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IGLESIA BAUTISTA EL REDENTOR ZACAMIL

ESCUELA DE PREDICADORES Y LIDERES


CLASE 2
PASTOR RODOLFO SALINAS
TEMA: LOS GRANDES GENEREOS LITERARIOS DE LA BIBLIA

DESARROLLO
1. LA HISTORIOGRAFÍA
La historiografía es el género que predomina en la Biblia. El concepto debe
entenderse en una acepción amplia y elástica, sin el rigor exigido por la
historiografía actual, si ha de abarcar todo lo que en la Biblia es relato. Incluye
desde la narración ordenada y fidedigna de acontecimientos históricos reales
hasta la ficción novelesca, pasando por toda la gama de géneros menores de
relato.
La historiografía bíblica hunde sus profundas raíces en la tradición oral que
recuerda las suertes de familias y de clanes seminómadas; adopta las
conocidas formas poético-populares que tienen su análogo en otras literaturas.
Son los pequeños cantos épicos, los relatos míticos de acontecimientos de
nivel divino que ponen la base a la existencia humana, el cuento, la fábula, la
saga, la leyenda.
La leyenda es el tipo de relato que más abunda en la tradición poética oral.
Arranca de algo histórico, que luego es llevado y traído, idealizado y
actualizado por la imaginación popular, para que mantenga interés y transmita
un mensaje a los que lo transmiten. Versa sobre acontecimientos, personas,
lugares, cosas, realidades de órdenes diversos. Frecuentemente tiene
carácter etiológico o explica los orígenes y causas.
De este material poético de la tradición oral, la historia toma datos, que son
sus únicas fuentes, o los incorpora íntegros según son transmitidos. En el libro
del Génesis está el paraíso de estos géneros. Su valor histórico varía; en cada
caso debe ser evaluado por la crítica histórica. Aunque su valor en ese
aspecto sea mínimo, este material, extraído del pequeño círculo creador, fue
asumido en la historia nacional y en las grandes teologías de la historia,
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adquiriendo en ellas una gran elocuencia.
Además de estos géneros poéticos, hay otros de carácter menos popular que
representan el arte informativo intencionado. Son de envergadura técnica y
sabia, y pretenden comunicar conocimiento histórico. Entre ellos están los
diversos tipos de listas genealógicas de personas y pueblos, los elencos y
relaciones de lugares, de ciudades de asilo, de villas fortificadas, de animales
sacrificables, de mobiliario cultual. También se incluyen aquí los relatos de
sueños, las autobiografías, los informes de vocación de un profeta, la
referencia pormenorizada de un acontecimiento con todo el contexto histórico
y, por supuesto, los anales de la corte, que relatan por años los
acontecimientos y realizaciones importantes. Estos géneros informativos no
son precisamente populares; proceden de círculos bien definidos o de
instituciones, del mundo del profeta, del sacerdote, del sabio, del cortesano.
La historia, en su sentido más pleno, no se empieza a documentar hasta que
un pueblo adquiere conciencia nacional o una comunidad estructurada,
consciente de su propósito y destino. El pueblo hebreo alcanzó esta
conciencia con la sedentarización y la instauración de la monarquía, que
unificó las tribus dispersas, consolidó la posesión del territorio ancestral,
promovió la justicia bajo una ley común y organizó un ejército.
Las primeras obras historiográficas datan de la época de David y Salomón,
destacando los relatos sobre la ascensión y descendencia de David, así como
la versión más antigua de los orígenes del pueblo, conocida como la historia
yahvista. Esta incorporación de materiales de la tradición oral no se hizo al
azar, sino siguiendo un plan y con un propósito definido. Adopta la forma de
un credo histórico que celebra la intervención divina en los momentos clave de
la historia del pueblo, con un tono épico, constituyendo el estrato más antiguo
del Pentateuco actual.
Con estas narrativas, se estableció el género historiográfico, que se
enriquecería posteriormente con reinterpretaciones y actualizaciones de la
historia ya narrada, así como con historias de etapas sucesivas a medida que
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el pueblo avanzaba. La narrativa del yahvista en el reino del Sur encontró un
paralelo en el reino del Norte con la historia elohísta.
Durante la época monárquica, que abarca desde Moisés hasta el final de
ambos reinos, emergió la figura del deuteronomista, un autor o escuela que
compiló todas las fuentes disponibles y presentó su interpretación de la
historia según un plan bien definido, abarcando los libros del Deuteronomio,
Josué, Jueces, Samuel y Reyes. Esta visión de la historia fue nuevamente
actualizada durante el exilio por el escritor o escuela sacerdotal, y poco
después, todas estas versiones se fusionaron para dar lugar al Pentateuco en
su forma actual. El análisis literario desvela este proceso, revelando la
compleja estructura y el lenguaje de estos textos escritos.
Hacia el año 300, en el inicio de la época helenística, se reescribió la historia
completa desde la perspectiva y en el contexto de ese momento. Esta tarea la
llevó a cabo el autor de los libros de las Crónicas, Esdras y Nehemías,
conocido como el Cronista. Este autor se basó en la historia ya documentada
y utilizó fuentes inéditas, siguiendo su propio plan y objetivo, y presentando
una nueva teología de la historia. Se caracteriza por su libertad frente a las
fuentes y versiones anteriores, no dudando en modificarlas, añadir o eliminar
detalles, para transmitir a sus destinatarios su visión particular de la historia.
Además de estos cuerpos historiográficos, el Antiguo Testamento incluye
libros que narran episodios históricos, aunque algunos contienen elementos
novelescos. Ejemplos de estos son los libros de Rut, Tobías, Judit, Ester,
Jonás y, con un carácter más claramente historiográfico, los libros de los
Macabeos, que relatan la resistencia heroica contra el dominio helenístico y la
independencia nacional bajo la dinastía asmonea. También se encuentran
relatos narrativos en otros géneros literarios del Antiguo Testamento, como
los libros proféticos y sapienciales.
En el Nuevo Testamento, los evangelios y los Hechos de los Apóstoles tienen
un carácter narrativo e intentan ser de género histórico. Aunque no son
historia crítica en el sentido moderno, pertenecen a la literatura narrativa. El
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término "evangelio" originalmente se refería a la recompensa por anunciar una
buena noticia y luego pasó a designar la buena nueva en sí misma. Fue
adoptado para denominar el mensaje de liberación anunciado por Jesús de
Nazaret, que los apóstoles difundieron y que posteriormente se plasmó en los
textos conocidos como evangelios.
Los evangelios no se consideran biografías de Jesús de Nazaret en el sentido
estricto, ya que no ofrecen un contexto histórico detallado, caracterización
profunda o una secuencia cronológica exhaustiva. En su lugar, se centran en
la figura de Jesús, sus enseñanzas, milagros y el significado de su vida y
muerte, desde una perspectiva que busca transmitir su mensaje y significado
más que detallar su vida como una biografía convencional.

