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Jueves - 29ª semana.

Tiempo Ordinario Año Par (Ef 3, 14-21; Lc 12, 49-53)

INVOCACION DEL ESPIRITU SANTO

✞ ✞ ✞ Padre, en Tus manos abandono mi vida y todo mi ser, para que me vacíes de todos
los pensamientos, palabras, obras, deseos e imágenes que me separan de Ti.
Calma mi sed y sacia mi hambre, lléname de Ti. Con humildad te entrego mi intención de
consentir tu Presencia y acción en mí, sáname, transfórmame, hazme de nuevo.
Ahora mismo anhelo y te pido a nombre de tu Hijo Jesús que me des al Espíritu Santo;
pues ya dispuesta mi alma, por tu gracia y misericordia; espera la luz que abra mi mente
y mi corazón para escucharte y ahí en mi meditación dejarme encontrar, sorprender,
seducir, tocar, y guiar por Ti.
Dime lo que quieres de mi para hacer Tu voluntad y no la mía. Dame el don de la
contemplación y la gracia para ver, aceptar y perseverar sin apegos, en este camino hacia
la Gloria.

✞ ✞ ✞ Señor Jesús, que tu Espíritu, nos ayude a leer las Sagradas Escrituras en el mismo
modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús.
Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de
Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía
ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los
acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.

Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús,
podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás
vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos
a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén

✞✞✞
Jesús, enséñame a gustar la infinitud del Padre. Háblame, Señor Jesús, acerca del Padre.
Hazme niño para hablarme de él como los padres de la tierra conversan con sus pequeños;
hazme amigo tuyo para hablarme de él como hablabas con Lázaro en la intimidad de
Betania; hazme apóstol de tu palabra para decirme de él lo que conversabas con Juan;
recógeme junto a tu Madre como recogiste junto a ella a los doce en el Cenáculo..., lleno
de esperanza para que el Espíritu que prometiste me hable todavía de él y me enseñe a
hablar de él a mis hermanos con la sencillez de la paloma y el resplandor de la llama (G.
CANOVAI, Suscipe Domine).
«HE VENIDO A TRAER FUEGO A LA TIERRA»
 «Judea. Jesús sigue hablando a sus discípulos».
 «He venido a traer fuego a la tierra. Tengo que recibir un bautismo».
 «No he venido a traer la paz, sino la división».
 «De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos
tres contra dos y dos contra tres».

1 RITOS INICIALES
✞ ✞ ✞ Antífona de entrada Cf. Sal 77, 23-25

El Señor abrió las compuertas del cielo; hizo llover sobre ellos maná, les dio un pan del
cielo; y el hombre comió pan de ángeles.

Nos reunimos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. Amén.
✞ ✞ ✞ Saludo al altar y pueblo congregado

Misa: votiva de la santísima Eucaristía. 25 de Octubre 2018


La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté
siempre con nosotros.

✞ ✞ ✞ Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, en mi vida diaria encuentro muchas ocasiones en las que no me acuerdo de Ti. Te
pido que no dejes de llamar mi atención para que pueda permanecer a tu lado y, así,
pueda amarte.
• Señor Jesús, gracias por estar junto a mí en este nuevo día. Gracias por acompañarme
en mi caminar y no dejarme nunca sólo. Te pido que me ayudes a escuchar tu palabra y
poder así, vivir coherentemente con ella haciendo que toda mi vida de gloria al Padre..

✞ ✞ ✞ Introducción por el Celebrante.

He venido a prender fuego. (Año II. Ef 3,14-21;Lc 12,49-53)


Año II. Abrumados por la belleza y responsabilidad de su ministerio y de la vida cristiana,
el autor de Efesios ruega que los que creen reciban las riquezas de la vida cristiana.
Después da gracias y alabanza al Padre celestial. Hagamos también nuestra esa plegaria.
Evangelio. Hoy el Señor nos confronta con esta pregunta: ¿Cómo son de ardientes la fe y
el amor de ustedes? ¿Puede nuestra fe aguantar contradicción y ridículo, sin que nos
dejemos reducir al silencio vergonzoso? Quizás nos resignamos al mal que percibimos en
nosotros y en el mundo, y dejamos de alzarnos con valentía en apoyo y defensa de lo
bueno y justo. Si nuestro amor al Señor y a la gente fuera suficientemente fuerte, no
toleraríamos en nosotros mismos una paz facilona que adormezca nuestra conciencia. Que
el fuego del Espíritu arda en nosotros.

✞ ✞ ✞ Acto penitencial

El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora
a la conversión. Reconozcamos nuestra indignidad, debilidad, y nuestros pecados e
invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
Jesucristo, el justo, intercede y nos reconcilia con el Padre. Abramos, pues, nuestro
espíritu al arrepentimiento. … Un poco de silencio…
• Quiero decirte también Jesús, que junto con el amor que te tengo, descubro en mi
interior una contradicción, porque mis obras muchas veces me alejan de Ti. Sé que la
razón de mi alejamiento son mis opciones libres de escoger el pecado. Ayúdame a escoger
bien, que el amor triunfe sobre el egoísmo, y que confiando cada día más en tu infinita
misericordia viva con cada vez mayor firmeza mi vida cristiana.
¡Señor, ten piedad! ¡Cristo, ten piedad! ¡Señor, ten piedad!

✞ ✞ ✞ Oración Colecta:

Señor Dios nuestro: Tú nos has hecho libres en Cristo, libres de nuestro egoísmo, libres
de la vergüenza y del miedo, libres para la vida y el servicio. Oh Dios nuestro, acepta
nuestra acción de gracias por este formidable don gratuito. Danos fuerza, día a día, para
crecer en esta libertad y para ayudar a nuestro pequeño o ancho mundo a alcanzar la
misma libertad contra el pecado y sus consecuencias: como son la injusticia, el sufrimiento
y la opresión. Y que un día podamos ser plenamente libres en tu mansión eterna, por
Jesucristo tu hijo nuestro Señor.
Oh, Dios, que por el Misterio pascual de tu Unigénito realizaste la redención de los
hombres, concédenos por tu bondad experimentar el aumento continuo de tu salvación a
quienes, celebrando los sacramentos, proclamamos con fe la muerte y Resurrección de
Cristo. Él, que vive y reina contigo.

2 LITURGIA DE LA PALABRA
✞ ✞ ✞ Primera lectura: Efesios 3, 14-21

Que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; así llegaréis a vuestra plenitud,
según la plenitud total de Dios.
Hermanos:
14 Doblo mis rodillas ante el Padre,
15 de quien procede toda familia en los cielos y en la tierra,
16 para que, conforme a la riqueza de su gloria, os robustezca con la fuerza de su Espíritu,
de modo que crezcáis interiormente.
17 Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que viváis arraigados y
fundamentados en el amor.
18 Así podréis comprender, junto con todos los creyentes, cuál es la anchura, la longitud,
la altura y la profundidad
19 del amor de Cristo, un amor que supera todo conocimiento y que os llena de la plenitud
misma de Dios.
20 A Dios, que tiene poder sobre todas las cosas y que, en virtud de la fuerza con la que
actúa en nosotros, es capaz de hacer mucho más de lo que nosotros pedimos o pensamos,
21 a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús por siempre y para siempre. Amén.
PALABRA DE DIOS. R/TE ALABAMOS, SEÑOR
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Meditatio
Una de las oraciones más hermosas que podemos encontrar en la Sagrada Escritura es
esta que dirige san Pablo al Padre, para que cada uno de nosotros pueda TENER LA
EXPERIENCIA DEL AMOR DE DIOS. En esta oración primero pide que podamos conocer
este amor, pero luego dice "que puedan experimentar". Y es que es muy distinto saber
que una persona me ama a sentirme realmente amado. Esto es lo que hace la diferencia
en un matrimonio, en una familia o en una amistad.
Puede ser que todos sepamos que nuestro papá, nuestro cónyuge o hijos nos aman, pero
la pregunta sería, ¿realmente me siento amado por ellos? ¿su amor es de tal modo
manifiesto que lo percibo y me siento amado? Muchos problemas de desintegración
familiar tienen como origen "no la falta de amor entre padres e hijos", sino la falta de la
EXPERIENCIA amorosa entre ellos. Lo mismo sucede con Dios.
Yo creo que todos los cristianos sabemos que Dios nos ama, pero ¿realmente nos sentimos
amados por él? Si tú no te sientes amado por Dios, no es porque Dios no manifieste su
amor hacia ti, sino porque muchas veces nosotros hemos cerrado la puerta a este amor:
no oramos, no participamos de los sacramentos con devoción sino con prisas, no leemos
la Escritura. Dios quiere que tú experimentes este amor. Ábrete al Espíritu Santo que es
el amor de Dios y pídele tener esta experiencia.
Oratio
Señor, gracias porque siempre estás buscando la manera de que yo me dé cuenta y sea
consciente de que me amas profundamente. En este día quiero pedirte que me des la
gracia de ser un signo de tu amor para aquellos que no te conocen, es mi deseo que
puedas usarme como un instrumento para dar de tu amor a aquellos que tanto lo
necesitan.
Actio
Hoy seré muy explícito al decirles a mis seres queridos que los amo y que son sumamente
importantes para mí.
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• Pablo nos anunciaba ayer las maravillas del misterio del amor de Dios que, escondido
durante siglos, ha sido revelado en Cristo. Hoy, del asombro que ejercía sobre él este
misterio brota una vibrante oración de amor. El apóstol cae de rodillas ante el Padre,
origen de toda familia en el cielo y en la tierra (v. 15), y le pide que los cristianos de Efeso
sean robustecidos con poder en su interior por el Espíritu Santo (v. 16). Pablo pide en
sustancia que su fe sea auténtica y vigorosa, para que Cristo habite en sus corazones y,
por esta razón, pueda crecer en ellos el elemento típico y fundador de la pertenencia a
Dios en Cristo Jesús: la caridad.
Pablo sabe que sólo los que están «arraigados y fundamentados en el amor» (v. 17), en
comunión con los otros creyentes, se encuentran en condiciones de comprender «la
anchura, la longitud, la altura y la profundidad» del amor que supera con mucho toda
medida y categoría humanas (v. 18). Y es que, efectivamente, es por Dios y con la energía
de Dios como podemos llevar a cabo nuestra estupenda vocación: la de ser colmados «de
la plenitud misma de Dios» (v. 19).
Siempre con el impulso de una profunda admiración, Pablo expresa su alabanza a un Dios
que tiene el poder de obrar cosas mucho más grandes de lo que requieren nuestras
peticiones y nuestras mismas aspiraciones.
Sentimos vibrar en toda la perícopa un conocimiento del misterio de Dios que no es fruto
del esfuerzo intelectual, sino de un amor estupefacto, que brota de una actitud
profundamente interior y contemplativa.
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Incendio. Efesios 3,14-21. «A El la gloria de la Iglesia». Hasta en su oración, el tema de


