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Con la persistencia de los latifundios, el papel del trabajador rural como dependiente ante el

patrón y la inequidad entre la sociedad campesina y la urbana se profundizó.


Pero, aunque con el paso del tiempo el campesino mantuvo su condición de dependiente, el
latifundista sí evolucionó en su rol. En parte limitó el desarrollo de la agricultura por ser
incapaz de explotar sus terrenos y, en parte redujo el margen de acción del Estado. Luego
se convirtió en un actor clave para la política de los gobiernos que se enfocaron en el
desarrollo urbano, condenando al rezago a las clases rurales.
La falta de espíritu social y de unidad nacional se reflejó en la ausencia de pequeñas
ciudades intermediarias que sirvieran para que campesinos e indígenas mantuvieran
contacto con las comunidades urbanas y promover así su evolución. Ese rol quedó en
manos de los grandes propietarios que sin embargo no contaban con las capacidades, ni la
voluntad para poder ofrecerle a las comunidades rurales más que una manutención básica.
Los latifundistas y sus herederos son reticentes a cambiar este modelo por lo que la brecha
entre trabajadores y propietarios no hace más que ampliarse y el campesinado ha quedado
aislado de la vida económica y política.
El rezago y olvido al que se condena a las sociedades rurales las convierte en objeto de una
lucha política en la que los movimientos revolucionarios reformistas buscan adeptos,
mientras que los más conservadores toman medidas que satisfagan los reclamos, pero que,
así mismo, les permita mantener el statu quo.

La persistencia del modelo latifundista y la complicidad con el gobierno más urbanista, ha


condenado al rezago a la sociedad rural.
la brecha entre propietarios y trabajadores dependientes es amplia y debido a la falta de
oportunidades, no hay un modo sencillo de ascenso ya que no hay escalas intermedias y solo se es
latifundista o trabajador.

La existencia de latifundios y de modelos como la aparecía hacen que el trabajador se


encuentre en una situación de explotación constante y que tampoco lo lleva a mejorar su
situación familiar. Pero debido a la renta que consiguen de este modelo, el colono reacciona
ante los intentos de reformas. El latifundio genera más apatía que revuelta, pero cuando sus
escasos privilegios están en riesgo, el colono está dispuesto a reaccionar.

La apropiación de tierras no se dio pensando en la utilidad, sino en el acaparamiento y algunos


territorios presentan un rendimiento débil porque no se explotan por completo. El gobierno se ve
obligado a prolongar vías costosas para poder acceder a las tierras y explotarlas. Además tiene que
llevar infraestructura a zonas lejanas porque donde hay infraestructura hay porciones de tierra no
utilizadas.

La falta de espíritu social ha dado pie a la creación de una jerarquización que no permite la
movilidad social. En el “sector medio” se encuentran los estudiantes, comerciantes y profesionales
que tienen gran influencia política.

Entre las sociedades rurales arcaicas, la brecha entre propietarios y trabajadores dependientes es
amplia y debido a la falta de oportunidades, no hay un modo sencillo de ascenso ya que no hay
escalas intermedias y solo se es latifundista o trabajador.

Carácter hereditario en sociedades rurales, hace difícil posibilidad de modificarlas. Diferencia entre
mundo urbano y rural es más amplia en América Latina de lo que lo es las sociedades europeas
occidentales, debido a la falta de unidad nacional que permite la pequeña ciudad. La pequeña
ciudad es intermedio entre Grandes Ciudades y sociedades rurales. La pequeña ciudad ha sido
plataforma para el acceso de campesinos a la política, mientras que en AL los caciques son los que
tienen voz política y no sus dependientes.

El divorcio de la sociedad rural con la urbana en América Latina es mucho más grave en cuanto la
parte rural queda relegada en los cambios y avances de la parte urbana. Y espacios prolongados de
los grandes hacendados son responsables de dispersión de población y falta de vías. El pueblo y la
ciudad pequeña no se desarrollan debido a que las necesidades que se le satisfacen son apenas
básicas. La gran propiedad toma el lugar de la pequeña ciudad, pero como no está capacitada por
cumplir sus funciones (alimentación de trabajadores), termina aislando a sociedad rural.

Poblaciones se establecen alrededor de casa del señor rural, que, a través del latifundio, permitía
que poblaciones suplieran sus necesidades elementales. Pero su incapacidad de transportar
producción hace imposible que puedan abastecer a América Latina. El latifundio mezcla propiedad
muy grande con explotaciones mínimas.

Sociedad urbana ha sido feliz olvidándose de campesinos porque ha podido dedicar esfuerzos
políticos y económicos a desarrollar ciudades. Lo que genera desarrollo desequilibrado. Y se ha
podido olvidar de ellas gracias a que los campesinos se han agrupado en comunidades que
satisfacen sus necesidades rudimentarias que no exigen ni aspiran a lo que quieren las sociedades
urbanas. Anacronismo del latifundio resulta clave para su política de desarrollo social y económico.
Hay un egoísmo de sociedades urbanas que cuenta con la población rural para hacerla mano de
obra pero sin preocuparse por ella. Pero olvidar a la sociedad rural puede hacer que se conviertan
en seres asociales disponibles para revueltas.

Las reformas agrarias no se deben hacer a la ligera, el ejemplo de la extrema parcelación de


México debe ser tomado en cuenta que pasó de la distribución de ejidos a la distribución de
propiedades familiares productivas e integró a los indígenas que no se sientes súbditos de un
patrón, sino de una nación. En Bolivia los campesinos ocuparon terrenos pero no estaban los
suficientemente desarrollados para explotarlos de la mejor manera. El ejemplo es la reforma
cubana en la que el Estado tomó control de la tierra tras una revolución agraria.

Tras revolución cubana, los intelectuales decidieron que el proletariado urbano era necesario para
la revolución. Mientras que la contraparte entendió necesidad de reformas como medio para
mantener el statu quo.

Propiedad debe ser respetada solo si cumple función social: productiva, directa y respetar
derechos laborales. Y se elimina toda forma que genere dependencia al trabajador. Pero sin
voluntad de reforma, no se puede lograr un cambio. Si hay posibilidad de depreciación monetaria,
los latifundistas no aceptarán cambios. Por eso está el debate de si se debe hacer reforma pacífica
o radical.

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