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INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL, 1993, VOL 2, Nº 4. http://www.copmadrid.org/webcopm/publicaciones/social/1993/vol1/arti6.

htm

ESPACIO ABIERTO

Redes sociales: Un concepto con importantes implicaciones en la


intervención comunitaria

Social nets: A concept with important implications in the


communitary intervention
Cristina VILLALBA QUESADA

Psicóloga y Trabajadora Social.

RESUMEN

PALABRAS CLAVE

SUMMARY

KEY WORDS

1. REFLEXIONES SOBRE LA SITUACION DE PARTIDA

2. SOBRE EL ORIGEN DEL CONCEPTO DE RED SOCIAL

3. LA FUNCION DE APOYO EN LAS REDES SOCIALES

4. REDES SOCIALES. CONCEPTOS Y CARACTERISTICAS

5. LAS REDES SOCIALES EN EL MODELO ECOLOGICO DE DESARROLLO


HUMANO

6. LAS REDES SOCIALES EN LA INTERVENCIÓN COMUNITARIA

7. ANALISIS DE REDES SOCIALES

8. REDES SOCIALES Y SISTEMAS DE AYUDA

9. ESTRATEGIAS DE INTERVENCION COMUNITARIA BASADA EN REDES


SOCIALES

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CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFIA

RESUMEN

Los profesionales de los Servicios Sociales deberíamos contar con más frecuencia con los sistemas de ayuda
natural de las personas y grupos con los que trabajamos. La literatura sobre apoyo social fundamenta la
importancia de los sistemas de ayuda natural de las personas en la prevención, manejo y recuperación de las
crisis y recomienda intervenciones que fortalezcan o complementen dichos sistemas. El concepto de red
social se considera un concepto clave en una nueva perspectiva de trabajo que incorpore el conjunto de
relaciones sociales de las personas, desde las que se puedan valorar los sistemas de ayuda natural de éstas.
Los modelos ecosistémicos se consideran el marco teórico integrador del concepto de red social, al que
añade la dimensión contextual. El análisis del funcionamiento de las redes sociales y de su función de apoyo
ofrece las bases para el trabajo individual, familiar, grupal o comunitario, al que llamaremos "estrategias de
intervención comunitaria basadas en redes sociales"

PALABRAS CLAVE

Servicios Sociales. Intervención comunitaria. Sistemas de ayuda natural, Redes sociales. Modelos
ecosistémicos. Estrategias de intervención.

SUMMARY

As human services's professionals, we should often think about the natural helping system of our clients. The
social support Literature review emphasizes the role of the natural helping systems to prevent crisis and to be
recuperated from them and recomendes social interventions which give strength and complement to the
natural helping system. The social network concept is reported as a key concept in a new approach where the
social relations can be incorporated, and from which, we can analyze the individual's support sources. The
ecosystemic models are considerate the theoretic frame where social network concept can be defined. The
social network analysis and the support assessment process gives us directions to work with individuals,
families, groups and communities through what we call "interventions strategies based in social networks".

KEY WORDS

Human services. Community intervention. Natural helping systems. Social networks. Ecosystemic model.
Intervention strategies.

1. REFLEXIONES SOBRE LA SITUACION DE PARTIDA

Los procesos de implantación del sistema público de Servicios Sociales y de las reformas sanitarias y
psiquiátricas se están basando, entre otros, en los principios de prevención, normalización, integración social,
igualdad de oportunidades, desinstitucionalización, reinserción social y atención en la comunidad. Estos
principios, expuestos en la legislación relativa a Servicios Sociales, Sanidad y reforma psiquiátrica de las
distintas estructuras del Estado español, han devuelto a las personas, familias y comunidad un lugar

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importante en los procesos de prevención, manejo y recuperación de las situaciones de crisis relacionadas con
la enfermedad o con la marginación psicosocial. Se cuenta con las personas y sus familias como principales
recursos naturales para la continuación de la atención profesional y con programas que los complementen o
sustituyan en situaciones extremas o críticas (atención domiciliaria, acogimientos adopciones, programas
residenciales... . Paralelamente a la implantación de servicios y programas sanitarios y sociales que
garanticen una cobertura mínima a las personas y grupos en situaciones de dificultad, se ha ido potenciando
desde los poderes públicos la iniciativa social en forma de ayudas a organizaciones no gubernamentales,
voluntariado, grupos de ayuda mutua.. como sistema complementario de ayuda a las situaciones de
necesidad, cada vez más reconocido y con un importante crecimiento en los últimos años.

Podemos reflexionar, sin embargo, que seguimos trabajando, en general, desde un modelo asistencialista y
disgregado que nos está impidiendo desplegar las potencialidades que podrían desarrollarse tanto desde los
equipos profesionales como desde los recursos naturales de las personas, familias y comunidades. También
podemos estar ignorando que las respuestas a las necesidades humanas de reconocimiento, validación y
valoración personal, ser objeto de preocupación y cuidados de otros, pueden y deben ser potenciadas desde
los Servicios Sociales.