la Iglesia sigue estando presente en el pensamiento de Pablo; ella es, en efecto, la que
manifiesta la obra de Dios. ¿Qué pide Pablo para los cristianos? Que Dios Padre les dé la
fuerza del Espíritu que robustece al «hombre interior». El tema del «hombre interior» (el
corazón del hombre) pertenece a la filosofía griega popular; por eso no hay que
confundirlo al menos habitualmente con la oposición «hombre viejo/hombre nuevo», que
es propia del pensamiento judío.
Pablo desea que Cristo habite en el corazón de los cristianos por la fe. Entonces «llegarán
a su plenitud, según la Plenitud total de Dios». Volvemos a encontrar algunas expresiones
del primer capítulo que recuerdan el evangelio de Juan: los creyentes participan de la
plenitud que Cristo recibe del Padre y que comunica a su cuerpo.
El final de la primera parte de Efesios encuentra un eco en el salmo 32, que canta la
constancia de Dios en llevar a cabo su obra de salvación.
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1. Lo que Trasciende Toda Filosofía


1.1 La primera lectura nos deja ver la vida cristiana como un itinerario. Es grande haberlo
comenzado, y eso nos lo otorgó la fe, pero es más grande avanzar y crecer en él, y eso
es lo propio de la madurez cristiana. La invitación, pues, es a madurar.
1.2 ¿Qué implica esa madurez? Apoyémonos en ese texto de la Carta a los Efesios para
descubrir algunas de sus notas peculiares. Las palabras claves parecen ser: cristianos
robustos, enraizados en el amor, habitados por Cristo, llenos de sabiduría espiritual, esto
es, aptos para comprender las dimensiones propias del amor.
1.3 Cada una de esas expresiones nace de experiencias reales de la vida de fe: Hay que
estar "robustos" porque creer es entrar en la batalla y porque hay enfermedades que
tratan de apocar y debilitar el alma. Hay que estar enraizados en el amor, pero sólo quien
se sabe amado llega a amar y sólo quien está dispuesto a amar soportará los desengaños
y dificultades que la vida trae. Hay que estar habitados por Cristo porque ningún otro
señor dará su rumbo cierto al barco de nuestra vida y nadie como él podrá defendernos
de lo que no vemos. Y hay que estar colmados de sabiduría y capaces de reconocer las
dimensiones del amor porque hasta el fin de nuestros días seremos discípulos y porque
es necesario para gastar la eternidad admirando el perpetuo milagro insondable del amor
divino.
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En el texto se destaca una actitud de constante trabajo espiritual y la búsqueda incesante


de un crecimiento interior. El conocimiento del misterio de Cristo, no es fruto de una
actitud intelectual, sino producto de la fe. En la medida que nos dejamos llenar del amor
de Dios, nos encontraremos con el verdadero Señor de la vida.

✞ ✞ ✞ Salmo

Sal 32,1-2.4-5.11-12.18-19
R/. La misericordia del Señor llena la tierra.
Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. Dad gracias al Señor
con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas.
R/. La misericordia del Señor llena la tierra.
Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y
el derecho, y su misericordia llena la tierra.
R/. La misericordia del Señor llena la tierra.
Pero el plan del Señor subsiste por siempre, los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad.
R/. La misericordia del Señor llena la tierra.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.
R/. La misericordia del Señor llena la tierra.
✞ ✞ ✞ Aleluya

Aleluya Flp 3, 8-9


R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Por él lo perdí todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo y ser hallado
en él.
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

✞ ✞ ✞ “Padre, dame tu bendición”: “El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies
dignamente su Evangelio en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”

✞ ✞ ✞ Lectura del Santo Evangelio según: Lucas 12, 49-53

No he venido a traer paz, sino división.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
49 He venido a prender fuego a la tierra; y ¡cómo desearía que ya estuviese ardiendo!
50 Tengo que pasar por la prueba de un bautismo, y estoy angustiado hasta que se
cumpla.
51 ¿Creéis que he venido a traer paz a la tierra? Pues no, sino división.
52 Porque de ahora en adelante estarán divididos los cinco miembros de una familia, tres
contra dos, y dos contra tres.
53 El padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra
la madre; la suegra contra la nuera, y la nuera contra la suegra.
PALABRA DEL SEÑOR. R/ GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS.

✞ ✞ ✞ “Que por el Evangelio sean perdonados nuestros pecados veniales”

San Josemaría Escrivá, Camino 1


Que tu vida no sea una vida estéril. –Sé útil. –Deja poso. –Ilumina, con la luminaria de tu
fe y de tu amor.
Borra, con tu vida de apóstol, la señal viscosa y sucia que dejaron los sembradores
impuros del odio. –Y enciende todos los caminos de la tierra con el fuego de Cristo que
llevas en el corazón.
Lee que nos dice Isaac el Sirio:
Hazte violencia (cf Mt 11,12), esfuérzate en imitar la humildad de Cristo, a fin de que se
encienda cada vez más el fuego que prendió en ti, este fuego que consume todos los
impulsos de este mundo que destruyen al hombre nuevo y que manchan las moradas del
Señor santo y poderoso.
Porque yo afirmo con san Pablo que “somos templo de Dios” (2Co 6,16). Purifiquemos
pues su templo, “como él mismo es puro” (1Jn 3,3), con el fin de que tenga el deseo de
permanecer allí; santifiquemoslo, como él mismo es santo (1P 1,16); adornemoslo de
muchas obras buenas y dignas.
Llenemos el templo del descanso de su voluntad, como de un perfume, por la oración
pura, la oración del corazón que es imposible adquirir entregándose a los contínuos
impulsos de este mundo. Así la nube de su gloria cubrirá tu alma, y la luz de su grandeza
brillará en tu corazón (cf 1R 8,10). Todos los que permanezcan en la casa de Dios se
llenarán de alegría y se regocijarán. Pero los insolentes y los desleales desaparecerán bajo
la llama del Espíritu Santo.

1 Contexto. La palabra se ilumina.


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49-53. Con una mirada retrospectiva a 3,16, Lucas presenta la razón fundamental de la
oposición a Jesús y a sus discípulos, y de las oposiciones dentro de la Iglesia.
Cómo interpretar el presente (cf. Mt 10,34-36). Estas sentencias, originalmente aisladas,
están unidas aquí de manera bastante libre. Los vv. 49-50 nos permiten atisbar las
profundidades del espíritu de Jesús que se pronuncia sobre su propia misión, a traer fuego
sobre la tierra: El fuego es habitualmente una figura del juicio (cf. 3,16-17); aquí parece
tratarse del fuego que separará y purificará a los que están destinados para el reino.
Actuará a través de la palabra de Jesús y el Espíritu. Cf. el Evangelio de Tomás, § 9.
49. fuego: La naturaleza del mensaje de Jesús es purificar y hacer que la gente distinga
entre la escoria y lo auténtico.
50. bautismo: Bautizar «no es utilizado aquí como referencia al rito del bautismo, sino
como metáfora de ser vencido por la catástrofe ... » (Marshall, Cospel 547). En obediencia
a la voluntad de Dios, avanza Jesús en su camino hacia Jerusalén y hacia su éxodo (9,3 1
), afrontando, resueltamente, toda oposición.
Un bautismo con el que ser bautizado: Jesús se refiere a su pasión inminente, en la
que se «sumergirá». La imagen deriva del AT (cf. Sal 124,4-5) y señala las profundidades
de la tristeza y del dolor que le aguardan según su condición humana. Cf. Mc 10,38 (el
martirio de Jesús).
Me angustio: El verbo griego synechomai implica un matiz de ansiedad o congoja, una
fuerza intolerable frente a la que no es posible dominarse (cf. V. Taylor, Jesús and His
Sacrifice [Londres, 1937], 164-67; O. Cullmann, Early Christian Worship [Chicago, 1953],
19).
51-53. no a traer la paz: Esto no está en contradicción con 1,79 o 7,50. Jesús no tolerará
la paz a cualquier precio. Su afirmación es de tono irónico. No es su intención apoyar la
tranquilidad del status quo, sino traer la espada que separará a los hambrientos de los
satisfechos.
53. el padre estará dividido contra el hijo... : Quizá el trasfondo de este versículo sea
Miq 7,6. Pero lo más importante es que parece que Lucas ha enmarcado el tema de la paz
en este versículo y en el v. 52. Estos versículos deberían leerse, sin embargo, teniendo en
mente el programático 2,34-35. La paz no puede obtenerse a cualquier precio, sobre todo
a costa del compromiso con la palabra de Dios. No obstante, aun en medio de situaciones
violentas, el Jesús lucano llama al perdón, a la reconciliación (p.ej., 9,51-56) y al amor a
los enemigos (6,27-36).
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• La humanidad está obligada a elegir frente a Cristo. No es posible permanecer indiferente


