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Unidad 2 – Módulo 1 – F. Moya Pons “Historia del Caribe” Caps.

1,2, y 3

Cap. 1 – El dominio español en las Antillas


Antecedentes europeos
La llegada de Colón a América se desprende de la relación con el comercio de especias. De ellas y de
la sal dependía la conservación de carnes que eran parte fundamental de la dieta de los ejércitos, y la
lejanía con los centros productores (Asia) propiciaba los precios altos. Dos rutas conectaban Europa
con los centros productores de especias en Oriente: la ruta del norte, que pasaba por Constantinopla y
por el estrecho del Bósforo, controlada por los venecianos; y la ruta del sur, por Suez, que era
controlada por genoveses.
La continuidad del comercio se vio interrumpida cuando en 1453 los turcos toman Constantinopla y
quiebran el monopolio veneciano. Empiezan a exigir altos impuestos a los productos orientales, y así
forzaron a los europeos a buscar nuevas rutas para conseguir especias. En esa búsqueda los
portugueses descubrieron y ocuparon varios puntos de África occidental en el siglo XV. Llegando a la
India (fuente de especias) en 1498, tras descubrir el Cabo de Buena Esperanza (1486), en lo que hoy es
Sudáfrica.
Con la quiebra paulatina del feudalismo, y con la formación y desarrollo de las ciudades, el
desenvolvimiento de una nueva economía capitalista vino a depender de la expansión de los medios de
pago. Europa necesitaba oro pero no podía producirlo en cantidades suficientes porque para ese
momento las minas europeas estaban casi agotadas. Esto forzó a los bandos de esas guerras a contratar
empréstitos con comerciantes y banqueros judíos e italianos. Estos grupos mantenían extensas redes
financieras. Los italianos se desempeñaban como comerciantes de especias, medicinas, joyas, y lana
española, así como prestamistas de reyes. Esto explica porqué Colón buscaba oro y especias, y porqué
su primer viaje fue organizado como una empresa comercial que buscaría una ruta más corta hacia
Asia. Confiando en la idea de que la Tierra era redonda. Logrando esto permitiría competir
favorablemente con los italianos y portugueses. En España, la Reina Isabel, lo apoyó.

Tainos y Caribes
Colón dio con varias islas tropicales en el atlántico entre octubre y diciembre de 1492. Creyeron que
habían llegado a la India, x eso a los pobladores de esas islas les pusieron “indios”. Estos se llamaban a
sí mismos “tainos”, y se distinguían de los “caribes”, más agresivos que ocupaban las Antillas
Menores, y desde ahí atacaban poblados tainos en Puerto Rico, y la parte oriental de Santo Domingo.
Colón llamó a esta última región “La Española”.

Inicios de la colonización española


Los reyes pretendían organizar una empresa de explotación en las nuevas tierras, similar a las factorías
portuguesas, que había en Guinea y Cabo Verde.
La carencia de mano de obra, las muertes, y la escasez de animales de carga obligaron a Colón a
distribuir el trabajo igualitariamente entre todos sus acompañantes, sin distinción de rangos sociales.
Pronto se produjo una conspiración que fue reprimida por Colón. El modelo de la factoría era ajeno a la
mentalidad española, era contraria al espíritu guerrero y caballeresco castellano formado en los siglos
de la guerra de la Reconquista, y exaltado por la conquista de Granada. Colón a sus ojos era un
extranjero. Todo eso generó dificultades.
A pesar de todo, Colón lanzó 3 campañas militares para someter al vasallaje a la población indígena.
Así descubrió que podía ahorrar dinero si daba indios esclavos a sus trabajadores a cambio de sus
salarios. Los indios comienzan la huida. Lo cual aumentó el hambre entre españoles xq aquellos
dejaron de suministrarles alimentos. Colón volverá a España para informar a los Reyes de las islas
encontradas: Cuba, Jamaica se habían sumado. Y para pedir más inversión. Pero la falta de capitales en
España y las necesidades creadas por las guerras en Italia impidieron a los Reyes responder estos
requerimientos.
