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Esrérrce oEr ve.cío
el narcisismo ha abolido lo trágico y aparece como una forma inédita de apatÍa hecha
de sensibilización epidérmica al mundo alavez que de profunda indiferencia hacia
é1: paradoja que se explica parcialmente por la plétora de informaciones que abruman
y la rapidez con la que los acontecimientos mass-mediatizados se suceden, impidien-
do cualquier emoción duradera.
rar
Lipovets§, La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporaneo, pp. so, 52 y t2o.
Ia2Baudrillard,"llusión,desilusiónestéticas", enElcomplotdelarte,p,3t.
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T Ápirul-o 3: genealogía o e1e Duchamp-Warhol
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Koons crea formas y motivos que puedan ser comprendrdos por 1as masas, pero que
sóIo pueden ser adquiridos por la élite. Los elevados precios de sus objetos los con-
vierten en productos de lujo mientras que una estética asequible a todos los gustos,
los hace populares.r*3
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Guasch, op. cit., pp. 396-397.
rs "Conferencia de Gabriel Orozco I en Textos sobre la obra de Gabriel Orozco, p. tlz.
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CapÍrulo 4: Le.s ESTRATEGTAS
I DE DESAPARICTóN
1
Feyerabend, Contra el método. Esquema de una teoría anarquista del conocimiento, pp, 12-13, tz2-123.
129
:
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época, expuso sus conocimientos para los entendidos, esto es en latín, pero siempre
expresándose de una manera natural, de un ser humano a otro. En cambio, expone el
caso de los sexólogos Masters y Iohnson, que a1 explicar lo que sucede con seres huma-
nos, recurren a una fraseología estéril que reduce el lenguaje a expresiones huecas por
pretender una descripción objetiva, que da como resultado el lenguaje del especialista.
Feyerabend desenmascara la pretendida objetividady certeza de la racionalidad del
conocimiento científico, y senala que es una falacia la precisión buscada mediante el
método científrco como un sistema epistemológico único. Durante mucho tiempo la
ciencia ha despreciado no sólo al arte, sino a la metafísica, a las emociones y a todo
1 aquello que pueda considerarse como enemigo de Ia razoryla cual parece tener la fun-
ción de una especie de armadura de la ciencia, de irónico chaleco de fuerza. A causa
de esto, Feyerabend propone que el error sea tomado en cuenta como punto de partida
para el conocimiento, pues es bien cierto que aprendemos de nuestros errores, y que es
mejor concebir así a la ciencia, como algo no definitivo, como una sucesión de errores.
Dice Feyerabend: "El propio error es un fenómeno histórico." Y entonces es posible
concebir una teoría del error, que estaría constituida por reglas basadas en la experien-
cia y en indicaciones útiles, "sugerencias heurísticas mejor que leyes generales'l Dicha
teoría es el fundamento de la epistemología anarquista que preconiza Feyerabend. Su
conclusión es que "la idea de que la ciencia puede y debe regirse según unas reglas fijas
y de que su racionalidad consiste en un acuerdo con tales reglas no es realista y está
viciada'i Feyerabend invita a recordar que la separación existente entre las ciencias y
las artes es artificial, y senala que mientras el edificio del entendimiento es más sólido,
es "más imperioso el deseo de la vida por escapar de é1 hacia la libertad". Feyerabend
aconseja elegir por la libertad.
Uno pensaría que en e1 arte ocurre precisamente 1o contrario: un exceso de liber-
tad que los artistas aprovechan para llevar a cabo las acciones más disparatadas; pero
esto es justamente lo que piensa la gente común, Ia persona que tiene un conocimiento
superficial sobre el arte. Y talyez podríamos pensar que la libertad del arte es debida
a una postura anarquista, a una ausencia de método, o por lo menos a la inexistencia
de un método riguroso y único cuyas reglas validaran Io que es o no es arte. Tal vez,
por esta libertad, por la ausencia de método, cualquier cosa puede ser arte. Pero no
es así. En el mundo del arte se procede con riguroso método y existen una serie de
reglas no explícitas que todo artista que se precie de serlo maneja. Puede decirse que
"en apariencia" el arte es libre y actua contra todo método establecido, y éste es preci-
samente "el método': negar el método o los métodos precedentes, llámense corrientes
estilísticas o estrategias de representación, y las reglas consisten en que la negación
del método no sea tan obvia o evidente y que se presente a Ia manera de un código
cifrado que sólo los entendidos del arte y sus especialistas pueden comprender, en-
tonces se vuelve en un saber "esotérico" al que unos cuantos tienen acceso, entre ellos
los artistas principalmente (pero no todos, Ios que no manejan el código no existen
como artistas), los críticos y los curadores, así como los galeristas y organizadores de
bienales y otros eventos internacionales que sirven de escaparate para el mundo del
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I -- t'
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c-\pÍrur.o 4; Las estrategias de desaparición
arte. Un artista contemporáneo, como Koons o Gabriel Orozctt, trabaja con un método
que consiste err utilizar todo ei repertorio de ia historia del arte reciente, por lo menos
desde Duciramp a la fecha, pero al apropiarse de las estrategias de representación ,v
corrientes estilísticas, las con ierten en abstracciones y a su vez en signos: en alegorias
o en sigr.rificantes opacos. De esta manera, tanto Koons como Gabriel Orozco tienen
como prlncipio de su proceso creativo al diseno, entendido como una operación de
1a sintaxis de la imagen a partir c1e signos y formas; mientras que e1 arte de Gabriel
Orozco podria calificarse de bricolage, como 1o explica Lér.i-Strauss:
Tal corlo ,va se ha visto en ia obra lsla dentro de la isla, resuelta con desechos y
basura, como muchos otros de sus trabajos que recuerdan el arte povera.