ante su Evangelio y sus «pretensiones» correspondientes. Esto depende sobre todo del
radicalismo de la propuesta de salvación que ha venido a traer el Nazareno: una propuesta
impregnada de amor, frente a la que es preciso reaccionar por amor.
«He venido a prender fuego a la tierra» (v. 49): el tono del discurso es autobiográfico.
Eso significa que para poder elegir qué hacer y cómo vivir es necesario, antes que nada,
resolver el dilema sobre la identidad de Jesús: quien no le reconozca en su verdadera
identidad no podrá llevar a cabo decisiones dignas del seguimiento de Jesús. «Un fuego...
un bautismo...» (w. 49ss): no se trata del fuego del Espíritu Santo, ni siquiera del fuego
del juicio, sino del vivo deseo que alimenta Jesús de pasar por el fuego purificador de su
pasión y muerte. Igualmente, Jesús desea pasar a través de ese bautismo de sangre que
será su sacrificio en la cruz. Desde esta perspectiva, las imágenes del fuego y del bautismo
nos proyectan hacia el final de la vida terrena de Jesús y hacia la cima de su misterio, que
culminará con la entrega total de sí mismo al Padre por amor a nosotros.
Frente al amor que nos ha atestiguado Jesús, es menester reaccionar con amor, y es cosa
sabida que el amor, el verdadero, es siempre muy exigente, en ocasiones desgarrador.
Ésa es la razón de que responder a la llamada evangélica implique, por un lado, dejar y,
por otro, tomar. Dejar todo lo que es contrario al Evangelio y a sus exigencias radicales
para tomar la única cosa necesaria; es más, la única persona necesaria: Jesús, hijo de
Dios y redentor nuestro. La instancia ascética claramente dibujada por este fragmento
evangélico tiene que ser leída desde la perspectiva de una vocación propuesta por Jesús
a sus discípulos, y vuelta a proponer ahora a todos nosotros.
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No paz, no division. Como apéndice a las instrucciones precedentes, Jesús realiza algo
así como un balance de su misión, una mision que desea ardientemente llevar a su
consumacion con el «bautismo» de la pasion. La finalidad que persigue Jesus es «prender
fuego a la tierra», irradiando la buena nueva del Reino de Dios (la imagen del fuego podria
referirse al juicio, pero tambien podemos conectarla con el don del Espiritu: 3,16; Hch
2,3ss). Ahora bien, en vez de la paz, ha traldo la division, como ya ha mostrado el
evangelio en otras ocasiones y como ya habia profetizado el anciano Simeon (2,34). La
adhesion a su mensaje o el rechazo del mismo no afectan solo a la relacion entre el y las
personas particulares, sino tambien a las de los hombres entre ellos.
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Lucas 12:35 – 13:9. El contexto


Nuestra lección del Evangelio se encuentra dentro de una sección más grande que enfatiza
vigilancia, preparación, y discipulado fiel:
• 12:35-40 llama siervos a la vigilancia.
• 12:41-58 enfatiza obrar fielmente, anticipando el regreso del amo.
• 12:57-59 recomienda llegar a un acuerdo con tu opositor en vez de llevarlo a corte.
• En 13:1-5, Jesús advierte, “si no os arrepintiereis, todos pereceréis.”
• 13:6-9 es la parábola de la higuera infructuosa que el amo quiere cortar.
2 Reflexión. ¿Qué nos dice Dios en el Texto? La palabra me ilumina.
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Lucas 12:49-50. Fuego vine a meter en la tierra


En el griego original, “fuego” y “bautismo” son las primeras palabras de cada oración,
enfatizándolas más. El lenguaje de estos versículos recuerda a 3:16, donde Juan Bautista
prometió que Jesús “os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”
“Fuego vine a meter en la tierra” (v. 49a). Fuego puede ser metáfora para purificación
(Levítico 13:52; Números 31:23; Malaquías 3:2) – o para juicio (Génesis 19:24; Lucas
3:9, 17; 17:29). Elías trajo el fuego de juicio sobre los profetas de Baal (1 Reyes 18:36-
40) y los soldados del Rey Ocozías (2 Reyes 1:10-14). Juan Bautista, en un versículo
rodeado de referencias al fuego como juicio (3:9, 17), dijo que el Mesías “os bautizará en
Espíritu Santo y fuego” (3:16). Santiago y Juan querían traer fuego sobre los samaritanos
que rechazaron a Jesús, pero Jesús no lo permitió (9:54).
“¿y qué quiero, si ya está encendido?” (v. 49b). El deseo que Jesús tiene por llegar al
fin es obvio. En versículo 50a, menciona el bautizo con el que ha de ser bautizado – una
referencia encubierta de su muerte. En versículo 50b, menciona el estrés que le oprimirá
hasta el momento de su bautizo/muerte. Entonces, con esta referencia de 49b parece
anhelar la crucifixión para poder pasar pronto por ella y seguir a la victoria de la tumba
vacía. Su crucifixión será terrible, pero la anticipación es terrible también. Desea dejarla
detrás.
“Empero de bautismo me es necesario ser bautizado” (v. 50a). Esta referencia al
bautizo se comprende mejor en el contexto de la respuesta de Jesús hacia Santiago y
Juan, que pidieron sentarse a su derecha e izquierda en el reino. Jesús les dijo, “No sabéis
lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados del bautismo de que
yo soy bautizado?” (Marcos, 10:38). El vaso y el bautizo son metáforas para el sufrimiento
y muerte de Jesús. “Seguramente, ‘bautizo’ retiene su sentido original de sumergir,
inmergir, o echar, y es una inmersión en agua o fuego que amenaza la vida” (Tannehill,
213).
“y ¡cómo me angustio (griego: pos sunechomia) hasta que sea cumplido!” (v.
50b). Estas palabras son las de un hombre comprometido a una misión difícil, angustiado
por la anticipación que siente – desea que la espera termine y que la misión sea cumplida.
Es lo que siente un soldado antes de entrar en batalla – un policía en camino al lugar del
crimen – un paciente esperando el momento de su operación. Anticipamos que el juicio
sea malo, pero que la espera sea difícil también. De nuevo veremos la angustia de Jesús
cuando reza en el Monte de Olivos, su sudor “como grandes gotas de sangre que caían
hasta la tierra” (22:44).
“La cristología implicada por este pasaje no se debe pasar por alto. De nuevo Jesús habla
de su misión divina. ‘Vine a meter’; ‘es necesario ser bautizado.’ Claramente, Lucas
comprendía que Jesús era el que venía a cumplir el Antiguo Testamento. También era él
por el cual toda la humanidad se divide” (Stein, 365-366).
Lucas 12:51-53. He venido a dar disensión
“¿Pensáis que he venido a la tierra a dar paz? No, os digo; mas disensión” (v.
51). ¡Esta palabra perturba! Preferimos pensar de Jesús como Príncipe de Paz que viene
a “encaminar nuestros pies por camino de paz” (1:79), y a dispensar “buena voluntad
para con los hombres” (2:14). No obstante, una investigación de la palabra “paz” en este
Evangelio provee un poco de tranquilidad. Jesús sana a dos mujeres y les dice que vayan
en paz (7:50; 8:48). De otra manera, ofrece paz solo a los que la comparten con otros
(10:5-6) y a los discípulos después de la resurrección (24:36). Aquí deja claro que trae
disensión en vez de paz. En el versículo paralelo de Mateo (10:34), Jesús trae una espada.
“Porque estarán de aquí adelante cinco en una casa divididos; tres contra dos, y
dos contra tres” (v. 52). Hasta familias serán divididas a causa de Jesús. En la vida
israelita, todas las relaciones familiares son importantes. El lugar de una persona en la
familia confiere ambos identidad personal y un lugar en la comunidad. Personas saben
quién eres porque conocen a tu padre y madre (4:22). Familia también proporciona un
sistema de apoyo en un mundo sin programas de bienestar social. Dividir una familia es
dejar a sus miembros en tierra movediza social y económicamente. Significa cortar las
mismas raíces de la estructura social.
“El padre estará dividido contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra
la hija, y la hija contra la madre” (v. 53). Estas palabras suenan a las de Miqueas 7:6,
“un texto que claramente influyó las expectativas judías sobre el final” (Nolland, 710).
¿Por qué, entonces, traería Jesús disensión? Jesús vino a este mundo para establecer el
reino de Dios. Vino a transformar un mundo pecador, y ese tipo de transformación no es
fácil. Muchos de los primeros en este mundo serán los últimos en el reino de Dios (13:30),
y no se puede esperar una simple aceptación de esta reversa sin lucha. A lo largo de su
ministerio, Jesús socorre a los afligidos (los que no tienen poder) y aflige a los cómodos
(los poderosos). Es como darle un empujón a un oso. Uno esperaría que el oso respondiese
enojado – y osos pueden matar. Jesús, claro, no vino a incitar un oso, sino que vino a
aplastar la cabeza de Satanás (Génesis 3:15), un juego aún más peligroso. Jesús ganará,
pero a costa de una épica batalla.
A lo largo de su ministerio Jesús experimenta conflicto, culminando con la cruz. Simeón
predijo este conflicto cuando Jesús era todavía un infante. “Y los bendijo Simeón, y dijo á
su madre María: He aquí, éste es puesto para caída y para levantamiento de muchos en
Israel; y para señal a la que será contradicho; Y una espada traspasará tu alma de ti
misma” (Lucas 2:34-35).
La temprana iglesia también experimentaba conflicto desde fuera y desde dentro. Judíos,
incluyendo a Saúl de Tarsos, perseguían cristianos. Soldados romanos llenaban las
carreteras de cruces. Dentro de la iglesia también había conflicto – conflicto sobre el
estatus de gentiles, comer carne de animales sacrificados a ídolos, y numerosas otras
cosas.
Hoy, la iglesia todavía encuentra oposición de fuera y división por dentro. Cristianos aún
sufren de persecución en muchas partes del mundo, y sienten la presión de callar su
testimonio en muchos otros lugares. Si hemos de hacer la obra de Cristo, debemos esperar
oposición. La ordenación de homosexuales, el aborto, la investigación celular, y el servicio
militar solo son unas de las líneas que dividen. Desafortunadamente, también generamos
conflicto dentro de la iglesia cuando luchamos por cosas tan triviales como el color de la
alfombra del santuario.
Los primeros discípulos dejaron a sus familias para seguir a Jesús y ya han vivido
persecución. Aunque las palabras de Jesús sobre la disensión nos pueden preocupar, para
estos primeros cristianos servían de apoyo. Las palabras de Jesús les ayudan a
comprender un mundo que les opone y les hace sufrir. En el Cuarto Evangelio, Jesús dice,
“Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción:
más confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
www.ocarm.org

