Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
'
EL REALISMO MAGICO
Y OTROS ENSAYOS
il
t¡tltftrEsA @ I
*ffi-
cr.sitncAct ür{ jx"_
*_t a,ar
A( JF I¡
.-,*JS[¿-J_
. ** d sJ.s 1" edición, 7976 Nor,q oru AwoR PARA LA \EGUNDA totctÓ¡'¡
.**JÍtJ 2^ edición, L992
EL "REALISMO MAGICO"
EN LA FICCION HISPANOAMERICANA
EL MÁclco"
"REALISMo
EN LA FICCIÓN HISPANOAMERICANA
la crí-
El rÉnrr¿wo 'realismo mágico" apareció primero en
a las artes litera-
tica a las artes plásticas y sólo después se extendió
Roh para caracteri-
rias. Lo lanzó en 1,925;l crítico alemán Franz
z r a vÍr gruPo de pintores alemanes'
lo que veían' fieles
Según ñoft to, pi.tto..' impresionistas pintaron
cromá-
l" íidol. .t"r.tr^l de los obietos y a sus propias sensaciones
" los pintores exPre-
ticas (v. gr. Camille Pissarro)' Como reacción'
inexis-
,iortirt"r1. rebelaron contra la naturaleza pintando objetos
s tentesotandesfiguradosqueparecíanextraterrestres(v.gr'Marc
fue que pintores Post-
Chagall). Y lo que Roh descubrió en 1925
expr:esionistas (Max Beckmann, Georges
Grosz' Otto Dix) estaban
pintando otra vez objetos ordinarios, sólo que
lo hacían con ojos
realidad' contemplaban
maravillados Porque' más que regresar a la
en una mágica
el mundo como si ^.^6^'l de resurgir de 1a nada'
después del fantásti-
recreación. O sea, que los Post-exPresionistas'
cosas envueltas en
co Apocalipsis de los expresionistas' veían las
Arte de realidad
la luz matinal, inocente, de un segundo Génesis'
mágico"' Es ver-
y de magia, FranzRoh lo bautizó como orealismo
qrre"años más tarde, en 1958, al referirse a los
mismos pintores'
áad
*i,,i.o q,"
;::":::"::'iq.'*
""li:.1:.yl::: i*: conr,,ndjree. c:n r¡ rite¡atu¡a faniástica. I
¡:.
"n
re25 h¿bía bautizado con ros nombres de "Masi*
de agentes misteriosos. A veces lo sobrenatural aparece' no Perso- tural de fantasías, misterios y saltos en el tiempo. En comparacrón
nificado en agentes, sino en un vuelco cósmico que, sin que nadie con las novelas del campo que entonces predominaban (las de Be-
sepa cómo, obiiga a los hombres a posturas grotescas. En las narra- nito Lynch, por eiemplo) también se pudo haber dicho del capítulo
irli"ij:l ¡::r'-l';l:r't"l'ilr,i. il"¡ t'r;'¡ri-li"i- )r. \/ ir. rlr, .;,..1 ,l*,,r'.',r1:r,.rrt i.'it ,:l X\11I]) .tl.te i.'1':1 ( r1¡tl'() "errlisrlr¡: tri,ilri-
ii,;tti,:; sr¡irtr-'ii;'lil.lr':;l;-:; r"'! l',:l:l;'].;
rio, en las narraciones extrañas el narrador, vez dc presentar la e11 cO.. ljusrle esJ lc.tul.l dc tttttt 5L'8trtt¿io J.JtttL,)..t pt.st.irtlJs JtclILl(lil
magia como si fuera real, Presenta la r'ealidad como si fuera mágica' a las letras hispanoamericanas.
