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El documento explora las diferentes definiciones de filosofía propuestas por varios filósofos a lo largo de la historia. Sócrates la define como el amor a la sabiduría y la búsqueda de la verdad. Epicuro la ve como una actividad que busca la vida feliz a través del discurso y la razón. El documento luego argumenta que la filosofía no es una definición fija sino que se va redefiniendo a través de las preguntas que surgen sobre cuestiones cotidianas.
El documento explora las diferentes definiciones de filosofía propuestas por varios filósofos a lo largo de la historia. Sócrates la define como el amor a la sabiduría y la búsqueda de la verdad. Epicuro la ve como una actividad que busca la vida feliz a través del discurso y la razón. El documento luego argumenta que la filosofía no es una definición fija sino que se va redefiniendo a través de las preguntas que surgen sobre cuestiones cotidianas.
El documento explora las diferentes definiciones de filosofía propuestas por varios filósofos a lo largo de la historia. Sócrates la define como el amor a la sabiduría y la búsqueda de la verdad. Epicuro la ve como una actividad que busca la vida feliz a través del discurso y la razón. El documento luego argumenta que la filosofía no es una definición fija sino que se va redefiniendo a través de las preguntas que surgen sobre cuestiones cotidianas.
El hombre en su devenir histórico siempre ha formulado y reformulado esta
pregunta ya sea directamente como aparece en el título o indirectamente en función de la propia acción de filosofar, hacemos lo que creemos que es filosofía, hacemos… ¿Pero qué es ese “hacer”? ¿Hay algún método definido para filosofar? ¿Existe tan siquiera un método verdadero para hacer filosofía? Y si nos enfrentamos a una multiplicidad de técnicas de filosofar ¿Podemos hablar de una única filosofía? Antes de lanzarnos a una vorágine de especulación, veamos que nos dicen los denominados “filósofos”:
Sócrates:(469-399 a.C): “La filosofía es un afán que siente el hombre por
saber de si mismo”(“Conócete a ti mismo”). “La filosofía es el amor permanente de la sabiduría y la búsqueda de la verdad de las cosas; pues la sabiduría misma es patrimonio de los dioses”. “Filosofía es la búsqueda de la verdad como medida de lo que el hombre debe hacer y como norma para su conducta”
Epicuro:(341-270 a.C): “La filosofía es una actividad que procura con
discursos y razonamiento la vida feliz”
Baltasar Gracián:(1601-1658): “La misma filosofía no es otra que la
meditación de la muerte, que es menester meditarla muchas veces antes, para acertar a hacer bien una sola después”
Thomas Hobbes: (1588-1670): “La filosofía es el conocimiento de las cosas
por sus causas y fundamentos y la utilización de este conocimiento a beneficio del hombre”
En el bosquejo anterior se aprecia que cada autor concibe a la filosofía
sirviéndose del supuesto fin de esta misma: el quehacer del hombre, la felicidad, la muerte, la utilidad: Esta relación de medios a fines inconsciente que se produce cuando nos preguntamos por el “qué” y siempre lleva consigo el “para qué” ¿Para la sabiduría? ¿Para ser feliz? ¿Para la muerte? , ¿Para el beneficio? Y así podemos entrar en una búsqueda tediosa y repetitiva, alguien dice que es/sirve para esto, otro dice que es para lo otro. El problema no es el caos de voces que intentan responder a la cuestión, sino la cuestión en si misma: La filosofía no “es”, sino que deviene, no se concreta, acontece, y si algo acontece significa que algo que no sucedía ahora aparece, una noticia, un recuerdo, un sentimiento, siempre un afecto. Hay filosofía cuando hay un afecto, y este afecto nos mete en un proceso de revelación de ese afecto, nos hacemos preguntas, que vienen cargadas de aún más afectos, deseamos atrapar esos afectos, aprehenderlos, sintetizar eso que nos acaece en conceptos, por lo que podemos pensar a los conceptos no como representaciones mentales de entes concretos como objetos, hechos, cualidades o estados de cosas, sino como las expresiones de lo que ahí nos sucede. Los filósofos crean conceptos en el marco de su propio discurso, y ese discurso es sostenible desde lo que yo considero como filosofía en tanto no caiga en el análisis del lenguaje por el lenguaje mismo y pierda el foco de las cuestiones