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 Profesor: Carlos Nicora

 Fecha: 15/12/2023

Bibliografía:

1. Vitale, Alejandra: El estudio de los signos. Peirce y Sausurre, Bs As, Eudeba,


2016, cap. 1
2. Schleifer, Pablo: Sobre lo ideológico. Una mirada desde la semiótica, en línea:
https://perio.unlp.edu.ar/ojs/index.php/question/article/view/494
3. Chandler, Daniel: Semiótica para principiantes, Quito, Abyt-Yala, 1998. Cap. 6 y
8. (Adaptado por la cátedra).
4. Prestigiacomo, Raquel: El discurso de la publicidad, Buenos Aires, Colihue, 1999.
Cap. 4 y 6
5. Braga, M. Laura: La teoría semiológica de Verón, en Victorino Zecchetto, Mabel
Marro, Karina Vicente (comp.): “Seis semiólogos en busca del lector”, ePub r1.0,
turolero, 09.06.2015.
6. AA. VV: Argumentación, en línea: çhttps://concepto.de/ejemplos-de-argumentos
/#ixzz 7YBFpnIRR

BLOQUE 1

La semiótica de Peirce. La faneroscopía. El signo triádico: objeto, representante e


interpretante. Tipos de signos: ícono, índice y símbolo Las categorías semióticas:
primeridad, segundidad y terceridad. Semiosis ilimitada. Los tres modos de la
inferencia: deducción, inducción, abducción.
Vitale, Alejandra, El estudio de los signos

Charles Sanders Peirce (1839-1914), en tanto filósofo, lógico y epistemólogo, dialogó


con la filosofía (se colocó del lado de Duns Escoto contra los nominalistas, se opuso a la
noción de evidencia de Descartes y partió de Kant para su teoría de las categorías), pero
también con la matemática y la física, de las que tenía gran conocimiento.

La teoría de Peirce no despertó el reconocimiento de sus pares, muere en la pobreza y


desconocido y su obra fue publicada de manera póstuma.

Buscó construir y fundamentar una teoría de los signos como el marco para una teoría del
conocimiento, La semiótica de Pierce tiene una perspectiva filosófica pues constituye una
teoría de la realidad y del conocimiento que podemos tener de ella por el medio exclusivo
del que disponemos los signos

Para Peirce, la semiótica es equiparable a la lógica.

La semiótica tiene como objeto de estudio la semiosis, es decir, de inferencia mediante el


cual a un signo (llamado representamen) se le atribuye un objeto a partir de otro signo
(llamo interpretante) que remite al mismo objeto. Este proceso, lo hacemos en todo
momento de la vida, mientras que la semiótica constituye la teoría de esa experiencia.

El signo, representamen o representante

Cualidad material (una secuencia de letras o de sonidos, una forma, un color, un olor, etc)
que está en lugar de otra cosa, su objeto, de modo que despierta en la mente de alguien
un signo equivalente o más desarrollado que se denomina interpretante, que aclara lo que
significa el representante y que a su vez representa el mismo objeto.

 Definición de Peirce: Un signo o representamen, es algo que, para alguien,


representa o se refiere a algo en algún aspecto o sentido.

El representamen está en lugar de ese objeto, no en todos los aspectos, sino sólo con
referencia a una suerte de idea, lo que se llama fundamento del representamen.

Condiciones para que algo sea un signo:


1. Debe tener cualidades que sirvan para distinguirlo, ej una palabra debe tener un
sonido particular deferente del sonido de otra palabra (condición necesaria pero
no suficiente).
2. Debe tener un objeto y un interpretante (segunda condición necesaria pero no
suficiente).
3. La relación semiótica debe ser triádica, comportar un representamen que debe ser
reconocido como el signo de un objeto a través de un interpretante (tercera
condición necesaria y suficiente).

El interpretante

Es otro signo que refiere al mismo objeto que el representamen. Un signo tiene tres
interpretantes:

1. Interpretante inmediato: es el concepto o significado que comporta todo signo


independientemente de su contexto y de las circunstancias de su enunciación. Es
una abstracción, consiste en una posibilidad.
2. Interpretante dinámico: es el efecto particular que un signo provoca en la mente
de un intérprete en una situación concreta de enunciación, en un contexto
determinado de utilización.
3. Interpretante final: es el interpretante pensado como un hábito que hace posible la
interpretación recurrente y estable de un signo. Presupone los otros dos
interpretantes. Permite que ante un signo cualquier mente llegue a un único
resultado interpretativo.

Estos tres interpretantes son distinguidos desde un punto de vista teórico, pero son tres
instancias de la interpretación de un signo que funcionan simultáneamente en un acto de
semiosis.

El objeto

Es aquello representado por el signo. Un mismo sigo puede tener dos objetos. A su vez,
Peirce distingue en el objeto dos tipos:
1. Objeto inmediato: es el objeto tal como es representado por el signo mismo y cuye
ser es dependiente de la representación de él en el signo
2. Objeto dinámico: es la realidad que arbitra la forma de determinar el Signo a su
representación. Tiene una existencia independiente respecto del signo, pero para
que el signo pueda representarlo, este objeto debe tener algo conocido por el
intérprete, es decir, debe tener de él un conocimiento colateral que es el resultado
de semiosis anteriores.

Pragmaticismo

Principio según el cual la creencia en la verdad de un concepto determina hábitos de


conducta. Primeramente, Peirce lo llama pragmatismo, pero luego emplea el término
pragmaticismo para diferenciarlo de otras corrientes distintas.

El fundamento del representamen

Es uno o varios rasgos o atributos de un objeto que permiten identificarlo, es decir, los
rasgos distintivos que lo diferencian de otros objetos. Es este fundamento del
representamen lo que construye al objeto inmediato, es decir que el signo instituye al
objeto inmediato por medio del fundamento.

La semiosis infinita

Un signo no está aislado, sino que integra una cadena de semiosis: cada signo es a la vez
interpretante del que lo antecede e interpretado por el que le sigue. Como todos los
pensamientos son signos, también se remiten unos a otros: “Todos los pensamientos
deben dirigirse ellos mismos a otros pensamientos, puesto que tal es la esencia del signo”

Todo conocimiento está determinado por otros conocimientos.

