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ANA MARÍA KAUFMA N

Investigadora. Docente de la Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires, Argentina.

CÓMO ENSEÑAR, CORREGIR


Y EVALUAR LA ORTOGRAFÍA
DE NUESTROS ALUMNOS...
Y NO MORIR EN EL INTENTO

Pablo: A mí me parece bien que hola se escri-


ba con hache, porque ola sin hache quiere
decir otra cosa. Pero, ¿por qué hay que
ponerle hache a hamaca si hamaca sin ha-
che no significa otra cosa? Y con hormiga
pasa lo mismo...
Maestra: A ver... Si sabemos que hormiga se
escribe con hache, ¿cómo se escribirá
hormiguero?
Varios: Con hache.
Maestra: ¿Y hormiguita?
Pablo (interrumpiendo con impaciencia): Sí,
sí... si yo sé que hormiga va con hache ya
sé que hormiguero y hormiguita van a ir
con hache. Pero... ¿cómo hago para saber
que hormiga va con hache?
Sebastián (sonriendo): Mirá, Pablo, es muy
fácil. Vos ahora te fijás bien que hormiga
va con hache y después, cada vez que ten-
gas que escribir hormiga... lo ponés con
hache.
Introducción mente alfabético. En realidad son muy pocas las
letras que cumplen con el precepto de la alfabe-
Es posible que el lector sonría al leer el diálogo ticidad vinculado con esa relación biunívoca es-
que encabeza este trabajo, sobre todo si es do- tricta entre un fonema (y sólo uno) y un grafe-
cente y ha prestado atención a sus alumnos ma (y sólo uno). Ya veremos más adelante cuán
cuando hablan entre ellos acerca de los “capri- pocas...
chos” de nuestra norma ortográfica. En este úl- De modo que al docente de primer año se le
timo caso, recordará también haber escuchado presenta una situación casi paradójica que po-
opiniones similares a las de Pablo y Sebastián, dríamos describir de la siguiente manera:
ambos de siete años de edad.
◆ Si recibe niños que ingresan sin haber com-
¿A qué responde la postura de Pablo? Él prendido la relación entre nuestro sistema de
considera que la ortografía tiene sentido cuando escritura y la sonoridad del lenguaje, intenta
está reflejando cuestiones semánticas: si dos pa- orientarlos en esa dirección. Dicha orienta-
labras suenan igual pero tienen diferente signifi- ción suele estar nutrida de preguntas como
cado, deben escribirse de diferente manera. Es éstas: “¿Como cuál otra palabra te suena
verdad que, en algunos casos, la norma ortográ- ‘mariposa’?” o “¿Te parece que ‘Luciana’
fica indica cómo “marcar” diferencias de signi- empieza igual que ‘lunes’, que suenan
ficados: tubo/tuvo, cayó/calló, bello/vello. Pero igual?”.
no en todos. Por ejemplo, eso no sucede con lla -
ma, del verbo llamar, llama como lengua de fue- ◆ En determinado momento, e intentando re-
go y llama, animal cuya lana es muy apreciada... solver problemas que su propia escritura le
presenta (Vernon, 1986), esos alumnos lle-
La respuesta de Sebastián tampoco es anto- gan a relacionar la escritura con la sonoridad
jadiza. En muchas situaciones, la ortografía no de manera sistemática, primero suponiendo
se relaciona con aspectos morfológicos, semán- que cada letra representa una sílaba (hipóte-
ticos ni sintácticos del lenguaje, sino que refle- sis silábica) y luego relacionando letras y fo-
ja una etimología particular, que sólo corres- nemas (hipótesis alfabética) (Ferreiro, 1990).
ponde a una palabra. El escritor, entonces, no A esa altura, el maestro suspira aliviado pen-
puede apelar a regularidades de ningún tipo y el sando que su misión está cumplida.
único recurso que tiene para saber cómo se es-
cribe esa palabra es... fijándose bien cuál es la ◆ Pero los problemas no se acaban. Es más,
ortografía correcta y después recordarla cada hay algunos que recién comienzan...
vez que la escriba... tal como dijo Sebastián. En ese nivel de escritura, los chicos creen
Puede ser interesante, asimismo, prestar que nuestro sistema es puramente alfabético,
atención a la intervención de la maestra. Ella in- como si consistiera en un código de transcrip-
tenta poner algo de orden frente a una cuestión ción de sonidos en el que hay una relación pun-
que parece caótica: recordar la escritura correc- tual uno a uno entre letras y fonemas y como si
ta de una palabra cuya ortografía no responde a el sistema no tuviera otros signos y relaciones
ninguna regla generalizable a otras palabras, si- entre sus elementos. La escritura que producen
tuación diferente de las que, por ejemplo, perte- no tiene espacios entre las palabras, ni signos de
necen a la misma clase y tienen la misma termi- puntuación, ni discriminación entre mayúsculas
nación –caso de los adjetivos terminados en ivo y minúsculas, ni tildes, y cada letra correspon-
e iva, etc.– y trata de rescatar que, aún en esos de a un solo sonido. Por ejemplo, una niña de
casos particulares, algo puede inferirse: otras este nivel de escritura escribió “CETEMEJORES”
palabras que tengan parentesco léxico, es decir, en una nota en la que le deseaba un pronto res-
que pertenezcan a la misma familia, comparti- tablecimiento a una compañerita enferma
rán también la ortografía de la raíz. (“Que te mejores”). Estas escrituras consideran
lo que es estrictamente alfabético, sin compren-
No parece sencilla la cuestión... Y no lo es.
der que, si bien tiene una base alfabética, nues-
Si bien nuestro sistema de escritura tiene tro sistema consta de muchísimos elementos
una base alfabética, está muy lejos de ser pura- que escapan a esa relación. Zapato y sapo tie-
nen la misma sonoridad inicial y llevan diferen- conversación entre Pablo, Sebastián y su maes-
tes letras; las palabras hola y ola suenan igual y tra que encabeza este texto: ¿a cuál de todos es-
se escriben diferentes; no se aburra y no sea tos aspectos ortográficos se referían? Concreta-
burra no difieren en la emisión sonora y los es- mente, a las letras que deben ser usadas en cada
pacios entre las palabras representan cuestiones palabra, determinadas por la norma ortográfica.
vinculadas con el significado; ¿cómo saber si
Como señalamos anteriormente, la ortogra-
llave se escribe de esa manera o de esta otra
fía implica respetar restricciones que van mu-
–yabe– sin alterar la emisión sonora correcta
cho más allá del uso de las letras correctas.
del castellano que se habla en la Argentina?
Como puede advertirse, la ortografía inclu- Si pensamos solamente en la escritura de ca-
ye muchos datos que no son reflejados por la so- da palabra, encontraremos tres aspectos involu-
noridad; incluye restricciones en el uso de las le- crados: cuáles son las letras que corresponde
tras, las tildes, los espacios y los signos de pun- usar –que a partir de aquí denominaremos “orto-
tuación que se vinculan con aspectos semánti- grafía literal”–; si la palabra lleva tilde o no –or-
cos, sintácticos y pragmáticos del lenguaje. tografía acentual–; y si debe usarse mayúscula
en caso de que se trate de un nombre propio.
Los docentes deberán, entonces, ayudar a sus
alumnos a abandonar la sonoridad de las palabras Si extendemos esa frontera a la oración es-
como el criterio fundamental para tomar crita, deberá agregarse, a esos elementos, la
decisiones cuando escriben y transi- separación entre palabras; la normati-
tar otros caminos para poder ha- va de separación de palabras al fi-
cerlo correctamente. Y ésa es la nalizar un renglón; el uso de
situación paradójica que mayúscula al comienzo; y,
mencionaba antes: los seña- también, la puntuación in-
lamientos que apuntan a terna y final de la oración.
“cómo suena” –que es co- Si, en cambio, consi-
rrecta cuando el niño toda- deramos como totalidad
vía no advirtió las bases de el texto, deberá añadirse,
nuestro sistema de escritu- a los datos precedentes, la
ra– deberán ser reemplaza- puntuación vinculada con
dos por otros que recomien- lo textual: ¿cómo queda me-
den olvidarse de cómo suena jor, con punto y seguido o
