Está en la página 1de 9

Sobre la Postverdad

Las noticias falsas acarrean un gran problema ético para el mundo de la


comunicación e información hoy en día, y son considerados una amenaza para
la seguridad tanto personal, como política, económica e institucional de los
países, ya que una falsa noticia publicada, por la rapidez de su propagación y
los altos niveles de consumo tecnológico a nivel mundial, pueden validar
hechos que pueden destruir vidas, economías, figuras políticas, instituciones,
entre otros.

Debemos recordar que los medios masivos se han convertido en transmisores


de la verdad, y lo que no aparece en uno de ellos, simplemente no existe para
la sociedad, además inciden profundamente en los individuos de hoy, y por lo
tanto se han convertido en un mecanismo de control social, dichos medios han
construido una especie de cultura que valida la verdad, ya sean noticias falsa o
no y las convierten, dependiendo de la emocionalidad del lector, en verdades,
esta cultura es lo que se conoce como posverdad.

El origen del término posverdad, se le atribuye al bloguero David Roberts,


quien usó el término “política de la posverdad”, en un blog para la revista
electrónica Grist, el 1 de abril de 2010, donde la definió como: “ una cultura en
la que la política, la opinión pública y la narrativa de los medios de
comunicación, se han vuelto casi totalmente desconectadas de la política
pública.1 Y durante el año 2016, el concepto de posverdad salta al escenario ,
cuando dicho diccionario, la cataloga como la palabra más consultada
durante ese tiempo.

Del mismo modo, Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos de


América definió a este neologismo de la siguiente manera: “la posverdad
denota circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la

1
Posverdad (mentira emotiva): definición y ejemplos. Documento disponible en línea
https://psicologiaymente.com/social/posverdad
formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la
creencia personal".2

La postverdad se basa en falsas creencias y convicciones no respaldadas por


fuentes confiables. De esta manera, el argumento racional ya no es la fuente
de la verdad sino el atractivo y el sensacionalismo del contenido publicado. Así
mismo, son las circunstancias en las que los hechos objetivos tienen menor
influencia en la formación de la opinión pública que en apelar a las emociones y
las creencias personales. También, la postverdad, suele definirse como
“aquello que es aparentemente verdad y que resulta más importante que la
propia verdad”

Resultó que, para muchos, la verdad es solo “mí” verdad o “nuestra” verdad, es
decir, vista desde el punto de vista de un individuo o grupo independientemente
de los hechos, los argumentos, juicios y opiniones de otras personas. En “mi”
verdad o “nuestra” verdad, lo más importante es la fuerte convicción emocional.
No importa si a menudo sea privado de tan estimado en el pasado, tanto en el
discurso público como en los contactos interpersonales cotidianos, valor de la
objetividad.

A lo que hoy llamamos posverdad, en otras décadas lo llamábamos


propaganda. La creación de realidades alternativas bajo el mando del control
de los medios de comunicación. Realidades alternativas que no se basan en
los hechos, sino en las emociones. Realidades alternativas que se basan en la
percepción, no en el dato. La diferencia con otras épocas es que hoy tenemos
a nuestro alcance herramientas de doble filo. Por un lado, nos permiten tener
acceso a las fuentes de información necesarias para señalar y combatir la
mentira. Y a la vez, dan un impulso jamás visto a la mentira.

La posverdad no es sinónimo de mentira, sino que describe una situación en la


cual, a la hora de crear y modelar la opinión pública, los hechos objetivos
tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias
personales. La postverdad consiste en la relativización de la veracidad, en la

2
Chávez, Alejandro (2018) Información líquida en la era de la posverdad. Revista General de
Información y Documentación. ISSN: 1132-1873. Ediciones Complutense. México.
banalización de la objetividad de los datos y en la supremacía del discurso
emotivo.

Ha acontecido, sin embargo, una alineación de circunstancias que ha generado


una casi convulsa preocupación: la verdad no tiene éxito y las descripciones
que no se ajustan a ella –ni siquiera se aproximan– sí lo logran y, además,
resultan impunes. Como afirma el escritor Adolfo Muñoz (El País de 2 de
febrero de 2017) “el bulo político triunfa porque tiene las cualidades necesarias
para triunfar, convirtiéndose en lo que Richard Dawkins llamó meme”.

Ahora bien, el meme es una unidad de conocimiento viral en la ideación que se


difunde al margen de sus atributos de veracidad. Vivimos en el universo de los
memes y en ocasiones se carece de criterios para discriminar lo auténtico de lo
falso, lo seguro de lo probable, lo cierto de lo dudoso. En este sentido, cabe
preguntarse: ¿Es el Photoshop, por ejemplo, una técnica de la posverdad?,
¿Es la descontextualización un recurso falsificador?, ¿Podría el insulto ser
considerado una mera descripción?, ¿son los efectos especiales en el cine, por
ejemplo, o las experiencias de realidades virtuales un atentado a la integridad
de la verdad?

