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GLOBALIZACIÓN
DIPESH CHAKRABARTY1
1.- Pese a todas las críticas que podían alegarse, la idea de Roland Barthes de
que el mito opera haciendo que lo histórico parezca "natural" tenía elementos
interesantes. Por descontado, con "histórico" Barthes no se refería a nada que
pudiésemos encontrar en los libros de historia, puesto que para él esos mismos
libros pertenecían a sistemas míticos de representación. La "historia", en el
famoso ensayo de Barthes sobre El mito, hoy, se refería a la actividad de vivir,
una actividad que, al menos según Barthes, consistía en salvar la brecha hasta
cierto punto (pues nunca podía salvarse por completo) entre la palabra y el
mundo orientando el lenguaje más directamente hacia sus referentes de "ahí
fuera". 1Involucradas en la actividad de vivir, las palabras poseerían sobre todo
una connotación directa y práctica. La palabra "Europa" nunca me preocupó en
mi infancia y juventud de clase media bengalí cuando crecía en la Calcuta
poscolonial. El legado de Europa - o del dominio colonial británico, pues así es
como Europa entraba en nuestras vidas - estaba en todas partes: en las normas
1
Dipesh Chakrabarty nació en la región india de Bengala, estudió física en la Universidad de Calcuta y
obtuvo un doctorado en historia en la Universidad Nacional de Australia. Fue uno de los fundadores del
grupo de Estudios de lo Subalterno. En la actualidad enseña en la Universidad de Chicago. Entre sus obras
figuran Rethinking Working-Class History: Bengal 1890-1940 y Provincializing Europe: Postcolonial
Thought and Historiacal Difference. En 2004 fue nombrado miembro de la Academia Americana de las
Artes y Ciencias.
de tráfico, en las quejas de los mayores sobre la falta de sentido cívico de los
indios, en los juegos de fútbol y cricket, en mi uniforme escolar, en ensayos y
poemas del nacionalismo bengalí críticos con la desigualdad social, especialmente
con el denominado sistema de castas, en debates explícitos e implícitos sobre el
matrimonio por amor o concertado, en las sociedades literarias y los cineclubes.
En la vida diaria, práctica, "Europa" no era un problema que nombrar o discutir
conscientemente. Las categorías o las palabras que habíamos tomado prestadas
de las historias europeas habían encontrado un nuevo hogar en nuestras
prácticas. Nada había de extraño, por ejemplo, en que un amigo radical de la
universidad se refiriese a alguien -pongamos por caso que fuera un posible
suegro obstruccionista - como a una persona llena de actitudes "feudales", o en
debatir - durante horas interminables junto a una taza de café o té en
restaurantes o cafés baratos donde solíamos quedarnos más de la cuenta - sobre
si los capitalistas indios eran una "burguesía nacional" o una clase "de
intermediarios", instrumento del capital extranjero. Todos sabíamos, en la
práctica, lo que significaban aquellas palabras sin tener que colocarlas bajo
ningún tipo de microscopio analítico. Sus "significados" no viajaban más allá del
entorno inmediato en el que se empleaban.
La cuestión que abordo en este texto empezó a formularse hace dos décadas,
cuando completaba el borrador de mi libro Rethinking Working-Class History:
Bengal 1890-1940. 2 Las raíces de mi interés en el estudio de la historia del
trabajo se hundían en ciertos encendidos debates de mi juventud, en bengalí y
en marxismo a la manera india, sobre el papel en la historia universal que el
proletariado podía desempeñar en un país como la India , que era, aún,
predominantemente rural. Había lecciones obvias que aprender de las
revoluciones china y vietnamita. No obstante, cuanto más trataba de imaginar
las relaciones en las fábricas indias mediante las categorías que Marx y sus
seguidores ponían a mi disposición, tanto más me percataba de una tensión
surgida de los orígenes profundamente - y, cabría decir, provincianamente -
europeos de los conceptos marxistas y su indudable significación internacional.
Hablar de personajes históricos cuyos análogos conocía de la vida diaria como a
tipos familiares empleando nombres o categorías derivados de revoluciones
europeas de 1789, ó 1848, ó 1871, ó 1917 parecía una actividad doblemente
distanciadora. Estaba, en primer lugar, la distancia de la objetividad histórica que
yo trataba de representar. Pero también estaba la distancia de la falta de
reconocimiento cómica, similar a lo que había experimentado a menudo al ver
representaciones de obras bengalíes en las que actores bengalíes, caracterizados
como colonos europeos, llevaban a cabo su imitación, con un fuerte acento
bengalí, del modo en que los europeos podrían hablar bengalí, es decir, ¡sus
propios estereotipos de cómo los europeos nos percibían! Algo similar les ocurría
a mis personajes de la historia bengalí e india, que llevaban, en mi texto, el
vestuario europeo prestado por el drama marxista de la historia. Había una
comicidad en mi propia gravedad que no podía pasar por alto.
