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FISIOLOGIA HUMANA

Ve su tercera edición el tratado de FISIOLOGÍA HUMANA del Profesor Tresguerres, experto


director de una amplia obra que ha acometido con la colaboración de un importante grupo de
directores asociados, científicos y clínicos. La Medicina actual se fundamenta en amplias bases
anatómicas, biofísicas y bioquímicas, en la fisiología y fisiopatología clínicas, además de en la
clínica humana. El saber médico exige la aplicación permanente de los incesantes avances de
sus ciencias esenciales, de las cuales la fisiología humana constituye un conjunto prioritario
imprescindible. Los tratados de esta disciplina, incluso los grandes Handbuch de Fisiología
normal y patológica, han sido en gran medida responsables de la difusión de los conocimientos
fisiológicos, y ejemplo de ello son los libros editados en los siglos XIX y XX. Las bases
fisicoquímicas, la biología molecular, la genética, la química, en su brillante progresión,
propician los cimientos de la Fisiología moderna; y los avances en la fisiología celular y tisular,
de la regulación intracelular y del medio interno, fundamentan su actualización. Desde los
trabajos y tesis de Claude Bernard, Ludwig, Pavlov y Sherrington, entre otros, de diversas
escuelas de Fisiología europeas (también españolas) y americanas, se fueron concretando
conceptos sobre funcionamiento celular, intercambios celulares y modificaciones del medio
ambiente a nivel de órganos y sistemas. El desarrollo de la fisiología y la fisiopatología ha
transcurrido en paralelo a la obtención de hallazgos funcionales, celulares y tisulares. El
organismo, como unidad orgánica funcional, cumple sus cometidos unitarios. Las funciones se
encaminan a un fin, la integridad y conservación de la vida, y este fin dispone de variados
mecanismos de autorregulación. Funciones vitales del organismo vivo se agrupan y suman
para cada trabajo en sus múltiples facetas: capacidad de reacción; respuestas de órganos y
sistemas vinculadas al individuo, al ser vivo animal y humano que siente, padece y sufre; nivel
consciente en el hombre y, a su vez, suma resultante funcional de cada una de sus parcelas,
función unitaria superior y el nivel más elevado de la fisiología que más y mejor debemos y se
pretende conocer. Pero el organismo no es sólo adición de partes, sino peculiar integración
entre ellas, subordinadas e interrelacionadas para conseguir mantener las funciones vitales, la
vida y la salud. La actividad celular y tisular, de órganos y sistemas, constituye la función y el
conocimiento esencial de la Fisiología, que debe llegar al entendimiento de sus mecanismos
últimos aprovechando variados métodos analíticos. De ahí que un tratado de fisiología humana
conste de capítulos generales —Fisiología general y celular—, y de otros especiales, como
aquellos sobre fisiología del sistema nervioso —neurofisiología I y II—, de la sangre, del riñón,
del sistema cardiovascular, de los aparatos respiratorio y digestivo, sobre metabolismo y
sistema endocrino. Se ha concedido peculiar importancia y gran interés, por original, a la
sección que glosa la integración y adaptación del organismo, parte fundamental de la
fisiología, que incluye capítulos dedicados al estudio de la temperatura corporal, el ejercicio, el
hambre y la saciedad, así como las funciones vitales y reproductivas, el envejecimiento y los
diversos ritmos biológicos. El tratado de Fisiología Humana del Prof. Tresguerres mantiene una
directriz fundamental que permite, con la profundidad necesaria, la conexión entre fisiología y
fisiopatología, en ausencia de espacios vacíos sino, al contrario, con una lógica transicional. Su
lectura, desde la perspectiva de la patología clínica, permite enjuiciar que se trata de un libro
completo, al contener todo lo que debe ser conocido para fundamentar correctamente los
fenómenos patológicos. La labor directriz de la obra de FISIOLOGÍA HUMANA del Profesor
Tresguerres es encomiable, desde el momento mismo de su división en apartados y capítulos
en los que se insiste, en todo momento, en lo fundamental, destacándolo sobre lo accesorio.
Cada capítulo tiene la extensión debida, y en ellos se destaca la relación entre unos y otros,
labor por cierto no sencilla, al ser un tratado de multiautoría. La extensión y diversidad de sus
capítulos así como la experiencia de sus autores son el mejor fundamento para el
conocimiento de la patología y de la clínica, que permitirán modelar el conocimiento de las
bases médicas para que, en la actualidad y en el futuro inmediato, se consiga la máxima
capacitación del médico para desenvolverse en cualquier campo de la patología.

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