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Tradiciones y Costumbres

Por: Bàbá Osvaldo Omotobàtálá


En nuestro pueblo son inseparables la vida social de la religiosa, no existe para el
yoruba "vida profana", todo está relacionado de un modo u otro con los Orishás y
los Ancestros. Todo aquello que la religión tradicional prohíbe o condena, la
comunidad entera también lo hace. Se piensa que toda ofensa contra los Orishás
ofende al hombre y viceversa. No existe una documentación escrita legalmente
sobre lo que está bien o no dentro de la sociedad tradicional africanista, pero todos
los que son integrantes de la misma conocen perfectamente cual es el código de
conducta que se debe tener. Se sabe perfectamente lo que está bien o no dentro de
la sociedad, e incluso los yorubás que no integran la comunidad religiosa conocen
su código de valores y los asumen. Esto ayuda al bienestar de toda la comunidad,
porque se vive bajo determinadas reglas comunes a todos, donde priman
conceptos elevados de ética y comportamiento. Si bien los escritos sagrados que
dictan las leyes y los códigos de comportamiento, no están - como decíamos -
legalizados y expuestos públicamente al alcance de todos, forman una especie de
Libro Sagrado, que recopila lo más antiguo y puro de las tradiciones y costumbres
yorubás que son conocidos como "versos de Ifá". Así como la sociedad occidental
se basa en versículos de la Biblia para demostrar lo que está bien o está mal
delante de los ojos de Dios y la sociedad, la sociedad africanista se basa en los
versos de Ifá.

Este código prohíbe a los yorubás (2) acciones que son consideradas delictivas
dentro de su sociedad civil como robar; el adulterio; la fornicación; el secuestro;
rompimiento de contrato; jurar en falso; la mentira; la violación; hablar mal de
los gobernantes; estafar; la irreverencia o falta de respeto a los padres o mayores
(3); seducir; la malícia; las aberraciones y desviaciones sexuales de todo tipo.
Todos estos actos prohibidos son considerados crímenes dentro de la religión
tradicional africana y cualquier persona que comete alguno de ellos es visto como
un criminal y será castigado. Los crímenes cometidos no sólo van en contra de la
sociedad, sino también en contra de los Orishás y los Ancestros. Todos aquellos
que nos consideramos "yorubás" vivimos como tales y educamos a nuestros hijos
(carnales) a vivir bajo los códigos de conducta que indica nuestra tradición. Se
entrenan a los niños a decir siempre la verdad, porque se cree que un mentiroso
está propenso a cometer otro tipo de actos delictivos. Según nuestra tradición
consideramos que los mentirosos conocen la verdad, pero no la dicen, dañan a los
demás por voluntad propia, llaman rojo al blanco y blanco al rojo. El Odù Ikafun
dice:

"...Aquellos que dicen efuru por esuru

bien, nuestro Padre los está mirando desde el cielo,

Aquellos que dicen odide por oode, (que el papagayo es el murciélago)

bien, nuestro Padre los está mirando desde el cielo,

Aquellos que dicen que la hoja de oro es la de oriro,

bien nuestro Padre los está mirando desde el cielo..."

Sobre los mentirosos el odù Otura dice:

"Ser mentiroso no lo priva a uno de hacerse rico,

Romper un contrato no lo priva a uno de alargar la vejez;

Pero el día que muera, allí tendrá problemas."

En la religión tradicional yorubá se sabe que muchas cosas deben pagarse después
de la muerte, por eso se tiene muy en cuenta el no cometer faltas, los Orishás no
apoyan a los mentirosos, los ladrones, estafadores, degenerados, adúlteros,
asesinos, etc. Los Orishás mandan siempre a sus seguidores a decir la verdad,
incluso en los propios odù la mayoría de las veces se trata de dejar en claro que
aquel que engaña, roba o comete faltas siempre sale perjudicado, es castigado o
termina en la ruina. En otra parte del odù Oturupon dice así:

"¡Sea sincero, aunque se quede solo!,

¡Sea verdadero, haga el bien!