Un interpretante es en general un signo más desarrollado que el representamen. La


semiosis es virtualmente infinita.

Fanerón y sus categorías


El termino faneroscopía deriva de Fanerón, equivalente a lo que los filósofos ingleses
llamaron “ideas”, entendido por Peirce como “todo lo que está presente en la mente, del
modo o en el sentido que sea, corresponda a algo real o no”. Peirce postula tres categorías,
tres maneras en que el Fanerón está presente en la mente:

1. Primeridad: implica considerar algo tal como es sin referencia a ninguna otra cosa.
Peirce da como ejemplo la cualidad tomada independientemente de cualquier
realización existencial; en tanto tal, es una pura posibilidad indeterminada como
la dureza, lo áspero, el rojo o cualquier otro color antes de estar manifestados en
un objeto. En el signo, el representamen se corresponde con la categoría de
primeridad.
2. Segundidad: implica considerar a algo tal como es pero en relación con otra cosa.
Peirce vincula la categoría de la segundidad con la idea de existencia y de hecho
en bruto. En el signo, el objeto se corresponde con la categoría de la segundidad,
la de existencia, pero si nos limitáramos a la relación diádica entre un primero (el
representamen) y un segundo (el objeto) nos encontraríamos ante una relación sin
regularidad.
3. Terceridad: es la que hace posible la ley y la regularidad. En el signo, el
interpretante se corresponde con la categoría de terceridad, pues constituye una
ley que pone en relación a un primero (el representamen) con un segundo (el
objeto) con el que él mismo está en relación.

Tipos de signos

Los tres constituyentes de la semiosis son a su vez tricotomizados por Peirce sobre la base
de las tres categorías faneroscópicas, a partir de lo que se obtienen tres tipos de signos (de
los cuales solo detallaremos lo tres vistos en la cursada): cualisigno, sinsigno, legisigno,
icono, índice, símbolo, rema, dicente y argumento.

La siguiente división, según Peirce, depende de las diferentes relaciones posibles de un


signo con su objeto dinámico:

1. Ícono: signo que entabla una relación de semejanza con su objeto, como una
fotografía o un dibujo. En tanto primeridad, un icono es un representamen que por
su cualidad es similar a su objeto, aquello a lo que sustituye. Peirce distingue los
siguientes tipos de íconos:
 Las imágenes: comparten cualidades simples del objeto.
 Los diagramas: comparten relaciones de las partes de su objeto por
medio de relaciones análogas entre sus propias partes.
 Las metáforas: guardan un paralelismo con su objeto.
2. Índice: signo que entabla con el objeto una relación existencial. Carecen de
parecido con su objeto, refieren a entes individuales y dirigen la atención a sus
objetos por una compulsión ciega. Desde el punto de vista psicológico, agrega
Peirce, la acción de los índices depende de asociaciones por contigüidad, y no de
asociaciones por parecido.
3. Símbolo: refiere a su objeto dinámico por convención, hábito o ley. Los signos
que integran un sistema convencional, que responden a una ley que les asigna un
interpretante y los relaciona con un objeto, son símbolos. En la cadena de la
semiosis infinita, los símbolos remiten a otros símbolos. Pero esta semiosis es
social y es histórica, de allí que el significado de los símbolos se modifique con el
tiempo y con el uso.

Conocimiento de la realidad

Un conocimiento remite a otro conocimiento y el objeto del signo es también un signo en


tanto pensado en semiosis anteriores. La semiosis infinita no es por lo tanto una propiedad
exclusiva del conocer, sino además y al mismo tiempo una propiedad de lo real. Peirce
distingue entre las cogniciones verdaderas (cuyos objetos son reales) y las cogniciones
falsas (objetos irreales). Ahora bien, para Peirce, lo real es el acuerdo, el consenso de una
comunidad sobre lo que es considerado públicamente verdadero y que determina hábitos
de conducta.

Por esto, la noción de comunidad resulta clave porque ella es la fuente de legitimidad de
la verdad y de lo real. La comunidad homogénea tiende indefinidamente a la verdad
porque, para Peirce, la ciencia es siempre prospectiva y la cadena de semiosis implica un
aumento del conocimiento sobre el objeto representado.

Tipos de inferencias

La verdad se construye a través de la cultura, a través del lenguaje; todo conocimiento


surge de un proceso de inferencia, no de intuición. O sea, la verdad es una inferencia., es
decir modos de conocimiento para relacionar el representamen con el objeto, del
interpretante. Peirce postula tres tipos lógicos de inferencia que hace corresponder con
las categorías de primeridad, segundidad y terceridad:

1. Abducción: consiste en elaborar una conjetura, en plantear una hipótesis


explicativa como base de un razonamiento. Se corresponde con la primeridad, y
también con la iconicidad ya que la hipótesis se basa en alguna cualidad.
Responde al esquema: RESULTADO – REGLA – CASO.
2. Inducción: presupone que es verdad todo un conjunto lo que es verdad de un
número de casos del mismo, tomados aleatoriamente. Se corresponde con la
segundidad y con la indicialidad ya que se sostiene sobre una base indicial.
Responde al esquema: CASO – RESULTADO – REGLA.
3. Deducción: el punto de partida es una ley general, por lo que se corresponde con
la terceridad y con el símbolo. Responde al esquema: REGLA – CASO –
RESULTADO.

Peirce se opone al postulado positivista de la primacía de la inducción en el proceso de


conocimiento, pues la inducción no puede generar una idea nueva (ni tampoco la
deducción). Por ello plantea que todas las ideas novedosas de la ciencia nacen gracias a
la abducción, cuyo fruto es la postulación de una ley.

Resumen para el primer parcial

El signo, según Charles Peirce, es la representación de un objeto que se encuentra ausente;


"el signo está en lugar de un objeto por algo, para alguien, en algún aspecto o sentido".

Este signo está compuesto por tres elementos: el representamen, el objeto y el


interpretante.