Ante su demora los trabajadores se rebelaron a Colón. Los españoles rebeldes y los otros se mudaron a
las partes pobladas por indios para someterlos, y también para obtener mujeres y alimentos. Cuando
Colón regresó en 1498 tuvo que escuchar las exigencias de este grupo rebelde. Tierras y más indios
siervos. Tal como se acostumbraba hacer en España durante la Reconquista. Colón había pactado esto
mismo con los Reyes antes de salir así que concedió las demandas.
Por la coyuntura en que se produjo, la expansión española hacia el Nuevo Mundo quedó estrechamente
vinculada al proceso de la Reconquista. Los Reyes se convencieron de que Colón no sabía administrar
las factorías que debían satisfacer de oro y especias a España al mismo tiempo que llevaban la fe
católica al resto del mundo. Así los Reyes destituyeron a Colón como gobernador y administrador de la
factoría y nombraron a Francisco de Bobadilla. Este conocía la tradición de la ENCOMIENDA
castellana, que consistía en dar tierras conquistadas a cristianos, permitiéndoles muchas veces que los
moros pasaran a trabajarlas en condición de siervos. Por eso cuando Bobadilla llegó a la Española, en
1500 prosiguió con los repartimientos de tierras e indios. El sucesor de Bobadilla fue Nicolás de
Ovando, un Comendador de la Orden de Alcántara, a quien la Corona española nombró en 1501 para
establecer un gobierno colonial en las tierras del nuevo mundo. Abandonando definitivamente el
proyecto de factoría comercial. Para lograr el control del gobierno colonial Ovando necesitaba reforzar
la elite burocrática que había llegado con él dándoles indios y tierras en regiones que todavía no habían
sido conquistadas.

Oro y encomiendas
Para entonces ya habían sido detectados los principales yacimientos de oro en la isla. Ovando convirtió
la Española en un gigantesco campo de explotación minera, donde los indios eran sacados por la fuerza
de sus comunidades y esclavizados para trabajar. Pese a que la Reina Isabel declaró en 1503 que los
indios eran vasallos libres, que no debían ser maltratados, nadie obedeció eso. Ovando le hizo ver a la
reina que si no se obligaba a los indios a trabajar, la isla se despoblaría y perdería el negocio. Los reyes
necesitaban oro para hacer frente a sus gastos en Europa, y por eso la Corona autorizó a Ovando a
repartir indios entre los españoles para que trabajasen forzosamente en las minas. La única condición
que impusieron los reyes fue adoctrinar a los indios en la fe católica, mediante un permiso otorgado en
1503. Y con él comenzó formalmente el sistema de encomiendas en la Española. Que se diferenció
muy poco de la esclavitud. Fueron forzados a trabajar en obras públicas, y tareas agrícolas, así como en
oficios domésticos. Hay que remarcar que muy pocos indios salían vivos de las minas.
Se produjo una gran mortandad entre la población aborigen, debido a los asesinatos en masa, los abusos
físicos, el hambre, y los gérmenes importados de Europa. En 1508 quedaban 60 mil indios de los 400
mil que había cuando llegó Colón. Esto fue creando conciencia en los españoles, en torno a la
preocupación de preservar la fuerza laboral. La solución que encontraron fue la importación de indios
de otras islas, las Bahamas. Los encomenderos se justificaron diciendo que los indios de esa isla no
serían nunca cristianizados ya que ahí no había oro, y los españoles no irían a esas islas. Pero la
población aborigen continuó disminuyendo. Cuando las Bahamas quedaron despobladas, los
encomenderos recurrieron a Cuba, y luego a Jamaica, así como a las Antillas Menores. En San Juan
también se descubrieron yacimientos de oro, y la explotación de indios siguió el mismo patrón que en
la Española. El canibalismo de los aborígenes (caribes) fue el pretexto para justificar las “guerras
justas”, contra los infieles, para ponerlos a trabajar forzosamente.
