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Evidencia de Aprendizaje. Salud Mental. D6
Evidencia de Aprendizaje. Salud Mental. D6
Sección D, Grupo D6
Grupo D6:
Por otro lado, los trastornos del neurodesarrollo abarcan un grupo de condiciones que se
originan en la infancia y que tienen un impacto duradero en el desarrollo cognitivo, social y
emocional de los individuos. Ejemplos notables incluyen el trastorno del espectro autista, el
trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el trastorno del desarrollo
intelectual. Estas condiciones pueden presentar una serie de desafíos en términos de
educación, adaptación social y autonomía en la vida adulta, lo que subraya la importancia de
una detección temprana y una intervención adecuada.
Por lo tanto, el presente trabajo de investigación tiene como objetivo abordar este problema
mediante un análisis exhaustivo de las enfermedades mentales graves, los trastornos de la
personalidad y los trastornos del neurodesarrollo, identificando los factores de riesgo, las
implicaciones para la salud y la sociedad, y buscando contribuir al desarrollo de estrategias
que mejoren la calidad de vida y el bienestar de las personas afectadas por estas condiciones.
JUSTIFICACIÓN
Objetivos Específicos
Inhibición social excesiva:Las personas con TPE suelen evitar actividades sociales debido al
temor intenso a ser rechazadas, juzgadas o avergonzadas. Pueden evitar situaciones nuevas o
desconocidas y tener dificultades para establecer relaciones personales.
Baja autoestima: Las personas con TPE tienden a verse a sí mismas de manera negativa y
tienen una autoestima baja. Suelen tener pensamientos autocríticos y subestimarse a sí
mismas en comparación con los demás.
Miedo al ridículo:Las personas con TPE suelen tener un temor intenso a ser avergonzadas o
ridiculizadas en público. Pueden evitar situaciones en las que sientan que podrían ser el
centro de atención.
Preocupación por el juicio de los demás: Las personas con TPE pueden preocuparse de
manera excesiva por lo que los demás piensan de ellas. Pueden anticipar críticas o rechazo
incluso en situaciones en las que no existe una base real para ello.
Aislamiento social: La evitación social puede llevar al aislamiento, lo que puede contribuir al
desarrollo de síntomas depresivos.
Ansiedad social:A menudo, las personas con TPE experimentan una ansiedad intensa antes
de situaciones sociales o incluso anticipando dichas situaciones.
2.- Tratamiento.
● Terapia cognitivo-conductual centrada en las habilidades sociales
● Psicoterapia de apoyo
● Psicoterapia psicodinámica
● Ansiolíticos y antidepresivos
El tratamiento general del trastorno de la personalidad por evitación es similar al de todos los
trastornos de la personalidad.
Los pacientes con trastorno de la personalidad por evitación a menudo evitan el tratamiento.
Las terapias eficaces para los pacientes con fobia social y trastorno de la personalidad por
evitación incluyen
3.- Prevención.
● Entrenamiento en habilidades sociales. La terapia de grupo es un formato
particularmente efectivo en este aspecto.
● Exposición gradual al contacto social, planteando objetivos concretos.
● Cultivar la autoestima y la confianza.
● Miedo a la crítica y al rechazo.
● Abordar las creencias disfuncionales respecto a uno mismo y los demás, así como
los dilemas que pueden haber implicados.
● En el caso de que haya dependencia hacia alguna persona de referencia, elaborarla
y ampliar la intimidad con otras personas.
● Explorar el origen de la evitación.
● Tratar posible sintomatología asociada, por ejemplo, depresión.
4.- Desarrollo de la Enfermedad en la Persona
El trastorno de personalidad evitativa se caracteriza por evitar situaciones o interacciones
sociales que implican riesgo de rechazo, crítica o humillación.
● Las personas con trastorno de personalidad por evitación tienen miedo de ser
rechazadas, criticadas o avergonzadas y, en consecuencia, evitan situaciones en
las que pueden experimentar tales reacciones.
● Los médicos diagnostican el trastorno de personalidad por evitación basándose
en síntomas específicos, como eludir situaciones que implican contacto
interpersonal por temor al rechazo y a la desaprobación o tener sentimientos de
ser socialmente incompetentes, poco atractivos o inferiores a los demás.
