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Los escépticos

«Y en estas verdades no hay temor alguno a los argumentos de los académicos, que
preguntan: ¿Y si te engañas? Si me engaño, existo; pues quien no existe no puede tampoco
engañarse; y por esto, si me engaño, existo. Entonces, puesto que si me engaño existo,
¿cómo me puedo engañar sobre la existencia, siendo tan cierto que existo si me engaño?
Por consiguiente, como sería yo quien se engañase, aunque se engañase, sin duda en el
conocer que me conozco, no me engañaré. Pues conozco que existo, conozco también esto
mismo, que me conozco. Y al amar estas dos cosas, añado a las cosas que conozco como
tercer elemento, el mismo amor, que no es de menor importancia».
Agustín de Hipona: La ciudad de Dios, XI, 26, BAC.
Corrección:
a) Explica qué argumentos pretende refutar Agustín de Hipona con las ideas que aparece
en este texto.
En este texto, Agustín de Hipona pretende refutar los argumentos de los escépticos, que
negaban la posibilidad de alcanzar la verdad. Para ello, pone en evidencia cómo los propios
escépticos dan por supuestas ciertas verdades, incurriendo en una contradicción. Agustín
de Hipona argumenta que dudar de todo supone reconocer implícitamente que existe una
verdad, porque el hecho mismo de dudar implica saber que se está dudando. «Si me
engaño, existo» –afirma–, de manera que la duda supone la certeza al menos de la propia
existencia.

b) Relaciona la argumentación del texto con el objetivo que se propone Agustín de Hipona
con su teoría filosófica.
El texto está relacionado con el problema de la verdad, que es un aspecto fundamental del
pensamiento agustiniano. El objetivo de su filosofía es la búsqueda de la verdad, porque
Agustín de Hipona entiende que el ser humano tiene una tendencia natural hacia el
conocimiento que únicamente puede satisfacerse con la búsqueda de la verdad, que nos
ofrece la sabiduría y con ella la felicidad o beatitud. En este contexto de búsqueda de la
verdad es donde Agustín de Hipona se plantea la duda escéptica, es decir, si es posible
alcanzar un conocimiento verdadero o si, como defendían los escépticos de su tiempo, no
es posible alcanzar la verdad. De ahí que en el texto trate de responder a la duda escéptica
refutando su argumento fundamental.
c) Relaciona las ideas contenidas en el fragmento con el contexto filosófico de la época de
Agustín de Hipona.
El contexto filosófico de la época a la que pertenece Agustín de Hipona está formado por
escuelas diversas. La filosofía griega se había debilitado y se había producido un proceso
de eclecticismo que conciliaba diversas teorías filosóficas. En este contexto, aparece la
última gran filosofía pagana. el neoplatonismo de Plotino. Los padres de la Iglesia, los
primeros filósofos cristianos, inician un proceso de síntesis con la filosofía pagana,
especialmente con el neoplatonismo. Por otra parte, entre las corrientes se mantienen,
están el escepticismo de la antigua Académica platónica (de ahí que Agustín de Hipona
hable de los «académicos» para referirse a los escépticos) y el maniqueísmo, una secta que
defendía la existencia de un principio del bien y un principio del mal en lucha constante.
Agustín de Hipona, en su búsqueda de la sabiduría, se hizo muy joven seguir del
maniqueísmo, que luego abandonó. Pasó después por una etapa de duda, y se adhirió al
escepticismo. Fue la filosofía neoplatónica la que le descubrió la posibilidad de una
interpretación racional del cristianismo, y finalmente se convirtió a esta religión. La
refutación de los argumentos escépticos que aparece en el texto tiene, por tanto, el sentido
de un ajuste de cuentas con su propio pasado intelectual.

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