y apelar a otras estrategias para aparte?, ¿en este otro pasaje,
respetar la norma ortográfica. pongo punto y coma o punto y se-
Los docentes que alteran la pronun- guido?
ciación normal del castellano rioplatense para En este artículo, describiremos brevemente
que sus alumnos respeten la ortografía al dicta- una experiencia didáctica realizada durante los
do (diferencian la sonoridad de B y V, de Y y últimos quince años en el Colegio Alas de El
LL, de Z y S) no advierten que ellos pueden ha- Palomar, vinculada con la enseñanza, la correc-
cerlo porque conocen la escritura de esas pala- ción y la evaluación ortográfica. Por razones de
bras, cosa que los alumnos ignoran. De este espacio, nos limitaremos al tema de la ortogra-
modo, cuando los niños intentan escribir en sus fía literal, es decir, el uso de las letras que la
casas o producen en la escuela un texto por sí normativa indica para la escritura de las pala-
mismos, no recuerdan cómo era la pronuncia- bras en castellano, que era el centro de la discu-
ción artificial de su maestra y no tienen otras sión entre Pablo y Sebastián.
estrategias para tomar decisiones.
Ahora bien, la norma ortográfica nos puede
remitir a qué letras usar en determinada palabra, ¿Cómo concebimos
cuándo usar tildes, cuándo escribir con mayús- la ortografía literal?
cula, dónde separar las palabras cuando finaliza
el renglón, cómo definir los espacios en blanco Las preocupaciones de los dos niños nos remi-
que indican dónde comienza y termina una pa- ten a una serie de interrogantes. Algunos de
8 labra, cómo usar la puntuación... Retomemos la ellos, muy conocidos por todos los docentes,
son éstos: ¿cómo saber con cuáles letras debe 1. Restricciones directas
escribirse cada palabra?; ¿puedo guiarme por la
sonoridad de una palabra para desentrañar su Esta restricción se refiere a la relación biunívo-
ortografía?; ¿hay reglas que me indiquen cuán- ca –uno y sólo un fonema para un grafema y só-
do debo escribir ‘z’, ‘s’, o ‘c’? ; esas reglas, lo ese grafema para el fonema– existente entre
¿cubren todas las palabras que incluyen el fone- algunas letras y los fonemas. Sería el caso de la
ma /s/?; el uso de determinadas letras, ¿se rela- alfabeticidad estricta y es interesante advertir
ciona siempre con el significado de las pala- que son apenas seis las letras que cumplen con
bras, como en el caso mencionado por Pablo del este requisito: A-E-O-F-T-L.
uso de la ‘h’ en hola y ola? Todos sabemos que hay algunas consonantes
que comparten sonoridad con otras (S-Z-C; B-V;
Durante muchos años nos hemos debatido Y-LL; G-J; C-K-Q), otras que remiten a más de
en un falso dilema: enseñar o no enseñar las re- un fonema (C; G; la R según esté en posición
glas ortográficas. Esta opción se vinculaba con inicial o entre vocales) y la H que no tiene soni-
el hecho constatado cotidianamente de que mu- do cuando precede a una vocal (pero que revis-
chos niños que no saben las reglas no cometen te una sonoridad particular cuando forma parte
errores y otros que sí las conocen se equivocan del dígrafo CH).
frecuentemente; pero también sucede que niños Sin embargo, puede sorprendernos advertir que
que conocen las reglas tienen pocos errores (o muchas otras letras participan de cuestiones si-
ninguno) y compañeros que las ignoran se equi- milares.
vocan frecuentemente...
Si consideramos las vocales, la I comparte a ve-
En un texto de hace algunos años, en el que ces sonoridad con la Y (soy, rey, y) y la U no
me ocupaba del tema ortográfico (Kaufman, suena cuando está junto a la G (guerra, guinda)
1998), mencioné que nos había resultado muy ni junto a la Q. En cuanto a las consonantes, la
útil para la tarea didáctica conocer la tesis doc- M y la N comparten sonoridad en palabras co-
toral de Artur Gomes de Morais, “Representa- mo embudo y envase; la D no es pronunciada
–tal vez apenas insinuada– al final de las pala-
ciones infantiles de la ortografía del portugués”
bras en el habla coloquial culta (libertad, igual -
(Morais, 2004), dirigida por Ana Teberosky. dad, sociedad) y la letra P comparte sonoridad
En el análisis de sus datos, Gomes de Mo- con la B cuando precede a determinadas conso -
rais utiliza un esquema propuesto por M. Lem- nantes (por ejemplo, en optativo y obtuso).
le (1978). Este autor identificó y clasificó los
distintos tipos de restricciones que presentan las
relaciones entre fonemas y grafemas desde la 2. Restricciones posicionales
perspectiva de la norma ortográfica en el portu- En algunos casos, la norma ortográfica deter-
gués. Como las mismas restricciones gobiernan mina el uso de determinadas letras, que com-
la escritura del castellano, comenzamos a utili- parten sonoridad con otra, en virtud de su posi-
zar ese marco teórico que nos permitió por pri- ción en la palabra. Por ejemplo, el uso de M an-
mera vez considerar la ortografía literal en su tes de P y B; de N antes de V; de GUE y GUI si
totalidad. ¿Qué quiero decir con esto? Que has- quiero que la G suene suave; de B (y no V) an-
ta ese momento, o encarábamos la enseñanza de tes de cualquier consonante; el uso de B en to-
la ortografía dentro del universo de reglas orto- das las palabras que comiencen con bu, bus,
gráficas, o focalizábamos aquellas palabras o bur; la R sonará fuerte al comienzo de palabra
expresiones que, si bien no se ajustan a reglas, (roca), pero si está entre vocales y también sue-
pertenecen al vocabulario de uso frecuente. No na fuerte, deberé colocar RR (carro) y si no lo
contábamos con un esquema global que nos hago, sonará suave (caro); etc. Podemos ubicar
permitiera saber, por ejemplo, qué porcentaje en este tipo de restricciones muchas reglas orto-
de casos responden a reglas y qué porcentaje a gráficas que sólo toman en consideración la po-
cuestiones etimológicas o particulares dentro de sición del fonema y de la letra en la palabra.
la totalidad de errores posibles.
La relación entre fonemas y grafemas, se-
3. Restricciones morfológicas
gún nuestra norma ortográfica, tiene restriccio-
nes de cuatro tipos distintos que cubren la escri- Este tercer tipo de restricciones toma los morfe-
tura de todas las palabras: mas y la categoría gramatical de las palabras 9
como criterio para definir qué letra corresponde anteceder a la L, puedo tener la certeza de que
poner (prefijos y sufijos; terminaciones verba- va con B. Todos alguna vez hemos dudado acer-
les como ABA, finalización IVO, IVA de los ad- ca de cómo escribir NECESIDAD, aun sabiendo
jetivos, etcétera). que en una de las sílabas va una C y en la otra
una S ¿Qué hacemos, entonces? Pensamos en la
Una gran cantidad de reglas ortográficas del
palabra NECESARIO, de la misma familia, que
español se incluyen en este ítem. Además de los
nos permite tomar la decisión correcta en virtud
ya mencionados, en los que la ortografía unifi-
de la sonoridad.
ca semejanzas morfosintácticas, podríamos con-
siderar dentro de esta categoría otros casos en Analizando diferentes textos y clasificando
los que se homologan semejanzas semánticas, las palabras en función de los tipos de restric-
como es el caso de las familias de palabras: las ciones, surgió un dato muy interesante: más del
palabras que pertenecen a la misma familia 50% de las restricciones no directas son parti-
–que comparten la raíz– van a compartir tam- culares. Marta Raventos, en una tesis de Maes-
bién la escritura. tría sobre “Ortografía de adultos letrados” que
elaboró bajo mi dirección, encontró que el 54%
de las restricciones no directas del texto que
4. Restricciones particulares o léxicas dictó eran particulares y el 46% restante se re-
Estas restricciones rigen sólo para cada caso partía de la siguiente manera: el 24% era posi-
particular y se vinculan con razones etimológi- cional y el 22%, morfológico. Esta distribución