● A las personas con este trastorno les puede ayudar la terapia
cognitivo-conductual, otras psicoterapias y los medicamentos ansiolíticos y
antidepresivos.
Los trastornos de la personalidad se caracterizan por patrones de pensamiento, percepción,
reacción y relación duraderos y repetitivos que provocan una angustia importante a la persona
afectada y/o afectan su capacidad de desenvolverse.
Las personas con trastorno de personalidad por evitación se sienten ineptas. Controlan estos
sentimientos evitando cualquier situación en la que puedan ser evaluados negativamente.
Sin tratamiento, una persona con trastorno de la personalidad por evitación puede llevar una vida
de casi o total aislamiento. Estas personas pueden pasar a desarrollar un segundo trastorno
mental, como el consumo de sustancias o depresión y pueden tener mayor riesgo de cometer
suicidio.
Ante la aparición del trastorno, la familia puede reaccionar de diversas formas: resistirse a
aceptar que algo no va bien y negar el trastorno, o bien desarrollar conductas de
hipervigilancia, sobreprotección y/o codependencia sobre el paciente. Además, el trastorno
puede generar otro tipo de patologías en la familia: desgaste emocional, cuadros depresivos,
problemas de pareja, violencia doméstica, etc., que interfieran en el diagnóstico inicial. Por
otro lado, diversos estudios también destacan la relación entre el contexto familiar y
experiencias tempranas de la infancia (traumas, negligencia en cuidados o patología previa de
los progenitores) y el desarrollo posterior de una enfermedad mental (Linares, 2007).
Desde una perspectiva sistémica se entiende que la familia juega un importante papel no solo
en el proceso generador de la enfermedad, sino también en el proceso de rehabilitación
Aislamiento social: Debido a su temor al rechazo, las personas con este trastorno pueden
evitar actividades sociales y eventos familiares, lo que puede llevar a que sus seres queridos
se sientan excluidos o preocupados por su bienestar.
Carga emocional: Las personas cercanas pueden sentirse frustradas, tristes o confundidas al
intentar comprender y lidiar con los comportamientos evitativos de la persona afectada.
Pueden sentir que sus esfuerzos por ayudar o apoyar son rechazados o no son valorados.
Limitaciones en las relaciones: Las personas con trastorno de personalidad por evitación
pueden tener dificultades para establecer y mantener relaciones saludables. Esto puede afectar
a amigos, familiares y parejas, y puede llevar a la sensación de que la relación es unilateral o
insatisfactoria.
Efecto dominó: Si una persona con trastorno de personalidad por evitación evita situaciones
sociales o eventos familiares, esto podría afectar a toda la dinámica familiar o grupal. Puede
dar lugar a tensiones y dificultades en la interacción entre miembros de la familia o el grupo
social.
Dificultades en el trabajo: Aquellos que padecen este trastorno pueden tener dificultades para
avanzar en sus carreras debido a su evitación de situaciones laborales que impliquen
interacción con colegas, superiores o clientes.
Sistema de salud: La falta de búsqueda de atención médica o psicológica debido al temor al
contacto social puede tener un impacto negativo en la salud a largo plazo y aumentar los
costos de atención médica.
Costos sociales: El trastorno de personalidad por evitación podría contribuir a costos sociales
más amplios, como el aumento de los niveles de ansiedad y depresión en la sociedad, así
como una menor cohesión social y una disminución en la calidad de vida.
Es importante tener en cuenta que el impacto en la sociedad puede variar según varios
factores, como la prevalencia del trastorno en la población y la disponibilidad de tratamientos
y apoyo adecuados.
De acuerdo con cifras estimadas por investigadores como Samuels y Torgersen¸ las cifras de
la población general que padece este trastorno podrían ascender hasta el 5% del total, por lo
que es una de las psicopatologías más frecuentes a nivel mundial. De esta forma, la
probabilidad de que alguien lo padezca y no esté al tanto de esto son relativamente altas.
Junto con los cambios de ánimo, el trastorno bipolar provoca cambios en el comportamiento,
los niveles de energía y los niveles de actividad.
El trastorno bipolar solía tener otros nombres, como depresión maníaca y trastorno maníaco
depresivo.
2.- Tratamiento.