El primer cínico célebre fue Dióger.res de Sínope, el único h1ósofo occiclental qLle rea-
lizaba consciente y públicamente sus ocupaciones animales: defecar, mear, ventosear,
fornicar, comer y dormir; no negaba su mierda, podría decirse, y miraba a los oios de1
otro conlo interpelándolo acerca de su mierda correspondiente. Desde entonces eI
cínico parece preguntar ;tú tarnbién lo haces, no?, ;tú que puecles decirme a mí? Es 1a
desacreditación de1 otro por medio de la autodesacreditación. El cinisrno de Diógenes
tenía un sentido natural y rnetafísico. El cinismo er-r la actualidad tiene un sentido
perverso y nihilista. De este tema se ocupa Peter Sloterdljk en su libro Crítica de la
razón cínica,3 escrito en 1a primera mitad de los ocher-rta v en plena discusión sobre
Ia posrnodernidad, en el pleno posmodernismo en Estados Unidos. Sloterdijk define
a1 cinismo contemporáneo como el 'bcaso cle la falsa concienciales Ia condición que
ha adoptado 1a cultura universal en la actualidad, como dice el filósolo alemán: "El
malestar en la cultura ha adoptado una nueva cualidad: ahora se manifiesta como un
clnismo universal v difuso'l Sloterdljk declara que la crítica tradicional cle la ldeología
no sabe qué hacer con é1, precisamente porque e1 agotarniento manifiesto de la crítica
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de Ia ideología es la base del cinismo. Sloterdijk enuncia la serie de formas de falsa con-
ciencia que han acontecido hasta ahora: mentira, error, ideología; en la actualidad hay
que af,adir al cinismo, La idea general que del cinismo se tiene es que es perfilado, so-
litario y altamente individual, pero Ia mentalidad actual hace del cinismo algo difuso y
universal, lo cual provoca que el cinismo bajo sus nuevas formas de manifestación sea
algo 'demoledor y al mismo tiempo intangible'i La psicología del cínico es por demás
interesante, Sloterdijk la compara con los mecanismos clásicos neuróticos, tales como
las defensas histéricas, melancólicas, de coacción, paranoicas y criminales. Por otra
parte, el psicoanálisis se hace sospechoso de cinismo, por eso el psicoanalista Edmund
a Bergler "intentó poner fuera de combate el cinismo del análisis a través de un análisis
del cinismo." Defiende su oficio del reproche de cinismo y lo diagnostica precisamente
en muchos pacientes que le atacan ese cinismo. A Sloterdijk le parece notable la coin-
cidencia de que el estudio de Bergler sobre el cinismo haya sido publicado en el mismo
día que el nacionalsocialismo subía ai poder, el 30 de enero de 1933. Pero, ;cómo es el
cínico ante la muerte?, al respecto dice Sloterdijk "Dado que ningún pensamiento
moderno postmetafísico de categoría científlca es capaz de comprender una muer-
te, como la muerte propia...'] se producen dos posiciones: ver la muerte como algo
enteramente separado de la vida, como su absoluta aniquilación, y la incapacidad de
concebir una muerte como mía, con el consiguiente pensamiento de la muerte objetiva
de los otros. Por eso el slogan del cínico es como el título de un relato de fames Bond:
Live and let die ("vívir y dejar morir"), puesto que Io que está expresando es el a priori
de la autoconservación, dice Sloterdijk "Dado que el sujeto moderno, por motivos
psicológicos, ideológicos y metafísicos no puede pensar la propia muerte'l
Veamos el cinismo en el arte moderno: ial vez quien mejor lo encarne sea
Warhol, a quien ya he mencionado a propósito de la ironía cínica. Warhol, un cínico
que no creía en el arte y se volvió millonario gracias a é1, al fetichizar el arte y hacerlo
equivalente con la mercancía. Alguien que procedió a negar su subjetividad y por lo
tanto la autoría, se negaba asimismo como artista, terminaba negando e1 arte al con-
vertir a la mercancía en arte. Esto fue Io que ocurrió también en los af,os ochenta, en
1o que Foster denominó "el arte de Ia razón cínica'la por un lado, la pintura de simu-
laciones, por otro, la escultura de bienes de consumo eran las dos tendencias de este
arte; Koons, ya 1o hemos visto, produciendo objetos para la segunda. En este punto,
el cinismo de Koons ya no es provocador sino abiertamente descarado, parece decirle
a la sociedad estadounidense (y a la del mundo): "ustedes son cínicos, yo soy peor; a
ustedes no les importa, a mí menos", y mientras tanto se hace millonario especulan-
do con el valor de cambio entre el arte y la mercancía. Con que, hay un método del
cinismo en el arte, y éste consiste en aprovechar el cinismo generalizado como capital
de un cinismo que es la última expresión de la falsa conciencia; mientras menos vale
a
Foster, op. cit.,pp. tot-126.
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F cApÍTULo 4: Las estrategias de desaparición
el arte más costoso es el objeto artístico como signo-mercancía. El cínico ya está ilus-
trado sobre su afinidad ideológica con el mundo y esto es lo que le permite sentirse
asimismo superior a los críticos de la ideología, pues se sabe ilustrado e ideológico
y su ambivalencia lo hace inmune. Por ejemplo, Damien Hirst, cuando presenta su
pieza La imposibilídad física de la muerte en la mente de alguien vivo (tsot) o su más
reciente Por el amor de Dios (2007) se convierte en el cínico más radical del arte.
Otro rasgo del cinismo de Koons consiste en que "yo no hago nada, otros traba-
jan para mí", como un empresario capitalista antes que como un disenador dirigiendo
un proyecto o la romántica imagen del taller del artista del Renacimiento coordinando
a sus al.udantes-discípulos. Él tiene la idea y sabe exactarnente dónde mandarla a ha-
cer materialmente, el tipo de material y de artesanos dedicados a darle la forma exacta
según sus disenos kitschy pop. Hacia finales de los anos noventa, Koons decide incur-
sionar en la pintura, y aún más tradicional, al óleo; tiene un equipo de asistentes que
realizan totalmente el proceso de producción de la obra la idea o concep-
-excepto
ción de la imagen-, y se encargan de la preparación cuidadosa de una extensa paleta
de matices que hace pensar en el pantone utilizado en el diseno; otros están a cargo de
trasladar la imagen al lienzo de más de dos metros por lado, haciendo mapas de las
figuras y la composición; unos más, serán los que con esmerada dedicación pintarán
con pincel para lograr un efecto de hiperrealismo. Así tenemos una pintura como Olive
Oyl 1zooz1, que a simple vista recuerdalos décollage del nuevo realista Mimmo Rotella,
es decir, un palimpsesto de imágenes cuya superposición es tan ambigua que todos los
fragmentos o alegorías se extienden en una superficie plana en la que actúan como una
superficie de signiflcantes; las alusiones al pop son muy obvias por Ia apropiación de
imágenes de la cultura de masas, pero el hiperrealismo también evidente por efecto del
trompe lbeil provoca que esta imagen alcance la tipificación de un surrealismo codifi-
cado. Lo mismo ocurre con la pintura Lips, de Ia serie Easyfun-Ethereal (zooo),la obra
recuerda los trabajos pop de James Rosenquist, algunos de los cuales ya anunciaban el
nexo entre el pop y el hiperrealismo. Todo es alegoría y pastiche, tanto ei fondo como
Ios objetos representados tienen el destello kitsch de las imágenes publicitarias: por
hiperreales suelen manifestarse como irreales. Un ojo con pestaías postizas, dos bocas
de labios pintados y entreabiertos, y mechones largos de cabellos obliga a pensarlos
como femeninos; hay aquí una alusión muy clara al fetichismo que está envuelto entre
el deseo y la seducción. Así flotan también granos de maíz y chorros ondulantes de
jugos de frutas naturales, según se deduce de ciertos significantes presentes; tiene una
asociación directa con eI discurso publicitario: aquí todo es deseo, todo es seducción
y todo es irreai. Del mismo modo es que funciona el simulacro: sin referente con Io
real a pesar del hiperrealismo. Koons al plantearlo en estos términos, es brutalmente
irónico, pero sobre todo cínico.
