocimiento y percepción del propio cuerpo, con miras a la estructuración del esquema corporal (lograda los 12 años aproximadamente)
-percepción temporal, orientación espacial, conocimiento objetal con miras a la estructuración témporo espacial objetal.
Simultáneamente con este ajuste perceptivo se opera un ajuste motor a nivel tanto de la habilidad manual (coord.. fina) como de la motricidad
general (coordinación general o gruesa y visomotora)
2. Contenidos de la capacidad perceptiva.
Los contenidos de la capacidad receptiva son el espacio, el tiempo y los objetos; y todas las nociones referidas a ellos que conforman el
conocimiento del mundo externo. Cada una de estas nociones conforma su vez un contenido de cada uno de los componentes del mundo a
percibir. Por ejemplo, la noción de adentro afuera permite situarnos en el espacio. La noción de “al mismo tiempo” permite tomar conciencia de la
simultaneidad como contenido temporal. La inclusión de estas nociones nos permite la adaptación de la conducta en referencia al medio.
A. El espacio y sus nociones:
La organización espacial es progresiva para poder estructurar lo real en esquemas que permitan el ejercicio de la motricidad orientada y la
consecuente representación mental (cuerpo operatorio). Hay dos niveles de percepción del espacio:
-Nivel vivencial: es el nivel de actividad perceptiva en el cual los datos vinculados con los fenómenos espaciales son percibidos de un modo
preconsciente e inconsciente; y permiten, sin embargo la orientación del cuerpo y el consiguiente ajuste motor a la situación.
-Nivel de representación mental: los datos percibidos son organizados como contenido de conciencia, situación que le exige al niño una especie de
toma de distancia de la situación vivenciada y le permite un nuevo tipo de ajuste motor al problema. Es el aprendizaje inteligente o aprendizaje con
y a partir de la representación mental.
Contenidos espaciales
Nociones de orientación y situación en el espacio.
1.Orientación:
Distancias: cerca, lejos, intermedias.
Direcciones: hacia arriba, abajo; adelante, atrás; un lado y otro; derecha, izquierda; alrededor
Trayectorias: rectas, curvas, onduladas, quebradas, a nivel del suelo, aéreas o con toques alternados en el suelo.
2.Situación
Ubicación: arriba de, debajo de; cerca, lejos; adentro, afuera; adelante, atrás; un costado, el otro; derecha, izquierda; alrededor
Agrupación y dispersión: juntos, separados; rondas, hileras, filas, esquinas, grupos; por color, tamaño, por otras cualidades.
Evoluciones: pasar de una agrupación a otra; unir dos agrupaciones; pasar de la agrupación a la dispersión y de la dispersión a la agrupacion.