El tratamiento puede ayudar a muchas personas, incluyendo aquellas con las formas más
graves de trastorno bipolar. Los principales tratamientos para el trastorno bipolar incluyen
medicamentos, psicoterapia o ambos:
● Los medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas del trastorno bipolar. Es
posible que deba probar varios medicamentos diferentes para encontrar cuál funciona
mejor para usted. Algunas personas necesitan tomar más de un medicamento. Es
importante tomar su medicamento de manera constante. No deje de tomarlo sin antes
hablar con su proveedor. Contacte a su profesional de la salud si tiene alguna pregunta
sobre los efectos secundarios de los medicamentos
● La psicoterapia (terapia de conversación) puede ayudar a reconocer y cambiar
emociones, pensamientos y comportamientos preocupantes. Puede brindarle a usted y
su familia apoyo, educación, habilidades y estrategias para enfrentar el trastorno.
Existen varios tipos diferentes de psicoterapia que pueden ayudar con el trastorno
bipolar
● Otras opciones de tratamiento incluyen:
● Terapia electroconvulsiva: Procedimiento de estimulación cerebral que
puede ayudar a aliviar los síntomas. Esta terapia se utiliza con mayor
frecuencia para el trastorno bipolar grave que no mejora con otros
tratamientos. También se puede usar cuando alguien necesita un tratamiento
que funcione más rápidamente que los medicamentos. Esto podría suceder
cuando una persona tiene un alto riesgo de suicidio o es catatónica (no
responde)
● Hacer ejercicio aeróbico con regularidad puede ayudar con la depresión, la
ansiedad y los problemas para dormir
● Llevar un gráfico vital puede ayudarle a usted y a su proveedor a rastrear y
tratar su trastorno bipolar. Un gráfico vital es un registro de los síntomas
diarios de su estado de ánimo, tratamientos, patrones de sueño y sucesos que
ocurren en su vida
3.- Prevención.
entre más sepa acerca del trastorno bipolar, mejor podrá sobrellevar esta enfermedad que dura
toda la vida. Hay muchas medidas que usted puede tomar (o puede ayudar a un ser querido a
que las tome) para reconocer y manejar mejor los episodios maníacos.
● Aprenda las señales de advertencia de un episodio maníaco, y obtenga tratamiento
temprano para evitar trastornos en su vida.
● A la misma hora todos los días, registre su estado de ánimo y cualquier síntoma que
tenga.
● Tome los medicamentos como le indicó su médico para ayudar a reducir la cantidad
de episodios maníacos.
● Para ayudar a prevenir un episodio maníaco, evite factores desencadenantes, como la
cafeína, el consumo de alcohol o de drogas y el estrés.
● Haga ejercicio, siga una dieta equilibrada, duerma bien por la noche y siga un
programa constante. Esto puede ayudar a reducir los cambios menores en el estado de
ánimo que pueden provocar episodios de manía más graves.
● Tenga implementado un plan de acción para que, en caso de tener un episodio
maníaco, las personas que le apoyan puedan seguir el plan y mantenerlo seguro.
Las personas con trastorno bipolar están en alto riesgo de cometer suicidio. Pueden consumir
alcohol u otras sustancias. Esto puede empeorar los síntomas y aumentar el riesgo de
suicidarse.
Si no se trata, el trastorno bipolar puede provocar problemas graves que afectan todos los
aspectos de la vida, como:
Desafíos en la comunicación: Las personas con trastorno bipolar pueden tener dificultades
para comunicarse de manera efectiva durante los episodios maníacos o depresivos. Esto
puede llevar a malentendidos, confusiones y frustración en la familia, lo que a su vez puede
deteriorar la calidad de la comunicación.
Cambios en la dinámica familiar: Los cambios en el estado de ánimo de la persona afectada
pueden influir en la dinámica familiar. Por ejemplo, durante los episodios maníacos, la
persona puede estar más impulsiva y desinhibida, lo que podría generar tensiones y
conflictos. Durante los episodios depresivos, puede haber una disminución en la participación
en actividades familiares.