Solís (1990) resalta la tendencia a la atención de situaciones carenciales de los programas y proyectos que se
están desarrollando desde Servicios Sociales y a la dependencia que se puede estar generando de los usuarios
en relación a los servicios. El modelo asistencialista o tradicional que podemos estar reproduciendo, a pesar
de las reformas y de las coherencias en las directrices de las mismas, se caracteriza por:

a) Trabajar sobre los síntomas, las carencias o los problemas de las personas, colocando a éstas en un lugar
pasivo consigo mismas.

b) Considerar a los profesionales como los principales reparadores de las carencias o problemas de los
usuarios a través de la utilización de recursos propios o externos.

e) Generar usuarios habituales de los Servicios Sociales y fomentar la imagen de su condición de necesitados.

d) Trabajar sin prevenir situaciones problemáticas que pudieran ser resueltas por los clientes e intervenir poco
sobre las capacidades y procesos de autonomía de las personas. Debido a las dificultades de coordinación, a
veces existen personas y familias usuarias de los Servicios Sociales o sanitarios que son atendidas por varios
equipos a la vez y no tienen un profesional o equipo de referencia en ninguno de los sistemas. El profesional
o el equipo de referencia de una persona o familia usuaria de los Servicios Sociales sería un punto de partida
fundamental para poder trabajar desde otra perspectiva.

Durante los últimos años, en España, algunos profesionales de la intervención social como Calero (1987),
Ripoll (1988), Barjau (1988), Gusart (1990), han puesto de manifiesto la importancia de los modelos
sistémicos y ecológicos en la intervención familiar y comunitaria. Por otra parte, algunas reflexiones recientes
sobre los procesos comunitarios y las funciones de los psicólogos en la comunidad (ver Rueda, 1989, 1992),
han aportado más elementos de análisis en la búsqueda de un modelo coherente de abordaje de la comunidad
como lugar y objeto de trabajo. En este contexto, el concepto de red social puede ser clave en una nueva
perspectiva de la intervención comunitaria.

2. SOBRE EL ORIGEN DEL CONCEPTO DE RED SOCIAL

La idea de considerar una red de relaciones como objeto de análisis se empezó a implantar en la década de los
70 y se consolidó en la década de los 80. El desarrollo de los modelos sistémicos y ecológicos y la

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consiguiente comprensión psicosocial de las personas humanas así como las abundantes fincas de
investigación sobre apoyo social desarrolladas en la última década han contribuido al interés por el estudio de
las redes sociales desde la psicología comunitaria y desde el trabajo social Sin embargo el trabajo con redes
no es nuevo. El proceso de construcción de redes de apoyo desde equipos de profesionales trabajando en este
tipo de ayuda tiene que ver con la historia misma del trabajo social (Froland et al., 1981 y Collin y Pancoast,
1976).

De todas formas, el desarrollo del análisis de redes empezó con el trabajo exploratorio de tres antropólogos
ingleses: J. A Barnes, E. Bott y J. C. Mitchel. Barnes, en 1954, fue el primero que utilizó el término de redes
para describir las clases sociales y relaciones de parentesco y amistad que se establecían en un pueblo de
pescadores de Noruega. Su definición original de RED es todavía la más básica: "Un conjunto de puntos que
se conectan a través de líneas. Los puntos de una imagen son personas y a veces grupos y las líneas indican
las interacciones entre esas personas y/o los grupos" (Barnes, 1954). Las redes, por tanto incluyen personas y
relaciones. Barnes escribió su libro "Social Networks" en 1972. E. Bott, en 1957, utilizó el concepto de red
social en su estudio sobre familias londinenses de clase trabajadora. Su descubrimiento de que las redes de la
pareja afectan a la naturaleza de la relación de ésta añadió una dimensión importante al concepto. Mitchel
(1969) en su obra "Social Networks in Urban Situation" incorpora ésta dimensión definiendo una red como
"un conjunto específico de vínculos entre un conjunto definido de personas con la propiedad de que las
características de esos vínculos como un todo puede usarse para interpretar la conducta social de las personas
implicadas".

Mitchel y Barnes, entre otros, intentaron hacer una descripción general de conceptos a partir de las
investigaciones realizadas hasta aquellas fechas, aunque fueron los trabajos posteriores de Craven y Wellman
(1973) los que empezaron a delimitar algunas de las dimensiones de las redes, como la densidad. Según
Wolfe (1978), el rápido crecimiento desde esos años en el trabajo con redes se debió a:

• cambios en las ciencias sociales,


• experiencia etnográfica,
• desarrollo y aplicaciones de las matemáticas y
• utilización de procesos de datos.

