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Tomas Moro

Libro I
En lugar de aplicarles tan terribles castigos a los ladrones (la pena de muerte), sería mucho mejor
proveerles medios para que puedan vivir, y así nadie tendría la necesidad de hacerse priemro ladrón y
después cadáver.

Por causa de las guerras también se crían ladrones. No es nada útil para la republica que, por la guerra,
se mantenga este rebaño de hombres nocivos e inservibles en la paz (los soldados), por quienes se
debería estar mil veces más preocupado que por la guerra.

Otra razón para que la gente robe son las ovejas. Se expulsa a los campesinos con fraudes o se los
despide con violencia para tener tierras donde pastar a las ovejas.

Hay que reducir el número de ociosos, y revivir la agricultura y la industria textil para que haya mucho
trabajo honesto para los desempleados, para los que la pobreza ya ha obligado a ser ladrones o son
todavía sirvientes haraganes que se convertirán en ladrones.

Castigar de la misma manera a ladrones y asesinos además es peligroso: si una persona sabe que el
robar y el matar están penalizados de la misma manera, estará naturalmente inclinada a mtar a alguien
que de otra manera solo iba a ser robado.. En lugar de aterrorizar a los ladrones, los alentamos a
asesinar a gente inocente.

Propone el sistema de Tallstoria, donde los condenados tienen que trabajar contribuyendo a la sociedad
y reeducándolos.

A Rafael Nonsenso le proponen ser consejero del rey y él da dos ejemplos sobre por qué no aceptaría
ese cargo.

Según Rafael, los predicadores, viendo que los hombres nunca respetarían la ley de Cristo, desviaron su
doctrina y la adecuaron a las costumbres de los hombres: “Nunca la conducta humana estará a la altura
de la ética cristiana”, pensaron, “adaptemos entonces la ética cristiana a la conducta humana”.
Para Moro, en palabras de Nonsenso, “cuando las cosas no pueden corregirse no veo la ventaja de
manejarlas de forma que sean lo menos malas posibles”.
No veo como se puede llegar a la verdadera justicia o prosperidad mientras haya propiedad privada y
todo sea juzgado en términos de dinero. Siento mucha más simpatía por Platón y mucha menos
sorpresa por su rechazo a legislar una ciudad que no practique principios igualitarios. Era evidentemente
obvio, para un intelecto como el suyo, que la condición única para lograr uan sociedad sana era la
distribución de bienes.
Libro II
Hay en Utopía 54 ciudades, todas con el mismo lenguaje y las mismas leyes, costumbres e instituciones.
En el centro de la isla esta Aircastle, la capital. Ninguna ciudad quiere extender su territorio porque no
consideran a las tierras como propiedades sino como suelo que deben trabajar.
Todos tienen que trabajar durante dos años en el campo antes de volver a la ciudad.
Quien quiera puede entrar y salir de las casas pues allí no hay propiedad privada. Las casas son
adjudicadas por sorteo y cada diez años vuelven a sortear.

Sistema de gobierno
Cada grupo de 30 casas elige un oficial llamado Sifogrante, o Filarca. Para cada diez Filarcas hay un
Filarca en Jefe o Traniboro. Cada ciudad tiene doscientos Sifograntes que son los responsables de la
elección del Príncipe.
El príncipe permanece en su cargo de por vida. Cada tres días se reúnen los Traniboros con el Príncipe
para discutir asuntos públicos. Ninguna cuestión que afecte al público puede ser decidida si no fue
debatida por tres días en el consejo. Es un crimen discutir tales cuestiones fuera del Consejo o de la
Asamblea.

Trabajo
Todos aprenden desde chicos el trabajo campesino. Además de eso, cada persona aprende un especial
oficio.
La misión de los Sifograntes es vigilar que nadie esté inútilmente ocioso, sino que cada uno realice su
labor. La jornada laboral es de seis horas. La gente utiliza ese tiempo para aumentar su educación.
Entre los pocos exentos de trabajar se encuentran los Sifograntes y los estudiantes, que son los que más
tarde se convertirán en diplomáticos, sacerdotes, Traniboros y, por supuesto, en Príncipes.
Nunca fuerzan a la gente a trabajar innecesariamente, pues el principal objetivo de toda su economía
es dar a cada persona el mayor tiempo libre de las obligaciones que la comunidad requiere para
subsistir, para que ellos puedan cultivar su mente, lo que, según creen, es el secreto de una vida feliz.