Cambio en las relaciones: Las fluctuaciones en el estado de ánimo pueden llevar a cambios
en la forma en que la persona interactúa y se relaciona con los demás. Durante los episodios
de manía, la persona puede volverse más extrovertida, impulsiva o incluso irritada, lo que
puede causar tensión en las relaciones. Durante los episodios de depresión, puede haber
aislamiento social y dificultades en la comunicación.
Desafíos en la convivencia: Las personas cercanas pueden enfrentar dificultades al lidiar con
los cambios abruptos en el comportamiento y el estado de ánimo de alguien con trastorno
bipolar. Los episodios de manía pueden incluir comportamientos arriesgados o imprudentes,
lo que puede ser preocupante para los seres queridos. Durante los episodios de depresión, la
persona puede necesitar un apoyo adicional y puede resultar difícil para los cuidadores lidiar
con su propio estrés y preocupación.
Necesidad de educación y apoyo: Las personas cercanas a alguien con bipolaridad pueden
necesitar informarse sobre el trastorno, sus síntomas y tratamientos para comprender mejor lo
que está experimentando su ser querido. Buscar apoyo a través de terapia familiar, grupos de
apoyo u otras formas de ayuda puede ser beneficioso para las personas cercanas.
Fantasías de peculiaridad
Las personas con este trastorno están preocupadas por fantasías de grandes logros: ser
admiradas por su inteligencia o belleza abrumadoras, tener prestigio e influencia o
experimentar un gran amor. Sienten que deberían relacionarse sólo con personas tan
especiales y talentosas como ellos mismos, no con personas corrientes. Usan esta relación
con personas extraordinarias para apoyar y mejorar su autoestima.
Necesidad de admiración
Las personas con trastorno de personalidad narcisista necesitan ser admiradas en exceso, por
tanto su autoestima depende de que los demás les tengan en consideración. Como
consecuencia, su autoestima suele ser muy frágil. A menudo están pendientes de lo que los
demás piensan de ellos y de la evaluación que hacen sobre sus actos.
2.- Tratamiento.
Psicoterapia
La psicoterapia psicodinámica puede ser eficaz. Este tipo de psicoterapia se centra en los
conflictos subyacentes.
La terapia cognitivo-conductual puede ser interesante para las personas con trastorno de
personalidad narcisista. Su necesidad de elogio puede permitirle a un terapeuta moldear su
comportamiento.
3.- Prevención.
Como se desconoce la causa del trastorno de la personalidad narcisista, no se sabe cómo
prevenirlo. Sin embargo, esto puede ayudar:
● Buscar tratamiento lo antes posible para los problemas de salud mental de la niñez
● Hacer terapia familiar para aprender formas saludables de comunicarte o afrontar los
conflictos o el sufrimiento emocional
● Asistir a clases para madres y padres, y buscar ayuda de un terapeuta o un trabajador
social de ser necesario
1. Manipulación Emocional: Las personas con TNP a menudo son hábiles manipuladores
emocionales. Pueden utilizar tácticas como el encanto, la lisonja y la victimización para
controlar y obtener lo que desean de las personas cercanas. Esto puede llevar a que las
personas se sientan utilizadas y confundidas acerca de sus propios sentimientos.
2. Falta de Empatía: Una característica central del TNP es la falta de empatía hacia los demás.
Las personas con este trastorno pueden ser insensibles a las necesidades, sentimientos y
perspectivas de quienes los rodean. Esto puede llevar a una sensación de invalidación y
desconexión emocional en las relaciones.
3. Exigencias de Atención Constante: Las personas con TNP a menudo requieren una
atención constante y admiración de quienes los rodean. Pueden esperar que se les preste
atención exclusiva y que sus logros sean elogiados repetidamente. Esto puede crear un
ambiente en el que las personas cercanas sientan que nunca pueden satisfacer las demandas
de atención del individuo con TNP.
4. Cambios de Humor y Volatilidad: Las personas con TNP pueden experimentar cambios de
humor bruscos y volatilidad emocional. Esto puede llevar a situaciones impredecibles y
tensiones constantes en las relaciones. Las personas cercanas pueden sentirse como si
estuvieran caminando sobre cáscaras de huevo para evitar desencadenar reacciones negativas.
5. Desvalorización y Crítica Constante: Las personas con TNP pueden ser críticas y
desvalorizadas hacia los demás, especialmente cuando sienten que no están recibiendo la
admiración que esperan. Esto puede dañar la autoestima y la confianza de las personas
cercanas y hacer que se sientan inadecuadas o insuficientes.