Oración inicial
Dios todopoderoso y eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con
sincero corazón. Por nuestro Señor.
Del Evangelio según Lucas 12,49-53
Reflexión
• El evangelio de hoy nos presenta algunas frases sueltas de Jesús. La primera sobre el
fuego sobre la tierra la tiene sólo Lucas. Las otras tienen frases más o menos paralelas en
Mateo. Esto nos remite al problema del origen de la composición de estos dos evangelios
que hizo correr ya mucha tinta a lo largo de los últimos dos siglos y se resolverá
plenamente sólo cuando podamos conversar con Mateo y Lucas, después de nuestra
resurrección.
• Lucas 12,49-50: Jesús, vino a traer fuego sobre la tierra. "He venido a arrojar un
fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya hubiera prendido! Con un bautismo tengo
que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla!” La imagen del fuego
vuelve muchas veces en la Biblia y no tiene un sentido único. Puede ser imagen de la
devastación y del castigo y puede también ser la imagen de la purificación y de la
iluminación (Is 1,25; Zc 13,9). Puede evocar hasta protección como vemos en Isaías: Si
pasas en medio de las llamas, no te quemarás” (Is 43,2). Juan Bautista bautizaba con
agua, pero después de él, Jesús habría de bautizar por medio del fuego (Lc 3,16). Aquí,
la imagen del fuego es asociada a la acción del Espíritu Santo que descendió el día de
Pentecostés bajo la imagen de lenguas de fuego (He 2,2-4). Las imágenes y los símbolos
no tienen nunca un sentido obligatorio, totalmente definido, que no permita divergencia.
En este caso ya no sería ni una imagen, ni un símbolo. Es típico de la naturaleza del
símbolo el provocar la imaginación de los oyentes y de los espectadores. Dejando la
libertad a los oyentes, la imagen del fuego combinado con la imagen del bautismo indica
la dirección en la que Jesús quiere que la gente dirija su imaginación. El bautismo es
asociado con el agua y es siempre expresión de un compromiso de Jesús con su pasión:.
¿Podéis ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?» . (Mc 10,38-39).
• Lucas 12,51-53: Jesús vino a traer la división. Jesús habla siempre de paz (Mt 5,9;
Mc 9,50; Lc 1,79; 10,5; 19,38; 24,36; Jo 14,27; 16,33; 20,21.26). Entonces ¿cómo
entender la frase del evangelio de hoy que parece decir lo contrario: “¿Creéis que estoy
aquí para poner paz en la tierra? No, os lo aseguro, sino división.”. Esta afirmación no
significa que Jesús estuviera a favor de la división. ¡No! Jesús no quiere la división. El
anuncio de la verdad que él, Jesús de Nazaret, era el Mesías se volvió motivo de mucha
división entre los judíos. Dentro de la misma familia o de la comunidad, unos estaban a
favor y otros radicalmente en contra. En este sentido la Buena Noticia de Jesús era
realmente una fuente de división, una “señal de contradicción” (Lc 2,34) o como decía
Jesús: “Estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra
la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.”
Era lo que estaba ocurriendo, de hecho en las familias y en las comunidades: muchas
divisiones, mucha discusión, como consecuencia del anuncio de la Buena Noticia entre los
judíos de aquella época, unos aceptando, otros negando. Lo mismo vale para el anuncio
de la fraternidad como valor supremo de la convivencia humana. No todos concordaban
con este anuncio, pues preferían mantener sus privilegios. Por esto, no tenían miedo de
perseguir lo que anunciaban la fraternidad y el compartir. Esta es la división que surgía y
que está en el origen de la pasión y de la muerte de Jesús. Era lo que estaba aconteciendo.
Lo que pensaba la gente. Jesús quiere la unión de todos en la verdad (cf. Jn 17,17-23).
Hasta hoy es así. Muchas veces, allí donde la Iglesia se renueva, el llamado de la Buena
Noticia se vuelve una “señal de contradicción” y de división. Personas que durante años
vivieron acomodadas en la rutina de su vida cristiana, y que ya no quieren ser
incomodadas por las “innovaciones” del Vaticano II. Incomodadas por los cambios, usan
toda su inteligencia para encontrar argumentos en defensa de sus opiniones y para
condenar los cambios como contrarios a lo que ellas piensan ser la verdadera fe.
www.santaclaradeestella.es

Del fragmento de san Pablo que hemos leído hoy se desprende una clara contraposición
entre lo que los destinatarios de la carta eran en un tiempo, cuando eran esclavos del
pecado, y lo que son ahora. Es posible que para nosotros esta realidad no sea tan clara:
no hay en nosotros un pasado de impureza y desorden absoluto y un hoy de santidad y
justicia, sino un camino de conversión en acto para llegar a ser según el corazón de Dios.
Necesitamos ponernos a mendigar a diario la gracia del poder de la cruz, a invocar el don
del Espíritu. Si constatamos nuestra lentitud en el camino de conversión, nos tranquiliza
la certeza de que Dios es paciente y quiere atarnos a él de un modo cada vez más estrecho,
para que podamos saborear qué grande es la libertad que deriva de nuestra pertenencia
a él.
Sí, es paradójico, pero -como atestiguan los santos cuanto más somos poseídos por Dios,
tanto más libres estamos de todo. No son éstas realidades comprensibles a la razón: sólo
quien las vive las puede reconocer fácilmente. Jesús nos habla en el evangelio de hoy del
deseo que le consume de llevar a cabo la misión que le ha dado el Padre, aunque sabe
demasiado bien lo que comporta el paso cruento a través de la cruz. Las mismas
disposiciones interiores, el mismo anhelo de seguir a Jesús, a cualquier precio, se
encuentran en el cristiano que ha adquirido la verdadera libertad haciéndose, por propia
voluntad, esclavo de un Dios que es Amor.
www.Dioscadadía.Bastin,Pinkers,Teheux

Incendio. Lucas 12,49-53 ¿Jesús un incendiario? «He venido a prender fuego en el


mundo, y ¡ojalá estuviera ya ardiendo!» El fuego seduce... Sí, pero no hay que jugar con
él: cuando el fuego prende en la maleza, no tarda en consumirse todo el monte. Y, sin
embargo, los campesinos suelen quemar el suelo para renovarlo...
«He venido a prender fuego en el mundo». El amor encendido en nuestros corazones se
hace devorador ¿quién podrá expresar la altura, la anchura, la profundidad de la ternura
que nos ha abrasado? El fuego ha prendido en nosotros: el amor es una pasión; nos hemos
encendido: el amor no conoce reservas. La Iglesia es una esposa apasionada: ¡el amor
absorbe sus pensamientos!
«¡Ojalá estuviera ya ardiendo!» Jesús se dirige a Jerusalén, a pasar la prueba del fuego.
El amor es pasión. La Iglesia, encendida en el fuego del amor, será bautizada en la muerte
para acceder a la resurrección. No hay lugar en el Evangelio para las medias tintas. Cuando
prende el fuego, es preciso correr el riesgo de que resulte incontrolable si le da por soplar
el viento. La Iglesia, que ha conocido con su Señor el bautismo del fuego, no podrá poner
trabas al soplo incandescente del Espíritu. La Iglesia está poseída por la palabra, que es
revelación de la desmesura del amor. «¡Entonces conoceréis el amor de Cristo, que excede
todo lo imaginable!»
El fuego purifica y separa el oro de su ganga. «¿Pensáis que he venido a traer al mundo
paz?» El amor divide cuando es tomado en serio. La Iglesia está en el mundo sin ser del
mundo. Purificada por el fuego, vive el tiempo del testimonio y de la contradicción: desde
los días incandescentes en que la palabra de fuego encendía una hoguera imposible de
apagar, desde aquellos días que inauguraron una nueva era de la historia, la fisura
cristiana no ha dejado de incidir en la tierra de los hombres. Y la Iglesia, ardiente de
deseo, dirige al Padre su plegaria en nombre de todas las edades: «¡Ojalá estuviera ya
ardiendo!»
www.fraynelson.com

2. La Verdad, como una Espada


2.1 Hay en el Evangelio una verdad maravillosamente consoladora: el amor de Dios que
se ha manifestado en el sacrificio redentor de Cristo. Pero esta verdad necesita muchas
veces abrirse paso a través de las nubes y engaños que acarician y adormecen nuestra
conciencia.
2.2 En ese "abrirse paso" la verdad nos llama a despertar, y a veces es difícil despertar,
como lo habrá comprobado todo el que quiera llamar del sueño a un niño pequeño. A
menudo el niño se queja y hasta dice palabras agrias al que trata de llamarlo.
2.3 Pues bien, el mundo duerme, y ama su sueño. El mundo duerme y odiará al que quiera
despertarlo, aunque eventualmente algunos de los que despierten rezongando luego
agradecerán con lágrimas de gozo lo que antes denigraron.
www.elmisericordioso.me-Pildorasdefe.net