Santo Domingo fue el centro de coordinación y apoyo logístico a las expediciones de exploración y
conquista de Tierra Firme, y el Darién. Las expediciones necesitaban caballos, cerdos, reses, ovejas,
para los nuevos poblamientos. Por eso, en los primeros años del siglo XVI hubo en Santo Domingo y
Puerto Rico extensas plantaciones de yuca que producían casabe para alimentar a los indios en las
minas, para suplir navíos, y abastecer huestes colonizadoras que iban al continente.
Diego Colón, hijo del descubridor, sustituyó a Ovando en el gobierno de Indias en 1509. Este chocó
desde temprano con los colonos cuando trató de apropiarse de indios ajenos para dárselos a sus
parientes y allegados. Así perdió el favor del Rey Fernando, quien creó un tribunal de apelación en
1511 para que las decisiones del gobernador no fuesen absolutas. Ese tribunal o Real Audiencia fue un
efectivo elemento de control del poder de los gobernadores. En 1513 el rey canceló el derecho a
confiscar y repartir indios en las Antillas que le correspondía al gobernador. El rey buscaba poner el
poder económico y político en manos de una pequeña aristocracia colonial, que comenzó a
desarrollares en tiempos de Ovando, y que D. Colón obstaculizó. El rey quería asegurarse que los
últimos remanentes de mano de obra indígena fueran utilizados por quienes poseían minas productivas.
Por eso redistribuyó la tierra en función de esta clase aristocrática.
Esta medida generó descontento en los colonos a quienes se les quitó tierra e indios.
Otro problema: comienzan a agotarse las minas. Para que la economía no se derrumbara se crearon
plantaciones de caña para fabricar azúcar, y la siembra de árboles cañafístula, cuyas frutas se usaban
como purgantes. Ambas plantas de origen asiático. Mientras tanto, en 1516 muere el Rey Fernando. El
gobierno pasa a manos de un regente, el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, hasta que el príncipe
alcanzara la mayoría de edad. Cisneros decidió reorganizar todo el gobierno. Destituyó a los asesores
del rey muerto y envió a Santo Domingo 3 frailes jerónimos como gobernadores, y les encargó liquidar
las encomiendas, para agrupar los indios en pueblos donde pudieran vivir y contratar su trabajo como
hombres libres. Este plan fracasó porque en1518 se desató una epidemia de viruela que mató las dos
terceras partes de indios de la Española. Los frailes jerónimos tuvieron que mantener el sistema de
encomienda para evitar que los colonos abandonaran la isla. Además otorgaron préstamos para
motorizar la diezmada producción de azúcar. También redujeron algunos impuestos a quienes
construían ingenios. Así se fomentó el florecimiento de los ingenios azucareros.
La minería siguió vigente en Cuba, donde las minas habían sido descubiertas más tarde. Esto retrasó la
decisión de los encomenderos cubanos de pasarse a los ingenios. La respuesta de los encomenderos
cubanos cuando les faltó mano de obra, fue la misma que los demás. Fueron a buscar indios a otro lado,
donde no había oro. En este caso Yucatán. En 1530 una nueva epidemia de viruela arrasó la isla de
Cuba diezmando aún más a la población aborigen. Los encomenderos cubanos se inclinan a buscar
mano de obra africana esclava para poder mantener la producción. Ya en la Española esto ocurría desde
1520 (detalle: los jerónimos ya estaban). Así la producción se mantuvo hasta 1538 que las minas se
agotaron. La Española, Puerto Rico, y Cuba pasan a ser productores de azúcar, cañafístula, y ganado.

Cap. 2 - Azúcar y esclavos en las Antillas españolas

El desarrollo de la industria azucarera en las Antillas aseguró la continuidad del poder económico en
los grandes encomenderos, principalmente de Santo Domingo. Su cercanía política con los funcionarios
coloniales les permitió obtener buenos préstamos para financiar la construcción de ingenios. Los de la
Española debían construir sus ingenios cerca de Santo Domingo, principal puerto habilitado para el
comercio con Sevilla. Santo Domingo era además el centro administrativo y político de las Antillas.