cas, por ejemplo: hacer, vez, boca, serpiente, es la habitual en la mayoría de los textos escri-
etc. Entrarían en esta categoría aquellos casos tos en castellano.
en que la ortografía refleja diferenciaciones se- Los resultados de la investigación de Gomes
mánticas, como es el caso de las palabras ho- de Morais constituyen un aporte interesante pa-
mófonas no homógrafas (parónimos). ra comprender el pensamiento de los niños y pa-
Recapitulando, podemos advertir que el uso ra encarar la enseñanza de la ortografía en el au-
de algunas letras (por ejemplo B en bla, ble, bli, la con mayores certidumbres y criterios ordena-
blo, blu) se debe a su posición en la palabra, es dores. Él comprobó que los niños incorporan las
decir si está al comienzo, o entre determinadas restricciones posicionales más fácilmente que
letras, etc. En otros casos, la decisión de cuál le- las morfológicas y esto era esperable porque es-
tra va en una palabra, además de tomar en cuen- tas últimas implican una reflexión gramatical so-
ta la posición, se relaciona con cuestiones mor - bre la lengua. No obstante, esto no debe hacer-
fológicas o gramaticales, por ejemplo, los adje- nos caer en el facilismo de plantear expectativas
tivos terminados en ivo o iva llevan V; el preté- de logro que apunten, por ejemplo, a garantizar
rito imperfecto de los verbos terminados en ar en primer ciclo sólo el conocimiento de las res-
llevan B, como cantaba o jugaba. Finalmente, tricciones posicionales. Los niños deben ir cono-
algunas palabras no responden a una normativa ciendo también la escritura de palabras de uso
que se pueda aplicar a otras: son casos particu - frecuente con restricciones particulares desde
lares y su escritura se vincula con cuestiones eti- que trascienden la alfabeticidad del sistema y en
mológicas. Por ejemplo: ¿por qué “vaca” va con tercer año incluir alguna restricción morfológica
V?, ¿por qué “boca” va con B? Gomes de Mo- sencilla como, por ejemplo, la terminación aba
rais sostiene que escribir correctamente estas pa- del pretérito imperfecto de los verbos.
labras responde a un comportamiento estricta-
mente reproductivo, tal como sostenía Sebastián
en la conversación que inicia este artículo. ¿Cómo corregimos los trabajos?
De todos modos, es importante enseñar a
los alumnos a “navegar” por los distintos tipos La corrección ortográfica de los cuadernos sue-
de restricciones e inferir la escritura de algunas le ser motivo de incertidumbres y conflictos.
palabras. Por ejemplo, si yo no sé si NUBE va Muchos maestros me han comentado que, en al-
con V o con B, puedo relacionarla con la pala- gunos momentos, deciden no corregir demasia-
bra NUBLADO, que pertenece a la misma fami- do para no desanimar al niño pero, en otros, lo
lia (morfológicamente comparten la raíz) y, co- hacen de manera exhaustiva. Este accionar con-
10 mo por una cuestión posicional la V no puede funde a los alumnos y a los padres.
En nuestra experiencia, después de poner a específicos (cuyo producto final sí será corregi-
prueba diferentes opciones, optamos por utili- do hasta sus últimas consecuencias), los niños
zar tres modalidades diferentes de intervención terminan restringiendo significativamente la
en lo que se refiere a la corrección ortográfica longitud de sus producciones porque saben que,
de cuadernos o carpetas. si escriben menos, tendrán menos errores mar-
cados.
Transcribiremos a continuación los linea-
mientos y la fundamentación de estas modalida- La decisión de no corregir estos textos tiene
des porque consideramos que niños, padres y que ver, entonces, con una triple motivación.
maestros deben saber quién corrige, cómo se co- Una es su valor testimonial. La segunda razón
rrige, por qué se toman estas decisiones y qué se se vincula con no desanimar a los chicos y per-
hace posteriormente con los errores cometidos. mitirles escribir textos sin el fantasma de la or-
tografía presente todo el tiempo. La tercera ra-
Los tres tipos diferentes de intervención en
zón, ya mencionada, es dar la posibilidad de
la corrección son los siguientes:
proceder a múltiples autocorrecciones posterio-
res: hemos comprobado que a los niños les pro-
duce mucho placer ir descubriendo y corrigien-
Autocorrección do sus propios errores.
Algunos trabajos quedan tal como el chico los
hizo. Estos trabajos son testimonio del nivel del
autor en el momento de su realización. Se mar- Intervención de otros compañeros
carán con una A (inicial de “autocorrección”).
En los cuadernos o carpetas pueden aparecer
El único que tiene derecho a corregirlos poste-
trabajos realizados en parejas, en equipos o bien
riormente es el mismo chico. Es decir, estos
individualmente pero que hayan sido corregi-
textos le sirven al maestro, al niño y a los pa-
dos con algún compañero. Quiero aclarar este
dres para evaluar los progresos que va alcan-
último tipo de situación. Durante mucho tiempo
zando a lo largo del año y, además, permiten al
propiciamos que los alumnos corrigieran sus
chico volver a esas escrituras y efectuar un ver-
trabajos unos a otros, situación que trajo múlti-
dadero trabajo de autocorrección. Una vez por
ples conflictos porque, en muchos casos, los
mes, o cuando el maestro lo considere adecua-
“correctores” también cometían errores... Por
do, propondrá a los chicos que procedan a co-
esta razón decidimos que hicieran trabajos de
rregir los trabajos marcados con la A. Como ca-
co-corrección, que consiste en lo siguiente:
da trabajo será revisado varias veces, se sugeri-
cuando los alumnos terminan de escribir deter-
rá que lo hagan cada vez con otro color y con
minados textos de manera individual, se juntan
ese color pongan la fecha de la corrección en el
en parejas y revisan entre ambos el trabajo de
margen. Así quedarán también documentados
cada uno. De este modo, el que lo hizo puede
sus avances a través de lo que ya estén en con-
escuchar la justificación de las correcciones su-
diciones de corregir. El maestro tomará la deci-
geridas por el compañero y decide si hará las
sión acerca de cuáles serán estos trabajos que él
modificaciones señaladas o no.
no corregirá pero, por lo general, suelen ser los
textos literarios, que habitualmente son muy ex- Todos los trabajos en los que intervienen
tensos. Los chicos elaboran con frecuencia otros compañeros como co-autores o correctores
cuentos larguísimos que demandan mucho se marcan con una C, que correspondería a ini-
tiempo y esfuerzo, con resultados excelentes en cialar un trabajo grupal o compartido, y no son
cuanto a su riqueza expresiva corregidos por el maestro. En-
que no siempre coincide con tonces, cuando vemos trabajos
la ortodoxia ortográfica. Si el marcados con una C sabemos
maestro corrige todos los que puede tratarse de un traba-
errores de esos textos que, en jo hecho en equipo, o bien he-
muchos casos, son borradores cho individualmente pero pos-
de otros que formarán parte teriormente trabajado con otro
de proyectos de escritura de compañero para su corrección,
textos en un contexto deter- etc. Esta C implica que el nivel
minado y con destinatarios de esa producción no es el del 11
niño y tampoco es el nivel correcto en cuanto a Veamos un ejemplo preparado especial-
un punto terminal del proceso de aprendizaje. mente para ilustrar todas las posibilidades:
Los chicos saben esto y no recurren a
esos textos posteriormente con la ex-
pectativa de encontrar adecuación or-
tográfica.
Decidimos que estos trabajos no
fueran corregidos por el maestro por
dos razones: por un lado, creemos
que no tiene mucho sentido obligar al
dueño de la carpeta o cuaderno siste-
mática y diariamente a reflexionar so-
bre errores que tal vez no hayan sido
cometidos por él; por otra parte, in-
tentamos aliviar la tarea del maestro
sin que eso influya negativamente en
el aprendizaje de sus alumnos.

