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BOTTO
Este libro es una completa guía destinada Se calcula que una de cada seis personas de la Región de
a los profesionales que trabajan en el nivel las Américas sufre algún problema de salud mental. Muchas SALUD MENTAL
de la Atención Primaria de Salud (APS) y
que durante su práctica diaria se ven en-
otras no han sido diagnosticadas o no cumplen con los
criterios de un trastorno de salud mental, a pesar de las
Y PSIQUIATRÍA
frentados a problemas de salud mental y dificultades reales que experimentan en relación a su salud EN LA PRÁCTICA
a cuadros clínico-psiquiátricos que exigen
capacidad diagnóstica y resolutiva.
mental y a su bienestar. Además de soportar la carga que DE ATENCIÓN
suponen las enfermedades en sí mismas, estas personas
Pretende servir a la práctica cotidiana
y sus seres queridos se enfrentan a multitud de obstáculos, PRIMARIA
del diagnóstico y al manejo de los tras-
tornos mentales y de las consultas en el
como la falta de acceso a una atención de salud mental DE SALUD
sistema de APS que, si bien no correspon-
asequible y de calidad, la estigmatización y la discrimina-
ción, la marginación y el aislamiento de sus comunidades, JUAN PABLO JIMÉNEZ
den a enfermedades categóricas, inciden e
impactan la salud mental de la población y las violaciones de sus derechos humanos. JULIA ACUÑA
Este libro, fruto de un proyecto liderado por el Instituto ALBERTO BOTTO
SALUD MENTAL
Y PSIQUIATRÍA EN LA
PRÁCTICA DE ATENCIÓN
PRIMARIA DE SALUD
Jiménez, Juan Pablo – Acuña, Julia – Botto, Alberto
Editores
Salud mental y psiquiatría en la práctica
de atención primaria de salud
Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (MIDAP)
928 pp. 15 x 23 cm
ISBN digital: 978-956-415-083-3
MEDICINA
610
Editorial Catalonia apoya la protección del derecho de autor y el copyright, ya que esti-
mulan la creación y la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, y son una
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hacerlo, tome contacto con Editorial Catalonia o con SADEL (Sociedad de Derechos de
las Letras de Chile, http://www.sadel.cl).
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Dr. Renato Oliveira e Souza, Amy Tausch
SECCIÓN UNO
SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA
DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
SECCIÓN DOS
EVALUACIÓN Y MANEJO DE CUADROS CLÍNICOS
EN ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
5. Psicosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
Alfonso González, Pilar Mondaca, Rubén Nachar,
Cristián Mena
SECCIÓN TRES
INTERVENCIONES TERAPÉUTICAS EN ATENCIÓN
PRIMARIA DE SALUD
SECCIÓN CUATRO
TEMAS DE SALUD MENTAL EN ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
PRESENTACIÓN
Este libro está destinado a ser usado por los profesionales que trabajan
en el nivel de la Atención Primaria de Salud (APS) y que durante su
práctica diaria se ven enfrentados a problemas de salud mental y a cua-
dros clínico-psiquiátricos que exigen capacidad diagnóstica y resolutiva.
Pretende así ser un libro práctico.
Cabe aclarar que, más allá del grupo de médicos generales, está
dirigido a todos los profesionales que integran los equipos de salud.
Se trata de una contribución del Instituto Milenio para la Investi-
gación en Depresión y Personalidad, MIDAP, en conjunto con el De-
partamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Chile, a los programas de capacitación
en salud mental que realiza la autoridad sanitaria correspondiente. Es
un obsequio de expertos de la academia a profesionales que trabajan en
la puerta de entrada al sistema de salud, en la interfaz entre la comu-
nidad y la atención primaria, donde se juega el pronóstico de la salud
mental del país.
Para su realización convocamos a 69 expertos quienes, en 32 ca-
pítulos, resumen el conocimiento actual de la psiquiatría y en temas
de salud mental relevantes para la APS. Somos conscientes de que la
capacitación meramente cognitiva tiene un impacto limitado en la prác-
tica clínica. Estudios internacionales y también los realizados en nuestro
país confirman que debemos extender nuestros programas de capaci-
tación hasta incluir la capacitación en actitudes y habilidades clínicas
específicas (Levav y cols., 2005; Alvarado y cols., 2005).
En esta línea, hace algunos años implementamos un programa
de capacitación para mejorar la detección y manejo de los trastornos
depresivos en el nivel primario de salud ( Jiménez y cols., 2009). Aun
cuando no pudimos mostrar cambios en la detección de depresión, los
12 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
ejemplo, que “no sabía que había tanto hacinamiento en algunos grupos
socioeconómicamente desfavorecidos”.
Recordemos que los niveles de incertidumbre frente a las con-
secuencias de la infección y de resistencia de la población frente a las
medidas sanitarias, dispararon los índices de ansiedad y de sintomato-
logía depresiva. La población empezó a acudir masivamente a los cen-
tros de atención por consultas en salud mental. Los expertos dejamos
de hablar de pandemia para abrazar el concepto de sindemia, entendida
como la combinación de factores clínicos (por ej., diagnósticos), bio-
lógicos, socioeconómicos, culturales, ambientales y comportamentales
que se asocian estadísticamente con el pronóstico clínico. Hablar de
sindemia es la respuesta a una concepción tradicional de las enferme-
dades como entidades separadas unas de otras e independientes de
los contextos mentales y sociales. La pandemia de Covid-19 puso en
evidencia que las consecuencias de la infección y del contagio se ven
exacerbadas por la salud mental y las desigualdades sociales y econó-
micas, a la vez que una salud mental deficiente exacerba las consecuen-
cias del contagio.
De este modo salud y salud mental son resultado de la interacción
sinérgica de múltiples agentes y dimensiones, como son las condiciones
sociales (pobreza, desigualdad, injusticia, conflicto social, desempleo),
los procesos ambientales (cambio climático, desastres socionaturales) y
los estados patológicos (comorbilidades entre enfermedades como de-
presión, diabetes, hipertensión). Estos factores, más que sumar, poten-
cian sus efectos, exacerban la carga de enfermedad en ciertos grupos,
contribuyen a la etiología y la persistencia de problemas de salud mental
y reproducen las disparidades en salud.
En el 2014, un grupo de investigadores de cinco universidades
chilenas, provenientes de diversas disciplinas, tales como psiquiatría y
salud pública, psicología, sociología, genética y antropología, nos junta-
mos para concursar a fondos de la Iniciativa Científica Milenio, que el
Estado chileno pone a disposición de científicos en ciencias naturales y
sociales para investigar problemas relevantes para el desarrollo del país y
el bienestar de su población y así proponer políticas públicas que puedan
ser posteriormente implementadas. Después de un concurso interna-
cional, nuestro grupo ganó financiamiento por cinco años, el que fue
renovado después de una intensa evaluación por pares internacionales
por otros cinco, hasta el 2024.
16 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Referencias
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Editores 21
EDITORES
PRÓLOGO
Amy Tausch
Especialista en Salud Mental de la Organización
Panamericana de la Salud, Washington DC.
SECCIÓN UNO
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Norte.
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
2
Organización Panamericana de la Salud/Organización
Mundial de la Salud (OPS/OMS)
3
Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y
Personalidad (MIDAP)
Salud mental: concepto e implicancias para la salud 33
1
Organización Mundial de la Salud (1948). Registros oficiales de la Organización Mun-
dial de la Salud.
2
Carta de Ottawa para el Fomento de la Salud. En Primera Conferencia Internacional
sobre Fomento de la Salud, Ottawa, Canadá (pp. 17-21).
34 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
3
Ministerio de Salud. (2017). Plan Nacional de Salud Mental. Santiago: Ministerio de
Salud. Santiago, Chile.
4
World Health Organization (2008a). Closing the Gap in a Generation: Health
Equity Through Action on the Social Determinants of Health: Commission on So-
cial Determinants of Health. Geneva.
Salud mental: concepto e implicancias para la salud 35
Niveles de prevención
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PROMOCIÓN
• Educación grupal: promoción de la salud mental
• Trabajo con grupos de autoayuda
• Actividades Masivas
PREVENCIÓN
• Detección de factores de riesgo: consultas de salud mental, aplicación
cuestionarios para el consumo de alcohol y drogas, cuestionarios de la
salud mental infantil y adulta.
• Educación Grupal: prevención diversas temáticas
TRATAMIENTO
• Confirmación diagnóstica
• Intervención multidisciplinaria: controles de salud mental, tratamiento
farmacológico, consejerías, visitas domiciliarias, intervención psicosocial
de grupos, entre otros.
• Consultoría salud mental
• Reuniones clínicas y de sector
• Seguimiento/Rescate
• Derivación nivel de especialidad cuando corresponda
INCLUSIÓN
• Trabajo con organizaciones de base
• Agrupaciones de autoayuda
• Trabajo intersectorial: escuelas, Servicio Mejor Niñez (ex SENAME), SENA-
MA, desarrollo social y otros sectores.
5. Oportunidades y desafíos
está lejos de ser superada. Aún donde éstos existen, los profesionales y
dispositivos son escasos y están distribuidos en forma poco equitativa.
Como consecuencia, los grupos pobres y marginados tienen menos acce-
so, los servicios suelen ser inasequibles, asociados con estigmatización y,
en algunos casos, con violaciones de los derechos humanos básicos. Es así
como la respuesta al desafío es que, en muchos lugares, solo los no espe-
cialistas pueden efectuar las prestaciones de primera línea de la atención
de salud mental por motivos de aceptabilidad, viabilidad y asequibilidad.
La delegación de funciones, que se refiere a la estrategia de redistribu-
ción de las tareas de atención de la salud entre los equipos de sanitarios,
es un método comprobado para lidiar con la escasez de recursos espe-
cializados de salud. Las tareas específicas pasan, cuando es apropiado, de
trabajadores de salud altamente calificados a trabajadores de salud con
menos formación y títulos con el fin de utilizar de manera más eficiente
los recursos humanos disponibles para la salud. La base de evidencia a
favor de la delegación de funciones en la atención de la salud mental en
los países en desarrollo es significativa y sus hallazgos son coherentes.
Lectura recomendada
Referencias
Alvarado, Rubén, & Rojas, Graciela. (2011). “El programa nacional para el
diagnóstico y tratamiento de depresión en atención primaria: una
Salud mental: concepto e implicancias para la salud 49
Rubén Alvarado 1
Olga Toro 2
Gonzalo Soto 2
1
Departamento de Salud Pública, Escuela de Medicina,
Facultad de Medicina, Universidad de Valparaíso
2
Programa de Salud Mental, Escuela de Salud Pública,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
El rol de la atención primaria en la red de servicios comunitarios de salud mental 53
MAYOR
COMPLEJIDAD Nivel Terciario
Hospitales
CDT, CRS
Nivel Secundario
Policlínicos de
Especialidades
velar por una trayectoria sana durante todo el ciclo vital de las personas,
desde el período perinatal hasta le vejez. La epidemiología del curso de
vida ha generado un marco conceptual y metodológico interesante para
comprender que hay períodos críticos de crecimiento y desarrollo no
sólo en la infancia, cuando las exposiciones ambientales hacen más daño
a la salud, pudiendo atenuar o exacerbar los riesgos para la salud mental
en el largo plazo. Estos riesgos pueden ser acumulativos (Koenen, Ru-
denstine, Susser, & Galea, 2014). La evidencia sobre la interacción de
factores sociales, psicológicos y biológicos en la generación de enferme-
dades mentales a lo largo de la vida argumenta a favor de las acciones de
salud en la atención primaria, orientadas al desarrollo y conservación de
la salud mental, a la detección temprana de factores de riesgo y a pro-
cesos de tratamiento integral de la enfermedad mental que eviten una
trayectoria hacia la cronificación o el deterioro.
La detección temprana es una estrategia clave necesaria de forta-
lecer en la atención primaria, pues permite anticipar problemas de sa-
lud antes de que causen síntomas, cuando son más oportunos o fáciles
de tratar. Esta estrategia requiere que los equipos profesionales que se
desempeñan en los centros de atención primaria reciban la formación
adecuada para detectar y tratar a las personas que tienen algún nivel de
riesgo psicosocial. A diferencia de otros problemas de salud, no existen
exámenes de laboratorio o de imágenes, con biomarcadores que permi-
tan anticipar la aparición de una enfermedad mental en el futuro. Pero
si existe un desarrollo de instrumentos de tipo encuestas breves, que
cumplen la función de detección precoz en el caso de la salud mental.
Estas permiten identificar riesgos emocionales, conductuales y cogniti-
vos. La detección temprana debe ir acompañada de intervenciones preco-
ces que busquen prevenir y/o retrasar la enfermedad mental, para lo cual es
clave asumir que la respuesta con tratamiento farmacológico exclusivo
o prioritario debe ser superada. Las intervenciones psicosociales en la
atención primaria juegan un rol clave en un enfoque anticipatorio al
daño. Los programas de atención primaria de la salud enfocados en me-
jorar la salud mental de la madre, las habilidades parentales y el apego;
las intervenciones grupales destinadas a promover las redes de apoyo
familiares y sociales; las terapias cognitivo-conductuales para el manejo
de conductas de riesgo en adolescentes; la terapia interpersonal en busca
de fomentar el funcionamiento adaptativo; las estrategias de coordina-
ción intersectorial en el territorio con el objetivo mejorar condiciones
El rol de la atención primaria en la red de servicios comunitarios de salud mental 71
Referencias
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
Consultoría en salud mental y psiquiatría 77
Introducción
El punto dos señala los elementos fundamentales que han sido descri-
tos como funciones de la CSMP por el Ministerio de Salud de Chile
(MINSAL Chile) (MINSAL 2016). Se puede esperar entonces que, si
existe un programa de CSMP bien planificado y organizado, el compo-
nente de SM en APS se irá desarrollando simultáneamente. Los requi-
sitos señalados por Thielke pueden considerarse como ruta orientadora
para el desarrollo del componente de SM en APS. Los profesionales
encargados de la gestión de una red de SMP pueden usarlos como ob-
jetivos para la planificación y programación, donde la CSMP jugará un
rol destacado para el logro de los mismos. Thielke pone de manifiesto
el traslape entre CSMP y organización de servicios de SMP en APS:
disponibilidad, distribución y funciones de los recursos especializados,
lo cual puede ser conducido desde la CSMP.
80 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Sospechar
• Universal Detectar • Trastornos
• Selectiva • Problemas SM mentales
• Indicada • Riesgo • Problemas
psicosocial psicosociales
Diagnosticar/Tratar
Prevención Consultoría de SM y Derivar
Psiquiatría
de manera que los equipos de APS usen las mejores prácticas clínicas
para el buen diagnóstico, y para un tratamiento adecuado y oportuno de
los pacientes con TM. De aquí el interés en este capítulo ya que, dado las
altas prevalencias de TM en nuestro país, cualquier iniciativa de mejoras
en los servicios de salud, traerá de la mano mejoras importantes en el
bienestar individual y colectivo, como también en los costos en salud.
Estos objetivos deben asumirse como parte del plan de trabajo en
el proceso de Consultoría – Enlace entre APS y Nivel especialidad SMP.
Cuidados
Organización compartidos
de servicios
Tratamiento
CAPACITACIÓN escalonado
CSMP
Modelo de Coordinación
CSMP (referencia)
Participantes en la CSMP:
Conclusión
Referencias
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Rojas G., Guajardo V., Martínez P., Castro A., Fritsch R., Moessner M., Bau-
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Consultoría en salud mental y psiquiatría 111
ANEXO 1
1
Departamento de Psiquiatría Oriente, Facultad de Medicina,
Universidad de Chile
2
Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y
Personalidad (MIDAP)
La evaluación psiquiátrica en APS 119
La entrevista psiquiátrica
• Apariencia y conducta
• Nivel de consciencia
o Alteraciones cuantitativas: obnubilación, somnolencia, sopor, coma.
o Alteraciones cualitativas: estados crepusculares, estados deliriosos
(delirium).
• Pensamiento
o Velocidad: taquipsiquia, bradipsiquia.
o Estructura: pensamiento laxo, pensamiento disgregado.
o Contenido: ideas delirantes.
o Control: ideas obsesivas.
• Sensopercepción
o Ilusiones.
o Alucinaciones.
o Pseudoalucinaciones.
• Afectividad
o Angustia.
o Ánimo depresivo.
o Ánimo eufórico.
• Psicomotricidad
o Enlentecimiento/inhibición.
o Exaltación/Agitación.
• Funciones cognitivas
o Atención.
o Concentración.
o Memoria.
o Inteligencia.
o Lenguaje.
• Ritmos biológicos
o Sueño.
o Apetito.
o Sexualidad.
• Otros: Suicidalidad.
La evaluación psiquiátrica en APS 123
Preguntas abiertas
• ¿Qué problema motivó su consulta?
• ¿Cómo se ha sentido últimamente?
• ¿Ha tenido dificultades en las relaciones con los demás?
• ¿Ha tenido dificultades en su trabajo o con su familia?
• ¿Cómo siente que lo tratan los demás?
Preguntas cerradas
• ¿Se siente triste o deprimido?
• ¿Ha tenido pensamientos suicidas?
• ¿Tiene problemas para dormir?
• ¿Siente que personas desconocidas hablan acerca de usted?
• ¿Cree que tiene capacidades especiales o se siente más importante que
otros?
La evaluación psiquiátrica en APS 127
2° Consumo de alcohol y drogas
3° Psicosis
4° Trastornos del ánimo
5° Trastornos de ansiedad
6° Trastornos de la personalidad y cuadros adaptativos (reactivos)
Conclusiones
Referencias
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Psicosis 135
Psicosis
5
Alfonso González 1,2
Pilar Mondaca 1,2
Rubén Nachar 1,2
Cristián Mena 1,2
1
Programa de Intervención Temprana en Psicosis. Instituto
Psiquiátrico “Dr. José Horwitz B.”
2
Programa de Formación en Psiquiatría de Adultos, Escuela
de Medicina, Universidad Finis Terrae
Psicosis 137
Introducción
Caso clínico
su pieza porque dice que los están “vigilando”; en ocasiones, lo han es-
cuchado hablando “incoherencias” estando solo en su habitación o se ha
quedado inmóvil por largo tiempo de pie junto a la escalera.
En la evaluación clínica, JM se encuentra vigil, atento, orientado en
tiempo y espacio. Su aspecto es descuidado. Mantiene su mirada hacia
el suelo permanentemente. En ciertos momentos musita en voz baja. Su
pensamiento es de velocidad adecuada, pero en varias ocasiones no se
comprende adecuadamente lo que intenta decir y no responde lo que se
le pregunta. En un momento dice una palabra inadecuada: se refiere a
que está en un “embrollamiento mental”. Dice que se ha sentido “per-
seguido”, pero no explica mayormente esa idea. No refiere ideas de auto
o heteroagresión. Afirma que escucha voces dentro de su cabeza que le
dicen “fome... fome”. Su afectividad impresiona no concordante con su
relato, más bien muy poco reactiva o “plana” y su psicomotricidad está
globalmente disminuida (el caso continúa al finalizar el capítulo).
Esquizofrenia
DSM-5 CIE-11
A. Dos (o más) de los síntomas siguien- Dos de los siguientes síntomas deben
tes, cada uno de ellos presente durante presentarse por al menos un mes de
una parte significativa de tiempo duran- duración, y uno de ellos debe ser algún
te un período de un mes (o menos si se síntoma entre a) y d):
trató con éxito). Al menos uno de ellos
ha de ser (1), (2) o (3): a) Ideas delirantes persistentes (defi-
nidas como ideas falsas o irreales no
1. Delirios o Ideas delirantes. asociadas a la cultura que se sostiene
2. Alucinaciones. con certeza y no se modifica con con-
3. Discurso desorganizado. tra-argumentaciones. Por ejemplo,
4. Comportamiento o conductas desor- ideas persecutorias delirantes).
ganizadas o síntomas catatónicos. b) Alucinaciones persistentes (audi-
5. Síntomas negativos. tivas con frecuencia, pero pueden
corresponder a otras modalidades
B. Durante una parte significativa del sensoriales).
tiempo desde el inicio del trastorno, el c) Pensamiento desorganizado (al-
nivel de funcionamiento en uno o más teraciones en el curso formal del
ámbitos principales, como el trabajo, las pensamiento, con pérdida de las aso-
relaciones interpersonales o el cuidado ciaciones o neologismos, entre otras
personal, está muy por debajo del nivel alteraciones).
alcanzado antes del inicio (o cuando co- d) Fenómenos de influencia, pasividad o
mienza en la infancia o la adolescencia control.
fracasa la consecución del nivel espe- e) Síntomas negativos (baja motivación,
rado de funcionamiento interpersonal, anhedonia, alogia, retraimiento social
académico o laboral). y aplanamiento afectivo).
C. Los signos continuos del trastorno f) Conducta severamente desorganiza-
persisten durante un mínimo de seis da que impide actividades orientadas
meses. Este período de seis meses ha hacia un objetivo.
de incluir al menos un mes de sínto- g) Alteraciones psicomotoras como
mas (o menos, si se trató con éxito) que estupor o agitación catatónica, altera-
cumplan el Criterio A (es decir, síntomas ciones en las posturas, pseudoflexibi-
de fase activa) y puede incluir períodos lidad cérea, negativismo o mutismo,
de síntomas prodrómicos o residuales. ecolalia o ecopraxia.
Durante estos períodos prodrómicos o
residuales, los signos del trastorno se
pueden manifestar únicamente por
síntomas negativos o por dos o más
síntomas enumerados en el Criterio
A presentes de forma atenuada (p. ej.,
creencias extrañas, experiencias percep-
tivas inhabituales).
D. Se han descartado el trastorno es-
quizoafectivo y el trastorno depresivo o
bipolar con características psicóticas.
E. El trastorno no se puede atribuir a los
efectos fisiológicos de una sustancia (p.
ej., una droga o medicamento) o a otra
afección médica.
Psicosis 141
Trastorno esquizoafectivo
DSM 5 CIE 11
Trastorno Delirante
DSM-5 CIE 11
DSM 5 CIE 11
(Trastorno Psicótico Breve) (Trastorno Psicótico agudo y transitorio)
DSM-5 CIE-11
Trastorno esquizotípico
DSM-5 CIE-11
Prevalencia de vida
Incidencia anual
60 57,6
Incidencia por 100.000 años-persona
50
42,4 Masculino Femenino
40
(2005-2018)
29,5
30
22,9
16 17,5
20 14,2 15,1
13 ,7 13 13 ,4
12,1 12,6 12,3
10 11 12,3 12,3 9,8
10,3
8,6 8,5
6,3
0
10-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64
Grupos etarios
Factores de Riesgo
Factores Genéticos
Factores No Genéticos
4) Interacción gen-ambiente
Dopamina
Serotonina
Glutamato
Sistema cannabinoide
Causas Ejemplos
Trauma TEC
Enfermedades autoinmunes Lupus, encefalitis autoinmunes
Trastornos congénitos Síndrome Velocardiofacial
TUS THC, LSD, MDMA, Ketamina,
Alteraciones cerebrovasculares o AVE; hematoma subdural; tumores
Tumores cerebrales
Trastornos metabólicos Feocromocitoma; Enfermedad de
Wilson
Alteraciones relacionadas con la dieta Déficit de Vit B12
Infecciones Meningoencefalitis virales; encefali-
tis por VIH; Neurosífilis
Endocrinos Hiper o hipotiroidismo;
hiperparatiroidismo
Convulsiones Crisis parciales complejas; Epi Lóbu-
lo Temporal
Enfermedades desmielinizantes o Esclerosis Múltiple; Demencia por
degenerativas Cuerpos de Lewy o Demencias Rápi-
damente Progresivas
Tratamiento farmacológico
Riesgo de
Riesgo de
Vía de Dosis Aumento de peso
Antipsicótico Dosis inicio Dosis Máxima Síntomas
Administración Recomendada y/o alteraciones
Extrapiramidales
metabólicas
Haloperidol Oral/IM 3 a 10 mg/día en 5-15 mg /día. 60 mg/día. +++ +
2 a tres tomas
Vía Oral.