•REPRESENTAMEN: Es el signo en sí mismo. Representa o se refiere a algo en algún


aspecto o sentido. El representamen no es completo, sino que sólo representa una suerte
de idea a la que Pierce denomina el fundamento del representamen, el cual es uno o varios
rasgos que permiten identificarlo al objeto, diferenciarlo de otros objetos. Corresponde a
la primeridad y se relaciona con el icono y la abducción.
•OBJETO: Es aquello representado por el signo. Los signos pueden tener más de un
objeto, pero, para facilitar su estudio, lo asociaremos a uno solo. Se vincula con la
segundidad, el índice y la inducción. Pierce distingue el objeto en dos tipos: el objeto
inmediato (el objeto tal como es representado parcialmente por el signo, interno al signo)
y el objeto dinámico (objeto real, externo al signo, parte de semiosis anteriores). Cuando
un mismo OD puede vincularse con dos o más OI distintos nos hayamos frente a una
construcción semiótica. Por ejemplo: las expresiones "Mardel", "La Feliz" y "La Perla
del Atlántico" referencian a la ciudad de Mar del Plata.

•INTERPRETANTE: Es otro signo, más desarrollado, que refiere al mismo objeto que el
representamen. Se vincula con la terceridad, el símbolo y la deducción. Hay tres tipos de
interpretantes:

El interpretante inmediato, el cual es el concepto o significado que permite relacionar un


signo con un objeto sin considerar una situación comunicativa concreta,
independientemente del contexto. Son abstracciones. Ej: Sonido

El interpretante dinámico, trata del efecto que un signo provoca en la mente de un


intérprete particular en una situación concreta, en un contexto determinado. Ej: Timbre

El interpretante final es el efecto que el signo produciría sobre cualquier intérprete. Es el


resultado de un hábito, es decir, la tendencia a actuar de manera similar en situaciones
similares. Ej: Abrir la puerta

Peirce reconoce tres categorías semioticas, las cuales son tres modos de ser del fanerón
(o ideas):

•La primeridad se relaciona con la abstracción y lo posible, implica considerar algo tal
como es sin referenciar a ninguna otra cosa. Ej: Negrura. Se vincula con el representamen,
el icono y la abducción.

•La segundidad se vincula con la idea de existencia y de hecho en bruto, es la relación, la


materialización entre lo abstracto y lo concreto. Tiene relación con el objeto, el índice y
la inducción. Ej: Velo negro

•La terceridad se vincula con el hábito o ley. Para que se consolide la ley, la segundidad
debe repetirse más de una vez. Tiene relación con el interpretante, el símbolo y la
deducción. Ej: Velo negro de una viuda
Peirce menciona varios tipos de signo, de los cuales destacamos tres:

•El ícono el cual es un signo que entabla una relación de semejanza. Corresponde a la
primeridad y lo relacionamos con el representante y la abducción. Ej: un dibujo realista
de un animal.

•El índice es un signo que entabla con el objeto una relación existencial, está en lugar de
un objeto por contigüidad o metonimia. Corresponde a la segundidad y lo relacionamos
con el objeto y la inducción. Ej: Indicador de batería del celular.

•El símbolo es un signo en lugar de otro por medio de una convención, hábito o ley. El
símbolo es arbitrario ya que en principio los elementos no guardaban relación.
Corresponde a la terceridad y lo relacionamos con el interpretante y la deducción. Ej: las
flechas verdes formando un triángulo, simbolizan el reciclaje

Charles Peirce postula que los signos no están aislados, sino que integran una cadena:
cada signo es interpretante del que lo antecede e interpretado por el que le sigue. A esta
cadena de pensamientos (porque todos los pensamientos son signos) Peirce lo llama
semiosis infinita. Ahora bien, esta semiosis no una propiedad exclusiva del saber, sino
que también es una propiedad de lo real, es decir, en términos de Peirce, el consenso de
una comunidad sobre lo que es considerado verdadero y que determina hábitos de
conducta. La noción de comunidad es fundamental en esta teoría; esta comunidad
homogénea tiene indefinidamente a la verdad porque la cadena de semiosis implica un
aumento del conocimiento. Es por esto que decimos que "la verdad es una creencia" y
que "el conocimiento es social". Es así que Peirce concluye en que todo conocimiento
surge de un proceso de inferencia y postula tres tipos:

•La abducción consiste en plantear una hipótesis explicativa como base de razonamiento.
Se corresponde con la primeridad y con el ícono. Peirce postula que todas las ideas
novedosas de la ciencia nacen gracias a la abducción. Obedece al esquema:
RESULTADO. REGLA. CASO.

Ej: Este sahumerio tiene olor a limón

Todos sahumerios que tienen olor a limón son amarillos.


Este sahumerio es amarillo.

•La inducción presupone que es verdad de todo un conjunto lo que es verdad de un


número de casos del mismo, tomados aleatoriamente. Se corresponde con la segundidad
y el índice. Obedece al esquema: CASO. RESULTADO. REGLA.

Ej: Este sahumerio es amarillo.

Este sahumerio tiene olor a limón.

Todos los sahumerios que tienen olor a limón son amarillos.

•La deducción tiene como punto de partida una ley general, por lo que corresponde a la
terceridad y al símbolo. Obedece al esquema: REGLA. CASO. RESULTADO.

Ej: Todos los sahumerios que tienen olor a limón son amarillos.

Este sahumerio es amarillo.

Este sahumerio tiene olor a limón

BLOQUE 2

Teoría de los discursos sociales. La producción social y discursiva del sentido.


Gramática de producción- circulación- gramática de reconocimiento. Ideología y
poder en la teoría de la discursividad. Denotación y connotación. Los códigos como
ordenamiento de los mensajes y el sentido. El discurso publicitario: el resultado de
múltiples discursos y diferentes códigos. Retórica de la imagen denotada y la
connotada. Mensaje lingüístico y mensaje icónico.

Schleifer, Pablo: Sobre lo ideológico. Una mirada desde la semiótica

La teoría de los discursos sociales es un enfoque teórico que se centra en el estudio de la


producción de sentido en la sociedad a través del análisis de los discursos. Esta teoría
postula que todo fenómeno social es, en una de sus dimensiones constitutivas, un proceso
de producción de sentido, y que toda producción de sentido es necesariamente social y
discursiva.

La teoría de los discursos sociales considera que el discurso es el medio a través del cual
se construyen y transmiten las ideas, valores y creencias que sustentan la ideología y el
poder en la sociedad. Por lo tanto, el análisis de los discursos sociales se enfoca en
comprender cómo se producen, circulan y son interpretados los discursos en diferentes
contextos sociales, políticos y culturales.