Diálogo con Jesús


Señor mío, sabes que sin Ti no puedo ser feliz, ya que me hace falta el impulso que me
lleva a actuar y hacer las cosas bien. Por eso, en este momento quiero que quites de mí,
toda experiencia de tristeza y de miedo, y me ayudes a vivir con pasión todas las
actividades de este nuevo día. Ayúdame además a controlar mis emociones y a no dejar
que ninguna circunstancia negativa me haga perder el control y decir o hacer lo que no
es correcto. Gracias por todas las bendiciones que derramas sobre aquellos que amo y
que hoy pongo en tus manos para que les ayudes. En tu nombre y con la seguridad de tu
bendición comienzo esta nueva jornada. Amén
Evangelio del día: El cristiano encuentra fortaleza en la fuerza del amor. La
verdadera fuerza del cristiano es la fuerza de la verdad y del amor. Debe renunciar a toda
violencia.
Reflexión del Papa Francisco
¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a
traer la división ¿Qué cosa significa esto? Significa que la fe no es una cosa decorativa,
ornamental; vivir la fe no es decorar la vida con un poco de religión. Como si fuera una
torta que se la decora con la crema. No. La fe no es eso.
La fe comporta elegir a Dios como criterio-base de la vida, y Dios no es vacío, no es
neutro, Dios es siempre positivo, Dios es amor Y el amor es positivo.
Después que Jesús vino al mundo, no se puede hacer como si no conociésemos a Dios.
Como si fuera una cosa abstracta, vacía, puramente nominal. No, Dios tiene un rostro
concreto, tiene un nombre: Dios es misericordia, Dios es fidelidad, es vida que se dona a
todos nosotros.
Por esto Jesús dice: he venido a traer división; no es que Jesús quiera dividir entre ellos
a los hombres, al contrario: Jesús es nuestra paz, ¡es reconciliación!
Pero esta paz no es la paz de los sepulcros, no es neutralidad. Jesús no trae neutralidad.
Esta paz no es un acuerdo a cualquier precio.
Seguir a Jesús comporta renunciar al mal, al egoísmo y escoger el bien, la verdad, la
justicia, también cuando ello requiere sacrificio y renuncia a los propios intereses. Y esto
sí divide, lo sabemos, divide también los lazos más estrechos.
Pero atención: No es Jesús el que divide. Él pone el criterio: vivir para sí mismo, o vivir
para Dios y para los demás; hacerse servir, o servir; obedecer al propio yo u obedecer a
Dios. He aquí en qué sentido Jesús es signo de contradicción
Por lo tanto, esta palabra del Evangelio no autoriza de hecho el uso de la fuerza para
difundir la fe. Es precisamente al contrario: la verdadera fuerza del cristiano es la fuerza
de la verdad y del amor, que comporta renunciar a toda violencia. Fe y violencia son
incompatibles
En cambio fe y fortaleza van juntas. El cristiano no es violento pero es fuerte y ¿con que
fortaleza? con aquella de la mansedumbre; la fuerza de la mansedumbre, la fuerza del
amor.
También entre los parientes de Jesús hubo algunos que a un cierto punto no compartieron
su modo de vivir y de predicar, nos lo dice el Evangelio. Pero su Madre lo siguió siempre
fielmente, teniendo fija la mirada de su corazón en Jesús, el Hijo del Altísimo, y en su
misterio.
Y al final, gracias también a la fe de María, los familiares de Jesús entraron a formar parte
de la primera comunidad cristiana.
Pidamos a María que también nos ayude a nosotros a tener la mirada bien fija en Jesús y
a seguirlo siempre, también cuando cuesta (Reflexión antes del rezo del ángelus. 18 de
agosto de 2013)
Oración de Sanación
Señor mío, quiero agradecerte por el regalo de tu presencia en mi vida y en todos los
momentos en que más te he necesitado. Abro los ojos hoy a tu amor y permito que llenes
mi corazón de Ti y de todo lo bueno que quieres darme.
Bendita sea tu poderosa fuerza que es capaz de transformar mis turbulentas pasiones y
apaciguarlas con el don de tu fe y de la paciencia. Bendito seas que no me dejas solo en
los momentos de prueba.
No es sencillo seguir tus pasos. Tu Palabra es fuente de sanación, pero también motivo
de división, pues muchos no la aceptan y la desprecian, y tendré que aceptar el desprecio
cuando toque a mi puerta.
No es que seas Tú el que nos divida, es la indiferencia a cumplir con tus mandamientos lo
que causa que, algunos, se alejen de tus promesas de vida y no se enfoquen en el regalo
precioso de tu amor.
Yo también he sentido esa división en mi corazón. Ayúdame a separarme de mis antiguas
pasiones, de esas falsas sensaciones de felicidad terrenales.
Tú eres el Dios del amor, no abandonas a nadie en el combate, por ello, te suplico que me
ayudes a serenarme y a renunciar a todo deseo malsano que pase por mis pensamientos
y que quiera inducirme a vivir una vida sin Ti.
Contigo me siento seguro. Ayúdame a ser una persona que refleje tu poder y tu bondad
a todos los demás, que puedan ver que el amor es lo único que trae la verdadera felicidad.
Mi Señor, que ninguna de mis acciones genere división o heridas en los demás. Tengo la
plena certeza de que Tú no me fallarás. Ven y hazme nueva criatura, forma parte de mí.
Confío en tu gracia. Amén
Propósito para hoy
Rezaré 10 Avemaría clamando a Dios por la unidad de todos los cristianos. Para que todos
seamos uno
Frase de reflexión
"Los sacramentos, especialmente la Penitencia y la Eucaristía, son momentos privilegiados
para el encuentro con Cristo". Papa Francisco
www.evangelizacion.org.mx

Jesús en este capítulo está hablando de la necesidad de ser fieles al Evangelio, de estar
preparados. Esta fidelidad al Evangelio nos puede llevar, incluso, a encontrarnos con
problemas aun dentro de nuestra propia familia. Dado que el Reino es una invitación que
se hace de manera personal, hay quien puede, si no rechazarla, sí tomarla con menos
seriedad de la que el mismo Evangelio nos lo demanda.
Esto causará división, pues los criterios del mundo no van de acuerdo con los del
Evangelio. Cuando el fuego del amor de Dios arde en el corazón del cristiano, la vida no
siempre se ve como la ve el resto del mundo. Lo anterior no quiere decir que el cristiano
será el causante de la división, sino el mismo Evangelio que se opone al egoísmo, a la
mentira y a la injusticia.
www.evangeliodeLucas.GiorgioZevini

«Fuego» es el poder de Dios que purifica, su santidad que destruye la altivez de los
soberbios. «Fuego» es la vida de Jesus, su destino de pasión, de sufrimiento, de muerte
y de Pascua.
La «paz» que Cristo nos ha traido se concretará en la medida en que se de en nosotros
una conversion efectiva, con la consiguiente superacion del facil irenismo. Es preciso llegar
a descubrir cómo el punto verdadero de observacion para comprender todas las realidades
es el Calvario. Juan XXIII expresaba esta conviccion de fe en la homilia del comienzo de
su pontificado: «Es desde este monte santo desde donde debemos mirar las cosas
terrenas, juzgarlas y servirnos de ellas».
Jesús vino a romper los vinculos de los que se unen por la violencia y por el egoismo. Las
falsedades, las manipulaciones y los errores van a ser desenmascarados y condenados
sea quien sea el que los proponga y por muy extensa que sea su difusion. Vemos a nuestro
alrededor una reverencia y una sujecion crecientes, incluso por parte de los creyentes,
por los que defienden a ultranza, por ejemplo, todos los tipos de vida animal pero afirman
que recurrir al aborto para que no nazca un niño puede ser en ocasiones un derecho;
recogen fondos y firmas para proteger arboles ultracentenarios, pero proponen legalizar
la eutanasia; muestran admiracion frente a otras modalidades religiosas, sobre todo si
son exoticas, pero se horrorizan si intentas defender la presencia del crucifijo en las
escuelas.
Miremos a Cristo, escuchemos su Palabra y no nos dejemos subyugar por tantos falsos
profetas: la lectura del tiempo presente a la que Cristo invita a los suyos es algo demasiado
serio.
www.catholic

El fuego de la vida. La sangre que Cristo derramó sobre la cruz provocó un incendio en
el que tantos corazones se han encendido y consumido con un fuego abrazador. Este
suceso ha hecho un quiebre total en la historia de la humanidad y en la vida de cada
hombre. Es Dios quien ha traído fuego al mundo a un precio que solo Él podía pagar.
Tenemos una oportunidad de oro para ser colaboradores al transmitir la conciencia de lo
que somos por pura gracia: Su creación más amada. Nuestra parte será transmitir y
propagar el fuego que llevamos dentro; si lo alimentamos, podremos satisfacer el deseo
que lleva Cristo en su interior: Ojalá el mundo ya estuviese ardiendo en amor.
Estemos atentos, porque el fuego que hemos recibido se puede ahogar si nos encerramos
en nosotros mismos y no lo transmitimos. Seremos tibios si, no encontrando una buena
razón para compartirlo, nos guardamos este don. Sería una pena que poco a poco se fuese
apagando.
Si aprendemos a valorar lo que Dios nos ha donado podremos convencernos de que
dejarnos quemar por el amor es la razón por la cual hemos nacido: para amar y ser
amados. La invitación que Cristo nos hace es amar apasionadamente hasta que los latidos
de nuestro corazón no solo le den vida a nuestro cuerpo, sino que den vida a toda nuestra
familia y a toda la Iglesia.
• Toda celebración eucarística a la vez que constituye un acto de culto público a Dios,
recuerda la vida y hechos concretos de nuestra existencia. Mientras nos nutrimos con el
Cuerpo y la Sangre de Cristo, nos asimilamos a Él, recibimos en nosotros su amor, no
para retenerlo celosamente, sino para compartirlo con los demás. Esta lógica está inscrita
en la eucaristía, recibimos su amor en nosotros y lo compartimos con los demás. Esta es
la lógica eucarística. En ella, de hecho, contemplamos a Jesús como pan partido y donado,
sangre derramada por nuestra salvación. Es una presencia que, como un fuego, quema
en nosotros las actitudes egoístas, nos purifica de la tendencia a dar sólo cuando hemos
recibido, y enciende el deseo de hacernos, también nosotros, en unión con Jesús, pan
partido y sangre derramada por los hermanos. (Homilía de S.S. Francisco, de 201).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con
Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que
es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscaré compartir con alguien una experiencia concreta del amor de Dios.
www.BibliaStraubinger

51 s. Cf. Mt. 10, 34 s. Ésta es la explicación y el consuelo para los que están en inevitable
conflicto con familia o amigos por causa del Evangelio. Es necesario, dice S. Pablo, que la
división muestre quiénes son aprobados por Dios (1 Co. 11, 19). Cf. 14, 26.
http://www.ciudadredonda.org

Hola, amigos y amigas:


Qué diferente el Jesús del Evangelio de hoy con tantas predicaciones que insisten en
presentar la imagen de un Jesús tan dulce y tan suave, que “no mata ni una mosca”. El
Jesús del Evangelio es un hombre apasionado por el Reino de su Padre y un hombre que
no ha venido a traer un mensaje adormecedor a sus seguidores, sino a despertarlos a la
fuerza irrefrenable y transformadora del amor. Por supuesto que Jesús no quiere la
división de las familias ni de la sociedad, pero sabe que, cuando una persona se encuentra
de verdad con Él, no queda indiferente: su vida se transforma y sus valores le llevan a
luchar por lo que considera valioso, al punto de cuestionar incluso tradiciones y lazos que
perecían tan sagrados e incuestionables como son los familiares. El Evangelio es una luz
que todo lo ilumina; su claridad trae nuevos criterios de vida y, si los tomamos en serio,
se convierten en un fuego que nos purifica de lo que no sirve y enciende en nosotros
procesos de vida abundante al servicio del Reino de Dios
¿Has sentido ese fuego dentro de tu vida? No se puede ser cristianos de verdad sin estar
poseídos por este fuego, y no me refiero a un carácter apasionado o a un temperamento
impulsivo que muchas veces arrasa con la vida de las personas provocando daño y división
sin más. Me refiero al fuego del amor que tiene su origen en el perdón que recibimos, en
la alegría de saber que Dios nos busca cuando nos creíamos perdidos, en la confianza de
saber que Él nunca nos ha abandonado y en la fortaleza de contar con el amor de Aquel
que se entregó hasta el extremo por nosotros. Cuando este fuego enciende su llama en
nuestro interior se convierte en luz para nuestros pasos y deja al descubierto todo aquello
que se opone al Reino de Dios para denunciarlo y transformarlo. No se trata de un fuego
violento y vengativo, sino de un fuego que ofrece calor, luz y aliento de vida a toda costa.
¿Quieres vivir encendido en ese fuego? No olvides la frase de los discípulos de Emaús:
“¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las
Escrituras?” (Lc 24, 32). Deja que la escucha de su Palabra encienda ese fuego en tu
corazón.
http://www.aqplink.com/roguemos

Lucas 12,49-53 – Yo he venido a traer fuego sobre la tierra.


