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cuatro que, junto con las islas de Aruba, Curazao y San Martín, forman el Reino de los Países

Bajos. Es uno de los veintisiete Estados soberanos que integran la Unión Europea. Su capital es
Ámsterdam;7​sin embargo, la organización y la administración del Reino radican en La Haya,
sede oficial de la monarquía, así como de sus autoridades ejecutivas, legislativas y judiciales.
Aruba, Curazao y San Martín son territorios de ultramar que no forman parte de la Unión
Europea.

El país es más conocido como Holanda, por el nombre de su región histórica más influyente o
relevante, situada en la parte occidental del país. El Diccionario panhispánico de dudas,
publicado por la Real Academia Española, admite su uso como sinónimo.89​ nota​ 1​Su idioma
también es conocido tradicionalmente y por la misma razón como holandés, aun cuando su
nombre oficial es neerlandés; en realidad, el holandés en sentido estricto es un dialecto del
neerlandés; admisible por la RAE en el habla corriente, pero nunca en textos oficiales en donde
debe ser referido como neerlandés. Lo mismo sucede con el gentilicio holandés. La RAE lo
admite en el habla corriente, pero no para los textos oficiales. En ese caso, el adjetivo a usar es
«neerlandés».

Las provincias que conforman los Países Bajos están situadas en el noroeste de Europa y
limitan al norte y oeste con el mar del Norte, al sur con Bélgica y al este con Alemania.
Completan el territorio neerlandés las municipalidades especiales de Bonaire, San Eustaquio y
Saba, situadas en el Caribe. El país constituye una de las zonas más densamente pobladas del
mundo.

Como su nombre indica, el territorio del país está formado por tierras (land) bajas (neder) de las
que, aproximadamente, una cuarta parte están situadas al nivel del mar o por debajo de este.10​

A menudo, se confunden también los Países Bajos con la unión aduanera conocida como
Benelux formada por Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo; la denominación tiene su base en
el acuerdo de cooperación intergubernamental que se hizo efectivo en 1944.11​

El país está clasificado como «de ingresos altos» según el Banco Mundial12​y es uno de los
estados más desarrollados: en 2018 está situado en el décimo lugar en cuanto a desarrollo
humano según el Índice de Desarrollo Humano publicado por Naciones Unidas.13​Es además
uno de los países con uno de los niveles más bajos de percepción de corrupción,14​y es una de
las democracias más consolidadas del mundo.15​

Historia[editar]
Artículo principal: Historia de los Países Bajos

Prehistoria[editar]
Los Países Bajos en el 5500 a. C.

Los Países Bajos han sido habitados desde la última glaciación; los vestigios más antiguos
hallados tienen una antigüedad de 100 000 años, cuando el país poseía un clima de tundra con
muy escasa vegetación. Sus primeros pobladores fueron cazadores-recolectores.16​Al finalizar la
Edad de hielo, el área fue habitada por varios grupos paleolíticos. Uno de ellos fabricaba incluso
canoas (Pesse, hacia 6500 a. C.)17​y antes de eso, alrededor de 8000 a. C., una tribu mesolítica
residió cerca de Bergumermeer (Frisia).

La agricultura llegó hacia el año 5000 a. C., a través de la cultura de alfarería lineal
(probablemente proveniente de la Europa central), pero solo fue practicada en las llanuras del
extremo sur del país (Limburgo del Sur). Los recolectores-cazadores de la cultura Swifterbant
están atestiguados a partir del 5600 a. C.18​y desarrollaron una sociedad agrícola hacia el 4300
a. C.-4000 a. C.1819
​ ​en la que destacó la introducción de pequeñas proporciones de granos en
una economía tradicional.20​

Los primeros restos notables de la prehistoria fueron los dólmenes, que han sido encontrados en
la provincia de Drente, y fueron probablemente construidos por gente de la cultura granjera de
Funnelbeaker entre 4100 y 3200 a. C.21​La primera evidencia del uso de ruedas está datada en
torno al 2400 a. C., y probablemente está relacionada con la cultura Bellbeaker (Klokbeker
cultuur).22​Esta cultura también experimentó con cobre, de lo que se ha encontrado alguna
evidencia (yunques de piedra, cuchillos de cobre, diademas de cobre) en el parque de Veluwe.
Los hallazgos de cobre demuestran el comercio con otras regiones, porque el mineral de cobre
no se encuentra en el país.