Esta teoría también destaca la importancia de considerar los mecanismos de base de la


sociedad, es decir, los vínculos que el sentido mantiene con los fundamentos de la
sociedad, para comprender la relación entre el sentido, lo ideológico y el poder.

Las condiciones de producción son las determinaciones que dan cuenta de las
restricciones y posibilidades que se ponen en juego en la producción de un discurso. Estas
condiciones se refieren a los factores sociales, políticos, culturales, históricos y
económicos que influyen en la producción de sentido en la sociedad.

Según la teoría de los discursos sociales, toda producción de sentido es necesariamente


social y discursiva, y está influenciada por las condiciones de producción. Estas
condiciones pueden incluir factores como la posición social del hablante, el contexto
histórico y cultural en el que se produce el discurso, las normas y valores sociales, las
relaciones de poder y las estructuras sociales.

El análisis de las condiciones de producción es fundamental para comprender cómo se


construyen y transmiten los discursos en la sociedad, y cómo estos discursos están
influenciados por los factores sociales, políticos y culturales que los rodean. Además, el
análisis de las condiciones de producción permite identificar las restricciones y
posibilidades que se ponen en juego en la producción de un discurso, lo que puede ayudar
a comprender mejor su significado y su impacto en la sociedad.

La teoría de los discursos sociales postula que lo ideológico y el poder son conceptos
fundamentales que atraviesan la producción de sentido en la sociedad. Según esta teoría,
todo fenómeno social es, en una de sus dimensiones constitutivas, un proceso de
producción de sentido, y toda producción de sentido es necesariamente social y
discursiva. En este contexto, la relación entre lo ideológico y el poder se manifiesta a
través de la producción, circulación y reconocimiento de los discursos en la sociedad.

En la teoría de los discursos sociales, lo ideológico se refiere a la dimensión de análisis


de los fenómenos sociales que remite a los vínculos que el sentido mantiene con los
"mecanismos de base de la sociedad". Esto implica que la producción de sentido está
influenciada por las condiciones sociales, políticas, culturales e históricas que sustentan
la ideología en la sociedad. Por lo tanto, la producción de sentido se encuentra
intrínsecamente ligada a lo ideológico, ya que los discursos reflejan y reproducen las
ideas, valores y creencias que sustentan la ideología en la sociedad.

Por otro lado, el poder se manifiesta en la producción de sentido a través de los efectos
que los discursos tienen en el interior de las relaciones sociales. Según la teoría de los
discursos sociales, todo reconocimiento implica otra producción de sentido, lo que
significa que el poder se manifiesta en la capacidad de un discurso para influir en la
interpretación y recepción de otros discursos. Además, el poder de un discurso designa
los efectos que este tiene en el interior de las relaciones sociales, y estos efectos toman la
forma de otra producción de sentido. En este sentido, el poder se manifiesta a través de la
capacidad de un discurso para influir en la interpretación, recepción y reproducción de
otros discursos en la sociedad.

Según esta teoría, el sujeto es el punto de pasaje de las reglas de la producción y del
reconocimiento, y representa las mediaciones entre las condiciones de producción y los
procesos de producción, así como entre las condiciones de reconocimiento y los procesos
de reconocimiento.

En el contexto de la teoría de los discursos sociales, el sujeto no es un mero receptor


pasivo de los discursos, sino que es un agente activo que participa en la producción,
circulación y reconocimiento de los discursos en la sociedad. El sujeto se encuentra en el
centro de las dinámicas de producción de sentido, ya que es el punto de articulación entre
las condiciones sociales, políticas, culturales e históricas y los procesos de producción y
reconocimiento de los discursos.

Además, la noción de sujeto en la teoría de los discursos sociales también se relaciona


con la idea de que la producción de sentido está atravesada por lo inconsciente. Según
esta perspectiva, el sujeto no es un mero medio transparente, sino que es la fuente de
compulsiones que lo definen como tal. Esta idea se relaciona con la noción de que la
producción de sentido está influenciada por aspectos psicológicos y emocionales que
operan a un nivel inconsciente en la articulación de los discursos en la sociedad.

El subtítulo "La enunciación política" dentro de la teoría de los discursos sociales aborda
la forma en que se construyen y se llevan a cabo los discursos políticos en la sociedad.
Según esta perspectiva, el discurso político implica un campo discursivo que implica
enfrentamiento, ya que la enunciación política parece inseparable de la construcción de
un adversario.

Dentro del análisis del discurso político, se plantea la hipótesis de que el imaginario
político supone no menos de dos destinatarios: un destinatario positivo y un destinatario
negativo. Esto implica que el discurso político se dirige a ambos al mismo tiempo, lo que
revela la complejidad de las estrategias discursivas utilizadas en el ámbito político para
persuadir, convencer y movilizar a diferentes audiencias.

Además, se destaca que al hablar de "adversario", se está haciendo referencia a que todo
acto de enunciación política implica la existencia de otros actos de enunciación opuestos
al propio. Esta dinámica de confrontación y oposición es fundamental para comprender
cómo se construyen y se llevan a cabo los discursos políticos en la sociedad, ya que revela
la importancia de la argumentación, la persuasión y la movilización en el ámbito político.

Dentro del marco de la teoría de los discursos sociales, Verón introduce los conceptos de
prodestinatario, contradestinatario y paradestinatario para comprender las diferentes
posiciones de los destinatarios en el contexto de los discursos políticos.