En otro orden de ideas, hasta este momento no se conoce teoría alguna que
respalde el concepto de postverdad. Sólo algunas aproximaciones académicas,
básicamente de la filosofía, con obras referenciales como La verdad: guía de
perplejos (2006) escrito por Simón Blackburn profesor en la Universidad de
Carolina. Otra obra, Verdad y veracidad, de Williams Bernard, considerado por
The Times como el filósofo de la moral más importante de su tiempo (Williams,
2006). Y la obra On bullshit: sobre la manipulación de la verdad, de Harry G.
Frankfurt, profesor emérito de filosofía en la Universidad de Princeton.

Katherine Viner, directora de The Guardian, explica en un artículo titulado How


technology disrupted the truth (De cómo la tecnología modificó la verdad), que
la mentira siempre ha existido como recursos de los políticos, sólo que ahora
ha desaparecido la tensión…. “Se reconoce que se ha mentido como si tal cosa
y, además, el público lo acepta sin mayores problemas” (Viner, 2016). Aquí
vale recordar la célebre frase del filósofo y periodista Jean-Francois Revel
(1989): “la primera fuerza que dirige al mundo es la mentira” (Revel, 1989).

Causas y consecuencias de la postverdad:

Las principales causas que han permitido la aparición de la postverdad en


nuestra cultura se deben a que:

 Los hechos ya no importan.


 Una mentira repetida vale más que mil verdades.
 La verdad es aburrida.
 La verdad es amenazante.

Del mismo modo, la postverdad aparece gracias a la pérdida de confianza en


las instituciones tradicionales, responsables de sostener la verdad social, tales
como el sistema educativo, los expertos, los científicos, el sistema jurídico, los
medios de comunicación social, entre otros. Asimismo, es responsable la forma
en que el conocimiento se difunde, al aparecer nuevos actores entre en el
entramado comunicacional, los llamados gate keepers (“porteros”) en que se
han convertido los motores de búsqueda en la Internet y en las redes sociales.

Otro elemento determinante de la cultura de la postverdad es la inmediatez de


la comunicación, en opinión de Katherine Viner, es otra posible causa, al hacer
que la verdad sea mucho más volátil y que se banalicen los hechos (Viner,
2016), en este sentido, lo que sucede en un lugar remoto a escasos segundos
(dependiendo de la relevancia y sus protagonistas) será una información
mundial.

También, la postverdad está altamente mediada por el gran consumo


tecnológico que hacen los ciudadanos hoy en día, la tecnología aplicada a la
comunicación ha transformado a los participantes, el espacio, el tiempo y las
relaciones entre esas personas involucradas (D´Adamo, García, y Freidenberg,
2000), es decir toda la cotidianidad.
Otro factor que favorece la adopción de la posverdad es el inaudito
establecimiento de élites anti intelectuales. Actualmente es común observar
una notable tendencia en la proliferación de retóricas anti–intelectuales que
derivan en el rechazo abierto al pensamiento crítico y que, por lo mismo, son
rabiosamente anti–hechos. El eje que articula la condición anti–intelectual es la
aceptación de un poderoso marcaje sentimental y emocional como vía de
validación o invalidación de las propuestas de verdad.

Postverdad y Seguridad

Recientemente es que se está construyendo diversos estudios de opinión que


cuente con el debido respaldo académico y metodológico, que evalúe la
influencia de las noticias falsas y el establecimiento de la postverdad en
relación a la elaboración de las políticas de seguridad ciudadana y la
percepción ciudadana, es un fenómeno de estudio que ocupa al mundo
informativo, científico, académico, jurídico, económico y político.

Es necesario mencionar que la posverdad, para algunas personalidades, entre


ellos Aznar, es considerada una forma de alimentar la guerra hibrida en las
naciones y por lo tanto constituye una seria amenaza para los pueblos, ya que
existe, según él, una lucha por los significados, por los discursos y la
permanencia en la memoria del colectivo social, por lo tanto, es una forma
“degenerada de entender la política”, de tal manera acota: “La guerra no es
necesariamente una actividad sangrienta, pero si necesariamente política”, más
adelante en su discurso afirma que: Además, como hecho social se extiende
hasta donde llega la sociedad. Si esta alcanza las redes sociales, hasta ahí
llegará”.

Luego concluye:

La posverdad implica un grave riesgo para la seguridad nacional,


al tensionar a la sociedad, tanto el aparato que la sostiene. El
ciudadano a través de las redes sociales ha quedado
sobreexpuesto a la influencia de actores con intereses
particulares que instrumentan las reglas y la conciencia moral de
la sociedad
En este orden de ideas, en Derecho no existe la posverdad, existe la verdad.
No caben los hechos alternativos, sino únicamente los hechos. Y tampoco
existen las llamadas fake news, sino las noticias inveraces. En términos
jurídicos, el problema con las fake news llega cuando se produce un conflicto
de derechos. Dichos conflictos se producen entre la información que se
transmite y los derechos fundamentales de las personas afectadas por dicha
información, principalmente el honor y la intimidad.