La Edad del Bronce probablemente comenzó alrededor del 2000 a. C., como en la tumba de "El
herrero de Wageningen".23​Después de este descubrimiento, más objetos de la Edad del Bronce
aparecieron, como en Epe, en Drouwen y sobre todo en Drente, que, debido a la cantidad de
objetos encontrados como cuentas de estaño en un collar, nos indican que era centro de
comercio de la época. La riqueza de los Países Bajos en la Edad del Hierro puede ser vista en la
"Tumba del rey en Oss" (sobre el 500 a. C.), allí un verdadero rey fue enterrado con algunos
objetos como una espada de hierro con un grabado de oro y coral en el mayor túmulo funerario
de la Europa Occidental, que tenía 52 m de ancho.24​
En la época de la llegada de los romanos, los Países Bajos se hallaban habitados por varias
tribus germánicas, quienes se habían asentado aquí alrededor del 600 a. C., como los tubanti,
los canninefates o los frisios.16​Tribus celtas se instalaron en el sur, entre ellas los eburones,
menapios y texuandri. Diversos germanos se asentaron en el delta del Rin al comienzo de la
ocupación romana, y formaron la tribu de los bátavos.25​

Roma[editar]

La provincia romana de Germania Inferior, 120 d. C.

En el siglo I a. C., los romanos conquistaron la parte sur del país, donde crearon la provincia
romana de Germania Inferior.16​Los romanos fueron los primeros en construir ciudades en el
país, como Utrecht, Nimega y Maastricht.26​La parte norte, que estaba fuera del Imperio romano
y que era el lugar donde vivían los frisios, fue fuertemente influenciada por su poderoso vecino
del sur.16​

La relación con los habitantes del país fue buena en general; muchos bátavos sirvieron en la
caballería romana.27​La cultura bátava fue influenciada por la romana, resultando, entre otras
cosas, en templos de tipo romano como el de Elst, dedicado a los dioses locales. Sin embargo,
esto no impidió la rebelión de los bátavos en el 69 d. C., acaudillados por el bátavo Julio Civilis,
un oficial de las tropas auxiliares. Durante la revuelta, que aprovechó la inestabilidad que se
produjo en el imperio durante el año de los cuatro emperadores, los bátavos consiguieron
aniquilar dos legiones romanas e infligir humillantes derrotas al ejército romano.28​Otros
soldados romanos se sumaron a la revuelta, que incluso dividió la parte norte del ejército
romano y en abril del 70 d. C., Vespasiano envió unas cuantas legiones para frenar la revuelta.
Su comandante, Quinto Petilio Cerial, fue derrotado por los bátavos y entabló negociaciones con
Julio Civilis, en algún lugar entre el Waal y el Mosa cerca de Noviomagus (Nimega) o, como los
bátavos probablemente lo llamaban, Batavodurum.29​

Después de Roma[editar]
Carlomagno según una ilustración de Alberto Durero (1511)

Los recién llegados se unieron a los habitantes originales para crear tres pueblos: los frisios a lo
largo de la costa, los sajones en el este y los francos en el sur.16​Los francos se convirtieron al
cristianismo después de que su rey Clodoveo I lo hiciera en el año 496, y así el cristianismo fue
introducido en el norte gracias a la conquista de Frisia por los francos. Los Países Bajos
pertenecían al imperio franco de Carlomagno, cuyo núcleo se encontraba en lo que hoy es
Bélgica y el norte de Francia, y que se extendía además por el resto de Francia, Alemania, norte
de Italia y otros territorios de la Europa occidental. En 843, con el Tratado de Verdún, el Imperio
quedó dividido en tres partes: Francia Occidental, Francia Oriental y Lotaringia. Posteriormente,
este imperio central se dividió; la mayor parte de los territorios de habla neerlandesa se
integraron en Alemania, y Francia intentó incorporar a Flandes sin éxito.16​

Entre los años 800 y 1000, los Países Bajos padecieron los saqueos de los vikingos, cuyos
ataques eran muy violentos, como en la destrucción de la ciudad de Dorestad. Pero la
supremacía vikinga terminó en 920, cuando el rey Enrique I de Alemania liberó Utrecht. Los
reyes y emperadores alemanes dominaron los Países Bajos durante los siglos X y XI. Alemania
recibió la denominación de Sacro Imperio Romano Germánico tras la coronación de Otón I el
Grande como emperador.30​Nimega fue un lugar significativo para los emperadores germanos,
varios de ellos nacieron y murieron allí.

Las Cruzadas fueron populares en los Países Bajos y muchos se unieron para ir a luchar en
Tierra Santa. El Sacro Imperio Romano Germánico se mostró incapaz de mantener la unidad
política debido a la creciente independencia de las ciudades. Los gobernantes locales
transformaron sus ducados y condados en reinos privados y se sentían poco obligados a
obedecer al emperador. Una gran parte de lo que actualmente son los Países Bajos estaba
gobernada por el conde de la región de Holanda, el duque de Güeldres, el duque de Brabante
Flamenco y el obispo de Utrecht. En el norte, Frisia y Groninga mantuvieron su independencia y
eran gobernadas por la pequeña nobleza.