Presentación IM
en ampollas de
5 mg.
Clorpromazina Oral/IM 75 mg/día en tres 75-300 mg/día. 900 mg /día. + ++
tomas o 75 mg
por la noche.
Presentación IM:
25 mg IM cada
8 hrs.
Oral 1 a 2 mg /día. Au- 2-6 mg /día. 12 mg/día ++ +
Risperidona mentar 1 a 1,5 mg Uso de dosis >
cada 3-4 días. 6 mg/día por
especialidad.
Oral Día 1: 50mg/día 300-450 mg/día 800 mg/día. + ++
Quetiapina** en dos tomas. repartidos en
Día 2: 100 mg/día dos tomas.
en 2 tomas.
Día 3: 200 mg/día
en 2 tomas.
Día 4: 300 mg en
dos tomas.
Psicosis
continúa
163
164
Riesgo de
Riesgo de
Vía de Dosis Aumento de peso
Antipsicótico Dosis inicio Dosis Máxima Síntomas
Administración Recomendada y/o alteraciones
Extrapiramidales
metabólicas
Olanzapina Oral/IM 5 a 10 mg/día. Ve- 10-20 mg/día. Hasta 30 mg/día. + +++
locidad aumento
puede ser 2,5-5
mg cada 4 días.
Presentación
IM en ampo-
llas de 10 mg
(especialidad).
Aripiprazol Oral 5 a 10 mg/día. 10-30 mg/día. 30 mg/día. + +
Velocidad de
aumento cada
5-7 días.
Clozapina *** Oral Inicio con dosis 200-450 mg/día. 900 mg/día. + +++
de 12,5 -25 mg
noche.
Aumento pro-
gresivo y lento.
cada 25-50 mg /
semana.
IM 6.125 a 12,5 mg 12,5-25 mg cada 100 mg cada 6 ++ ++
Flufenazina IM. 2 a 4 semanas. semanas.
SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Decanoato***
** Esquema de inicio propuesto de acuerdo a tolerancia clínica del paciente. Esquemas más lentos pueden ser implementados según efectos
secundarios.
*** Podría estar disponible en algunos centros de APS para continuidad de tratamiento iniciado en nivel de especialidad. Los antipsicóticos de depósi-
to de segunda generación como risperidona o paliperidona de depósito no están disponibles.
Psicosis 165
Intervenciones no farmacológicas
Psicoterapia Individual
Psicoeducación
Psicoterapia familiar
Los cuidados de la salud física de las personas con psicosis son un tema
clave que también ha emergido en los últimos 20 años, debido a un
exceso de morbimortalidad asociado a condiciones físicas, particular-
mente enfermedades cardiometabólicas en este grupo (Maj et al., 2021).
Los efectos secundarios cardiometabólicos originados por los antipsi-
cóticos y otros psicofármacos aparecen tempranamente, por lo que se
debe realizar una pesquisa precoz y activa por parte de los equipos de
salud mental de especialidad. Los principales riesgos son de síndrome
metabólico, aumento de peso y obesidad, dislipidemia, hipertensión ar-
terial y tabaquismo. Es importante señalar que, en la monitorización y
tratamiento de estas condiciones, el nivel primario de atención de salud
juega un rol fundamental. Las metas de tratamiento para parámetros
cardiometabólicos de personas con psicosis no deben ser diferentes de
los establecidos para la población general e incluyen la implementación
de intervenciones en los estilos de vida (ajustes en la dieta, aumento
de actividad física, etc.) y medicación cuando sea necesario (ej., hipo-
glicemiantes orales como la metformina, antihipertensivos, etc.). Una
serie de esfuerzos se están realizando a nivel global para sensibilizar a
los equipos de salud respecto del mayor riesgo cardiovascular que pre-
sentan las personas con psicosis, sobre todo en el periodo inicial del
168 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Este grupo de intervenciones busca que las personas con psicosis pue-
dan acceder a aquellos beneficios sociales que faciliten y promuevan su
proceso de recuperación. Históricamente, este tipo de apoyo ha estado
enfocado en la obtención de subsidios permanentes por discapacidad
(“pensión de invalidez”, generalmente vinculada al diagnóstico de es-
quizofrenia). Sin embargo, se deben también considerar subsidios para
otras necesidades claves como vivienda o alimentación. Se debe consi-
derar la coordinación con agencias estatales no vinculadas a salud o con
organizaciones no gubernamentales que permitan ofrecer a los usuarios
de la red de salud acceder a un rango más amplio de actividades y/o
beneficios. Dentro de los procesos de tratamiento, promover y gestio-
nar la participación en actividades dentro del territorio y dentro de sus
respetivas comunidades, puede promover una mayor integración de las
personas con psicosis. Nuevamente, el rol de los equipos es clave para
promover este tipo de iniciativas. El trabajo intersectorial puede ser rea-
lizado en todos los niveles de atención, velando por una adecuada coor-
dinación para evitar la duplicidad de prestaciones.
et al., 2021). Las intervenciones para personas con psicosis que, además,
cumplen con criterios para un trastorno por uso de alcohol o sustancias
(patología dual), deben ser realizadas en equipos de especialidad. La
presencia de una patología dual constituye un desafío clínico importante
con peores evoluciones y mayor riesgo de evolución a la cronicidad de
la psicosis. Dentro de las intervenciones posibles están: intervenciones
individuales, grupales, desintoxicación y, en casos de alta complejidad,
ingreso a un dispositivo cerrado voluntario (comunidad terapéutica).
Caso clínico
Consideraciones finales
Referencias
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Psicosis 173
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Psicosis 175
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Campus
Oriente, Facultad de Medicina, Universidad de Chile
2
Servicio de Psiquiatría, Hospital Del Salvador, Santiago,
Chile
Enfermedades del ánimo 179
Introducción
Clasificación
Trastornos depresivos
296.99 (F34.8) Trastorno de desregulación disruptiva del
estado de ánimo.
Trastorno depresivo mayor, episodio único.
Trastorno depresivo mayor, episodio
recurrente.
300.4 (F34.1) Trastorno depresivo persistente (distimia).
625.4 (N94.3) Trastorno disfórico premenstrual.
Trastorno depresivo inducido por sustancias
/ medicamentos.
293.83 (F06.3_) Trastorno depresivo debido a otra condición
médica.
311 (F32.8) Otro trastorno depresivo especificado.
311 (F32.9) Trastorno depresivo no especificado.
Extraído de: American Psychiatric Association (Ed.). (2014). Guía de consulta de los criteri-
os diagnósticos del DSM-5. American Psychiatric Publishing.
Epidemiología
Etiopatogenia
El origen de los trastornos del ánimo, así como de la mayor parte de las
enfermedades en medicina, parece ser multifactorial y, por lo tanto, muy
complejo en su análisis. Al mismo tiempo que el avance de la ciencia
ha permitido esclarecer algunos aspectos, ha aumentado enormemente
la cantidad de información disponible, complejizando su comprensión.
Evidentemente no todas las enfermedades del ánimo tienen el mismo
origen, pero sí comparten algúna filiación común. El modelo más acep-
tado para explicar estas enfermedades recurre a una concepción psi-
co-neurobiológica que incluye la predisposición genética (poligénica),
la influencia temprana de la crianza (eventos traumáticos vs. factores
protectores) y los efectos de situaciones estresantes actuales (aconteci-
mientos vitales estresantes), todos los que producen modificaciones en
el sistema neuroendocrino, inmunológico y de neurotransmisión, me-
diadas por mecanismos epigenéticos y el estrés oxidativo. Debido a la
orientación principalmente clínica de este capítulo, nos centraremos en
los aspectos de la etiopatogenia más relevantes a este nivel.
Genética
Diagnóstico
Episodio depresivo
PHQ-2
Durante las últimas
Más de la
2 semanas, ¿qué tan Ningún Varios Casi todos
mitad de
seguido ha tenido día días los días
los días
molestias debido a los
siguientes problemas?
1. Poco interés o placer
0 1 2 3
en hacer cosas.
2. Se ha sentido decaí-
do(a), deprimido(a) o 0 1 2 3
sin esperanzas.
Extraído de: Kroenke, K., Spitzer, R.L., Williams, J.B., 2003. The patient health question-
naire-2: validity of a two-item depression screener. Med. Care 41, 1284-1292.
Distimia
Esta afección presenta síntomas depresivos más bien leves, pero de larga
duración, en general de varios años. La sufren personas relativamente
jóvenes, con baja autoestima, irritables, tristes, con síntomas somáticos
(dolores, variados, cefalea, cansancio, etc.) suaves, que se ven complicados
con dificultades en sus actividades sociales e interpersonales. Las mo-
lestias con frecuencia están relacionadas con otros cuadros psiquiátricos
(depresión mayor, trastorno de pánico, alcoholismo y otras adicciones).
Anteriormente, el concepto de distimia en gran medida correspondía a
las denominadas neurosis depresivas, depresión leve, depresión menor,
depresión caracterológica.
La enfermedad suele comenzar antes de los 25 años, en forma lenta y
gradual, tiene un curso crónico y con sensación persistente de abatimiento
190 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
1. Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días, se-
gún se desprende de la información subjetiva (p. ej., se siente triste, vacío,
sin esperanza) o de la observación por parte de otras personas (p. ej., se le
ve lloroso). Nota: En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser
irritable.
2. Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las
actividades la mayor parte del día, casi todos los días (como se desprende
de la información subjetiva o de la observación).
3. Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso (p. ej.,
modificación de más del 5 % del peso corporal en un mes) o disminución
o aumento del apetito casi todos los días. Nota: En los niños, considerar el
fracaso para el aumento de peso esperado.
4. Insomnio o hipersomnia casi todos los días.
5. Agitación o retraso psicomotor casi todos los días (observable por parte
de otros; no simplemente la sensación subjetiva de inquietud o de
enlentecimiento).
6. Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.
7. Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada (que
puede ser delirante) casi todos los días (no simplemente el autorreproche
o culpa por estar enfermo).
8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar
decisiones, casi todos los días (a partir de la información subjetiva o de la
observación por parte de otras personas).
9. Pensamientos de muerte recurrentes (no solo miedo a morir), ideas sui-
cidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan
específico para llevarlo a cabo.
y desinterés por las actividades cotidianas y con poca capacidad para dis-
frutar, con fluctuaciones suaves y periódicas del estado de ánimo. En los
primeros tiempos la enfermedad resulta muy poco aparente y causa im-
portantes problemas sociales y baja del rendimiento académico; en esta
fase es posible que las personas consulten al médico general por síntomas
psicológicos aparentemente vagos y somatización: fatiga, falta de energía,
Enfermedades del ánimo 191
A. Estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día, presente más
días que los que está ausente, según se desprende de la información subjeti-
va o de la observación por parte de otras personas, durante un mínimo de dos
años. Nota: En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable y
la duración ha de ser como mínimo de un año.
B. Presencia, durante la depresión, de dos (o más) de los síntomas siguientes:
Trastorno bipolar
Tratamiento
Recomendaciones generales
Psicoterapia
Farmacoterapia
Antidepresivos (AD)
Recomendaciones de manejo
Depresión mayor
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ůĞǀĞ ŵŽĚĞƌĂĚĂ ŐƌĂǀĞ ƐƵŝĐŝĚĂ ƉƐŝĐŽƐŝƐ
Distimia
Trastorno bipolar
Manía
Depresión bipolar
Referencias
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Enfermedades del ánimo 209
Trastornos de ansiedad y
trastorno obsesivo compulsivo
7
Caroline Leighton 1
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
Trastornos de ansiedad y trastorno obsesivo compulsivo 213
Introducción
La ansiedad es una de las emociones básicas del ser humano, junto con
otras como la alegría, la tristeza, la rabia, el asco, la sorpresa y la ver-
güenza. Básicas, hace referencia a que son necesarias para sobrevivir
como especie y que son universales, es decir las comprendemos en cual-
quier idioma.
Las emociones son reacciones automáticas a estímulos importantes para
nosotros. Pueden ser gatilladas por eventos tanto internos (imágenes
mentales, pensamientos, sensaciones corporales, otra emoción) como
externos (lugares, personas, situaciones). Las emociones suelen sentirse
de forma intensa, se exteriorizan inmediatamente y son transitorias. El
miedo es la respuesta emocional a una amenaza inminente, real o perci-
bida, mientras que la ansiedad es la anticipación de una amenaza futura.
En general, el miedo se asocia con la respuesta de excitación autonómica
necesarias para luchar o huir. La ansiedad, por su parte, se asocia más a
menudo con la tensión muscular y la vigilancia en preparación para un
peligro futuro y con comportamientos cuidadosos o de evitación. Los
desencadenantes para sentir ansiedad pueden ser la interpretación de
que no hay exactitud en lo que uno predice respecto de un escenario que
puede presentarse, la incertidumbre, la amenaza de un futuro peligro o
el conflicto entre motivaciones de intensidad similares. La ansiedad es
útil porque nos permite prepararnos, diseñando el plan necesario para
resolver exitosamente la situación ansiogénica (la ansiedad por los exá-
menes a final de semestre permite postergar otras actividades y estu-
diar). Es decir, la anticipación está relacionada con la ansiedad y desde
el punto de vista evolutivo, es una emoción que resulta esencial para la
sobrevivencia de la especie.
214 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
¿Patológica?
Proporcionalidad,
Ansiedad
duración, conductas
desadapta6vas
Descartar enfermedad
Sí médica o abuso
de sustancias
Crónica TAG
Tr Pánico sin
agorafobia
Sin
Ansiedad
desencadenante
Fobia específica
Episódica
Ansiedad social
Con
desencadenante
Tr Pánico con
agorafobia
216 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Etiología
Diagnóstico diferencial
El afectado debe tener síntomas de ansiedad la mayor parte de los días du-
rante al menos varias semanas seguidas. Entre ellos deben estar presentes
rasgos de:
Tratamiento farmacológico
Tratamiento psicoterapéutico
2. Trastorno de pánico
Trastorno de Pánico
Crisis de Pánico
Definición:
Trastorno de pánico
Las crisis de pánico pueden estar reflejando una patología médica que
debiera ser descartada. Por lo que a los pacientes que son evaluados por
trastorno de pánico se les debe solicitar exámenes para descartar estas
afecciones:
Medidas complementarias
Agorafobia
Psicoterapia
Fobias específicas
Tratamiento
3. Evitar que cualquier ritual mental o distracción interfiera con los pen-
samientos. 4. Detención del pensamiento.
La última, la detención del pensamiento, es una técnica en la que
la persona practica el pensamiento obsesivo, y luego dice firmemente
“basta” en su mente. En su lugar, piensa detalladamente en un pensa-
miento alternativo o en una escena que sea interesante o relajante. Antes
de iniciar este tratamiento, la persona debe hacer una lista de todos los
pensamientos obsesivos y pensamientos alternativos que se le ocurran.
Estos ejercicios debieran ser practicados primero con el profesional y
luego por períodos fijos de tiempo en casa hasta que el/la paciente sea
capaz de detener los pensamientos obsesivos en cualquier momento.
Farmacoterapia
Espectro obsesivo-compulsivo
Referencias
Trastorno adaptativo
8
Jimena Quijada 1
1
Grupo DBT Chile (Terapia Conductual Dialéctica)
Trastorno adaptativo 249
Viñeta clínica
Enrique tiene 52 años. Es padre de tres hijas y trabaja hace 14 años en una
empresa de insumos computacionales. Hasta hace dos meses estaba
cansado, pero lograba mantener sus actividades normalmente. Disfru-
taba de las comidas familiares los fines de semana y de partidos de fút-
bol del equipo al que pertenece. Hace dos meses comenzaron algunos
rumores en su empresa, acerca de que sería comprada por otra empresa
más grande de la competencia y que se producirían despidos masivos.
Comenzó con despertares ocasionales en la madrugada. Escuchó que
sus hijas se quejaban con su esposa preguntándole “qué le pasa al papá,
que está insoportable”. Hace dos semanas se confirmó la venta de su
empresa y llegaron los primeros avisos de despido. Enrique comenzó,
entonces, con pensamientos constantes e intrusivos acerca de si lo van a
despedir o no, sobre si ha sido un buen trabajador como para que quie-
ran mantenerlo en la empresa y sobre si puede hacer algo para evitar un
eventual despido. Su apetito ha disminuido. Hace tres días, estando en
su trabajo, su jefe le llamó la atención por un error en un informe. Salien-
do de su oficina, Enrique comenzó a experimentar bruscamente gran
angustia, sensación de ahogo y un fuerte impulso a salir arrancando de
su trabajo. Desde ese momento, Enrique se ha sentido constantemente
angustiado y tiene pensamientos recurrentes acerca de que “me van a
despedir en cualquier momento”, que “nadie me va a contratar por mi
edad”, “nadie va a pagar la universidad de mis hijas”, y “fallé en mi rol
de padre y esposo”. Se duerme a las tres o cuatro de la mañana y al día
siguiente está muy cansado. Ayer se puso a llorar hablando de la situa-
ción con su esposa. No ha podido concentrarse en el trabajo ni tampoco
ponerle atención a su familia, porque estos pensamientos no lo dejan
tranquilo. Decidió consultar porque decía estar al borde de su resistencia.
250 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
2. Diagnóstico diferencial
3. Epidemiología
4. Etiopatogenia
5. Estrategias terapéuticas
a. Intervenciones autoadministradas:
b. Intervenciones psicoterapéuticas
6. Evolución esperada
X Intento suicida.
X Presencia de indicadores de riesgo suicida inminente (hombre, vive
solo, antecedentes de intento suicida previo, consumidor de alco-
hol o drogas, desesperanzado, alta impulsividad o alto grado de
planificación, ha hecho preparativos, pocas o ninguna razón para
vivir).
X Presencia de ideación homicida o de agresión a terceros, con fuer-
tes impulsos que persisten pese a la intervención y que el sujeto no
es capaz de controlar.
Trastorno adaptativo 269
X Agitación psicomotora.
X Presencia de una alteración cualitativa de conciencia (estado cre-
puscular) que nos imposibilita evaluar la reacción posterior del pa-
ciente, en ausencia de red de apoyo funcional que pueda cuidarlo
hasta que se recupere de este estado.
X Presencia de síntomas psicóticos que ponen en riesgo al sujeto o a
terceros.
Referencias
Rodrigo Gillibrand 1
Antonio Podlech 1
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
Trastorno por estrés agudo y trastorno por estrés postraumático 273
Viñeta clínica
Introducción
1
SAPU: Servicio de atención primaria de urgencia.
274 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Para poder entender los cuadros postraumáticos, hay que tener en cuen-
ta que hay múltiples sistemas involucrados, dentro de los cuales se en-
cuentra principalmente el eje Hipotálamo-Hipófisis-Adrenal (HHA)
(Yehuda et al., 2015).
Contrariamente a lo que se pensaba anteriormente con respecto de
los niveles de cortisol, estos se encuentran disminuidos en pacientes con
TEPT; sin embargo, pese a esto, se produciría un feedback negativo ma-
yor debido a hipersensibilidad de los receptores, lo que conllevaría a que
2
Usamos el masculino genérico para evitar un exceso de indicaciones lexicales (por ej.
el paciente/la paciente, etc.)
Trastorno por estrés agudo y trastorno por estrés postraumático 275
Definición
El trastorno por estrés agudo fue descrito como tal por primera vez
en 1994, al ser introducido en el manual diagnóstico y estadístico de
desórdenes mentales IV (DSM-IV por sus siglas en inglés). La razón
para añadirlo a este manual fue la de proveer atención de salud a perso-
nas que se veían afectadas por este trastorno, pero que el seguro no los
cubría debido a que la aparición de los síntomas era muy pronta para
poder ser catalogada como un trastorno de estrés postraumático (Fanai
et al., 2021).
Los trastornos por estrés agudo corresponden a una serie de ma-
nifestaciones que se pueden generar durante el primer mes desde la
exposición a un EPT determinado, las cuales pueden ser síntomas de
276 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Síntomas de intrusión:
Síntomas disociativos:
6. Sentido de la realidad alterada del entorno o de uno mismo (p. ej., verse
uno mismo desde la perspectiva de otro, estar pasmado, lentitud del
tiempo vivenciado).
7. Incapacidad de recordar un aspecto importante del suceso traumático
(debido típicamente a amnesia disociativa y no a otros factores como una
lesión cerebral, alcohol o drogas).
Trastorno por estrés agudo y trastorno por estrés postraumático 277
Síntomas de evitación:
Síntomas de alerta:
10. Alteración del sueño (por ej., dificultad para conciliar o continuar el sueño,
o sueño inquieto).
11. Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poca o ninguna provo-
cación) que se expresa típicamente como agresión verbal o física contra
personas u objetos.
12. Hipervigilancia.
13. Problemas de concentración.
14. Respuesta de sobresalto exagerada.
Epidemiología
Cabe destacar que las tasas de incidencia pueden variar entre los estu-
dios debido a que existen distintas metodologías para la obtención de
los datos o que el momento en que fue realizado este puede variar entre
los distintos estudios (Geoffrion et al., 2020).
Diagnóstico
Tratamiento
Derivación
3
https:/medicina.uc.cl/primeros-auxilios-psicologicos/
282 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Definición
Epidemiología
Diagnóstico
Figura 2 PCL 5
Tratamiento
Mantiene síntomas de
importancia clínica
luego de 1 mes desde
EPT
NO
Alta
EPT: Evento Potencialmente Traumático, PAP: Primeros Auxilios Psicológicos, BZD: Ben-
zodiazepinas, TEA: Trastorno por Estrés Agudo, ASDS: Acute Stress Disorder Scale, COSAM:
Centros de Salud Mental Comunales, atención secundaria, PC-PTSD: Primary Care PTSD
Screen for DSM5, PCL5: Postraumatic Checklist for DSM5, TCA: Trastornos de la Conducta
Alimentaria, TUS: Trastornos por uso de Sustancias, TAB: Trastorno Afectivo Bipolar, EQZ:
Esquizofrenia, ISRS: Inhibidores de la Recaptura de Serotonina.