personajes, cosas, acontecimientos, son reconocibles y razonables ¿No habrá, me preguntaba, no habrá en el resto de Hispanoa-
L:{-rlli'}.] t:;o¡ Lrilill. :lf ll'/'illi.llla l"! (:/!'t)a.lr si-rI':1ll:lllr.l111{}5 !i'(: C:i1 r;1- ¡l:1:'i.'.'r ,t;,t-l',1;1, 'fi,r, {.!r.t{t \r:t¡,rttr ;1r¡r} rl,iu lef ,tr rlrl¡ Giiir'tllile:i tlll llt ru.tfr-
Í-)crl'()
ñeza desconoce io que ve y se abstiene de ac-iaraciones racionaies. tttr'J Llc uotlVcitlr'it)rrus rt.¡.lis'..:i
Antes lo vimos escamotear o alterar objetos. La realidad se desva- Los jóvenes de hoy, acostumbrados al ..boom' internacional de
necía en los meandros del fantasear. L.a magia era como una violenta Rulfo, Cortázar, García Márquez' Vargas Llosa, Fuentes, Cabrera
l¡rt.i¡tti', ill.ti'¡,i ¡r., i,ti,',1.1t, lrillt.¡iir,ii'"t.'(j1l:: I j.'. 'ii 't,! '1'r'i':;ii.rr!'
Iilga a l¿ j\¿ti¿. ¡ii¡r;r.¿ \cri.irr.t, .ii il.-Lti'¡ri,;r ¡,, q": r. r.l;r'[,1il i,i!rir^riiri.
El realismo mágico echa sus raíces en el ser, pero Io hace descri- hablando la literatura hispanoamericana no estaba a la vista' Habra
biéndolo como problemático. Las cosas existen, sí' y qué placer nos que esforzarse mucho para verla desde Buenos Aires. Tuve más suerte
da el verlas emerger del fluir de la fantasía, pero ahora penetramos que otros críticos. Me facilitaba la busca, primero, mi íntima amis-
en ellas y en sus fotrcios volvenros iit tt-lca'- el, eni¡1ma. Ilntre !'¿ rliso- tad con Pedrcl l{enríqr:ez {Jreña, tan informadr¡ de cuanto se hacía
lución de la realidad (magia) y la copia de la realidad (realismo) el en nuestra América; y en segundo, ei hecho de que yo, desde 1931,
realismo mágico asombra como si asistiera al espectáculo de una
se por dirigir la página literaria de I-a Vanguardia, recrbía de todas partes
nueva creación. Visto con ojos nuevos alaluz de una nueva mañana, libros que el lector corriente no hubiera podidcl comprar ni en las
el mundo es, si no maravilloso, al menos perturbador. En esta clase meiores librerías. Descubrí entonces' escondida en ciudades remo-
de narraciones los sucesos, siendo reales, producen Ia ilusión de irrea-
tas, una minoría de narradores antirrealistas.
lirJad. La estrategia del escritor consiste en sugerir un clima sobre- Mi mayor deslumbramiento fue la prosa de Alfonso Reyes, a
narural sin apartarse de la naturaleza y su táctica es deformar la rea- quien traté personalmente en sus visitas a Buenos Aires: sus narracio-
lidad en el magín de personajes neuróticos. nes y arranques narrativos inventaban un alucinante reino de fic-
Definido el .realismo mágico, así voy a aplicarlo a la literatura ción. Baste recordar los cuentos de El plano oblicuo (tlzo); por ejem-
hispanoamericana. No a la realidad hispanoamericana, que no goza
plo, .La cena>> y ol-a reina perdida", donde la realidad se hace mágica.
Gracias también a Alfonso Reyes, que me los recomendó, leí los
de privilegios artísticos, sino a escritores que han mirado sus tie-
extraños Ensayos y fantasías (19i8) de su compatriota Julio Torri.