Güeldres y la región de Holanda luchaban por el control de Utrecht. Por su parte, Utrecht se vio
marginada a causa de las continuas dificultades que experimentaba para elegir nuevos obispos,
mientras que las dinastías de los Estados vecinos eran más estables. Groninga, Drente y la
mayor parte de Güeldres, que había formado parte de Utrecht, se independizaron. Brabante
trató de someter a sus vecinos, aunque sus intentos fracasaron. Los Países Bajos también
intentaron asegurar su supremacía en Zelanda y Frisia, pero tampoco lo lograron. En el norte,
Frisia conservó su independencia durante este período. Poseía sus propias instituciones y se
oponía a la imposición del sistema feudal que se podía encontrar en otras localidades europeas.
A pesar de ello, los frisios perdieron su independencia cuando fueron derrotados en 1498 por los
mercenarios lansquenetes alemanes del duque Alberto III de Sajonia-Meissen.

Borgoña[editar]

Felipe III de Borgoña el Bueno, retratado por Roger van der Weyden

Los Países Bajos Borgoñones es un término que describe a la entidad geopolítica que abarcaba
a los territorios de la región de los Países Bajos (Nederlanden; Lage Landen), que fueron
incorporándose al dominio de los duques de Borgoña durante el período comprendido entre
1384 y 1477.

Los territorios borgoñones se vieron expandidos con el Condado de Namur en 1421, los
ducados de Brabante y Limburgo en 1439, los condados de Henao, Holanda y Zelanda en 1432,
el Ducado de Luxemburgo en 1441 y el ducado de Güeldres en 1437.

En 1433 buena parte del territorio de los Países Bajos y Bélgica fue unificado por el duque
Felipe III de Borgoña.31​Antes de la unión borgoñona, los neerlandeses se identificaban con su
ciudad, su condado o ducado local o como súbditos del Sacro Imperio Romano Germánico. Fue
durante esta etapa borgoñona cuando comenzó a surgir entre los neerlandeses una conciencia
de nación. Los principales nobles de los Países Bajos invitaron al duque a conquistar este país,
a pesar de que él no tenía ninguna pretensión histórica sobre los Países Bajos. Ámsterdam
creció y en el siglo XV se convirtió en el principal puerto comercial europeo para el grano
procedente de la región báltica.

Güeldres se oponía al dominio borgoñón y trató de crear su propio Estado en el noreste de los
Países Bajos y noroeste de Alemania. Debido a la falta de dinero, Güeldres hizo que sus
soldados se proveyeran de lo que necesitaran mediante el saqueo de los territorios enemigos.
Estos soldados supusieron una gran amenaza para los Países Bajos borgoñones. Güeldres
estaba aliada con Francia, Inglaterra y Dinamarca, los cuales querían poner fin a la prosperidad
de Flandes y al dominio borgoñón sobre los Países Bajos.

Cuando Carlos el Temerario, duque de Borgoña, murió en enero de 1477 en la batalla de Nancy
sin descendencia masculina, el rey Luis XI de Francia se apoderó del ducado de Borgoña y lo
anexionó al dominio real, sobre la base de que los infantazgos se habían reglamentado de forma
que, al extinguirse la descendencia masculina, debían incorporarse a la Corona. Pero María de
Borgoña, la hija del duque de Borgoña, se casó con el futuro emperador Maximiliano I de
Habsburgo para defender su herencia y no aceptó la pérdida del ducado, manteniendo así la
titulación de duque de Borgoña por el prestigio que otorgaba a su titular el ser Gran Maestre y
Jefe Soberano de la Orden del Toisón de Oro.

En febrero de 1477, María de Borgoña concede el llamado Gran Privilegio a sus súbditos de
Flandes (Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y norte de Francia), que fue firmado en Gante,
devolviéndoles los privilegios arrebatados por los duques anteriores, Felipe el Bueno y Carlos el
Temerario. Era un Estatuto que garantizaba el autogobierno de los Países Bajos, según el cual
se creaba un Gran Consejo para asesorar a María de Borgoña, que se comprometía a no
declarar la guerra o subir los impuestos sin el consentimiento de los Estados Generales de los
Países Bajos.