Trastorno por estrés agudo y trastorno por estrés postraumático 293
Referencias
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euroneuro.2011.06.001
Trastornos somatomorfos 297
Trastornos somatomorfos
10
Claudio Fullerton 1
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
Trastornos somatomorfos 299
Introducción
Epidemiología
Concepto de somatización
Clasificación y diagnóstico
Clasificación
Especificar si:
• Con dolor predominante (antes trastorno por dolor): este especificador es
para individuos cuyos síntomas somáticos predominantemente incluyen
dolor.
Especificar si:
• Persistente: el curso persistente se caracteriza por síntomas graves, dete-
rioro marcado y duración prolongada (más de seis meses)
304 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Especificar si:
• Leve: se cumple solo uno de los síntomas especificados en el criterio B.
• Moderado: Se cumplen dos o más de los criterios especificados en el
criterio B.
• Severo: Se cumplen dos o más síntomas especificados en el criterio B,
además, hay múltiples quejas somáticas (o una es un síntoma somático
muy grave).
Etiología
Especificar si:
• Tipo con solicitud de asistencia: Utilización frecuente de la asistencia
médica, que incluye visitas al clínico o pruebas y procedimientos.
• Tipo con evitación de asistencia: Raramente se utiliza la asistencia
médica.
Etiología
Tratamiento
Tratamiento no farmacológico
Uso de fármacos
Referencias
Trastornos de la conducta
alimentaria
11
Patricia Cordella 1
1
Escuela de Medicina, Pontificia Universidad Católica de
Chile
Trastornos de la conducta alimentaria 317
Viñeta clínica
Introducción
la paciente) y (c) las relaciones con sus padres (observación de las dis-
tancias, tipo de movimiento – miradas, por ejemplo). Esta configuración
general, que requiere atención e interés por parte del profesional serán
clave a la hora de tomar las decisiones clínicas. Todo contacto con algún
profesional de la salud debiera ser considerada una oportunidad para
pesquisar, tratar o derivar estos pacientes cuanto antes.
En este capítulo se expondrán las formas de recoger información
somática, psíquica y relacional de modo de disponerla a significar con
sentido clínico.
Síntomas médicos
Edad
Dimensión Pregunta
Cuerpo ¿Cómo anda tu salud y tu cuerpo? ¿Te preocupa
su forma o tamaño? ¿Alguien te ha molestado por
algo relacionado con tu cuerpo o peso?
Peso ¿Cómo ha sido tu peso a lo largo de tu vida ¿Cuánto
es lo que más has pesado? ¿Cuándo? ¿Qué peso es
cómodo para ti? ¿Cuánto crees que deberías pe-
sar? ¿Usas mucho tiempo en pensar esto durante
el día? ¿Alguna vez te has obsesionado por el peso
o los ejercicios? ¿Sientes que tu identidad está rela-
cionada con el peso?
Restricción y purgas ¿Practicas algún estilo alimentario? ¿Has intentado
cambiar tu peso? ¿Cómo? ¿Haces ayunos?
¿Has intentado deshacerte de lo que has comido?
(laxantes, diuréticos, ejercicio excesivo) ¿Cuánta
agua o líquidos consumes?
Sistema digestivo ¿Sabes cuando estás saciado y cuando tienes
hambre? ¿Has tenido problemas para ir al baño?
(diarrea o constipación). ¿Te sientes muy satisfecho
si comes?
Sistema vaso vagal ¿Te has desmayado o mareado últimamente?
Sexualidad ¿Cómo andan tus períodos? ¿Cómo tu vida sexual y
libido (Si corresponde)?
Psiquis ¿Hay algo que te preocupe mucho? ¿Piensas que
puede tener solución? ¿Te has sentido con ánimo
bajo? ¿Tienes un sentido en tu vida? ¿Has deseado
no existir? (si corresponde) ¿Duermes bien? ¿Usas
tabaco, marihuana alcohol u otras drogas? ¿Alguna
vez has tenido blackouts o coma? ¿Qué haces si te
sientes soledad o aburrimiento? ¿Qué entiendes
por autocuidado?
Relaciones ¿Cómo te llevas con tus padres / amigos/ pareja/ au-
Interpersonales toridades? ¿Te gusta pasar tiempo con tu familia?
¿Crees que sea posible solucionar los conflictos en
tu casa o con amigos? ¿De qué manera te afectan
esos conflictos?
TAI: Trastorno de alimentación e ingesta.
Para diagnosticar un TAI hay que sospechar e indagar con las pregun-
tas y el examen físico preciso. Ingresar al mundo subjetivo del cuerpo
Trastornos de la conducta alimentaria 327
requiere las preguntas precisas (Tabla 1). Es importante dar unos mi-
nutos más de atención de modo de seleccionar las preguntas adecuadas
para ese paciente1* chequeando la relación comodidad/incomodidad al
ingresar a esa esfera de su experiencia corporal que puede estar cargada
de vergüenza o culpa, especialmente si ha sido violentada en su desarro-
llo por maltrato o abuso. Diversas investigaciones utilizan un breve test
(SCOFF) que es autoaplicado y generalmente anónimo con las siguien-
tes preguntas:
Para el uso en clínica, estas preguntas habría que suavizarlas, como, por
ejemplo: ¿Alguna vez durante su vida le ha pasado perder el control
sobre la cantidad de comida que está ingiriendo, más allá de sentir que
comió mucho, sentir que no podía parar? ¿Qué pensó o sintió después?
¿Esto ha influido en su peso? ¿Cómo ha estado su peso en los últimos 3
meses? ¿Es algo que le preocupa demasiado? Si le preocupa tanto, ¿diría
que es algo que gobierna su vida? ¿Le angustia mucho engordar, piensa
seguido en ello? Una vez que hemos comprobado que el paciente está
dispuesto a ser ayudado se hace la pregunta: ¿Usted alguna vez se ha
provocado vómitos o tomado sustancias para dejar de sentir la sensación
de estar llena?
1
Para evitar el uso excesivo de un lenguaje exclusivo, usamos el masculino genérico o,
a veces, el género femenino
328 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Relaciones
Compromiso Soma Psiquis
interpersonales
Bajo Sin compromiso so- -Acepta comer -Conflicto manejable
mático, excepto bajo con dificultad y tolerable.
IMC >17 (AN). (AN).
-Conciencia de
atracones y de-
seo de controlar-
los (BN y TA).
-Imagen cor-
poral alterada
tolerable.
-Animo estable.
-Angustia
controlable con
ansiolíticos SOS
infrecuentes.
Mediano -En AN: IMC: 16.99 -Solo come con -Conflicto familiar
a 15; Exámenes supervisión (AN). en relación con la
normales -Sin conciencia ingesta.
PA > 90/60. de atracones ni -Manejo inestable del
T° normal deseo de contro- conflicto familiar.
-En BN: IMC Normal larlos (BN y TA). -Padres no logran el
Alteraciones hi- Miente acerca de cuidado en relación
droelectrolíticas leves los síntomas. con la patología.
y compensables con -Imagen corpo- Tendencia al aisla-
ingesta. ral alterada No miento social bajo
Sin alteraciones ECG. tolerable, con estrés.
crisis de angustia
y agitación en re-
lación a imagen.
-Animo
inestable.
-Angustia
controlable con
ansiolíticos o
bajas dosis de
neurolépticos.
332 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Relaciones
Compromiso Soma Psiquis
interpersonales
Alto -En AN: IMC < 14.99 - No se logra -Conflictos familia-
PA < 90/60 cambio ingesta (AN) o res en subsistemas:
postural PA <10 reducir purgas conyugal, fratría,
FC < 50 o atracones (BN, parental.
ECG prolongación QT TA). -Convivencia alte-
T° < 36° -Imagen corporal rada más allá de la
Alteraciones ECG, muy alterada alimentación.
arritmia. con rechazo del -Manejo ineficiente
Glicemia :0.54mg/dl cuerpo (asco de del cuidado parental.
SGOT SGPT levemen- si misma). -Tendencia al aisla-
te elevadas. -Animo bajo, miento social.
-En BN: Alteraciones ideas de desa-
hidroelectrolíticas y parecer, ser un
renales. estorbo.
-Deshidratación. -Angustia cede
con dosis altas
de neurolép-
ticos diurna y
nocturna.
Urgencia -En AN: IMC < 14; -Focalización del -Violencia Intrafa-
Rush purpúrico. pensamiento: miliar. Familia con
PA sistólica < 80. Dias- deseo y pensa- temor y sin -control
tólica < 50; Cambio mientos solo ex- sobre la enfermedad.
postural de PA > 20; presan el temor - Completo aislamien-
FC< 40; ECG con a subir de peso. to social.
prolongación de QT; -Intento de
Extremidades cianóti- suicidio, fuga,
cas; T° < 35° agitaciones
Glicemia <.0.45 mg/dl psicomotoras.
SGOT SGPT >500 . Angustia que
-En BN: K < 2,5. Na no cede con
< 130 ansiolíticos y
neurolépticos
usados ambula-
toriamente.
AN: Anorexia nervosa; BN: Bulimia Nervosa; TA: Trastorno por atracón; IMC: Índice de masa
corporal; ECG: Electrocardiograma
Para lograr que la derivación se concrete hay que recordar que el pacien-
te es ambivalente con respecto a buscar ayuda. La derivación hay que
construirla con los más motivados del sistema familiar, que suelen ser los
padres. Hay que tomar muy en cuenta el momento vital, las creencias y
los hábitos culturales. Los TAI tocan temas muy sensibles, como todos
los relacionados con el cuerpo, y son vividos con mucha vergüenza. Por
lo mismo, se debe extremar el respeto hacia el paciente, esto es, cuidar las
palabras, evitar los juicios y escuchar con atención. Provocar la sensación
de contención es parte de los primeros auxilios emocionales.
Para tener listos los ladrillos que construirán una derivación efi-
ciente, es útil el diagrama de las tres dimensiones que dispone la infor-
mación en tres cajones: soma, psiquis y relaciones interpersonales. Las
mismas que guiarán al equipo de tratamiento:
Primeras Indicaciones
• Pauta alimentación ( escrita en Control semanal de:
detalle con horarios) • peso
• Regular ejercicios • Angustia
• Suspender diuréticos y laxantes • Animo
• -Acoger dificultades relacionales • Funcionamiento familiar
• Acoger dificultades de autoestima • Vida emocional y social
RECUPERA NO RECUPERA
Tipos de Psicoterapia
Una vez que el paciente llega al equipo, será evaluado y tratado nutri-
cional y psíquicamente. La familia será puesta a cargo del bienestar del
paciente, incluidas la nutrición y la estabilidad emocional. La psicotera-
pia apoya y ayuda en este proceso.
Si el paciente cumple criterios de hospitalización (Murthy et al.,
2017), será ingresada y tratada por el equipo de hospitalización que
mantienen los criterios generales de la psicoterapia ambulatoria, pero
añaden control de peso y de conductas patológicas y contención emo-
cional más intensas y frecuentes.
La evidencia ha mostrado que los siguientes tipos de psicotera-
pia resultan útiles, siendo sus resultados moderados. Las más utilizadas
son las familiares en la adolescencia y las conductuales en la adultez.
Entre otras: CBTE, Cognitive-behavior therapy enhanced; CBT, Cogni-
tive behavior therapy; MFT, Multi family therapy; FT_AN, Family based
treatment for anorexia nervosa; FST, Family systems therapy; MANTRA,
Maudsley Model of Anorexia nervosa Treatment for Adults; IPT, Interper-
sonal Psychotherapy; SSCM, Specialist Supportive Clinical Management;
CRT, Cognitive Remediation Therapy; FPT, Focal Psychodynamic Psycho-
therapy; CAT, Cognitive-Analytic Therapy; PD, Psychodynamic Therapy;
MARSIPAN (Management of really sick patients with AN). [Se nombran
en inglés ya que son conocidas así].
Los resultados en cualquier psicoterapia dependen de la coheren-
cia y características del terapeuta más que del marco teórico de la escuela
que represente (Elliot et al., 2010).
En AN no es posible realizar estudios casos-control y por lo mis-
mo se han medido la recuperación de peso y la rehabilitación cognitiva
y psicosocial. Los resultados son más rápidos si se involucra la familia
en adolescentes y adultos.
Trastornos de la conducta alimentaria 337
Conclusión
tanto para el profesional de la salud que tome la historia como para los
pacientes y sus familias. Es importante recalcar que la oportunidad de
acceder prontamente al tratamiento favorece el pronóstico. Es por esto
que se hace necesario que todo profesional de la salud pueda sospechar,
explorar, diagnosticar y dar las primeras indicaciones mientras se espera
la atención especializada. Las primeras intervenciones incluyen conten-
ción, educación y orientación a la familia y son capaces de cambiar el
pronóstico de esta enfermedad y el curso del desarrollo psicosocial del
adolescente que la padece.
Referencias
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
2
Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y
Personalidad (MIDAP)
3
Grupo Mentaliza Chile
Trastornos por uso de sustancias 345
Junto con el diagnóstico del TUS y su severidad, debe hacerse una eva-
luación integral del paciente y su contexto con el fin de poder deter-
minar el mejor dispositivo terapéutico, los focos y las estrategias del
tratamiento. La Asociación Americana propone una evaluación multi-
dimensional que incluye:
Screening (tamizaje)
Niveles de Intervención
5. Intervenciones psicoeducativas
6. Intervenciones psicofarmacológicas
Construcciones iniciales
El indagar y construir una mirada conjunta sobre cómo son las rela-
ciones que se han forjado en torno a la conducta del consumo permi-
te conocer qué estilos relacionales han sostenido este fenómeno, desde
triangulaciones donde el paciente señalado ocupa la función de unión
del sistema familiar cautelando que emerja el conflicto subyacente, hasta
reconocer dinámicas de dónde ha estado presente el maltrato y abuso, o
conductas poco cuidadoras entre los miembros de la familia.
8. Intervenciones grupales
Automedicación y trauma
Este modelo postula que hay ocasiones en las que evaluamos adicciones
y no consideramos los entornos traumáticos de las personas. Muchas
veces, los pacientes están consumiendo por motivos relacionados con
entornos hostiles, estresantes y abusivos. Se ha comprobado que existe
una fuerte correlación entre TUS, trauma y adversos tempranos y esto,
sin duda, debe estar muy presente en el diagnóstico y tratamiento que
planifiquen los tratantes. Estudios epidemiológicos nacionales e inter-
nacionales muestran que la adversidad temprana da cuenta de alrededor
del 2/3 del riesgo atribuible de adicción a las drogas ilícitas.
El modelo postula la perspectiva de las “4 R”, como elementos
necesarios para crear un cambio cultural:
Las sustancias químicas no son las únicas que pueden operar como
estímulos reforzadores y desadaptativos en el sistema de motivación y
recompensa. También tienen la misma propiedad las apuestas, las com-
pras, las redes sociales, la pornografía y los videojuegos. Estos estímulos
pueden desencadenar un patrón emocional y conductual adictivo. Al
igual que las adicciones químicas, este patrón estimula la activación en
el cerebro del estriado dorsal por vías dopaminérgicas. A mayor tiempo
de uso, más permanentes serán los cambios neuroplásticos de los circui-
tos involucrados.
El Trastorno por juegos en internet (TJI) está incluido en la sec-
ción III del DSM-5 (American Psychiatric Association, 2013) y en el
Trastorno por juego del CIE-11 (World Health Organization, 2018).
De acuerdo con el DSM-5 el diagnóstico implica “el uso recurren-
te y persistente de internet para involucrarse en juegos, conlleva deterio-
ro del funcionamiento y angustia significativos por al menos 12 meses”.
Deben cumplirse al menos cinco criterios que incluyen preocupación
por jugar, síntomas de abstinencia (ansiedad, depresión o irritabilidad si
Trastornos por uso de sustancias 369
algo les impide jugar), tolerancia (gastar cada vez más tiempo jugando),
pérdida de control, pérdida de otros intereses, uso a pesar de conse-
cuencias negativas, engaños a otros sobre el tiempo de juego, alteración
del ánimo y deterioro de relaciones, trabajo y otras áreas del funciona-
miento general.
Los factores de riesgo incluyen ser hombre joven, perteneciente a
familias de ingresos altos, pasar mucho tiempo en línea, tener rasgos de
impulsividad y neuroticismo y síntomas comórbidos cómo depresión
y ansiedad.
Las consecuencias de tener un TJI incluyen un deterioro de las
relaciones interpersonales en “la vida real”, abandono de otros intereses
y pasatiempos, menor rendimiento académico o laboral, alteraciones en
el sueño, agresión y hostilidad, alteración de las habilidades de afronta-
miento, menor bienestar y mayor sentimiento de soledad.
Se puede concebir el uso de internet como una estrategia de dis-
tracción externa para lograr regulación emocional, aunque esto por sí
solo no sea algo negativo. Para determinar si la estrategia es desadap-
tativa debe considerarse el grado de flexibilidad con que se aplica y los
contextos en que se utiliza. Por ejemplo, si es usado como distracción
por un tiempo razonable y junto con un rango mayor de actividades, por
ejemplo, actividades deportivas y sociales.
El abordaje psicoterapéutico incluye, al igual que en adicciones
químicas, el desarrollo de la motivación al cambio, el generar acuerdos
en torno a objetivos de cambio conductual, la prevención de recaídas,
la promoción de actividades variadas y no adictivas y el desarrollo de
habilidades de afrontamiento.
Las intervenciones con mayor evidencia de efectividad son las
técnicas cognitivo conductuales con foco en la identificación de los
síntomas, el control de los impulsos, los problemas de comunicación
interpersonal y la relación con pares y con los padres si se trata de ado-
lescentes, además del trabajo en factores adicionales como los problemas
familiares y laborales y el desarrollo del proyecto vital.
El tratamiento también se beneficiará de la inclusión familiar para
proveer de apoyo, mejorar la comunicación y promover la cohesión
familiar.
370 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Referencias
Demencia
13
Andrea Slachevsky 1,4 | Teresita Ramos 1,5
Loreto Olavarría 1,6,7 | Tomás León 1,8
Alejandra Pinto 1 | Mónica Nivelo 9
Daniel Jiménez 10
1
Unidad de Memoria, Centro de Memoria y Neuropsiquiatría
(CMYN), Servicio de Neurología, Hospital del Salvador y
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
2
Centro Gerociencias, Salud Mental y Metabolismo (GERO)
3
Laboratorio de Neuropsicología y Neurociencias
Clínicas (LANNEC), Programa de Fisiopatología - ICBM,
Departamento de Ciencias Neurológicas Oriente y
Neurociencias, Facultad de Medicina, Universidad de Chile
4
Servicio de Neurología, Departamento de Medicina, Clínica
Alemana - Universidad del Desarrollo
5
Departamento de Neurología, Facultad de Medicina,
Universidad Finis Terrae
6
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Facultad de
Medicina, Universidad de Chile
7
Latin American Brain Health Institute (BrainLat),
Universidad Adolfo Ibañez
8
Global Brain Health Institute (GBHI)
9
Departamento de Medicina Familiar, Facultad de Medicina,
Universidad de Chile
10
Departamento de Ciencias Neurológicas Oriente, Facultad
de Medicina, Universidad de Chile
Demencia 373
Biomédico
Mental
Funcional
Social
Según la escala de carga del cuidador de Zarit (Zarit et al., 1980), apli-
cada a Sra. Lucía, obtiene un puntaje de 47 puntos que indicaría so-
brecarga (no intensa). Sin embargo, se observa y refiere que está muy
sobrecargada con la situación, no solo por los cuidados de su madre, sino
también por la situación de su nieto.
La historia de la Sra. Oriana representa un caso bastante para-
digmático en términos del diagnóstico y atención de personas con de-
mencias. Es relativamente frecuente que los problemas de memoria se
normalicen en el adulto mayor, considerándose como algo normal del
envejecimiento (Phillips et al., 2011; Speechly et al., 2008). Esto, habi-
tualmente, lleva a que la primera consulta sea más bien tardía, cuando el
impacto del trastorno cognitivo produce mayor dependencia, comien-
zan a aparecer los síntomas neuropsiquiátricos y, en consecuencia, existe
ya un alto nivel de sobrecarga en el cuidador principal, quien no ha
tenido acceso a psicoeducación respecto de la enfermedad.
Adicionalmente, una persona mayor con deterioro cognitivo está en
una situación de mayor vulnerabilidad y no siempre se encuentra en el
entorno idóneo que permita plantear intervenciones desde el equipo de
salud. En esta viñeta se describe una realidad que frecuentemente nos toca
enfrentar como clínicos y que exige de la acción de múltiples actores para
poder generar intervenciones eficaces. La complejidad de las demencias
se da tanto desde el desafío diagnóstico hasta las alternativas terapéuticas,
pero no está exento de problemáticas psicosociales tales como la disponi-
bilidad de los cuidados, dificultades económicas e, incluso, legales.
El presente capítulo no aspira a responder integralmente a las pre-
guntas que surgen cuando nos enfrentamos a casos complejos, pero sí a
376 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
ser causa directa del trastorno, o tener un rol contributivo al mismo. Uno
de los mayores avances en las últimas décadas ha sido la caracterización
de diferentes tipos clínicos de demencia, junto a la identificación de los
mecanismos etiopatogénicos causantes del síndrome demencial.
Tabla 1 GLOSARIO
Adaptado de Torralva, T., Bustin, J., Dorman, G., Roca, M., Carrillo, J., Marenc, V., Manes, F.,
Barria, S., Poblete, A., & Slachevsky, A. (2020). “Evaluación de las demencias”. En Manual
de Buenas Prácticas para el diagnóstico de demencia (pp. 29-73). Edición BID, Fun-
dación INECO.
SEGUIMIENTO
DUDA ¿Existe un problema? NO
Ausencia de trastorno cognitivo
SÍ
Envejecimiento normal “Worried well”
SÍ
¿Trastorno psiquiátrico?
DEMENCIA
Tratamiento
NO
NO
Analfabetismo NO
¿Deterioro en relación al
Transculturización nivel previo?
Estudio negativo Autovalencia preservada
Deprivación
sociocultural
Retardo mental SÍ
SÍ
Estudio de causas reversible de
Tratamiento Estudio positivo trastorno cognitivo
Slachevsky A., Parrao T, Oyarzo F, Lillo P. (2019) “Las demencias: historia, concepto, clasifi-
cación y aproximación clínica. Anexo: Planes de demencias en Latinoamérica: presente
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pp. 651-684.
390 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
con quejas cognitivas que revierten una vez tratada la depresión por
lo qué se debe indagar dirigidamente por síntomas depresivos fren-
te a una consulta por queja de memoria y tratar la depresión en caso
de duda. Otros de los diagnósticos diferenciales qué se sugiere bus-
car con atención especial son el síndrome de apnea obstructiva o in-
somnio. Se sugiere preguntar por hábitos de sueño, medicación para
dormir, si ronca, si hace apneas, si presenta hipersomnolencia diur-
na, latencia o despertares frecuentes. Al igual que en el caso de los
trastornos depresivos, estos trastornos del sueño pueden coexistir
con las demencias, pero en ocasiones las quejas cognitivas pueden
explicarse casi exclusivamente por estos trastornos o, en su defecto,
su tratamiento tiene implicancias en la evolución de las demencias.
Al igual que con los trastornos depresivos sugerimos, en caso de
duda sobre el diagnóstico, tratar los trastornos del sueño y observar
la evolución de la queja cognitiva antes de emitir un diagnóstico.
