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Reseñas de libros

capacidades en unas únicas manos–. Posverdad: la demagogia


Una gran lección que transmite en el siglo xxi
Susskind es precisamente que solo un DOI: doi.org/10.24241/rcai.2020.124.1.204
conocimiento profundo de lo que está
sucediendo –y lo que está por venir– nos Núria Reguero Jiménez
podrá permitir decidir como sociedad Investigadora, Institut de Govern i
hacia dónde pretendemos encaminarnos. Polítiques Públiques (Igop-UAB)
La tecnología siempre será lo que quera-
mos nosotros que sea. Y es ahí donde resi- Flamarique, Lourdes y Carbonell,
de el valor de una lectura conjunta de los Claudia (eds.)
dos libros reseñados, donde los dos autores La posverdad o el dominio de lo
dialogan de forma más directa. La razón, trivial
el humanismo y el progreso inclusivo y Ediciones Encuentro, 2019
transversal siguen siendo quizás nuestros 402 págs.
mejores anclajes en base a los cuales tomar
una decisión sobre el futuro que queremos.
La posverdad o el dominio de lo trivial
compila una veintena de ensayos ofrecien-
do numerosas perspectivas y una aproxi-
mación multidisciplinar a la crisis de la
verdad. Los aportes de la filosofía clásica y
medieval son uno de los pilares de la obra,
donde encontramos también reflexiones
alrededor de las tesis de Heidegger, Rilke,
Arendt y Habermas, entre otros filósofos
contemporáneos. Destinado al lector
entendido en filosofía, el libro no escapa a
la crítica de la propia disciplina al tiempo
que se formulan propuestas de avance. La
primera parte, «El marco político-cultural
del debate en torno a la posverdad», deli-
nea el contexto social del renovado interés
por la verdad. La segunda, «Recuperando
argumentos de tradición filosófica», reúne
los principales argumentos filosóficos
sobre el tema.

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Sobre Bush, Trump y el fenómeno de la fase de la propaganda y el populismo que


posverdad: ¿dejó de importar la verdad? se amplifica con los efectos de Internet en
Introducen los autores que el término relación con las noticias y la conformación
posverdad fue acuñado por el sociólogo de la opinión pública. La movilización
norteamericano Ralph Keyes en 2004, impulsiva de voluntades se consigue indu-
refiriéndose especialmente a los discursos ciendo a una determinada interpretación
del expresidente de Estados Unidos George de los hechos, y no estamos hablando sino
W. Bush. El vocablo fue añadido en 2016 de la mentira, asevera Vázquez, lanzada
al Diccionario de Oxford para designar también hoy por la propia ciudadanía. La
circunstancias en que los hechos objetivos cuestión de fondo, señala, es el escepticis-
influyen menos que las emociones y creen- mo o rechazo hacia las reglas de las demo-
cias en la formación de la opinión pública. cracias avanzadas, y en general contra las
Hoy, el máximo exponente de la posver- injusticias que acarrea la globalización.
dad es el presidente de Estados Unidos, Por su parte, Antón Barba-Kayla observa
Donald Trump, quien se refiere a «verdad el despertar de los nacionalismos violentos
alternativa» (alternative facts) para designar a la luz de las cámaras de eco que se crean
hechos con los que simplemente no está en las redes sociales cuando los usuarios
de acuerdo. se conectan solo con los que piensan a su
A lo largo de la obra, se señalan como semejanza.
reflejo y consecuencia de la posverdad la Además de la globalización, la multicul-
crisis de legitimación de la información turalidad también es un factor explicativo
que se tenía por objetiva. En su ensayo, de estos comportamientos sociales, afirma
Ana Marta González atribuye el fenómeno en su capítulo Mikel Ostiz Blanco. Cuando
a la pérdida de credibilidad y legitimidad la diversidad choca con la unicidad del dis-
de las instituciones políticas en general. curso racional y la industria de los medios
González vincula este discurso visceral a la de comunicación resulta en un engranaje
demagogia populista, pues permite conec- de enriquecimiento y manipulación, lo que
tar indistintamente con grupos sociales desata la actitud constante de sospecha.
e intereses opuestos. Por su parte, Zaida La caída de los grandes relatos en el siglo
Espinosa identifica tres causas de la ges- xx provocó el derrumbamiento de la idea
tación del pensamiento de la posverdad: de verdad, afirma Ostiz. En el siglo xxi, la
la confusión de la relativización de la ver- sociedad busca activamente otros discursos,
dad con el relativismo; la exaltación de la sospechando de la verdad oficial por venir
diferencia por la diferencia –comprensión asociada a un discurso racional irrefutable y
hipertrofiada de la libertad– y el espejis- unidimensional.
mo de la coherencia del lenguaje, desapa- Entre los autores que constatan la pér-
reciendo así la posibilidad de un auténtico dida de valor de la verdad, María Jesús
servicio y de un proyecto racional común. Vázquez Lobeiras insiste en que la opinión
En su capítulo, María Jesús Vázquez pública actual prefiere la mentira a la ver-
Lobeiras sitúa la posverdad como nueva dad. ¿Por qué, si no, salió electo Trump