1. Prodestinatario: Se refiere al destinatario positivo del discurso político. Este


prodestinatario es la posición que corresponde a un receptor que participa de las
mismas ideas, adhiere a los mismos valores y persigue los mismos objetivos que
el enunciador. En otras palabras, el prodestinatario es aquel que comparte la visión
y los intereses del enunciador, siendo un partidario activo del discurso político en
cuestión.
2. Contradestinatario: Este término designa al destinatario negativo del discurso
político. El contradestinatario representa la posición opuesta al enunciador, y su
relación con este reposa en la hipótesis de una inversión de la creencia. Lo que es
verdadero para el enunciador es falso para el contradestinatario, y viceversa. Esta
posición se caracteriza por una lectura destructiva del discurso, en la que se
establece una oposición a las ideas y valores expresados por el enunciador.
3. Paradestinatario: Este concepto se refiere a un tercer tipo de destinatario que
Verón sitúa en las democracias parlamentarias occidentales. Los paradestinatarios
pertenecen al grupo de lo que habitualmente se designa como "indecisos". A
diferencia de los prodestinatarios y contradestinatarios, los paradestinatarios se
distinguen en tanto que no participan activamente en la vida de un determinado
partido político. Esta posición se asocia con la presuposición de creencia y se
plantea como una hipótesis de suspensión de la creencia, ya que los
paradestinatarios se encuentran en una posición de indecisión respecto a las ideas
y propuestas políticas.

Dentro del marco de la teoría de los discursos sociales, las entidades en el plano del
enunciado se refieren a los elementos que intervienen en la construcción del discurso
político y en la articulación de las relaciones entre el enunciador y los destinatarios. Estas
entidades cumplen un papel fundamental en la configuración y la comprensión de los
discursos políticos, ya que contribuyen a la construcción de identidades colectivas, la
movilización de audiencias y la persuasión de los destinatarios. Las entidades en el plano
del enunciado pueden incluir:

1. Colectivos de identificación: Estas entidades hacen referencia a grupos sociales,


políticos o culturales con los cuales el enunciador busca establecer una relación.
Por ejemplo, expresiones como "nosotros, los comunistas" o "los trabajadores"
representan colectivos de identificación que son fundamentales en la construcción
del discurso político.
2. Metacolectivos: Estas entidades son aquellas que el enunciador ubica en el lugar
de recepción, como por ejemplo "trabajadores", "ciudadanos", "argentinos", entre
otros. Estos metacolectivos representan grupos más amplios o genéricos que son
destinatarios del discurso político y cuya movilización es relevante para el
enunciador.
3. Fórmulas o slogans: Estas expresiones semánticamente autónomas del contexto
discursivo, como "el cambio sin riesgos", "la otra política", "la decadencia", son
utilizadas habitualmente en afiches de publicidad de campañas electorales y
contribuyen a la construcción de una imagen o mensaje específico dentro del
discurso político.

Los componentes en el plano del enunciado se refieren a las modalidades a través de las
cuales el enunciador construye su red de relaciones con las entidades del imaginario
político. Estos componentes son fundamentales para comprender cómo se articulan y se
expresan las ideas, valores y propuestas dentro del discurso político, así como para
analizar las estrategias discursivas utilizadas para persuadir, convencer y movilizar a los
destinatarios. Los componentes en el plano del enunciado pueden incluir:

1. Componentes descriptivos: Estos componentes implican una lectura articulada del


pasado y del presente, y suelen presentarse en el discurso político a través de la
descripción de situaciones, contextos históricos o realidades sociales. Por
ejemplo, la articulación de la situación económica, social o política de un país en
un determinado momento.
2. Componentes didácticos: Corresponden a la modalidad del saber y enuncian una
verdad universal sin entrar en aspectos específicos. Estos componentes pueden
presentar principios generales o enunciar verdades que se pretenden universales
en el ámbito político.
3. Componentes prescriptivos: Instalan en los discursos políticos todo aquello que
corresponde a las reglas deontológicas, es decir, al orden del deber. Estos
componentes pueden incluir recomendaciones, normativas o directrices sobre
cómo se deberían abordar ciertas cuestiones políticas o sociales.
4. Componentes programáticos: Corresponden al orden del "poder hacer" y se
refieren a las promesas, anuncios y compromisos que los actores políticos realizan
en sus discursos. Estos componentes están relacionados con las propuestas y
planes de acción que se presentan en el discurso político.

Sintetizando todo el texto, podemos decir que enunciar una palabra política consiste
entonces en situarse a sí mismo y en situar tres tipos de destinatarios diferentes, por medio
de constataciones, explicaciones, prescripciones y promesas, respecto de las entidades del
imaginario: por un lado respecto de aquellas entidades con las cuales el enunciador busca
construir una relación —los metacolectivos— y por otro, respecto de la entidad que funda
la legitimidad de la toma de palabra, el colectivo de identificación.

Chandler, Daniel: Semiótica para principiantes, Quito, Abyt-Yala, 1998. Cap. 6 y


8. (Adaptado por la cátedra).
En la teoría semiótica, la denotación se refiere al significado definicional o "literal" de un
signo, mientras que la connotación se refiere a sus asociaciones socio-culturales y
personales, que pueden ser ideológicas, emocionales, etc. Ambos conceptos implican el
uso de códigos, pero la denotación tiene un consenso más amplio, mientras que las
connotaciones pueden variar más.

La denotación se considera el primer orden de significación, donde un signo consiste en


un significante y un significado, mientras que la connotación se considera el segundo
orden de significación, ya que emplea el primer signo como su propio significante y le
agrega un significado adicional. En este sentido, la connotación es un signo que se deriva
del significante de un signo denotativo, lo que lleva a una sucesión de connotaciones.

Las connotaciones influyen en la forma en que la sociedad percibe ciertos signos al


agregar asociaciones socio-culturales y personales que van más allá del significado literal.
Estas asociaciones pueden ser ideológicas, emocionales, etc. Por ejemplo, un automóvil
puede connotar virilidad o libertad en ciertas culturas occidentales, lo que afecta la
percepción de este objeto en la sociedad.

Las connotaciones también están sujetas a la variabilidad socio-cultural y a los factores


históricos, lo que significa que cambian con el tiempo. Los signos que se refieren a grupos
que no tienen poder, como las mujeres en el pasado, pueden haber tenido denotaciones y
connotaciones más negativas en comparación con las que tienen en la actualidad, debido
a la influencia de los códigos dominantes y autoritativos de su tiempo.

Los códigos, en el contexto de la semiótica y la teoría de la comunicación, son sistemas


de reglas y convenciones que gobiernan la producción y la interpretación de los signos.
Estos códigos son fundamentales para la creación de significado y la comunicación
efectiva entre los individuos y dentro de la sociedad.