Lamentablemente, en el sistema público de salud existen brechas
muy relevantes para acceder a estudios de una apnea de sueño lo
qué limita realizar una adecuada atención de estos trastornos.
iii. Antecedentes familiares especialmente en aquellos casos en los que
se sospecha demencia atípica de inicio temprano.
iv. Características del cuadro clínico que orienten el diagnóstico
como: tiempo de evolución, curso clínico y los tres dominios sin-
tomáticos fundamentales a evaluar, que son: síntomas cognitivos
de inicio, síntomas conductuales y psicológicos y las alteraciones
funcionales. Los síntomas cognitivos a evaluar, entre otros, son:
la presencia de olvidos de eventos recientes, desorientación en
tiempo y espacio, trastornos del habla y del lenguaje (dificultades
de expresión, falta de palabra y de comprensión), dificultades en
la concentración, alteraciones en procedimientos, alteración en la
planificación, reconocimiento de personas y objetos, cálculos, etc.
Los síntomas conductuales y psicológicos que deben considerarse
son, por ejemplo: apatía, ideas delirantes, alucinaciones, agitación,
agresividad, depresión, ansiedad, insomnio, etc. Se recomienda ha-
cer una búsqueda dirigida durante la anamnesis alteraciones con-
ductuales del sueño REM tales como pesadillas muy vívidas, hablar
dormido o moverse durante el sueño, si se ha caído de la cama, ya
que son síntomas que no suelen ser referidos de forma espontánea.
Los trastornos del sueño REM al inicio de un síndrome demencial
Demencia 391
1. Motivo de consulta.
2. Historia clínica indagando en los siguientes elementos:
i. Tiempo de evolución.
ii. Forma de inicio.
iii. Frecuencia de los trastornos.
iv. Deterioro respecto cognición o comportamientos previo.
v. Presencia de síntomas sugerentes de un trastorno cognitivo y conduc-
tual y sus características específicas.
Trastorno de memoria:
Disfunción ejecutiva:
Trastorno lenguaje:
• Olvida palabras.
• Describe los objetos porque no los puede denominar.
• Circunloquios, habla alrededor de ellos.
• Confunde palabras.
• Pronuncia mal las palabras.
• Olvida lo que significa una palabra.
Trastorno atencional:
• Apatía.
• Disminución de la empatía.
• Cambio en las preferencias alimentarias.
• Comportamientos repetitivos.
• Hipocondriasis.
• Pérdida de tacto social.
• Comportamientos obsesivos o rituales no asociados a angustia.
Adaptado de Torralva, T., Bustin, J., Dorman, G., Roca, M., Carrillo, J., Marenc, V., Manes, F.,
Barria, S., Poblete, A., & Slachevsky, A. (2020). “Evaluación de las demencias”. En Manual
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394 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Viñeta
3.2 Neuroimágenes:
1
Ver https://auge.minsal.cl/problemasdesalud/index/85
400 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Adaptado de Gauthier, S. (Ed.) (2007). Clinical diagnosis and management of disease (3ª
ed.). Abingdon: Informa Healthcare (Gauthier, 2017)
Gitlin, L. N., & Rose, K. (2014). “Factors associated with caregiver readiness to use nonpharmacologic strategies to manage dementia-related
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407
408 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Etapa 1 (Pre-contemplación)
Etapa 2 (Contemplación)
iii. Entregar estrategias simples para facilitar el manejo, por ejemplo: “no re-
criminar el actuar de su familiar”, “evite contradecir”, “si rechaza participar
de alguna actividad, inténtelo más tarde”.
iv. Instruir en cómo la estructura de una rutina y actividades diarias podría
ayudarles en el manejo del usuario (biológico-ambiental psicológico/
relacional).
v. Instruir sobre la intervención no farmacológica dando énfasis al estímulo
físico-cognitivo y social.
Etapa 3 (Preparación)
gran parte de las intervenciones serán ejecutadas por ellos, toda vez que
los trastornos de conducta y el manejo general es transversal, y no es
algo que tenga lugar exclusivamente en un contexto clínico. Parte del
trabajo de psicoeducación implica que la familia conozca la importancia
del manejo no farmacológico como uno de los pilares terapéuticos a
lo largo de la enfermedad. En el siguiente apartado describiremos las
principales técnicas en ésta línea que han mostrado mayor eficacia en el
abordaje de las demencias.
Estrategia de
Descripción Observaciones
intervención
Terapia grupal de Es un programa de 14 o más Es una de las estrategias que
estimulación cog- sesiones, con una perio- las guías NICE recomiendan
nitiva (CST por sus dicidad de dos sesiones para mejorar los síntomas
siglas en inglés) semanales, cuyo objetivo es cognitivos, especialmente
la mantención de las funcio- el lenguaje. Sin embargo, es
nes cognitivas, para lo cual importante mencionar que
se combinan técnicas de no toda actividad cognitiva
estimulación: reminiscencia, grupal se considera una CST,
orientación a la realidad y la cual debe ser desarrollada
estimulación cognitiva, don- por profesionales entrenados
de se enfoca el trabajo en el en esta técnica en particular.
intercambio de opiniones y
discusión por sobre el rendi-
miento en sí mismo (Turner,
2016).
DICE™ (Describir, Es un abordaje altamente Esta estrategia es una inter-
investigar, crear y personalizado, orientado vención compuesta por varios
evaluar) al manejo de síntomas pasos, en los que se involucra
psicológicos y conductuales, activamente a la familia, quie-
basado en 4 pasos: Describir, nes son los principales cola-
Investigar, Crear y Evaluar boradores terapéuticos para
(Kales et al., 2015). poder generar cambios. Antes
de intentar implementar esta
estrategia, recomendamos
considerar el nivel de prepa-
ración al cambio (readiness),
mencionados en la tabla 6.
Ejercicio físico La OMS (Organización Para obtener mejoras
Mundial de la Salud, 2018) evidentes y demostrables,
ha reportado que la activi- la actividad física debe ser
dad física es un elemento utilizada como una herra-
protector y beneficioso para mienta terapéutica, es decir,
la salud general de todas las la intervención debe ser
personas y especialmente elaborada, dosificada, dirigida
para los adultos mayores, y controlada de acuerdo a un
tiene efectos positivos en la plan consensuado entre la
salud física, disminución del familia o entorno cuidador y
riesgo de caídas, mejoras en el profesional de la salud que
el ánimo, potencial regula- lo indica.
dor del sueño, estimulación En la Guía de Práctica Clínica
de la interacción social entre de Demencia Tipo Alzheimer
otros beneficios (Ministerio del MINSAL se sugiere realizar
de Salud, 2017). ejercicio físico estructurado
por sobre no realizar, aunque
la certeza sobre los efectos
es baja (Ministerio de Salud,
2021).
Demencia 413
Estrategia de
Descripción Observaciones
intervención
Talleres grupales Las instancias y actividades Las guías NICE recomien-
grupales en estadios inicia- dan grupos de estimulación
les del síndrome demencial, cognitiva y reminiscencia
muestran beneficios a nivel en personas con demencia
anímico, mayor sensación en estadio leve a moderado
de satisfacción con las ac- (Health & Excellence, 2018).
tividades, estimulación del
lenguaje, estimulación de
funciones motoras, mejo-
ras en reconocimiento de
personas y establecimiento
de rutinas (Miranda-Castillo
et al., 2013).
Estrategia de
Descripción Observaciones
intervención
Activación de la Consiste en el uso de la Las PcD muchas veces
rutina y uso de las ocupación como una presentan una disminución
ocupaciones herramienta terapéutica, en la capacidad de planificar
considerando la historia y actividades, alteración de la
los intereses del paciente iniciativa para participar de
para proponer una o varias actividades, ya sean de auto-
actividades que tengan sen- cuidado, como de cuidado de
tido con su biografía y que la casa o recreativas. Es por
estén adaptadas en cuanto esto que se requiere de una
sus habilidades remanen- estructura que logre estable-
tes. Esto puede contribuir a cer una rutina que responda a
la sensación de bienestar, las necesidades del paciente,
autoeficacia e, incluso, servir permitiéndole, entre otras ac-
como elemento distractor ciones, sentirse en un espacio
en caso de aparición de seguro, sentirse en control de
algún síntoma psicológico su cotidianidad, disminuyen-
y/o conductual (Budinich do los elementos “sorpresa”
et al., 2019). (Pino & Escárcega, 2016).
Manejo ambiental Muchos síntomas neuropsi- Este manejo habitualmen-
quiátricos son la expresión te debe ser realizado por el
de una necesidad no resuel- entorno cercano de la PcD,
ta en la PcD, o bien la reac- quienes deben aprender a
ción a aspectos ambientales identificar posibles fuentes
que no logran interpretar de estrés, así como reaccionar
adecuadamente. Cuando se adecuadamente cuando las
identifican y mejoran aque- situaciones se presentan. Para
llos elementos que pueden lograr instalar estas capacida-
estar a la base de la conduc- des en el entorno cercano de
ta, es posible prevenir la apa- la PcD, se requiere de un im-
rición de conductas difíciles portante componente de psi-
(Bessey & Walaszek, 2019; coeducación, lo que ha sido
Dyer et al., 2018; Kolanowski explicado con mayor detalle
et al., 2017) en el apartado de acompaña-
Las modificaciones ambien- miento diagnóstico.
tales se basan en principios
de seguridad, prevención y
simplificación, valiéndose
de letreros, organización del
amoblado, aprovechamiento
de las fuentes de luz natural
y orden de los objetos
personales del paciente
entre otras estrategias que
aumenten la seguridad,
disminuyan los factores
estresantes del ambiente y
favorezcan la orientación,
tanto temporal como es-
pacial, del paciente (Pino &
Escárcega, 2016).
Demencia 415
Estrategia de
Descripción Observaciones
intervención
Terapia de Consiste en la aceptación Este tipo de estrategias pue-
validación empática de la realidad y la de ser muy útil en el manejo
verdad personal de la PcD, de síntomas neuropsiquiá-
como base para el estableci- tricos, pero idealmente debe
miento de la comunicación entrenarse a la persona que
y modificación de conduc- realiza esta intervención (Oli-
tas. El uso de esta técnica veira & Sousa, 2021) para evitar
permite disminución de ser condescendiente con el
estados de ansiedad y frus- paciente y, en consecuencia,
tración en el paciente (Pino exacerbar sus síntomas.
& Escárcega, 2016), ya que se
busca no contradecir lo que
está diciendo ni tratar de
hacerle ver que está equivo-
cado en lo que piensa.
Como hemos mencionado a lo largo del capítulo, pese a que estas activi-
dades han sido altamente extendidas en el tratamiento de personas con
demencia, hay algunas limitaciones que es necesario puntualizar, espe-
cialmente porque su implementación tiene un costo que debe asumir el
mismo usuario o el sistema de salud (Aranda et al., 2021; Knapp et al.,
2013; Nickel et al., 2018), motivo por el cual queremos escoger aquellas
intervenciones que sean costo-efectivas.
Un primer aspecto que debemos destacar, es que ninguna técnica
en sí misma basta por sí sola para lograr un abordaje integral y efectivo.
En la actualidad, la literatura apoya la idea de intervenciones multimo-
dales, donde se aborden temas asociados a cognición, ejercicio físico,
nutrición, higiene del sueño, intervención en aspectos psicosociales, psi-
coeducación, entre otros (Chalfont et al., 2020), siendo la combinación
de estos distintos elementos lo que muestra más evidencia de efectivi-
dad, por sobre lo que se logra con cada intervención por separado (Chal-
font et al., 2020; Curlik 2nd & Shors, 2013). Importa destacar que,
aun cuando se espera que estas intervenciones, al ser complejas, deben
ser estructuradas y protocolizadas, una aproximación individualizada (y
que considere las preferencias y necesidades de la PcD) muestra mejores
resultados (K. H. Lee et al., 2022; A. Warren, 2022).
En resumen, existen múltiples intervenciones que se han propues-
to para complementar el tratamiento farmacológico, siendo una limita-
ción en su uso el hecho de que sean estrategias tan heterogéneas tanto
en su metodología como en el tipo de intervención. Pese a lo anterior,
416 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Conclusiones
Referencias
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Subjective cognitive decline as a predictor of future cognitive decline: A
430 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
ANEXO
Estrategia de
Descripción Observaciones
intervención
Estimulación Se proporciona a la PcD informa- Este tipo de estrategia
cognitiva: ción básica acerca del espacio puede presentar efectos
Orientación a la y lugar donde se encuentra, el paradojales en algunos
Realidad (OR) tiempo en el que vive, y los datos casos, en el sentido de
personales y circunstanciales que lo que la PcD consi-
relevantes para él (Pino & Escár- dera que es “la realidad”
cega, 2016) a través de acciones puede diferir de lo que
sencillas como: instalación de el facilitador de este tipo
calendarios, diálogo y observa- de intervención propone.
ción, y actividades lúdicas. Se Cuando eso ocurre, la PcD
considera que esto proporciona a puede presentar frus-
la persona una mejor compren- tración, enojo y, poten-
sión de aquello que le rodea y cialmente, escalar a una
un aumento en la sensación de situación más compleja
control, aunque no parece tener (Fuller, 2021).
un efecto sobre la presencia de
síntomas depresivos o problemas
de la conducta (Chiu et al., 2018).
Estimulación Se refiere a una “revisión de la Una importante limitación
cognitiva: vida”, basada en el hecho de que es que existe una gran
reminiscencia la memoria consolidada a largo heterogeneidad en el tipo
plazo (memoria semántica) es de aproximación y meto-
independiente del hipocampo y dología usada, lo que ha
es más resistente al olvido. Esto hecho difícil poder probar
permitiría al paciente acceder a su eficacia, al no lograr
información importante de su comparar las distintas
propia biografía (Rathbone et al., intervenciones (O’Philbin
2019), especialmente para aque- et al., 2018).
llos recuerdos que tengan un Por otro lado, habi-
fuerte componente emocional. tualmente requiere de
Algunas técnicas utilizadas son colaboración por parte de
el recuerdo verbal de experien- la familia, quienes deben
cias pasadas con ayudas visuales buscar recuerdos signi-
como fotografías, lectura de ficativos para el sujeto,
cartas o la música. Ha mostrado lo que potencialmente
efectos positivos en habilidades podría aumentar la sensa-
comunicacionales cuando es ción de sobrecarga en el
un abordaje grupal; cuando es cuidador.
hecho de forma individual tiene
efectos positivos en el ánimo
(O’Philbin et al., 2018).
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad 435
14
Trastorno por déficit de atención
con hiperactividad
Marcela Larraguibel 1
1
Clínica Psiquiátrica Universitaria, Hospital Clínico
Universidad de Chile
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad 437
Introducción
Epidemiología
Etiopatogenia
a. Con frecuencia juguetea con o golpea las manos o los pies o se retuer-
ce en el asiento.
b. Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que per-
manezca sentado (p. ej., se levanta en la clase, en la oficina o en otro
lugar de trabajo, o en otras situaciones que requieren mantenerse en
su lugar).
c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta
apropiado. (Nota: En adolescentes o adultos, puede limitarse a estar
inquieto.)
d. Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en
actividades recreativas.
e. Con frecuencia está “ocupado,” actuando como si “lo impulsara un
motor” (p. ej., es incapaz de estar o se siente incómodo estando quieto
durante un tiempo prolongado, como en restaurantes, reuniones;
los otros pueden pensar que está intranquilo o que le resulta difícil
seguirlos).
f. Con frecuencia habla excesivamente.
g. Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se haya
concluido una pregunta (p. ej., termina las frases de otros; no respeta
el turno de conversación).
h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno (p. ej., mientras espera en
una cola).
i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (p. ej., se mete en
las conversaciones, juegos o actividades; puede empezar a utilizar las
cosas de otras personas sin esperar o recibir permiso; en adolescentes
y adultos, puede inmiscuirse o adelantarse a lo que hacen otros).
446 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Especificadores:
Evolución
Diagnóstico diferencial
Comorbilidad
Criterios de derivación
Tratamiento
Conclusiones
Referencias
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Norte, Clínica
Psiquiátrica Universidad de Chile
Trastornos del espectro autista 463
Introducción
reveló que había una demora desde que la madre sospechaba una altera-
ción en el desarrollo de su hijo y el diagnóstico final de espectro autista
de 29 meses, develando lo grave de esta situación en términos de preva-
lencia y en términos de compromiso del pronóstico en la medida que no
hay intervención en forma precoz e intensiva.
Definiciones
• Reciprocidad socioemocional.
• Conductas comunicativas no verbales.
• Desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones.
Especificadores:
Prevalencia
Etiopatogenia
Factores genéticos
Alteraciones neuroanatómicas
Teorias Neuropsicológicas
Diagnóstico
Manifestaciones clínicas
En la infancia:
En la adolescencia:
En la infancia:
En la adolescencia:
En la infancia:
En la adolescencia:
“En aquellos niños y niñas entre los 16 y los 30 meses que pre-
senten una o más señales de alerta temprana de EA, se les debe
aplicar el Cuestionario (primera parte) de Detección del Autismo
en Niños y Niñas Pequeños – Revisado (M-CHAT-R/F). En caso de
obtener puntaje de riesgo medio en el cuestionario, se debe rea-
lizar la Entrevista de Seguimiento (segunda parte), idealmente,
en el mismo control de salud, o bien, se debe reagendar lo an-
tes posible para ser realizado por un profesional capacitado en
aplicación de M-CHAT-R/F (enfermero/a, psicólogo/a o médico/a).
Asimismo, todo niño o niña menor de 16 meses o mayor de 30
meses, con sospecha de EA, debe ser derivado a médico/a de APS
para evaluación”.
ADI- R: Es una entrevista clínica a los padres que permite una evalua-
ción profunda a sujetos con sospecha de autismo o de algún Trastorno
del Espectro Autista (TEA). (ADI-R AUTISM Diagnostic Interview
Revised. Western Psychological Services, California EEUU)
Pronóstico
Comorbilidad
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Trastornos del sueño 487
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
2
Facultad de Medicina, Clínica Alemana, Universidad del
Desarrollo
Trastornos del sueño 489
Introducción
de ondas lentas del EEG asociada con husos y complejos K y una dis-
minución del tono muscular. El sueño REM representa del 20 al 25 %
del tiempo total de sueño. El sello distintivo del sueño REM es la
presencia de movimientos oculares rápidos en todas las direcciones y la
marcada disminución o ausencia de actividades musculares en la EMG
del mentón. Además de los movimientos oculares rápidos y fásicos en
todas las direcciones, también hay cambios fásicos en la presión arterial
y la frecuencia cardíaca, respiración irregular y movimientos fásicos de
la lengua. Durante el sueño REM pueden surgir algunos períodos de
apnea o hipopnea, por lo que en el adulto normal hay una progresión
ordenada desde la vigilia hasta el inicio del sueño, NREM y luego el
sueño REM. El EEG del sueño REM se caracteriza por ondas rápidas
de bajo voltaje mezcladas con ondas distintivas en forma de “diente de
sierra” (Chokroverty, 2010).
A nivel de Salud Pública, los problemas del sueño son una crecien-
te preocupación, ya que se ha asociado la falta de sueño con un impacto
negativo en la motivación, las emociones, el funcionamiento cognitivo,
así como también con un mayor riesgo de enfermedades como diabetes,
enfermedades cardiovasculares, incluso oncológicas (Merino-Andreu,
2016). Una evaluación dirigida y un manejo adecuado de alteraciones
del sueño o de la alerta puede mejorar la calidad de vida, mejor la pro-
ductividad, reducir accidentes, y atenuar la progresión o facilitar la recu-
peración de una enfermedad neurológica coexistente (Shelgikar, 2013).
Otros síntomas
i. Apnea central del sueño con respi- b. Parasomnias relacionadas con el sue-
ración de Cheyne Stokes. ño REM.
ii. Apnea central del sueño debido un
trastorno médico sin respiración i. Trastorno de conducta del sueño
de Cheyne Stokes. REM.
iii. Apnea central del sueño debido ii. Parálisis del sueño aislada
a la respiración periódica de gran recurrente.
altitud. iii. Pesadillas.
c. Otras parasomnias.
3. Trastornos de hipersomnolencia
central i. Síndrome de explosión cefálica.
ii. Alucinaciones relacionadas con el
a. Narcolepsia tipo 1. sueño
b. Narcolepsia tipo 2. iii. Enuresis del sueño.
c. Hipersomnia idiopática. iv. Parasomnia debido a un trastorno
d. Síndrome de Kleine Levin. médico.
e. Hipersomnia debido a trastorno v. Parasomnia debido a medicamen-
médico. to o sustancia.
f. Hipersomnia debido a medicación o vi. Parasomnia inespecificada.
sustancia.
g. Hipersomnia asociada con trastorno d. Síntomas aislados y variantes
psiquiátrico. normales.
h. Síndrome de sueño insuficiente.
i. Somniloquia.
Trastornos del sueño 497
Insomnio
X Betabloqueadores. X Antidepresivos.
X Corticosteroides. X Estimulantes.
X Hormonas adrenocor X Hormonas Tiroideas.
ticotrópicas. X Anticonceptivos orales.
X Bloqueadores de calcio. X Descongestionantes.
X Alfametildopa. X Broncodilatadores.
X Tiazidas.
depresivos y ansiosos, ya que tiene eficacia sobre estos a las dosis para
el tratamiento del insomnio, sin embargo, puede producir un aumento
de peso importante. Existen otros fármacos, como agentes antagonistas
de receptores de orexina (suvorexant) y agonistas de receptores de me-
latonina (ramelteon) aprobados por la FDA, sin embargo, la melatonina
no se encuentra aprobada para el manejo del insomnio, y no es reco-
mendada por la asociación americana de medicina del sueño (Winkel-
man, 2015).
Síntomas diurnos
Parasomnias
Esta categoría incluye los trastornos del sueño que no pueden clasifi-
carse adecuadamente en la tercera edición de la Clasificación Interna-
cional de Trastornos del Sueño (ICSD3), ya sea porque el trastorno se
superpone con más de una categoría o cuando se han recopilado datos
insuficientes para establecer firmemente otro diagnóstico.
Conclusiones
Referencias
Diagnóstico y manejo de
pacientes con “personalidad
17
difícil” en el encuentro clínico*
*
A fin de evitar el exceso de signos lexicales de inclusión, en general
haremos uso del masculino como genérico para ambos sexos.
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
2
Escuela de Psicología, Pontificia Universidad Católica de
Chile
3
Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y
Personalidad (MIDAP)
Diagnóstico y manejo de pacientes con “personalidad difícil” 513
Introducción
Paciente Profesional
No me escucha No tengo suficiente tiempo
No toma en cuenta mis problemas Tiene demasiados problemas
No me explica nada No entiende nada
No se da cuenta de mi sufrimiento Se centra en sí mismo/a y no coopera
Me tensa y me da rabia Me tensa y me da rabia
No me está ayudando No se muy bien cómo ayudarlo/a
1
La palabra inglesa self se traduce en psicología como sí mismo, y es un constructo
(concepto o categoría descriptiva) utilizado por diversas escuelas psicológicas, como
la psicología social, la psicología cognitiva, el psicoanálisis, el humanismo o la Ges-
talt. En general, se refiere a las creencias, conceptos y representaciones subjetivas
que tiene la persona de sí misma (autorreferencia). Entonces el self engloba con-
ceptos como autoestima, autopercepción, autoconciencia, autoimagen, autoconcepto,
autoeficacia, autoevaluación, autodeterminación, etc., que son procesos cognitivos
diferenciados, los que se pueden inferir mediante una observación entrenada. El self
se refiere pues al grado de consciencia que tenemos sobre nosotros mismos y de la
integración de nuestros diferentes procesos cognitivos.