Al que es verdadero las deidades lo apoyan,

Diga la verdad, aunque se quede solo..."


El hurto es visto como un acto vergonzoso, algo de lo que nadie debería hacer
alarde. Tener un ladrón dentro de la comunidad se considera una desgracia.
Cuando hay robos, se realizan rituales para saber quien fué el ladrón y recuperar
los objetos robados. El ladrón, a consecuencia del poder divino, sufre al poco
tiempo todo tipo de emfermedades, parálisis, cegueras momentáneas, quedando
dañado en forma física y psíquica, a tal punto que deberá recurrir a un sacerdote
africanista para que le retire el mal. Cuando el babalawo ve que el mal del
paciente es debido a robos, le indica que debe devolver los objetos al dueño en la
plaza pública, delante de todos y además pagar ciertas ofrendas a los orishás. El
robo empaña la reputación e integridad de la familia del ladrón, siendo que los
africanos tradicionales se preocupan mucho por el buen nombre y la reputación.
El hurto no sólo es considerado algo inmoral, también es una ofensa religiosa
castigable por parte del Todopoderoso.

Los ladrones deben hacer


El sacerdote poseído con varias ofrendas en paga por
Benin / Cotonou.- Tres ladrones Sàngó la noche del jucio. su delito, devolviendo los
que serán juzgados por los Su indumentaria, con objetos robados. A modo de
sacerdotes de Sàngó esperan con predominio del color rojo castigo también se les rapa
la cabeza baja la hora del jucio. revela la seriedad del sus cabezas, tal cual se ve en
asunto a tratar. la foto.
fotos © Henning Christoph

Los sacerdotes africanistas, los jefes (de barrios, ciudades, etc.) y los reyes tienen
poderes político-religiosos y son quienes aplican las leyes, la justicia y los castigos
a las faltas dentro de la comunidad. Los jerarcas y sacerdotes son respetados como
se respeta a un Orishá, pues se consideran "mayores" y portadores de la
sabiduría de los Ancestros. En cuanto a la falta de respeto a los "mayores"
(planos religioso-político y edad) y a los padres, aquel que comete dicho crimen,
insultando a los mismos, insulta también a los Ancestros y Orishás, atrayendo
para sí el castigo de los mismos. Si bien la insolencia se perdona, se considera un
acto delictivo. Los Padres (ancestrales) deben ser venerados y dado el momento
"rendirles culto", pues es la voluntad de Olodumaré que se venere a quien nos
veneró y en cualquier sociedad donde no se venere a los Padres no se tendrá las
bendiciones del Todopoderoso. Iwori dice:

"Respete a su Padre y a su Madre

esos que vivieron largo tiempo en la tierra,

Ifá dice que oferte a su Padre y a su Madre

el sacrificio de cuidados, rectitud y humildad,

pues eso le traerá retribuciones.

Ifá dice que ofrendando ese sacrificio y siendo obediente

no atraerá maldiciones.

Las maldiciones de su Padre y de su Madre

son las maldiciones del Omnipotente"...

En otra parte del mismo Odu dice:

"Mis Padres trabajaron en vano por mí.

Nací porque la suerte de mi madre era buena,

nací porque la suerte de mi padre era buena.

Me dieron a luz y mis brazos no eran deformes,

no nací emfermo,

no nací leproso.

Ansío poder tener mis propios niños,

de manera que pueda tener descendientes.


Quiero tener casas,

quiero tener bienes materiales,

quiero tener dinero.

Mis padres trabajaron en vano por mí.

Vine al mundo debido a su buena suerte,

Quiero hacer algo bueno de mi vida,

Para que el trabajo de mis padres no haya sido en vano."

Por otro lado en el Odu Iwori-meji explica que todo aquel que respete a sus
Padres y Ancestros (Egungun) en cualquier tarea en la que se embarque tendrá
éxito. En el Odu Obara-meji se condena la arrogancia, el orgullo y las faltas de
respeto de los jóvenes hacia los ancianos, las cuales son sentenciadas, diciendo
que todos los que no respetan a sus mayores no tendrán una vida larga y aquel
que golpea a su padre, a un sacerdote o un anciano está atrayendo su propia
muerte.