Existen varios tipos y subtipos de códigos que se utilizan en la teoría semiótica y en el


análisis de la comunicación. Algunos de ellos incluyen:

1. Códigos Sociales:
 Códigos Verbales: Incluyen subcódigos fonológicos, sintácticos, léxicos,
prosódicos y paralingüísticos.
 Códigos Corporales: Engloban el contacto corporal, la proximidad, la
orientación física, la apariencia, los gestos, entre otros.
 Códigos de la Comodidad: Pueden ser las modas, la vestimenta y los
automóviles.
 Códigos del Comportamiento: Incluyen protocolos, rituales, roles y juegos.
 Códigos de la Regulación: Por ejemplo, los códigos de las carreteras y las
prácticas profesionales.

2. Códigos Textuales:
 Códigos Científicos: Incluyen las matemáticas y otros sistemas de
representación científica.
 Códigos Estéticos: Presentes en las expresiones artísticas como la poesía, el
drama, la pintura, la música, etc.
 Códigos Genéricos, Retóricos y Estilísticos: Engloban las convenciones de
género, retórica y estilo en la comunicación escrita y visual.

Estos códigos son fundamentales para la comprensión y la producción de significado en


la comunicación humana, y su análisis es crucial para entender cómo se construyen y se
interpretan los mensajes en diferentes contextos sociales y culturales.

Apunte sobre connotación y denotación

Denotación: Capacidad del lenguaje de transmitir información sin sumarle ninguna otra
sugerencia. Ligada a la función referencial del lenguaje y a la objetividad del emisor.

Connotación: Posibilidad que tiene el lenguaje de comunicar indirectamente, sugerir


oreas significaciones. Facultad en el uso de la lengua que puede aparecer en todas las
funciones del lenguaje. Existen seis tipos de connotación:

1. Emocional o afectiva
2. Axiológica (juicio de valor –positivo o negativo- acerca de objetos enunciados)
3. Ideológica (refiere a sistemas de ideas)
4. Enunciativa (aporta referencias al emisor y/o a la situación comunicativa)
5. Estilística (informa sobre la pertenencia del emisor a un dialecto o sociolecto)
6. Icónica (excede los límites de la comunicación lingüística, Puede aparecer en el
cine, la publicidad y el teatro. A veces, la imagen puede ir acompañada de música,
que también funciona cono indicador de connotación)
Prestigiacomo, Raquel: El discurso de la publicidad. Cap. 4

El mensaje publicitario se nutre de discursos; su finalidad es provocar en la gente la


necesidad de algo que no es tan necesario. Para esto, utiliza ciertas herramientas:

 Valores simbólicos: valores que no son propios de un objeto sino de una forma en
que la sociedad califica a ese objeto. Esto lo hace promocionando el envase, la
situación de consumo y/o el efecto que el producto puede generar en los demás.
 Ansiedades y necesidades: íntimas u ocultas (necesidades fisiológicas o las que
tienen que ver con los miedos) las cuales la publicidad trata de crear o aumentar
con el aviso. La publicidad tendrá que explotar todo tipo de recursos para lograr
fomentar esa ansiedad que llevará a sentir una necesidad mayor que en algún
momento se traducirá en compra.
 Cosificación: Cosificar sentimientos, cualidades y virtudes, transformar algo
abstracto o algo animado en cosa, es objeto.
 Personificación: Personifica o humaniza los objetos y les otorga cualidades
humanas o naturales. Se pueden humanizar tanto productos como fuerzas de la
naturaleza.
 La formación de imágenes: Lograr personalidades atractivas y características para
los productos. Utilizar a algún “rico y famoso” o bien recurrir a la idea de la
“elección”. También existe la necesidad de crear en el publico una lealtad ilógica
a través de cualquier diferenciación o individualización mental del producto.

El resultado que se obtiene, al final del mensaje publicitario, es un efecto d sentido que
enuncia como verdad una premisa ideológica que sólo es válida dentro del sistema del
mercado pero que, hoy día parece extenderse sobre toda la cultura.

Prestigiacomo, Raquel: El discurso de la publicidad. Cap. 6

El texto visual o icónico está integrado por signos los cuales aparecen simultáneamente y
están en relación de proximidad, pero, a su vez, el mensaje visual siempre está fijado por
el verbal.

Para analizar ese conjunto de signos simultáneos, se procede por NIVELES DE


LECTURA para ir determinando sus componentes:
 Primer nivel (denotativo): Se refiere a lo que la imagen muestra en sí misma, sin
interpretaciones de ninguna clase. Nos limitamos a reconocer los objetos
representados por los SIGNOS VISUALES. Un icono gastronómico es una
imagen que no solamente representa a un objeto asociado a un deseo elemental,
sino que también realza cualidades que lo hacen deseable, estimulando
“violentamente” nuestros apetitos.

 Segundo nivel (iconografías): Implica analizar las convenciones o reglas que


determinan la organización del nivel anterior. La publicidad acude a imágenes
recurrentes y repetidas denominadas ICONOGRAFÍAS. Existen iconografías que
tienen su origen en la tradición, la cultura y la historia, pero la practica publicitaria
también ha construido sus propias iconografías las cuales van conformando una
suerte de idioma de la publicidad que impone el sentido que debe adjudicarse a
las imágenes. Es así como en este segundo nivel de lectura distinguimos cuál es
el sentido “publicitario” de los iconos dispuestos en el aviso y cuál es el sentido
“histórico-cultural” de los mismos.