Durante toda la década de los 70 se avanzó en métodos de investigación y procedimientos estadísticos y


análisis de datos que se combinaron para ofrecer una gran capacidad de examinar las medidas simples
cuantitativas de la interacción humana y las valoraciones cualitativas de cómo y por qué las personas
desarrollan relaciones de amistad y acuden a unas personas y no a otras para solicitar ayudas (Maguire,
1983).

3. LA FUNCION DE APOYO EN LAS REDES SOCIALES

El concepto de apoyo social surgió al revisar en los años setenta la literatura que parecía evidenciar una
asociación entre problemas psiquiátricos y variables sociales genéricas como desintegración social, movilidad
geográfica o estatus matrimonial. Se detectó que el elemento común de esas variables situacionales era la
ausencia de lazos sociales adecuados o la ruptura de las redes sociales previamente existentes (Kessler et al.,
1985). Desde entonces, existe una importante línea de investigación en apoyo social (ver Caplan 119741,
Gottlieb 19831, Thoits (1982), Sarason et al. [19851). Entre otros muchos autores, Hobfoll y Stoke (1988)
definen el apoyo social como "aquellas interacciones o relaciones sociales que ofrecen a los individuos
asistencia real o un sentimiento de conexión a una persona o grupo que se percibe como querida o amada".
La mayoría de los autores identifican, de una u otra forma, el apoyo social con la relación interpersonal en la

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que se ofrece o intercambia ayuda de tipo material, emocional o instrumental, que produce sensación de
bienestar al receptor. En España, autores como Díaz Veiga (1987), Barrón, Lozano y Chacón (1988), Garcés
(1990), Gracia y Musitu (1990), Sánchez (1991), han referenciado las aportaciones de diferentes autores en la
contextualización del apoyo social y las posibilidades y limitaciones actuales en el estudio y evaluación del
mismo.

Normalmente, la literatura sobre apoyo social usa el concepto de red social para describir los aspectos
estructurales del apoyo en contraposición con los funcionales. En este sentido Lin, Dean y Ensel (1986)
hablan de la red social como la "dimensión estructural del apoyo social" y Gottlieb (1981) define la red social
como la "socioestructura donde tienen lugar las transacciones de apoyo". Sin embargo, el propio método de
análisis de las redes sociales permite valorar de forma integrada las perspectivas estructural, funcional y
contextual del apoyo social en una persona, incluyendo los efectos positivos y negativos del mismo que ésta
pueda percibir.

Muchas veces se atribuye al concepto de red social la función de apoyo con efectos positivos,
denominándolas redes de apoyo social y "asumiendo, que todos los vínculos de las redes son positivos y que
todas las redes son sistemas de apoyo" Wellman, 1981). Aunque la función principal que cumplen las redes
sociales es la provisión de un sistema de apoyo en el sentido en que lo definió Caplan (ver Caplan, 1974), las
redes sociales tienen otras funciones importantes, como la identidad y el control social, la presión, facilitación
(Hammer, 1981). Por otra parte, pueden no ser proveedoras de apoyo sino de tensiones y conflictos
mayormente, cuestiones éstas que tienen que ser consideradas en el análisis de redes sociales. El estudio de
las redes sociales debe integrar la valoración de los ambientes inmediatos donde éstas se generan. De esta
manera podremos incorporar a la práctica profesional el sistema de relaciones sociales de las personas con las
que trabajamos y también la comprensión de los referentes socioculturales de sus contextos inmediatos.

4. REDES SOCIALES. CONCEPTOS Y CARACTERISTICAS

Como ya se ha señalado, el antropólogo inglés Barnes definió la red social como un conjunto de puntos que
se conectan entre sí a través de líneas. Los puntos de la imagen son personas o a veces grupos y las fincas
indican las interacciones entre personas y/o grupos" (Barnes, 1972). Esta definición de red social, gráfica y
aparentemente simple, puede considerarse el punto de otras definiciones con más contenido funcional, Speck
y Attneave (1982) definieron la red social como "las relaciones humanas que tienen un impacto duradero en
la vida de un individuo". Garbarino (1983) integra aspectos funcionales y estructurales en su definición de red
social: "conjunto de relaciones interconectadas entre un grupo de personas que ofrecen unos patrones y un
refuerzo contingente para afrontar las soluciones de la vida cotidiana". La red social se puede definir en
relación a una persona o familia, o en relación a una red de redes. Aquí nos referiremos a la primera idea.

Moxley (1989) diferencia entre características estructurales, interaccionales y características de apoyo social
de las redes

sociales. Es una clasificación muy parecida a la aportada en Díaz Veiga (1987) a la que se remite al lector
para profundizar.