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--É---!='--
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Esrerrce onr, vecío
se dice de lo q.re se encuentrâ en el ser ,v puede afirmarse con verdad, pero que no
es, sin embargo, ni necesario ni ordinario. Supongamos que car,ando un hoyo para
poner un árbol se encuentra Lln tesoro. Es accid.ental que el que cava Lln hoyo en-
cuentre un tesoro; porque nr es 1o uno consecuencia ni lesultado necesario del otro,
ni es ordinario tampoco que plantando un árbol se enclrentre un tesoro. Supor-rgamos
I también qLle un músico sea blar-rco; cono no es necesario ni general, a esto llamarnos
accidente. Por tanto, si sucede Llna cosa, cualquiera qr.re ella sea, a un ser, aun en
cieÍtas clrcunstancias de lugar y de tiempo, pero sin que haya causa que determlne
su esencia, sea actualmente, sea en tal 1ugar, esta cosa será un accidente. El accidente
no tiene, pues, ninguna causa detert-r-rinada; tiene sólo una causa fortuita; y por 1o
lbrtuito es 1o indeterminado. Por accidente se arriba a Egir-ra, cuando no se hizo el
tinimo de ir allí, sino que le ha llevado a uno la tempestad o los piratas. E1 accidente
se produce, exlste, pero no tiene itr causa en sí mismo, v sólo existe en vrrtud de otra
cosa. La teirpestacl ha sido la car-rsa de que ha1,[i5 arrlbado a dot-rde no querÍais, y este
punto es Egina. La palabra accidente se entiende tan-rbién de otra rxanera; se dice
de Io que existe de suyo en un objeto, sin ser uno de 1os caracteres distintir.os de sr.t
esencia: tal es la propiedad dei triiingulo, de que sus tres ángulos \.algan dos ár.rgr-rios
rectos. Estos accidentes pueden seÍ eternos; los accidentes propialnente dichos no 1o
son; ya hemos dado ia razón de esto en otla pcrte.:
El trabajo de Gabriel Orozco tiene como una de sus constantes el accldente, in-
cluso podría decirse que ha,v en su obra una poetica de1 accidente. No es ei hecho de
que el accldente figr-rre simplemente como tema a llustrar o representar, sino 1a idea
de accidente presente en la obrâ a ia manera de un proceso creativo que da la itnpre
sión de ser Inuy libre e improvisado: "accldental'l Es 1o que 1e da al trabajo de Gabriel
Orozco un aspecto de frescura v valiedad, aunque suena paradójico, es el accidente
como método aplicaclo con tal rigor qr-re parece que Orozco apror.echa accidentes en
lugar de crearlos é1 rnismo con su plopia mano. El artista mexicano hace arte con ob
jetos reales y con la realidad misma, a la cr.ra1 interviene de una manera muv sutll: bajo
la forma de acciclente transtbrma a la realidad, a traves de un sin-rulacro del accidente
logra un simulacro pert-ecto. Éste consiste en haber borlado 1a tior.rtera entre io que
es y no es .irte, entre el arte ,v la vida; e1 irccidente corlsiste en encontrar el arte donde
antes no 1o ltabÍar una caja c1e zapatos vacia, que por otra parte, no dice nada y provo-
ca un vacío de sentido. Ei accidente es el método para vaciar de sentido a 1a realidad
misma. En una de sus piezas, Mis manos son mi corazon (1991) qlle se presenta en clos
: Alistóteles,
N[etofisica,p]r. 1-3,1 r.1
1i4
I
cApÍruLo 4: Las estrategias de
desaparición
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los dedos están cerrados en torno a la
de barro; en Ia primera J. tu, i*ag..res
barro,enlasegundalasmanosseabrenmostrandounob]etoconformadecorazón,
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lo mostraba la primera fo-
realizado con
un hallazgo sorpresivo: una poética
iãg."rr". La secuencia logra el efecto de mostrar en
de barro era inicialmente y se transformó
de 1o casual, de Io inespeiado; una masa
huellas de los dedos, el índice de su cuer-
corazón gracias al accidente de imprimir ias
La primera impresión que tiene
po para formar otra parte del cueipo que es interna.
gesto y de su feliz conclusión en un objeto
el espectador es la idea de lo espoú.r.ã d.l
bienconstruido.EstansimpleelprocedimientoquepareÇehabersurgidodeimpro-
y se encontrara un pedazo
viso, como si orozco hubiera a.rdudo por ahí semidesnudo
de barro, 1o demás es el proceso de cómo
transformar un simple material natural y or-
conformar una forma orgánica y
gánico mediante una sencilla operación técnica para
natural y, al mismo tiempo, ,r.rá inorrrul escuitura
mocierna-primitiva realizada casi al
e1 materiai' En esta operación' e1
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instante gracias al solo càntacto de las manos con
dedos de las manos que se imprimen
tista hace evidente lo oculto, por las huellas de los
un corazó,, porque las manos son la metáfora del corazón y juntos
para dar forma a
son Ia metáfora de que las manos del artista son
emoción o espíritu, porque el corazón
la convirtió en
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es ia metáfora de que es un
1o simple, de lo banui Sería faciibie deducir que también
desnudo como la realidad, que
arte simple y banal, sin retórica oculta. Tan simple y
está teiida una estructura de sig-
tras una fachada de representación de 1o fenoménico
fotografías la composición
nos preconcebida (aquí no hay arte irracional). En ambas
simetría; en la primera fotografía los dedos de
es simplemente centál y tiene una clara
lo cual depende Ia forma también
Orozco están colocado, ..r.rn orden armónico de
literalidad del titulo
simétrica y, en su irregularidad orgánica, perfecta. De hecho,la
es de una inocencia ,o-rp..horu, una especie de tautología
que no es ingenua' Son fo-
tografías muy bien pensadas sobre el tema de la metáfora de la creatividad del artista,
qri. ,. ,.drr.. a una alegoría, a pesar de su efectividad icónica Porque es una evidencia
visual del proceso. Además, es un claro pastiche de la obra de David Alfaro Siqueiros,
Nuestra imagen actual (tgsl),pero con un sentido muy distinto'
En otra de sus piezas,Piedra que cede (i992), el artista mexicano utiliza nueva-
mente un material simple asociado a las artes visuales: una bola de plastilina cuyo
tamaio está determinado por el peso del artista. Este objeto se convirtió en la proyec-
ción del cuerpo de Orozco y en un recipiente de accidente. Al rodar esta bola de plas-
tilina por las calles de Monterrey, su superficie fue recibiendolas huellas, el polvo y la
basura, debido a su consistencia: aunque sólida es suave y maleable. La piedra se con-
virtió en un contenedor invertido, como era la idea del artista. Para Daniel Birnbaum
es posible hacer una comparación entre dos piedras: la piedra Rosseta, descubierta en
Egipto por un oficial francés en 1799, con inscripciones en tres alfabetos, y la piedra
de plastilina de Orozco. Según Birnbaum, esta bola de plastilina gris también ha sido
1JJ
t
cApÍruLo 4: Las estrategias de desaparición
fotografías, se ve el tronco desnudo del artista que sostiene entre sus manos un trozo
de barro; en la primera de las imágenes los dedos están cerrados en torno a la masa de
barro, en Ia segunda las manos se abren mostrando un objeto con forma de corazón,
realizado con las huellas de la presión de los dedos como lo mostraba la primera fo-
tografía. La secuencia logra el efecto de mostrar un hallazgo sorpresivo: una poética
de lo casual, de lo inesperado; una masa de barro era inicialmente y se transformó en
corazóngracias al accidente de imprimir Ias huellas de los dedos, el índice de su cuer-
po para formar otra parte del cuerpo que es interna. La primera impresión que tiene
-J el espectador es la idea de 1o espontáneo del gesto y de su feliz conclusión en un objeto
bien construido. Es tan simple el procedimiento que parece haber surgido de impro-
viso, como si Orozco hubiera andado por ahí semidesnudo y se encontrara un pedazo
de barro, 1o demás es el proceso de cómo transformar un simple material natural y or-
gánico mediante una sencilla operación técnica para conformar una forma orgánica y
naturai y, a1 mismo tiempo, una inusual escultura mocierna-primitiva realizada casi al
instante gracias al solo contacto de las manos con el material. En esta operación, el ar-
tista hace evidente 1o oculto, por 1as huellas de los dedos de las manos que se imprimen
para dar forma a un corazón, porque las manos son la metáfora del corazón y iuntos
son la metáfora de que las manos del artista son emoción o espíritu, porque el corazón
de barro es una representación, una escultura cuyo acelerado proceso Ia convirtió en
una pieza de dos imágenes fotográficas. El barro es otra metáfora: la de lo natural, de
1o simple, de lo banaI. Sería factible deducir que también es Ia metáfora de que es un
arte simple y banal, sin retórica oculta. Tan simple y desnudo como la realidad, que
tras una fachada de representación de 1o fenoménico está tejida una estructura de sig-
nos preconcebida (aquí no hay arte irracional). En ambas fotografías la composición
es simplemente central y tiene una clara simetría; en la primera fotografía los dedos de
Orozco están colocados en un orden armónico de 1o cual depende la forma también
simétrica y, en su irregularidad orgánica, perfecta. De hecho, la literalidad del título
es de una inocencia sospechosa, una especie de tautología que no es ingenua. Son fo-
tografías muy bien pensadas sobre el tema de Ia metáfora de Ia creatividad del artista,
que se reduce a una alegoría, a pesar de su efectividad icónica porque es una evidencia
visual del proceso. Además, es un claro pastiche de la obra de David Alfaro Siqueiros,
Nuestra imagen actual (1947), pero con un sentido muy distinto.
