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RECUERDO ANATÓMICO
La anatomía nerviosa de la mano, específicamente los nervios radial, mediano y cubital, así como
sus ramas y funciones. El nervio radial da dos ramas principales, el nervio interóseo posterior
(puramente motor) y el nervio radial superficial (sensitivo). Inerva varios músculos, incluyendo el
braquiorradial, extensor radial largo del carpo (ECRL), supinador, extensor común de los dedos y el
músculo extensor propio del índice. La rama sensitiva proporciona sensibilidad a la parte dorso
radial de la mano y el dorso de los tres primeros dedos. El nervio mediano inerva músculos como
el flexor largo del pulgar, flexor profundo de los dedos para el índice, pronador cuadrado, entre
otros. Proporciona sensibilidad a la eminencia tenar y a la cara volar de los dedos primero a
cuarto. Por su parte, el nervio cubital discurre posterior al epicóndilo medial por el surco
retrocondíleo, inerva al cubital anterior (FCU) y proporciona inervación sensitiva al dorso de 4º y
5º dedos. Además, inerva a los interóseos, lumbricales cubitales, flexor corto y adductor corto del
pulgar, terminando en ramas sensitivas que dan sensibilidad a 4º y 5º dedos.
Los nervios periféricos están formados por fibras nerviosas motoras, sensitivas y vegetativas. Cada
axón está rodeado por su vaina, constituida por células de Schwann. En las fibras amielínicas o con
escasa mielina, la célula de Schwann hace las veces de vaina y rodea a una cantidad mínima de
mielina. En las fibras más mielinizadas, la célula de Schwann va rotando y formando una estructura
multilaminillar que rodea a una vaina de mielina. El axón, con su célula de Schwann y su vaina de
mielina, es rodeado, a su vez, por un velo de delicado tejido fibroso que se llama endoneuro.
Visualizado en forma longitudinal, el endoneuro es un tubo que rodea de manera individual a las
vainas de mielina y a las células de Schwann, las cuales se aglomeran para formar fascículos. Cada
fascículo o grupo de axones envainados es rodeado, a su vez, por una capa más densa: el
perineuro. Todo el grupo de fascículos, con su perineuro circundante, forma un nervio espinal
mixto o periférico encerrado por el epineuro
ETIOLOGÍA
Los nervios periféricos pueden dañarse por enfermedades metabólicas o del colágeno, neoplasias
malignas, toxinas endógenas o exógenas, o traumatismos térmicos, químicos o mecánicos. En este
tema sólo trataremos de las lesiones traumáticas mecánicas:
c) Lesiones químicas: medicación intramuscular, o bien por efecto químico directo (soluciones
alcohólicas en heridas, ya que disuelve la mielina).
d) Traumatismos indirectos:
Por tracción: Las lesiones osteoarticulares se asocian con afectaciones nerviosas en el 21%
de los casos. Nervio radial en las fracturas del húmero,
Por compresión: Al efecto traumático se añade un efecto isquémico.
Una cuidadosa anamnesis y exploración física son la clave para el diagnóstico apropiado.
Es fundamental conocer los territorios de inervación sensitiva descritos previamente y las zonas de
exploración característica de cada nervio:
Función motora: se utiliza la escala MRC de potencia muscular, que valora desde M0 (ausencia de
contracción muscular) hasta M5 (fuerza normal).
1. La edad: Las suturas son más eficaces en los niños que en los adultos, y tienden a fracasar
más en los ancianos
2. La antigüedad de la lesión: la demora en la reparación influye más sobre la recuperación
motora que sobre la sensitiva. En general, la reparación debe ser precoz, antes del año
para obtener recuperaciones motoras, y antes de 2 años para obtener recuperaciones
sensitivas. Lo ideal es dentro de las 3 primeras semanas. En general, a mayor tiempo
transcurrido menor grado de recuperación
3. La zona de la lesión es importante. A mayor lejanía de los efectores, peor pronóstico.
Cuanto más proximal sea, peor pronóstico tendrá. También es importante el estado de la
porción distal cuando es reinervada.