518 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Definición y etiología
Diagnóstico
Diagnóstico diferencial
Detección temprana
2
Los rasgos de personalidad son patrones de conducta, maneras de relacionarse y de
pensar sobre el entorno y sobre uno mismo y se ponen de manifiesto en una amplia
gama de contextos sociales y personales. Los rasgos de personalidad son caracterís-
ticos y permanentes para cada sujeto, son estables y en cierta medida flexibles. Los
rasgos son la dimensión perdurable de la personalidad, la manera característica “de
ser” de cada uno y explican la diferente conducta de cada individuo ante una mis-
ma situación.
530 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
torta de chocolate y arroz todos los días parece haberlo mantenido sano hasta
el momento; sin embargo, han aparecido nuevos virus que necesitan nuevas
medidas. Los medicamentos que yo le voy a dar no funcionan con esas co-
midas. Aquí tiene las indicaciones de medicación y de dieta. ¿Cree Ud. que
puede adecuarse a estas nuevas medidas?”. Desde luego, hay que pensar en
derivación a psiquiatría cuando se sospecha esquizofrenia, en especial
cuando la excentricidad parece estar más allá de cualquier realidad o
cuando el comportamiento extraño coloca al paciente en riesgo.
Referencias
INTERVENCIONES TERAPÉUTICAS EN
ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Psicofarmacología 537
Psicofarmacología
18
Claudio Fullerton 1
Alvaro Wolfenson 1
Néstor Rosas 2
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
2
Hospital Clínico “Dr. Lautaro Navarro Ávila”, Punta Arenas,
Chile
Psicofarmacología 539
Introducción
Antipsicóticos
Principales indicaciones
Rango
Grupo Dosis Dosis
Atipici habitual Presenta
Fármaco farmaco de inicio máx.
dad (mg./ ciones
lógico (mg./día) (mg./día)
día)
Clorpro- Fenotiaci- (-) 25 a 200 800 400-600 Comprimido:
mazina nas 25 y 100mg
Haloperi- Butirofe- (-) 2 a 10 30 Gotas:
dol nonas 2 a 20 2mg/1ml
Comprimido:
1 y 5mg.
Risperi- Benziso- (+) 1a2 8 Gotas:
dona xasol 2a6 1mg/1ml.
Comprimido:
1 y 3mg.
Quetia- Dibenzo- (+) 50 750 150 a 750 Comprimido:
pina tiacepina 800 (XR) 400 a 25, 100, 200 y
800 (XR) 300mg.
XR: 50, 150,
200, 300 y
400mg.
Antidepresivos
Consideraciones claves
• Siempre explicar a los pacientes que durante la primera semana del tra-
tamiento con AD podrían experimentar algunas molestas (habitualmen-
te leves), que se alivian dentro del primera semana de uso y son parte del
proceso de adaptación fisiológica al medicamento.
• En el caso de que aparezcan, siempre es preferible esperar (a no ser que
sean intolerables).
544 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Leve:
Tratamiento no farmacológico (psicoterapia cognitivo conductual o
interpersonal/psicoeducación/supervisión de estilos de vida e intervenciones psicosociales).
En caso de:
Preferencia paciente, historia de respuesta previa a AD, historia de respuesta a AD en familiar o
respuesta parcial o ausente, asociar ISRS al tratamiento.
Moderado a severo:
ISRS al tratamiento (al menos 3 semanas).
Respuesta parcial:
• Potenciación con psicoterapia.
No respuesta:
• Reemplazar por otro ISRS (al menos 3 semanas) o combinar nuevo ISRS más psicoterapia.
Persiste no respuesta:
• Reemplazo AD dual (con o sin psicoterapia).
• Luego de dos o más intentos con AD diferentes a dosis plenas en tiempos adecuados (mayor
a 8 semanas) considerar derivación a especialista por depresión resistente a tratamiento.
Benzodiacepinas e hipnóticos
Mecanismo de acción
Las distintas BZP tienen diferentes formas estructurales que dan alguna
selectividad en su acción terapéutica, pero esta desaparece al aumentar
la dosis.
Suelen clasificarse en base a su vida media. Se considera de vida
media corta las con una duración igual o menor a ocho horas y de vida
media larga con duración igual o superior a 24 horas. La mayor parte
tienen metabolitos activos (Tabla 7).
Las BZP con vidas medias más breves suelen ser hipnóticas, mientras
las de vida media más larga se usan como ansiolíticos o anticonvulsi-
vantes. Hay poca evidencia que las BZP de vidas medias más breves
produzcan más dependencia.
Indicaciones.
Sus principales indicaciones son el tratamiento de la ansiedad y los
trastornos de ansiedad. Como tratamiento de los trastornos de ansiedad
Psicofarmacología 551
Ventajas Desventajas
Rápido alivio síntomas ansiedad. No recomendadas en uso prolongado.
Reduce síntomas físicos y psico- Pueden exacerbar los síntomas de
lógicos de la ansiedad. depresión.
Bien toleradas. Pueden causar disfunción cognitiva y
motora.
Costo / Beneficio. Desarrollo de tolerancia.
Potencial de abuso.
Reacción paradojal
Efectos teratogénicos
Efectos cognitivos.
Abuso y adicción
Dado el caso puede ser necesario planificar el retiro del uso de estas
sustancias y enfrentar el cuadro de dependencia. Debe haber un trabajo
de motivación y educación previo con el paciente.
Se ha propuesto que el retiro debe en períodos de varias semanas,
cuatro a seis, para evitar la aparición de síntomas de privación severos y/o
convulsiones. La reducción puede ser variable, desde 10 % a 25 % cada dos
semanas hasta 50 % de la dosis cada semana. Con este esquema se lograría
la suspensión total en un plazo de cuatro a ocho semanas. Hay que evitar
extender a meses y lo ideal es plantear un plan relativamente fijo de reti-
rada. Si hay consumo de varios tipos de BZP se debe convertir al uso de
una sola, como por ej. diazepam. En pacientes que consumen dosis altas
(ej: diazepam > 100 mg/día), puede ser necesaria su hospitalización. No
hay suficiente evidencia para el uso de otros fármacos que ayuden en el
control de las molestias del cuadro de retirada. Las distintas situaciones y
su manejo en la retirada de BZP se muestran en la Tabla 11 (Soyka, 2017).
Hipnóticos / Drogas Z.
Referencias
Intervenciones psicosociales*
19
*
Como en los demás capítulos, usaremos el masculino genérico para
evitar la sobre abundancia de signos lexicales.
Guillermo de la Parra 1, 3
Nicolás Labbé 2,3,4
1
Departamento de Psiquiatría, Escuela de Medicina,
Pontificia Universidad Católica de Chile
2
Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Psicología,
Pontificia Universidad Católica de Chile
3
Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y
Personalidad (MIDAP)
4
Grupo TFP Chile (Psicoterapia Focalizada en la
Transferencia)
Agradecimientos: este trabajo contó con el apoyo de ANID - Iniciativa
Científica Milenio, Instituto Milenio para la Investigación en Depresión
y Personalidad-MIDAP y de ANID/FONIS Proyecto Nº SAI91002.1
Intervenciones psicosociales 561
Introducción
Teresa tiene 42 años, dos hijos varones de 8 y 14 años, está separada del
padre de sus hijos y vive con ellos, su padre y un hermano mayor, soltero.
Trabaja como auxiliar administrativa en un colegio. Consulta a medicina
en su CESFAM por un cuadro caracterizado por un estado nauseoso, con
vómitos ocasionales, dificultad para ingerir alimentos, lo que se acom-
paña de insomnio de conciliación, llanto fácil, pecho apretado, palpita-
ciones e irritabilidad, especialmente con los hijos. Actualmente, por la
pandemia, está la mayor parte del tiempo en casa. Refiere que su cuadro
tiene alrededor de 10 días de evolución. Con estos antecedentes el mé-
dico la examina, no encontrando signos relevantes. El profesional le pre-
gunta a qué atribuye lo que le sucede y la paciente expresa que asocia su
cuadro con la ruptura de pareja. Raúl, un joven de origen colombiano de
35 años, con quien convivía hace dos años, se habría ido de la casa hace
562 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
dos semanas después de una de las tantas discusiones que han venido
teniendo en el último tiempo. En la medida en que no habían tenido
contacto, en el curso de los días, Teresa se fue sintiendo peor. La relación
era buena, hasta que seis meses atrás la paciente descubre una infide-
lidad de Raúl; eso motivó una crisis de pareja que pareció solucionarse
en el curso de las semanas. Entretanto, el padre había tenido un infarto
que lo tuvo al borde de la muerte y de cuyos cuidados estuvo a cargo
Teresa, ya que su hermano tiene un déficit cognitivo. Teresa estuvo muy
angustiada por la enfermedad del padre, ya que le costó mucho superar
la muerte de su madre, hace 4 años; dice haber salido adelante con el
apoyo de sus amigas de infancia y con la sertralina que le indicaron en el
consultorio. La situación actual se gatilla cuando Teresa descubre hace
un mes que Juan sigue viendo a la persona con la que le fue infiel y hace
dos semanas este le cuenta que la sigue viendo porque la mujer estaría
embarazada de él, a pesar de que no tendrían una relación de pareja.
El médico anota en la ficha el diagnóstico de un trastorno adaptativo con
síntomas angustiosos y le pregunta a Teresa si le gustaría conversar con
la psicóloga, para que vean cómo ésta la puede ayudar y que, después de
hacerlo, lo vuelva a ver por si necesita algún medicamento para apoyarla.
Teresa acepta con reticencia conversar con la psicóloga, manifestando
su inquietud que no sea “puro hablar y que ella no me diga nada y puro
anote”, como le pasó con la única consulta a psicología que tuvo años
atrás a raíz de la muerte de su madre.
fundamental que debe hacer el clínico (véase caso) es: ¿a qué atribuye
lo que le pasa? Si la persona atribuye su MC, problemas o síntomas,
a una causa física, probablemente la indicación sean medicamentos o
tratamientos físicos (ejercicio, yoga, etc.); lo mismo ocurre si atribuye a
una causa socio laboral (“me echaron del trabajo”), donde la indicación
es derivar a trabajador social. En cambio, si la atribución es a una causa
psicológica/relacional, como ocurre en el caso de Teresa, que atribuye su
cuadro a conflictos y separación de pareja, la indicación nos orientará
claramente a IP. Si pensamos que toda indicación de psicoterapia debe
ser consensuada con el paciente, interesa ahora preguntar cómo espera
ser ayudado. El paciente puede desear que lo liberen de los síntomas
mediante un medicamento (modelo somático del cambio), puede sen-
tir que si encuentra trabajo se le pasarían todos los síntomas (modelo
social del cambio) o puede pensar que necesita apoyo en este momento
difícil de separación de pareja (ver caso) y conversar con alguien, lo que
orienta al modelo de cambio psicológico/relacional; aquí, obviamente, la
indicación orienta a IP. Si bien Teresa es escéptica respecto de la ayuda
psicológica que le pueda brindar la psicóloga por la mala experiencia
anterior, se abre a la posibilidad de tener una entrevista con otra psicó-
loga que le ofrece el médico tratante. Lo último que se evalúa son los
facilitadores (recursos del paciente) y obstaculizadores de una posible
terapia (externos: imposibilidad de asistir semanalmente a sesiones por
razones laborales o domésticas; internos: aspectos de la estructura de
personalidad, paranoide, por ejemplo, o ganancia secundaria). Teresa
es una paciente que muestra diversos recursos psicológicos, los que le
han permitido criar sola a sus hijos, cuidar al padre, trabajar, superar el
duelo de su madre y diversos estresores antes de consultar. También sus
recursos psicológicos le permiten asociar y atribuir su malestar a facto-
res relacionales. En la primera entrevista, la psicóloga debería evaluar si
hay obstáculos externos para que Teresa acuda a terapia semanalmente
durante seis a ocho semanas (véase más adelante); si puede dejar a sus
niños, si tiene facilidades de transporte, etc. El caso de Teresa cumple
con todos los requisitos, excepto haber establecido aún un vínculo con la
terapeuta, para indicarle una IP.
566 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
ver con su infancia, y Teresa, llorando, relata que su madre los abandonó
cuando ella tenía cuatro años y su hermano ocho. Que se criaron con la
abuela paterna, viuda, que era una mujer práctica en los cuidados, pero
muy fría y estricta. Al padre lo veían poco por su trabajo. Durante 10 años
ven solo ocasionalmente a la madre, hasta que ella vuelve a la casa al
reconciliarse con el padre. En la medida en que pasan las sesiones, van,
psicóloga y paciente, decantando el sentido de esta crisis como una repe-
tición del abandono. Se va instalando una tristeza tranquila, Teresa empie-
za hacerse más funcional, quiere volver a trabajar y la terapeuta le refleja
cómo va mejorando. Además le aconseja acercarse a sus amigas y revisan
en detalle tanto los sentimientos aparejados como el de qué manera acer-
carse, qué decirles, etc. En la sesión cinco Teresa cuenta que Raúl aparece
a conversar con ella, diciéndole que quiere volver, reiterándole que no tie-
ne una relación de pareja con esa mujer y que ese bebé probablemente
es de él. En la sesión se vuelve a contactar con la rabia y el temor a hacerse
dependiente, como lo era antes. Teresa y la terapeuta deciden que para
la paciente sería conveniente explorar una relación “puertas afuera” con
Raúl con la condición que hagan una terapia de pareja en el COSAM de la
comuna, contacto que le haría la psicóloga con su colega.
En la sesión siete Teresa dice sentirse preparada para seguir sola,
dice poder enfrentar mejor la relación de pareja. Reconoce que le da
pena dejar la terapia. La psicóloga refuerza los logros, refuerza sus me-
canismos de manejo adaptativos, tales como recurrir a sus amigas. Le
plantea que mientras ella siga trabajando en el CESFAM siempre va a
poder recurrir a ella. Por ahora, quedan de verse en un mes para el cierre
definitivo del proceso.
1.3 Psicoterapia
Del modelo se deduce que una psicoterapia que tenga todos los
componentes mencionados va a ser eficaz; tanto es así que, los más de 70
años de investigación de resultados en psicoterapia de diferentes orien-
taciones muestran que esta es efectiva y, frecuentemente, en períodos
de tiempo corto. De acuerdo con nuestra experiencia de psicoterapia en
instituciones y con toda la literatura disponible, los pacientes asisten, en
promedio, a no más de 10 sesiones, lo que nos obliga a pensar en terapias
breves y en estrategias para abreviarla. Esto es, además, importante ante
la gran demanda asistencial y las listas de espera. El modelo de factores
comunes se adapta muy bien a los requerimientos de los profesionales
que trabajan en APS, ya que estos son de diferentes orientaciones. Ade-
más, los terapeutas pueden tener la confianza que pueden ser realmente
efectivos dada la experiencia empírica que los avala.
A continuación detallaremos cuales son los elementos, que pensa-
mos debe contener toda intervención psicoterapéutica a nivel de APS,
elementos que se ilustran en la terapia de crisis de Teresa:
1
Los conflictos de cuidado-autosuficiencia y de autoestima se corresponden con los
perfiles predepresivos de Blatt, anaclítico (dependiente) e introyectivo (autocrítico),
respectivamente. Por falta de espacio no alcanzaremos a ahondar en esto.
578 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
b) Diagnóstico
c) Tratamiento
Acciones a desarrollar en la
Estadio E* Técnicas
intervención
Precon- • Priorizar el hábito y estudiarlo. M • Apoyo narrativo.
templativo • Elaborar mapa de creencias. • Evitar trampas.
• Evitar y trabajar las • Reconocer
ambivalencias. resistencias.
• Aumentar la autoeficiencia y la
automotivación.
2
En el modelo transteórico del cambio, de Prochaska y Di Clementi, se define la etapa
Contemplativa, como aquella en que la persona reconoce que tiene un problema y
comienza a considerar la posibilidad de cambiar. Puede sopesar los pros y contras
de cambiar su comportamiento adictivo. Antes de esta etapa, los autores describen
la etapa Precontemplativa; después, la etapa de Preparación (o Determinación), se-
guida por las etapas de Acción, Mantenimiento y eventualmente de Recaída (véase
Tabla 1).
Intervenciones psicosociales 585
Acciones a desarrollar en la
Estadio E* Técnicas
intervención
Contem- • Aumentar las contradicciones P • Continuar con
plativo entre lo que hace y lo que desea. técnicas del
punto “precon-
templativo”.
• Hoja de balance
Determi- • Verbalizar el compromiso de A • Preguntas
nación cambio. activadoras.
• Ayudar a elegir la mejor • Hacer
estrategia. resúmenes.
• Desarrollar un plan de acción en
conjunto.
Acción • Aumentar autoeficiencia. T • Apoyo narrativo.
• Informar sobre otros modelos • Preguntas
que hayan tenido éxito. activadoras.
Manteni- • Prevenir las recaídas. I • Identificación
miento • Aumentar la autoeficiencia. conjunta de las
situaciones de
riesgo y elabora-
ción de estrate-
gias realistas para
afrontarlas.
Recaída • Reconstruir positivamente y A • Señalamiento
ayudar a renovar el proceso. emocional.
• Aumentar positivamente y ayu- • Reestructuración
dar a renovar el proceso. positiva.
3.3.4 Esquizofrenia
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588 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
20
El lugar de las prácticas
contemplativas en el autocuidado
de los profesionales de la salud
mental
1
Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y
Personalidad (MIDAP)
2
Departamento de Psiquiatría, Pontificia Universidad
Católica de Chile
El lugar de las prácticas contemplativas en el autocuidado de los profesionales 593
Introducción
Este capítulo ofrece conceptos teóricos sobre los pilares del bienestar
psicológico junto a recomendaciones sencillas para la incorporación de
ejercicios y prácticas contemplativas en profesionales de la salud mental
y en terapeutas de APS. Primero se brinda un contexto que permita dar
sentido al autocuidado del cuidador, luego se revisan los fundamentos y
bases científicas del bienestar. Finalmente, se proponen tres tiempos o
momentos que disponemos para el autocuidado a lo largo del día.
La mirada contemplativa reconoce la existencia de recursos inter-
nos disponibles en todos los seres humanos, los que pueden ser culti-
vados y aplicados en sus vidas. La investigación reciente señala que el
desarrollo de habilidades atencionales, metacognitivas, de consciencia
corporal y de autocompasión fortalecen la salud física y mental. Asi-
mismo, el cultivo de estas habilidades favorece el autoconocimiento, la
satisfacción vital y el bienestar. Integrar estas prácticas en el quehacer
del profesional de la salud mental permitiría aumentar la resiliencia y
proteger de la fatiga profesional en contextos desafiantes como APS,
junto con mejorar la relación profesional-usuario (Krogh et al. 2019).
Las prácticas contemplativas pueden entenderse como el ejercicio
de detenerse, hacer una pausa, para prestar atención y acoger la experien-
cia del momento presente. Sus raíces son la consciencia y la conexión,
e implican la visión de que podemos explorar la experiencia de nuestra
mente-cuerpo y de esta manera comprender las raíces del sufrimiento y
su alivio. Estas prácticas son una invitación a salir del modo automático,
acelerado o abatido, y a recordar lo significativo de nuestras vidas.
Estas prácticas se han incorporado a la educación de trabajadores
de la salud como una herramienta de autocuidado para el desarrollo
594 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Tómate unos minutos para hacer el siguiente ejercicio: haz una pausa en
la lectura, en el mismo lugar en que te encuentras ahora, cierra los ojos
y toma tres respiraciones conscientes y pregúntate cuánto espacio e im-
portancia das a tu cuidado personal cotidianamente en tu vida.
Metáfora del corazón: el corazón tiene como función entregar
sangre limpia y oxigenada a todos los órganos; el cerebro, por ejemplo,
recibe aproximadamente el 20 %. Cabe notar que el primer órgano irri-
gado es el mismo corazón (arterias coronarias), asegurando así su propio
funcionamiento.
Box 3
Elige un momento del día para reflexionar sobre tres cosas por las que
estás agradecido en ese momento. Desde lo más simple: poder sentarse
en la micro, tomar un café con un amigo o tener la posibilidad de una
ducha caliente; hasta aspectos más sublimes como la belleza de la cor-
dillera después de un día de lluvia o ver el avance en el proceso de un
paciente. Puedes realizar este ejercicio escribiendo en un cuaderno o en
tu celular, determinando la frecuencia que más te acomoda (ej. al menos
una vez por semana).
600 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Box 7. Mindfulness
Suele definirse como “la consciencia que emerge a través del prestar
atención al despliegue de la experiencia presente, momento a momento,
con intencionalidad y suspendiendo juicios” (Kabat-Zinn, 2003: pág. 145).
1
En lenguas orientales se usa una misma palabra para mente y corazón, Shin, Sem,
dando cuenta de la calidad amorosa de la atención al momento presente.
El lugar de las prácticas contemplativas en el autocuidado de los profesionales 603
Tipo Descripción
Concentración Se escoge uno o distintos estímulos sensoriales
donde se lleva y se sostiene la atención.
la ducha, lavarse los dientes, vestirse, lavar los platos, contar un cuento a
los niños, caminar al trabajo, entre otras). Cabe destacar aquí el creciente
interés por estudiar el rol del cultivo de la conciencia corporal en la salud
y el bienestar (Quadt, Critchley y Garfinkel, 2018). El ejercicio físico,
en particular cuando se realiza de forma consciente, en contacto con las
sensaciones del cuerpo y con un énfasis en notar la experiencia presente
(más allá del rendimiento y logro) puede considerarse como una prácti-
ca contemplativa en movimiento.
X Todos los días darse unos minutos para acostarse en el suelo boca
arriba y sentir los puntos de contacto con el suelo. Realizar algunas
respiraciones profundas para lograr mayor calma. Permitirse sentir
el cuerpo y notar tensiones corporales. Escuchar la sabiduría del
cuerpo y realizar algún movimiento o estiramiento que permita
atenderlas (por ejemplo, llevar rodillas al pecho y soltar tensiones
lumbares. Finalizar nuevamente acostados.
X Postura de la montaña de pie: se lleva la atención al contacto de los
pies en el suelo, entregando el peso del cuerpo, enraizándose en las
sensaciones del apoyo. Progresivamente se va encontrando el eje
vertical natural y se pueden corregir vicios posturales.
X Espacios de contacto con la naturaleza donde junto con dirigir la
atención a las sensaciones del cuerpo en movimientos, nos dejamos
empapar por los sonidos, olores y detalles del entorno.