Esos primeros ingenios utilizaron mano de obra esclava compuesta por indios y esclavos negros. El
primer embarque de azúcar antillana dirigida a España data de 1521.
Los esclavos componían una parte muy importante de la inversión en la instalación de un ingenio.
Carlos V dio más facilidades a los cortesanos para que importasen negros, lo cual generó que las islas
empezaran a poblarse de negros, principalmente en sitios cercanos a Santo Domingo. A diferencia de lo
que pasaba con los trabajadores indios, los españoles cuidaban a los africanos, ya que representaban
una inversión más alta.
La industria azucarera en las Antillas fue concentrándose en la zona sur de la Española, cerca de la
ciudad de Santo Domingo, y en la costa norte de Puerto Rico, cerca de la ciudad de San Juan. Gracias a
los ingenios la población aumentaba. Estos ayudaron mucho a sobrellevar la caída de la industria
minera.
De Santo Domingo los esclavos negros se exportaban hacia Cuba, San Juan, Panamá, Honduras, y
Perú.
Una de las principales consecuencias del desarrollo de la industria azucarera fue la descentralización
del poder político en las Antillas ya que los señores de ingenios fueron convirtiéndose en focos de
autoridad. Terminaron controlando los cabildos de San Juan y Santo Domingo. El azúcar sirvió como
elemento de equilibrio frente al poder de los gobernadores y capitanes generales en el siglo XVI.
Un privilegio importante que otorgó la Corona a los dueños de ingenio tiene que ve con el derecho de
MAYORAZGO, sobre sus bienes y propiedades. Así los ingenios debían pasar indivisos de los padres
a sus hijos mayores, evitando que la muerte de los fundadores produjera la quiebra de la industria por
pleitos sucesorales.
Lo único que la corona se negó a conceder fue una petición de los señores de ingenio de llevar blasones
nobiliarios similares a los de la nobleza de España.
El modelo industrial era el mismo que el aplicado en las islas Canarias y Madeiras. La principal
diferencia era que colonos de las Antillas prefirieron utilizar mano de obra esclava, pagando salarios
solamente a los europeos contratados para dirigir la producción de azúcar. Los ingenios portugueses
utilizaban mayormente mano de obra asalariada.
Los ingenios eran al mismo tiempo una plantación y una industria. Los molinos exigían el cultivo y el
corte. Además un ingenio grande producía casi 125 toneladas al año. Enorme cantidad.

Esclavos africanos y cimarrones


El trabajo ligado a la tierra era realizado por los esclavos negros supervisados por capataces españoles,
o por negros o mulatos que habían ganado la confianza del señor. Las mujeres trabajaban como
cocineras, lavanderas, o como sirvientas.
La mayoría de los esclavos eran comprados a crédito a factores de casas comerciales portuguesas,
alemanas o genovesas establecidas en Sevilla. Los embarques se hacían mixtos, tenía que haber
mujeres para asegurar una cierta reproducción.
Los negros no sucumbieron al trabajo esclavo como sí les pasó a los indios. Esto se debe a varias
causas. Primero a que las poblaciones de África occidental ya habían estado expuestas a los gérmenes
de enfermedades europeas, y habían desarrollado cierta inmunidad. Además por el costo que significó
traerlos a las Antillas, los españoles los cuidaban más. Otra razón que explica el crecimiento de la
población negra es la continua importación, que permitía reponer en exceso las bajas. Se importaba
más de lo que se autorizaba. O sea: contrabando. Esto permitió mantener un excedente que generaba la
reexportación hacia otras regiones del continente (Perú, Honduras, Centroamérica).
La gran cantidad de esclavos causó problemas: x ej: las rebeliones de esclavos, y la conformación de
comunidades de cimarrones. Los esclavos fugitivos se juntaban con otros que hablan su misma lengua,
o que fueran cercanos en África y constituían verdaderas comunidades de ayuda mutua y trataban de
reconstruir sus modos de vida anteriores.