El gobierno africano es teocrático de modo que los gobernantes son vistos como
representantes divinos. Toda falta de respeto, reproche o rebeldía hacia los
mismos está prohibida. En cuanto a la lealtad absoluta y obediencia hacia el
gobierno el Odu Ejiogbe dice:

"La Corona debe ser juzgada por la cabeza que usa Corona.

Los labios del filósofo son los que deben desafiar al filósofo..."

Una Gorra nunca será más famosa que una Corona.

La que guía el Cuerpo es la Cabeza."

El yorubá tampoco está de acuerdo con sentimientos tales como la avaricia o el


egoísmo, pues Ifá dice que todos vamos a recibir aquello que dimos, por esto,
cuanto más mano abierta seamos, más recibiremos. La clave es ofrecer sin esperar
nada a cambio. Se enseña que se debe pagar siempre a los Antepasados y Orishás
para conservar la sabiduría, la suerte y los bienes materiales; así como también a
ser contemplativo con el hermano más debil o pobre, dándole ayuda si fuera
necesario. Obara-meji dice:

"La mosca que no es codiciosa, nunca muere en un recipiente de vino.

La mosca que vuela con las demás en el aire

y no se tienta con los cebos que hay en el suelo.

Nunca es cazada en una trampa."


Otra cosa a tener en cuenta, es que tenemos prohibido maltratar o castigar a los
animales, así como tampoco debemos matar animales por placer o deporte. El
sacrificio de animales debe ser hecho sólo cuando los orishás lo pidieran o cuando
necesitáramos consumir carne, siempre consultando el oráculo, siendo que dichos
sacrificios deben ser efectuados por personas preparadas ritualmente.
Consideramos que los animales tienen el Ashé de los Orishás (que en conjunto
representan a Olodumaré) y si dañáramos un animal estaríamos atrayendo un
osogbo (poder negativo) hacia nosotros.
Ewi y Ceremonias
* En nuestra tradición, se conocen como ewi a las alabanzas proverbiales
tradicionales que se ejecutan en momentos especiales tales como bautismos,
casamientos o ceremonias fúnebres. Con ewi se le da la bienvenida a un nuevo
niño dentro de la familia, en el momento de darle un nombre, el cual casi siempre
es escogido a través del oráculo o a veces puede venir con el niño desde el orun
(cielo), con marcas que dictan cual debe ser el nombre. También con ewi (versos
poéticos ceremoniales) se celebran los casamientos delante de los orishás y los
ancestros, siendo que el casamiento no sólo representa la unión entre el hombre y
la mujer, sino también la unión de sus dos familias y de sus ancestros, por lo
tanto es de vital trascendencia que los mismos estén de acuerdo. Para tal fin es
consultado el oráculo y son hechos los ebós correspondientes. Otro tipo de Ewi es
usado asimismo para dar la despedida a quien fallece, debiendo aquí también
darse primacía a lo que desea el difunto, sus orishás y ancestros, quienes
indicarán como desean que se haga la ceremonia.

En todas estas ceremonias socio-religiosas nunca faltan elementos simbólicos


típicos de nuestra cultura como lo son la Nuez de Kola, el Aceite de Palma, el
Efun, la Miel, el Jenjibre y el Vino de Palma, entre otros. Hay además siempre
una comunión entre los asistentes y el mundo del Más Allá, donde moran los
Ancestros y los Orishás. En una mesa (mantel que se coloca sobre una estera) se
colocan los ingredientes simbólicos de nuestra cultura, que recuerdan muchos de
nuestros mitos y tradiciones, junto con una gran variedad de comestibles, bebidas
refrescantes y flores.