En otra de sus piezas, Piedra que cede (1992), el artista mexicano utiiiza nueva-
mente un material simple asociado a las artes visuales: una bola de plastilina cuyo
tamafro está determinado por el peso del artista. Este objeto se convirtió en la proyec-
ción del cuerpo de Orozco y en un recipiente de accidente. Al rodar esta bola de plas-
tilina por las calles de Monterrey, su superficie fue recibiend o las huellas, el polvo y la
basura, debido a su consistencia: aunque só1ida es suave y maleable. La piedra se con-
virtió en un contenedor invertido, como era Ia idea del artista. Para Daniel Birnbaum
es posible hacer una comparación entre dos piedras: la piedra Rosseta, descubierta en
Egipto por un oficial francés en 1799, con inscripciones en tres alfabetos, y la piedra
de plastilina de Orozco. Según Birnbaum, esta bola de plastilina gris también ha sido
135
i
rodada por las calles de New York. Aparentemente, las piedras no tienen nada que ver
entre sí, pero Birnbaum seflala que ambas se refieren a la escritura y a los límites de Ia
interpretación. La superficie blanda de la bola ha conservado rastros de los objetos con
los cuaies tuvo contacto, por lo que la historia de esta piedra se encuentra inscrita en su
superficie. Se pregunta Birnbaum si será descifrada alguna vez. Luego narra la historia
de la interpretación de Ia piedra Rosseta, pues durante mucho tiempo se creyó que sus
inscripciones eran indescifrables, y se consideraba que los signos eran místicos, por lo
tanto intraducibles a una lengua inteligible. Pero en 1822 Champollion logró descifrar
la piedra Rosseta. Dice Birnbaum que los jeroglíficos se convirtieron en la metáfora
por excelencia de aquello que puede descifrarse cuando existen las herramientas perti-
1 nentes, es decir cuando lo ininteligible entra en una etapa hermenéutica. Pero la piedra
de Orozco se resiste a ser interpretada, como apunta Birnbaum: "Como su título indi-
ca, cede, pero es ilegible, se mantiene tercamente impenetrable y silenciosa. No cede
ante ninguna hermenéutica'l6 Hay que recordar que no es una piedra, es una bola de
plastilina, que al ser rodada por el suelo o tocada por la gente registra en su superficie
toda serie de marcas de todo aquello con lo que tuvo contacto. En ese sentido funciona
como un recipiente de accidentes y no hay nada que interpretar de este objeto por sí
mismo, es una alegoría del ser humano como recipiente de accidentes. El accidente tal
vez no sea una de las definiciones de la realidad, pero sí una de sus cualidades: La rea-
Iidad acontece como una relación de accidentes, son los que le dan su aspecto exterior,
cuyas causas son indeterminadas.
6
Birnbaum, "carta blanca, orozco en la playa'l en Textos sobre la obra de Gabriel orozco, p. tst.
1i6
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c-A.píTULo 4: Las estrategias de desaparición
Supenrrcrn
De la superficie al vlcío
71ameson,
op. cit.,pp.28, 3o \.39.
1J/
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Esrérrce orl vacÍo
138
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El vlcio de la banalidld
Como decían Stella y Warhol: "1o que ves es 1o que tienes'l Es también el argu-
mento central del libro de Danto, La transfiguracion del lugar común,1r donde enuncia
su tàrnosa sentencia, que entre "obras de arte y ineras cosas" ya no hay diferencia,
banalidades hechas arte, como la tarr-rbién famosil Caja Brillo de Warhol, que según
12
Kuspit, op. cit., pp. so-s1.
r3
Danto, La trans.figtu-ación clel lugar común. tjna.filLtso.fía del Lrrte.
139
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Esr€rrc,c. orL ve.cÍo
Danto, aportó la pregunta filosófica :qué es el arte? A mi parecer, esa aportación fue el
ready-made de Duchamp, y también es la opinión de Baudrillard: "el episodio crucial
en el arte fue sin duda Dada y Duchamp, en los que el arte, renegando de su propia
regla de juego estética, se abre a la era transestética de la banalidad de las imágenes'lra
Jeff Koons ha expresado su gran admiración por el cantante Michael fackson,
pues le intriga el fenómeno de su popularidad y la manera en que fue construyendo
su imagen pública, como una especie de producto de consumo, una mercancía del
espectáculo. En este sentido hay que recordar uno de los aforismos de Guy Debord:
a "El espectáculo es el capital en un grado tal de acumulación que se ha convertido en
imagen'.1s Michael |ackson resume por sí solo el complejo fenómeno del espectáculo,
su imagen es el capital acumulado y potencialmente en expansión. En su afán de cons-
truirse una imagen, Michaei |ackson se sometió a una serie de operaciones quirúrgicas
y plásticas que lo transformaron radicalmente, inciuso se decoloró la piel como en una
especie de rechazo a su raza original. Después de alrededor de cincuenta operaciones
estéticas, en busca de la imagen perfecta, |ackson se ha transformado en posthumano,
o como dice Baudri-llard: "Michael fackson es un mutante solitario, precursor de un
mestizaje perfecto en tanto que universal, Ia nueva raza después de las razas".I6 Lo
mismo que Warhol, que según Baudrillard, es un "travesti de la estética'i Koons Io
retrata en una pieza de cerámica, en la que es representado con un simio en el regazo
que, aparte de ser la mascota del cantante, hace inevitable la asociación de cierta ironía
sobre el tema de la evolución darwiniana. En la obra Michael ]ackson and Bubbles, de
la serie Banality (1988), Koons anunció que le rinde tributo a )ackson en su lucha por
conseguir la perfección de su imagen, la cual tal vez no es perfecta pero sí fascinante.
La figura de fackson está en postura sedente y su cara sonríe ampliamente, lo cual le
da a su rostro, cuya epidermis aparece blanqueada y cuyas facciones están estilizadas,
la apariencia de un payaso. La banalidad que representa el propio )ackson es evidente
en el efecto kitsch delapieza.
Desde su época de estudiante, Gabriel Orozco mostró interés en Ia reflexión en
torno al proceso, así como en la semiótica al considerar al arte como un lenguaje. En
su tesis de licenciatura concibe a una de sus obras como una "unidad cambiante de
signos que en su relación generan significado'i Entonces, a partir de su interés por es-
tudiar las estructuras de los objetos de la naturaleza,tÍala de describir las estructuras
del mundo orgánico; a través de manchas empleadas a modo de signos, estructura una
serie de relaciones sintagmáticas y paradigmáticas en sus obras pictóricas tempranas.
Existe un interesante método para crear que Orozco llama "la cuádruple raíz de las
formas", aplicada a un tríptico que es la obra sobre Ia que trata la tesis. Los cuatro
factores que intervienen en él son: 1. Representaciones o "forma interior", 2. El obje-
to natural (la realidad), 3. La influencia de las formas artísticas, y 4.La función que
la
Baudrillard, La transparencia del mal,p. n.
15
Debord, op. cit., p.50.
16
Baudrillard, La transparcncia del mal, p. zz.
140
J
c.A.pÍruLo .+: Las estrategias de desaparición
desempefla la técnica. Desde aquí parte 1a ciar.e de ia obra ulterior de1 artista mexi-
cano: "De esta firanera la obra se presenta como un plano que puede ser recorrido
comenzando por cualquier signo,v llevándolo hacia cualquier dirección. E1 espectador
nombra entonces'su'recorrido yle otorga importancial Y más adelante: "Pienso que
mi obra es entonces, en cierto sentido, un metalenguaje'l1; En la obra de Orozco se han
"detectado'las influencias de foseph Beuys, de1 arte povera, del posminimalismo de
Bruce Naurnan,v Eva Hesse, así como de Piero Manzoni, Alberto Greco, Hé1io Oiticica
(.Apropiaciones) y Giacometti (e1 "objeto desagradable") , En Pelota ponchada ( 1ee3) hay
.r varias implicaciones: la banalidad de1 objeto (ready-made), 1a escultura, e1 juego (el
futbol), la geometría (el círculo y la esfera). Dice Gu,v Brett: "Todos conocemos esas
pelotas ponchadas que han sido pateadas en la calle y luego abandonadas. El signo de
una actividad y tal vez de una agresión se convierten en un contenedor que recibe y
guarda pasivamente agua de lluvialrs E1 propio artista opina sobre esta obra: "aunque
sabemos que tiene un volumen de agua contenida, es sin embargo una fotografía muy
plana y esa agua parece convertirse en un espejo o en un reflejo'l1e La banalidad de la
imager-r es evidente.
