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Ensayo argumentativo-critico: “La globalización del miedo” – Leonardo

Ordoñez

Nombre

Universidad

Materia

Año

25 de marzo del 2022


“Los medios no solamente informan acerca del mundo, sino que actúan sobre él”
(p. 98)

- Leonardo Ordoñez

En el texto: “La globalización del miedo” de Ordoñez (2006), un texto


abundante de ideas maravillosa sobre el estado actual del mundo, el autor plantea
una consideración transformadora: “Acontecimientos o hechos susceptibles de
provocar sentimientos de miedo pueden alcanzar, gracias a los medios, una
resonancia mucho más amplia y vigorosa de lo que habrían tenido en ausencia de
estos” (p. 97). Esta idea pone de manifiesto una realidad con la que estoy
profundamente de acuerdo: En medio de la inestabilidad y el miedo que
caracteriza la vida contemporánea y que enfrentan los habitantes de la aldea
global, hay un ente que está fortaleciendo aún más aquella inquietud moderna,
aquella histeria colectiva: Los medios de comunicación. Pero ¿Qué
responsabilidad tendrán estos medios en la vigorización de la atmosfera del miedo
global? Precisamente, una responsabilidad altísima.

Con la creciente integración de la tecnología, como resultado de la


globalización, el acceso a la información se vuelve casi natural: Despertamos y
leemos noticias en nuestro smartphone, revisamos lo último en nuestro notebook.
Como consecuencia, también el miedo se extiende y se facilita a través de la
comunicación dada en los medios. Apegándose a su tarea esencial que es la
comunicación de la información, los medios de comunicación se han convertido en
el elemento que ha fortalecido en gran medida los lazos de globalización entre las
naciones del mundo. Reconociendo esto, será natural que los medios (y cada
individuo que hace parte de ellos, como un todo) obtengan una creciente
responsabilidad en cuanto a los contenidos que se difunden y como estos han
creado una atmosfera casi imperceptible de miedo latente. El autor menciona que
esta responsabilidad se extiende más allá de esa faceta informativa pues también
comprende elementos como el tratamiento que se le da a la información.
Observando esta realidad expuesta desde un eje crítico, poca es la
responsabilidad de un periódico sobre los hechos que suceden en un país del
mundo, pero es en la aplicación de su quehacer (el comunicar ese hecho) lo que
le otorga una participación sustancial en el contexto de la reacción: ¿Cuáles son
los elementos del lenguaje escrito y audiovisual que usaron para transmitir la
información? ¿El objetivo es que el consumidor se entere de lo que sucede o que
vuelva de los hechos un alimento siniestro de sus miedos?

Gracias a la globalización hemos pasado de un miedo de carácter local a un


miedo de carácter global: El miedo es ahora un elemento contemporáneo de
todos, parte de una narrativa global. De esta idea surge otra idea muy interesante
y a la que debemos dar un enfoque critico: El miedo global (alimentado por la
incertidumbre del no saber que sucede allá afuera) se hace exponencialmente
más fuerte y mediático que el miedo local, solo falta ver el contexto geopolítico
actual y nos daremos cuenta que el terror de lo que suceda en el territorio
Ucraniano como consecuencia de las acciones Rusas se ha llevado todos los
titulares, desplazando esos miedos locales, como por ejemplo la inflación en
algunos productos de la canasta familiar en Colombia. Es posible quizás, que los
medios locales intenten hacernos adoptar el miedo hacia afuera en un intento de
disminuir las preocupaciones locales, probablemente no nos están haciendo un
favor, sino perjudicando nuestra capacidad de accionar sobre esas problemáticas
que tenemos más cercanas.