¿Qué debe hacer el alumno a partir de ahí?


Textos corregidos por el maestro
Tenemos la certeza de que la corrección or-
El tercer tipo de intervención corresponde a la tográfica carece de valor si no es seguida por
corrección ortográfica a cargo del maestro, que posteriores momentos de reflexión. Por esta ra-
suele cubrir la mayor parte de los trabajos de los zón, al comenzar el año el docente les explica
cuadernos y carpetas. cómo corregirá y les pide que tracen, en la par-
Por lo general son textos informativos: re- te inferior de todas las páginas del cuaderno o
súmenes, cuestionarios a los que los alumnos carpeta, una línea dejando dos renglones libres
pueden volver para estudiar, dictados, todas las (la cantidad es variable y se decidirá de acuer-
escrituras copiadas del pizarrón incluyendo fe- do con la cantidad de errores que cometa habi-
chas, títulos, enunciados de problemas, etc. Es tualmente cada niño). Cada día, en sus casas,
muy importante que el maestro tome aquí todos los alumnos deberán revisar los trabajos corre-
los recaudos para que no se le filtre ningún error gidos por el maestro y transcribir debajo de la
sin corregir, ya que el chico sabe que esos tex- raya correctamente las palabras que hayan teni-
tos son absolutamente confiables desde la pers- do errores literales –letras subrayadas por el
pectiva de la adecuación a la convención orto- maestro– y reflexionar acerca de la razón posi-
gráfica, de modo que si le surge alguna duda él ble del error: si es un caso que responda a una
puede fijarse en esos textos con la certeza de regla que él ya conocía o no, si sabe que es un
encontrar datos fidedignos. caso particular y no recordó su escritura, etc.
Como después hay una sesión semanal de refle-
A fin de que al alumno le queden claros los xión ortográfica en clase, tienen oportunidad de
señalamientos del docente, hemos acordado una poner en común lo que pensaron sobre los erro-
manera uniforme de marcar los errores1: res. Tomamos la decisión de que transcriban
sólo los errores de ortografía literal a fin de
1) Los errores de ortografía literal se marcan de
centrar principalmente la reflexión en esa pro-
la manera más frecuente: se subraya la letra
blemática. De todos modos, el maestro utiliza
equivocada y se escribe la correcta.
los textos corregidos para hacer también refle-
2) Todos los otros errores se marcan tal como se xión y sistematización de uso de mayúsculas,
hace tradicionalmente, pero sin subrayar- acentuación, etcétera.
los: el maestro coloca las tildes omitidas y
En el ejemplo del texto de los dinosaurios,
tacha las que estén de más, escribe las ma-
el niño transcribiría a pie de página:
yúsculas que falten, separa palabras si están
unidas y las une si hubo separaciones de territorio – vivieron – clases – herbívoros –
12 más. carnívoros – bípedos – conseguían – atacaban.
En el apartado siguiente se describe la ins- dan a criterios morfológicos (en el mismo ejem-
tancia colectiva posterior de revisión y sistema- plo herbívoro, carnívoro o bípedo) y otras que
tización, que pusimos a prueba y fuimos modi- sean particulares de uso frecuente (vivir o cla -
ficando durante más de diez años llegando a un se). Luego las irán clasificando en el pizarrón
diseño simple que nos resulta de utilidad desde para que quede claro que algunas escrituras res-
la perspectiva didáctica. ponden a reglas ortográficas y otras no. Es de-
cir, en algunos casos se puede apelar a regulari-
dades para predecir la escritura de las palabras
¿Cómo sistematizamos en clase la y en otros esto no sucede. Finalmente, consig-
enseñanza de la ortografía literal? narán en los cuadernos el resultado de la siste-
matización a la que hayan arribado ese día.
Delia Lerner, en un artículo publicado por el Por ejemplo, si la docente hubiera seleccio-
diario “Clarín” del 29 de febrero de 2004, plan- nado herbívoro y carnívoro, territorio, conse -
tea que hay cuatro condiciones indispensables guir, vivir y clase, la reflexión podría ser de es-
para que los alumnos atribuyan sentido a la or- te tipo:
tografía y asuman como propio el proyecto de
aprenderla: a) plantear los problemas ortográfi-
cos en el contexto de auténticas situaciones de
escritura; b) construir regularidades para orde-
nar el (aparente) caos ortográfico; c) reconstruir
las relaciones de la ortografía con otros aspec- REFLEXIÓN ORTOGRÁFICA SEMANAL
tos de la lengua; y d) recurrir a la etimología,
que implica reconocer que la ortografía de las Palabras con reglas:
palabras tiene una historia.
Concuerdo absolutamente con estas afirma- • La terminación ABA de los verbos en pa-
ciones. Es sólo en el marco de situaciones de sado como atacaba, se escriben con B.
escritura de textos con un eventual lector –des- (O bien, a partir de 4° año: la termina-
tinatario– que la ortografía tiene sentido. Cono- ción ABA del pretérito imperfecto de los
cer el “ropaje gráfico” de las palabras –defini- verbos terminados en AR se escribe con
ción que alguna vez propuso para la ortografía B).
la investigadora francesa Claire Blanche–Ben- • La terminación ÍVORO que significa
veniste– permite que el lector lea más rápida- "que se alimenta de", se escribe con V.
mente el texto y con menor cantidad de esfuer- • Territorio se escribe con RR.
zo. En la escritura de textos que tendrán un des- • GUE y GUI deben llevar U para que no
tinatario se presentan naturalmente problemas suene como jota.
ortográficos para investigar y los momentos
privilegiados para centrarse en la ortografía
suelen ser aquellos destinados a la revisión de Palabras sin reglas para recordar:
los textos producidos.
Pero, además, consideramos que la escuela • Vivir, clase.
debe tener instancias de reflexión y sistematiza-
ción ortográficas que tengan su espacio propio.
Por esa razón, se fija un horario determinado
semanal para reflexionar con los alumnos sobre La reflexión ortográfica semanal se recua-
las correcciones de la semana. Para ello, les pe- dra para poder ubicarla fácilmente cuando se la
dirá que le dicten las palabras que hayan ido quiere comparar con las de otras semanas. Es
volcando debajo de la raya al pie de página. La interesante controlar con los chicos si en algu-
maestra seleccionará sólo diez o doce palabras nas sistematizaciones hay casos que se repiten
de las mencionadas por los niños, tomando el mucho (especialmente las cuestiones posiciona-
recaudo de incluir algunas que respondan a re- les o morfológicas no muy complejas), para que
glas posicionales (por ejemplo, en el texto ellos tomen conciencia acerca de la dificultad
transcripto sobre los dinosaurios serían la pala- que están evidenciando para recordar esa regla
bra territorio o conseguían), otras que respon- y piensen cómo solucionarlo. 13
¿Cómo evaluamos los avances? maria con los de 7°. Inclusive es muy fre-
cuente que los textos seleccionados para los
Respecto de la evaluación, estamos investigan- años inferiores sean mucho más simples que
do una alternativa diferente que incluye una si- los de los superiores, razón por la cual el he-
tuación permanente de autocontrol del desem- cho de que un niño de 4º año obtenga una ca-
peño ortográfico por parte de los niños. El per- lificación de 8 en un dictado no necesaria-
fil evaluador –calificador y des-calificador– vi- mente va a implicar un mejor desempeño que
gente en la Argentina no constituye una alterna- el evidenciado por un alumno de 7° que sea
tiva eficaz, ya que se trata de una instancia es- calificado con un 6.
trictamente cuantitativa que se rige por valores Si a esto le agregamos el hecho de que el
absolutos: descontar un punto por cada letra in- puntaje se compone también de los errores de
correcta. ortografía acentual (que está más devaluada que
Un buen instrumento para evaluar el rendi- la literal: cada tilde mal colocado vale sólo me-
miento de un sujeto debe permitir: dio punto), vemos que esa calificación es toda-
vía menos representativa de las dificultades rea-
a) Apreciar no sólo lo que el niño ignora sino les del alumno.
también lo que sabe;
Por estas razones, hace aproximadamente
b) comparar el desempeño del niño con la difi- diez años iniciamos en el Colegio Alas de El
cultad que presenta la tarea; Palomar una alternativa diferente para controlar
c) comparar los diferentes desempeños de un el desempeño ortográfico literal y acentual de
mismo niño a lo largo de la escolaridad; y los niños desde 4° año de EGB hasta el fin del
Polimodal. Esta evaluación se realiza tres veces
d) comparar los desempeños de diferentes ni- en el ciclo lectivo: al comienzo, mediados y fi-
ños. nal del año, presentando en cada oportunidad el
La calificación de 1 a 10 no cumplimenta mismo texto a todos los grupos. Los textos co-
ninguno de los cuatro requisitos: rrespondientes a los tres dictados son diferentes
pero presentan equivalente nivel de dificultad.
a) Si no sabemos cuántas posibilidades de error
presentaba el texto, no podemos evaluar qué
porcentaje de aciertos tuvo. Determinación de los errores
posibles en los textos a dictar
b) Si un niño comete tres errores es calificado
con un 7, independientemente de que la tarea En cada ocasión se determina cuál es el 100%
presente diez, quince o cincuenta posibilida- de posibilidad de error y luego se compara el
des de error. desempeño del niño con ese dato, de modo que
la evaluación refleja el rendimiento en términos
c) Si los textos que se usan en diferentes dicta-
relativos a la dificultad de la prueba. Esto nos
dos presentan distinto nivel de dificultad, las
permite, asimismo, comparar el desempeño de
calificaciones de un niño no pueden ser com-
un mismo niño a lo largo del año y de toda su
paradas en diferentes momentos del año o en
escolaridad, como así también, el de diferentes
años sucesivos.
grupos de la misma escuela. Actualmente esta-
e) Muy vinculado con lo anterior, la institución mos realizando esta experiencia en diferentes
escolar tampoco puede comparar el desem- instituciones a fin de poder comparar los datos
peño ortográfico de niños de 4° año de pri- de distintas poblaciones.