Centro de Estudios de la Cultura Yoruba, dirigido por el Apena-Ifé, babalawo y


Dr. Eluyemi Omotoso.
La vida Matrimonial en nuestra Cultura.
* Mientras la mayoría de los hombres yorubas tienen tradicionalmente la
profesión de granjeros o artesanos, las mujeres por lo general están involucradas
en el comercio. En la granja, las mujeres a veces cuidan las verduras o ayudan a
transportar el producto. En el área fronteriza entre Ifé y Ondo, las mujeres
reciben una suma anual de dinero de parte de sus maridos por su trabajo en la
granja. Su papel principal, sin embargo, es procesando o vendiendo comestible.
Aunque el marido es el responsable de las deudas de su esposa, se espera que él le
de los medios para que ella trabaje e incluso le proporcionará capital para que ella
instale su propio comercio. Después de algunos años de matrimonio, la esposa
querrá seguir con su empresa propia, para dejar algo para sus hijos. Si ella es
comerciante, esto puede involucrar que no tenga tiempo suficiente para atender al
marido, por lo que éste puede optar por adquirir una segunda esposa para que
haga las tareas domésticas. El marido ideal es aquel que permite a su esposa
seguir con su propia carrera, sin obstáculos. Cuando los niños de una mujer
crecen, una de sus preocupaciones principales es financiar su educación, y
defender sus intereses delante de los hijos de las otras esposas de su marido. Así
para la mayoría de las mujeres yorubas los papeles de esposa, están estrechamente
relacionados entre la maternidad y el comercio.

MUJERES VENDIENDO EN EL MERCADO de


IBADÁN (NIGERIA)

Los gastos de la casa se dividen entre los esposos, según el ingreso de cada uno. El
marido normalmente proporciona la casa y hace las reparaciones que fueran
necesarias. También es quien paga las comidas principales y da algún dinero para
la educación y ropa de los niños. La esposa se debe vestir a sí misma y
proporciona el resto de la ropa de los niños y otros artículos para la comida y la
casa. Cuando el marido está lejos en la granja, su esposa puede ser casi
completamente responsable por su alimentación y la de los niños. Algunas veces
en el año, las mujeres tienen más probabilidad de tener dinero en efectivo que los
hombres. Muchas esposas yorubas van a lejanos lugares para pagar por la
educación de sus niños cuando a sus maridos no les alcanza el dinero para
hacerlo.

Normalmente el hombre casado con más de una mujer, intenta tratar a las
esposas por igual, dando un número igual de niños a cada una de sus esposas
para que costeen su educación. Si alguna recibe más, es porque la madre ha
podido conseguir dinero. Es común que la etapa escolar de un niño sea
interrumpida por varios meses o incluso años si los padres no pueden pagar.

En los primeros años del matrimonio, la esposa está principalmente interesada en


tener hijos, acompañar a su marido a la granja y cocinar para él. Cuando los
niños todavía son chicos, hay una pequeña presión en ella para que aumente su
propio nivel de ingresos, pues cuando los niños comiencen la escuela, se
necesitará más dinero.

La poligamia es base fundamental en este ciclo, pues apunta al bienestar familiar


y a un mayor número de descendientes. Por encima de todas las prioridades de
muchos hombres yorubas, está el adquirir una segunda esposa para que se
encargue de los deberes de la casa, dando más tiempo a la esposa mayor (la
primera) para hacer dinero comerciando. Si la esposa mayor lleva a los niños
cuando va al mercado a vender, ella necesitará también ayuda extra. También
existe la posibilidad de enviar a los niños de edad escolar a vivir con los parientes
de sus padres, mientras la madre busca algún pariente soltero, pero lo
suficientemente adulto como para ayudarla en su trabajo o para que cuide a los
niños más chicos (En caso de no tener a nadie, puede contratar a una criada).
Finalmente, una vez que una mujer tiene nietos, ella puede ayudar a cuidarlos,
transformándose en un gran apoyo. Sólo aquellos hombres que son propietarios
de mucha tierra y dinero, son los que actualmente pueden tener más de una
esposa, pues debemos recordar que debe mantenerlas y proporcionarles techo.
Debe además entenderse que los matrimonios no se hacen por amor o atracción
como en occidente, sino que su finalidad tiende a continuar el linaje y formar una
sociedad familiar-comercial, donde todos trabajen por el bienestar común.