rras y a sus habitanres a través de lentes pulidos en los talleres de
Reyes y Torri pertenecían a la generación post-modernista. En la
la gran literatura mundial. si se me permite ofreceré un testimonio
generación subsiguiente, la que surgió después de la Primera Guerra
personal para que se vea cómo y cuándo surgió el "realismo mágico"'
Mi perspectiva fue la de un lector que vivía en Buenos Aires, Mundial, el arte narrativo cambió más ostentosamente. Muchos de
los rasgos que se atribuyen a la novela de hoy se perfilaron enton-
es decir, en la ciudad más europeizada de toda Hispanoamérica. Los
ces: los temas se desplazaron del campo a la ciudad; el análisis psi-
argenrinos no leían a escritores argentinos. Mucho menos a escrito-
cológico fue cle las almas simples al examen de neurosis raras; la filo-
res hispanoamericanos. De niño yo, como muchos otros de mis com-
sofía realista fue sustituida por filosofías idealistas y existenciales; el
pañeros de escuela, devoraba novelas francesas e inglesas. La pri-
estilo se hizo poético; la lengua se puso a experimentar analizándose
mera novela argentina que me asombró fue Don segundo Sombra
a sí misma; la novela se desdoblaba y, como en una cámara de espe-
(1926). con un ane metafórico aprendido de los simbolistas fran-
jos, veíamos una novela dentro de otra. Si no siempre en la totali-
ceses Ricardo Güiraldes ídealízaba una Argentina gaucha que no
dad de un libro al menos en algunos pasaies de gran empeño arrístic<t,
existía y disolvía escenas muy naturales en una atmósfera Preterna-
-l 20 EL REALISMO MAGICO Y OTROS ENSAYOS EL.REALISMO MAGICO, EN I-A FICCION HISPANOAMERICANA 21
los narradores de la generación llamada "de vanguardia" describie- Parte de la cuentística de Borges puede clasificarse como literatura
ron situaciones envueltas en esos tormentosos nubarrones de mis- fantástica; o sea, que el orden natural queda inexplicablemente al-
terio que anuncian una descarga de realismo mágico. Pienso en Alejo terado por ia irrupción de un hecho sobrenatural: 'Las ruinas cir-
Carpentier, Vicente Huidobro, Jaime Torres Bodet, Miguel Angel culares,r, por ejemplo. Pero Ia mayoría de sus cuentos encajan más
Asturias, Enrique Labrador Ruiz, Gilberto Owen, Lino Novás Cal- bien en el *realismo mágico": ..Funes el memorio5er, oEl muerto>
vo, Vizconde de Lascano Tegui, Agustín Yáñ.ez,María Luisa Bom- y "El Zahir>>, párá mencionar solamente tres de la década del cua-
bal, el César Vallejo de Fabla sahtajey diez más. Yo mismo me su- renta. A propósito he destacado cuentos de Borges que transcurren
mé a esa aventura renovada: en Vigilia (1934), con procedimientos en la región del Río de la Plata, con tipos humanos muy criollos,
aprendidos de Proust y Joyce, volqué 1a novela dentro del proceso en situaciones típicas de la vida de América porque creo que cuando
mental de un adolescente. Y en El rtentir de l,zs estrella.s (1940) hubo los críticos jóvenes hablan de "realismo rnágico" apuntan precisa-
por lo üienos tres cuentos sellados con la estética del reaiismo mágico. mente a una literatura rica en contenido americano. Más: creo que
F{asta ahora no he mencionado a Jorge Luis Borges porque su la novedad de los escritores del ..boolTi,,, entre 1950 y 1,970, consistió
labor de cuentista er.-:'pezó tarde; pero apenas empezó, sus cuentos en hacer funcionar en la realidad que se extiende de México a Ar-
ejelcieron, 7- siguen cjcrciendo. una gi'a¡r irrflr.ret¡r:i;r sobrc l.>s n;ri'r.l- gentilla y <le Chile a l)ucrto Rico lc,s es(luelnas aüti-reillistas <>.les-
dores del realismo rnágico. Recuerdo el asombro con que, en 1940, realizadores de los magos de 1930 a 1950.
leímos sLr cuenro "Tlón, lJqbar, Orbis Tertiuso. Abrió un nuevo En efecto, entre 1930 y l95O predominaban en nuestros países
períod,r cn la historia de la. lrarrativa hispanoamericana. En ¡:trimer letras rcrlist:t:; y rústi.:as. I.os,.:ultores de literatura fantástica <lesa-
lugar ailí, cil ese cL¡errto, cslalran ias senrill:rs del bosque cle cuetrtos liarr,r¡l cse iniperio cle, cc¡stumblist.¡,s. Al lti¿rge n 'jei le alrsin,r ofi,:i,rl
que le fue creciendo a Borges durante esa década. Y de la cuentística se formó así una escuela fue uno de sus rnaestros- doncle
-Borges
de Borges, a su vez, se desprendieron bandadas de admiradores, apren- jóvenes discípuios aprendieron en secreto a manejar los esquemas
y plagiarios. Los cuentos de Borges di-
clices, discípr,rlos, inspirados nari:ativos c-le eso que l-re llan-rado.lo sobrenatural,' y.,lo extraflto,.