Características estructurales

• Tamaño: Es el número de personas que componen la red social de una persona. Existen diferencias
significativas entre el tamaño de las redes sociales de la población general, de la población con
trastornos de personalidad y de la población psicótica en un determinada cultura.

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• Composición: Es el número de diferentes tipos de personas en la red: número de familiares, amigos,


vecinos, compañeros. Se considera que una red social variada en su composición permite a las personas
de la red y a la persona de referencia una flexibilidad de roles y relaciones.
• Densidad: Es el grado de interconexión que tienen los miembros de la red entre sí, independientemente
de la persona de referencia. Una red social densa suele relacionarse con un potencial de apoyo
importante pero también con una función de control que puede impedir el cambio de roles sociales
cuando éste sea saludable.
• Dispersión: Hace referencia a los niveles de relación en términos de tiempo y espacio. Refleja la
facilidad de contacto con los miembros de la red y nos indica la disponibilidad de apoyos.

Características interaccionales

• Multiplicidad: Hace referencia a las relaciones que sirven para mas de una función o que incluyen más
de una actividad.
• Contenido transaccional: Intercambio de ayuda material, emocional, instrumental entre la persona y los
miembros de su red.
• Direccionalidad: Grado en que la ayuda afectiva, material o instrumental es dada y recibida por la
persona. indica la reciprocidad y el flujo del apoyo social.
• Duración: Extensión en el tiempo de las relaciones de la persona con su red social. Indica estabilidad
en las relaciones.
• Intensidad: Fuerza con la que es percibido el vínculo.
• Frecuencia: Frecuencia con la que la persona mantiene contacto con los miembros de la red.
• Características de apoyo social de las redes sociales: Se refiere al tipo de apoyo social que se transmite
entre los miembros de la red y la persona de referencia. Los tres tipos de apoyo más importantes para
valorar en las redes son: el apoyo socioemocional (expresiones de afecto y cuidados positivos), apoyo
instrumental (información y orientación en la resolución de los problemas) y apoyo material (a través
del cual se da o se reciben bienes materiales).

5. LAS REDES SOCIALES EN EL MODELO ECOLOGICO DE DESARROLLO


HUMANO

El modelo ecológico de desarrollo humano de Bronfenbrenner (1979), referido en España por Ripoll (1988,
1992), entre otros autores, ofrece una compresión de la compleja y permanente interacción de las personas
con sus ambientes más o menos inmediatos, donde integrar la estructura y dinámica de las redes sociales y las
transacciones de apoyo que se generan en éstas.

Bronfenbrenner concibe el ambiente como un conjunto de estructuras seriadas. El nivel más interno de estas
estructuras lo forman los entornos inmediatos que contienen a la persona en desarrollo, llamados
MICROSISTEMAS (familia, escuela o trabajo, barrio ... ). En el siguiente nivel se sitúan las relaciones entre
esos entornos inmediatos de la persona, que formarían el MESOSISTEMA. En el tercer nivel se sitúan los
entornos donde la persona no está presente pero es influida por ellos, nivel de EXOSISTEMA. y en el cuarto
nivel se sitúan los factores socioeconómicos y culturales de tipo macrosocial, que constituiría el
MACROSISTEMA, Garbarino (1983) ubica las redes sociales en el mesosistema definido por
Bronfenbrenner. Las redes sociales desde este punto de vista se formarían a partir de las interconexiones de
los distintos microsistemas (familia, vecinos, amigos, compañeros de trabajo...

Ver figura 1.

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El modelo ecológico supone una herramienta conceptual que permite integrar conocimientos, examinarlos
con una perspectiva particular, elaborar nuevas hipótesis y brindar un encuadre teórico a partir del cual se
puedan elaborar estrategias de intervención en la comunidad (Caron, 1992). Las bases sobre las que
Bronfenbrenner escribió su teoría del desarrollo humano se encuentran en los trabajos. de Freud, Lewin, G.
H. Mead, Vigosky, Otto Rank, Piaget, Fisher... aunque fue su propia experiencia personal y profesional, tal
como lo describe en su libro, lo que le llevó a considerar la importancia del contexto social y de la
fenomenología frente a la investigación experimental y las pruebas psicométricas. Sus investigaciones
interculturales le hicieron reflexionar sobre la capacidad del ser humano de adaptación, tolerancia y creación
de ecologías en las que vive y se desarrolla.

La orientación ecológica en la intervención comunitaria tiene por objeto de trabajo la interacción de la


persona y su ambiente. A la persona se la ve en permanente desarrollo y se concibe éste como un cambio
perdurable en el modo en que una persona percibe su ambiente y se relaciona con él.

Los distintos ambientes definidos en el modelo ecológico son a su vez sistemas, funcionando como tales, en
los cuales el ser humano es un elemento más. Dentro de estos sistemas, los aspectos físicos (vivienda,
configuración de un barrio, ruidos ... ) son también elementos en interacción que han de ser considerados en
la valoración e intervención comunitaria.