Al firmarse el tratado de Senlis en 1493, los franceses conservaron el territorio del Ducado de
Borgoña, pero devolvieron el Franco Condado y el Artois a los borgoñones. En 1493, Felipe el
Hermoso ya era mayor de edad y su intitulación en 1495 muestra sus posesiones territoriales en
los Países Bajos:

Phelipe par la grace de Dieu Archiduc d'Ausriche, Duc de Bourgoingne, de Lothor, de


Brabant, de Stiere, de Carinte, de Carniole, de Lemberg, de Lucembourg & de
Gheldres; Conte de Habsbourgh, de Flandres, de Tyrol, d'Artois, de Bourgoingne
Palatin & de Hoynnau, Lantgrave d'Elsace, Marquis de Bourgaubb & du Saint Empire;
de Hollande, de Zeelande, de Ferette, de Kiburg, de Namur, & de Zutphen Conte,
Seignure de Frese, sur la Marche de Sclanonie, de Portenaub, de Salins, & de
Malines.32​

El matrimonio de Felipe el Hermoso con la hija de los Reyes Católicos y futura reina Juana I
posibilitó la vinculación de los territorios de Borgoña y los Países Bajos con los futuros monarcas
españoles.

En el tratado de Nimega (1678), se cedió definitivamente el territorio de Borgoña a Francia, con


lo que una vez adquiridos todos los territorios de Borgoña (Franco Condado y Ducado de
Borgoña), Luis XIV de Francia invistió a su nieto Luis de Francia (1682-1712), como duque de
Borgoña. Por otra parte, Carlos II de España y sus sucesores conservaron los títulos
borgoñones de forma nominal en su intitulación.
Países Bajos de los Habsburgo[editar]
Artículo principal: Países Bajos de los Habsburgo

El emperador Carlos V, soberano de los Países Bajos, donde había nacido

Por herencia y conquista el país llegó a estar en posesión de la dinastía de los Habsburgo bajo
Carlos V en el siglo XVI, quien los unificó en un solo Estado.33​El este de los Países Bajos solo
fue ocupado unas décadas antes de la lucha de los neerlandeses por su independencia. Sin
embargo, en 1548, ocho años antes de que abdicara del trono, el Emperador Carlos V garantizó
el estatus de las Diecisiete Provincias de los Países Bajos como una entidad separada tanto del
Imperio como de Francia.34​Esta Pragmática Sanción de 1549 no fue de independencia plena,
pero permitió una autonomía significativa.

Al emperador Carlos le sucedió su hijo Felipe II de España.35​A diferencia de su padre, que


había crecido en Gante (Bélgica), Felipe tuvo poco apego personal con los Países Bajos, y así la
nobleza local le consideró indiferente hacia su Estado. Como católico devoto, Felipe estaba
consternado por el éxito de la Reforma protestante, que llevó a un aumento del número de
calvinistas. Sus intentos por reforzar la persecución religiosa de los protestantes y sus esfuerzos
por centralizar el gobierno, la justicia y los impuestos le hicieron impopular y condujeron a una
revuelta. Los neerlandeses lucharon por su independencia de España, lo que originó la guerra
de los Ochenta Años (1568-1648). Siete provincias rebeldes se unieron en la Unión de Utrecht
en 1579 y formaron la República de los Siete Países Bajos Unidos.36​

Los tratados de paz con Francia (1598) y con Inglaterra (1604) y el agotamiento por la guerra
llevaron al establecimiento de la tregua de los doce años.

En la práctica los territorios del norte formaban las Provincias Unidas: Holanda, Zelanda,
Utrecht, Güeldres (con Zutphen), Overijssel (con Drente), Frisia y Groniga, además de los
territorios de la Generalidad (partes de Brabante, Flandes y Limburgo). Los territorios del sur,
bajo la soberanía de los Habsburgo, formaron los Países Bajos españoles: Flandes, Artois,
Henao, Namur, Luxemburgo, Brabante, Amberes, Malinas, Limburgo. Esto se reflejó en los
Estados Generales de los Países Bajos, ya que en la parte septentrional se establecieron en La
Haya y en la parte meridional en Bruselas.
De esta manera, por el Acta de Abjuración de 1581 y la Tregua de los doce años de 1609 se
formaron dos entidades políticas: al norte, las Provincias Unidas, y al sur los Países Bajos
españoles.

El saqueo de Naarden por las tropas de Fadrique Álvarez de Toledo

Mediante la Tregua con las provincias del Norte, los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia
emprendieron una política de reparación y reorganización interna, protegiendo las artes, las
ciencias, así como el comercio y la agricultura. Además su Edicto Perpetuo de 12 de julio de
161137​conforma el primer código legal belga. No obstante, aunque independientes los Países
Bajos permanecieron dentro de la esfera de influencia española.