Por lo tanto, los conceptos modernos de veracidad y libertad de expresión, tan


aludidos en el área de derechos humanos son cuestionado en la cultura de la
postverdad ya que, para muchos, en nombre de mantener la libertad de
expresión no se hace nada ante una mentira que se pretende propagar como
verdad.

Las noticias falsas afectan la seguridad

Por infodemia comprendemos un nuevo término que hace referencia a la


sobreinformación o abundancia de información de un determinado tema, de tal
forma que termina siendo un peligro por disponerse no solo de información
objetiva y relevante, sino también mucha información falsa o mal intencionada.
Como término, la infodemia es un neologismo (una nueva palabra) compuesto
por dos elementos: “info” (que proviene de información) y “-demia” (que
proviene de epidemia). Literalmente significa “epidemia de la información”.

A mediados de febrero, cuando la pandemia de la COVID-19 todavía no


llegaba a Latinoamérica, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió
sobre el peligro de la infodemia. Así, su director Tedros Adhanom afirmaba que
“el nuevo coronavirus se ha expandido por todo el mundo a una velocidad
vertiginosa, pero más rápido todavía se está extendiendo la desinformación
sobre él, lo que está generando que se agrave el brote”. Y, en efecto, este ha
sido uno de los principales retos que se han tenido que enfrentar los Estados,
los organismos multilaterales y la propia OMS para frenar la expansión de la
pandemia.

La mayoría de noticias mal intencionadas o bulos durante la pandemia se han


dado en relación con teorías conspirativas del virus (guerra bacteriológica,
control por medio de vacunas, fortalecimiento de los Estados dictatoriales),
falsas vacunas o desestimaciones a su letalidad. Miles y miles de estos tipos
de mensajes han sido rebotados a través de posts, infografías, videos y
comentarios en redes sociales, plataformas multimedia o grupos privados. La
mayoría de ellos, por supuesto, no han tenido el mínimo sustento lógico, pero
algunos han intentado ser legitimados por autoridades pseudocientíficas,
personajes mediáticos o incluso líderes políticos, lo que se ha convertido en un
verdadero dolor de cabeza para las autoridades sanitarias.

Ha sido tanto el peligro de la infodemia, que la OMS tuvo que entrar en


contacto y alianza con Google, YouTube, Facebook, Twitter, WhatsApp, Tik
Tok, Pinterest, entre otros, para priorizar información oficial, advertir sobre
dudosas y no comprobadas noticias, o en algunos casos censurar mensajes
que consideraba contraproducentes para la salud pública. En este último caso,
recordemos las censuras que se han hecho contra mensajes de Jair Bolsonaro
y Donald Trump, presidentes que se han mostrado reacios al confinamiento
obligatorio en sus países.

Puede señalarse por tanto que las fakes news pueden decantar el voto,
generar un caldo de opinión favorable o desfavorable respecto a una
ideología o partido, o pueden hundir en la bolsa a empresas que invierten
millones en imagen y en seguridad.

También, el director del Observatorio Internacional de Seguridad cree


que la vacuna frente a las noticias falsas pasa por que la audiencia sepa
identificar las fuentes de información, la calidad y la fiabilidad de un medio ,
o de una noticia "en un mundo globalizado donde todos estamos
interconectados y somos interdependientes el trabajo para hacer frente a
este tipo de amenazas pasa por educar a la audiencia y dotarla de
instrumentos para identificar qué noticia es real y cuál no".

Pero a que se debe lo peligroso de los Fakes, existen varias razones por las
que la seguridad integral de la ciudadanía se ve amenazada ante las Fakes
news y las postverdad, entre ellas:
 Interviene directamente en la percepción de las personas sobre
diversos temas, especialmente por aquellos que no pueden manejar
o tolerar fácilmente las personas, como por ejemplo los casos citados
anteriormente acerca de la pandemia de La Covid-19.
 Administra e infunde la sensación de temor: este visto como el
proceso cognitivo a través del cual realizamos una evaluación de la
información percibida en el ambiente de acuerdo a ciertos parámetros y
estereotipos culturales, es decir, el temor puede entenderse como una
reacción a la percepción del ambiente.
 Generalmente no apela a la verificación de lo sucedido y emplea
técnicas como el rumor para dar veracidad de lo sucedido.
 No existe organismos que en la actualidad regule el tema de la
postverdad.
 La propagación de la fake news es inmediata y a escala global.

Estas son las posibles causas que puede explicar la eventual relación
desproporcionada entre el riesgo objetivo y el riesgo percibido, es la acción de
los medios de comunicación que inciden en la sociedad.

Referencias electrónicas:

1- Gayol, María del Rosario (2017). La Postverdad: Arma política en el mundo


de las redes. Revista Cambio Universitario. Volumen 2, No. 4, abril 2017.
file:///D:/Downloads/13498-29014-1-SM.pdf

2- Duda, Sebastián (2018). La postverdad. ¿Las emociones por encima de los


hechos? Publicado el 16/03/18. Es.Aleteia.org

3- Llorente y Cuenca (2017) La era de la posverdad: realidad vs. percepción.


www.revista-uno.com

También podría gustarte