Tanto para las nociones de orientación como para las de situación en el espacio, las posibilidades están dadas por puntos de referencia: el cuerpo
respecto al objeto. En el caso del cuerpo de otro, éste funciona como un objeto, a la hora de situarse, orientarse, agruparse o dispersarse. El objeto
respecto al propio cuerpo. Los objetos entre sí.
Nociones de reconocimiento del espacio de acción.
1.Límites
Límites simbólicos: líneas demarcadas, aparatos y elementos, andariveles (natación).
Límites naturales: árboles, ríos, etcétera
2.Regiones
Superficies: líneas, espacios cerrados.
Ocupación de superficies: lleno-vacio, región interna-externa.
3.Formas y figuras
Formas: abiertas-cerradas, circulares, con ángulos, etc.
Figuras: líneas, cuadrado, triángulo, circunferencias, etc.
B. El tiempo y sus nociones
Tomamos conciencia del tiempo a partir de los cambios o hechos que se producen en un periodo determinado, así se perciben las horas, los días,
meses, los años al observar por ejemplo los estados sucesivos de crecimiento de los niños, los árboles, las estaciones. El tiempo tiene la cualidad de
no ser reversible como si lo tienen las nociones espaciales. Es decir puedo decir un lugar hasta el otro y volver nuevamente el primero pero el
tiempo no será el mismo en uno y otro.
El orden:
También se pueden observar dos niveles de percepción:
El nivel de percepción inmediata, en donde se percibe que todos los sucesos o cambios, se distribuyen sucesivamente, en forma irreversible,
constituyéndose así en el primer componente de la percepción temporal: el orden. El que se relaciona con la presencia de puntos de referencia en
un periodo de tiempo, sin involucrar ningún tipo de actividad en el nivel de la representación mental. Se percibe en forma inmediata, cuando las
estimulaciones sucesivas se dan en forma ordenada. El orden de los horarios de sueño, la comida para el bebé son estímulos ordenados que
permiten formar la percepción de orden. De la misma manera la sucesión de los días y las noches son datos observables que permiten tener una
idea acerca del orden. Hay un orden natural, que percibimos y nos ayuda a ubicar en la memoria los sucesos vividos y ordenarlos temporalmente
una vez ocurridos. Para incorporarlo necesitamos vivenciarlo.
La duración:
Es el tiempo que separa dos puntos de referencia temporales y representa el segundo componente de la percepción inmediata del tiempo.
Representa una medida en horas, días, minutos, estaciones, décadas, etc. Está estrechamente ligada a la organización de sus límites esto es el
comienzo, fin o cambio en el fenómeno observado. Esto nos lleva mencionar los intervalos, los cambios de velocidad, de ritmo, etc. del mismo
modo que la noción de orden conlleva en sí a la simultaneidad o sucesión de los hechos.
El tiempo entonces es percibido como una unidad, donde orden y duración están estrechamente relacionados.
Las nociones de tiempo involucran la percepción de tiempos o ritmos externos e internos (respiración, pulso) y de la rapidez o lentitud que cada
uno de nosotros le imprimimos desde nuestra individualidad. En cuanto a los ritmos externos, no es lo mismo el de la carrera (una cadencia que se
repite consecutivamente), que el de un salto o lanzamiento. Los ritmos extrínsecos y nociones temporales sólo pueden ser percibidos mediante la
acción vivida, y esto permite organizar esquemas mentales y ser pensados en abstracto. Así vemos que la percepción temporal está íntimamente
ligada a la coordinación visomotora y a la coordinación General.
Cuando el individuo está en condiciones de pensar el tiempo, de imaginarlo y de anticiparse a él, entró en el nivel de representación mental. La
posibilidad de anticiparse al vuelo de una pelota, recordar los tiempos, las duraciones, de planear las acciones futuras con eficacia en cuanto a su
duración e intercalación entre otras acciones, necesita de la organización mental de todo lo conocido anteriormente. Pero no es sólo esto lo que
permite el nivel de la representación mental. En lo motor específicamente se refiere a la posibilidad de actuar eficazmente frente al mundo
externo.
Ej. para poder recibir una pelota que fue arrojada, hace falta habilidad de extender los brazos; coincidir el propio movimiento con la trayectoria y la
velocidad del objeto-esta última en relación directa con su peso y volumen-, todo lo cual está facilitado y permitido por la estructuración temporo-
espacial-objetal.
Por todo lo dicho anteriormente acerca del tiempo podemos decir que tiene un aspecto cualitativo: percepción de un orden, una organización, que
en ocasiones preexistenten al individuo; y un aspecto cuantitativo: relativo a la percepción de las duraciones, intervalos, ritmo, velocidades, todas
cualidades medibles, comparables entre sí.
Contenidos temporales:
Nociones de orden:
Simultaneidad: al mismo tiempo que, mientras.
Sucesión: antes que, después que.
Nociones de relación
Velocidad: rápido, lento, intermedias; más rápido que, más lento que; aceleración, desaceleración.
Duración de sucesos: medidas (días, horas, minutos), más largo que, más corto que, igualmente largo, igualmente corto.
Regularidades: ritmos, cadencias, pulso, acento, “tempo” de los movimientos
Continuidad: arranques, detenciones; pausas, intervalos
C. Las nociones objetables:
Cuando el niño comienza a diferenciarse del mundo externo, también comienza a percibir cualidades de los objetos y a manipularlos, en sus juegos
y actividades. C/u de ellos tiene usos que la propia cultura determina, pero con cualidades que le son inherentes y particulares. Las cualidades y los
usos conforman los contenidos del conocimiento objetal. En cuanto a los usos, encontramos dos maneras: uso formal (utilitario), socialmente
otorgado como silla para sentarse o escoba para barrer y otro uso es el simbólico en el que la silla puede ser acantilado para un niño, un árbol
puede ser refugio o la escoba un caballo. Hay asimismo elementos naturales que tienen una función determinada, los árboles proporcionan
oxígeno al ambiente, el agua para saciar la sed y refrescar.
Para reconocer que una pelota es rugosa, no basta con mirarla, más en el primer contacto con el elemento, hace falta manipularla. Al igual que con
las nociones espaciales y temporales, primero es imprescindible la experiencia vivida, adecuarse al uso y conocer las propiedades de los objetos,
para recién allí poder operar con ellos con eficiencia
Contenido del conocimiento objetal
Percepción y reconocimiento de las cualidades de los objetos
Formas: redonda, alargada, cuadrada, etc.
Tamaños: grandes, chicos, mediano
Peso: liviano, pesado, intermedio
Texturas: lisas, rugosas, con relieves, etc.
Colores: rojo, verde, azul, etc., con rayas, moteado, matizado, etc.
Adecuación al uso:
1. Uso formal y o utilitario:
Manipuleo de pequeños elementos manuales: en el caso de la educación física pelotas, aros, sogas individuales, bolsitas
Manejo de grandes aparatos: en el caso de educación física cajones de salto, bancos suecos, colchonetas, trepadoras.
2. Uso simbólico
Uso simbólico de pequeños elementos y grandes aparatos con todo lo que la imaginación determine.
Tres. Evolución de la capacidad perceptiva. (llegue a pag 44 del libro)
tres evolución de la capacidad perceptiva
la percepción inmediata
percibir y discriminar
estructuración perceptiva

capítulo tres: capacidad dinámica general

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