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El representamen: Representar es la operación más propia del signo; es estar en lugar del
objeto “como el embajador toma el lugar de su país y lo representa en un país extranjero”.
Pensar es el principal modo de representar e interpretar un signo es desentrañar su
significado. El representamen no es sólo la imagen de la cosa, la reproducción sensorial del
objeto, sino que toma el lugar de la cosa en nuestro pensamiento.
El objeto (fundamento): Es aquello por lo que está el signo; aquello que representa. Es el
objeto de la realidad, al que se refieren el significado y el significante.
El interpretante: Es el signo equivalente o más desarrollado que el signo original, causado
por éste en la mente de quien lo interpreta. Las personas o intérpretes son portadores de
interpretaciones. El signo crea algo en la mente del intérprete y ese algo ha sido creado
también de una manera indirecta por el objeto del signo.
ALGO Por……………algo………………Objeto………………..FUNDAMENTO
En………alguna relación………Significante………….REPRESENTAMEN
Para…………alguien……………Significado…….…….INTERPRETANTE
Así el signo tiene la propiedad de apuntar a algo, es decir que puede considerarse
signo a todo aquello que está en lugar de algo. El segundo elemento, el objeto, es aquello
por lo que está el signo. Pero la relación entre el signo y su objeto únicamente es posible si
existe un interpretante que la establezca. El signo se da en el lugar del objeto pero no como
una sustitución total sino sólo por lo que hace a cierto contexto de referencia. El signo se
dirige a alguien, crea en la mente de esta persona un signo equivalente o más desarrollado,
y este nuevo signo es el interpretante del primer signo. Se trata de lo que el representamen
produce en la mente de la persona: por ejemplo, al escuchar la palabra "pájaro" todos
comprendemos de qué se está hablando, pero la variedad de pájaros que puedan
representarse en cada persona habrá de ser diferente en cada caso. El interpretante-
significado, ha de relacionarse con los conocimientos y saberes comunes de una cultura
determinada.
Peirce plantea que cada componente es a su vez un signo y de acuerdo a la
combinación de los elementos clasifica 9 tipos de signos. Nosotros nos focalizaremos en
aquellos en los que está en juego la relación con el objeto definiendo así tres tipos de signo:
Índice, Ícono, y Símbolo.
Índice:
Signo que se refiere al objeto que denota por estar afectado realmente por ese
objeto. Se trata de un signo que toma del objeto y transfiere al interpretante la concreta
existencia material de tal objeto. Ej: La huella que denota el paso de un animal, la veleta
que denota el sentido del viento, el rayo que denota la tormenta.
Ícono:
Signo que se refiere al objeto que denota tan sólo en virtud de las características que
le son propias, y que éste posee por igual con independencia de la existencia o no existencia
actual de tal objeto, es decir cuando se produce un reemplazo representativo por su relación
de semejanza con el objeto que refiere. Ej: Los dibujos de varón y mujer en la puerta de los
baños. El dibujo del sol y la nube para denotar un día nublado.
Símbolo:
Es un signo que se refiere al objeto que denota en virtud de una ley, que induce a
interpretar el símbolo como referido al objeto. Es por tanto el signo que permite afirmar la
correlación entre la ley existente en el objeto y la ley existente en algún interpretante, es el
punto de convergencia de la legalidad de dos sistemas: el que lo identifica en cuanto objeto
y el que lo valora como concepto. Abarca la totalidad de los signos convencionales por el
hecho de haber sido objeto de una puesta de acuerdo, expresa o tácita, fundada en algún
tipo de relación arbitraria compartida por una comunidad.
En los tres órdenes de signos, Índice, Icono, Símbolo, puede señalarse una
progresión regular. El índice está conectado físicamente con su objeto; hacen un par
orgánico, pero la mente que lo interpreta no tiene nada que ver con esa conexión, excepto
señalarla una vez establecida. El ícono no tiene conexión dinámica con el objeto que
representa, simplemente sucede que sus cualidades se parecen a las de ese objeto, y
provocan sensaciones análogas en la mente para la que es una semejanza. Pero realmente
permanece sin conexión con ellas. El símbolo se conecta con su objeto en virtud de la idea
de la mente que usa símbolos, sin la que no existiría ninguna conexión.
Semiótica y comunicación.
Bibliografía
Bampa, S., Zgryzek, S. “Lenguaje: Colaboración y Conflicto” Ed. Gemma. Bs.As.
Argentina. 1998
Español, S. “Cómo hacer cosas sin palabras” Ed. A. Machado Libros. Madrid. España.
2004