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-Analizar la vejez desde el envejecimiento activo y desde la atención integral del adulto mayor.
Es muy difícil pensar en una edad en particular para el envejecimiento, por lo que hay que
pensarlo como un desarrollo, un proceso de transición de un ser humano que va interactuando
desde aspectos biológicos, psicológicos y sociales hacia la vejez. El adulto de mediana edad (45-
65 años) se encuentra en un momento de sentirse pleno, positivo, realizado y agradecido, en el
sentido de que ya han tenido sus hijos, se han realizado laboralmente, se encuentran en un
momento que ellos describen como muy alentador. Pero esta etapa es el paso inevitable hacia
la vejez, lo cual hace contraste en cuanto a que pasan de una etapa muy positiva, a otra etapa
que se vivencia de manera totalmente distinta.
Pensamos al sujeto que envejece como un ser activo, por lo tanto hablamos de un
envejecimiento activo. La OMS establece que es el proceso en el que se optimizan las
oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las
personas a medida que envejecen. Esto es fundamental porque el cómo la sociedad ve al sujeto,
es como él se mostrará. Entonces el mejorar la calidad de vida y darle un mejor pasaje desde la
edad media hacia la vejez, da lugar a que desde la sociedad se la mire desde un lugar positivo.
El imaginario social se construye desde el lugar que se le da a la persona adulta mayor.
El envejecimiento activo pretende mejorar la calidad de vida de las personas a medida que
envejecen, favoreciendo sus oportunidades de desarrollo para tener una vida saludable,
participativa y segura. Esto consiste en desde el envejecimiento activo dar las oportunidades.
Por otro lado, desde el envejecimiento activo se piensa en la vejez como una etapa más de vida,
por eso se habla de “vejeces”. Es un ciclo más de crecimiento personal. El como uno transita la
vejez tiene que ver con la historia de vida, es decir, si una persona siempre fue activa en la vejez
seguirá siéndolo, y si siempre fue pacífica también seguirá siendo pacifica en la vejez. Así,
decimos que cada uno lo transita a partir de las características de vida que tuvo. Se ve desde la
perspectiva de que se añaden “vida a los años y no solamente años a la vida”.
Al referirnos a un adulto mayor utilizamos el término “persona vieja” para destacar que detrás
de la vejez, antes hay una persona. Las vejeces no son todas iguales, cada uno tiene la vejez que
se ha ido gestando, es importante entender que la vejez por sí misma no le agrega nada a la
persona, que la persona tiene más importancia que la vejez y que cada uno tendrá la suya. La
vejez se prepara durante toda la vida.
Butler habla del viejismo y lo define como el conjunto de actitudes negativas que se tienen en
la sociedad con respecto a los viejos. La mayoría de las culturas tienen un cumulo de conductas
negativas hacia las personas viejas, tanto inconscientes como conscientes, ligadas a sus
prejuicios. Todo esto da lugar a la marginalización, temor, desagrado, negación, agresión, todas
actitudes ligadas entre si y que operan discriminando a la persona que envejece. Esto tiene que
ver con la imposibilidad de pensar nuestra propia vejez, muchas veces negamos discriminamos
o dejamos afuera lo que no queremos pensar de nosotros mismos. Todas estas posiciones para
mirar a los viejos son transmitidas. Estos prejuicios dan como resultado además la posibilidad
de que el viejo enferme y se ponga en riesgo de morir.
Desde el ámbito de la salud, muchos profesionales se posicionan también desde allí, lo cual
implica que se observe al viejo como enfermo, se los piensa como sinónimos, lo cual produce un
gran riesgo, tanto desde la persona vieja, que ya se posiciona como un enfermo, y desde allí
nada más puede ser mirado; y también desde el personal de salud, que ya espera que en la vejez
haya enfermedades, lo cual no le permite al viejo posicionarse como un sujeto
independientemente de esa etapa vital.
Como profesionales de salud nos podemos posicionar en dos teorías: la del desapego y la del
apego.