 Tercer nivel (las figuras): En este nivel de lectura es donde veremos de qué
manera la imagen está trabajada a partir de la utilización de algunas figuras
poéticas:
1. Personificación: Personifica o humaniza los objetos y les otorga
cualidades humanas o naturales. Se pueden humanizar tanto productos
como fuerzas de la naturaleza
2. Metonimia: Traspaso de sentidos. Implica la sustitución de un término por
otro con el cual guarda una relación de contigüidad o proximidad en el
espacio o en el ámbito conceptual. En publicidad, la metonimia a menudo
implica el uso de un elemento representativo para referirse al conjunto o
para evocar ciertas asociaciones.
3. Hipérbole: exageración de calidad o cualidades del producto.
4. Animización: animización de objetos o humanización de animales;
escobas que hablan, perros que revuelven los ojos, esponjas que bailan,
etc.
5. Oxímoron: opuestos imposibles unidos: negro y blanco, agua y aceite,
perros y gatos.
6. Sinécdoque: la partes por el todo, ej: una etiqueta en primer plano o un
fragmento del producto en representación por todo.
7. Metáfora: se utiliza como una figura retórica para establecer una
comparación implícita entre dos elementos, resaltando características
similares y generando una conexión emocional o conceptual.
8. Elipsis: falta una parte o elemento.
9. Antonomasia: aplicar el nombre de alguien consagrado a algo genérico.
La meta de todo mensaje publicitario es la identificación de la marca, ej:
Gilette, cinta Scotch, Chiclets, Coca, Savora, Paty, Birome, Curita.
Gracias a la aplicación de esta figura es que la publicidad puede recurrir a
los modelos publicitarios que no son otra cosa que la corporización de la
figura poética de la antonomasia.
10. Metonimia doble: figura que solo se puede hacer en el plano de lo visual,
opera después de una metonimia anterior
11. Sinestesia: sugerir por ausencia.

A su vez, hay figuras gráficas, exclusivas de la imagen:

12. Acentuación: consiste en destacar una parte de la imagen resaltando algún


detalle que puede ser el producto o bien el uso del mismo.
13. Juegos tipográficos: se trabajan a partir de concebir la tipografía como
simples formas o dibujos, identificamos tres.
 Repetición: consiste en utilizar las letras del mensaje como un
crucigrama.
 Hipérbaton: transposición del orden lógico de los tipos gráficos a
partir del invertir una letra o “adelantar” el mensaje.
 Gag tipográfico: una broma o elemento cómico que utiliza de
manera creativa los elementos tipográficos.

 Cuarto nivel (lugares comunes y razonamiento): frases hechas, pensamientos,


refranes, temas, reglas de comportamiento, normas sociales o convenciones que
suelen aparecer a lo largo de toda producción discursiva en general. La evocación
de dichos lugares comunes busca provocar en el receptor una serie de
razonamientos que lo lleven a adquirir el producto publicitado. Los razonamientos
que el emisor espera en el recetor forman parte de otros razonamientos no
expuestos por el aviso que son aceptados porque corresponden a convenciones
sociales, ideologías aprobadas de antemano por el conjunto de la sociedad a lo
largo de los años. El razonamiento evoca siempre una misma ideología: la del
consumo como actitud positiva.

Braga, M. Laura: La teoría semiológica de Verón

Eliseo Verón centra su teoría en el estudio de los discursos sociales. Analiza cómo los
discursos funcionan dentro de la sociedad y producen sentidos. El enfoque dinámico del
signo y diversas cuestiones acerca de la verdad y de lo real sirven de base para el
desarrollo de la obra de Verón.

Los discursos sociales son textos; conjuntos presentes en la sociedad que se componen de
diversas materias significantes y abarcan una forma de abordarlos, que remite a aspectos
extra-textuales. Leer un texto, tomando en cuenta la noción de discurso, significa entender
en relación con otros discursos.

 Las huellas son propiedades del discurso que se relacionan con los procesos de
producción social del mismo.

Una teoría que toma en cuenta la producción social de los discursos aborda “lecturas” que
conducen a describir tanto el proceso de producción como el de reconcomiendo o
consumo.

 Circulación: proceso a través del cual el sistema de relaciones entre condiciones


de producción y condiciones de recepción es, a su vez, producido socialmente.

Verón considera el positivismo de Comte como base a partir del cual se desarrolla la
producción social del sentido de Saussure. El valor de instituciones sociales como ámbito
esencial para el aprendizaje y la práctica de la sociabilidad. Enfatiza, a su vez, la
importancia del lenguaje como institución social por excelencia.

Eliseo Verón desarrolla la teoría de la discursividad o teoría de los discursos sociales; en


la cual analiza los fenómenos sociales entendidos como “procesos de producción de
sentido”. Para el desarrollo de su teoría se basa en el pensamiento de Peirce por
considerarlo un enfoque dinámico que permite abordar los fenómenos discursivo, realiza
su análisis a partir del modelo ternario desarrollado por Peirce.
Aquello que interesa a Verón de acerca de la semiótica de Peirce, se remite a la
Terceridad; a la que Peirce trabaja dentro de la teoría de las categorías (faneroscopía) y
la cual corresponde al fenómeno vinculado con el orden de la ley, de la razón.

 El concepto de discurso (aparecido en los años ´70) se presenta en una dimensión


trasnlingüística al recuperar dos problemas (materialidad del sentido y
construcción de lo real en la red de la semiosis), que habían sido dejados de lado
por la lingüística y por la semiología.

Para entrar en la red semiótica es necesario desarrollar un análisis que opere sobre
fragmentos extraídos del proceso semiótico y presentes en las tres posiciones funcionales,
es decir, en operaciones-discurso-representaciones.

 La teoría de la discursividad analiza los fenómenos sociales entendidos como


“procesos de producción de sentido”. Toda producción de sentido es
necesariamente social: no se puede describir ni explicar satisfactoriamente un
proceso significante, sin explicar sus condiciones sociales productivas.

El hecho de analizar los discursos sociales esclarece, entonces, el estudio de la


construcción de lo real; pues la realidad de lo social se construye en la semiosis. El análisis
opera sobre productos, es decir, sobre fragmentos del tejido de la semiosis, en los cuales,
el sistema productivo ha dejado huellas.

Los medios informativos son quienes construyen dicha realidad; crean “una experiencia
del devenir social”. Los medios, como “máquinas de producción de la realidad social”
son, entonces, factores relevantes para el desarrollo del proceso de producción de sentido.

Un discurso es una configuración espacio-temporal de sentido; nos da cuenta de


determinadas condiciones que se dan en la producción del discurso.

 Condiciones de producción: determinaciones vinculadas con las restricciones


de generación de un discurso.
 Condiciones de reconocimiento: determinaciones que delimitan las
condiciones de reconocimiento.

Entre ambos grupos de condiciones se da la circulación de los discursos sociales. Esto


nos da la pauta de que la semiosis social es una red significante infinita, la cual nos habla
de un conjunto de discursos que necesitan de la presencia de otro discurso para su
producción. Los discursos se instauran así, como puntos de pasaje del sentido.

