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TRABAJO FINAL
JOAQUÍN BELEÑO – GAMBOA ROAD GANG
Autor:
Eddie Chanis Andrade
Profesor:
Orlando Harris
Panamá
2023
DEDICATORIA
(66 años)
Nacionalidad: panameño
1.1.1 Nacimiento
Iniciaremos con el nacimiento de Joaquín Beleños Cedeño. En el cual su madre
llamada Manuela Cedeño de Beleño, en la cual algo importante que tenemos que saber es
que su madre fue dependiente de don Narciso Urriola el cual ya sabemos y conocemos
porque este fue una de las figuras importantes en nuestro país como uno de los que
firmaron el acta de independencia. Por otro lado, su padre, Joaquín Beleño Carrillo, se
desempeñó como albañil constructor y emigró desde Cartagena. Este detalle nos ofrece
un vistazo a las raíces laboriosas y la determinación que caracterizaron a la familia
Beleño.
Fuente: TVN Noticias, Amalia Aguilar Nicolau / 2022, 31 de Julio / Intervención EEUU 1925 plaza de Santa Ana / ACP/Biblioteca
Roberto F. Chiari.
1.1.2 Estudios y Vida Laboral
La travesía educativa y laboral de Joaquín Beleños es un testimonio de resiliencia
y perseverancia. Inicialmente, su formación tuvo lugar en la Escuela de Justo Arosemena,
la cual, en ese tiempo, era un anexo al Instituto Nacional. A la temprana edad de 13 años,
se vio obligado a abandonar sus estudios para sumergirse en el mundo laboral como
aprendiz y ayudante, una responsabilidad que se volvió aún más abrumadora cuando su
padre quedó paralítico. Este momento crucial marcó el comienzo de su papel como sostén
de su hogar, una carga extraordinaria para un joven en plena adolescencia.
A pesar de los desafíos, Beleños no permitió que esta adversidad truncara sus
aspiraciones académicas. Trabajó incansablemente como bracero en los muelles de
Balboa y como albañil en la Zona del Canal de Panamá, demostrando una admirable
dedicación a sus estudios y a la vez, asegurando el sustento de su familia. Su valentía y
determinación se vieron respaldadas por su regreso triunfal a los estudios en el Instituto
Nacional, donde se graduó como bachiller en 1942.
Fuente: La Estrella de Panamá / 2021, 18 de diciembre / Vista de la ciudad de Panamá en la década de 1950. En la imagen
los barrios de Calidonia, Santa Ana, del lado panameño, y el barrio de Balboa en la antigua Zona del Canal. Sería esta una de las
áreas de mayor contacto entre las dos sociedades que dividían el límite impuesto por los estadounidenses con el tratado de 1903.CZ
(Times, 8, alineación al lado derecho de la figura)
Fuente: Javier Alvarado, 2021 / Esta es una foto donde se retrata a Joaquín Beleños.
Conclusiones
La vida de Joaquín Beleños es verdaderamente inspiradora, un testimonio de
perseverancia y dedicación que va más allá de los límites convencionales. Enfrentándose
a la necesidad de sostener a su familia desde una edad temprana, tuvo que asumir roles
laborales significativos mientras continuaba sus estudios. Este equilibrio impresionante
entre responsabilidades familiares, educación y trabajo es algo digno de admiración, una
hazaña que pocos podrían lograr.
El compromiso de Beleños con su educación y desarrollo profesional no conoció
límites. A pesar de los desafíos que la vida le presentó, regresó a sus estudios con
determinación y se graduó como bachiller en 1942, marcando el inicio de su viaje como
profesional literario. Su incursión en el periodismo, sus contribuciones en diarios como
La Hora y su asociación con figuras literarias destacadas, como Ramón H. Jurado, reflejan
su búsqueda constante de conocimiento y expresión creativa.
Lo más admirable es cómo, a pesar de las adversidades, Beleños no solo logró sacar
adelante a su familia, sino que también dejó una marca indeleble en la literatura
panameña. Su capacidad para superar obstáculos y convertir desafíos en oportunidades
es un ejemplo de resiliencia que trasciende el ámbito personal para convertirse en un
legado valioso para todos nosotros. En su trayectoria, no solo forjó su propio destino, sino
que también abrió puertas para las generaciones futuras, demostrando que la
determinación y el amor por la patria pueden transformar cualquier adversidad en un
camino hacia el éxito y la contribución significativa a la sociedad."