Los modelos ecosistémicos describen los procesos adaptativos e inadaptativos de las personas y los factores
situacionales e individuales que median en esos procesos. La aportación de Dohrenwend (1974, 1978) se
aproxima a una comprensión ecosistémica de los procesos de inadaptación. Esta autora elaboró un modelo
conceptual de inadaptación que se apoya en el concepto de "Tensión psicológica", y no necesariamente
psicopatológica, frente a acontecimientos vitales estresantes. Además, consideró "el crecimiento psicológico
como un posible resultado del proceso de reacción frente al estrés" (Dohrenwend y Dohrenwend, 1974).
También definió como factores situacionales moderadores del estrés predictores de adaptación, la presencia e
recursos materiales y de una red de Redes sociales. Un concepto con Importantes implicaciones en apoyo
social y como factores psicológicos, las aspiraciones, valores y competencias personales. Caron (1992)
integra los postulados de Dohrenwend en la perspectiva ecosistémica y describe los factores que pueden
variar los procesos de adaptación de las personas. Estos son:

La calidad de los microsistemas.

La explotación adecuada de los microsistemas.

La estabilidad de los microsistemas.

Las competencias y habilidades de los roles requeridos en los microsistemas.

Las competencias cognoscitivas y la estima de si mismo.

Las predisposiciones biológicas.

Si reflexionamos, sobre los anteriores postulados aplicándolos a los distintos colectivos usuarios de los
Servicios Sociales y a contextos. marginales, podremos entender desde la perspectiva ecosistémica los
procesos adaptativos e inadaptativos que en ellos se generan. La perspectiva ecosistémica nos permite
conocer las interacciones entre los microsistemas de las personas y, por tanto, dónde y como surgen las redes
de apoyo social, como funcionan y qué papel podemos jugar los profesionales en y con ellas (Garbarino,
1985).

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6. LAS REDES SOCIALES EN LA INTERVENCIÓN COMUNITARIA

La intervención comunitaria se caracteriza, entre otros aspectos, por la incorporación de los recursos
naturales de las personas, familias y grupos de una comunidad, en los procesos de resolución y prevención de
los problemas sociales. A veces, la idea de trabajar en la comunidad y en lo comunitario parece perderse en la
complejidad, la imprecisión y la idealización, características sobre la que diversos autores han reflexionado
recientemente (Rueda, 1989, Malagón, 1989, Canals, 1992). La intervención comunitaria se llena de sentido
si incorporamos la importancia que el apoyo social tiene en la salud y el bienestar, las transiciones vitales y
las situaciones de crisis, y nos situamos desde el marco ecológico desarrollando trabajos de redes sociales
tanto desde un punto de vista individual-familiar como desde un punto de vista comunitario (entramado de
redes), en una determinada población. Elaborando estrategias concretas que potencien, creen o complementen
esos recursos naturales estamos trabajando en los distintos niveles de la intervención comunitaria, e
incidiendo desde cualquiera de estos en los demás niveles. Ver figura 2.

7. ANALISIS DE REDES SOCIALES

Desde un punto de vista antropológico, la habilidad de analizar las redes y sus patrones de influencia y
comunicación pueden ser estadísticamente muy complejos (Maguire, 1983). Sin embargo, desde la
perspectiva de la intervención psicosocial, el análisis de la red social es un proceso de valoración de la
cantidad, tipo y funciones de las relaciones de apoyo y de las tensiones y conflictos con y entre esas
relaciones referidas a una persona o familia. Aun que no existe evidencia empírica suficiente que confirme
que este procedimiento de evaluación permite establecer predicciones respecto a variables de funcionamiento
psicológico, este proceso puede tener importantes implicaciones para la práctica profesional ya que supone el
primer paso para plantear la intervención desde un modelo ecosistémico. Analizando claramente la estructura
y los funcionamientos de las interrelaciones de las personas con los miembros de sus redes, los profesionales
podemos llevar a cabo estrategias que potencien los apoyos existentes, que desarrollen los potenciales, o que,
en situaciones de necesidad, lo complementen o sustituyan. A través del método analítico de la red social
podemos trascender la intervención individual y establecer de forma más precisa los objetivos y las funciones
de los diferentes tipos de redes o de configuraciones de redes en una comunidad determinada. El análisis de
red social nos ayuda también a entender como las personas hacen conexiones en distintas culturas y la
comprensión de ciertos patrones estructurales de organización de las redes y de esta manera poder comparar y
contrastar (Maguire, 1983). En España el estudio de las características de las redes sociales de la población de
Guecho, Guimón y col. (1985), puede considerarse un análisis de red social de un colectivo.