El vlcío de lo obsceno
r7
Orozco, Tres tiempos terrestres, pp. 12, i1 )',r3.
1s
Brett, "EI toque ligero'l en Te"rtos sol;re lo oltra de Gabriel Orozco, p. aa.
1e "Conferencia
cle Gabriel Orozco", en op. ciÍ., p. 196.
141
-
1,.--.-' i
-
Esrérrce oel vecio
20
Baudrillard, L as estrat egias fatale s, pp. 53, s7, 63, 67, 69 -7 t.
142
I
a
j
,,
E1 puritano ha sospechado siempre una relación entre el arte y el sexo; y en los pe-
riodos puritanos, el artista, reaccionando agresivamente contra esta actitud, ha dado
a menudo un deliberado matiz sexual a sus obras. Pero esta clase de arte suele ser de
segunda iínea, y en general la pornografía no es más que el reverso del moralismo, y
no está directamente relacionada con las originales fuerzas libidinosas [. . .] La porno-
grafía siempre ha existido en los países civilizados, pero si consideramos las grandes
fases históricas del arte, ante todo la egipcia, la china, la persa, Ia bizantina y la gótica,
buscaremos en vano algunas muestras apreciables de sexualidad evidente encarnada
en obras de arte importantes. La India es quizás el único país al cual no puede apli-
carse tal generalización.23
Me pregunto si Read generaliza a todo el arte con contenidos sexuales como por-
nográfico sin hacer distinción de lo erótico. Aquí habría que seialar al erotismo como
un problema filosófico por derecho propio, como lo ha demostrado Bataille, quien Io
definía como "la aprobación de la vida hasta la muerte" y como "uno de los aspectos de
lavida interior del hombre":24 la sexualidad humana en su drama entre Eros y Tanatos.
Koons presentó en 1991 la serie Made in Heaven, en la que realizo fotografías,
algunas esculturas de madera y otras de murano con el tema de la pornografía. Para
21
Baudrillard, "Porno-estéreo', en De la seducción, pp. 33 y 39.
'2 Gt.rb.r.r, El eros electrónico, p.180. Ver también de este autor, La imagen pornográJica y otras per-
versiones ópticas.
23
Read, op. cit.,pp. r4r-r42.
2a
Bataille, El erotismo, pp. r5 y 33.
143
t
,
t!,
l t
Esréuc.q oel ve.cÍo
ello, se casó con una actriz porno de Italia conocida como la Cicciolina ("mimosa"),
cuyo nombre es Ilona Staller, de origen húngaro. Ella, aprovechando su popularidad,
contendió por el Partido del Amor para ser diputada en Italia, 1o cual logró. Koons
aprovechó Ia fama de la Cicciolina en Europa, ya que ella misma reunía en su persona
las Íiguras de Io transexual y lo transpolítico enunciadas por Baudrillard; de este modo,
Koons al hacer arte con pornografía estaría haciendo transestética, es decir, la simu-
lación perfecta. En Ia fotografía Red doggy vemos al propio Koons penetrando desde
atrás la vagina de su esposa, mientras ella posa con un gesto de placer a la manera del
a Éxtasis de santa Teresa de Bernini, y usa guantes y botas rojos y largos; el fondo o es-
cenario tiene en un segundo plano unos dedos de una mano enorme que puede ser de
piedra, mientras que en el último plano se aprecian formas orgánicas en rojo y negro.
En la fotografía Manet, talvez hace referencia al Desayuno sobre la hierba de Manet,
debido a que la composición espacial es similar, pero en lugar del jardín de profuso
follaje, la escena se presenta entre rocas desnudas que parecen artificiales; en el primer
plano aparece Koons de pie y agachado sobre la entrepierna abierta de la Cicciolina
para practicar w cunnilingas un tanto forzado. Estas son imágenes que no están nada
distantes del discurso del porno común, sólo tal vez que hace más evidente el montaje.
Se ha dicho que Ia obra de Koons es un porno-kitsch, mientras él mismo se propone,
al igual que la Cicciolina, como un objeto-fetiche, como mercancía.
J-
144
r cÁpíTULo 4: Las estrategias de desaparición
Rr,racróN
25
lohn Kenneth Galbraith, La sociedad opulenta.
l+J
t
26
Eco, Obra abierta, pp. tz2-173.
27
Eco, Tratado de semiótica general, pp.368 y 378.
28
Foucault, Las palabras y las cosas.
2e
Borges, "El idioma analítico de John Wilkins'l en Otras inquisiciones, citado por Foucault, op. cit.,p. 142.
30
Deleuze y Guattari. "lntroducción: Rizoma' en Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, pp. s-zg.
146
cApÍruLo 4: Las estrategias de desaparición
Existe una gran diferencia cuando el kitsch es producido y recibido de manera incons-
ciente por las masas, como gusto popular, como sentimentalismo puro y simple que no
ha sido decantado por el intelectualismo, es el kitsch del sentimiento en estado primi-
tivo, el "alma del pueblo'l y otro, cuando el kitsch es producido de manera consciente y
deliberada por la élite en el poder, como aliado ideológico para manipular a las masas
con aquellos valores plagados de sentimentalismo, de ahí el chauvinismo y la cultura
política como núcleo duro, ya que se ha afianzado en el corazón, y uno más, cuando
elkitsch ha sido elegido como estrategia artística, haciendo énfasis en su carácter sen-
timentalista y subrayando sus cualidades de arte artificiai y excesiva vulgaridad, es el
kitschpara coleccionistas que 1o adquieren precisamente porque es kitsch, como quien
compra arte naif sabiendo que está hecho por artistas profesionales. En ei capítulo z de
este estudio ya he abordado el kitsch como efecto estético y como 'ãrte sintético; para
ello revisé esta categoría con Greenberg y con Eco. Milan Kundera narra en su novela
el origen metafísico del kitsch:32 si el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de
Dios, entonces Dios mismo posee un aparato digestivo como el hombre, pero es una
blasfemia imaginar lo demás; y si Dios no tiene tripas entonces el hombre no se le pa-
rece, de ahí que haya desde el comienzo una incompatibilidad entre la mierda y Dios.
A la fe que afirma que el mundo fue creado por el ser y que éste es bueno, se le deno-
mina" acuerdo categórico con el ser"; por eso Kundera afirma: "De eso se desprende que
el ideal estético del acuerdo categórico con el ser es un mundo en el que la mierda es
negada y todos se comportan como si no existiese. Este ideal estético se llama kitschl'
Más adelante nos dice Kundera:
Es una palabra alemana que nació en medio del sentimental siglo diecinueve y se
extendió después a todos los idiomas. Pero 1a frecuencia de1 uso dejó borroso su
31
Bourriaud, op. cit.,pp. \3-t4y 17.
32
Kundera, La insoportable levedad del ser, pp. 2s4, 257, 2s9, 262 y 267
147
.--a
'r
?*,
148
ü
l
cApÍrur,o 4: Las estrategias de desaparición
En 1938, el historiador Johan Huizinga escribió el primer estudio serio sobre el juego
y el papel que desempeia en la cultura.3s Al homo sapiens que era un espejo del op-
timismo del racionalismo ilustrado, se le sumó el homo faber, a pesar de que muchos
animales pueden ser caiificados con el adjelwo faber; por e1lo, Huizinga propone otra
categoría: homo ludens, el hombre que juega, aunque también el juego es una actividad
realizada por los animales; pero si el juego no nos distingue de los animales, parece
ser más acertado el aristotélico animal ridens, el animal que ríe, porque la risa sí es
exclusiva del ser humano. Pero el juego para el hombre es un agente creador y transfor-
mador, no sólo ejercita el cuerpo como función biológica, sino que según Huizinga "la
cultura humana brota del juego juego- y en él se desarrolla". Huizinga consi-
-como
33
Cfr. Giulio Carlo Argan, "Lartistico e lêsteticol en Arte e Societá, cilado por Rita Eder y Mirko
Larer,Teoría social del arte. Bibliograt'ía comentada,p. zl.