CAPÍTULO 2
2. GAMBOA ROAD GANG.
2.1 Inicio.
2.1.1 Resumen
En los primeros capítulos de la novela, conocemos a un reo que, por su condición
socio-económica, no es el común de los detenidos en la antigua Zona del Canal por la
policía del Ejército de los Estados Unidos. El narrador, un hombre joven de clase media
y de buena educación, llega a un centro penal en Gamboa para servir su condena en la
unidad de trabajo forzoso. El protagonista es presentado al lector al momento de su
llegada a Gamboa, pero desconocemos el crimen que le ha llevado a este centro. Pronto
le apodan “Sparrow Man,” también conocido como el prisionero33. El protagonista es
asignado a la cuadra de limpieza de carreteras - el Road Gang- en Madden Dam y pronto
conoce a sus compañeros de condena: Nicanor, Wallai, Lester Greaves, Arthur Ryams
(un gringo), al que llaman Atá.
Fuente: Dilena Lezpin, 2021, Mounstro Lector Blog / En esta imagen se puede apreciar La prisión de Gamboa en 1915
En su primer día de trabajo, la protagonista conversa con uno de los reos, el Mocho
Ventura, quien le cuenta sobre los otros prisioneros y los crímenes que les llevaron a
Gamboa. El protagonista experimenta rápidamente el cansancio y dolor del trabajo a
plena sol y su compañero cuadrilla le advierte de las injusticias de los gringos y sufran
desprecio por los panameños a los que consideran gente inferior. El tiempo pasa y el
protagonista poco a poco se acostumbra al trabajo pesado de la cuadrilla, pero teme ser
reconocido por sus familiares y amigos mientras cumple con su laboren las calientes
carreteras de la Zona del Canal. Hasta cierta forma, el protagonista, en su constante
diálogo interno, asemeja las carreteras (signos del progreso desalmado) con la vida
misma y la larga espera de la liberación o la muerte.
Sparrow Man va conociendo mejor a sus compañeros de cárcel y se entera de sus
historias. Atá, un negro pelirrojo y pecoso, hijo de un gringo y una panameña. Atá le
enseña las cartas de amor que le envía Anabelle Rodney, una gringa con la que tuvo
relaciones y que supuestamente lo puso en la cárcel por violación. Atá opina que las
gringas son superiores en belleza y decoro, en contraste con las panameñas.
También conoce a Belisario Porras, un indio Kuna que entra y sale de prisión por robo
tan a menudo que es considerado “de la casa” y siempre es asignado a la cocina; y a
Franklin Owen. Los reos creen que es cuento que Anabelle la gringa sea novia de Atá: las
diferencias, odio y desprecio entre ambos grupos gringos y locales-tan arraigadas que
es imposible imaginarse que una mujer blanca quiera a un “chombo-blanco.
” Según transcurren los capítulos, el autor de Gamboa Road Gang nos va
presentándolas historias de vida de los reos previo a sus ingresos al centro penal.
Uno de ellos es Arthur Ryams, un soldado americano que sostuvo relaciones con
Nelly, una morena de La Loma de San Miguel con cinco hijos y cuyo extracto es muy
humilde. Nelly y Arthur tienen un hijo: Atá. El nacimiento de Atá pone en evidencia los
mismos prejuicios raciales tanto de gringos como de los mismos panameños.
Cuando nace el niño, su madre llora desconsolada porque, a pesar de ser blanco y de ojos
dorados, tiene facciones negroides. Joaquín Beleño demuestra claramente cómo los
locales desprecian su propia condición e identidad.
A pesar de ser hijo de un norteamericano, Atá no encaja en ninguno de los dos
grupos étnico-culturales: no es blanco, tampoco negro. El destino de Atá pronto se define
cuando su madre, Nelly, entra al servicio de la familia Rodney, la familia de
Anabelle y Bobby, dos niños gringos y rubios. Anabelle pronto se convierte en el
amor de infancia de Atá, que la mima y cuida con especial devoción. Por ser niños, se
hacen buenos amigos, lejos de los prejuicios raciales de los adultos.
