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REGENERATIVA Y ANTIENVEJECIMIENTO
TEMA 2
ASPECTOS
PSICOLÓGICOS Y
PSIQUIÁTRICOS EN
MEDICINA ESTÉTICA.
TRASTORNOS DE LA
CONDUCTA
ALIMENTARIA. PROFA. MARÍA INÉS LÓPEZ-IBOR
TEMA 2
ASPECTOS PSICOLÓGICOS Y
PSIQUIÁTRICOS DE LOS PACIENTES QUE
ACUDEN A UNA CONSULTA DE MEDICINA
ESTÉTICA.
RESUMEN
Ya en 1903 Pierre Janet discípulo de Sigmund Freud decía “Cómo percibimos y experimentamos
nuestros cuerpos se relaciona significativamente a cómo nos percibimos a nosotros mismos”. Nuestra
experiencia corporal varía a lo largo de la vida en función de las propias experiencias, influye en nuestro
comportamiento, el procesamiento de información, la forma de percibir el mundo está influencia por la
forma en que sentimos y pensamos sobre nuestro cuerpo. La vivencia corporal o corporalidad nos va
a permitir identificar los aspectos psicológicos de muchos pacientes que acuden a consultas de
medicina estética, algunos de ellos no quieren mejorar su aspecto, porque lo que tiene alterado es
cómo se experimentan a ellos mismos, es decir su propia corporalidad o su vivencia corporal.
Existen patologías en las que fundamentalmente está alterada su vivencia corporal. Son patologías
frecuentes, una de ellas es la dismorfofobia que es un trastorno clasificado como con trastorno obsesivo-
compulsivo, hay una preocupación con un defecto imaginado del aspecto propio que causa un
malestar o una discapacidad social, ocupacional o en otras áreas del funcionamiento personal
clínicamente significativos. Y también se altera en los trastornos del comportamiento alimentario en
especial en la anorexia que es un trastorno mental grave que se caracteriza sobre todo por la negativa
a mantener un peso mínimo normal que conduce a una malnutrición progresiva. Presentan además una
distorsión de la imagen corporal acompañada de un miedo intenso a ganar peso. La percepción del
cuerpo o del esquema corporal está alterado, esta distorsión les hace acudir o recurrir a tratamientos o
a especialistas para corregir ese “supuesto defecto”, como el problema no es estético, sino que es una
alteración de su imagen corporal, no se quedan satisfechos con el resultado de los tratamientos. siendo
importante que otros especialistas detecten estos trastornos a tiempo para poderles poner tratamiento
adecuado, porque el problema no está en su aspecto, está en su mente.
OBJETIVOS
Los objetivos de estos contenidos de estudio son enseñar a detectar precozmente aquellos aspectos
psicológicos disfuncionales o alteraciones psicopatológicas de las personas que acuden a una consulta
de medicina estética.
Conocer los aspectos más relevantes de dos de los trastornos mentales frecuentes que tienen alterada
su vivencia corporal, como son la dismorfofobia y la anorexia nerviosa.
Identificar si en el momento que acuden a la consulta presenta síntomas que puedan afectarle a su
pronóstico y a los resultados esperados.
DESARROLLO
1. Introducción
El estudio del cuerpo humano es el eje de la medicina. Existen dos perspectivas sobre el
cuerpo humano en medicina: el cuerpo como objeto y el cuerpo como sujeto. La primera
trata del cuerpo de la anatomía y fisiología y en él interesa investigar síntomas y signos,
recuperar estructuras y funciones.
La segunda se interesa por la experiencia del propio cuerpo, unas veces porque está afectada
la representación global del cuerpo, como sucede en algunas enfermedades del sistema
nervioso central, otras porque hay una alteración de la experiencia del cuerpo viviente en el
mundo. A esta última llamamos corporalidad, es importante entender esto porque es lo que
os va a permitir identificar los aspectos psicológicos de muchos pacientes que acuden a
consultas de medicina estética, algunos de ellos no quieren mejorar su aspecto, porque lo
que tiene alterado es cómo se experimentan a ellos mismos, es decir su propia corporalidad
o su vivencia corporal.
La vivencia del cuerpo se cambia, se altera, a veces de manera angustiosa en la enfermedad,
que es cuando notamos que tenemos un órgano o una función alterada y a eso le damos un
significado.
En el estado de salud apenas si notamos que tenemos un cuerpo. Él nos lleva, nos trae, nos
acerca o aleja a lo que queremos. En una vida organizada es posible no tener que sentir
hambre, ni sed ni sueño, ya que la regularidad de unos hábitos tranquiliza esas sensaciones
elementales e indispensables para la supervivencia. En un estado normal la vivencia del
cuerpo es silenciosa (López Ibor), tenemos de él una conciencia periférica (Lhermitte).
Eso sí, si le pedimos más de lo puede dar de sí, como al correr detrás de un autobús, o al
someterle a cualquier otro tipo de abuso, nos daremos cuenta de que tenemos unos
pulmones que jadean, un corazón que late acelerado. Al enfermar, de pronto el cuerpo
aparece en la conciencia, duele, se nota, existe, no puede, ha envejecido, se ha roto, muestra
sus entrañas. Nos damos cuenta de que somos ante todo un cuerpo frágil y perecedero.