solvían el género cuento en curiosas complicaciones forrnales: el En las dos últimas décadas
-de 1950 a t97Q- esos ióvenes baiaron
cuento-ensayo y el ensayo-cuento, el cuento dentro del cuento, el de la escuela, establecida en lo alto de una torre de marfil, y chapo-
cuento que parece una mera crónica y de súbito, en una nota al tearon en el barro de América como habían hecho sus abuelos. Los
pie o en una posdata, se transforma en fantasía, el cuento que redu- maestros les habían enseñado técnicas para tejer tenues tramas, trlr-
ce al absurdo una teoría seguido por otro cuento que reduce al ab- cos para construir abstractas estructuras. Los discípulos, después de
surdo la teoría contraria. Un ejemplo entre muchos de esta cons- aprovechar aquellas lecciones, negaron a sus maestros y ahora ejer-
trucción con tesis y antítesis es ..La obra de Herbert Quaino, d.:nde citan los esquemas anti-realistas o des-realizadores en una concreta
habla de novelas regresivas con un pasado infinitamente ramifica- realidad americana. No la idealizan hasta el punto de que quede irre-
do, y "El iardín de senderos que se bifurcano, donde habla de una conocible. Tampoco la reducen a una grosera copia. Los juegos for-
novela laberíntica donde el futuro se ramifica en infinitas posibili- males que antes fascinaban a una minoría ahora divierten a la ma-
dades. Y obsérvese de paso que Borges, si bien decidido a no nove- yoría porque se apoyan en objetos familiares. Es un fenómeno de
lar, escr,ibió cuentos sobre el arte de noveiar; de manera que algunas sociedad de masas. E,l estilo de una minoría es adoptado por una
de sus reflexiones sobre la novela forman parte del programa de mayoría. Sólo que, en esta masificación actual de "ismos" de la anti-
los novelistas exprimentales de hoy. Sea como fuere, lo cierto es gua élire, el ímpetu ya no es gratuito y universal, sino compronleti-
que lo importante de la contribución de Borges estaba en que sub- do y nacionalista. Hace treinta años Borges transformaba experiencias
vertía la visión del mundo. Y esta visión del mundo de Borges ha de Buenos Aires en ficciones inverosímiles, y para que su inverosi-
influido en Arreola, Cortázar, Mejía Valera, García Márquez y otros militud resultase tolerabie a un pequeño público las situaba en la
narradores de hoy. India o en el planeta TIón. Hoy GarcíaMárquez, para que el ¡;ran
EL .REALISMO MAGICO" EN LA FICCION HISPANOAMERICANA 23
22 EL REALISMO MAGICO Y OTROS ENSAYOS
público tolere sus inverosímiles ficciones, las sitúa en Macondo, que NOTAS
es el corazón de nuestra América. En uno y otro caso lo mágico,
lo maravilloso, no está en la realidad, sino en el arte de fingir.
1 Nach-Exprexionismus (Magiscber Realismus) (Leipzig, 1925)i Geschicbte der Deuts'
cben Kunst z:on 1900 bis zur Gegenzoarr (Munich, 1958). Traducción inglesa con
añadidos de Juliene Roh, Gennan Art in tbe 20th century (New York, 1968).
2 Lune de cendre (Bwenos Aires, 1935) yuxtapuso los textos de "Luna de la ceniza"
(La Nación,7 oct. 1934) y su traducción por Manoel Gahisto en La Reoue Argettti'
psd¡c," (la
ne,parís (sept. 1935). Ese cuento, más otros tres, incluyendo "El leve
Nación,28 agosto 1938), se editaron en El mmtir de las estrellas (Btenos Aires, 1940).
3 Wint" cuentos b:spanoameicanos del siglo -xx, ed. E. Anderson Imbert y L' Kiddle
(New York, 1956), p. 1a8.
4 L"trot y bombres de Venezuela (México, Da8), p- 162.
5 Hitponio,38 (May, 1944); cf . Histori¿¿ y antología del cuento y la notela en Hispa'
noamérica (New York, 1959), pp. 386-88.
6 El XVt Congreso del Instituto lnternacional de Literatura Iberoamericana se reu-
nió en Michigan State lJniversity en los días del 26 al 31 de agosto de 1973 con
el tema único de .La fantasía y el realismo mágico en la literatura iberoamerica-
na>. Las definiciones del término fueron tan contradictorias como las que aquí
he resumido.
&
&