Cuando la familia Rodney nota el amor inocente de Atá por Anabelle,
Nelly es despedida y los niños no vuelven a encontrarse en muchos años. Atá crece, pero
jamás la olvida. Eventualmente Atá deja el colegio - empujado por las burlas de los
compañeros de clases. Pero en su tiempo de ocio rondará la casa de los Rodney cola
esperanza de volverla a ver.
El prisionero 33 pronto conoce el humillante sistema de intercambio de favores y
privilegios de centro penal. Los prisioneros, piden a sus “amigas” que den favores
sexuales a los gringos custodios a cambio de privilegios de visita y respeto de la
correspondencia. Sparrow desprecia a Atá, que no tiene reparos en compartir una de sus
mujeres con el gringo a cambio de recibir las cartas de su amada Anabelle. Por otro lado,
las condenas en la Zona del Canal son injustas e inusualmente largas en comparación con
el delito cometido: el hábil sistema de esclavitud de los norteamericanos que,
con el trabajo forzado de los reos, se aseguran una fuente permanente y gratuita de mano
de obra para el Ferrocarril de Panamá. Mientras tanto, los reos se divierten apostando
quién cruzará la carretera sin ser atropellado. El Prisionero 33 cruza, pero cada intento le
hace pensar en su muerte, que, poco apoco, se vislumbra más como una forma de
liberación.
Casi a mitad de la novela, el autor nos revela los eventos que llevaron
al encarcelamiento de Atá. Até ve a Anabelle un sábado de Carnaval; él es músico del
conjunto los Panas de Oro, y le dedica calipsos a la rubia. Allí también está Perla, una de
las amantes de Atá, que muere de celos porque - a pesar de saber que otra morena de
nombre Bebí está encinta de Atá - el corazón del mulato le pertenece a la gringa.
El martes de Carnaval, Atá y Anabelle vuelven a encontrarse y suben al cerro Ancón
en mitad de la noche. Al día siguiente, Atá sigue bebiendo y pensando en Anabelle,
sintiendo que ha pecado y considera que debe casarse con ella y mudarse lejos delos
prejuicios de gringos y panameños. Ebrio y enamorado, Atá regresa al Cerro Ancón,
donde encuentra a Anabelle y trata de acercársele, pero ella huye histérica. Los gringos
llegan a socorrerla y golpean a Atá. Anabelle es llevada al Hospital y Atá a prisión: su
sentencia es de cincuenta años por violación de una norteamericana.
De vuelta en el presente, Atá sigue buscando la compañía de los presidiarios Gold
Roll, los gringos que sirven condena en Gamboa, porque estima son mejores que los otros.
Spar entabla conversación con Atá, quien le cuenta cómo recibió la primera carta de
Anabelle. Una navidad, la gringa le envió una tarjeta desde Nueva York. Spar duda de
la cordura de Atá y la existencia de las cartas. Le cuenta cómo Anabelle
sufre de migrañas, quizás ocasionadas por Perla, que sabe brujería. Los días transcurren
en prisión. Vemos a los reos contentándose con fumar marihuana, a los prisioneros
homosexuales auto segregarse por el rechazo a su identidad sexual, ellos también
marginados y despreciados incluso por los de su misma raza.
Cuando Bobby, el hermano de Anabelle, se entera de lo sucedido en el Cerro Ancón
jura vengarse de los negros. Bobby cree que la única forma de deshacerse de los negros
es convertir la Zona del Canal en parte de los Estados Unidos. Su odio hacia los negros
crece y los insulta a cada oportunidad. Mientras tanto Perla visita a Atá en prisión y él
trata de convencerla de que deje de hacer brujerías a la gringa y Perla promete hacerlo.
Camino a casa luego de la visita, Perla es avistada por Bobby y sus amigos, que han
estado bebiendo y buscan diversión y venganza. Los gringos se
acercan a Perla y le ofrecen un aventón. Perla lo rechaza amablemente, pero los
gringos la levantan en vilo y parten con ella a la fuerza. Perla es violada
y abandonada en el monte, aún con vida. Es rescatada por una pareja de enamorados que
la llevan a casa y a poner una denuncia en la Policía de la Zona del Canal. Perla, que sabe
bien que su violación pasará inadvertida ante la justicia zoneíta, decide irse a casa y no
denunciar el crimen. En la cárcel, Atá presiente la desgracia de Perla y recibe una carta
de Anabelle, que pronto retornará a Panamá. Atá contesta la carta, pero será la última que
reciba de su amada gringa.
