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LA ANSIEDAD

Primeramente la Ansiedad es un sentimiento de nerviosismo, miedo, preocupación, tensión,


tristeza, pánico, desesperación, estrés, risa, entre muchos más. Por ejemplo: cuando vamos
a realizar una presentación delante de una gran cantidad de personas, por el miedo a que las
personas se burlen o se olvide lo aprendido. Los trastornos de ansiedad suelen ser leves o
graves, y pueden llegar a emporar con el tiempo si no se busca ayuda de un profesional,
hasta llegar al punto de afectar en nuestras actividades del día a día. Hay varios tipos de
ansiedad como:
- Ansiedad generalizada.
- Trastorno obsesivo compulsivo.
- Fobia social.
- Crisis de angustia.
- Trastorno de estrés postraumático.
En este caso me centrare en qué es la ansiedad generalizada y las pautas para tratar a una
persona con este tipo de trastorno. La ansiedad, en algunos casos hace parte de nuestro
diario vivir. Sin embargo, las personas con ansiedad generalizada caen en un circulo de
nervios el cual hace que se preocupen por muchas cosas, aún cuando hay una razón o no
para estarlo. Es muy complicado establecer una buena concentración en las actividades a
realizar. Hay muchas razones o síntomas de tener ansiedad generalizada; suele comenzar en
la etapa de adolescencia o adultez temprana. Estas personas pueden llegar a presentar las
siguientes señales:
 Preocuparse por las cosas cotidianas.
 Problema de concentración.
 Problema para controlar sus sentimientos.
 Sentir cansancio todo el tiempo.
 Problema para dormir.
 Tener molestias corporales.
En algunas ocasiones el trastorno de ansiedad generalizada es hereditario, pero no se sabe
por qué hay personas que lo tienen y otras no.
Por consiguiente, el caso de Carolina Amarneh de 27 años (Madrid) que sufrió de ansiedad
generalizada:
“Empecé a tener trastorno de ansiedad generalizada con 20 años. Era 2011 y acababa de
empezar la carrera de Trabajo Social. Sin llegar a entender bien la situación, iba por la calle
y me sentía triste y nerviosa. Por ejemplo, en el metro, si se paraba entre dos estaciones, me
ponía blanca y con taquicardia. Me sentía paralizada e incluso dejé de montar en él. Pero
entonces no le podía poner nombre a algo que no conocía”.

En conclusión, cuando se detecten estos síntomas se debe acudir a un médico profesional,


para que este realice el debido análisis en busca de signos que demuestren si el trastorno se
relaciona con medicamentos o con alguna enfermedad diagnosticada o heredada, antes de
que la persona se vea mas afectada con el paso del tiempo.

Daniela Silva Ramos – Derecho diurno - I semestre – 92601

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