Walker (1977) realizó un estudio, cuyas conclusiones nos pueden servir de ejemplo, sobre las funciones de
las redes sociales en la adaptación a las situaciones de duelo de un grupo de viudas. Este autor describió cinco
tipos de relaciones entre las necesidades individuales y las características de las redes sociales:

1. Las redes pequeñas, densas, homogéneas, poco dispersas y con intensos vínculos entre los miembros están
relacionadas con una identidad social poco cambiante y no complicada. Un tipo de red cercana y densa puede
ofrecer mucho apoyo y ayuda pero tendrá menos probabilidad de estimular cambios u ofrecer ayuda en
circunstancias que no son familiares a los miembros de la red.

2. Las redes densas ofrecen mas apoyo emocional ya que no sólo tienden a tener más interconexiones y
frecuencia de contacto, sino también mayor grado de intimidad, apego e implicación emocional y cuyos
miembros se encuentran próximos físicamente.

3. Una red amplía y dispersa tiene más probabilidad de suplir una variedad amplia de provisiones y recursos

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aunque un grado de densidad alta ayuda también ya que se puede dar una comunicación mayor dentro de la
red.

4. Las redes sirven para acceder a otros recursos externos a ella a través de los vínculos que permitan acceder
a otras redes.

5. Las redes sociales permiten el acceso, a través de algunos de sus miembros, a nuevas relaciones y
contactos sociales que se pueden llegar a incorporar a la red.

El uso del mapa de red social en el análisis de redes sociales

El mapa de red social tiene su origen en la necesidad de operativizar y visualizar la red social de una persona.
Puede ser muy útil tanto para los investigadores como para los profesionales que trabajan con un enfoque
centrado en la persona o familia en su contexto. El mapa de red social es un instrumento para la evaluación
de las relaciones sociales de una persona o familia y puede servir de base, junto con otros instrumentos, para
programar la intervención en los recursos sociales naturales de los usuarios de los servicios sociales y
sanitarios. Los mapas de red social están construidos sobre el llamado "modelo convoy", basado en las teorías
de apego de J. Bowlby, operativizado y descrito por Kahn y Antonucci (1981) para dar respuesta a la
continuidad y cambio en el apoyo social a lo largo de la vida. Este modelo resalta la importancia de la
relación interpersonal a lo largo de la vida y acentúa la idea de que el individuo crece y madura rodeado de
personas cercanas e importantes para él o ella. El niño pequeño se relaciona al principio con varias personas
que le cuidan, más tarde se amplia el círculo a otras personas de la familia, a los amigos... Estas personas
representan un convoy o protección a través del cual el individuo interactúa con el mundo. El convoy es,
normalmente, dinámico y estable a la vez y se representa por círculos concéntricos en torno a la persona de
referencia, en relación a la cual se colocan las iniciales de las personas que son percibidas por él o ella como
importantes.

Entre algunos autores que han diseñado mapas de redes sociales se encuentran Biegel (1984), publicado en
Díaz Veiga (1987), Tracy y Whittaker (1990), elaborado para una amplia investigación llamada "Proyecto de
apoyo a la familia" (ver figura 3), Villalba (1991), elaborado para un estudio de redes sociales con enfermos
mentales crónicos. Ver figura 4.

En realidad la diferencia entre uno y otros no es más que la cantidad y contenido de los segmentos del mapa.
Los segmentos de los mapas de red social representan las relaciones dentro de cada uno de los microsistemas
en los que la persona se desarrolla además de incorporar "otras personas importantes" que pueden pertenecer
o no a cada uno de los microsistemas descritos. El mapa en sí constituiría el nivel de mesosistema de esa
persona, si nos basamos en el modelo de desarrollo humano de Bronfenbrenner, visto anteriormente. En el
mapa de red social se refleja el tamaño, la densidad, la dispersión, los grupos pequeños de la red, es decir, las
características estructurales de la red social, tal como las percibe la persona.

Para conocer el tipo de apoyo, la crítica la dirección de la ayuda, la cercanía de la relación.... que se percibe
de cada una de las personas que componen la red social se tendría que pasar un cuestionario complementario
al mapa, como el descrito por Tracy y Whittaker (1990), que sirve para conocer los aspectos funcionales del
apoyo en la red social. El mapa, junto con un cuestionario complementario, se pueden pasar en el contexto de
una entrevista amplia, después de un primer contacto con la persona o familia usuaria del servicio y como
parte del proceso de valoración psicosocial de la misma preguntando a la persona o familia de referencia a
quién situaría en cada uno de los segmentos y en qué lugar les ubicaría en relación a ella. Se pretende con
esto conocer quienes son las personas incorporadas a la red social, qué tipos de apoyos ofrecen, que nivel de
implicación (frecuencia de contacto, intensidad y duración de la relación) tienen con la figura de referencia,
qué disponibilidad. También se puede conocer las personas con las que se sienten tensiones dentro de la red y
las dificultades existentes para implicar a algunos miembros y usar los recursos reales y potenciales de la red

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social. De forma específica el mapa de red social, incluyendo gráfico y cuestionario, ofrece información de
los siguientes aspectos de funcionamiento de la red social: Tamaño de la red, tamaño y composición de los
microsistemas (familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo ), percepción del apoyo emocional, material
e instrumental, criticismo, cercanía, reciprocidad, direccionalidad, estabilidad, frecuencia.