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2. LA LEY
La ley en la Biblia no se presenta en libros independientes como los códigos
legislativos antiguos o modernos, sino que está integrada en el Pentateuco,
dentro del marco de la narrativa histórica. Estos libros tratan sobre el origen de
Israel y sus ancestros, y la ley se presenta como la base de la identidad y
constitución del pueblo.
Los códigos de leyes no aparecen de repente por la acción de un solo
legislador, sino que son el resultado de la acumulación de principios, normas y
decisiones que han regido la vida comunitaria. La ley bíblica emerge en la
época de Moisés o incluso antes y se completa hacia el siglo V o IV a.C. Nace
en el contexto de una sociedad seminómada, evolucionando junto con el
pueblo y su cultura a lo largo de la historia.
Inicialmente, la ley consistía en usos y costumbres establecidos, normas de
comportamiento inalterables y decisiones tomadas colectivamente. Con el
tiempo, estos principios de conducta se recopilaron en códigos de leyes. La
ley bíblica abarca aspectos religiosos, civiles y penales, y no es ajena a las
normas vigentes en su entorno cultural o a otros códigos del antiguo Oriente,
aunque no depende directamente de ellos.
El análisis literario del Pentateuco revela la existencia de diversos códigos de
leyes correspondientes a diferentes etapas de recopilación, cada uno con su
propia historia y desarrollo. Entre ellos se encuentran el decálogo mosaico, el
código de la alianza, la ley de santidad y el código sacerdotal, todos parte de
lo que se conoce como la Torá o ley de Moisés.
Existen dos tipos principales de leyes en la Biblia: las apodícticas, de carácter
prescriptivo o prohibitivo con un tono absoluto (por ejemplo, "No matarás"), y
las casuísticas, que regulan casos específicos mediante condiciones (por
ejemplo, "Si compras un esclavo"). Mientras que la ley apodíctica refleja un
sentido de sacralidad, la casuística se asemeja en estilo y contenido al
derecho general de la época.
La inclusión de la ley dentro del Pentateuco complica su clasificación literaria,
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ya que este bloque no puede definirse meramente como historia, dada la
predominancia de la ley desde la mitad del Éxodo hasta el final del
Deuteronomio. Este marco sirve para presentar la ley como la constitución de
Israel, tanto en la dimensión histórica como legislativa, siendo estos libros
fundamentales para la Biblia judía.
La ley se vincula directamente con la figura de Moisés y el episodio del Sinaí,
donde se establece la alianza con Dios. La ley se concibe como el documento
de esta alianza y se convierte en la guía para el pueblo de Dios. La historia de
Israel se interpreta a través de la alianza y su cumplimiento, destacando la
importancia teológica de la ley en la Biblia.