En 1714, con el Tratado

Países Bajos6​(PP. BB.; en neerlandés: Nederland, pronunciado /ˈneːdərˌlɑnt/ⓘ) es un país


soberano ubicado al noroeste de la Europa continental y el país constituyente más grande de los
cuatro que, junto con las islas de Aruba, Curazao y San Martín, forman el Reino de los Países
Bajos. Es uno de los veintisiete Estados soberanos que integran la Unión Europea. Su capital es
Ámsterdam;7​sin embargo, la organización y la administración del Reino radican en La Haya,
sede oficial de la monarquía, así como de sus autoridades ejecutivas, legislativas y judiciales.
Aruba, Curazao y San Martín son territorios de ultramar que no forman parte de la Unión
Europea.

El país es más conocido como Holanda, por el nombre de su región histórica más influyente o
relevante, situada en la parte occidental del país. El Diccionario panhispánico de dudas,
publicado por la Real Academia Española, admite su uso como sinónimo.89​ nota​ 1​Su idioma
también es conocido tradicionalmente y por la misma razón como holandés, aun cuando su
nombre oficial es neerlandés; en realidad, el holandés en sentido estricto es un dialecto del
neerlandés; admisible por la RAE en el habla corriente, pero nunca en textos oficiales en donde
debe ser referido como neerlandés. Lo mismo sucede con el gentilicio holandés. La RAE lo
admite en el habla corriente, pero no para los textos oficiales. En ese caso, el adjetivo a usar es
«neerlandés».

Las provincias que conforman los Países Bajos están situadas en el noroeste de Europa y
limitan al norte y oeste con el mar del Norte, al sur con Bélgica y al este con Alemania.
Completan el territorio neerlandés las municipalidades especiales de Bonaire, San Eustaquio y
Saba, situadas en el Caribe. El país constituye una de las zonas más densamente pobladas del
mundo.

Como su nombre indica, el territorio del país está formado por tierras (land) bajas (neder) de las
que, aproximadamente, una cuarta parte están situadas al nivel del mar o por debajo de este.10​
A menudo, se confunden también los Países Bajos con la unión aduanera conocida como
Benelux formada por Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo; la denominación tiene su base en
el acuerdo de cooperación intergubernamental que se hizo efectivo en 1944.11​

El país está clasificado como «de ingresos altos» según el Banco Mundial12​y es uno de los
estados más desarrollados: en 2018 está situado en el décimo lugar en cuanto a desarrollo
humano según el Índice de Desarrollo Humano publicado por Naciones Unidas.13​Es además
uno de los países con uno de los niveles más bajos de percepción de corrupción,14​y es una de
las democracias más consolidadas del mundo.15​

Historia[editar]
Artículo principal: Historia de los Países Bajos

Prehistoria[editar]

Los Países Bajos en el 5500 a. C.

Los Países Bajos han sido habitados desde la última glaciación; los vestigios más antiguos
hallados tienen una antigüedad de 100 000 años, cuando el país poseía un clima de tundra con
muy escasa vegetación. Sus primeros pobladores fueron cazadores-recolectores.16​Al finalizar la
Edad de hielo, el área fue habitada por varios grupos paleolíticos. Uno de ellos fabricaba incluso
canoas (Pesse, hacia 6500 a. C.)17​y antes de eso, alrededor de 8000 a. C., una tribu mesolítica
residió cerca de Bergumermeer (Frisia).

La agricultura llegó hacia el año 5000 a. C., a través de la cultura de alfarería lineal
(probablemente proveniente de la Europa central), pero solo fue practicada en las llanuras del
extremo sur del país (Limburgo del Sur). Los recolectores-cazadores de la cultura Swifterbant
están atestiguados a partir del 5600 a. C.18​y desarrollaron una sociedad agrícola hacia el 4300
a. C.-4000 a. C.1819
​ ​en la que destacó la introducción de pequeñas proporciones de granos en
una economía tradicional.20​

Los primeros restos notables de la prehistoria fueron los dólmenes, que han sido encontrados en
la provincia de Drente, y fueron probablemente construidos por gente de la cultura granjera de
Funnelbeaker entre 4100 y 3200 a. C.21​La primera evidencia del uso de ruedas está datada en
torno al 2400 a. C., y probablemente está relacionada con la cultura Bellbeaker (Klokbeker
cultuur).22​Esta cultura también experimentó con cobre, de lo que se ha encontrado alguna
evidencia (yunques de piedra, cuchillos de cobre, diademas de cobre) en el parque de Veluwe.
Los hallazgos de cobre demuestran el comercio con otras regiones, porque el mineral de cobre
no se encuentra en el país.