Organización social
Cada casa está bajo la autoridad del hombre de mayor edad. Las esposas están subordinadas a sus
maridos, los niños a sus padres, y, en general, la gente más joven a sus mayores.

Comida
Comen en comedores comunitarios y está mal visto pero no prohibido comer en tu casa. Todos los
trabajos pesados y sucios del comedor son hechos por esclavos.

Viajes
No necesitan llevar equipaje viajando por la isla pues donde quiera que vayan están en su casa y pueden
tomar lo que necesiten. Pero donde quiera que vaya, siempre tienen que trabajar. No ha excusa para la
pereza. No hay tabernas ni burdeles, ni oportunidades para los viciosos. Todo está bajo la mirada de
todos. Así, todos están prácticamente forzados a realizar su trabajo y a hacer uso apropiado de su
tiempo libre.

Riqueza
La guerra es la única cosa que tienen en mente cuando acumulan riqueza. Ella los ha de proteger en el
caso de una crisis mayor o una emergencia. Su principal función es pagar a mercenarios extranjeros,
cuyas vidas arriesgan más gustosamente que las de ellos mismos.
La plata y el oro son los materiales usados para los más humildes objetos del equipamiento doméstico,
tales como los orinales.

Felicidad humana
Su tema principal de disputa es la índole de la felicidad humana; ¿de qué factores depende? Aquí, ellos
parecen bastante más inclinados a adoptar una postura hedonista porque, según ellos, la felicidad
humana está formada, en buena medida o totalmente por el placer.

Religión
El primer principio es que cada alma es inmortal, y que fue creada por un Dios bondadoso, quien quiso
que fuera feliz. El segundo afirma que seremos recompensados en el próximo mundo por nuestra buena
o mala conducta en este.
Cada uno debe hacer lo imposible por lograr el propio placer, independientemente de lo que es correcto
o incorrecto. Lo único que debe uno hacer es estar seguro de que los placeres menores no interfieran
con los mayores.
No es que identifiquen la felicidad con todo tipo de placeres; sólo con los más elevados. Según el punto
de vista normal, la felicidad es el summum bonum hacia el cual nos vemos, por naturaleza, impelidos
gracias a la virtud que, en la definición de los utopianos, significa seguir los propios impulsos naturales.
Pero esto implica obedecer el instinto de ser razonables en nuestros gustos y aversiones.
Obvio es que nada podría ser más humano o más natural para un ser humano que aliviar los
sufrimientos del otro, poner fin a sus miserias y devolverle su joie de vivre; es decir, su capacidad para el
placer. La naturaleza nos pide que no procuremos nuestros propios intereses a expensas de los de otras
personas.
Privarse uno de un placer para que otro disfrute es un acto de humanidad por el cual siempre se gana
más de lo que se pueda perder. Dios nos recompensará por esos pequeños sacrificios de placer
momentáneo al otorgarnos una eternidad de gozo perfecto.

Placer
Definen al placer como cualquier actividad que es naturalmente disfrutable. Entre los placeres
estúpidos incluyen las apuestas y la caza, que dejan en manos de los esclavos.
Ellos dividen los placeres genuinos en dos categorías: los mentales y los físicos. La salud es para ellos un
placer físico, el mejor de todos.

Esclavos
Son utopianos condenados o criminales incorregibles de otros países, a quienes adquieren en grandes
cantidades, por lo general sin contraprestación.

Casamiento
Las relaciones prenupciales son severamente castigadas y los utopianos son en particular estrictos sobre
este aspecto de la vida, porque consideran que muy poca gente desearía contraer nupcias si no se les
impidiera puntillosamente tener relaciones sexuales. El intento de seducción se castiga con tanta
severidad como el hecho consumado.