X Podemos considerar también el deporte consciente (por ej., nata-
ción), al igual que el arte y música contemplativa.
Descripción Instrucción
Pausa de 3 Este ejercicio ofrece Haz una pausa, en este mismo mo-
minutos una manera de salir del mento, date cuenta de tu postura,
piloto automático, co- puedes cerrar los ojos si esto te acomo-
nectar con el momento da. Comienza a prestar atención a tu
presente, reconociendo experiencia interna.
la experiencia tal como Puedes preguntarte (sin intentar cam-
se presenta, dándonos biar lo que hay ahí):
una oportunidad para
detenernos y encontrar • ¿Qué hay en mi mente en este
o elegir una respuesta momento?, ¿qué pensamientos,
más sabia, especial- imágenes, recuerdos o comentarios
mente en momentos cruzan en este momento por mi
difíciles mente?
• ¿Qué emociones o sentimientos
tengo en este momento?
• ¿Qué sensaciones corporales puedo
notar en este momento?
Descripción Instrucción
Autocompa- En momentos difíciles Comienza por tomar una pausa, pue-
sión cuando nos enjuicia- des reconocer cómo se encuentra tu
mos y nos sentimos cuerpo en este momento, qué pasa por
separados, aislados. tu mente y tomar algunas respiracio-
nes conscientes.
Puedes elegir algunas frases amables
contigo misma(o) para este momento
difícil, quizás las palabras que darías
a un buen amigo. Algunos ejemplos
son: Este es un momento difícil. Los
momentos difíciles son parte de la
vida y del ser terapeuta. Todos los seres
humanos experimentamos momen-
tos difíciles. ¿Qué puedo hacer por
mi en este momento que me ayude a
cuidarme?
Puede ser útil llevar la mano al pe-
cho o a otro lugar del cuerpo y realizar
un tacto tranquilizador.
Gratitud Traer a la mente a una Haciendo una pausa, traer a la mente
persona que nos ha la imagen de una persona que re-
dado algo que pode- cientemente te ha dado un momento
mos apreciar de escucha o preparó tu comida, te
sacó una sonrisa o te enseñó algo, te
trató con amabilidad, etc... Visualiza la
situación y a esa persona y ofrécele tu
gratitud por lo recibido.
Intenta sentir la sensación de gratitud
en el cuerpo.
X Práctica del té. La pausa para tomar una sencilla taza de té o café,
tomar un respiro y quizás conversar con algún(a) colega, también
puede convertirse en una oportunidad para practicar la atención
plena. Y no es que tengamos que hacer algo muy distinto, pero
podemos darnos cuenta de que estamos haciendo una pausa en el
día y traer algunas intenciones a ella: la conciencia de detenernos,
aprovechar de reconocer cómo está el cuerpo y prestar atención a
sus necesidades, y disponernos al rito del té o café. La clave está
en llevar la conciencia a los detalles y tomarse el tiempo para cada
paso (en la práctica no tomará más tiempo): llenar de agua el her-
vidor y notar el flujo del agua fresca y cristalina, elegir una taza y
prepararla, tomar una bolsita de té o dejar caer las hojas o el café
en el recipiente, quizás recordar cuánto trabajo y dedicación hay
detrás de esa taza que tenemos hoy en las manos, servir el té o el
café y disfrutarlo sorbo a sorbo, notando cómo reacciona el cuerpo
al recibir esta bebida.
X En esta pausa entre pacientes podemos recordar la intención que
nos trae a este trabajo.
X Para una pausa más larga puede ser útil agendar una reunión con
uno mismo en la agenda.
Ser más consciente de la alimentación puede ser una práctica en sí. Po-
demos investigar nuestra relación con la comida y otros estímulos que
consumimos y que pueden estar al servicio de regular emociones difíci-
les como la ansiedad. Por otro lado, al cuidar nuestra nutrición cuidamos
la salud mental gracias a las funciones neuro e inmunomoduladoras de
los microorganismos de nuestro sistema digestivo.
Otra forma de consumo adictivo muy común en estos días es el
uso del teléfono celular para revisar mensajes, redes sociales, noticias,
etc. ¿Hace cuánto rato atrás revisaste por última vez tu teléfono? Y,
¿cuánto tiempo pasó con respecto a la vez anterior?, ¿sabes cuántas ho-
ras diarias pasas en tu celular? Algunos aparatos tienen una función
para saberlo, suele ser sorprendente. Y es que esta es una de las acciones
en las que solemos dejarnos llevar por nuestro “piloto automático” por
lo que no nos damos cuenta de que a veces entre una revisión y la si-
guiente pasaron solo minutos y que podemos destinar más tiempo del
que hubiésemos elegido a recibir información y estímulos, que, además,
a veces nos saturan, cansan o llenan de ansiedad. Al mismo tiempo el
El lugar de las prácticas contemplativas en el autocuidado de los profesionales 609
Box 6
Tómate unos minutos para hacer el siguiente ejercicio: Haz una pausa
en la lectura, cierra los ojos, toma un par de respiraciones profundas y
trae a la mente la imagen de algún(a) paciente más desafiante o difí-
cil, que ocupe amplio espacio en tus pensamientos. ¿Qué puedes notar
en tu cuerpo en este momento?, ¿aparece alguna emoción en particular
como desesperanza, aversión, resistencia?, ¿qué pensamientos o juicios
vienen a tu mente al evocar? Intenta simplemente observar lo que apa-
rece sin auto juzgarte. Por último, puedes preguntarte, ¿qué me enseña
este paciente?
Conclusión
Referencias
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
2
Psiquiatra en práctica privada
ACOSO ESCOLAR (BULLYING) 617
Introducción
Acoso escolar
que el daño en las victimas pueda ser muy alto. La incapacidad de las
víctimas para tener control sobre los actos de acoso virtual puede gene-
rar sentimientos de impotencia y desesperanza en la persona que está
siendo intimidada, y el miedo a la desconexión los limita en sus pedidos
de ayuda y aumenta el riesgo de suicidio en las víctimas.
La victimización por acoso cibernético tiende a ocurrir alrededor
de los 14 años, edad en que los adolescentes pasan más tiempo en sus
teléfonos móviles y conectados a las redes sociales. Pero vemos con pre-
ocupación que niños, incluso menores a los 10 años, tienen actualmente
acceso a dispositivos electrónicos con conexión a internet, con mínima o
insuficiente educación y supervisión. Los perpetradores de acoso ciber-
nético disponen de un grado de anonimato que no es posible en el acoso
tradicional, por lo que la posible exposición y vergüenza de la víctima
suele ser mayor. Es posible victimizar a un compañero dentro de su pro-
pio hogar o en otro lugar en cualquier momento del día o de la noche,
y si la víctima se retira del sitio, los mensajes a menudo se acumulan
( John, 2018). A través de estos medios se produce una rápida difusión
de los mensajes que llegan a ser vistos en poco tiempo por la comunidad
escolar completa y que incluso se pueden esparcir de manera global. La
gran conectividad que existe en la actualidad, asociada a la brecha digital
entre jóvenes y adultos, con la escasa supervisión de estos, por “igno-
rancia” o “desinterés”, facilita la difusión de contenidos inapropiados y
violentos, y hace difícil su pesquisa y control.
cuenta de lo que les pasa a los otros y engañarlos para lograr beneficios
y dominancia social (Peskin, 2007).
Se describen tres tipos de agresores:
Para identificar a los niños en riesgo se debe prestar atención a los posi-
bles signos del problema. No hay perfiles sintomáticos ni signos clínicos
específicos de acoso escolar. Se debe preguntar dirigidamente en caso de
síntomas conductuales o somáticos inexplicables: ansiedad, inseguridad,
baja autoestima, cambios de ánimo, dificultades escolares, dificultades
en la interacción social o aislamiento, baja del rendimiento académico,
inicio de consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, autoagresiones o
suicidio y rechazo escolar.
Existen grupos de particular riesgo, como los niños sobresalientes
desde el punto de vista académico, los nerd, los obesos, los portadores
de discapacidades evidentes o diferencias físicas (orejas grandes, nariz
grande, pelo extraño, etc.) y las minorías en todo sentido, en especial los
individuos LGTB+ y las minorías étnicas (Peskin, et al. 2007). Existe
gran cantidad de evidencia de la asociación de obesidad y homosexuali-
dad con ser víctimas de acoso y de que la intervención apropiada puede
minimizar los efectos inmediatos y a largo plazo en agresores y víctimas.
(Griffiths et al, 2006; Janssen et al, 2004). Los niños o adolescentes
con escasa red de apoyo social real e hiperconectados son un grupo de
altísimo riesgo.
Con la finalidad de estudiar y pesquisar el fenómeno en grandes
poblaciones, se han desarrollado un sinnúmero de encuestas y cuestio-
narios para detectar a los individuos que están siendo víctimas y a los
que están utilizando la violencia contra sus pares (Lyznicki, 2004). En
ACOSO ESCOLAR (BULLYING) 633
Referencias
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Divorcio y familia 649
Divorcio y familia
22
Arturo Roizblatt 1
Paula Thomassen 2
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
2
Centro de Salud Familiar Dr. Alfonso Leng, Providencia,
Santiago, Chile
Divorcio y familia 651
Introducción1
1
Haremos uso del masculino genérico para evitar un exceso de signos lexicales.
652 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Fases de la separación
Fase de divorcio legal: puede ser útil recibir información sobre derechos
y deberes legales, acercándose a la realidad que se vivirá, para lo cual será
de beneficio hacerlo con una actitud conciliadora, reflexiva y basada en
las buenas intenciones; si no, se puede gatillar una guerra de la cual des-
pués es muy difícil salir. En el CESFAM será la asistente social quien
podrá ocupar un rol relevante en este sentido, vinculando al usuario con
la Corporación de Asistencia Judicial de su comuna, quien asesora de
forma gratuita en esta materia.
Reconstruir la vida de los adultos de una manera tal que puedan conti-
nuarla satisfactoriamente y desarrollar un buen contacto con los hijos,
evitando una guerra entre los padres, son los dos grandes objetivos por
lograr durante el proceso de la separación matrimonial. Además existen
ciertas tareas que debieran cumplirse:
culpable y sufra”. Para esto suelen usar ciertas “técnicas” como ignorar o
rechazar salir con ellos, lo que —a veces— es avalado a través de la edu-
cación por uno de los padres que busca reforzar la conducta de rechazo.
En ocasiones, estos menores caerán enfermos o recurrirán a ciertas con-
ductas, como el abuso de drogas o alcohol, manifestarán ideación suicida
o hasta se accidentarán para presionar a sus padres con el fin de que se
preocupen de ellos. Otro tipo de niño es el que se siente incómodo. Su
mamá o papá lo presionan para que los ayude a tomar decisiones, los
aconseje, acompañe, consuele cuando se depriman e, incluso, oiga sus
llantos y comentarios. Invertir los roles, es decir, que los hijos pasen a
ser padres o consejeros y los padres, hijos, alterará el normal desarrollo
de su personalidad. Considerando lo anterior, lo indicado es restituir-
les o fomentarles su confianza en un mundo ordenado, en el cual se
les confirme la estabilidad de esta nueva organización familiar. Sin esa
sensación de seguridad su entrada en la adolescencia puede retrasarse o
adelantarse peligrosamente.
nada tiene que ver con ellos (en la causa) y que, así como nada han
tenido que ver con la ruptura, tampoco podrán hacer nada para una
eventual reconciliación. Enfatizar que ambos siguen siendo padres,
“yo seguiré siendo siempre tu mamá o papá”, y que, no por el hecho
de que se acabe el matrimonio se acabará también la paternidad.
4. Asegurar que ninguno de los dos los abandonará y, ojalá en ese
mismo momento, explicar dónde vivirá el padre que se aleja, ya
que evitará fantasías sobre “a dónde se irá mi pobre papá” e in-
formar sobre las formas y frecuencias con que se desarrollarán los
encuentros. De esta manera, se muestra por un lado la realidad del
alejamiento y, por otro, se señalan las formas concretas en cuanto a
cómo se mantendrá el ejercicio de la paternidad, la cual —segura-
mente desde ese momento— cambiará en sus formas.
5. Decirles que no tienen que elegir entre uno de los dos; que, aunque
presencien discusiones, no deben tomar partido, y que si en algún
momento uno de los padres los trata de incluir, recuerden esto que
se les ha dicho.
6. Hacerles saber que sus padres comprenden que tengan dudas, que
siempre estarán dispuestos a escucharlos y a responderles, y que
si escuchan comentarios acerca de sus padres, se los planteen de
inmediato y directamente a ellos, para evitar malentendidos.
7. Normalizar su rabia, pena o confusión y asegurarles que esto no
solo pueden hablarlo dentro de la familia, sino también fuera de
ella. Que la separación de sus padres no es un secreto y que pueden
comentarlo en el colegio o con los amigos.
8. Hacerles saber que los padres se amaban y que son producto de un
acto amoroso.
Las visitas o acceso a una relación directa y regular con los hijos
El acceso será distinto según la edad del menor, debiendo, en todo caso,
ser continuo, frecuente, predecible, libre, constante y gratificante, para lo
cual se debe educar a ambos padres en conjunto. También debe evitarse,
dentro de lo posible, que los acuerdos que se establecen en relación con
este tema concluyan en “repartirse” tiempos muy largos, pero espaciados,
como por ejemplo solamente un fin de semana completo cada quince
días. Es más conveniente tiempos cortos, pero más cercanos en los días,
ya que para los hijos dejar pasar una semana completa para estar con uno
de los padres, sobre todo en menores, resulta un período muy largo que
altera el sentido de continuidad al no vivir el “día a día”, situación que
a la larga podría generar una sensación de distanciamiento afectivo del
progenitor con quien no vive.
Se aconseja también que este acuerdo entre ambos padres, sobre
todo en el primer período, sea cumplido de manera lo más estricta po-
sible (por ejemplo, respetar la puntualidad), para así afianzar la mutua
confianza, la que, por lo general, al final del matrimonio se ha deteriora-
do. Solo con el paso del tiempo podrá aceptarse una mayor flexibilidad,
la que se dará cuando los eventuales sentimientos de persecución mutua
hayan desaparecido o disminuido y cualquier pequeño o gran cambio
en el acuerdo inicial sea comunicado y solicitado con anticipación, y no
se vea necesariamente como una agresión personal. Es muy importante
que los pactos en relación con la residencia primaria, así como los acuer-
dos a los que se ha llegado post separación, vayan siendo sometidos a
revisión y renegociaciones a través del tiempo, según las edades.
A lo que se aspira es que la relación entre todas estas personas sea cada
vez más fluida. Al “sentirse” perteneciendo a ese nuevo grupo afectivo
hay, por un lado, tareas emocionales que desarrollar y, por otro, tareas
organizacionales donde también habrá que encontrar nuevas reglas de
funcionamiento. Muchas veces los roles no se pueden definir bien ya
que la persona no sabe qué esperar de sí, “¿Me acerco demasiado a los
otros hijos o mejor me alejo un poco...?, ¿qué será mejor?”, “¿doy más o
Divorcio y familia 667
X Dejar momentos para estar con los hijos y momentos para estar
en pareja.
X Aceptar que quizás será útil que el padre o madre biológico(a) ten-
ga una relación solo(a), personal, con su hijo/a y que no es necesa-
rio que este nuevo grupo esté siempre compartiendo todo.
1. Desarrollar una familia mixta implica hacer una nueva vida, sin
“enterrar” el pasado. Se deberá escuchar, a veces, las situaciones re-
lacionadas con el matrimonio o la pareja anterior, y habrá que evi-
tar traer los fantasmas de su vida anterior a esta nueva relación. El
tener expectativas reales y aceptar que es una familia ensamblada
aliviará la situación.
2. Este tipo de familias es un desafío para la creatividad y para la
búsqueda de métodos nuevos para resolver situaciones. Esté dis-
puesto(a) a enfrentar problemas, ya que las crisis y los cambios a los
cuales deberá someterse son muchos. Tenga claridad en relación
con el tema del manejo del dinero, así como de la relación con sus
hijos, ya que estas dos situaciones, al no estar resueltas, tienden a
provocar los conflictos más frecuentes que se dan en este tipo de
670 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Comentarios finales
Referencias
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672 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
23
Agresiones sexuales hacia niños,
niñas y adolescentes
1
Departamento de Psicología, Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Chile
2
Instituto Milenio para la Investigación de la Depresión y
Personalidad (MIDAP)
3
Escuela de Psicología, Facultad de Humanidades,
Universidad de Santiago
4
Centro Comunitario de Salud Mental (COSAM) Pudahuel,
área infanto-juvenil, Santiago, Chile
Agresiones sexuales hacia niños, niñas y adolescentes 675
Introducción
1
Usaremos la sigla ASI para referirnos a las agresiones sexuales infanto- juveniles.
676 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Por otro lado, se sugiere que al menos una persona del equipo pue-
da tener alguna formación (capacitación, curso u otro) en temas de ASI,
para que pueda guiar o supervisar las acciones que haga el equipo en
estos casos.
También se recomienda que en cada caso se designe un gestor te-
rapéutico, quien liderará las intervenciones en el caso, con el apoyo del
equipo y los profesionales que sea pertinente que intervengan, con el fin
de que pueda gestionar las diferentes acciones y coordine las responsa-
bilidades de los diferentes profesionales involucrados.
Por otro lado, es importante reconocer que estos casos en general
nos afectan emocionalmente como profesionales, (Ministerio de Salud
[MINSAL] y Fondo de las Naciones Unidas [UNICEF], 2011), por lo
cual es importante el autocuidado, así como la toma de decisiones en
conjunto y el trabajo compartido entre profesionales del equipo.
Desde el Ministerio de salud (MINSAL Y UNICEF, 2011) se
ha establecido un flujograma de acciones en estos casos, pudiendo ser
adaptado por cada equipo a las características de cada servicio y terri-
torio, porque, más que describir un flujograma de acciones, el propósito
de este capítulo es fundamentar las acciones posibles y su relevancia. De
este modo y considerando que estos casos suelen tener un alto nivel de
complejidad y requerir de diferentes acciones por parte de los profesio-
nales, se facilitará al equipo de salud la toma de decisiones. Para esto, co-
menzaremos el capítulo con algunas viñetas clínicas, que nos ayudarán a
ejemplificar los aspectos teóricos y prácticos de este fenómeno.
Viñeta 1
Viñeta 2
2
A modo de facilitar la lectura, cuando hablamos de niños, no referiremos tanto a ni-
ños como a niñas, salvo que se explicite el género masculino o femenino, o un rango
etario específico.
678 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Síntomas y detección
De acuerdo con la literatura, la mayor parte de los niños que han sido
victimizados sexualmente (aproximadamente el 80 %) muestra conse-
cuencias negativas asociadas a dicha experiencia, las que pueden pre-
sentarse a nivel físico, socioemocional, cognitivo y conductual, tanto a
corto como a largo plazo (Cantón-Cortés y Cortes, 2015; Echeburúa y
Corral, 2006; Pereda, 2009; 2010).
A corto plazo, es posible visualizar síntomas en la línea ansiosa y/o
depresiva, baja autoestima, retraimiento o aislamiento, distractibilidad o
hiperactividad, conductas sexualizadas o comportamientos erotizados,
entre otros (Pereda, 2009; 2010).
Cantón-Cortés y Cortés (2015) diferencian estos síntomas acor-
des al ciclo evolutivo de niños y adolescentes. En ese sentido, en la etapa
preescolar aparecen predominantemente problemas somáticos (enure-
sis, encopresis, etc.), retrasos en el desarrollo y conductas sexualizadas
(ej: masturbación excesiva o en contexto público), mientras que en etapa
680 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Develación
Denuncia
de Familia. La denuncia que inicia una causa a nivel penal pudiera im-
plicar medidas legales determinadas tempranamente (ej. evitar el con-
tacto del agresor con la víctima), destinadas a proteger a la víctima. Sin
embargo, en casos en que el riesgo de contacto implica también elemen-
tos que son determinados por un Tribunal de Familia (ej. visitas al padre,
siendo el padre indicado como agresor), se recomienda paralelamente
derivar el caso a una oficina de protección de derechos (OPD) u otra
instancia que pueda iniciar un proceso legal en esos tribunales.
Cabe señalar que, en el caso que tengamos una sospecha sin sufi-
cientes elementos, aun cuando puede realizarse la denuncia, probable-
mente esto no tenga suficientes elementos que haga prosperar el caso a
nivel judicial. Por ejemplo, como en la Viñeta 2, un niño que tuvo una
conducta sexualizada y que desde ahí surge la sospecha, pero no está
claro si ha sido víctima y, si es así, por quién; probablemente implicará
que la familia se vea involucrada en el sistema penal, pero ese proceso sea
tempranamente archivado. En ese sentido, ante la sospecha sin suficien-
tes elementos, se sugiere evaluar en mayor profundidad o derivar para di-
cha evaluación, luego de lo cual podría surgir la necesidad de la denuncia.
Probablemente, la realización de la denuncia implicará que luego
llamen a los profesionales encargados de la atención del caso a declarar
o a emitir informes dentro del proceso legal. Es probable que posterior-
mente se soliciten otras diligencias especializadas en el tema (ej. examen
ginecológico, pericia psicológica, etc.), por lo cual los informes o decla-
raciones realizadas por los profesionales de APS deben remitirse a las
evaluaciones o intervenciones realizadas, sin pretender responder a otras
demandas que se realizarán a otros profesionales especializados. En este
sentido, por ejemplo, no es pertinente que el profesional de APS realice
una evaluación de la validez del relato del niño o adolescente, o indague
detalles de lo sucedido, ya que eso se realizará en otras instancias.
Derivación
Reflexiones finales
Referencias
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698 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
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Agresiones sexuales hacia niños, niñas y adolescentes 699
24
Violencia intrafamiliar: abordaje
integral
Karla Álvarez 1
Lorena Valdebenito 2
Carla Crempien 1
1
Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y
Personalidad (MIDAP)
2
Escuela de Psicología, Pontificia Universidad Católica de
Chile
Violencia intrafamiliar: abordaje integral 703
Introducción
1
La violencia dirigida al adulto mayor, a las personas con alguna discapacidad, a las di-
versidades de género y las agresiones sexuales en contexto familiar no serán tratadas
en este capítulo.
Violencia intrafamiliar: abordaje integral 705
2
Las convenciones ratificadas por Chile son: Convención Internacional sobre la Eli-
minación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (1979) ratificada
en 1989; Convención sobre los Derechos del Niño (1989) ratificada en 1990; Con-
vención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer “Convención de Belem do Para” (1994) ratificada en 1996.
Violencia intrafamiliar: abordaje integral 707
3
Con el objetivo de circunscribir los objetivos del capítulo, la perspectiva de género
será circunscrita a violencia contra las mujeres y no en el sentido amplio de la diver-
sidad de género.
4
La ley 20.066 señala como condición para configurar VIF (VP) estar o haber convi-
vido, estar o haber estado casada o tener un hijo/a en común con la persona que ejerce
violencia.