La Edad del Bronce probablemente comenzó alrededor del 2000 a. C., como en la tumba de "El
herrero de Wageningen".23​Después de este descubrimiento, más objetos de la Edad del Bronce
aparecieron, como en Epe, en Drouwen y sobre todo en Drente, que, debido a la cantidad de
objetos encontrados como cuentas de estaño en un collar, nos indican que era centro de
comercio de la época. La riqueza de los Países Bajos en la Edad del Hierro puede ser vista en la
"Tumba del rey en Oss" (sobre el 500 a. C.), allí un verdadero rey fue enterrado con algunos
objetos como una espada de hierro con un grabado de oro y coral en el mayor túmulo funerario
de la Europa Occidental, que tenía 52 m de ancho.24​

En la época de la llegada de los romanos, los Países Bajos se hallaban habitados por varias
tribus germánicas, quienes se habían asentado aquí alrededor del 600 a. C., como los tubanti,
los canninefates o los frisios.16​Tribus celtas se instalaron en el sur, entre ellas los eburones,
menapios y texuandri. Diversos germanos se asentaron en el delta del Rin al comienzo de la
ocupación romana, y formaron la tribu de los bátavos.25​

Roma[editar]

La provincia romana de Germania Inferior, 120 d. C.

En el siglo I a. C., los romanos conquistaron la parte sur del país, donde crearon la provincia
romana de Germania Inferior.16​Los romanos fueron los primeros en construir ciudades en el
país, como Utrecht, Nimega y Maastricht.26​La parte norte, que estaba fuera del Imperio romano
y que era el lugar donde vivían los frisios, fue fuertemente influenciada por su poderoso vecino
del sur.16​

La relación con los habitantes del país fue buena en general; muchos bátavos sirvieron en la
caballería romana.27​La cultura bátava fue influenciada por la romana, resultando, entre otras
cosas, en templos de tipo romano como el de Elst, dedicado a los dioses locales. Sin embargo,
esto no impidió la rebelión de los bátavos en el 69 d. C., acaudillados por el bátavo Julio Civilis,
un oficial de las tropas auxiliares. Durante la revuelta, que aprovechó la inestabilidad que se
produjo en el imperio durante el año de los cuatro emperadores, los bátavos consiguieron
aniquilar dos legiones romanas e infligir humillantes derrotas al ejército romano.28​Otros
soldados romanos se sumaron a la revuelta, que incluso dividió la parte norte del ejército
romano y en abril del 70 d. C., Vespasiano envió unas cuantas legiones para frenar la revuelta.
Su comandante, Quinto Petilio Cerial, fue derrotado por los bátavos y entabló negociaciones con
Julio Civilis, en algún lugar entre el Waal y el Mosa cerca de Noviomagus (Nimega) o, como los
bátavos probablemente lo llamaban, Batavodurum.29​

Después de Roma[editar]

Carlomagno según una ilustración de Alberto Durero (1511)

Los recién llegados se unieron a los habitantes originales para crear tres pueblos: los frisios a lo
largo de la costa, los sajones en el este y los francos en el sur.16​Los francos se convirtieron al
cristianismo después de que su rey Clodoveo I lo hiciera en el año 496, y así el cristianismo fue
introducido en el norte gracias a la conquista de Frisia por los francos. Los Países Bajos
pertenecían al imperio franco de Carlomagno, cuyo núcleo se encontraba en lo que hoy es
Bélgica y el norte de Francia, y que se extendía además por el resto de Francia, Alemania, norte
de Italia y otros territorios de la Europa occidental. En 843, con el Tratado de Verdún, el Imperio
quedó dividido en tres partes: Francia Occidental, Francia Oriental y Lotaringia. Posteriormente,
este imperio central se dividió; la mayor parte de los territorios de habla neerlandesa se
integraron en Alemania, y Francia intentó incorporar a Flandes sin éxito.16​

Entre los años 800 y 1000, los Países Bajos padecieron los saqueos de los vikingos, cuyos
ataques eran muy violentos, como en la destrucción de la ciudad de Dorestad. Pero la
supremacía vikinga terminó en 920, cuando el rey Enrique I de Alemania liberó Utrecht. Los
reyes y emperadores alemanes dominaron los Países Bajos durante los siglos X y XI. Alemania
recibió la denominación de Sacro Imperio Romano Germánico tras la coronación de Otón I el
Grande como emperador.30​Nimega fue un lugar significativo para los emperadores germanos,
varios de ellos nacieron y murieron allí.

Las Cruzadas fueron populares en los Países Bajos y muchos se unieron para ir a luchar en
Tierra Santa. El Sacro Imperio Romano Germánico se mostró incapaz de mantener la unidad
política debido a la creciente independencia de las ciudades. Los gobernantes locales
transformaron sus ducados y condados en reinos privados y se sentían poco obligados a
obedecer al emperador. Una gran parte de lo que actualmente son los Países Bajos estaba
gobernada por el conde de la región de Holanda, el duque de Güeldres, el duque de Brabante
Flamenco y el obispo de Utrecht. En el norte, Frisia y Groninga mantuvieron su independencia y
eran gobernadas por la pequeña nobleza.