El hecho de ser un migrante me hizo ver de un modo más claro que antes la
relación, necesariamente inestable, entre toda idea abstracta y su instanciación
concreta. Ningún ejemplo concreto de una abstracción puede pretender ser
manifestación de sólo esa abstracción. Por lo tanto, ningún país es un modelo
para otro país, aunque el debate sobre la modernidad que se plantea sobre la
base de "alcanzar" propone precisamente tales modelos. No hay nada como la
"habilidad de la razón" para asegurar que todos convergemos en el mismo punto
final de la historia pese a nuestras aparentes diferencias históricas. Pero nuestras
diferencias históricas, de hecho, son relevantes. Esto es así porque ninguna
sociedad humana es una tabula rasa. Los conceptos universales de la modernidad
política se encuentran ante conceptos, categorías, instituciones y prácticas
preexistentes a través de los cuales son traducidos y configurados de manera
diversa.
Así pues, la relevancia global del pensamiento europeo era algo que yo daba
por sentado. Tampoco cuestionaba la necesidad de un pensamiento universalista.
Nunca fue, por ejemplo, objetivo de este libro el "pluralizar la razón", como una
reseña seria sugería en una lectura algo descaminada - uso la palabra con respeto
- del proyecto. 5 Como mostrará mi capítulo sobre Marx, no argumentaba contra
la idea en sí de los universales, sino que subrayaba que lo universal es una figura
de gran inestabilidad, una variable necesaria en nuestro empeño por pensar las
cuestiones de la modernidad. Atisbamos sus contornos sólo cuando y en la
medida en que algo particular usurpa su posición. Sin embargo, nada que sea
concreto y particular puede ser lo universal en sí, pues entrelazadas con la
imagen acústica de una palabra como "derecho" o "democracia" hay imágenes
conceptuales que, pese a ser (a grandes rasgos) traducibles de uno a otro lugar,
también encierran elementos que desafían la traducción. Tal desafío a la
traducción es, desde luego, parte del proceso cotidiano de la traducción. Una vez
expresado en prosa, todo concepto universal lleva en su interior huellas de lo que
Gadamer denominaría "prejuicio" -no un sesgo consciente, sino un signo de que
pensamos a partir de una suma particular de historias que no siempre nos resulta
transparente. 6 De manera que provincializar Europa consistía entonces en saber
cómo el pensamiento universalista estaba siempre ya modificado por historias
particulares, pudiésemos o no desenterrar tales pasados plenamente.
La primera parte de este libro se une a esta crítica desde varios ángulos. El
resto del libro demuestra con ejemplos históricos que la modernidad fue un
proceso histórico que implicaba no sólo la transformación de instituciones, sino
también la traducción de categorías y prácticas.
2.- Hay - así lo espero - mucha historia en este ensayo. Pero no pensé en esta
historia como representativa de tal o cual grupo en sociedades particulares.
Puesto que se me ha relacionado con Estudios Subalternos, que en efecto
proyectaba inscribir en la historia de Asia meridional los pasados de los grupos
marginales y subalternos, algunos críticos han visto en Al margen de Europa sólo
pruebas adicionales de lo que el historiador indio Sumit Sarkar denominó "el
declive de lo subalterno en Estudios Subalternos", pues la segunda parte de Al
margen de Europa extrae todo su material ilustrativo de la historia de la clase
media bengalí, de los denominados bhadralok. 10 Esta crítica se ha formulado
desde muchas posiciones, pero permítaseme citar sólo una fuente, una reseña
anónima y furiosa publicada en Internet en la página en que Amazon.com
publicitó primero este libro. La reseña acababa afirmando:
Notas
1 Roland Barthes,"Myth Today", en Mythologies , traducido al inglés por Annette Lavers, Nueva
York, Hill and Wang, 1984, págs. 109-159 [Roland Barthes, Mitologías, trad. de Héctor
Schmucler,México, Siglo XXI, 1980].
2 Dipesh Chakrabarty, Rethinking Working-Class History: Bengal 1890-1940, Princeton, Princeton
University Press, 2000.
3 Para una historia de este movimiento, véase Sumanta Banerjee, India's Simmering Revolution:
The Naxalite Uprising , Londres, Zed, 1984.