A medida que pasaba el tiempo el temor a las rebeliones crecía en la Española. En Cuba y San Juan, los
alzamientos no fueron tan altos. Además acá se daba el hecho de que a veces la movilización era
gestionada por los mismos españoles que los seducían para que se rebelen y huyan a sus campos
ofreciéndoles mejores condiciones. Así, en Cuba al igual que en la Española hubo que mantener
servicio permanente de cuadrillas que rondaban buscando fugitivos.
Del jengibre y del azúcar
Las cimarronadas no afectaron decisivamente la producción azucarera en la Española ni en Puerto
Rico. La producción siguió estable hasta el período 1585 – 1587. Acá empieza a ser sustituido por
otros productos principalmente el jengibre. Lo que llevó a la ruina a los señores de los ingenios
azucareros que no se convirtieron.
¿Qué ocurrió con la industria azucarera de las Antillas en la segunda mitad del siglo XVI? Las
respuestas no están solo en las Antillas, sino también en la evolución misma del mercado mundial del
azúcar y en el surgimiento de otros productores en competencia con los azúcares antillanos. Que
terminaron desplazándolos (mercado internacional).
Factores locales:
Crisis de mano de obra provocada x la viruela. Muertes. En la española.
Cultivo de jengibre: planta de origen asiático, introducida después de la década de 1550, sirve como
medicina, y como especia. Por esto fue cada vez más popular. y además porque era más fácil de
producir, de empaquetar, y de trasladar que el azúcar.
En la española y Puerto Rico, donde el azúcar había creado una tradición de agricultura comercial
desde temprano, el jengibre pudo prosperar debido a la abundancia de mano de obra esclava que
trabajaba en los ingenios una parte del año y podía ser utilizada para su cultivo en el TIEMPO
MUERTO de los ingenios.
Para evitar que abandonasen los ingenios azucareros, la Corona amenazó a los dueños de ingenio con
quitarles sus títulos, pero estos ganaban más produciendo jengibre que manteniendo títulos.

El azúcar brasileño
El jengibre no basta para explicar la caída de la producción azucarera en las Antillas a fines del siglo
XVI. El otro factor importante fue la competencia internacional. En este caso la del azúcar brasileño
que inundo los mercados europeos.
Gracias a la conexión holandesa pudieron los portugueses competir favorablemente y desplazar poco a
poco a genoveses, y venecianos que abastecían el mercado azucarero europeo con azúcar mediterránea.
En Brasil, la Corona también protegió la industria azucarera exonerando a los dueños de ingenios del
pago de impuestos a la exportación de cobre y del hierro que necesitaban para fabricar instrumentos. La
producción azucarera en Brasil comenzó en 1532. Con apoyo de la corona, fueron atraídos capitales
holandeses, flamencos, italianos y alemanes. Así se fue financiando la franja costera que va desde
Bahía hasta Paraíba. Áreas de suelo arcilloso y rico, con abundantes ríos, y arboles adecuados para
hacer leña.
Una dificultad que se les presentó fue capturar indios para esclavizarlos. Durante años los indios
contaron con el apoyo de los jesuitas quienes enfrentaron a los plantadores portugueses pidiéndoles que
liberasen a sus indios. Los instalaban en las aldeias, los civilizaban y los cristianizaban. Y pretendían
convertirlos en trabajadores asalariados.
La Corona portuguesa solucionó este conflicto cuando el Rey Dom Sebastiao prohibió la esclavización
de los indios. Esto fue suplantado por la importación de africanos. La importación de esclavos negros a
Brasil ya era legal desde 1559.