Leyes/abogados
Tienen muy pocas leyes y carecen de letrados; creen que es más provechoso que cada uno abogue por si
mismo y le cuente al juez el mismo relato que narraría a su defensor. Todos son expertos en leyes
porque hay muy pocas.
(Nota al pie: el mismo Moro era abogado, y esta idea de pocas leyes ya estaba presente en Platón)
Guerra
Para ellos es una actividad infrahumana. Ambos sexos reciben instrucción militar para que no sean
incapaces de pelear si tienen que hacerlo, pero casi nunca van a la guerra, salvo en su propia defensa.

A ellos no les gustan als victorias sangrientas, prefieren ganar siendo más inteligentes que el enemigo,
como por ejemplo ofreciendo dinero por matar al rey enemigo.

La mayor parte de sus luchas se llevan a cabo con mercenarios, que luchan siempre para los utopianos
porque nadie les paga tanto.

Religión II
Conviven varias religiones en la isla, podría decirse que una por ciudad. Sin embargo, la enorme mayoría
es del criterio más sensato de que eiste un poder divino único, desconocido, eterno, infinito,
inexplicable y que está muy lejos del alcance de la mente humana, difundido en todo nuestro universo, y
que no es uan sustancia física sino una fuerza activa. A este poder le llaman “El Padre”, y le atribuyen
todo lo que sucede, todo comienzo y fin, todo crecimiento, desarrollo y cambio. Y no reconocen ninguna
otra deidad.

Pero cuando les hablamos de Cristo, sus enseñanzas, si carácter, sus milagros, no tienen idea cuán fácil
es convertirlos también a ellos. Creo que se vieron muy afectados por el hecho de que Cristo prescribió a
sus discípulos un modo comunal de vida (p. 148). Son muchos los utopianos que adoptaron nuestra
religión, y fueron bautizados. Uno de los más antiguos principios de s constitución es la tolerancia
religiosa.

Muerte
Cuando una persona muere con alegría y optimismo, nadie lo lamenta. Creen que todos los muertos
conviven sin restricciones con los vivos, y observan todo lo que estos dicen y hacen. La sensación de la
presencia de sus ancestros desalienta cualquier conducta reprochable en privado.

Religiosos
Están divididos en dos sectas, unos que renuncian a los placeres de esta vida, creen en el celibato
(considerados más devotos) y otros que se casan y tienen hijos (considerados más sensatos).

Se considera una vergüenza tener que comparecer ante un tribunal eclesiástico, o siquiera recibir una
reprimenda de un sacerdote por mala conducta. Por supuesto, la supresión y castigo efectivos de los
delitos es tarea del Príncipe y de otros funcionarios públicos. Los sacerdotes sólo brindan consejos y
advertencias.

Los sacerdotes también son responsables de la educación de los niños y los adolescentes. Ningún
personaje público es más respetado que un sacerdote. Si uno de ellos comete un delito no se lo somete
a juicio; se lo deja a merced de Dios y de su propia conciencia.

Cuando entran al templo, los hombres doblan hacia la izquierda y las mujeres ahcia la derecha, y los
asientos están dispuestos de forma que los hombres de cada hogar se encontrarán delante del jefe de
familia. Esta estructura hace que la conducta de todos en público sea observada por los que son
responsables de su disciplina en la casa.

Conclusión
En Utopía, donde no existe la propiedad privada, las personas asumen con seriedad su deber para con la
cosa pública. En otras “Republicas” casi todo el mundo sabe que, si no velan por sí mismos, morirán de
hambre, por próspero que sea su país. Por lo tanto se ven obligados a dar prioridad a sis propios
intereses por encima de los intereses públicos.

Cuando considero cualquier sistema social de los que existen en el mundo moderno, no puedo verlo
como otra cosa que una conspiración de los ricos por imponer sus propios intereses bajo el pretexto de
organizar la sociedad. El fin del dinero implica el fin de todas las conductas delictivas que los castigos
cotidianos no alcanzan a frenar. Paradójicamente, la pobreza misma, que es el gran problema que
siempre pareció necesitar de dinero para ser solucionado, desaparecería si el dinero dejara de existir.
El mundo entero habría adoptado el sistema utopiano si no fuera por la bestial raíz de todos los males,
el orgullo, porque el criterio de prosperidad del orgullo no es lo que uno tiene sino lo que los demás no
tienen.

En tanto haya unidad y una sana administración interna, jamás serán capaces de sacudir ni destruir el
poder de Utopía.

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