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LECTOR: CONFIRMACIÓN
INTRODUCCIÓN: Hoy es un momento especial para verte directamente,
con los ojos del corazón, hoy es el momento preciso para darte gracias,
por este momento unidos a ti.
Señor sea hoy tu amor sobre nosotros como lo esperamos de ti, siempre sin
darnos cuenta, permítenos en esta Hora Santa Mariana sentir la gracia de
tu amor y la misericordia infinita de tu corazón.
Un momento de silencio
Canto 2 ( Amando hasta el extremo )
SACERDOTE:
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 19, 25-27
«Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre,
María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre
y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí
tienes a tu hijo». Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y
desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa» PALABRA DE DIOS
LECTOR : JAR
PETICIONES: Señor Tú oyes la oración; a ti acudirá todo ser”. (Salmos 65:2)
Debemos orar, ante todo, porque somos creyentes. La oración es el
reconocimiento de nuestro límite, de nuestra dependencia: venimos de Dios,
somos de Dios y a Dios volvemos. Por lo tanto, no podemos hacer otra cosa que
abandonarnos a Él, nuestro Creador y Señor, con plena y total confianza. Por ello
siendo este el mes de la patria haremos las siguientes peticiones al Señor. Después
de cada una diremos: SEÑOR TEN MISERICORDIA DE TU PUEBLO. (Todos)
1. Por todos los que formamos esta nación guatemalteca, para que, fieles al
Evangelio de Cristo, permanezcamos unidos como una sola familia.
TODOS
5. Por todos los que entregaron su vida en servicio de la Patria, para que
Dios, Padre providente, los lleve a gozar de su presencia en el cielo.
TODOS
6. Por las necesidades de todos los que integran esta nación, para que el
progreso personal y social esté marcado por el Evangelio de Jesucristo.
TODOS
7. Por los gobernantes, para que Dios nuestro Señor les inspire decisiones que
promuevan el bien común, en un ambiente de paz y libertad, conforme
al Evangelio de Jesucristo. TODOS
Oremos: SACERDOTE
Oh Dios, que en este sacramento admirable
nos dejaste el memorial de Tú pasión;
Te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de Tu Cuerpo y de Tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros
el fruto de Tu redención.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amen.
Un momento de silencio y reflexión