Entre 1584 y 1610, la colonia portuguesa llegó a tener 40 ingenios en las capitanías del sur, 50 en el
centro, y 140 en las del norte. Así la demanda de esclavos sólo aumentó. Principalmente provenientes
de Angola, Congo, Senegal. En esta época la industria azucarera brasileña llegó a ser la más grande del
mundo. Por esto también, los señores de ingenio de Antillas decidieron pasarse a la producción de
jengibre. PERO EXISTE TAMBIÉN OTRO CONJUNTO DE CAUSAS CONECTADAS A LAS
GUERRAS RELIGIOSAS EUROPEAS EN EL SIGLO XVI, Y CON LA GUERRA DE
INDEPENDENCIA DE LAS PROVINCIAS UNIDAS, QUE CREARON UN CLIMA ECONÓMICO
CONTRARIO A CUALQUIER TIPO DE INDUSTRIA EN LAS ANTILLAS EN ESA ÉPOCA:
Cap. 3 – Monopolio, corso y contrabando
Monopolio español
Antes que los españoles llegaran a América, los portugueses, navegando x el Atlántico hacia el oeste,
habían ocupado las islas Madeiras, y Azores. Luego ocuparon tierras en la costa occidental de África,
hasta el momento desconocidas. Con Colón los españoles penetraron en zonas mucho más al oeste de
las Azores, y así todo el esquema del mundo atlántico se alteró. Los portugueses cuestionaron el
descubrimiento de Colón, y crearon una tensa situación diplomática que sólo pudo ser resuelta en 1494
mediante la firma del tratado de Tordesillas. En él, España y Portugal utilizaron el meridiano que pasa
a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde para dividirse el planeta en 2 zonas de dominio
exclusivo. Ambos países colocaron bajo monopolio toda la producción en las nuevas tierras, así como
todas las actividades mercantiles.
En el caso español, los Reyes católicos reglamentaron rígidamente este monopolio mediante un
complicado sistema de impuestos, prebendas, regalías, licencias y mercedes que debían garantizar
ingresos a la Hacienda Real. La institución utilizada para el control de estas actividades fue la Casa de
Contratación, que empezó a funcionar en Sevilla desde 1503. En cada puerto la Casa tenía
funcionarios: el factor, contador, tesorero. Al principio el sistema fue útil. Pero a medida que las
colonias fueron creciendo, fueron surgiendo en ellas nuevos grupos locales con intereses propios que
no siempre coincidían con los de España. Estos conflictos desde un principio tuvieron que ver con la
apropiación de los indios, entre colonos, la Corona, y gobernadores. Pero las contradicciones se
hicieron notoriamente evidentes en lo relativo al monopolio de los comerciantes sevillanos sobre la
economía de las islas, que fijaban precios arbitrarios, y explotaban a los colonos, que tenían que
consumir mercancías importadas. La corona siempre impidió la conformación de un mercado libre.
Lo que más complicaba la relación era que España no había desarrollado una industria y una
agricultura capaces de satisfacer la demandad de manufacturas y productos básicos en sus colonias. Así
los comerciantes sevillanos se veían obligados a importar de otros países productos, y reexportarlos
hacia las Indias. Esto aumentaba los impuestos. Lo que generaba el resentimiento de los comerciantes,
colonos, etc.
Por otro lado estaba el descontento de los capitalistas de otros países que querían participar en el
enorme mercado que estaba desarrollando España en América y que la Corona mantenía cerrado a
favor de una pequeña oligarquía de comerciantes de Sevilla.
Debido a la falta de capitales en España durante el siglo XV, los comerciantes siempre necesitaban
préstamos y así se relacionaron con los prestamistas extranjeros: banqueros genoveses, florentinos, y
judíos.
A medida que fue avanzando el siglo XVI la economía sevillana fue haciéndose cada vez más
dependiente de los capitalistas extranjeros que esperaban ansiosamente el regreso de los navíos para
cobrar sus comisiones. El endeudamiento de los mercaderes y del Rey fue creciendo enormemente. De
esta manera la Corona española fue haciéndose cada vez más insensible a los reclamos de sus colonos
que reclamaban la libertad para comerciar con otras naciones. Permitir eso hubiera significado una baja
en los ingresos de la Hacienda Real a través de los impuestos, así como un descenso en los ingresos de
los negociantes que controlaban el comercio sevillano. Para defender sus privilegios, estos
comerciantes se agruparon en 1543 en una institución llamada Consulado. Dado el grado de
endeudamiento de los comerciantes locales, el Consulado representaba implícitamente los intereses de
los capitalistas extranjeros que operaban en Sevilla.