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a pesar de sus mentiras y graves provoca- perder la influencia total de la opinión


ciones? Vázquez plantea si posverdad es el pública, los gurús de los medios otrora
nuevo nombre que en la era de globaliza- dominantes pretenden abanderarse de la
ción reciben los términos de propaganda, verdad, o más bien recuperar la autoridad
populismo o cinismo. ¿Importa la verdad y el control, concluye.
ahora más o menos que en las eleccio- David González Ginocchio nos
nes alemanas de 1933, o que en el tribu- recuerda que contra la narrativa ilustrada
nal de la Inquisición, o que en la Atenas tenemos hoy las del imperialismo, el colo-
donde Sócrates se oponía a la condena nialismo o el patriarcado, de ahí que sea
de los ocho generales atenienses? A la luz primordial ubicar la intuición de fondo de
de estos hechos, afirma, la posverdad no la que parten para reconstruir el mundo.
es cosa de ahora, sino más bien una cir- Dicha intuición conecta con la construc-
cunstancia. También Enric Fernández Gel ción estética del mundo; ejemplo de ello
considera que las noticias falsas y los bulos es el voto de la clase rural y trabajadora de
de WhatsApp no son más que expresiones Estados Unidos a los republicanos, yendo
actuales de un fenómeno, intemporal, de la en detrimento de sus intereses económicos
condición humana. Juan A. Nicolás afirma pero movido por la misma moral.
que la preferencia por divulgar la mentira En el constante ejercicio de recupera-
siempre ha existido, pero hay dos nove- ción de los argumentos filosóficos, Amalia
dades: la falta de necesidad de presentar- Quevedo argumenta que la falsedad y la
la como verdad y la facilidad de emisión intención comunicativa son inseparables.
y masificación que permite Internet. Más Lourdes Flamarique explica que el impulso
que la verdad haya dejado de importar, a ser verdaderos es lo que más nos acer-
Nicolás se refiere a la minimización del ca al propio ser y, por tanto, nos dota de
pensamiento crítico a que contribuye el una realidad que no alcanzaríamos de otro
ruido informativo, pues nos lleva a atender modo. Margarita Mauri sitúa la veracidad
lo que confirma nuestras ideas. y la realidad como pilares de la verdad,
Ana Marta González defiende que sí siendo la primera semilla de la justicia.
puede percibirse una demanda de verdad,
la cual emerge imperiosamente desde la Propuestas de salida a la crisis de la
calle como reacción a la demagogia popu- verdad
lista y las falsedades que enuncia en pro En el capítulo que abre la compila-
de mayor protagonismo en el debate ción, Claudia Carbonell concluye que
público. González coincide con Nicolás para salvaguardar la convivencia social
y otros autores al situar como principal son necesarias la denuncia y la rectifica-
amenaza de la verdad el ruido en las redes ción social, lo que implica recuperar la
sociales. Para Alfredo Marcos, si hay un dimensión argumentativa de la retórica y
renovado interés por recuperar la verdad, su función de desvelar el engaño en el dis-
se explica por el fin de la edad dorada de curso público. Francisco Rodríguez Valls
los medios provocada por Internet. Al defiende el consenso en la verdad, esto

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es, el acuerdo realizado sobre un objeto parte, Mikel Ostiz invita a recuperar una
común que tenemos como referencia. Por aproximación epistémica más respetuo-
su parte, Antón Barba-Kay defiende la sa con la realidad, que no pretenda una
presencia física en la comunicación públi- certeza absoluta en todos los ámbitos de
ca: el bien común cobra sentido cuando conocimiento. El horizonte que plantea
le damos vida, ya que los contextos de es una noción de verdad más inclusiva,
acción requieren la presencia y la presión superando el dualismo entre objetividad
que conlleva para ceder o acordar. y vida.
Juan A. Nicolás propone combatir la El lector encontrará en el libro varie-
posverdad con la educación (uso respon- dad de enfoques y tesis alrededor de la
sable de bases de datos, exigencias a los verdad y la posverdad que comprenden
periodistas, etc.), campañas como la anti- desde la filosofía clásica hasta propuestas
tabaco o la del feminismo y programas de políticas públicas, pasando por el arte.
dedicados a desmentir el engaño público No hallará sin embargo un hilo conductor
mediante el análisis riguroso. Asimismo, o diálogo entre los capítulos más allá de
pone en el punto de mira a las grandes su conexión con el tema principal, lo que
empresas de Internet y la necesidad de dificulta elaborar una síntesis global al
regular su posición dominante en el mer- tiempo que permite seleccionar los ensa-
cado con el fin de preservar la disponi- yos al gusto.
bilidad del saber almacenado en la red.
Incorporar a los algoritmos excepciones
para medios que invierten en calidad y
rendición de cuentas es la propuesta de
Alfredo Marcos.
La academia no escapa de la crítica en
la obra. Ana Marta González insiste en
que la verdad es más amplia que la tra-
dición filosófica occidental y lamenta la
disminución del cuestionamiento socrá-
tico en las publicaciones científicas; ade-
más, propone seguir el ejemplo de John
Rawls conectando la filosofía con las
problemáticas actuales. Zaida Espinosa
señala el predominio de investigaciones
descriptivas y la escasez de compromisos
ontológicos. Miguel Martí Sánchez plan-
tea buscar activamente las aporías en el
ejercicio filosófico e insiste en poner en
diálogo los propios postulados con aque-
llos contrarios o contradictorios. Por su

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