Sahoue Doutou, Benin 2001: Esposas


del difunto Presidente del Vodun en
Benin (Sossa Guedehounge) en
procesión durante su ritual fúnebre.
Guedehounge tenía 35 esposas y dejó
una descendencia de 145 hijos.
Dentro de la tradición no se usan los anillos para identificar a los esposos, se usa
la vestimenta hecha con la misma tela. De este modo se pueden identificar a
simple vista a las distintas parejas de casados o de hombre y esposas, pues
llevarán ropas confeccionadas con la misma tela. A veces también el uniforme,
puede extenderse a todo el grupo familiar, incluyendo a los hijos.

Un matrimonio sin hijos es considerado un fracaso, dicha pareja es desafortunada


y se piensa que fue castigada por las divinidades. Los hijos en nuestra tradición
son sinónimo de alegría, bendición, continuación del linaje a través del cual
vuelven constantemente nuestros Antepasados para seguir con sus destinos en el
Mundo; pero además los hijos son quienes en un futuro cuidarán de nosotros, del
hogar y continuarán con las tradiciones cuando seamos viejos. Aquel hombre o
mujer que viene al mundo y no deja su semilla, no cumple con sus Antepasados,
pues no permite que éstos pueden encarnar nuevamente en un niño, es como un
árbol frutal que no da frutos o un río seco.

Escrito por el 13/07/2007 16:06 | Comentarios (9)


Que es la teologia Yoruba?....
* La teología Yoruba radica fundamentalmente en un Dios unico, el cual creó
todo lo que existe. De el partieron diferentes energías, que se encargan de cada
detalle del Universo, estas son denominadas Irunmole y Orishas.

En la teología Yoruba, primero, antes de uno nacer ya ha decidido que va a


suceder en su vida, esto ocurre a través del Ori, quien decide cual será su objetivo
primordial en la nueva vida que tendrá. Utilizando las diferentes energías del
Universo, podemos lograr mas fácilmente el balance para llegar a ese objetivo
final pre definido por nosotros mismos, esto es vivir la vida en balance, con salud,
bienestar y felicidad.

Ya hecho físico, el ser humano esta formado fundamentalmente por tres


elementos: Emí (espíritu), Orí (alma) y Ará (cuerpo). El Emí y el Orí conviven
dentro del Ará separados, Orí es aquel que tiene el aprendizaje y la sabiduría de
otras encarnaciones, que se mantiene cerrado a la conciencia de la persona hasta
sus muerte.

El Emí es aquel que nos permite el diálogo interno, el que almacena recuerdos de
esta encarnación y el que da un paso al costado en nuestra conciencia cuando
incorporamos o montamos el Orisha, saliendo del Ará.

Cuando morimos, Emí y Orí se hacen uno y dejan el Ará que se transformará en
Okú o cuerpo muerto y ambos siendo una sola energía esperarán el destino que
les depara, si volver al Aiyé convertido en eggun y esperar la Atùnwá
(reencarnación), o si se les concede el Aragbá Orún (en camino al Orún), para
posteriormente llegar al estado de Arà Orún (habitante del Orún) junto a los
Orishas. Este estado solo se alcanza luego de varias reencarnaciones, hasta que
al final Emí logra un estado lo suficientemente puro como para convertirse en
Ará Orún.

Todos los habitantes del Aiyé, de acuerdo a su comportamiento en su paso por la


vida pueden ser considerados como omoluabí o ajogun. Los que transgredieron
las leyes y tuvieron un comportamiento indigno durante su vida, se convierten
en ajogun o espiritus oscuros, entre los cuales podemos mencionar a:

Iku: La muerte. Rey de los ajogun.


Arun: La enfermedad.
Ofo: La avaricia.
Epe: el odio.
Ewon: el egoismo.
Ofun: el abandono.
Egba: La pereza, la soledad.

Los omoluabi son los eggun quienes fueron dignos en su vida, pero que de
cualquier manera cometieron alguna pequeña falta, son ellos considerados
espiritus bondadosos y pueden ser parte de los ancestros adorados por la familia.

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