Güeldres y la región de Holanda luchaban por el control de Utrecht. Por su parte, Utrecht se vio
marginada a causa de las continuas dificultades que experimentaba para elegir nuevos obispos,
mientras que las dinastías de los Estados vecinos eran más estables. Groninga, Drente y la
mayor parte de Güeldres, que había formado parte de Utrecht, se independizaron. Brabante
trató de someter a sus vecinos, aunque sus intentos fracasaron. Los Países Bajos también
intentaron asegurar su supremacía en Zelanda y Frisia, pero tampoco lo lograron. En el norte,
Frisia conservó su independencia durante este período. Poseía sus propias instituciones y se
oponía a la imposición del sistema feudal que se podía encontrar en otras localidades europeas.
A pesar de ello, los frisios perdieron su independencia cuando fueron derrotados en 1498 por los
mercenarios lansquenetes alemanes del duque Alberto III de Sajonia-Meissen.

Borgoña[editar]

Felipe III de Borgoña el Bueno, retratado por Roger van der Weyden

Los Países Bajos Borgoñones es un término que describe a la entidad geopolítica que abarcaba
a los territorios de la región de los Países Bajos (Nederlanden; Lage Landen), que fueron
incorporándose al dominio de los duques de Borgoña durante el período comprendido entre
1384 y 1477.

Los territorios borgoñones se vieron expandidos con el Condado de Namur en 1421, los
ducados de Brabante y Limburgo en 1439, los condados de Henao, Holanda y Zelanda en 1432,
el Ducado de Luxemburgo en 1441 y el ducado de Güeldres en 1437.

En 1433 buena parte del territorio de los Países Bajos y Bélgica fue unificado por el duque
Felipe III de Borgoña.31​Antes de la unión borgoñona, los neerlandeses se identificaban con su
ciudad, su condado o ducado local o como súbditos del Sacro Imperio Romano Germánico. Fue
durante esta etapa borgoñona cuando comenzó a surgir entre los neerlandeses una conciencia
de nación. Los principales nobles de los Países Bajos invitaron al duque a conquistar este país,
a pesar de que él no tenía ninguna pretensión histórica sobre los Países Bajos. Ámsterdam
creció y en el siglo XV se convirtió en el principal puerto comercial europeo para el grano
procedente de la región báltica.

Güeldres se oponía al dominio borgoñón y trató de crear su propio Estado en el noreste de los
Países Bajos y noroeste de Alemania. Debido a la falta de dinero, Güeldres hizo que sus
soldados se proveyeran de lo que necesitaran mediante el saqueo de los territorios enemigos.
Estos soldados supusieron una gran amenaza para los Países Bajos borgoñones. Güeldres
estaba aliada con Francia, Inglaterra y Dinamarca, los cuales querían poner fin a la prosperidad
de Flandes y al dominio borgoñón sobre los Países Bajos.

Cuando Carlos el Temerario, duque de Borgoña, murió en enero de 1477 en la batalla de Nancy
sin descendencia masculina, el rey Luis XI de Francia se apoderó del ducado de Borgoña y lo
anexionó al dominio real, sobre la base de que los infantazgos se habían reglamentado de forma
que, al extinguirse la descendencia masculina, debían incorporarse a la Corona. Pero María de
Borgoña, la hija del duque de Borgoña, se casó con el futuro emperador Maximiliano I de
Habsburgo para defender su herencia y no aceptó la pérdida del ducado, manteniendo así la
titulación de duque de Borgoña por el prestigio que otorgaba a su titular el ser Gran Maestre y
Jefe Soberano de la Orden del Toisón de Oro.

En febrero de 1477, María de Borgoña concede el llamado Gran Privilegio a sus súbditos de
Flandes (Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y norte de Francia), que fue firmado en Gante,
devolviéndoles los privilegios arrebatados por los duques anteriores, Felipe el Bueno y Carlos el
Temerario. Era un Estatuto que garantizaba el autogobierno de los Países Bajos, según el cual
se creaba un Gran Consejo para asesorar a María de Borgoña, que se comprometía a no
declarar la guerra o subir los impuestos sin el consentimiento de los Estados Generales de los
Países Bajos.