Todo discurso se relaciona, a partir de determinadas reglas, tanto con sus condiciones de
producción como con sus condiciones de reconocimiento. Las reglas de generación
corresponden a las gramáticas de producción; y las de lectura, a las gramáticas de
reconocimiento. Las reglas presentadas en las gramáticas, expresan “operaciones de
asignación de sentido en las materias significantes”.

 La circulación pone de manifiesto, durante el análisis, la diferencia entre


las huellas de procesos de producción y de reconocimiento, pero, por el
contrario, no presenta huellas propias. Cada proceso de producción es en sí
un proceso de reconocimiento y, a su vez, los efectos de sentido que ponen
de manifiesto una gramática de reconocimiento, se expresan bajo la forma
de textos producidos.

La producción y el reconocimiento del sentido son el objeto de estudio para Eliseo Verón.

Los soportes de los medios de comunicación masiva funcionan a partir del desarrollo de
los procesos de producción, circulación y reconocimiento o consumo. Si nos ubicamos
dentro de la red infinita de discursos, podemos encontrar relaciones entre los soportes y
su “lectores”. Se establece un nexo: el de la lectura. A este vínculo que se crea entre el
medio y el “lector”, es lo que vamos a llamar “contrato de lectura”.

En primer lugar, Verón distingue dos niveles en el funcionamiento de cualquier discurso:

 El nivel del enunciado: aquello que se dice, el contenido.


 El nivel de la enunciación: que atañe a las modalidades del decir, o sea, la manera
de decir el contenido.

El enunciador se construye un lugar y posiciona de alguna manera al destinatario.

Enunciado y enunciación, se vinculan: quien se hace cargo de la enunciación deja huellas


en el enunciado y al producir el mensaje presenta su actitud respecto a él.

A su vez, Verón desarrolla un análisis del discurso político que también nos pone frente
a los diversos procesos que se dan dentro de la red infinita de discursos.

El hecho de hablar de discurso político nos muestra un campo discursivo que implica
“enfrentamiento”. Al hablar de un adversario, estamos diciendo que todo acto de
enunciación política implica la existencia de otros actos de enunciación opuestos al
propio.

En palabras de Verón, podemos decir que el imaginario político supone tres destinarios,
a los cuales el discurso político se dirige simultáneamente. El enunciador, para construir
a ambos destinatarios entra en relación con ellos y explicita –dentro del discurso-, su
perfil.

1. Prodestinatario (destinatario positivo): Adhiere a los mismos valores y persigue


los mismos objetivos que el enunciador.
2. Contradestinatario (destinatario negativo): El lazo con éste reposa, por parte del
enunciador, en la hipótesis de una inversión de la creencia: lo que es verdadero
para el enunciador es falso para el contradestinatario. La posición del adversario
se plantea como lectura destructiva.
3. Paradestinatario (indecisos): Al Paradestinatario va todo lo que es el discurso
político es del orden de la persuasión, la cual es necesaria para convencer al grupo
de los paradestinatarios; que se diferencian de los otros dos grupos, en tanto que
no participan activamente de la vida de un determinado partido político.

Los discursos políticos presentan dos niveles que son básicos para su funcionamiento:

 Las entidades del imaginario político, la cuales intervienen en la construcción del


enunciador y del destinatario.
 Los componentes que operan como articulación entre enunciado y enunciación,
puesto que los componentes definen las modalidades a través de las cuales el
enunciador construye su red de relaciones con las entidades del imaginario. A su
vez, Verón distingue cuatro componentes a los que considera como zonas del
discurso y no como elementos puntuales:
 Descriptivo: lectura articulada del pasado y del presente
 Didáctico: presenta un principio general, enuncia una verdad universal; sin
entrar en aspectos específicos.
 Prescriptivo: instala en los discursos políticos todo aquello que corresponde
al orden del deber.
 Programático: corresponde al orden del “poder hacer”.
A su vez, Eliseo Verón, dentro del marco de la teoría de la discursividad, vincula lo
ideológico y el poder de los discursos con los mecanismos fundamentales del
funcionamiento de una sociedad.

“Llamo ideológico al sistema de relaciones de un discurso con sus condiciones de


producción, cuando estas ponen en juego mecanismo de base del funcionamiento de una
sociedad”.

Ambos aspectos -ideológico y poder- son entonces, dimensiones del funcionamiento de


los discursos sociales.

AA. VV: Argumentación

El discurso argumentativo

Es una práctica discursiva, compuesta por argumentos lógicos, filosóficos, la cual


defiende una postura u opinión. Va de la mano con la oratoria y resulta saludable para la
convivencia democrática. Aspira a convencer, sustentar opiniones de manera
comprensible y apelar a la razón. Encontramos este tipo de discurso en debates,
discusiones, publicidades, etc.

Para resultar eficaz, el discurso argumentativo debe constar de cierta estructura:

Hay distintos tipos de argumentos los cuales pueden clasificarse de acuerdo a diferentes
criterios:

 Según su capacidad de persuasión


 Según su validez
 Según su contenido, el tipo que nos compete ya que acá identificamos los tópicos
(acuerdos que la sociedad establece)
A su vez, tipos de argumentos (razonamientos que utilizamos para atacar las ideas
ajenas o defender las propias en una discusión o negociación) se clasifican según
el tipo de procedimiento empleado para llegar a la conclusión:
1. A. deductivos: emplean la deducción para llegar a sus
conclusiones.
2. A. inductivos: van de lo particular a lo general
3. A. abductivos: emplean premisas aparentemente inconexas.
4. A. causales: relación causa-consecuencia
5. A. de autoridad: sostienen sus conclusines acudiendo al prestigio
o la legitimación de quien enuncia las premisas. Citas de
autoridad.
6. A. probabilísticos: emplean criterios estadísticos o
probabilísticos, números y datos que reflejan la posibilidad de
que la conclusión sea cierta.
7. A. emotivos o afectivos: alcanzan sus conclusiones mediante
premisas no racionales, movilizando las emociones en lugar de la
razón.
8. A. por analogía: emplean comparaciones, ejemplos, ilustraciones,
parábolas.

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