3aEn1effKoons,
editado por Angeiika Muthesius, p. rez.
35
Huizinga, Homo ludens, pp. 7 , rz, rs, 27 ,2ot y zt3
149
.
Resumiendo, podemos decir, por tanto, que el juego, en su aspecto formal, es una
acción libre ejecutada'como si' y sentida como situada fuera de la vida corriente, pero
que, a pesar de todo, puede absorber por completo al jugador, sin que haya en ella
ningún interés material ni se obtenga en ella provecho alguno, que se ejecuta dentro
de un determinado tiempo y un determinado espacio, que se desarrolla en un orden
sometido a reglas y que da origen a asociaciones que propenden a rodearse de miste-
rio o a disfrazarse para destacarse de] mundo habitual.
150
I
*:'-#
cApÍruLo 4: Las estrategias de desaparición
al factor
carácter de trabajo creador, de laboriosa artesanía, de oficio, se contraPone
Iúdico. Solo cuando la obra plástica ocupa su lugar en el culto, se le puede relacionar
con el factor lúdico; cuando Ia obra plástica participa en el mundo sagrado, entra
en el
juego de 1o sagrado. Sin embargo, Huizinga senala que hay una conexión entre eI juego
y lai artes plásticas Propuesta por una teoría que "trata de explicar la producción de las
formas artísticas por el impuiso congénito de los hombres a jugar'l Pero advierte que
no es posible derivar de dicho impulso congénito ei origen del arte. Aunque el arte con
todo su universo de formas fantásticas, sobre todo de los pueblos primitivos, remite de
.r manera irresistible a la idea de juego. No obstante en la actualidad, las artes plásticas sí
han asumido el juego como proceso creativo.
Casi treinta aios después, Roger Caillois se ocupa del mismo problema: el juego
como factor decisivo en el desarrollo de la civilización.36 A diferencia dei historiador
holandes, Caillois intenta proponer una sociología a partir de los juegos. Caillois re-
conoce el trabajo del autor de Homo ludens como una obra pionera que abrió cami-
nos sumamente fecundos a Ia investigación y a Ia reflexión. Senala que el trabajo de
Huizinga es discutible en la mayoría de sus afirmaciones, pero destaca que haya ana-
lizado magistralmente varias de las características fundamentales del juego y demos-
trado la importancia de su función en el desarrollo de la civilización. Caillois comenta
que Huizinga descubrió el juego, su presencia y su influencia, antes que nadie; pero
descuidó Ia descripción y clasificación de 1os propios juegos, como ya conocidas. Por
eso, 1a obra de Huizinga no es un estudio de los juegos, "sino una investigación sobre
la fecundidad del espíritu de juego en el terreno de Ia cultura y más precisamente de1
espíritu que preside cierta especie de juegos: los juegos de competencia reglamentada'l
Por su parte, Caillois expone sus ideas: "Todo juego es un sistema de reglas. Éstas de-
finen 1o que es o no es juego, es decir, 1o permitido y io prohibido'l A su vez, Caillois
define esencialmente a1 juego como una actividad que es libre, separada, incierta, im-
productiva, reglamentada y ficticia. Lo más importante del estudio de Caillois es la
clasificación que hace de los juegos en cuatro categorías: de competencia, de azar, de si-
mulacro y de vértigo. El sociólogo francés asigna a cada categoría su respectiva etimo-
Iogía griega, de tal modo que a los juegos de competencia los denomina Ágoi?: se juega
al futbol, a las canicas o a1 ajedrez; a los juegos de azar los denomina Alea: se juega a Ia
ruleta o a la lotería; a los juegos de simulacro los denomina Mimicry: se juega al pirata
o a ser Napoleón, y a los juegos de vértigo los denomina llinx: sejuega a dar lueltas
sobre el propio eje para provocarse el mareo o un estado orgánico de confusión y des-
concierto. En el cuadro tr, Caillois expone las relaciones entre las cuatro categorías en
tres niveles: Ias formas culturales que permanecen al margen del mecanismo social, las
formas institucionaies integradas a Ia vida social y corrupción; en Ia competencia y el
azar, el nivel de corrupción llega al deseo de poder, la astucia y la superstición; pero en
el simulacro y el vértigo, la corrupción llega a la enajenación de la personalidad, el al-
151
Esrérrca osr vecÍo
coholismo y las drogas. según parece, los juegos de competenciay azar son preferibles
porque tienden al establecimiento de la civilización.
La obra de Gabriel Orozco tiene como una de sus constantes el juego, no sólo
como tema o como proceso creativo, o porque las piezas deriven de un juego precon-
cebido que el artista mexicano altera, modifica y reinventa, sino porque propone sus
trabajos como obras abiertas para la fruición del espectador que interactúa con ellas,
las interviene y de hecho, están pensadas para que el espectador juegue con ellas, que
sea un jugador que active todas las posibilidades de relación de signos que se articulan
3'
Títoio de una noveia de Umberto Eco: El pénduLo de Foucault. Jean Bernard León Foucault, físico
francés (ttto-ttes). Su nombre se asocia más a menudo con una serie de experimentos espectacuia-
res que empezaron en 1851. Foucault comprendió que si se ponía un gran péndulo
en movimiento,
Tierra giraría debaio de é1' Isaac Asimov,
éste mantendría su plano de oscilación mientras que la
Enciclopedia biografica de ciencia y tecnología, p. 320.
3u
Orozco, "La mano de uno" en La tempestad, pP. I30-133'
152
cApíTULo 4: Las estrategias de desaparición
Una técnica no surge por generación espontánea, surge de la mano de uno. Aunque
t se piense que son muchas las manos, que son las de todos, sabemos que el origen
es uno, indivisible como un átomo. EI átomo necesita vacío para moverse, necesita
vaciarse de nacionalidad, de idiosincrasia, de prejuicios, de estatus, de herramientas,
de materiales, de artisticidad, de clase.
Pero es sólo el vacío como vaciedad. Aunque las declaraciones de Orozco se an-
tojan como provenientes de Ia influencia del zen o de un profundo pensamiento frlo-
sófico (como el nominalismo), es evidente la superficie de la banalidad y los signos de
lo real como vacío de sentido.
15i
rI
-i
, 4--
i* ,
CoNcrusróN: EL ARTrsrA
T
-LA PRESENTE REFLEXION SE OCUPA DE LAS POSIBILIDADES DE CREACION_PRODUCCION
y propuesta en el contexto del arte actual, en el que todo parece indicar que "ya todo
ha sido hecho'] que el arte como impulso creativo personal es ya una imposibilidad,
ya que todo es copia de todo. Esto provoca que el panorama del arte de hoy, sea una
aparente diversidad caótica que en realidad se asemeja a una unidad plana, en la que
todas las imágenes están vacías de contenido. Otro problema, no menos complejo,
es la abundancia y proliferación de imágenes en el entorno de Ia cultura contempo-
ránea: hay tantas que ya no existe espacio disponible para una más; esta saturación
de lo visual produce una indeterminación del signiflcado, una insignificancia de las
imágenes y una indiferencia del espectador que mira sin ver y que ya no tiene tiempo
para contemplar. Aparte de la banalización de las imágenes y del arte, se presenta el
problema más grave: que e1 arte deviene en espectáculo, y que éste último es realmente
el opio de la sociedad; es entonces cuando el arte sólo obedece aljuego de reglas de Ia
estética: se ha caído en ei esteticismo, en el gusto por las formas significantes carentes
de contenido significativo; esto es lo que alimenta a un mercado del arte opulento que
especula con el discurso de la "muerte del arte" ylafetíchización de objetos baladí que
son vendidos por sumas exorbitantes: ni siquiera colmar el hambre de todo el conti-
nente africano es tan caro. ;Qué relevancia tiene hacer arte en estas condiciones? Si
una imagen ya no nos dice nada, si una obra ya no nos estremece, aparece el ejército de
críticos y curadores que se encargan de apabullarnos con su discurso sofista.
