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NOTA MAS POSITIVA

En una nota más positiva, a pesar de los efectos de la crisis de la pandemia, la región se
encamina a paso firme a transformarse en la mayor productora de alimentos en el mundo, por lo
que el sector agroalimentario parece ser más resiliente que el resto de los sectores económicos,
que se han visto fuertemente afectados por la pandemia de COVID-19. Las previsiones eran de
colapso de los SAa en los primeros meses de esta pandemia, pero el sector ha respondido bien a
los desafíos sanitarios, logísticos y financieros. La mayor resiliencia del sector se reflecta bien
en las tendencias de crecimiento del valor de la producción y del comercio regionales. El sector
agropecuario exhibió en 2020 una reducción inferior a la del PIB global, y en muchos casos
incluso ha incrementado su valor de producción (ver 2.1.3). En lo relativo al comercio
internacional, el sector agroalimentario parece estar en mejor pie que el comercio del total de
bienes. Sin embargo, algunos subsectores sí se han visto afectados por las mayores restricciones
logísticas del comercio internacional en el último año, como es el caso de las exportaciones de
animales vivos y de productos perecederos, como frutas, verduras, pescados y mariscos. Como
ya se dijo, ante la crisis y sus efectos se presentan oportunidades y desafíos que deben traducirse
en acciones transformadoras con un sentido de priorización en aquellos temas más urgentes de
atender, reconociendo que la transformación es un proceso a largo plazo, que se debe iniciar
junto al proceso de recuperación inmediata, y debe abordar simultáneamente las crisis sanitaria,
económica y climática. Como es conocido, los actuales procesos de producción agrícola no son
sostenibles, por lo tanto, para avanzar en la resiliencia de los SAa es necesario establecer una
relación más armoniosa entre los seres humanos y la naturaleza (ver 3.3.6) y corregir las
múltiples desigualdades sociales, económicas y territoriales presentes en el medio rural (ver
3.2). La transformación de los SAa requiere acciones innovadoras en diversos ámbitos y nuevas
relaciones, alianzas y trabajo colaborativo entre los actores públicos, privados, la sociedad civil,
el mundo científico y académico y los organismos de cooperación y financiamiento
internacional. Los cambios ya se venían dando impulsados principalmente por tres tendencias y
grandes motores de cambio (el cambio tecnológico, el cambio climático y el cambio en la
alimentación), que están transformándolo todo -relaciones, sistemas productivos, economía,
sociedad, cultura, etc.- y pueden, o no, estar siendo aprovechados para generar procesos de
transformación rural que nos lleven hacia el logro de los ODS y hacia SAa más resilientes y
sostenibles. A continuación, destacamos las acciones que se abordan en este informe y que
podrían considerarse como apuestas seguras en la transición del período de pospandemia y para
potenciar el rol de ALC en la transformación hacia SAa más prósperos, sostenibles, resilientes e
inclusivos: 1. Combinar estrategias de fomento de SAa locales (3.3.1) y de impulso del
comercio internacional para equilibrar mejor los costos y los beneficios económicos, sociales y
ambientales de cada una, contribuyendo a una alimentación más diversa, asequible y abundante;
al uso más eficiente de los recursos; al mejoramiento del equilibrio mundial de carbono y, por lo
tanto, a la creación de SAa más resilientes. 2. Fortalecer el multilateralismo (3.3.2), aprovechar
mejor las oportunidades de los acuerdos comerciales y los procesos de integración regional,

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