humanas en acuerdo a lo que decía Antonio Gramsci en su filosofía espontánea. ¿Qué es la filosofía? Es la pregunta que puede terminar cayendo en ese análisis del lenguaje, prefiero decir que la filosofía se va haciendo y redefiniendo mientras que nos preguntamos y respondemos con argumentos las cuestiones cotidianas. Acá no es cuestión de poder, no es cuestión de clase social, la filosofía del espíritu crítico que nos toca vivir es una postura ante la vida. La actitud filosófica es eso, una actitud, nadie nos puede forzar a preguntarnos por cosas que nos pasan día a día, podemos pasar toda nuestra vida sin preguntarnos sobre la felicidad, la verdad, la muerte, y tampoco pasa nada con esas personas. Aveces pienso si no es más agradable vivir en ese adormecimiento donde parece que el mundo siempre va a ser de esa forma y no vislumbro alternativas o reflexiones, acepto todos los sucesos sin cuestionarme por ellos ¿Por qué es así? ¿Para qué sucede y como debería ser o como quiero que sea mi realidad? Creo que la actitud filosófica duele y el dolor me lleva a preguntarme aun mas porque voy profundo a un lugar donde las respuestas que encuentro no me convencen, la duda parece eterna y si llega una certeza, el afecto aparece momentáneamente porque la vida sigue en un cambio constante. Aunque duela, prefiero estar despierto para decidir lo que pueda de mi vida y saber que hice un trabajo propio. Libertad “¡Sapere aude!”[¡Atrévete a saber!], así consagró el filósofo Inmannuel Kant el lema de la ilustración, el gran relato de la razón, que prédica la emancipación del hombre a través de esta para alcanzar el conocimiento auténtico y liberarse de los focos de poder que repliegan el espíritu humano a los imperativos monárquicos y a las supersticiones dogmáticas, entonces la idea de libertad siempre implica una libertad “de”. En el imaginario colectivo se reproducen símbolos que se asocian con el concepto de libertad: manos rompiendo cadenas, el viajero , “la razón”, todos denotan modos para ser “libre”, las manos se liberan cuando rompen las cadenas que las sujetan y oprimen, el viajero es libre porque se desplaza frecuentemente, la razón porque me permite reflexionar y no dar por sentadas verdades sin previo análisis y evaluación. Pero ¿se es libre de cualquier limitación cuando las manos rompen las cadenas, cuando el viajero decide no quedarse en el punto A y se desplaza hacia al punto B o cuando alguien me dice que hoy va a llover y yo someto su afirmación a un análisis fáctico y a una evaluación de probabilidad mediante la consulta a un servicio meteorológico? En el momento que decimos “l-i-b-e-r-t-a-d”, nos estamos valiendo de una gama de signos gráficos(letras) del nuestro sistema de escritura(alfabeto) que prefijan la configuración de todas las palabras posibles, nos limita el lenguaje. La palabra “libertad” ya significa una construcción del lenguaje, y no solo las palabras, sino la realidad misma la construimos en un orden simbólico que el humano inconscientemente asimila para su supervivencia, de esta forma se inventa significados, categorías, estructuras, sistemas etc, que cumplen la función de producir realidad y por ende darle sentido. A todo esto hay que añadirle las predisposiciones fijadas en el código genético de nuestra especie, y de cada humano en particular: si un humano tiene tendencia genética a desarrollar alguna enfermedad degenerativa o pisco-patologías como la esquizofrenia, esto va repercutir en su forma de desenvolverse en las múltiples facetas de su vida. Pero el enfermo(ya la propia denominación tiene mucha carga simbólica) así como lo que no ostentan dicha categoría, son determinados profundamente sobre la concepción cultural de normalidad y anormalidad que van a determinar profundamente su accionar y hasta como se van a percibir a ellos mismos. El propio “yo” existe necesariamente porque existe un “otro”. Parecería que la libertad es en realidad un mecanismo del deseo humano para afrontar sus limitaciones, que los convierten en maquinas prefabricadas que funcionan según el ensamblaje de su sistema operativo configurado por dispositivos biológicos,psicológicos y sociales que producen lo que llamamos “vida”, pero son estas limitaciones las que nos hacen humanos, cosa que tendríamos que aprender si queremos comprendernos a nosotros mismos.