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14
Cuando decidí plantear una alternativa que Pautas para la evaluación de los dictados
permitiera saber no sólo cuánto ignora sino
también cuánto sabe un niño que comete erro- El docente elabora un cuadro con los datos co-
res en un dictado, se me presentó el problema rrespondientes a todos los alumnos, en el que se
de determinar cuáles serían las letras escogidas consigna el desempeño correspondiente a los
para integrar el 100% de errores posibles en el tres dictados anuales.
texto a dictar, porque no se trata de una cuestión
de ciencia exacta. Con la colaboración de do-
centes y especialmente de Adriana Gallo, direc- Aspecto cuantitativo literal
tora y maestra de la Escuela Nuestro Lugar
–quien comenzó este año a utilizar esta alterna- Queda consignado en el casillero del cuadro a
tiva evaluativa en su institución–, tomamos través de un círculo pintado de determinado co-
ciertas decisiones que seguramente son arbitra- lor que refleja el porcentaje de errores. Los co-
rias pero resultan útiles y aplicables a diferentes lores propuestos son los siguientes:
textos con cierta objetividad.
◆ El 100% de posibilidad de error incluye to- Ningún error (blanco)
das las restricciones no directas – posiciona-
les, morfológicas y particulares– que presen-
ten las palabras del texto, exceptuando la Hasta 2% (blanco cruzado)
conjunción ‘y’, la ‘r’ inicial y las ‘s’ de los
plurales.
Hasta 5% (verde)
◆ Computamos una sola vez los errores posi-
bles de una palabra cuando aparece repetida.
Hasta 10% (verde cruzado)
◆ Si aparecen palabras que pertenecen a la mis-
ma familia, se computa una sola vez la posi-
bilidad de error de la parte compartida (raíz), Hasta 20% (amarillo)
pero se cuentan en cada caso los errores po-
sibles de las partes variables (morfemas deri- Hasta 30% (amarillo cruzado)
vacionales y flexionales).