La teoría del desapego tiene que ver con pensar al viejo en tanto al aislamiento. Se habla de una
reducción de su interés vital por las actividades y objetos que lo rodean, apartamiento de toda
clase de interacción social y se aconseja a los profesionales de la salud inducir un apartamiento
progresivo de sus actividades como un paso de preparación para la muerte.
En cambio la teoría del apego o la actividad dice que el viejo debe permanecer activo tanto
tiempo como le sea posible, y que cuando ciertas actividades ya no se pueden hacer, buscar
sustitutos para ellas. La personalidad de la persona vieja en sus etapas vitales anteriores se verá
fuertemente reflejada en las reacciones a los cambios biológicos en el viejo en su etapa actual.
En la vejez se producen cambios tanto biológicos como psicosociales. Los cambios biológicos
son:
EN SISTEMAS SENSORIALES:
EN SISTEMAS ORGANICOS:
Sistema muscular: pierden masa muscular y se atrofian las fibras musculares: deterioro
de la fuerza muscular.
Sistema esquelético: mayor desmineralización de los huesos, por lo que disminuye la
masa esquelética y los huesos se tornan porosos: frágiles y propensos a fracturas
Sistema articular: menor flexibilidad y mayor rigidez debido a la degeneración de los
cartílagos, tendones y ligamentos: causa dolor.
Sistema cardiovascular: aumenta el ventrículo izquierdo y la grasa envolvente del
corazón, se altera el colágeno, lo cual provoca endurecimiento de las fibras musculares,
haciendo q se contraigan menos. Las válvulas se vuelven más gruesas y menos flexibles.
Los vasos se estrechan y pierden elasticidad, lo q dificulta el paso de sangre: menor
aporte de sangre oxigenada (causa importante de la disminución de la fuerza).
Sistema respiratorio: alteración de la caja torácica, deterioro de bronquios y
debilitamiento de músculos intercostales: disminuye el rendimiento, menos contenido
de oxígeno en la sangre.
Sistema excretor: disminuye la capacidad del riñón de eliminar desechos, por lo q se
deteriora el sistema excretor: incontinencia
Sistema digestivo: pérdida de piezas dentales, menor movimiento esofágico, menor
capacidad de secretar enzimas digestivas, atrofia de la mucosa gastrointestinal,
disminuye el tono muscular del tubo, cálculos biliares: digestión dificultosa y reducción
en el metabolismo de ciertos nutrientes.
Apoyo de estima: dispone de alguien con quien comentar sus problemas, lo cual
aumenta su autoestima ya que genera el sentimiento de ser valorado y
aceptado.
Apoyo informativo: se le facilita el acceso a la información necesaria para
resolver problemas.
COMPAÑÍA SOCIAL: la actividad social, sobre todo la de carácter lúdico, es un generador
de estado de ánimo positivo. Las actividades lúdicas, formativas, deportivas, etc., deben
ser alentadas y apoyadas ya q inciden positivamente tanto psíquica como físicamente.
Al llegar a la vejez, la red social a la que siempre había pertenecido el individuo se
transforma:
Los lazos familiares son uno de los principales vínculos sociales que se tienen: la pareja
y los hijos suelen ser el principal apoyo de la persona. En las mujeres, sobre todo,
también se mantienen las relaciones vecinales de toda la vida.
Aparece el rol de abuelo/a y lo que ocurre es que con el tiempo esta relación va
cambiando: de ser una fuente de ayuda, pasa a ser una carga familiar (es en este
momento cuando la familia se plantea el ingreso en una institución).
Se pierden vínculos, como los compañeros de trabajo; también fallecen amistades de
toda la vida, vecinos, familiares... pero se pueden ganar otros muchos dependiendo de
la actitud que adopte la persona ante su nueva situación.
Por último, para evaluar los cambios mencionados se lleva a cabo a valoración integral del
adulto mayor, la cual es un proceso dinámico y estructurado que permite detectar y cuantificar
todos los problemas, necesidades y capacidades de la persona mayor. Esta valoración integral
incluye:
Evaluación social: historia social, convivencia, vivienda, soporte asistencial, red social y de
apoyo.