¿Qué clase de Misión ha venido a cumplir Cristo entre nosotros? Sus palabras son como
para erizar a cualquiera. ¿Quién es este? ¿De qué habla? ¿Debemos sentirnos alagados?
¡Es un peligro! ¡Está loco! ¡Es peligroso! Pongamos estas palabras en cualquier escenario
y serán censurables o cuando menos alarmantes.
¿Qué es lo que tiene que estar ocurriendo para que se proclamen desde los púlpitos de
todos los templos católicos del planeta y no salgan todos con la sensación de no ser un
buen día? Porque, quién podría estar contento con semejantes amenazas.
Otra posibilidad es que en realidad sean pocos los que realmente las escuchan y muchos
menos los que las entienden. Tal vez ocurra que nos hemos acostumbrado tanto a los
discursos de Jesús, que ya ni les hacemos caso. ¿Se han vuelto inocuos? o quizás siempre
lo fueron. ¿Es Jesús o serán sus mensajeros los que fallan? Obviamente nos inclinamos
por esto último.
Si alguien llegara con este discurso a una reunión en tu casa, ¿no lo sacarías más que
inmediatamente? No solo quiere prender fuego a nuestra casa, sino que encima manifiesta
su deseo de que ya esté ardiendo. ¿Puede ser confiable alguien que se expresa así?
O está chiflado, o está expresándose en una suerte de lenguaje encriptado, solo asequible
para iniciados. Habrá que escuchar la explicación que nos dan los sacerdotes en la homilía
dominical. Aquí tenemos una de los Carmelitas. ¿Perciben como nosotros que estas
palabras parecieran quemarles las manos, al extremo que no hallan como justificarlas?
Llegan incluso a afirmar que tienen diferentes significados según los evangelistas y cuando
finalmente acepta que la Palabra de Dios podría ser causante de divisiones, la remite a
los judíos de la época de Jesús. O sea, tiene poco que ver con nosotros.
¿No tiende esta homilía un cierto manto de inaplicabilidad actual? Es así como se lee y
reflexiona sobre ella en casi todos los templos. Por eso es que todo el pueblo cristiano
puede escuchar este mensaje, sin incomodarse mayormente, porque las sienten dirigidas
a los judíos de hace 2mil años.
Sin embargo, este es posiblemente uno de los mensajes más subversivos que habremos
de escuchar en nuestras vidas. ¿Y de quién viene? Nada menos que del Señor. No, no
quiere decir que debamos salir a encender la ciudad, ni a agitar, ni llamar a la violencia.
¡Nos está llamando a vivir radicalmente el evangelio! ¡Sin medias tintas! ¡Sin eufemismos!
Si hacemos lo que el Señor nos manda, inflexiblemente y en cada circunstancia, muy
pronto nos empezarán a perseguir, nos denostarán y tratarán de callarnos e incluso
suprimirnos.
Es del enemigo, del opositor, que vendrá el fuego y la división. Y este será una señal de
que avanzamos. Mientras podemos mantenernos cómodamente en nuestros puestos,
sosteniendo nuestros privilegios y bienestar, mientras no sea necesario incurrir en
sacrificio alguno, debemos sospechar que tal vez nos hemos acomodado demasiado.
No, no quiere decir que el Señor quiere que busquemos masoquistamente el sufrimiento,
sino que el amor, el verdadero amor, demanda sacrificios y pocos están dispuestos a
asumirlos. Antes preferirán callarnos y aun desaparecernos por cualquier medio, con tal
de no verse afectados.
Nos señalarán y se ensañarán contra nosotros, con tal de no ver las profecías de Cristo
cumplidas. Es a este fuego al que se refiere el Señor. El fuego de la hoguera en la que
seremos quemados los cristianos. Decenas, centenas y aun millares de hogueras serán la
señal que el Evangelio está prendiendo, encontrando nuevos mártires dispuestos a
entregar sus vidas por Cristo.
Mientras esto sea así, no habrá razón de preocuparse, porque el Reino de Dios irá
creciendo, hasta abarcarlo todo. Por esta vía llegará el triunfo definitivo, porque llegará el
momento en que todo hombre o mujer en la Tierra agachará la cabeza a la sola mención
del nombre del Señor.
Hoy, a diferencia de lo que ocurría en los sucesos narrados en este evangelio, sabemos
que Jesucristo ha Resucitado venciendo al mundo y a la muerte, por lo tanto la victoria
está asegurada. Solo debemos perseverar en la fe y hacer lo que Jesús nos manda: amar
a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.
Oremos: Padre Santo, no permitas que nos acostumbremos a tal punto al Evangelio, que
lo oigamos como oímos llover, sin hacerle ni caso. Que asumamos el mensaje del Señor
y dejemos que este transforme nuestras vidas…Te lo pedimos por nuestro Señor
Jesucristo, que vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos…Amén. Roguemos al Señor… Te lo pedimos Señor.
http://www.caminando-con-jesus.org

Jesús es, sin duda, un personaje cautivante que genera posiciones encontradas. Muchos
estarán de su lado y otros en su contra. Si bien sus palabras pueden generar violencia, en
realidad, su persona genera posturas que llevan a muchos a ejercer violencia. Así murió
Él, así murieron muchos mártires, así seguirán muriendo quienes lo sigan.
1. Admiración por la fuerza de las palabras de Jesús
Este Evangelio de Jesucristo, se debe contemplar más que usar el entendimiento y la
imaginación para comprender que es lo que Jesucristo nos quiere decir, y la diferencia es
que al contemplar descubrimos su sentido en el corazón, con recogimiento y admiración
por la fuerza de las palabras de Jesús en este relato y al utilizar el entendimiento y la
imaginación, esta profundización puede pasar por un simple repaso o una preocupación
que nos traiga desasosiego.
2. He venido a traer fuego a la tierra
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: He venido a traer fuego a la tierra ¡y cuánto
desearía que ya estuviera ardiendo! En este primer versículo, el Señor nos muestra que
arde de pasión y desea que los que lo siguen también se enciendan, es inflamen del
Espíritu Santo, de caridad y amor, espíritu de fuego que actúa a través de Cristo y el
Espíritu Santo.
Con congoja y angustia dice el Señor; Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio
mientras llega! En efecto, este fuego es El, y está ansioso hasta que llegue, es la cruz,
momento culminante de su fuego de amor, que lo sumerge, lo bautiza en la muerte con
triunfo sobre ella.
3. ¿Piensan que he venido a traer paz a la tierra?
Y también nos dice: ¿Piensan que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo, no
he venido a traer paz, sino más bien división. Jesús dice esto, porque este fuego que Él
pone en la tierra va a exigir tomar partido por El. Va a incendiar a muchos, y por eso El
trae la división, no como un intento, sino como una consecuencia. Es el modo que tiene
El de formular la causalidad o permisión. Y este desacuerdo se la expresa llegando a lo
más entrañable de la vida: la familia. Para entender mejor, esta división familiar,
pensemos en este ejemplo; Si en grupo familiar se sigue una fe no cristiana, como
ejemplo, musulmana, y alguien de ese grupo familiar se convierte al cristianismo, ¿no
causa acaso una división?, o bien, si en un determinado país de ideas contrarias a las
enseñadas por Cristo se establece una comunidad cristiana, ¿acaso no causa revuelo?.
Como vemos, muy bien se cumplen a la letra las palabras del Señor.
4. El Mesías era llamado también la paz
La literatura profética, y más aún la rabínica, conocía el juicio previo a la venida del Mesías.
Tanto, que ésta fue caracterizada, sin más, con la frase elíptica de los dolores del Mesías,
es decir, los dolores que habrá para el alumbramiento o venida del Mesías. Pero, una vez
venido, lo había de poner todo en orden y paz. El Mesías era llamado también la Paz.
Cristo Mesías comienza rectificando este concepto mesiánico rabínico. El no vino a traer
la paz, sino la espada, la guerra. No es que el Príncipe de la Paz (Is 9:5) no venga a traer
la paz, sino que, por su doctrina aquí la espada —, va a ser ocasión de que con relación a
El haya guerra. No en vano es un signo de contradicción (Lc 2:34). Y esta guerra va a
llegar a ser dentro del mismo hogar (Miq 7:6).
5. Cristo, exige un amor supremo a Él
Ante esta lucha de la sangre y familia en torno a Cristo, ¿qué hacer? Dejarlo todo por El.
Así lo expresan los versículos de Mt 10, 37 y 38: El que ama al padre o a la madre más
que a mí, no es digno de mí. Y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de
mí. Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
Cristo, exige un amor supremo a El sobre todas las cosas, proclama su misma divinidad,
ya que los valores que exige sacrificar son de ley natural. Sólo está por encima de estos
valores el amor de Dios. Y este amor exige aún más: El que no toma su cruz y camina
detrás de mí, no es digno de mí. Esta imagen de la cruz tomada sobre sí era familiar a los
judíos. Roma aplicaba esta pena. Varo había hecho crucificar a 2.000 judíos. Imagen
aterradora. Pero Cristo la exigía para ser dignos de Él. Y, además, la llevarán detrás de
Él. La enseñanza aquí de tomar la cruz no tiene sentido austero, sino el de persecución
violenta y martirio, que puede ser con la crucifixión. Lc (9:23) le da ya una adaptación
ascética, al decir que se ha de tomar la cruz de cada día. Por último, y para aclarar
definitivamente esto, Cristo hace la contraposición entre la vida del cuerpo y la del alma.
Perder la primera por Cristo es asegurar la segunda, ya que el alma no pueden matarla.
No se trata de decir que no interesa el cuerpo, sino destacar bien que Dios tiene el pleno
dominio y destino del hombre entero.
6. Sentirse compenetrado con el ideal de Cristo
Sentirse cristiano, es sentirse compenetrado con el ideal de Cristo, con el corazón
enardecido y encendido de amor por El, que nos estimula a ser apóstoles y a tomar la
antorcha del fuego del amor y la fe, llama que alumbra, que da luz, la Luz de Cristo.
Regresando al inicio de este Evangelio, Jesús nos ha dicho: He venido a traer fuego a la
tierra ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Así es como rezamos; “Ven Espíritu
Santo”, llena nuestros corazones de fuego y enciende en nosotros el fuego de tu amor”
3 Para la reflexión personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.-¿Qué me falta para ser más como Él?
5. Buscando la unión, Jesús era causa de división. ¿Te ocurrió lo mismo alguna vez?
6. Ante los cambios en la Iglesia, ¿cómo me sitúo?
4 Oración. ¿Qué le decimos a Dios? La palabra se convierte en Oración.
1 Por tu Iglesia, para que sea el fuego que prende en todo sarmiento seco y reaviva la
brasa oculta bajo la ceniza: te rogamos, Señor, óyenos.
Por los bautizados, para que no olviden el Espíritu en el que han sido creados: te rogamos,
Señor, óyenos.
Por nuestra asamblea, para que, purificada con el fuego de tu palabra, reconozca el ardor
que la hace vivir: te rogamos, Señor, óyenos.
Tú que nos enriqueces con tu propia vida, no permitas, Dios y Padre nuestro, que las
preocupaciones de esta tierra nos impidan vivir. Haz que nuestro corazón y nuestra mente
aspiren a las realidades de lo alto, y que tu Espíritu nos conceda afrontar con esperanza
la vida de cada día. www.Dioscadadía.Bastin,Pinkers,Teheux
2 Tu bautismo en el Jordán, Señor Jesús, me ha revelado el alcance de tu amor: Hijo de
Dios, nacido por nosotros. Tu bautismo de sangre, Señor, me ha redimido por tu amor:
fuego purificador de mis culpas. Tu resurrección, Señor, me ha mostrado el poder de tu
amor: promesa consoladora de vida eterna. Tu ascensión, Señor, me ha asegurado la
plenitud de tu amor: respiración vital y recreadora. Tu pentecostés, Señor, me inunda de
tu amor: certeza perenne de luz y calor. Oh Señor, «renueva la faz de la tierra» y también
mi vida. www.santaclaradeestella.es
3 ¡Aclamad con júbilo, justos, a Yahvé, que la alabanza es propia de hombres rectos! ¡Dad
gracias a Yahvé con la cítara, tocad con el arpa de diez cuerdas; (Sal 33,1-2) www.ocarm.org
4 ¡Padre nuestro que nos bendices aún en nuestras divisiones y discusiones familiares!
Que grande es tu misericordia; no nos abandonas, por el contrario, quieres nuestra
felicidad, nuestra unión y que sintamos el Fuego ardiente de tu amor con el Espíritu que
nos infundes y que es nuestro motor y dador de Vida. La verdadera paz y el vedadero
amor solo provienen de tu mano Dios mio. Por eso Hoy quiero implorarte que no permitas
apartarnos de Ti, porque reconocemos que cuando aceptamos la tentación, también
aceptamos el no tenerte como «protector»; faltos de luz, sin esperanza, con pleno hielo
en el corazón. ¡Ven Señor, y en Nombre de Jesús Amado, quémanos con tu fuego de
amor, con tu palabra viva y cortante, con los dones del Espiritu Santo, y que ese soplo de
fuego, sea purificador, maximizador de la fe, transformador y poseedor de nuestra vida
eterna. Amen. www.dario.res
5 No hay oracion. www.evangeliodeLucas.GiorgioZevini