Hasta 50% (rojo)


Pautas para la toma
de los dictados en clase Más de 50% (azul)

1. El maestro lee en voz alta el texto a ser dic-


tado y va trabajando con los alumnos su
significado, resolviendo conjuntamente los
problemas de comprensión del vocabulario. Aspectos ortográficos no literales
y caligráficos
2. El maestro dicta lentamente en función del
ritmo del grupo, con entonación normal, sin En el casillero correspondiente, al lado del círcu-
hacer silencios entre palabras, especifican- lo con el color, se especifican cuestiones vincu-
do los signos de puntuación. ladas con dificultades en la caligrafía si el traza-
do de las letras dificulta la lectura, uso de ma-
3. Si los textos son breves, se dictan en un so- yúsculas, separación entre palabras y separa-
lo día. Si son muy largos, se dictan en dos ción de palabras al final del renglón. Los erro-
días consecutivos en el segundo ciclo. El res posicionales tienen un doble registro: for-
profesor verá si eso es necesario en el tercer man parte del porcentaje del ítem anterior y,
ciclo. La intención es que el cansancio no además, se explicitan en la parte blanca del ca-
interfiera en el rendimiento. sillero para que el alumno los tome en conside-

15
ración como un conocimiento que debe estar
adquirido de 4° año en adelante. Ejemplo:

MARZO JULIO NOVIEMBRE

Juan García RR, GUE.


Mayúsculas.
Caligrafía.

Sabrina Castillo Separación


al final del
renglón.

Este cuadro indica que Juan García cometió máticos en ese sentido (por ejemplo: fuerón, vi -
entre 10 y 20% de errores en ortografía literal, nierón, etcétera).
que no domina cuestiones posicionales como
Decidimos hacer dos cuadros separados pa-
RR y GUE, que tiene errores en el uso de ma-
ra que al niño le quede claro cuáles son los as-
yúsculas y que debe mejorar su caligrafía. En lo
pectos ortográficos en los que debe centrar su
que se refiere a Sabrina Castillo, cometió entre
atención. Hay alumnos que no tienen problemas
un 2 y un 5% de errores en el uso de las letras y
en ortografía literal pero no otorgan la misma
no respetó la normativa de separación de pala-
significación al uso de tildes y es importante que
bras al final del renglón.
consideren también este aspecto de la escritura.
Es interesante remarcar que la lectura de es-
Cada alumno tiene en su cuaderno o carpe-
te cuadro también nos permite apreciar los
ta sus cuadros individuales de ortografía literal
aciertos: Juan respetó el 80% y Sabrina el 95%
y acentual de los tres dictados tomados durante
de las convenciones que se refieren al uso de las
el año a fin de que pueda acceder de manera
letras correctas de las palabras.
gráfica e inmediata a una situación de autocono-
cimiento y autocontrol permanente. De esta ma-
nera los niños tienen más claro qué es lo que ya
Aspectos ortográficos acentuales dominan y sobre qué cuestiones deben trabajar
Aunque este tema no está incluido en este artí- de manera más pormenorizada. Veamos como
culo, quiero anticipar de manera sintética que el ejemplo el cuadro individual de ortografía lite-
docente arma un cuadro separado para consig- ral de Juan García:
nar el uso de tildes. En este caso, el 100% de
errores posible se determina en función de las
tildes existentes en el texto. El porcentaje de
error se define en función de las omisiones y se
MARZO RR, GUE.
consigna con círculos de los mismos colores
Mayúsculas. Caligrafía.
usados en el cuadro de ortografía literal (sólo
determinamos el 10%, que coloreamos con ver-
JULIO
de, el 30% con amarillo, el 50% con rojo y más
del 50% con azul, porque el total es mucho me-
nor que en el caso de la ortografía literal). En la
NOVIEMBRE
parte blanca del casillero se consigna si apare-
16 cen tildes de más y si se observan errores siste-
Los alumnos comparten con el docente la Para terminar estos comentarios, quisiera
expectativa de un proceso que apunta a la dis- dar la palabra a Adriana Gallo, la colega que de-
minución de la cantidad de errores (determina- cidió replicar este año en su escuela las secuen-
da por el color) y a la desaparición de anotacio- cias de reflexión y evaluación ortográfica ini-
nes en el casillero. ciadas, puestas a prueba y sistematizadas en el
Colegio Alas de El Palomar. Le pedí que sinte-
tizara lo esencial de su experiencia y ésta fue su
Comentarios finales apreciación:

Llegados a este punto, debo confesar que me ha “La experiencia nos permitió ocuparnos más
costado escribir este artículo: no es fácil poner sistemáticamente de la enseñanza de la ortogra-
en negro sobre blanco lo que es fácil explicar fía. Con los maestros se realizaron varias reunio-
personalmente. La escritura no permite repre- nes para: acordar cómo acompañar a los niños en
guntar... sus reflexiones ortográficas, conversar sobre el
abordaje específico del espacio de reflexión sema-
Hace mucho tiempo que estoy desarrollan- nal, analizar errores sistemáticos que se fueron
do esta experiencia, compartiéndola y mejorán- detectando. También se compartió con las fami-
dola con maestros y directores. Muchos de ellos lias cómo se abordaría la enseñanza de la orto-
habrán identificado en estas páginas el conteni- grafía y de qué maneras podrían ayudar en casa.
do de instructivos caseros que fuimos elaboran- Si bien se trata de una experiencia en curso
do y que circularon en múltiples fotocopias. podemos adelantar que:
Quiero aclarar que las tres evaluaciones • Se registra en los niños un mayor compromiso
mencionadas no son las únicas que el docente e interés por mejorar su desempeño ortográfico.
realiza. Cada maestro procede a dictar otros tex- • Se han logrado resultados interesantes espe-
tos –que no son corregidos de esta manera– a fin cialmente con relación a acentuación. Los
de ir monitoreando con mayor frecuencia el de- alumnos refieren que la organización de clases
sempeño ortográfico de sus alumnos y orientar para hacer foco sobre el tema y el revisar más
su tarea. Por otra parte, en el colegio Alas de Pa- sistemáticamente carpetas y cuadernos de to-
das las áreas, ayudó a este crecimiento.
lomar se respeta la modalidad vigente de califi-
cación en todas las áreas, incluida Lengua. Las • La ortografía dejó de ser patrimonio exclusivo
evaluaciones descriptas constituyen un docu- del maestro de lengua. Los intercambios entre
mento interno de la escuela que permite a do- maestros de distintas materias sobre problemas
ortográficos que iban detectando en los cursos
centes, padres y alumnos una visión más clara ayudaron a ajustar intervenciones.
de algunas cuestiones ortográficas.
• El cuadro síntesis donde se volcaron los resul-
El porcentaje de las restricciones particula- tados de los dos primeros dictados tomados
res dentro del total posible de errores que pode- hasta ahora resultó un buen instrumento. Per-
mos cometer en ortografía literal nos conduce a mitió a los grupos autoevaluar su desempeño, a
reflexionar sobre la enseñanza de las reglas. No los docentes orientar su intervención y a los di-
cabe duda acerca de que los niños deben cono- rectores tener un panorama general de lo que
fue sucediendo en los diferentes grados. Vimos
cer las reglas ortográficas vinculadas con las a los niños consultar el cuadro más allá de sus
restricciones posicionales y morfológicas, so- horas de clase y compartir información con ni-
bre todo aquellas que no tengan excepciones o ños de otros grados durante algún recreo. Pau-
éstas sean pocas, pero es igualmente cierto que la, alumna de séptimo grado, expresó: ‘El cua -
ese conocimiento –aun el de todas las reglas or- dro ayuda, conocer el porcentaje de error me ayu -
tográficas– sólo garantiza la adecuación de me- da a querer superame. Cuando leía un bien en
nos del 50% de los casos en que podemos fallar. un dictado, sabía que había mucho por hacer pe -
ro quedaba ahí. Ahora puedo saber más precisa -
Entonces queda claro que no alcanza con mente si voy superando problemas con lo acentual
enseñar las reglas: se trata de resignificar la or- o lo literal y pongo más ganas. Nos encanta ver
tografía para que nuestros alumnos comprendan que al trabajar vamos logrando mejores colores.
que es un dato que ayuda al lector a compren- Me parece que en general estamos bastante más
atentos que antes a lo ortográfico’. Muchos de
der más rápidamente el mensaje y que valoriza sus compañeros compartieron su comentario.”
nuestro texto. 17
Mi propósito al escribir este artículo fue Gomes de Morais, A. (2004) “La ortografía en la es-
compartir con otros docentes nuestro intento de cuela: representaciones del aprendiz y acción di-
unificar la corrección, sistematizar la reflexión dáctica.” En Textos en Contexto Nº 4: La escue-
ortográfica y acercarnos a una posibilidad de la y la formación de lectores y escritores. Bue-
hacer observables los aciertos y dificultades de nos Aires: Lectura y Vida/Asociación Internacio-
nal de Lectura, p. 35-58, 1ª reimpresión.
nuestros alumnos en este dominio que sea útil
para los mismos niños, sus maestros y las auto- Kaufman A.M. (1987) “No es bueno que una letra
ridades de las escuelas. esté sola. Notas de una investigación sobre orto-
grafía.” Lectura y Vida, año 8, nº 1, p. 4-14.
Considero que la alternativa de evaluación Kaufman A.M. (1998) “¿Es posible enseñar ortogra-
que estamos construyendo no está exenta de fía desde una perspectiva constructivista?” En
cierta complejidad, pero creo puede contribuir a Alfabetización temprana... ¿y después? Bue-
mejorar lo que existe actualmente en nuestras nos Aires: Santillana, p. 157-174.
escuelas. El camino a transitar seguramente se- Lemle, M. (1987) Guía teórica do alfabetizador.
rá largo y trabajoso: acepto con gusto compañía San Pablo: Atica.
y sugerencias para mejorar mi propuesta.
Lerner, D. y Equipo de Prácticas del Lenguaje
(2004) Diseño Curricular para la Escuela Pri-
maria, Primer Ciclo EGB. Dirección de Currícu-
la, Dirección de Planeamiento de la Secretaría de
Educación, Gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, p. 359-437.
Nota
Lerner, D. y Equipo de Prácticas del Lenguaje
1. Hemos descartado las alternativas de que el (1999) “Quehaceres del escritor y adquisición del
maestro sólo haga una marca y sea el niño quien conocimiento ortográfico.” En Pre Diseño Cu-
corrige porque no han demostrado ser funciona- rricular para la Escuela Primaria, Segundo Ci-
les. Cuando el problema es caligráfico, el maes- clo EGB. Dirección de Currícula, Dirección de
tro hace un círculo alrededor de la palabra, para Planeamiento de la Secretaría de Educación, Go-
que el alumno sepa que allí el problema no es or- bierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
tográfico y que tiene que aprender a trazar bien p. 648-668.
las letras. En hojas aparte, al final del cuaderno
(o de la carpeta a partir de 4° año) el alumno Lerner, D.; M. Torres e H. Weitzman de Levy (2004)
practica las palabras cuya escritura sea ambigua “Revisión de las restricciones básicas del sistema
o no legible. de escritura y de las reglas fonográficas contex-
tuales. Uso de mayúsculas en los sustantivos pro-
pios.” Prácticas del Lenguaje. Material para el
docente. Grado de Aceleración 4º/5º. Primer bi-
mestre. “Proyecto de conformación de grados de
Notas bibliográficas aceleración”, Dirección de Planeamiento, Secre-
Coulmas, F. (1996) “Superación de la diglosia: el taría de Educación, Gobierno de la Ciudad Autó-
acercamiento del japonés escrito y hablado en el noma de Buenos Aires, p. 19-24.
siglo XIX.” En Nina Catach (comp.) Hacia una Lerner, D.; M. Torres e H. Weitzman de Levy (2004)
teoría de la lengua escrita. Barcelona: Gedisa, “Ortografía de las formas del pretérito imperfecto
p. 241-256. de modo Indicativo.” Prácticas del Lenguaje.
Material para el docente. Grado de Aceleración
Ferreiro, E. (1990) “El desarrollo de la alfabetiza-
4º/5º. Segundo bimestre. “Proyecto de conforma-
ción. Psicogénesis.” En Y. Goodman (comp.) Los
ción de grados de aceleración”, Dirección de Pla-
niños construyen su lecto-escritura. Buenos Ai-
neamiento, Secretaría de Educación, Gobierno de
res: Aique, p. 21-35.
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, p. 30-31.
Gomes de Morais, A. (1994) “Representaciones in-
Lerner, D.; M. Torres; H. Weitzman de Levy y S.
fantiles sobre la ortografía del portugués.” Tesis
Lobello (2004) “Parentescos lexicales.” Prácti-
doctoral dirigida por Ana Teberosky, Universidad
cas del Lenguaje. Material para el docente.
de Barcelona, España.
Grado de Aceleración 4º/5º. Tercer bimestre.
Gomes de Morais, A. (1995) “Escribir como se de- “Proyecto de conformación de grados de acelera-
be.” En Ana Teberosky y Liliana Tolchinsky. ción”, Dirección de Planeamiento, Secretaría de
Más allá de la alfabetización. Buenos Aires: Educación, Gobierno de la Autónoma Ciudad de
18 Santillana, p. 67-92. Buenos Aires, p. 41-42.
Lerner, D.; M. Torres; H. Weitzman de Levy y S. Matteoda, M.C. (2004) “La cuestión del aprendiza-
Lobello (2004) “Mayúsculas. Ortografía literal.” je en el dominio ortográfico.” En A. Vázquez y
Prácticas del Lenguaje. Material para el do- M.C. Matteoda, Escribir en la escuela. Córdoba,
cente. Grado de Aceleración 4º/5º. Cuarto bi- Argentina: Fundación de la Universidad Nacio-
mestre. “Proyecto de conformación de grados de nal de Río Cuarto, p. 189-221.
aceleración”, Dirección de Planeamiento, Secre-
Matteoda, M.C. (2005) “Aprender ortografía: nue-
taría de Educación, Gobierno de la Ciudad Autó-
vas respuestas a una viejo problema.” En Textos
noma de Buenos Aires, p. 31-37.
en Contexto Nº 4: La escuela y la formación de
Lerner, D.; M. Torres; H. Weitzman de Levy y S. lectores y escritores. Buenos Aires: Lectura y
Lobello (2004) “Fichas de ortografía.” Prácticas Vida/Asociación Internacional de Lectura, p. 59-
del Lenguaje. Material para el docente. Grado 84, 1ª reimpresión.
de Aceleración 4º/5º. “Proyecto de conforma-
Ribeiro Moreira, N. y C. Pontecorvo (1996) “Cha-
ción de grados de aceleración”, Dirección de Pla-
peuzinho/Capuccetto: variaciones gráficas y nor-
neamiento, Secretaría de Educación, Gobierno de
ma ortográfica.” En E. Ferreiro, C. Pontecorvo,
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
N. Ribeiro Moreira e I. García Hidalgo. Caperu-
Lerner, D.; M. Torres; H. Weitzman de Levy y S. cita Roja aprende a escribir. Barcelona: Gedi-
Lobello (2004) “Revisión colectiva de escrituras sa, p. 89-125.
realizadas por otros alumnos de 6º grado.” Prác-
Tolchinsky, L. (2001) Escribir y leer a través del
ticas del Lenguaje. Material para el docente.
currículum. Barcelona: ICE-HORSORI.
Grado de Aceleración 6º/7º. Primer bimestre.
“Proyecto de conformación de grados de acelera- Vaca, J. (1996) “Conocimiento ortográfico y proce-
ción”, Dirección de Planeamiento, Secretaría de samiento de textos.” Lectura y Vida, año 17, n°
Educación, Gobierno de la Ciudad Autónoma de 3, p. 23-32.
Buenos Aires, p. 56-61.
Vernon, S. (1986) “El proceso de la construcción de
Lerner, D.; M. Torres; H. Weitzman de Levy y S. la correspondencia sonora en la escritura.” Tesis
Lobello (2004) “Uso del diccionario.” Prácticas de Maestría dirigida por Emilia Ferreiro, CIN-
del Lenguaje. Material para el docente. Grado VESTAV, México.
de Aceleración 6º/7º. Tercer bimestre. “Proyecto
de conformación de grados de aceleración”, Di-
rección de Planeamiento, Secretaría de Educa-
ción, Gobierno de la Ciudad Autónoma de Bue-
nos Aires, p. 35-37.