Otra mirada critica que es casi fundamental reconocer es que los


contenidos de los medios de comunicación no son más que representaciones
claras de lo que es, en esencia, la aldea global; una representación de aquello que
consumen vigorosamente las personas contemporáneas: títulos amarillistas,
imágenes sensacionalistas, sangre, terror, pánico, conspiración, teorías….
Aquellos factores de miedo que generan clicks, miradas, conversaciones. Llegó un
punto de la modernidad en el que se desdibujó la transmisión de la información en
los medios y ahora los consultamos casi como un medio de entretenimiento: ¿Cuál
será la tragedia de hoy? ¿Qué miedo alimentaré hoy leyendo esta entrada en El
Tiempo?
Lastimosamente, la facilidad de comunicación que ha creado el espacio
digital también ha hecho que se genere una terrible instrumentalización de la
comunicación de la información y del miedo: Solo falta un relato mediático que
infunda el pánico que haga que la gente consuma para que el medio de
comunicación obtenga dinero por ads. Entonces, vale la pena preguntarse si bajo
esta narrativa se puede afirmar deliberadamente que los medios tienen un objetivo
oscuro y perverso para crear una atmosfera del miedo: La verdad, es que no. El
miedo es una consecuencia no esperada de la necesidad de la permanencia, y si
lo que permite la continuidad de los medios es la tasa de consumo de las
personas ¿Por qué no darles lo que estos individuos globalizados quieren? Se
genera entonces una relación “dame, esto es lo que quiero” “te doy, esto es lo que
quieres” entre consumidores-medios. Después de presentar esta noción, me
atrevo a adentrarme en un nuevo paradigma: La globalización del miedo a través
de los medios tiene una base de responsabilidad que parte del consumo, que
parte de nosotros como personas que abrimos las noticias y las leemos, que nos
sentamos frente al televisor a escuchar atentamente.

A raíz de esto planteo que la solución vendrá, naturalmente, de acciones de


los consumidores. Hay una necesidad de que los habitantes de la aldea global se
apropien (incluso haciendo uso de las herramientas que brinda la globalización) de
una mirada crítica frente a los medios de comunicación, que se reconozcan a sí
mismos como entes de consumo, necesitados de información y de comunicación,
susceptibles a la instrumentalización del miedo y sensibles a la incertidumbre de lo
que se conoce con exactitud. Es necesario preguntarnos qué es aquello del terror
que nos atrae tanto. Es en esa acción de aceptación de la vulnerabilidad de los
consumidores que se puede frenar la globalización del miedo a través de los
medios: Si yo sé y reconozco que soy un ser que siente miedo por los hechos que
se puedan generar en el contexto global, y quiero consumir un medio o contenido,
debo ser crítico, voraz, intenso y activo frente a la información que me están
presentando, debo analizar con perspicacia cuales son los elementos que se
están usando para presentarme esta información, ¿Es sangre, terror, pánico e
incertidumbre? Es nuestra tarea como consumidores decidir consumir aquellos
pocos medios que no usen el miedo como arma de retención, y esto traerá como
consecuencia la creación (y ojalá la normalización) de medios que vuelvan a la
raíz desinteresada de la comunicación, pues como ya expuse, es nuestra propia
decisión de consumo (que a veces sentimos tan imperceptible y de poca
importancia) la que favorece la creación de estas atmosferas de miedo global, y
por lo tanto podemos “redirigir” este poder hacia la eliminación de estas. Bien
afirma Ordoñez (2006, p. 98) que “Una situación de miedo puede ser pasajera;
una atmósfera de miedo necesita ser sostenida por la acción continua de los
factores que la suscitan” debemos dirigir nuestros esfuerzos a destruir esta
atmosfera que se nos vuelve tan natural.

Aunque resulte embarazoso admitir, nuestra silenciosa complicidad la ha


propiciado: El panorama mediático global del mundo de hoy, somos nosotros.
¿Qué estamos esperando para reformarlo y darle un nuevo sentido?
Referencias

Ordoñez, Leonardo. (2006). La globalización del miedo. Revista de Estudios


Sociales no. 25, diciembre de 2006: 140 pgs. ISSN 0123-885X: Bogotá; 95-103
pgs. (En línea)

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