Entre las estrategias desde una estética de la resistenclc (que es ir más allá de la
estética del vacío),tenemos al ocio, a la libertad y al no-hacer. Valorar el ocio para redes-
155
i
-/-
arrd)
!I
É
Esrérrcrr IrEL \'Ácrc)
cubrir el ocio creativo, en donde e1 "tiempo iibre" se expancla a tiempo completo, existen-
cial. \'alorar la libertad como campo de acción,v de posibilidades infinitas, recordar que
la libertad máxima se encuentra en el crimen en e1 arte. \,alorar el hacer (crear, pro<lu
1,
cir), para proponer en su lugar el no-hacer como postura de resistencia ante u1t universo
pletórico de arte, en e1 que e1 arte desaparece por su proiiÍêración. Finalmente, senalar
que el arte contemporáneo negocia con Ia muerte: es necrólilo v nihilista; así llegamos al
principio: el nacimiento del arte como culto y resistencia a la muerte.
Hablemos dei ocio, más allá de su acepción de tiempo de inactividad, de un tiem-
po no productivo en el sentido de 1a economía capitalista, de un tierr-rpo muerto que
a se gasta en el vicio y la decadencia hasta e1 estancamiento v 1a corrupción; para la
oligarquía de los antiguos griegos, e1 ocio era Ia dedicación a la contemplación y al
pensamiento; esto perduró er-r la sociedad moderna para los regímenes monárquicos:
sólo la aristocracia tenía derecho al ocio. Así, Thornstein \reblen criticó a 1a sociedad
norteamericana de principios del siglo xx, y senalaba la no particlpación de Ia clase
ociosa en la producción industriai. Guy Debord senala que 1a sociedad del espectácu1o
vive encadenada para producir y consumir al espectáculo: no existe e1 tiempo libre
como ocio. En carnbio, Paul Latàrgue reir.indica al ocio et El derecho a la pereza. En
este sentido, rvo propongo al ocio corno tiempo vital o tiernpo existencial, que cada
individuo podrá aprovechar en beneficio de la búsqueda de su propia plenitud. DeI
mismo modo abordaremos rt 1a libertad, más al1á de 1a idea,v su teorización, a 1a puesta
en práctica. Podemos pensar utópican-rente que 1a libertad ha sido una conquista en las
actuales sociedades democráticas, pero esto no só1o es una ingenuidad, sino una men-
tira atroz disfrazada de icleología. Según ]ean Galard, en una sociedad muy ordenada,
los dos líir-rites más aptos para la transgresión son el arte v el crimen; 1os poderosos
ejercen sr-r libertad mediante el crimen transfigurado en atentados v conspiraciones;
1os ociosos disponemos del arte para experimentar la libertad total, en la que sublima-
mos a Eros v a Tanatos. En e1 r.nismo sentido del ocio, yo propongo a la libertacl como
autodeterminación,v autocausalidacl. En la acepcion de ia libertad como elección, yo
elijo el no-hacer.
E1 no-hacer es el ángulo superior del ocio y 1a llbertad, e1 no-hacer tiene un senti'
156
,+$:d {--
i:
CoNcrusIóN: El 4rtista que nunca existió
artísticas como juego de la imaginación, pero que no voy a realizar. Es una especie de
patafísica del arte, es decir, como soluciones imaginarias; con ello pretendo restable-
cer no sólo el poder de la imaginación (tanto en mi caso como en el del lector), sino
devolver al arte a su orlgen: la poesía. Es una forma de desvanecer el arte en mito para
hacer evidente el mito del arte. Aquí, estamos ante la escena primordial, otra vez la
relación del arte y el crimen, o de la violencia y la destrucción como origen del acto
creador del arte, en el que los ninos al igual que los primitivos encuentran cierto placer
en destruir el principio de realidad. Georges Bataille pensaba en una liberación de los
instintos sádicos.
.} Yo quiero proponer como seudónimo "Don Nadie" para el artista que nunca
existió, muyparecido al autor más prolífico de la historia del arte: 'Anónimoi Una
manera de borrar al ego que es como una tentativa de ejercer el poder sobre el otro;
desechar la firma como una marca registrada que convierte a los objetos en fetiches del
mercado del arte. El verdadero arte comienza con la destrucción de uno mismo, con la
autonulidad, la negación de una personalidad producto de la cultura y la sociedad de
masas y del consumismo.
Mediante el juego y la imaginación, pretendo un resurgimiento de lo simbóli-
co. Esa dimensión que nos sirve de vehículo para traspasar a Io real como el aspecto
aparente y fenoménico de la realidad, en busca de un sentido trascendente, más allá
de la mera inmanencia de los objetos y de la banalidad de una realidad insignificante
cuya única ceÍteza es la muerte. Lo simbólico es la alteridad, aquello que se encuentra
en la irracionalidad de los sueflos, en la experiencia de Io sagrado y en el misterio de
la poesía. Es verdad, el arte es un mito porque no existe, es un invento de la cultura
occidental y en la actualidad "una mentira lucrativa", como dice Debray; tanto se habla
de la muerte del arte que se hace necesario mostrar de una vez por todas a este cadáver
que es rehén de artistas y críticos de arte desde hace casi cincuenta aflos.
Imaginemos que estamos mirando un cadáver, estamos ante la visión del terror. Si es
cierto, como asegura Régis Debray, que el nacimiento del arte es la muerte, entonces
nos encontramos en el inicio, en la creación de Ia imagen para vencer a la muerte,
para soportar su ineludible presencia o tal vez para ignorar Ia angustia que nos pro-
duce mediante máscaras mortuorias y símbolos que aluden a un plano metafísico.
La historia del arte rebosa muerte, de cadáveres y mutilaciones, de crueldad y des-
trucción. Caravaggio siente fascinación por las cabezas cortadas, de la Medusa o de
Holofernes. Por doquier el cadáver de Cristo, ya sea crucificado o descendiendo de la
cruz. Rembrandt nos muestra el interior de un cadáver en la lección de anatomía del
Dr. Tirlp, o la crudeza del buey desollado. |acques Louis David pintó el cuerpo des-
falleciente de Marat, pero no le pareció digno representar la decapitación de Carlota
Corday en Ia guillotina (el verdugo Sanson relata en sus memorias que el carpintero
157
Esrérrce nel vecÍo
abofeteó una mejilla de la asesina y que el rostro de ella se cubrió de un rubor pudo-
roso). Gericault realizó numerosos estudios de cadáveres de Ia morgue para pintar la
Balsa de la Medusa, estudios de cabezas cortadas y miembros mutilados que ya no
incorporó a la pintura dei naufragio. Por todos lados el espectáculo de Ia muerte, su
aplastante triunfo como Io pinta Bruegel el Viejo. No creo necesario insistir en las ma-
tazones que nuestros antepasados prehispánicos ofrecían a sus dioses ávidos de sangre
y corazones, ni en todas esas pirámides de cráneos que constituyen el imaginario de
nuestro inconsciente colectivo. En Japón, |igoku Zoshi, un artista del siglo XII, no tiene
158
Í-
CoNcr-uslóN: El nrtista que nunca existió
go triunfó, una estética necrófila que da lugar a lo que él denomina como un "arte des-
piadado 1 Inevitable pensar en la fotografía de loel Peter Witkin, cuyas imágenes nos
presentan ese lado abominable de la realidad, donde entra Io monstruoso de seres con
malformaciones congénitas, lo horrible de cuerpos mutilados, lo grotesco de cuerpos
de mujeres obesas o de famélicos hermafroditas, 1o siniestro de Ia cabeza cortada de un
anciano cuyas mitades se unen en un escalofriante beso de Ia muerte. Qué podemos
decir de la alta carga tanática, de ese cruel impacto provocado por los activistas vie-
neses que en actos de extrema y radicai libertad atentaron contra sus propios cuerpos,
159
r inertes a 1a
L: Iettt,r. l)r.L \-\Lro
bién a1 arte. Es una posibilidad solicitar estos cuerpos mediante trámites ), documen-
tos que avaien una investrgación artística. De ser posible, es mejor adquirir a1 menos
una docena de cadáveres, de ambos sexos y de diversas edades. Es importante que
estén en buenas condiciones o que no hayan teniclo una muerte demasiado violenta.