Parece que pueden existir niveles de relación entre la salud y el bienestar de las personas y redes sociales
amplias, diversas, recíprocas, densas, flexibles y estables que tendremos que tener en cuenta a la hora de
plantear las estrategias de intervención.

8. REDES SOCIALES Y SISTEMAS DE AYUDA

Las redes sociales constituyen el principal sistema de apoyo natural de las personas al que se acude en primer
lugar en caso de necesidad de ayuda, mientras que los servicios y programas, tanto públicos como privados,
constituye el sistema de apoyo formal, complementario y especializado en relación al apoyo natural.

Para entender cómo nos podemos situar los profesionales frente a las fuentes de apoyo natural es interesante
comprender la figura siguiente figura 5.

El recuadro central representa a la persona que siente necesidad de ayuda (A). El recuadro 3 se refiere a los
sistemas de ayuda profesional, que son los que están más alejados de la persona de referencia A. El recuadro
2 se refiere a los sistemas de ayuda informal organizada (grupos de autoayuda, asociaciones ... ) y el recuadro
1 se refiere al sistema de ayuda informal natural de la persona de referencia A Este último sería estrictamente
la red social de la persona de referencia aunque pueden incluirse en ellas alguna o algunas personas que
pertenezcan a los otros dos sistemas de ayuda, según los perciba la figura de referencia. Desde esta estructura
de sistemas de ayuda, la ayuda profesional ofrecida desde los Servicios Sociales estaría en el nivel del
sistema de apoyo formal, o nivel societario como le llaman algunos autores como Rueda (1989), mientras que
los dos recuadros centrales estarían en el nivel de apoyo informal o natural, o nivel comunitario. Las flechas
indican que trabajando desde el sistema de apoyo formal con los sistemas de ayuda informal natural y
organizada podemos incidir en los procesos de resolución de la persona necesitada de ayuda así como
trabajando de forma individual con esta persona desde el modelo ecológico, se está influyendo en el
fortalecimiento de los otros dos niveles de ayuda.

9. ESTRATEGIAS DE INTERVENCION COMUNITARIA BASADA EN REDES


SOCIALES

Consideraciones previas a la descripción de estrategias de intervención comunitarias basadas en redes


sociales

Para establecer estrategias basadas en redes sociales desde un servicio o programa comunitario, y con objeto
de trabajar sobre posibilidades, se tendrían que tener en cuenta los siguientes aspectos:

1. Conocer los resultados de estudios e investigaciones que relacionen los efectos positivos del apoyo social
con los colectivos sobre los que se va a trabajar. Por ejemplo, los beneficios del apoyo social en prevención
de rehospitalizaciones en los enfermos mentales crónicos.

2. Conocer los posibles efectos negativos del apoyo social en las personas o colectivos sobre los que se va a
intervenir.

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3. Conocer las características socioeconómicas y culturales de los contextos donde se va a intervenir y haber
realizado un estudio de la comunidad contando con los grupos y organizaciones del sistema de ayuda natural
organizada.

4. Haber establecido, desde el equipo profesional, unos objetivos basados en redes sociales, por ejemplo:

4.1. Incrementar la flexibilidad y la estabilidad de las redes sociales de una persona, una
unidad familiar, un colectivo de alto riesgo, un colectivo que vive en un contexto muy
marginal.

4.2. Crear o potenciar recursos en la red social de alguna persona, familia o colectivo
dentro de la comunidad.

5. Tener en cuenta los factores que influyen en el establecimiento de este tipo de objetivos:

5.1. disposición deseo y preferencia del usuario.

5.2. Valoración previa de las funciones de apoyo y control social de las redes sociales de
las personas o colectivos sobre los que se va a intervenir.

5.3. Valoración global de los niveles de funcionamiento físico, cognitivo, conductual y


emocional de las personas o colectivos sobre los que se va a intervenir.

5.4. Trabajos previos basados en apoyo social y probabilidades de éxito en la intervención


a realizar.

6. Superación de los obstáculos y barreras del sistema:

6.1. Composición y disponibilidad del equipo.

6.2. Formación y experiencia de los profesionales.

6.3. Recursos disponibles y posibilidades de coordinación con otros servicios.

6.4. Voluntariedad política y disponibilidad de la población a la que se dirige la


intervención.