Transcurre el tiempo. Perla ahora está encinta, resultado de la violación. Perla no le
contó a Atá de la violación ni el embarazo, pero secretamente se debatía entre la venganza
y el aborto. Decide quedarse con el hijo, pero evita visitar a Atá, que ahora desespera por
no recibir carta de Anabelle. Sus compañeros de cárcel lo notan y se burlan de él. La
noticia del embarazo de Perla llega a oídos de los presidiarios, pero ninguno se atreve a
informarle a Atá. De lo que sí se entera es del compromiso de Anabelle con un Capitán
norteamericano. A partir de ese día, Anabelle está muerta para Atá y cae en la más terrible
depresión. Spar teme por su vida. Los compañeros de cárcel también se preocupan por la
suerte de Atá y Spar, que está a pocos meses de terminar su condena, promete dar a
conocer las cartas de Anabelle como prueba de la inocencia del mulato. Justo una semana
después de esta conversación, Atá descubre que las cartas de Anabelle han desaparecido.
Desesperados, sus compañeros le ayudan a buscar en todos los rincones del centro
penal. Spar ya no duda que las cartas son reales y supone que Anabelle está
mentalmente desequilibrada y la han obligado a casarse. Walai, uno de los
prisioneros, atormenta a Atá, lo desprecia por creerse superior. Atá lo golpea con un tazón
de avena en la cabeza y es puesto en una celda donde no entra el sol. Cuando finalmente
sale del encierro, se entera que Perla ha dado a luz a un hijo blanco y rubio. La noticia le
tiene sin cuidado, así de triste está por haber perdido a Anabelle y sus cartas. Luego
de un sueño extraño, Atá sufre un colapso nervioso, casi demencial. Trabajando
en la carretera, se aleja por el sendero que lo conduce a la libertad. Los policías le
advierten que pare. Atá sigue su camino. Los policías disparan. Atá muere y es
finalmente libre.
Al poco tiempo, el reo 33, Sparrow, cumple su condena y es puesto en libertad. Se
despide de sus compañeros y les promete contar la historia de Atá, para que la injusticia
de su cautiverio no pase inadvertida. Al partir, le entregan una carta dirigida a Atá, que
llegó el mismo día de su muerte. El papel es el mismo de las cartas de Anabelle…Ya en
libertad, Spar lee la carta…y es de Perla. En su carta le pide disculpas por el daño
de Anabelle y trata de justificar - si bien crípticamente -sus acciones contra él y Anabelle;
le informa que ha tenido un hijo y que no tiene padre. Se despide reiterándole su amor y
firma, Perla.
Conclusiones
Resulta sumamente intrigante y conmovedor todo lo que se refleja en esta novela.
Verdaderamente, nos presenta historias que ilustran problemáticas de la época, las cuales
aún tienen repercusiones en la actualidad. Me gustaría estructurar la información de
manera más concisa, pero son numerosos los pensamientos que rondan mi mente.
Se evidencia que Ata siempre mantuvo un amor incondicional por Anabelle desde
la infancia. Sin embargo, la discriminación de la época no solo intentó separarlos, sino
que también llevó al despido de su madre para evitar que continuara trabajando allí. La
discriminación alcanzó un punto en el que resultaba inconcebible que alguien no blanco
se relacionara con su hija.
Ata termina en prisión, y la única que permanece a su lado es Perla, una panameña.
A pesar de su amor por Anabelle, Ata albergaba ciertos prejuicios raciales y poco interés
hacia las panameñas, considerándolas inferiores en belleza y elegancia. Utiliza a las
mujeres como objetos para obtener cartas de Anabelle, incluso compartiéndolas con los
guardias.
En conclusión, la novela invita a la reflexión y plantea preguntas que solo pueden
responderse al leerla en su totalidad. Está repleta de racismo, tragedias, angustias, amor,
comprensión y engaños, entre otros elementos. Aunque intenté centrarme en un aspecto,
la historia en su conjunto y su trasfondo me atraparon por completo. Espero que este
análisis sea del agrado del lector y lo motive a sumergirse en la historia completa.
BIBLIOGRAFÍA
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