Al firmarse el tratado de Senlis en 1493, los franceses conservaron el territorio del Ducado de
Borgoña, pero devolvieron el Franco Condado y el Artois a los borgoñones. En 1493, Felipe el
Hermoso ya era mayor de edad y su intitulación en 1495 muestra sus posesiones territoriales en
los Países Bajos:

Phelipe par la grace de Dieu Archiduc d'Ausriche, Duc de Bourgoingne, de Lothor, de


Brabant, de Stiere, de Carinte, de Carniole, de Lemberg, de Lucembourg & de
Gheldres; Conte de Habsbourgh, de Flandres, de Tyrol, d'Artois, de Bourgoingne
Palatin & de Hoynnau, Lantgrave d'Elsace, Marquis de Bourgaubb & du Saint Empire;
de Hollande, de Zeelande, de Ferette, de Kiburg, de Namur, & de Zutphen Conte,
Seignure de Frese, sur la Marche de Sclanonie, de Portenaub, de Salins, & de
Malines.32​
El matrimonio de Felipe el Hermoso con la hija de los Reyes Católicos y futura reina Juana I
posibilitó la vinculación de los territorios de Borgoña y los Países Bajos con los futuros monarcas
españoles.

En el tratado de Nimega (1678), se cedió definitivamente el territorio de Borgoña a Francia, con


lo que una vez adquiridos todos los territorios de Borgoña (Franco Condado y Ducado de
Borgoña), Luis XIV de Francia invistió a su nieto Luis de Francia (1682-1712), como duque de
Borgoña. Por otra parte, Carlos II de España y sus sucesores conservaron los títulos
borgoñones de forma nominal en su intitulación.

Países Bajos de los Habsburgo[editar]


Artículo principal: Países Bajos de los Habsburgo

El emperador Carlos V, soberano de los Países Bajos, donde había nacido

Por herencia y conquista el país llegó a estar en posesión de la dinastía de los Habsburgo bajo
Carlos V en el siglo XVI, quien los unificó en un solo Estado.33​El este de los Países Bajos solo
fue ocupado unas décadas antes de la lucha de los neerlandeses por su independencia. Sin
embargo, en 1548, ocho años antes de que abdicara del trono, el Emperador Carlos V garantizó
el estatus de las Diecisiete Provincias de los Países Bajos como una entidad separada tanto del
Imperio como de Francia.34​Esta Pragmática Sanción de 1549 no fue de independencia plena,
pero permitió una autonomía significativa.

Al emperador Carlos le sucedió su hijo Felipe II de España.35​A diferencia de su padre, que


había crecido en Gante (Bélgica), Felipe tuvo poco apego personal con los Países Bajos, y así la
nobleza local le consideró indiferente hacia su Estado. Como católico devoto, Felipe estaba
consternado por el éxito de la Reforma protestante, que llevó a un aumento del número de
calvinistas. Sus intentos por reforzar la persecución religiosa de los protestantes y sus esfuerzos
por centralizar el gobierno, la justicia y los impuestos le hicieron impopular y condujeron a una
revuelta. Los neerlandeses lucharon por su independencia de España, lo que originó la guerra
de los Ochenta Años (1568-1648). Siete provincias rebeldes se unieron en la Unión de Utrecht
en 1579 y formaron la República de los Siete Países Bajos Unidos.36​

Los tratados de paz con Francia (1598) y con Inglaterra (1604) y el agotamiento por la guerra
llevaron al establecimiento de la tregua de los doce años.
En la práctica los territorios del norte formaban las Provincias Unidas: Holanda, Zelanda,
Utrecht, Güeldres (con Zutphen), Overijssel (con Drente), Frisia y Groniga, además de los
territorios de la Generalidad (partes de Brabante, Flandes y Limburgo). Los territorios del sur,
bajo la soberanía de los Habsburgo, formaron los Países Bajos españoles: Flandes, Artois,
Henao, Namur, Luxemburgo, Brabante, Amberes, Malinas, Limburgo. Esto se reflejó en los
Estados Generales de los Países Bajos, ya que en la parte septentrional se establecieron en La
Haya y en la parte meridional en Bruselas.

De esta manera, por el Acta de Abjuración de 1581 y la Tregua de los doce años de 1609 se
formaron dos entidades políticas: al norte, las Provincias Unidas, y al sur los Países Bajos
españoles.

El saqueo de Naarden por las tropas de Fadrique Álvarez de Toledo

Mediante la Tregua con las provincias del Norte, los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia
emprendieron una política de reparación y reorganización interna, protegiendo las artes, las
ciencias, así como el comercio y la agricultura. Además su Edicto Perpetuo de 12 de julio de
161137​conforma el primer código legal belga. No obstante, aunque independientes los Países
Bajos permanecieron dentro de la esfera de influencia española.

En 1714, con el Tratado

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