5 Contemplación. ¿Cómo interiorizamos la palabra de Dios? La palabra en el


corazón de los Padres.
El amor se basta a sí mismo, gusta por sí mismo y por su propia causa; es mérito y
recompensa de sí mismo. No busca fuera de él ninguna causa ni ningún fruto: su fruto es
precisamente amar. Amo porque amo, amo para amar. Es una gran cosa el amor, siempre
que se remonte a su principio y, vuelto a su origen, reservado en su fuente, tome siempre
de ella para poder fluir de manera perenne. De todos los movimientos del alma, entre
todos los sentimientos y los afectos, es el amor el único con el que la criatura puede
responder a su Creador, si no de igual a igual, sí al menos de semejante a semejante [...].
El amor del Esposo -o mejor, el Esposo que es amor- sólo pide reciprocidad de amor y
fidelidad. En consecuencia, la amada debe amarle a su vez. ¿Cómo podría dejar de amar
ella, que es esposa y esposa del Amor? ¿Cómo podría no ser amado el Amor?
Es justo entonces que, renunciando a todos los otros afectos, se entregue del todo a un
único amor, pues a ella le toca corresponder al Amor mismo con amor. En efecto, aunque
se derrame toda en amor, ¿qué proporción habrá en este amor suyo y el perenne manar
de la fuente del mismo? No cabe la menor duda de que el flujo del amor no brota con la
misma riqueza de quien ama y de aquel que es el Amor, del alma y del Verbo, de la esposa
y del Esposo, del Creador y de la criatura: la abundancia de la fuente no es, a buen seguro,
la del sediento.
¿Entonces? ¿Será, pues, vano, desaparecerá por completo el deseo de la que espera las
nupcias? La aspiración de quien espera, el ardor del amante, la confianza de quien espera,
¿se verán decepcionados porque la esposa no pueda correr con el paso de un gigante,
contender en dulzura con la miel, en mansedumbre con el cordero, en candor con el lirio,
en luminosidad con el sol, en amor con aquel que es Caridad? No. En efecto, aunque la
criatura ame menos porque es más pequeña, puede amar a pesar de todo con todo lo que
es, y donde está el todo, nada falta. Por eso, como he dicho, amar así es una verdadera
unión nupcial (Bernardo de Claraval, Sermones super Cántica Canticorum, Sermo LXXXIII,
Roma 1958, II, pp. 300-302). www.santaclaradeestella.es
No hay contemplacion. www.evangeliodeLucas.GiorgioZevini

6 Acción. ¿A qué me comprometo con Dios? Para custodiar y vivir la palabra.


Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Ahora, en cambio, hemos sido liberados
del pecado y convertidos en siervos de Dios» (cf. Rom 6,22).
7 Para la lectura espiritual. Caminar con la palabra.
«Cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros» (Rom 5,8). Si el amor
cristiano tiende a la imitación de Cristo, esta verdad primordial sobre la que se fundamenta
todo el cristianismo no puede ser ignorada. El «prójimo», el más cercano a Cristo, es el
más alejado. El Señor nos hace advertir, en el marco inequívoco que nos proporciona del
juicio final (Mt 25), que detrás de este «alejado» que tiene hambre y sed, que está
desnudo, enfermo, prisionero, es a él a quien encontramos, escondido a pesar de ser
alcanzable, sin ser notado a pesar de ser experimentado en verdad. Ahora bien, cuando
el Señor vino a buscar a los hombres, a amarlos, cuando dio la vida para volver a llevarlos
a casa, el prójimo no era a buen seguro para él sólo un alma perdida, un hombre entre
tantos. El amor no puede amar más que el amor. El amor de Dios, que invade todo el
mundo y pasa por todos los extravíos, no puede amar más que a Dios. Cuando el Hijo
pasa del Padre al mundo para ir a buscar a su enemigo y llevarle el amor del que éste
carece, debe ver, a través de él, en él, a Dios: debe ver al Padre, que ha creado a este
hombre, lo ha formado a su imagen y semejanza, le ha amado, llamado y marcado con
una marca indeleble: la señal de la pertenencia al Hijo, al Verbo, a la redención y a la
Iglesia [...].
La exigencia de que el amor no se detenga en el hombre, aunque sea en el más miserable,
el más necesitado de amor, es lo que distingue el amor cristiano de todo tipo de
humanitarismo puramente terreno. Es un amor dirigido a Dios a través del hermano: Dios
en sí mismo y Dios para nosotros en Cristo y en la Iglesia. Y no puede ser más que así,
porque el amor divino, el amor que viene de Dios, es infinito, y por eso debe extenderse
hasta el mismo Dios [...]. Al amor cristiano no se le pide ciertamente descubrir a Cristo,
como en una especie de juego del escondite, «detrás» del hermano extranjero que
«representaría» a Cristo, o incluso que ame a Cristo «en el puesto» del hermano, de modo
que se instaure entre ambos un oscuro mecanismo de sustitución. Basta con que el
cristiano ame a su hermano junto con Cristo: así lo amará con referencia al Padre (H. U.
von Balthasar, Die Gottesfrage des heutigen Menschen, Viena 1956, pp. 208ss; 212-214
[edición española: El problema de Dios en el hombre actual, Ediciones Cristiandad, Madrid
1966]). www.santaclaradeestella.es
No hay Lectura espiritual www.evangeliodeLucas.GiorgioZevini

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✞ ✞ ✞ Profesión de Fe

Solo los Domingos y Solemnidades.