19
ANEXO
PRIMER DICTADO DE 2005

LA RISA EN EL CINE

Hacer reír a alguien es fácil; di vertir a cien personas exige mayor


destreza y habilidad, tanto como sentido del humor; pero conseguir que
millones de personas se rían en los cines de todo el mundo está reserva-
do a los genios de la comicidad.
El humor en la pantalla es especialmente difícil, porque los cómicos
no pueden cambiar los “gags” (rápidas escenas humorísticas) para com-
placer al público, como hacen en un teatro o en un club. Chaplin fue in-
dudablemente la estrella favorita del cine mudo. Los espectadores dis-
frutaban una y otra vez la exhibición de sus films inolvidables. En esa
época las películas eran breves comedias burlescas y los efectos de risa
consistían en bofetadas, trompadas, golpes y caídas aparatosas.
La llegada del cine sonoro permitió a los comediantes entretener a
los espectadores con bromas y chistes que habían ensayado durante
años en los escenarios. Laurel y Hardy, el gordo y el flaco, trabajaron
juntos muchos años y constituyeron una brillante pareja de cómicos.
Muchos grandes romances tuvieron finales trágicos y varias heroí-
nas terminaban muriendo felices en brazos de su amado. En cambio, los
musicales complacían a todos y el público regresaba a sus hogares sil-
bando las canciones.

(Se escriben en el pizarrón las siguientes Subrayamos con línea fina las palabras que
palabras: films, gags, Laurel y Hardy.) corresponden a repeticiones a fin de ayudar al
docente a ubicar casos en que el alumno puede
fallar aunque no lo haya hecho en la aparición
100% de errores: 102 inicial de la palabra, en la que las posibilidades
de error están marcadas con negrita y subrayado.
Hasta 2%: 1 y 2 errores
Hasta 5%: Entre 3 y 5 errores
Hasta 10%: Entre 6 y 10 errores Este artículo fue presentado para su publicación en
julio de 2005 a solicitud de la Directora de la revista.
Hasta 20%: Entre 11 y 20 errores
Hasta 30%: Entre 21 y 31 errores
Hasta 50%: Entre 32 y 51 errores Quiero incluir un agradecimiento muy es-
pecial para la Directora del Colegio Alas,
Más del 50: 52 errores o más. de El Palomar, Ana Pecorari de Artigue,
quien desde tantos años está poniendo to-
do su esfuerzo para mejorar la calidad de
la educación en el país.
20
N O V E D A D
CD- Rom

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PEDIDOS A:
Asociación Internacional de Lectura
Lavalle 2116, 8 o B
C1051ABH Buenos Aires, Argentina
Telefax: 4953-3211
Fax: (54-11) 4951-7508
E-mail: lecturayvida@ira.org.ar
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