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CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN 2023

JUNTO A TI SEÑOR JESÚS


Capilla 20 noviembre

CANTO DE ENTRADA
INTRODUCCIÓN: “Cuando estemos frente al Santísimo Sacramento, abramos
nuestro corazón; nuestro buen Dios abrirá el suyo. Iremos a Él; Él vendrá a
nosotros; uno para pedir, el otro para recibir. Será como un soplo del uno al
otro.” — San Juan María Vianney
El tiempo que pasas con el Señor en la adoración eucarística te fortalece
para tu ministerio catequético y te prepara para ser fiel testigo de Jesús, para
introducir a la gente al misterio de Dios y para ayudar acompañar a otros en
la vida cristiana.
Comienza este momento santo colocándote en una posición cómoda para
tus oraciones. Respira lento y profundamente durante unos momentos,
dejando que todo tu cuerpo se relaje. Deja que las preocupaciones y cargas
con las que has estado lidiando se vayan desvaneciendo mientras permites
que tu mente se vaya relajando junto con tu cuerpo. Escucha para que te
hable Dios al corazón y te inspire en tu ministerio catequético.
Oración inicial
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Amado Padre, derrama tu Espíritu Santo sobre mí para que pueda ser buen
catequista de tu Palabra, tu Hijo, Jesucristo. Haz que mi mente y mi corazón
sean tan abiertos y receptivos a tu Espíritu Santo que, como María, podre
convertirme en un instrumento vivo de tu Palabra para los demás. Ayúdame
a ser un testigo fiel de la vida del Evangelio para que tu Iglesia pueda estar
cada vez más viva. Deja que el fuego de tu amor encienda mi corazón tanto
que pueda ser un instrumento para atraer a otros a amarte en la Iglesia de tu
Hijo. Te lo pido a través de Cristo nuestro Señor. Amén.

CANTO
Comunión espiritual: Creo, Jesús mío, que estas real y verdaderamente en el
cielo y en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y
deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo
ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y
como si ya te hubiera recibido, te abrazo y me uno del todo a ti.
Señor, no permitas que jamás me separe de ti. Amen.

El Ministerio del Catequista: “Hay diferentes dones espirituales, pero el Espíritu


es el mismo. Hay diversos ministerios, pero el Señor es el mismo.” “Hay
diversidad de obras, pero es el mismo Dios quien obra todo en todos. La
manifestación del Espíritu que a cada uno se le da es para provecho común.
A uno se le da, por el Espíritu, palabra de sabiduría; a otro, palabra de
conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, el don de la fe, por el Espíritu; a
otro, el don de hacer curaciones, por el único Espíritu; a otro, poder de hacer
milagros; a otro, profecía; a otro, reconocimiento de lo que viene del bueno
o del mal espíritu; a otro, hablar en lenguas; a otro, interpretar lo que se dijo
en lenguas. Y todo esto es obra del mismo y único Espíritu, que da a cada
uno como quiere.” (1 Corintios 12,4-11)

CANTO

Acto de fe: Dios mío, porque eres verdad infalible, creo firmemente todo
aquello que has revelado y la Santa Iglesia nos propone para creer. Creo
expresamente en ti, único Dios verdadero en tres Personas iguales y distintas,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y creo en Jesucristo, Hijo de Dios, que se encarnó
y murió por nosotros, el cual nos dará a cada uno, según los méritos, el premio
o el castigo eterno. Conforme a esta fe quiero vivir siempre. Señor, acrecienta
mi fe.
El Ministerio del Catequista: Despertar el entusiasmo personal de todos los
bautizados y reavivar la conciencia de su llamada a realizar una misión propia
en la comunidad exige estar atentos a la voz del Espíritu, que está
infaliblemente presente y es fecundo. También hoy el Espíritu está llamando
a hombres y mujeres a salir al encuentro de todos los que esperan descubrir
la belleza, la bondad y la verdad de la fe cristiana. El papel que desempeñan
los catequistas es una forma específica de servicio entre otras dentro de la
comunidad cristiana. Los catequistas están llamados, en primer lugar, a ser
experto en el servicio pastoral de transmisión de la fe, que se desarrolla a
través de sus diferentes etapas, desde el anuncio inicial del kerigma, pasando
por la instrucción que presenta nuestra nueva vida en Cristo y prepara para
los sacramentos de la iniciación cristiana, hasta la formación permanente
que puede permitir a cada persona dar cuenta de la esperanza que lleva
dentro (1 Pedro 3,15).Al mismo tiempo, todo catequista debe ser un testigo
de la fe, un maestro y mistagogo, compañero y pedagogo, que enseña por
la Iglesia. Sólo a través de la oración, el estudio y la participación directa en
la vida de la comunidad puede crecer en esta identidad y en la integridad y
responsabilidad que conlleva.
Reflexión
• Ábrele tu corazón a Jesús. Date permiso de presentarle tus necesidades y
deseos, sabiendo que Él está contigo y te prepara en tu identidad
catequética al transmitir la fe a los demás.
• Reflexiona sobre tu encuentro con la persona de Jesucristo y las formas en
que has dado testimonio de la nueva vida que hay en ti, derivada de la
bondad y la verdad del Evangelio.

CANTO
Acto de Esperanza: Señor Dios mío, espero por tu gracia la remisión de todos
mis pecados; y después de esta vida, alcanzar la eterna felicidad, porque tú
lo prometiste que eres infinitamente poderoso, fiel, benigno y lleno de
misericordia. Quiero vivir y morir en esta esperanza. Amén.
El Ministerio del Catequista: Es conveniente que al ministerio instituido de
Catequista sean llamados hombres y mujeres de profunda fe y madurez
humana, que participen activamente en la vida de la comunidad cristiana,
que puedan ser acogedores, generosos y vivan en comunión fraterna, que
reciban la debida formación bíblica, teológica, pastoral y pedagógica para
ser comunicadores atentos de la verdad de la fe, y que hayan adquirido ya
una experiencia previa de catequesis.
Reflexión
Haz una pausa para pensar en tu vida de fe personal y piensa ¿Hay áreas de
tu vida de fe personal que reconoces que necesitas mejorar?
CANTO

Oración de la Caridad: Dios mío, te amo sobre todas las cosas y al prójimo por
ti, porque Tú eres el infinito, sumo y perfecto Bien, digno de todo amor. Quiero
vivir y morir en este amor. Dios de amor, Creador de todas las cosas, nos
llamas a estar en relación contigo y con los demás. Te agradezco por
llamarme a ser catequista, por la oportunidad de compartir con los demás lo
que me has concedido. Que todos aquellos con quienes comparto el don de
la fe puedan descubrir tu presencia en todo lo que nos rodea. Que lleguen
a conocerte a ti, el único verdadero Dios, y a Jesucristo, quien has enviado.
Que la gracia del Espíritu Santo guíe mi corazón y mis labios, para que
permanezca constante en mi amor y alabanza por ti. Que yo sea testigo del
Evangelio y ministro de tu verdad. Que todas mis palabras y acciones reflejen
tu amor. Amén.

CANTO

Oración final todos juntos:


Respira en mí, Oh Espíritu Santo, para que todos mis pensamientos sean
santos.
Actúa en mí, Oh Espíritu Santo, para que mi trabajo también sea santo.
Llama a mi corazón, Oh Espíritu Santo, para que ame solo lo que es santo.
Fortaléceme, Oh Espíritu Santo, para defender todo lo que es santo.
Guárdame, entonces, Oh Espíritu Santo, para que siempre pueda ser santo.
Amén. (San Agustín)

CANTO FINAL
CANTO DE SALIDA

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