Violencia intrafamiliar: abordaje integral 709
Prevalencia
Los estudios internacionales reportan una alta prevalencia de VP, con ci-
fras de un 16 % (Europa), 51 % (Asia meridional) hasta un 70 % (OMS,
2021). En Chile, los estudios realizados desde el año 1992, señalan una
prevalencia entre un 35 % y 50 % de mujeres como víctimas de VP. Un
41,4 % de las mujeres habían sido violentadas en contexto de la pareja
alguna vez en su vida y un 21,7 % en el último año. Un 38,3 % de las
mujeres reportó haber sido víctima de violencia psicológica, un 15,5 %
física, un 9,5 % económica y un 6,9 % de violencia sexual (Ministerio del
Interior y Seguridad Pública. Subsecretaría de Prevención del Delito,
2020). En relación a los femicidios a nivel mundial, un 30 % han sido
cometidos por la pareja o ex-pareja afectiva (OMS, 2021).
5
Estos resultados fueron considerados para explicar el bajo impacto del programa de
depresión en las mujeres y para promover el desarrollo de un Programa Nacional para
la Atención de Violencia Intrafamiliar en APS, que no ha logrado ser implementado
como programa permanente ni menos a nivel nacional en APS.
Violencia intrafamiliar: abordaje integral 711
Prevalencia del MI
6
Experiencias adversas en la infancia: eventos estresantes o traumáticos (maltrato fí-
sico, emocional, negligencia emocional y física, abuso sexual, ser testigo de violencia
de pareja contra la madre, pérdida de un progenitor por muerte o abandono tras
divorcio, trastorno mental, depresión o suicidio, adicción a droga o alcohol o encar-
celamiento por crimen de un miembro de la familia).
Violencia intrafamiliar: abordaje integral 715
Flujograma 1
Detección activa
Durante el puerperio:
Desgarros y dehiscencia de la episiotomía.
Mala o lenta recuperación post parto.
Pronta solicitud de anticoncepción ante presión
de la pareja para reiniciar relaciones sexuales.
Mayor incidencia de hipogalactia y fracaso de la
lactancia natural.
Depresión postparto que no remite, con ansie-
dad en la relación madre – hijo/a.
Retraso en el control del recién nacido.
Adaptación documento del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Gobier-
no de España, 2012.
720 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Evaluación de riesgo
7
Estos planes se refieren a seguridad durante los episodios de violencia, cómo estar
preparada si tiene que salir huyendo de su casa en medio de un episodio de violencia;
Violencia intrafamiliar: abordaje integral 723
* Amenazas de muerte hacia la mujer o ella cree que la pareja será capaz
de matarla.
* Intento de ahorcar a la mujer.
* Uso de armas o amenaza en usarla por parte de quien ejerce VP.
* Tenencia de arma.
* Amenaza o intento de suicidio de la mujer o quien ejerce VP.
* Aumento de severidad de VP en el último año.
* Aumento de frecuencia de VP en el último año.
* Consumo de alcohol o drogas de quien ejerce VP (todos los días o en la
crisis).
* Violencia física durante el embarazo.
* Violencia sexual.
* Control de las actividades cotidianas de la mujer por quien ejerce VP.
* Expresión y conducta de celos constante hacia la mujer de quien ejerce VP.
* Violencia hacia los hijos/as por parte de quien ejerce VP.
* Conducta violenta fuera del hogar por parte de quien ejerce VP.
* Indicadores de riesgo de vida.
9
La decisión de no realizar la denuncia para evitar el riesgo de la mujer, no exime a los
operadores de salud de las responsabilidades penales que conlleva el no realizarla.
10
Se considera de utilidad el uso de una ficha que contenga especificaciones en VIF.
Violencia intrafamiliar: abordaje integral 725
Flujograma 2
Evaluación clínica
“ Yo estoy aquí para ayudarte, ¿me quieres contar cómo te has sentido úl-
timamente? ¿Cómo están las cosas en tu casa?, ¿cómo reacciona tu papá/
mamá o adulto a cargo cuando te equivocas?” Si NNA tiene lesiones:
“¿Me quieres contar qué te pasó?, ¿quién estaba contigo cuando ocu-
rrió esto?, ¿cómo ocurrieron estas heridas en tu cara, piernas, brazo...?”.
“Para poder ayudarte a ti y a tu familia, quizás debo pedirle apoyo a
otra persona, entiendo si no quieres que tus papás sepan de lo que habla-
mos aquí, puedo no decirle por el momento, pero si necesitamos a otros
adultos que te ayuden además”, “¿tienes algún adulto en quién confiar?”.
11
La evaluación clínica es distinta en sospecha de MI y ASI.
Violencia intrafamiliar: abordaje integral 729
Los objetivos están orientados por los tres pilares del modelo coactivo
o de control social: interrumpir el MI, proteger a NNA y orientar a la
reparación y superación para una vida sin violencia. Ante todo, se debe
acoger al NNA, reconocer su valentía (en caso de que haya dado un re-
lato), abordar los síntomas que presenta, evaluar el tipo y características
del MI y el nivel de riesgo. Luego, con la información ya existente y otra
entregada por el propio NNA, se deben realizar acciones que resguarden
su integridad física, psicológica y moral.
12
Descritas en otro capítulo.
730 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Evaluación de riesgo
Plan de intervención
de estas medidas debe ser clara y específica para cada caso y en base al
conocimiento que APS ya tiene sobre NNA y sus factores protectores y
de riesgo. Por ej., si NNA tiene una figura cercana de cuidado que puede
acogerlo, sugerir su nombre y contacto para el cuidado temporal.
Frente NNA víctimas de MI no constitutivo de delito (que no
corresponda a trato degradante ni relevante y/o sin lesión) y con esca-
sos factores protectores se debe solicitar una medida de protección a
los Tribunales de Familia para garantizar la seguridad del NNA (por
ej. obligatoriedad de tratamiento, apoyo en parentalidad positiva, ale-
jamiento de adulto que ejerce MI, etc.). Una vía posible de manejo del
caso es la derivación a la Oficina de Protección de Derechos (OPD),
instancia de evaluación y atención ambulatoria de carácter local con-
formada por equipo psico-socio-legal, que identifica la vulneración de
derecho de NNA, realiza denuncia y propone al tribunal las instancias
de tratamiento pertinentes.
En caso de MI no constitutivo de delito y con bajo riesgo se deben
fortalecer acciones de seguimiento (visitas domiciliarias, aumento de con-
troles, derivación a programas de salud mental, etc.), evaluación perma-
nente de las características del MI, del nivel de riesgo y del impacto que
están teniendo en la familia las intervenciones realizadas. El interés supe-
rior del NNA, su derecho a opinar de acuerdo a su autonomía progresiva y
su derecho a vivir en familia deben orientar toda intervención desde APS.
OBSTÁCULOS
De los/as opera- Modelo de crianza, creencias y valores similares a los que
dores de salud mantienen la VIF (socialización con estereotipos de gé-
nero, normalización del uso de violencia en la resolución
de problemas, machismo, etc.).
Experiencias personales de violencia no elaboradas.
Desinformación respecto al problema (magnitud, efec-
tos, dinámicas, etc.).
Desinformación de las redes y dispositivos comunales y
nacionales para la protección y reparación.
Temor a dañar, incomodar o empeorar el estado de la
víctima, “prefiero no abrir un tema que no pueda abor-
dar después”.
De la institución Multiplicidad de tareas y sobrecarga de trabajo.
(APS) Escasa, ausente o ambigua definición intrainstitución de
tareas y roles en el abordaje de VIF.
Falta de equipo interdisciplinar o, al menos, perspectiva
transdiciplinaria sobre la VIF.
Insuficiente capacitación en el tema.
Insuficientes mecanismos facilitadores para el acceso de
los operadores de salud a la capacitación disponible.
Inadecuadas condiciones para realizar la entrevista (falta
de privacidad, tiempo, setting para niños/as, mujeres
asisten con pareja, etc.).
Falta perspectiva multicultural (por ej. barreras
idiomáticas).
Reflexiones finales
Referencias
25
Salud mental del adolescente
Anneliese Dörr 1
Paulina Chávez 2
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
2
Departamento de Estudios Pedagógicos, Facultad de
Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile
Salud mental del adolescente 739
Introducción
cuarta parte del tamaño del cerebro adulto y durante la infancia y ado-
lescencia experimentará un crecimiento intensivo y masivo de neuronas,
fenómeno biológico que estará condicionado por el ambiente. Es decir,
el cerebro crece y se especializa de acuerdo con un programa genético y
con modificaciones dadas por las influencias ambientales, pero es en la
adolescencia cuando ocurren los cambios que distinguen principalmen-
te al homo sapiens de otras especies; con ello nos referimos a la porción
más anterior del lóbulo frontal o corteza prefrontal. Esta región sería la
que nos hace más humanos, ya que regula funciones propias de nuestra
especie, tales como, razonamiento lógico (inductivo y deductivo), toma
de decisiones, memoria de trabajo, capacidad para planificar una idea
y llevarla a cabo, inhibición de impulsos, y otras funciones relativas a
la dimensión ética, necesarias para vivir en sociedad. Así, durante la
adolescencia, y más bien en la tercera década de la vida, los lóbulos
frontales terminan de madurar, produciéndose a su vez una remode-
lación cerebral como resultado de la poda neuronal, que finalmente se
transformará en circuitos cerebrales más eficientes. Si el desarrollo es
óptimo, el joven tendrá capacidad para el pensamiento abstracto, para
imaginar, planificar y también para consolidar la identidad, es decir sa-
ber quién es, quién fue, y quién quiere ser. Vemos así como el conocer
estos fenómenos de maduración cerebral es un aporte que puede ayudar
a iluminar la comprensión de las fortalezas y potencialidades del ado-
lescente, como también el periodo de edad que comprende esta etapa
(Manes, 2015, 2018).
Finalmente, en lo que respecta a las particularidades de nuestro
tiempo, algunos pensadores provenientes de la filosofía y sociología
dan luces de cómo estaría funcionando Occidente y cuáles serían las
dificultades que muchas veces impiden a las nuevas generaciones el lo-
gro de una adecuada adaptación. Entre ellos, encontramos a Luis Zoja,
Chul-Han, Zygmunt Bauman y James Côtè, quienes ofrecen un gran
aporte para la comprensión de la juventud actual. Los tres autores coin-
ciden en que muchos de los jóvenes que no logran funcionar de manera
adaptativa a lo esperado en su cultura, se quejan de “vacío existencial”
y recurren a diferentes conductas que reflejan su malestar subjetivo, ta-
les como autolesiones, adicciones y modificaciones corporales extremas
como body branding, piercings y tatuajes a gran escala, por nombrar al-
gunas, cuya particularidad es que en ciertos casos van más allá de una
moda de la época.
744 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
que el diagnóstico se está haciendo a una edad cada vez más temprana
(ARMAI-TP, 2016; Sharp, 2017). Este trastorno ha sido muy investi-
gado, conceptualizándose de distintas maneras, en un espectro que iría
desde una forma de alteración del ánimo hasta una psicosis. R.P. Knight
es quien en 1953 introduce el término “borderline”, basándose en la
idea —actualmente abandonada— de que algunos pacientes estarían en
el límite entre la neurosis y la psicosis. Su uso oficial se estableció en los
años 80’ al ser incluido entre los trastornos del eje II del DSM-III, con el
nombre de “Trastorno de personalidad limítrofe” (Borderline Persona-
lity Disorder). Entre los criterios diagnósticos señalados en el DSM-5
que resultan más relevantes, encontramos en esta patología un patrón
general de inestabilidad y conflicto en las relaciones interpersonales,
problemas de identidad, (autoimagen o sentido de sí mismo inestable)
y sentimientos crónicos de vacío (APA, 2013). La investigación sobre
el tema a lo largo del tiempo (Knight, 1953; Rapaport, Gill & Schafer,
1946; Fairbain, 1952; Kernberg, 1967; Bergeret, 1973; Gunderson &
Singer, 1975; Koenigsberg et al. 2009; Sharp, 2017), muestra que el pa-
trón de inestabilidad afectiva y conductual, así como la gran dificultad en
la conformación de la identidad, son elementos que están siempre pre-
sentes a la hora de caracterizar lo esencial de este tipo de personalidad.
Ahora bien, el análisis se ve enriquecido si incorporamos a la dis-
cusión la relación entre el significativo incremento del diagnóstico de
cuadros limítrofes, las transformaciones culturales y la consolidación de
la identidad. Como ya fue señalado, diversos pensadores han planteado
la urgencia de repensar los desafíos y problemáticas de nuestra época
actual en su impacto sobre la identidad personal, entendida como con-
dición necesaria para encontrar un lugar para sí mismo en la sociedad.
Siguiendo los planteamientos de James A. Côté (1996), nuestra moder-
nidad tardía (o postmodernidad) se caracterizaría por modificaciones
sustantivas en ámbitos que resultan fundamentales para la conforma-
ción y consolidación de la identidad, tales como las relaciones personales
cotidianas, la relación con instituciones —familia, escuela, trabajo— y
las prácticas masivas de consumo a gran escala, entre otros. Lo anterior
podría dificultar en algunas personas el sortear con éxito la etapa de
consolidación de la identidad, quejándose, como han hecho notar los
clínicos y filósofos, de una suerte de vacío existencial.
Por su parte, Lidia Scalozub (2007), intenta comprender por qué
se daría este fenómeno en nuestra época, entregándonos una lectura
748 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
2008; Large, 2011; Arias et al., 2013; Zalesky et al., 2012), amén de
los conocidos daños que produce en el cerebro en desarrollo. Uno de
los estudios más importantes que se ha realizado sobre el efecto del
consumo continuado de marihuana en el cerebro, patrocinados por la
Comunidad Europea y llevado a cabo por diversas universidades y cen-
tros de investigación (Orr, Spechler, Cao, et al., 2019), concluyó que
la marihuana en adolescentes daña el cerebro incluso con dosis bajas
de consumo, interfiriendo con la correcta poda neuronal que se lleva a
cabo en esta etapa de la vida. A su vez, el estudio de Meier et al. (2012)
en que se estudió a 1.037 sujetos que comenzaron a consumir a los 14
años, y a los cuales se los evaluó en tres momentos distintos, entre los
14 y 30 años, mostró que aquellos que fumaron marihuana en forma
constante durante la adolescencia, perdieron en promedio entre 8 a 10
puntos de coeficiente intelectual. Es decir, en términos de CI, el sujeto
que era brillante pasó a ser normal y el normal, bajó a limítrofe. Este es
el estudio más grande que se ha realizado sobre el efecto del consumo
continuado de marihuana en el cerebro.
Por último, la reciente evidencia científica (Gobbi et al., 2019;
Hjorthøj et al., 2021), nos muestra la relación entre el incremento de
ciertos trastornos en salud mental y el uso de marihuana, específica-
mente cuadros de Esquizofrenia, trastornos anímicos, ataques de pánico
y suicidio, en gran parte debido a las altas concentraciones de THC que
contiene la planta en la actualidad.
En lo que respecta al abuso de drogas en la adolescencia y su re-
lación con factores psicológicos, lo más destacable a mencionar no son
las situaciones individuales o circunstanciales que pudiesen incidir en
el aumento de la probabilidad de caer en conductas de consumo, sino
aquellos fenómenos psicológicos comunes al psiquismo juvenil, que los
hacen ser una población de riesgo. Con el pensamiento formal que abre
la posibilidad al pensamiento abstracto, surge en el adolescente otra for-
ma de egocentrismo, diferente al de la niñez y que marca uno de los
caracteres más constantes de la adolescencia. El joven busca adaptar su
yo al medio social, y a la vez adaptar el medio a su yo, para lo cual piensa
en la actividad futura que le va a permitir transformar este medio. Su
egocentrismo se refleja en la relativa indiferencia que siente frente al
punto de vista del grupo que trata de reformar, atribuyéndole una po-
tencia ilimitada a su pensamiento, fenómeno que va menguando en la
medida que se incorpora a grupos sociales y en las discusiones con los
Salud mental del adolescente 753
Trastornos de alimentación
Caso Clínico
Conclusión y Discusión
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Atención psicológica y psiquiátrica culturalmente competente 771
Atención psicológica y
psiquiátrica culturalmente
26
competente para el trabajo con
pacientes LGBT+ *
*
El y las autoras de este capítulo reconocen y validan las variadas
expresiones de la diversidad sexual. Las personas LGBT+ pueden
no requerir tratamientos psicológicos, hormonales o quirúrgicos.
Algunos/as pacientes que solicitan atención psicológica o psiquiátrica
ya habrán realizado un significativo proceso de autoexploración de
su identidad sexual sin necesidad de apoyo de profesionales de la
salud, otros/as, en cambio, requerirán servicios más intensivos y
específicos.
1
Facultad de Psicología, Universidad Diego Portales
2
Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y
Personalidad (MIDAP)
Atención psicológica y psiquiátrica culturalmente competente 773
Introducción
1
A pesar de que en este capítulo sea especialmente criticable, seguiremos la norma de
usar el masculino genérico para evitar un exceso de indicaciones lexicales como el/
ella, los/las, etc. (Nota de los editores)
774 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
2
El y las autoras reconocen la inmensa variedad de identidades sexuales, pero en este
capítulo utilizaremos el acrónimo LGBT+ como una manera abreviada de referirnos
a ellas. En ocasiones aparecerá el concepto de “minoría sexual”, a pesar que esta-
mos conscientes que es problemático porque homogeniza esta diversidad, pero es
consistente con el “modelo de estrés de minorías” que utilizamos conceptualmente.
A veces, para referirnos a personas transgénero o transexuales utilizaremos el acró-
nimo TGNC que refiere a “personas trans y género no conforme” o bien solo trans*
con asterisco, que subraya la apertura e incertidumbre de lo que la categoría pue-
de contener.
Atención psicológica y psiquiátrica culturalmente competente 775
trastorno mental del CIE-11 desde 2018 (WHO, 2018) han marcado
hitos en la progresiva despatologización de las identidades diversas.
A pesar de que aún se conserva la noción de Disforia de Género
(DSM-5), esta ya no tiene la categoría de una enfermedad, sino más bien
se refiere a un conjunto de síntomas más cercanos a dificultades adapta-
tivas con una fuerte carga social. Por lo tanto, la noción de diagnóstico
de género ha quedado reducida a los efectos de la interacción entre las
personas de género diverso y su ambiente social y cultural (Lev, 2013).
En paralelo con esta historia de manuales, hasta antes de 1970,
la investigación en psicología clínica se centró principalmente en la
identificación de las etiologías de la homosexualidad y la identidad
transgénero, en el desarrollo de intervenciones para su tratamiento y,
eventualmente, su cura (e.g., terapias aversivas y prácticas conversivas)
(Clarke, Ellis, Peel & Riggs, 2010; Turban et al, 2020). Consecuente-
mente, por décadas los diferentes modelos clínicos coincidieron en sos-
tener una visión patologizante de la sexualidad diversa, contribuyendo a
la instalación de la heteronorma como un ideal de salud mental (Costa
& Nardi, 2015). Muchas generaciones de psicólogos y psiquiatras se
formaron bajo esta visión y crecieron profesionalmente con las creencias
y conceptos promovidos por dichos modelos. Así, a pesar del progresivo
proceso de desclasificación de las sexualidades e identidades diversas
como fenómeno psicopatológico y del hecho de que, en la actualidad, la
mayoría de los profesionales de la salud mental no la consideran como
un trastorno, persisten en dichos profesionales, muchas veces de manera
inadvertida, creencias y prejuicios que implican actitudes estigmatiza-
doras de la diversidad sexual y de género. Estas creencias y actitudes son
lentas y difíciles de erradicar pues, además de implícitas, se hallan fuer-
temente arraigadas en órdenes morales y culturales específicos como,
por ejemplo, el catolicismo, el cristianismo y la concepción de familia
tradicional predominante en Latinoamérica y en Chile.
De este modo, muchas veces, a pesar de las buenas intenciones que
puedan tener los profesionales de la salud mental, el desconocimiento
de la cultura y la psicología LGBT+ y la falta de autoconciencia acerca
de los propios prejuicios y creencias sobre la sexualidad y el género di-
verso pueden dar por resultado tratamientos donde los y las pacientes
LGBT+ experimentan microagresiones o ven confirmados sus temores
y desconfianza respecto de los tratamientos psicoterapéuticos y psiquiá-
tricos, aumentando, en algunos casos, su desesperanza en relación con
776 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Manifestación
Sentimientos • De culpa, vergüenza y baja autoestima.
• De rareza, de no pertenencia y no encajar en
ninguna parte.
• De miedo a ser visto o “que se le note”.
• De malestar con la actividad sexual.
Conductual • Conductas sexuales de riesgo.
• Promiscuidad.
• Autolesiones.
• Abuso de sustancias.
• Autoexclusión y desconexión con otros indivi-
duos LGBT+.
Sintomatología • Depresión.
• Ansiedad.
• Suicidalidad.
• Sintomatología obsesiva y compulsiva de orden
y limpieza.
Lenguaje • Lenguaje despectivo hacia sí mismo.
• Lenguaje despectivo hacia la comunidad LGBT+.
Categorías de
Comentarios, preguntas o actitudes
microagresión LGBT-
para autoevaluar
fóbica en psicoterapia
1. Presuposición de que “A las personas homosexuales siempre les va a
la orientación sexual e costar salir del closet con sus padres”.
identidad de género “Es normal que las personas bisexuales
diversa es la causa de tengan mayor presencia de trastornos de
todos los síntomas y personalidad”.
conflictos del paciente.
“El abuso sexual tiende a convertir a las perso-
nas en lesbianas, gays o bisexuales”.
“Siempre es posible identificar perversiones
sexuales en las personas trans”.
2. Evasión y minimización Paciente: “Lo que pasa es que yo soy bisexual y
de la orientación sexual mi familia aún no lo sabe”.
como área de explora- Terapeuta: “Ese puede ser un tema que explo-
ción relevante durante remos después, podría ser pasajero. Volviendo a
la psicoterapia. lo que estábamos conversando...”.
3. Intentos de sobre iden- Que el terapeuta haga constante referencia a
tificación del terapeu- su conocimiento/experiencia con la diversidad
ta con los pacientes sexual (e.g. conocimiento sobre películas, perso-
LGBT+. najes, personas famosas, libros con temáticas
LGBT+, vivencias personales) como forma de
mostrar cercanía o empatía con el o la paciente,
imponiendo así su propia perspectiva por sobre
la particular experiencia del paciente.
4. Comentarios basados “Ya que me comentas sobre tu tránsito a mujer,
en supuestos estereo- me gustaría saber cuáles operaciones te has
tipados sobre personas realizado”.
LGBT+. “Imagino que ya te has hecho el test de VIH
para controlar tu salud”.
“Pienso que es importante el hecho de que ya
tengas una pareja con la que te puedas proyec-
tar, porque esto no es algo fácil de lograr para el
caso de los hombres gay”.
5. Expresiones con sesgo “Con tu pareja ya llevan un buen tiempo juntas:
heteronormativo. ¿cuándo han pensado comenzar el proceso de
maternidad?”.
“En su relación de pareja, ¿quién de los dos
asume un rol más femenino?”.
6. La suposición de que “No puedes comenzar tu tránsito quirúrgico sin
todo individuo LGBT+ tener un acompañamiento psicoterapéutico”.
necesita psicoterapia. “Es importante un acompañamiento psicológi-
co que dé apoyo al proceso de salir el closet”.