4 Ferdinand de Saussure, Course in General Linguistics , Charles Bally y Albert Sechehaye, (eds.),
traducido al inglés por Wade Baskin, Nueva York, McGraw Hill, 1966, págs. 65-67 [Ferdinand de
Saussure, Curso de lingüística general, trad. de Mauro Armiño, Madrid, Akal, 2006].
5 Véase la reseña de Jacques Pouchepadass de PE, publicada con el título de "Pluralizing Reason",
en History and Theory 41, n.º 3 (2002), págs. 381-391.
6 El "reconocimiento", escribe Gadamer,"de que toda comprensión implica inevitablemente algo
de prejuicio da al problema hermenéutico su vigor real". Hans-Georg Gadamer, Truth and Method
, Londres, Sheed and Ward, 1979, pág. 239 [Hans-George Gadamer, Verdad y método , trad. de
Manuel Olasagasti, Salamanca , Sígueme, 2004]. Véanse las consideraciones de las págs. 235-
258. Gadamer, en general, ve los prejuicios como "condiciones de comprensión".
7 Michel Foucault,"Nietzsche, Genealogy, History" en Foucault, Language, Counter-Memory,
Practice: Selected Essays and Interviews , Donald Bouchard (ed.), traducido al inglés por Sherry
Simon, Ithaca , Cornell University Press, 1977, págs. 139-164 [Michel Foucault, Nietzsche: la
genealogía, la historia, trad. de José Vázquez Pérez, Valencia, Pre-Textos, 2004].
8 Michel Foucault,"Truth and Power" en Power/Knowledge: Selected Interviews and Other
Writings: 1972-1977 , Colin Gordon (ed.), traducido al inglés por Colin Gordon et al., Brighton,
The Harvester Press, 1980, pág. 117.
9 Véanse las consideraciones del primer capítulo de este libro. Véase también el ensayo "A Small
History of Subaltern Studies" en mi Habitations of Modernity: Essays in the Wake of Subaltern
Studies, Chicago, University of Chicago Press, 2002.
10 Véase el ensayo de Sumit Sarkar con ese título en su libro Writing Social History, Nueva Delhi,
Oxford University Press, 1997.
11 Véase la reseña de "Simicus" fechada el 10 de diciembre de 2000 y titulada "Wither
Subalternity?".
12 E.P. Thompson, Whigs and Hunters: The Origins of the Black Act , Harmondsworth, Penguin,
1977, pág. 302.
13 Michael Hardt y Antonio Negri, Empire , Cambridge, Mass. , Harvard University Press, 2000,
págs. 44-45 [Michael Hardt y Antonio Negri, Imperio, trad. De Alcira Bixio, Barcelona, Paidós
Ibérica, 2002].
14 Ibíd., págs. 208, 367.
15 Ibíd., págs. 396-401.
16 Para un fascinante examen de los colonos franceses con su propio sentido de la "nostalgia"
en el siglo XIX, véase Alice Bullard, Exile to Paradise: Savagery and Civilization in Paris and the
South Pacific , Stanford, Stanford University Press, 2000.
17 El argumento se ha recogido y ampliado después en Sanjay Seth,"Back to the Future?", Third
World Quarterly 23, n.º 3 (2002), págs. 565-575; se ha publicado una versión más corta en G.
Balakrishnan (ed.), Debating Empire , Londres y Nueva York, Verso, 2003, págs. 43-51. Saurabh
Dube,"Presence of Europe: An Interview with Dipesh Chakrabarty" South Atlantic Quarterly
(otoño de 2002), págs. 859-868.
18 Véase, por ejemplo, Mark Thurner y Andrés Guerrero (eds.), After Spanish Rule: Postcolonial
Predicaments of the Americas , Durham, Duke University Press, 2003; Vicente L. Rafael, White
Love and Other Events in Filipino History, Durham, Duke University Press, 2000; Ferderick Cooper,
Colonialism in Question: Theory, Knowledge, History, Berkeley, University of California Press,
2005; Achille Mbembe, On the Postcolony, Berkeley, University of California Press, 2001.
19 Paul Stevens,"Heterogenizing Imagination: Globalization, The Merchant of Venice and the
Work of Literary Criticism", New Literary History 36, n.º 3 (2005), págs. 425-437.
20 Véase, por ejemplo, el libro de próxima aparición de Kathleen Davis, Periods of Sovereignty
(2008).
21 Amy Hollywood ,"Gender, Agency, and the Divine in Religious Historiography", Journal of
Religion 84 (2004), págs. 514-528.