✞ ✞ ✞ Intenciones (Oracion de los fieles)

Al celebrar estos sagrados misterios, pidamos al Dios de la salvación que escuche


misericordiosamente nuestras plegarias.
- Para que conceda a la Iglesia la libertad y la paz. Roguemos al Señor.
- Para que se digne establecer y conservar la justicia en todas las naciones. Roguemos al
Señor.
- Para que descubra a los poderosos que mandar es servir. Roguemos al Señor.
- Para que dé a los súbditos una obediencia sin servilismo. Roguemos al Señor.
- Para que perdone a los pecadores, proteja a los justos, consuele a los que sufren y dé
la salud a los enfermos. Roguemos al Señor.
- Para que despierte en nosotros el amor a los pobres y el deseo del cielo. Roguemos al
Señor.
- Señor Jesús, enciende a tu Iglesia con la llama de un profundo interés por llevar tu
Buena Noticia de salvación a todos. Que el evangelio dialogue con el mundo y con sus
aspiraciones y necesidades. Por eso te rogamos:
- Señor Jesús, da el calor de tu fortaleza a todos los que tienen que pasar a través del
fuego del sufrimiento, del fracaso y de la discriminación, y líbralos del desaliento; por eso
te rogamos:
- Señor Jesús, enciende de nuevo tu fuego en los corazones de aquellos cuya fe se ha
vuelto tibia y enfriado, o de los que se han perdido por malos caminos, o han perdido el
camino de vuelta hacia ti; por eso te rogamos:
Oh Dios, que derramas sobre los corazones de tus fieles el don de la caridad; concede a
tus siervos la salud del alma y del cuerpo para que vivan en tu amor, cumpliendo tus
mandatos. Por Jesucristo nuestro Señor.

3 LITURGIA EUCARISTICA
Sacerdote: Orad hermanos para que este sacrificio, mío y vuestro, sea
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria
de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia. (→ Este es el
Compendio de la Misa)

✞ ✞ ✞ Oración sobre las Ofrendas

*** Se llevan al altar los dones; el pan y el vino. *** Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro
espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios
nuestro. *** Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.

Oh Dios, Padre nuestro: Estos dones de pan y vino son humildes ofrendas, pero
representan todo el amor de que somos capaces. Dales vida, para que se conviertan en
el signo viviente de tu amor hacia los hombres, personificado en Jesucristo. Por medio de
él llena nuestras palabras triviales con un espíritu de servicio cariñoso que brote del
corazón. Y llena también nuestros torpes gestos de amor de los unos hacia los otros con
la integridad y plenitud del amor de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.
Al celebrar el memorial de nuestra salvación, suplicamos, Señor, tu clemencia, para que
este sacramento de piedad sea para nosotros signo de unidad y vínculo de caridad. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Introducción a la plegaria eucarística
Centro y el culmen de toda la celebración. Es una plegaria de acción de gracias y de consagración. El sentido
de esta oración es que toda la congregación de fieles se una con Cristo en el reconocimiento de las grandezas
de Dios y en la ofrenda del sacrificio.

a) Acción de gracias
El Señor esté con vosotros. R/ Y con tu espíritu. Levantemos el corazón R/ Lo tenemos
levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
Prefacio I de la santísima Eucaristía. El sacrificio y el sacramento de Cristo.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
El cual, verdadero y único sacerdote, al instituir el sacrificio de la eterna alianza se ofreció
el primero a ti como víctima de salvación, y nos mandó perpetuar esta ofrenda en memoria
suya. Su carne, inmolada por nosotros, es alimento que nos fortalece; su sangre,
derramada por nosotros, es bebida que nos purifica.
• Gracias Señor por haberme acompañado en este momento de oración. Ayúdame para
que renovado después de este encuentro contigo, pueda seguir adelante en mi vida
cristiana con valentía y con la esperanza de saber que cuento con tu auxilio y tu gracia.
Que nunca se apague el fuego que has prendido en mí, para que yo siga iluminando al
mundo con el fulgor de tu luz. Amén.
– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Por eso, con los ángeles y arcángeles, con los tronos y dominaciones, y con todos los
coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
b) Santo: con esta aclamación toda la asamblea, uniéndose a las jerarquías celestiales, canta o recita las
alabanzas a Dios.

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu
gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el
cielo.
c) Epíclesis Se implora el poder divino para que los dones se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de
Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la comunión sea para salvación de quienes
la reciban.

Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus criaturas, ya que por
Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas
todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin
mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso. Por eso, Padre, te suplicamos que
santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera que
se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos
mandó celebrar estos misterios.
d) Narración de la institución y consagración. Con las palabras y gestos de Cristo, se realiza
el sacrificio que él mismo instituyó en la última cena. Momento más solemne de la Misa; es la
transubstanciación: pan y vino desaparecen al convertirse en el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Cristo.
Dios se hace presente ante nosotros con todo su amor. ¡Bendito Jesus en el Santísimo sacramento del Altar!

Porque Él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y dando gracias te
bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen y coman todos de él, porque
esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes".
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dando gracias te bendijo, y lo pasó a
sus discípulos, diciendo: "Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para
el perdón de los pecados. Hagan esto en conmemoración mía".
e) Anámnesis. La Iglesia, al cumplir este encargo que, a través de los Apóstoles, recibió de Cristo
Señor, realiza el memorial del mismo Cristo, su Reactualización, recordando principalmente su
bienaventurada pasión, su gloriosa resurrección y la ascensión al cielo.

Éste es el sacramento de nuestra fe. R/ Anunciamos tu muerte, proclamamos tu


resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
f) Oblación. La asamblea ofrece al Padre la víctima inmaculada, y con ella se ofrece cada uno de los
participantes.

Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su


admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te
ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia y reconoce en ella la Víctima por cuya
inmolación quisiste devolvemos tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la
Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un
solo espíritu.
Que Él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu heredad junto
con tus elegidos: con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los mártires, (san
N.: santo del día o patrono) y todos los santos, por cuya intercesión confiamos obtener
siempre tu ayuda.
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salvación al mundo
entero. Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: a tu servidor,
el Papa N., a nuestro Obispo N., al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo
el pueblo redimido por ti.
g) Intercesiones. Con ellas se da a entender que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la
Iglesia, celeste y terrena, y que la oblación se hace por ella y por todos sus miembros, vivos y difuntos.

Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia, en el
domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida
inmortal. Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el
mundo.
A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo, Señor
nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.
h) Doxología final. Se expresa la glorificación de Dios y se concluye y confirma con el amen del pueblo.

Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del
Espíritu Santo, todo Honor y toda Gloria por los siglos de los siglos. Amén
✞ ✞ ✞ Rito de la comunión
Significa "común unión". Al acercarnos a comulgar, además de recibir a Jesús dentro de nosotros y de
abrazarlo con tanto amor y alegría, nos unimos a toda la Iglesia en esa misma alegría y amor.
a) Introducción al Padrenuestro
Con las palabras de Jesús nuestro Señor oremos al Padre de todos para que su reino venga a cada persona
de la tierra.

• Unidos en el amor de Cristo, por el Espíritu Santo que hemos recibido, dirijámonos al
Padre con la oración que el Señor nos enseñó:
R/ Padre nuestro…
b) Rito de la Paz
Los fieles imploran la paz y la unidad para la iglesia y para toda la familia humana y se expresan mutuamente
la caridad antes de participar de un mismo pan.

Líbranos, Señor.
Líbranos, Señor de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que
ayudados por tu misericordia, vivamos libres de pecado y protegidos de toda perturbación,
y aguardando la venida gloriosa de Jesucristo, nuestra esperanza.

R/. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.


Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy", no tengas
en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele
la paz y la unidad. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. R/. Amén.
La paz del Señor esté siempre con ustedes. R/. Y con tu espíritu.
Dense fraternalmente la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. R. Ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. R. Ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. R. Danos la paz.
Invitación a la Comunión
Señor Jesucristo, hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre y cooperación del Espíritu
Santo, diste con tu muerte vida al mundo, líbrame por éste tú Cuerpo y ésta tu Sangre,
de todas mis culpas y de todo mal, concédeme vivir siempre apegado a tus mandamientos
y jamás permitas que me separe de Ti.
• Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la
cena del Señor.

R. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya
bastará para sanarme.
c) El gesto de la fracción del pan: Significa que nosotros, que somos muchos, en la comunión de
un solo pan de vida, que es Cristo, nos hacemos un solo cuerpo (1 Co 10,17)

d) Inmixión o mezcla: el celebrante deja caer una parte del pan consagrado en el cáliz.
Antífona de comunión Cf. Jn 6, 51-52
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan vivirá
para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.
✞ ✞ ✞ Oración después de la Comunión

Oh Dios, Padre nuestro: Tu Hijo vino a traer fuego a la tierra; él mismo experimentó el
fuego de la condición de la vida humana. Haznos comprender, Señor, y aceptar que no
queremos paz a cualquier costo. Danos el fuego de tu Espíritu para que no busquemos
seguridad en la auto-satisfacción del status quo, sino que nos comprometamos a llevar a
cabo animosamente nuestra misión, como Jesús, Hijo tuyo y Señor nuestro que vive y
reina por los siglos de los siglos.
Te rogamos, Señor, que la participación en la mesa celestial nos santifique para que, por
el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, se afiance la unión de todos los hermanos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

4 RITO DE CONCLUSION
Consta de saludo, bendición sacerdotal, y de la despedida, con la que se disuelve la asamblea, para que
cada uno vuelva a sus honestos quehaceres alabando y bendiciendo al Señor.

✞ ✞ ✞ Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos
de los siglos. R/ Amén.
¡Cristo, Rey nuestro! R/ ¡Venga tu Reino!

Consagración a María
– Pide la intercesión de María rezando esta oración:
Madre del Redentor, Virgen fecunda puerta del Cielo siempre abierta, estrella del mar ven
a librar al pueblo que tropieza y se quiere levantar. Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu Santo Creador, y permaneces siempre Virgen, recibe el saludo del ángel
Gabriel y ten piedad de nosotros pecadores.

✞ ✞ ✞ Bendición

Hermanos: Con demasiada frecuencia el fuego de la fe y del amor fácilmente se extingue


en nosotros. No somos héroes, o quizás, si acaso, muy raramente. Nos es más fácil vivir
tranquilamente en paz, sin complicarnos la vida. Que el Señor nos preserve de una paz
mediocre y culpable, y guarde el fuego de la fe y del amor vivo en nosotros, con su
bendición.
Y así, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre
nosotros y permanezca para siempre
R/ Amén.
Pueden ir en paz. R/. Demos gracias a Dios.

✞ ✞ ✞ Abba Padre, gracias te doy por enseñarme a Cristo histórico. Y ahora, por tu gracia
y Espíritu Santo concédeme fortalecer la fe, para caminar con Cristo, por Cristo y en Cristo,
ya no histórico, sino Pan vivo bajado del cielo.
«Tú eres Cristo, el Hijo de Dios Vivo» Mt 16, 16

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