Al utilizar la mayor parte del oro y la plata para pagar por la importación de mercaderías importadas y
cubrir gastos de la guerra en Europa, la riqueza extraída de las Indias fue a parar a las burguesías y
gobiernos de aquellos países que España trataba de mantener alejados de sus colonias. De esta manera,
España estimuló la economía de sus vecinos, aumentando el circulante en el resto de Europa. Por otro
lado la salida de los metales impidió el ahorro y la capitalización, y obstaculizó la creación de
industrias destinadas a satisfacer la demanda americana.
En su ambición por mantener la unidad del Sacro Imperio Romano bajo su centro combatiendo a los
príncipes protestantes surgidos de la Reforma. Carlos V entró en guerra con los más poderosos reinos
de Europa e incurrió en enormes gastos miliares que arruinaron la economía española en la segunda
mitad del siglo XVI.

Piratas y corsarios
De las guerras europeas surgieron corsarios como respuesta al monopolio español. Franceses primero,
debido a que Carlos V estuvo en guerra con Francisco I, rey de Francia, que no era protestante, pero se
oponía al monopolio y a los planes imperiales del rey de España. En 1513 había corsarios franceses en
las Islas Canarias esperando el regreso de naves provenientes de la Española. Los corsarios franceses
pronto descubrieron la despoblada isla de la Mona en el canal que separa la Española de Puerto Rico, y
fue su centro de operaciones.
Para defenderse de los ataques de corsarios las autoridades de las Antillas españolas crearon
fortificaciones en la española, La Habana, San Juan, Santo Domingo, y San Germán.
Otra innovación resultado de los ataques de corsarios fue que para asegurar el traslado de especias y
metales a España, la Corona, a partir de la década de 1530 empezó a implementar el sistema de flotas
para evitar que los navíos cruzaran solos el atlántico. las flotas empezaron a funcionar regularmente en
1566, entrando en servicio también los galeones, que eran grandes naves mercantes fortificadas.
Gracias a las flotas, La Habana se convirtió en el puerto más importante del Caribe, quedando Santo
Domingo, y San Juan marginados de las principales rutas de navegación. La Habana estaba situada en
la misma salida del Golfo de México y su puerto era el más conveniente para que las flotas hicieran
escala, se abastecieran y emprendieran el regreso a España. Todo esto aumentó el costo de los
traslados. Aumentando los seguros de fletes, la protección armada, naves acordes, etc. Mientras tanto la
situación internacional empeoraba.
Solamente con el fin de la guerra entre Francia y España con la firma del Tratado de Cateau-Cambrésis,
en 1559, tuvieron un respiro las autoridades de las Antillas, ya que a partir de entonces los corsarios
franceses solo volvieron a aparecer ocasionalmente.
Los corsarios se confundían fácilmente con contrabandistas. Por eso eran difíciles de combatir. De ahí
que las relaciones entre los corsarios y los habitantes de las Antillas no siempre fueron de
confrontación. Solamente el comercio directo con los proveedores extranjeros resolvía las necesidades
de manufacturas de la población. Los habitantes del interior de la isla eran los más afectados por el
monopolio. La distribución de mercancías era casi imposible al interior porque no había caminos, y los
costos de traslados se hacían altos. Por eso también, las islas comienzan a despoblarse. En los pastos
enormes de esas islas comienzan a crecer reses cimarronas que se multiplican. Los colonos y
terratenientes que no se van empiezan a producir, y comerciar carnes y cueros. Así el ganado, junto al
azúcar, se convirtió en la base de la economía antillana durante el siglo XVI. El ganado además servía
para alimentar esclavos.
En Cuba el desarrollo de la ganadería fue más lento porque la minería de oro se agotó más tarde.
Los vecinos de las ciudades de La Habana, Santo Domingo, y San Juan eran los que tenían más
facilidades para exportar cueros a Sevilla x la cercanía a los puertos habilitados.