Aquellos síntomas que afectan a una función considerada como vital son vividos como más
alarmantes, así por ejemplo cuando se experimentan dificultades respiratorias por primera
vez se acude inmediatamente al médico, pero si por el contrario aparece un dolor muscular,
muchos prefieren esperar a ver si se resuelve de manera espontánea.
Muchas enfermedades son debilitantes y pueden asociarse a sentimientos de inferioridad,
así, hay personas que viven la enfermedad como humillante, con vergüenza por tener que
depender de otros. También influyen los prejuicios sociales, pacientes que padecen
tuberculosis o ciertas enfermedades mentales tratan de ocultar su enfermedad por temor al
qué dirán.
Psicopatología de la corporalidad
En el trastorno dismórfico corporal hay una preocupación con un defecto imaginado del
aspecto propio que causa un malestar o una discapacidad social, ocupacional o en otras áreas
del funcionamiento personal clínicamente significativos. Son un grupo de enfermos que
sufren enormemente porque les resulta insoportable el carácter revelador que tiene su
cuerpo.
Se trata de un trastorno de la identidad, en el cual lo característico es el temor a rasgos
inaceptables con el grupo social con el que cada uno de nosotros se identifica.
Tradicionalmente se conoce como complejo de Thersites, en referencia al personaje de la
Ilíada descrito a la vez como deforme e innoble: … sabía muchas palabras groseras para
disputar temerariamente, no de un modo decoroso, con los reyes; y lo que a él le pareciera,
hacerlo ridículo para los argivos. Fue el hombre más feo que llegó a Troya, pues era bizco y
cojo de un pie; sus hombros corcovados se contraían sobre el pecho, y tenía la cabeza
puntiaguda y cubierta por rala cabellera. Aborrecíanle de un modo especial Aquiles y Ulises
a quienes zahería; y entonces, dando estridentes voces, insultaba al divino Agamenón.
Aunque Los trastornos del comportamiento alimentario (TCA) son trastornos mentales
frecuente y, complejos. Desde la introducción del DSM-V en el año 2013 la prevalencia de
los TCA se ha modificado. Ha aumentado la prevalencia en el grupo clasificado como
Anorexia Nerviosa (AN), pasando de un 0.7% de a un 2.2-3.6% de la población general,
también ha aumentado la prevalencia de la Bulimia Nerviosa (BN) que afectaría a 1-3,2%;
estos datos son parecidos en todos los países desarrollados y está aumentando en los países
en vías de desarrollo, como China y Brasil.
Existen estudios recientes que demuestran que tras la pandemia de COVID-19 han
aumentado los trastornos del comportamiento alimentario , en especial en adolescentes y
adultos jóvenes en países desarrollados. Tradicionalmente se ha dicho que afectaba a un
hombre por cada diez mujeres, aunque ahora se sabe que no es cierto, habiendo aumentado
en varones y en personas transgénero. Se sabe que determinadas enfermedades que afectan
a la imagen corporal (diabetes, fibrosis quística, obesidad, etc.) y algunos trastornos mentales
(trastornos de ansiedad y depresión) predisponen a los TCA
Tema 2 Aspectos psicológicos y psiquiátricos en una consulta de Medicina Estética 8
Módulo 1 Introducción y generalidades en la práctica de la Medicina Estética- Seguridad del paciente
Las pacientes con BN explican que necesitan comer de manera urgente y además presentan
una sensación de pérdida de control sobre lo que comen, mientras que las que padecen AN
no tienen sensación de hambre, restringen su ingesta de manera extrema. En ambos casos
las pacientes no quieren aumentar de peso y prefieren estar delegadas. Las diferencias a nivel
neuronal de estos trastornos podrían estar relacionadas con la activación en regiones
prefrontal-cortico-estriatal-ínsula.
Las pacientes con anorexia presentan muchos síntomas y todos muy relacionados con las
consecuencias de la malnutrición. En los años 40 tras la Segunda Guerra Mundial se hizo un
estudio conocido como la Experiencia de Minessotta, en la que 36 voluntarios, durante seis
meses, realizaron una dieta de semi-inanición, se observó que la malnutrición tuvo en ellos
consecuencias físicas, pero también psicológicas que son los mismos síntomas que presentan
los pacientes con anorexia, o con un trastorno del comportamiento alimentario.
• Consecuencias físicas:
§ Alteraciones del sueño
§ Labilidad gastrointestinal
§ Hipersensibilidad a la luz y al ruido
§ Edemas
§ Hipotermia
§ Parestesias
§ Disminución, excitación del interés sexual
• Consecuencias cognitivas:
§ Disminución de la concentración
§ Evaluaciones pobres de la realidad
§ Apatía
§ Dificultas en la toma de decisiones
§ Consumo de chicles
§ Atracones
Actualmente las clasificaciones internacionales de las enfardados mentales fijan unos criterios
diagnósticos.
Los criterios diagnósticos según el DSM-V (2013) son:
4.Conclusiones
BIBLIOGRAFÍA
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