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COMPROBANDO APRENDIZAJES
ACTIVIDAD 1
Responda adecuadamente a las preguntas que se le presentan, de acuerdo a
la lectura realizada sobre los grandes géneros literarios de la Biblia.

1. ¿Qué comprende la historiografía en el contexto bíblico y cómo se


diferencia de la historiografía moderna?
2. ¿Cuál es la importancia de la tradición oral en la formación de la
historiografía bíblica?
3. ¿Cómo influyen los géneros poéticos y populares, como la leyenda, en
los relatos bíblicos?
4. ¿De qué manera se integran los materiales de la tradición oral en la
narrativa histórica del Génesis?
5. ¿Qué rol juegan las listas genealógicas y los anales de la corte en la
historiografía bíblica?
6. ¿Cómo contribuyó la sedentarización y la monarquía en la formación
de una conciencia nacional en el pueblo hebreo?
7. Describe cómo la historia yahvista y la historia elohísta representan
diferentes tradiciones narrativas en el Antiguo Testamento.
8. ¿Cuál es la contribución de la escuela deuteronomista a la
historiografía bíblica?
9. ¿Cómo se actualizó la visión historiográfica durante y después del
exilio?
10. ¿Qué caracteriza el trabajo del Cronista en la reescritura de la historia
en la época helenística?

11. ¿Cómo se presenta la ley en el contexto del Pentateuco y su relación


con la narrativa histórica?

12. ¿Cuál es el proceso de formación de los códigos de leyes en la Biblia y


cómo evolucionaron estos a lo largo del tiempo?

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13. Menciona y describe brevemente los diferentes códigos de leyes
identificados en el análisis literario del Pentateuco.

14. ¿Cuáles son los dos tipos principales de leyes en la Biblia y cómo se
diferencian?

15. Explica la relación entre la ley, la figura de Moisés y el episodio del


Sinaí, y su importancia teológica en la Biblia.

ACTIVIDAD 2
Elabore un mapa conceptual de los contenidos estudiados esta semana.
Aquí te detallo los pasos para elaborar uno:
1. Identificar el objetivo principal
Define claramente el tema o la idea principal que el mapa conceptual debe
cubrir. Esto establecerá el marco para el desarrollo del mapa.
2. Realizar una lluvia de ideas
Enumera las ideas, conceptos y datos clave relacionados con el tema principal.
No te preocupes por organizarlos aún; simplemente recopila todo lo relevante.
3. Identificar los conceptos clave
De la lista generada, selecciona los conceptos más importantes que son
esenciales para entender el tema principal. Estos conceptos actuarán como
los nodos principales de tu mapa.
4. Jerarquizar los conceptos
Organiza los conceptos clave en un orden jerárquico, desde los más
generales o inclusivos en la parte superior hasta los más específicos o
detallados en la parte inferior.
5. Establecer relaciones entre los conceptos
Usa líneas o flechas para conectar los conceptos, mostrando cómo se
relacionan entre sí. Junto a las líneas, añade palabras de enlace para clarificar
la naturaleza de las relaciones (por ejemplo, “causa de”, “ejemplo de”, “tipo
de”).

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6. Desarrollar el mapa
Comienza a dibujar el mapa conceptual, colocando el tema principal en la
parte superior o en el centro y distribuyendo los conceptos clave alrededor de
él según la jerarquía y las relaciones establecidas.
7. Revisar y ajustar
Revisa el mapa para asegurarte de que refleja correctamente las relaciones
entre los conceptos y que la jerarquía es lógica. Ajusta la disposición de los
conceptos y las conexiones según sea necesario para mejorar la claridad y la
comprensión.
8. Finalizar el diseño
Una vez estés satisfecho con la estructura y el contenido del mapa, puedes
finalizar el diseño. Asegúrate de que el mapa sea fácil de leer y visualmente
atractivo. Considera el uso de colores para diferenciar entre niveles
jerárquicos o tipos de relaciones.
9. Compartir o presentar el mapa conceptual
Un mapa conceptual es una herramienta efectiva no solo para el estudio
personal sino también para la enseñanza y la presentación de información.
Asegúrate de que está accesible para aquellos que puedan beneficiarse de él.
Crear un mapa conceptual efectivo requiere práctica. No dudes en
experimentar con diferentes formatos y estructuras hasta encontrar el que
mejor se adapte a tu tema y estilo de aprendizaje.

ACTIVIDAD 3
Realiza una exposición magistral de los aprendizajes adquiridos en esta
lección, puede utilizar tu mapa de conceptos como ayuda visual.

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