6.5. Decisión de quién será el equipo o profesional de referencia que trabaje con
estrategias de redes sociales con el usuario.

A continuación se exponen algunas estrategias de intervención comunitaria basadas en redes sociales


elaboradas a partir del trabajo de Biegel y col. (1991).

Estrategias de intervención comunitaria con redes sociales desde una perspectiva individual-familiar

A) Estrategias para crear recursos en las redes sociales de los usuarios:

1. Aumentando el tamaño de la red incorporando al usuario en actividades de la comunidad:

1. 1. Recursos comunitarios formales: hogares de pensionista, talleres ocupacionales...

1.2. Actividades recreativas y de socialización: excursiones, actividades deportivas...

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1.3. Sugerir al usuario trabajar como voluntario, en una organización o grupo.

2. Aumentando el tamaño de la red añadiendo personas a la misma

2.1. Vínculos con personas voluntarias.

2.2. Reconexión con algún miembro significativo de la red del pasado.

2.3. Colaboración con líderes naturales de la comunidad.

B) Estrategias para potenciar las redes sociales actuales de los usuarios

1. Modificando formas inadecuadas de relacionarse con los otros

1.1. Reuniones con miembros de la red social.

1.2. Trabajo con grupos de apoyo de usuarios.

1.3. Información, orientación a miembros de la red.

1.4. Cambio de roles de miembros de la red.

2. Formación de habilidades con los miembros de las redes

2.1. Habilidades sociales.

2.2. Habilidades de comunicación.

2.3. Habilidades de reciprocidad.

3. Desarrollo de conexiones entre los subgrupos de las redes

3.1. Conectando personas que comparten un rol similar con el usuario, ya sea éste un
individuo o una unidad familiar.

3.2. Conectando grupos que comparten funciones similares con el usuario (aquí se ubicaría
la coordinación entre los equipos de profesionales diferentes que atienden a un mismo
usuario).

C) Estrategias específicas dirigidas a familias con personas afectadas por una enfermedad Física o psíquica
crónica o por una drogodependencia.

1. Trabajar con la familia los efectos del "hacerse cargo" de una persona con una afección
psicosocial crónica (enfermedad, minusvalía, adición...).

2. Trabajar los roles que pueden jugar cada miembro de la familia en relación a la persona
a la que cuidan.

3. Trabajar con los problemas emocionales de la familia.

4. Identificar las figuras de sobrecarga en relación a la persona objeto de cuidado y


establecer estrategias de cambios de roles en el sistema familiar.

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5. Incorporar estrategias de descansó y espacios libres para la o las figuras de sobrecarga.

6. Potenciar los apoyos de la red social de las personas que se hacen más cargo de los
cuidados de la persona en situación crónica.

CONCLUSIONES

1. Habría que seguir profundizando en el concepto de red social y en la incorporación de este concepto al
trabajo profesional utilizando estrategias de intervención que cuenten con los miembros del sistema natural
de ayuda de las personas con las que trabajamos.

2. Sería necesario profundizar en la línea de investigación sobre apoyo social en situaciones de dificultad
social y estudiar las características de las redes sociales de los colectivos que viven en situaciones de riegos y
marginación psicosocial, entre los cuales se encuentran familias y niños, transeúntes, drogodependientes,
enfermos mentales crónicos, inmigrantes...

3. Habría que desarrollar directrices especiales de trabajo con redes con estos colectivos con el fin de prevenir
crisis, internamientos, situaciones marginadoras...

4. Es necesario ir cambiando los roles propios del modelo asistencialista que deposita en los profesionales las
respuestas a las situaciones problemáticas por las que pasan los usuarios y otorga normalmente a éstos un
lugar pasivo con ellos mismos y dependientes del sistema formal.

5. Es importante que los sistemas de ayuda formal e informal puedan colaborar en los procesos de cambio de
las personas, familias, grupos y que los profesionales tengamos como objetivo impulsar esa colaboración
desde un modelo coherente.

6. Dentro del sistema formal, uno de los objetivos básicos para el trabajo con redes es la coordinación de los
servicios y programas tanto en la atención directa como en la programación y planificación. De esta forma, el
sistema formal se constituiría en sistema de apoyo para los usuarios.

7. Para desarrollar estrategias de intervención basadas en redes tendrían que existir equipos o profesionales de
referencia de los usuarios de los servicios. Estos equipos o profesionales deberían pertenecer a los Servicios
Sociales Comunitarios aunque también puede constituirse en referente un equipo especializado, si se
considera conveniente o necesario en el proceso de coordinación, ya que a veces, por pensar que se debe
hacer desde uno u otro servicio, se deja de trabajar con las poblaciones más vulnerables.

BIBLIOGRAFIA

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