Importante: después de la firma del tratado Cateau-Cambrésis empiezan a aparecer más frecuentemente
corsarios ingleses. Esto deterioró mucho las relaciones entre las 2 Coronas. Esto empeoró cuando
Inglaterra decide apoyar a Holanda en su lucha por la independencia de España, y cuando Felipe II (rey
de España desde 1556 a su muerte) ordenó el apresamiento de todos los barcos ingleses que estén en
puertos españoles, en 1585. Ambos gobiernos sabían que tarde o temprano irían a la guerra.
Los ingleses tomaron y saquearon Santo Domingo en 1586. Luego se trasladaron a Cartagena de Indias
en 1586 e hicieron lo mismo. En La Habana no desembarcaron porque los españoles estaban esperando
con muchos refuerzos. La flota bajo el mando de Drake vuelve a Inglaterra.
Este ataque inglés demostró al mundo que España era vulnerable y que no podía defender todo su
imperio. Así, los ingleses continuaran enviando corsarios. Aprovechando también que desde 1585
ambas coronas ya estaban en guerra.
También en los últimos años del siglo XVI ya había flotas holandesas en Venezuela comerciando sal.
Que era vital para los holandeses como conservante de arenque que ellos exportaban a toda Europa.
Los holandeses a pesar de estar en guerra con España no rompen sus lazos comerciales que eran muy
fructíferos, por eso buscan este nuevo lugar para encontrar sal.
Es importante insistir en la importancia estratégica de los cueros en la economía europea ya que de
ellos se sacaban números artículos que tenían gran uso industrial, militar, suntuario, y hasta cultural.
Los ejércitos necesitaban cueros para los arneses de las caballerías, cuerdas, odres de vino y agua. La
industria los requería para preparar correas, pipas que contenían mercurio que extraían de las minas de
México y Perú. La población en general los necesitaba para sus calzados, ropa, sombreros, y otros usos
domésticos. Los cueros de Europa no bastaban, así que cuando holandeses, franceses, portugueses, etc.,
la gran fuerte de cueros de Tierra Firme y Nueva España, no dudaron en dedicarse al contrabando.
Lo importante de todo esto es que el comercio autorizado con Sevilla estaba cediendo lugar al
contrabando. En todas las Antillas el contrabando se convirtió en el principal medio de vida de las
poblaciones alejadas de las capitales coloniales. A medida que el negocio crecía los productores se
llevaron sus animales a zonas cercanas a las regiones donde se realizaba el contrabando.
Así comienza a aumentar el deterioro de las exportaciones a España. Al concluir el siglo las
autoridades empezaron a analizar medidas definitivas contra el contrabando. El Arzobispo creía que la
solución era permitir el comercio directamente con Sevilla en las zonas del actual contrabando, y hacer
que los comerciantes sevillanos enviaran directamente sus navíos a esas zonas. Por lo general zonas
costeras del noroeste de la española, cuba y puerto rico. Pero estas ideas fueron ignoradas. El consulado
influía para que el Consejo de Indias y la Corona las rechazaran y evitar cambios.
Otra medida que se discutió fue la organización de una Armada encargada de limpiar las costas de
contrabandistas y corsarios. Los numerosos problemas internos de España obligaron a Felipe III a
cancelar este plan.
La sugerencia que se llevó a cabo finalmente fue destruir los poblados donde se llevaba a cabo el
contrabando. Esto genero que esos pobladores se mudaran con animales, esclavos y ajuares a los al
rededores de Santo Domingo y la Española. En Puerto Rico y Cuba las devastaciones para eliminar el
contrabando no fueron tan grandes x el temor a las rebeliones y porque el despoblamiento de esas
regiones solo sirvió para que fueran ocupadas por holandeses y otros buscadores de cueros.
Las devastaciones en la Española marcan una importante coyuntura en la historia del Caribe, no tanto
porque aceleraron la decadencia de la más antigua colonia europea en Antillas, sino porque dejaron a
disposición de los enemigos de España grandes extensiones de tierras, que luego fueron segregadas del
imperio español en América.

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