Atención psicológica y psiquiátrica culturalmente competente 783
Categorías de
Comentarios, preguntas o actitudes
microagresión LGBT-
para autoevaluar
fóbica en psicoterapia
7. Advertencias sobre “Quisiera que habláramos sobre los riesgos, que
los potenciales daños son altos, ahora que te defines abiertamente
de identificarse como como gay, porque es importante que los ten-
LGBT+. gas en consideración a la hora de tomar esta
decisión”.
“¿Tienes claras las señales de un cuadro con
sintomatología depresiva? Ahora que has des-
cubierto ser una persona trans, es fundamental
que las conozcas, ya que es la población más
vulnerable dentro de tu comunidad”.
3
El uso de la “e” para acompañar o reemplazar el uso de la “o” y la “a” en nombres,
pronombres, adjetivos y participios (ej. voluntaries) incluye y permite nombrar y re-
presentar a personas de género no binario y trans dentro de los discursos.
Atención psicológica y psiquiátrica culturalmente competente 785
Observación de
Factor de riesgo Evaluación del riesgo
manifestaciones
Estigma • Pensamientos auto-des- • Explorar sobre:
internalizado calificadores, prejuicios • Ideas propias o de su con-
sociales hacia las personas texto cercano acerca de
LGBT+ vistos como verdades las identidades sexuales.
indiscutibles.
• Sensación de culpa
• Autoexclusión, vergüen- o vergüenza atribui-
za, culpa, miedo, baja da a su identidad o
autoestima. comportamiento.
• Autolesiones, conductas • Pensamientos o intentos
sexuales de riesgo, conductas suicidas en el tiempo.
de riesgo en consumo de
drogas y alcohol.
• Pensamientos o gestos sui-
cidas asociados con la propia
identidad.
Desesperanza • Verbalizaciones de no ver un • Explorar proyecto de vida
futuro posible siendo una a corto, mediano y largo
persona LGBT+. plazo.
• Sensación de no poder ser fe-
liz siendo una persona LGBT+.
• Síntomas depresivos y
ansiosos.
Rechazo • No se habla o no se pregunta • Explorar las reacciones de
familiar a la persona sobre su vida de la familia al develar una
pareja en su entorno familiar. orientación sexual o iden-
• Violencia verbal. tidad de género diversa.
• Violencia física. • Explorar el lenguaje
utilizado al interior de la
• Negligencia en cobertura de familia para referirse a
necesidades básicas. la persona o a personas
LGBT+.
Miedo al recha- • Temor a que alguno o varios • Explorar fantasías o creen-
zo familiar miembros de la familia cias respecto a las posibles
sepan de su identidad o reacciones de sus fami-
comportamiento. liares ante la develación
• Hipervigilancia de conductas de su orientación sexual
y lenguaje que ponga en o identidad de género
evidencia la identidad en el diversa.
contexto familiar. • Explorar las formas que
adquiere la hipervigilancia
y el ocultamiento en el
contexto familiar.
788 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Observación de
Factor de riesgo Evaluación del riesgo
manifestaciones
Rechazo social • Violencia física. • Explorar el contexto social
• Violencia verbal. en el que vive, estudia,
trabaja la persona.
• Invisibilización.
• Explorar normas y expec-
• Segregación. tativas sociales frente a
la diversidad sexual en su
contexto.
Acoso escolar • Violencia física motivada por • Explorar redes de apoyo
debido a Expre- la orientación sexual, identi- dentro de la escuela.
sión de género, dad de género o expresión de • Explorar relación con
identidad u género. pares.
orientación • Violencia verbal motivada por • Explorar situación recien-
sexual LGBT+ la orientación sexual, identi- te o antigua de acoso
dad de género o expresión de escolar.
género.
• Deserción escolar.
• Cambios en alimentación o
sueño.
• Cambios repentinos de
conducta.
• Insistencia en no querer asis-
tir a la escuela.
Experiencias • Desesperanza. • Explorar reacciones al
negativas al • Sensación de falta de apoyo. develar una orientación
develar orienta- sexual o identidad de
ción sexual • Experiencias de violencia género en el contexto
verbal. cercano.
• Experiencias de violencia
física.
Falta de • Rechazo, segregación, invi- • Explorar integración a la
apoyo de la sibilización, violencia física, comunidad y el trato tanto
comunidad violencia verbal. percibido como recibido.
Percepción • Temor para tomarse de la • Explorar temores, con-
de un entorno mano con la pareja. ductas, reacciones e
de discrimina- • Hipervigilancia en lugares interacciones con perso-
ción, rechazo o públicos; miedo de que nas que no conoce y en
invisibilzación se perciba su orientación espacios físicos públicos o
sexual, identidad de género o desconocidos.
conducta.
Atención psicológica y psiquiátrica culturalmente competente 789
ANEXO 1
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Atención psicológica y psiquiátrica culturalmente competente 795
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Comunicación de malas noticias 801
27
Comunicación de malas noticias
M. Luz Bascuñán 1
1
Departamento de Bioética y Humanidades Médicas,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
Comunicación de malas noticias 803
Introducción
1
Con el objeto de simplificar la lectura, en lo sucesivo se utiliza ciertos sustantivos en
género masculino (ej: el paciente, médico, autor), en el entendido que se trata de un
género gramatical inclusivo de toda persona que se encuentre en tales roles.
804 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Protocolización de la CMN
la CMN (Bowman et al., 2018). Por su parte, en nuestro medio los pa-
cientes suelen consultar acompañados. Por esta razón, desarrollar habi-
lidades de manejo grupal es crucial, especialmente en atención primaria
en que se atiende a familiares y conocidos por generaciones.
Si bien los protocolos para la CMN han sido beneficiosos, parti-
cularmente al estructurar el proceso comunicativo y generar confianza
y seguridad en los profesionales, también han generado dificultades al
rigidizar, mecanizar y estandarizar un proceso de vinculación humana
esencialmente único y espontáneo. Los protocolos para la CMN deben
entenderse como orientaciones generales que requieren del juicio y pru-
dencia del profesional para tomar el curso de acción más conveniente en
cada ocasión. Por el contrario, si los protocolos se conciben como recetas
a seguir, tendremos como resultado la desvinculación y distanciamiento
del profesional respecto del momento que vive, de la persona que está en
frente y de su propia experiencia.
Genuinidad y reflexibidad
Comentarios finales
Referencias
28
Urgencias de salud mental
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Facultad de Medicina, Universidad de Chile
2
Instituto Psiquiátrico Dr. José Horwitz Barak, Servicio de
Urgencia, Recoleta, Santiago, Chile
Urgencias de salud mental 817
Introducción1
1
Usaremos el masculino genérico para evitar un exceso de signos lexicales para indicar
el género.
818 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Criterios SÍ NO
S: Sexo masculino
A: Edad: menor de 20 años o mayor de 45
D: Depresión
P: Tentativa suicida previa
E: Abuso de alcohol
R: Falta de pensamiento racional
(psicosis o trastorno cognitivo)
S: Carencia de apoyo social
O: Plan organizado de suicidio
N: No pareja o cónyuge
S: Enfermedad somática
Puntuación
Valoración:
Se mide su ausencia o presencia. Cada ítem asigna 1 si está presente o 0 si
está ausente.
De 0 a 2: Alta médica al domicilio con seguimiento ambulatorio.
De 3 a 4: Seguimiento ambulatorio intensivo, considerar ingreso.
De 5 a 6: Recomendado ingreso sobre todo si hay ausencia de apoyo social.
De 7 a 10: Ingreso obligado incluso en contra de su voluntad.
compensada y puede ser manejada tanto con el arsenal como con los
recursos de personal con que se cuenta en APS. Por el contrario, todo
paciente con un riesgo moderado debe ser derivado a atención secundaria
y, si en la entrevista se detecta un riesgo alto de suicidio, ese paciente debe
ser referido de forma urgente a evaluación con un psiquiatra de urgencias.
Es de importancia mencionar que dentro del Programa Nacional
de Prevención del Suicidio hay distintos recursos disponibles para con-
tribuir al adecuado cuidado de los pacientes suicidales, como son la visi-
ta domiciliaria post-alta o el boletín epidemiológico de notificación de
intento suicida. Este último busca, además de generar un adecuado flujo
de información para toma de decisiones, visibilizar la magnitud del pro-
blema al que nos vemos enfrentados, con los aumentos vaticinados a los
que se deberá hacer frente con los mismos recursos (MINSAL, 2013).
De manera gradual se ha ido incorporando la implementación de
controles intensivos a través de telemedicina, la que surge como una
adecuada herramienta para el abordaje de alguno de estos pacientes.
Conclusiones
Referencias
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Urgencias de salud mental 833
Duelo
29
Arturo Roizblatt 1
Paula Thomassen 2
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Facultad de Medicina Universidad de Chile
2
Centro de Salud Familiar Dr. Alfonso Leng, Providencia,
Santiago, Chile
Duelo 837
Introducción
Caso
Motivo de consulta
Acude a Medicina General de un Centro de Salud Familiar (CESFAM), des-
pués de tres meses de fallecido su padre, por presentar desánimo, culpa,
mucha angustia, llanto descontrolado. Sin alteración del apetito y sueño
normal. Sin antecedentes psiquiátricos previos.
La paciente refiere que no ha podido desahogarse con nadie, por-
que carece de red social en Chile. Acepta que durante un largo período
no percibió la eventualidad del desenlace de la muerte de su padre, lo
que la hace sentir culpa y expresa no haber estado preparada para afron-
tar una pérdida tan cercana. No obstante tener poca motivación para el
trabajo, ha continuado en actividades normales y, a medida que pasa el
tiempo, tiene períodos en que el ánimo ha mejorado, en que se siente
más tranquila y con planes de visitar a su madre cuando se normalicen
los vuelos al exterior.
Según lo que expresa, la paciente está viviendo un duelo que se po-
dría considerar como normal. Se la deriva a psicóloga para una interven-
ción breve y a un Grupo de Duelo. Se sugiere desarrollar actividad física.
838 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Es habitual en APS ver cursando duelos a personas que habían sido ad-
vertidas por su tratante respecto de situaciones que podrían ocurrir: un
fumador con cáncer pulmonar, un diabético mal cuidado que requiere
una amputación, un drogadicto cuya esposa decide la separación porque
él no desea tratarse. En estas situaciones, contratransferencialmente se
puede elicitar rabia en el tratante y llevarlo a decir: “Yo le dije, yo le ad-
vertí”. Es entendible tal reacción, pero con ella no se le da “derecho” al
paciente a manifestar sus emociones, lo cual debe evitarse con el objeto
de favorecer una relación empática.
sin embargo, con el tiempo lo adaptó para dar cuenta de cualquier tipo de
duelo, señalando que, generalmente, se experimentan al menos dos de las
cinco etapas; sin embargo, es posible que algunas personas pueden volver
a vivir algunas de ellas, a lo largo de la vida. Las etapas señaladas son:
X Conmoción y confusión.
X Ira manifestada en juegos violentos, pesadillas, irritabilidad, rabie-
tas excesivas.
X Enojo con otros miembros de la familia.
X Miedo importante a perder al otro progenitor/cuidador que aún
sigue vivo.
X Regresión a etapas previas de desarrollo: actuar de manera infantil,
demandar mucha atención, hablar como bebé, etc.
X En ciertas ocasiones, pueden sentirse culpables de la muerte por
haber dicho cosas como “Ojalá te mueras, te odio, no quiero verte
nunca más”.
X Tristeza que se manifiesta en insomnio, miedo a estar solo, inape-
tencia, falta de interés por lo que antes gustaba, bajo rendimiento
escolar y deseos de irse con la persona fallecida.
Referencias
Suicidalidad
30
Pablo Salinas 1
Danissa Alé 2
Pedro Retamal 1
1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Campus
Oriente, Facultad de Medicina, Universidad de Chile
2
Servicio de Psiquiatría, Hospital Del Salvador, Santiago,
Chile.
Suicidalidad 861
Introducción
Prevalencia e impacto
Los factores de riesgo en suicidio, así como los mediadores, son múl-
tiples y se encuentran a distintos niveles y escalas de tiempo, haciendo
que el construir un modelo predictor de riesgo sea muy complejo, por lo
que desde hace un tiempo se intenta crearlos con la ayudad de machi-
ne learning o inteligencia artificial (Gradus et al., 2020). Se estima que
un intento de suicidio previo, así como el antecedente de abuso sexual
o trauma psicológico en la infancia, serían los factores predisponentes
más importantes de suicidio consumado. A continuación, describimos
brevemente los factores de riesgo más frecuentes y estudiados:
Factores precipitantes
Medidas universales
Intervenciones selectivas
Intervenciones indicadas
pueden ser útiles, pero siempre deben ser integrados a la evaluación clí-
nica global.
Para el médico general es importante conocer los escenarios en que
es imprescindible una evaluación de la suicidalidad (Tabla 1). Los es-
cenarios referidos resultan relevantes, ya que el último contacto clínico
para la mayoría de las personas que mueren por suicidio suele ser el ser-
vicio de urgencias (SU) o la atención primaria (Ahmedani et al., 2014).
Se entiende por crisis suicida aquel lapso breve en que el riesgo de
suicidio escala rápidamente y de manera difícil de predecir. Puede in-
cluir o no un intento de suicidio y, generalmente, hay síntomas clínicos
severos, con ideación, intención, planes, preparación y conductas suici-
das (“Practice Guideline for the Assessment and Treatment of Patients
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876 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
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Disfunciones sexuales 883
Disfunciones sexuales
31
Alex Oksenberg 1,3
Roberto Ruiz 2,3
1
Asociación Psicoanalítica de Santiago (APSAN), Chile
2
Asociación Psicoanalítica Chilena (APCh)
3
Centro Chileno de Sexualidad
Disfunciones sexuales 885
Introducción
En Kaplan, H. y Sadok, B. Sinopsis de Psiquiatría. Capítulos 21: Sexualidad humana 21-2. Alteraciones
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888 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
Viñeta comprensiva
Viñeta comprensiva
Viñeta comprensiva
GGP, una mujer de rostro sonriente y tenso, viene a consultar con eviden-
te temor. Tiene una pareja muy cariñosa que la ama. El problema está en
que la paciente, aunque alcanza el orgasmo, no se lubrica; además, tras
el acto sexual se separa y corre a lavar su vulva. No quiere que él la toque
ni la abrace. Tampoco le gusta que le toque ni chupe los pechos. Los be-
sos le dan asco, salvo que esté tranquila y excitada.
Accede a la relación sexual para no perder a su pareja, pero lo hace
a contrapelo y con la evidente intención de no frustrar. Si bien siente un
orgasmo en el clítoris, como una descarga eléctrica en la vulva, lo siente
como una caída en crisis desde el acmé de excitación a una sensación de
desagrado hacia el hombre que quiere.
De su historia de vida vemos que fue abusada por una tía en su
segunda infancia durante varios años, disfrutando mucho de esos con-
tactos. Existe un conflicto psíquico importante tras estas experiencias
sexuales tempranas.
En el tratamiento, los ejercicios de desarrollo de su imaginario eró-
tico, sin enjuiciar las experiencias homosexuales y viéndolas como las
propias de una niña lactante, le permiten desalojar el rechazo a la rela-
ción heterosexual e irse cambiando de vía; ello, gracias al desarrollo de
un imaginario erótico integrador. Finalmente, ella logró una buena ex-
presión de su afecto y la emergencia de su cálida feminidad, sin volver a
la respuesta sexual orgásmica en “corto circuito”.
5) Vaginismo
Viñeta comprensiva
LBB tiene 29 años de edad. Consulta porque nunca ha podido ser pene-
trada, a pesar de su intenso deseo de tener relaciones sexuales comple-
tas con su marido.
De pequeña, a sus nueve años se queda a vivir con su abuelo ma-
terno, quién enviuda y se alcoholiza. Llegaba tarde de su trabajo, com-
pletamente ebrio. Vomitaba, se orinaba y defecaba, la niña lo aseaba y
acosaba. Diagnosticada como epiléptica por crisis epileptiformes, vemos
que no son tales y se le retira paulatinamente una polifarmacia que venía
tomando desde hacía años.
Tras algunas entrevistas de estudio psiquiátricas y de diagnóstico
diferencial se hace partícipe a su marido e inician los ejercicios recién
descritos. Tranquilizada por la comprensión de la difícil convivencia en
que fue dejada por sus padres, logra un óptimo resultado pudiendo reci-
bir la penetración y queda embarazada al poco tiempo.
896 SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA EN LA PRÁCTICA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
6) Vulvodinia
7) Dispareunia
Causas de la dispareunia
Disfunciones orgásmicas
8) Eyaculación precoz
siente un orgasmo trunco, indeseable y que lo hace sentir tan mal que
puede comenzar a evitar el coito. También se puede haber sufrido una
disfunción eréctil, al intentar seguir con un segundo acto sexual, a pesar
de la fase refractaria normal que sigue a la eyaculación. Así es como eya-
cula y siente desagrado en vez de placer, al ver además su incapacidad de
gratificar a su pareja por medio del coito.
El pronóstico es de un 98 % de éxito y requiere de un ejercicio de
refuerzo al mes. La posición de la mujer a horcajadas suele ser la mejor
para este fin.
Viñeta comprensiva
DEC y FLL, están casados hace quince años y D ha sido eyaculador pre-
coz desde siempre. Refiere haberse masturbado a escondidas y muy rá-
pido, para que no lo pillaran sus padres, porque lo castigaron a correazos.
Él ha realizado varios tratamientos psicofarmacológicos y conductuales
sin mejoría. F ha aprendido a tener orgasmos por estimulación manual
u oral del clítoris y ocasionalmente por penetración vaginal, cuando es-
taba muy excitada sexualmente. Se conocieron en la enseñanza básica y,
aunque estuvieron separados y con otros pololeos (noviazgos), siguieron
encontrándose e intimando cada vez que se veían. Siempre se gustaron
mucho y disfrutaban de su relación.
La terapia se explicó con detalle a ambos y se aclararon los ejerci-
cios en su sentido biológico, fisiológico, psicológico y sociológico, paso
a paso. Se realizaron dos entrevistas individuales para el estudio clínico
diagnóstico de cada uno, y una más para compartir detalles de la indi-
cación sexológica. Tras ello, doce ejercicios que fueron analizados uno a
uno en sesiones de psicoterapia conjunta. El acatamiento de esta pareja
al tratamiento fue ejemplar. No se usó ninguna medicación. El resultado
fue óptimo y el seguimiento lo confirmó.
9) Eyaculación retardada
Prevalencia: 5 %
Cuando el hombre siente que vienen por él, ella suelta el pene y lo deja
para que él le dé los enviones coitales fuertes, con mayor fricción en el
introito vaginal hasta alcanzar el orgasmo, la “petite morte” de los fran-
ceses. También puede ser que se logre mayor roce si la mujer mantiene
las piernas juntas.
Psicodinámicamente, a veces la disfunción o las resistencias a la
terapia surgen por conflictos por temor al compromiso con la mujer, y
sus conflictos asociados, centrados en la hostilidad y los impulsos sá-
dicos contra la mujer. Conviene dejar esto señalado para una ulterior
psicoterapia con él. Con un trabajo completo, en la mayoría de los casos
el resultado es positivo y no se presentan recaídas.
Viñeta comprensiva
KEE y ONP, casados hace 35 años, padecen por una disfunción eréctil y
eyaculación retardada desde hace quince años. O, la esposa, ya no quiere
tener relaciones sexuales. K siente que las erecciones son casi imposi-
bles desde hace un año y medio. “Parto súper bien y estoy todo el rato
pendiente de si va a resultar o no. Pierdo la conexión con la parte física y
luego la ansiedad me lleva a la desconexión con mi señora. La posibilidad
de funcionar se hace imposible”.
O está muy frustrada, nunca se ha masturbado y sólo llega al orgas-
mo en el coito. Dice que él evita tratarse y hace como si nada sucediera. K
ha buscado ayuda y tomado muchos medicamentos sin resultado.
Hoy, al cumplir la terapia, hicieron catorce ejercicios, K no perdió
más la erección ni dejó de eyacular en la vagina. Ella está aliviada y con-
tenta de haber terminado con el círculo vicioso en que entraban y de
donde no salieron por tantos años.
Viñeta comprensiva
Glosario técnico
Referencias
1
Instituto Milenio para la investigación del Cuidado
(MICARE)
2
Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y
Personalidad (MIDAP)
3
Facultad de Enfermería, Universidad Andrés Bello,
Santiago, Chile
4
Department of Behavioral Science and Health, University
College London, UK
5
Núcleo Milenio en Sociomedicina (SocioMed)
Cambios psicológicos de las personas mayores y el rol de atención primaria 907
Introducción
Sabias que…?
2. Resiliencia
3. Metas de vida
Si bien existen cambios que son normales a medida que avanza la edad
y que las personas mayores son capaces de vivir una vida funcional, in-
cluso cuando existen enfermedades, hay ocasiones en que el aumento
de enfermedades crónicas y otros factores deterioran la calidad de vida
de las personas. El deterioro de la funcionalidad puede mantenerse en
niveles leves o avanzar hasta la total dependencia. Las estrategias de
salud en el mundo y en Chile están orientadas a prevenir el deterioro de
la funcionalidad, para reducir de esa manera los años vividos con dis-
capacidad. Las enfermedades no transmisibles (ENTs), cuya frecuencia
Cambios psicológicos de las personas mayores y el rol de atención primaria 913
Depresión
Ansiedad
Pobreza multidimensional
Estigma en la demencia
Viñeta
Referencias
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J.P. JIMÉNEZ - J. ACUÑA - A. BOTTO
Este libro es una completa guía destinada Se calcula que una de cada seis personas de la Región de
a los profesionales que trabajan en el nivel las Américas sufre algún problema de salud mental. Muchas SALUD MENTAL
de la Atención Primaria de Salud (APS) y
que durante su práctica diaria se ven en-
otras no han sido diagnosticadas o no cumplen con los
criterios de un trastorno de salud mental, a pesar de las
Y PSIQUIATRÍA
frentados a problemas de salud mental y dificultades reales que experimentan en relación a su salud EN LA PRÁCTICA
a cuadros clínico-psiquiátricos que exigen
capacidad diagnóstica y resolutiva.
mental y a su bienestar. Además de soportar la carga que DE ATENCIÓN
suponen las enfermedades en sí mismas, estas personas
Pretende servir a la práctica cotidiana
y sus seres queridos se enfrentan a multitud de obstáculos, PRIMARIA
del diagnóstico y al manejo de los tras-
tornos mentales y de las consultas en el
como la falta de acceso a una atención de salud mental DE SALUD
sistema de APS que, si bien no correspon-
asequible y de calidad, la estigmatización y la discrimina-
ción, la marginación y el aislamiento de sus comunidades, JUAN PABLO JIMÉNEZ
den a enfermedades categóricas, inciden e
impactan la salud mental de la población y las violaciones de sus derechos humanos. JULIA ACUÑA
Este libro, fruto de un proyecto liderado por el Instituto ALBERTO BOTTO