4. El pronóstico es mejor en los nervios con predominio sensitivo o motor que en los nervios
mixtos
5. El pronóstico también variará según el tipo de reparación (la sutura primaria da mejores
resultados que las secundarias y que los injertos) y de la precisión en la reparación
quirúrgica
6. El tamaño de la pérdida de sustancia: a mayor tamaño, peor pronóstico.
7. La presencia de lesiones asociadas ensombrece el pronóstico.
8. La existencia de doble atrapamiento ensombrece el resultado final.
Suelen producirse tras una lesión penetrante. Hay que explorar cuidadosamente los déficits que se
producen para que no pasen desapercibidas.
La lesión del nervio se puede clasificar atendiendo a las clasificaciones de Seddon (1943) y de
Sunderland (1951)
La reparación quirúrgica implica la aproximación de la capa más externa (epineuro) del nervio tras
haber realizado el alineamiento de las fibras nerviosas. Los defectos de gran tamaño requieren
injertos.
Es difícil tener una lesión pura de primer, segundo o tercer grado por una compresión, la mayor
parte de las lesiones son mixtas.
Normalmente por compresión a nivel de la arcada de Fröhse. Los pacientes presentan déficit en la
extensión de los dedos. El diagnóstico es clínico pero los estudios electro diagnósticos ayudan al
diagnóstico y seguimiento.
El tratamiento inicial se basa en AINEs y ferulización nocturna con muñeca en posición neutra
junto a ejercicios de deslizamiento del nervio. La descompresión quirúrgica se indica cuando el
tratamiento conservador fracasa. La técnica más utilizada es la descompresión abierta
Es una patología mucho menos frecuente que el STC. Produce alteraciones sensitivas en el
territorio de distribución del mediano. La exploración consiste en reproducir los síntomas
mediante la compresión sobre el pronador redondo o la pronación del antebrazo contra
resistencia. Suele mejorar con fisioterapia.
Es la segunda neuropatía por atrapamiento más frecuente de la extremidad superior (3). Las
fracturas y las artropatías son sus principales responsables.
El diagnostico es clínico ya que los estudios electrodiagnósticos tienen una alta tasa de falsos
negativos. Los síntomas son parestesia y acorchamiento en 4º y 5º dedos, y dolor en la zona
medial del codo y antebrazo. En casos avanzados, pérdida de destreza manual por afectación de la
musculatura intrínseca.
Las maniobras de provocación incluyen el test de Tinel en el surco posterior al epicóndilo medial y
el test de flexión del codo se coloca el codo en flexión, la mano en supinación y la muñeca
extendida (posición del camarero) con compresión del nervio.
Se suele tratar de forma conservadora con educación postural combinada con ortesis. Se
recomiendan ejercicios de estiramiento del FCU. La descompresión se indica para los casos
refractarios tras 2-4 meses, especialmente si hay atrofia
La causa más frecuente son las lesiones ocupantes de espacio por lo que el estudio preoperatorio
debe incluir estudios de imagen.
Presentan acorchamiento y hormigueo en 4º y 5º dedos, dolor en la región cubital de la mano y
debilidad para la pinza. Muchos pacientes tienen STC asociado y el tratamiento de este mejora la
sintomatología cubital. Los músculos más afectados suelen ser los primeros interóseos (dorsal y
palmar) y lumbricales de 4º y 5º.
CERVICOBRAQUIALGIA
Ante la aparición de clínica neurológica en el miembro superior siempre hay que realizar
exploración cervical y diagnóstico diferencial con patología a este nivel.
Está producida por daño de las raíces cervicales quinta y sexta (por ejemplo, durante extracción
difícil con fórceps, en la cual la porción superior del plexo braquial del feto es sometida a
estiramiento). La parálisis afecta al deltoides y a los músculos de la cintura escapular (excepto
parte del pectoral mayor, los flexores del codo, los extensores de la muñeca y los supinadores). La
extremidad asume la posición de un individuo que pide solapadamente una propina.
Es causada por lesión en la octava raíz cervical y la primera raíz torácica, por lo común debido a
tracción en el brazo en abducción completa, y produce signos semejantes a los de la lesión del
nervio cubital, como parálisis de músculos pequeños de la mano (pero en este caso hay una
pérdida sensitiva más amplia en el borde interno del antebrazo y hay debilidad en el cubital
anterior). Se asocia frecuentemente con un síndrome deficitario del simpático cervical (Claude
Bernard Horner: miosis, enoftalmos, ptosis palpebral). Los dos tipos de estas “parálisis de origen
obstétrico” tienen pronóstico variable.
Rehabilitación postquirúrgica