Como siguiente paso, se debe conformar un equipo de trabaio con médicos cirujanos
para hacer las disecciones precisas, habrá que seccionar todos los cuerpos para tener
a disposición doce cabezas, doce pares de piernas, brazos, pies y manos; cortar lim-
a piamente los genitales de ios cuerpos masculinos, hacer cortes en la tapa craneal para
extraer los cerebros; abrir pechos 1. cajas torácicas para extraer también 1os corazones
y los demás órganos; también deben obtenerse los ojos, las orejas v las lenguas. Todo
este proceso debe efêctuarse con una limpieza total para construir e1 "cuerpo sin órga-
nos" que proponían Gilles Deleuze y Felix Guattari. Tal vez e1 cadár,er exquisito sea un
cadáver r.irtual, deconstruido y reconstltuido rizomáticamente por di.,,ersas partes de
los dir.ersos cuerpos. Un cadár,er hecho por fragrnentos de cadár.eres. Si armáramos
este cuerpo pleza por pieza, el conjunto jamás podrá tener la unidacl 1. Ia armonía de
la belleza; en todo caso, sería 1o más cercano a 1o monstruoso, al horror. Ni siquiera
buscando una compatlbilidad entre las piezas: éste sería un rompecabezas in-rposible.
Supongamos que 1as extremidades se suturan con una costura muv fina, casi imper-
ceptibie. Que las cavidades que albergan a los órganos están vacías 1, que 1os órganos
están dentro de cajas de madera pintadas de blanco con vidrios. O tal r.ez, pensemos
en un sistema de distribución n-rás complejo como las retículas tridimensionales de
Sol Le Witt, hechas de un r.idrio de 1 mrl; 1as distintas partes del cuerpo estarían
contenidas v aisladas cada una individualmente y unidas por paredes muy delgadas y
transparentes, 1o mismo que los órganos, componiendo una espacialidad que haría ver
a todas 1as partes flotando ,v formando parte de un todo atomizado. Para la conserva-
ción del cadáver exquisito, se me ocurre emplear 1a tecnica desarrollada por un médico
argentlno, que consiste en inr.ectar cera ), que aplicó en 1a momiÍrcación del cadár,er de
Evita Perón, el cual, segúrn se dice, se muestra con tal frescura como si hubiera muerto
ayer o tan só1o estuviera dormida.
Quisiera complicar aún más 1a idea, agregando a 1a complejidad espacial una
complejidad de ias relaciones paladigmáticas 1. sintagmáticas de ios significantes del
cadár,er exquislto; por eiemplo, cada compartimento que contiene a cada pieza, tendrá
un dispositivo electrónico conectado a un ordenador, de esta manera e1 cadáver entra
en el juego de la interactivldad con el espectador-usuario, quien al accionar e1 icono
correspondiente en pantalla, podrá leer: "esta mano perteneció a un asesino de tra-
vestis'l E1 cadár,er exquisito será bisexual o en todo caso asexual, así que dando clic al
icono correspondiente se leerá: "este genital perteneció a un violador de ninos'] y en e1
otro icono: "esta cabeza perteneció a una mujer que fue amada por muchos hombres']
"este cerebro era propiedad de una estúpida que sólo pensaba en su bellezaI "estos ojos
eran propiedad de un voleur de pe1Ículas porno"; pero también; "esta pierna perte-
I
-r
Coxt:rusrcix: El 4rti-sta que nuncir eristió
neció a una mujer que caminó sir.r ilegar a ninguna parte'l "esta oreja era propieclacl
de una mujer que escLlchaba a los desesperados'l etc. En realidad, nunca sabremos de
qllién eran esas partes de cuerpos, ta1 con-ro ignoramos para siempre a quiénes perte-
necían 1os zapatos de los campos de concentración. Se trata tan sólo de un simulacro
más, de mostrar en toda su obscenidad al cadár.er, c1e trasplantar io real del simulacro
a la realidad para borrar toda posible referencia. Pero este juego de dotar de signiflca-
dos falsos a cada signlficante, le aporta un poder evocador y poético que nos perrnite
elaborar una dimensión de la Íàntasía, un cierto proceso de simbolización. Por ejem-
plo, otro icono: "esta lengua perteneció a un hombre mentiroso que ya no volverá a
I mentir'i Y así como nunca sabremos 1a iclentidacl cle 1os cadár.eres, esto cle algún modo,
los dignifica, se les honra en medio de su anonimato y sr1 muerte es significativa: ya
no pasaron inadvertidos por este mundo, se 1es rinde ur.r homenaje a esos personajes
desconocidos, ,y nue\ramente estamos ante el carácter ritual, ante el culto a Ia muerte
en el que nace e1 arte r.erdadero.
Me satistãce pensar que esta ldea, por más descabellada qr"re parezca, es posible,
me regocija pensar que puedo llevar el proyecto a 1a galería de H. Galguera, quien
empezará a frotarse las manos para hacer brotar a1 genio de la lámpara de ios dólares;
en nuestra conversación ambos sabemos que "esto es un negocio'] habiaremos de los
gastos de producción, de1 patrocinio, de los porcentajes de ganancia, a qué críticos ha-
remos cómplices cle nllestro complot de1 arte. Le comentaré que mi próxin-ro pro,yecto
es hacer una ir.rstalación con 1as cabezas de 1os ajusticiados por el narco, y que voy a
necesitar una buena cantidad de dólares para tramitar er.r Ia PGR la donación de unas
cabezas que serán colocadas en una instalación en el monuilento a la Revolución, para
hacer propaganda a Íàr,or de las corporaciones antinarcóticos. De ahí, seguramente
surgirán otras derivas que tendrían relación cor-r e1 Partido Verde Ecologista ,v su in-
congruente petlción de pena de mr.rerte para secuestradores y r.ioladores, pero eso es
todavía una idea r.aqa.
Volr.iendo Ante el caclaver exquisito del arte, he platicado anterlormente esta idea
con mis aiumnos y' ellos están convencidos de que vov a l1er.ar1a a cabo, lncluso uno
de ellos se ofreció para tomar tbtografías de todo e1 proceso, otro me comentó que 5u
padre es médico cirr-riano 1'qr-re tiene un alto cargo como funcionario de 1a Secretaría
de Sah-rd, por 1o cual r'o tendria garantizado el abastecir.r-riento de cuantos cadár.eres
requiriera; una alumna rle sugirió r'arias de las frases poeticas que designan a cada
fragmento, otra me pidió de manera muv entusiasta ptrrticipar en la programación y
diseno digital de 1a producción rnr-rltimedia, otra me aportó ideas sobre el ensamblaje
de 1as cajas de vidrio, las cuales tendrán que estar desfasadas para crear una articu-
lación coherente de las distir-rtas pieztrs de1 cuerpo; no tãltó quien opinó que todo e1
cadár.er debiera estar iluminado ,va sea por una 1uz roia o por una luz blanca dema-
siado intensa, para darle cierta teatralldad. Àigunos, en e1 colmo de1 humor negro,
comentaron que donarían su cuerpo, partes de1 mlsmo u órganos, en caso de muerte
pÍematura. Yo ir-rsistía en todo momento en ia recepción dei cadár'er por parte del es-
pectador: 2realmente provocaria pasmo, asombro o repudio v asco? 2Era posible que
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