6. Falta de Apoyo Emocional: Debido a su enfoque en sí mismos, las personas con TNP
pueden ser incapaces de brindar un apoyo emocional genuino a quienes los rodean. Las
personas cercanas pueden sentir que no pueden contar con ellas en momentos de necesidad o
dificultad.
7. Dificultades en la comunicación: La comunicación con alguien que tiene TNP puede ser
desafiante. Pueden monopolizar las conversaciones, desestimar las opiniones de los demás y
demostrar una falta de interés genuino en lo que otros tienen que decir.
8. Agotamiento Emocional: Las relaciones con personas con TNP pueden ser
emocionalmente agotadoras. La constante necesidad de atención, la manipulación y los
altibajos emocionales pueden dejar a las personas cercanas sintiéndose drenadas y exhaustas.
1. Dificultades en las Relaciones Personales: Las personas con trastorno narcisista a menudo
tienen dificultades para establecer y mantener relaciones saludables. Debido a su búsqueda
constante de admiración y falta de empatía, pueden ser insensibles a las necesidades y
sentimientos de los demás, lo que lleva a conflictos y rupturas en las relaciones personales.
2. Manipulación y Explotación: Las personas con TNP pueden tener una tendencia a
manipular a los demás para obtener lo que desean. Pueden aprovecharse de las personas que
los rodean, utilizando tácticas como el encanto superficial y la victimización para obtener
beneficios personales a expensas de los demás.
4. Impacto en la Salud Mental de los Demás: Las personas con TNP pueden afectar
negativamente la salud mental de quienes los rodean. Sus comportamientos egocéntricos y
críticos pueden erosionar la autoestima de otros, causar ansiedad y estrés, y crear un entorno
emocionalmente inseguro.
5. Desafíos Parentales: Cuando los padres tienen trastorno narcisista, pueden tener
dificultades para brindar un entorno de crianza saludable para sus hijos. Pueden centrarse en
sí mismos en lugar de en las necesidades de sus hijos, lo que puede resultar en dificultades
emocionales y de desarrollo para los niños.
7. Dificultades en la Terapia: Las personas con trastorno narcisista pueden tener dificultades
para beneficiarse de la terapia, ya que pueden resistirse a la introspección y pueden desafiar la
autoridad del terapeuta. Pueden ser reacios a aceptar que necesitan ayuda y pueden abandonar
el tratamiento prematuramente.
En general, el trastorno narcisista puede tener un impacto negativo en las relaciones, la salud
mental y la dinámica social en la población. La comprensión y la conciencia de este trastorno
son esenciales para abordar sus efectos y promover relaciones y entornos más saludables.
2.- Tratamiento.
Las metas de la terapia del comportamiento son aprender o fortalecer los comportamientos
positivos y eliminar los comportamientos no deseados o problemáticos. La terapia conductual
puede incluir capacitación en terapia conductual para los padres, terapia conductual con los
niños o una combinación de ambas. Los maestros también pueden utilizar terapia conductual
para ayudar a reducir las conductas problemáticas en el aula.
¿Por qué deben los padres intentar primero la terapia conductual antes de tratar con algún
medicamento?
● La terapia conductual les da a los padres las habilidades y estrategias para ayudar a su
hijo.
● La terapia conductual ha demostrado ser tan eficaz como los medicamentos para tratar
el TDAH en niños pequeños.
● Los niños pequeños tienen más efectos secundarios por los medicamentos para el
TDAH que los niños mayores.
● No se han estudiado bien los efectos a largo plazo de los medicamentos para el TDAH
en los niños pequeños.
En la revisión también se identificaron cuatro programas para padres de niños pequeños con
TDAH que redujeron los síntomas y las conductas problemáticas relacionadas con el TDAH:
Más recientemente se demostró que otra intervención, Ayudar al Niño Desobediente (Helping
the Non-Compliant Child), es eficaz para niños pequeños con TDAH1. Hay otros programas
que ayudan a los padres a fortalecer la relación padre-hijo y a manejar la conducta negativa
con disciplina positiva, y que pueden ser eficaces.
Medicamentos
Los medicamentos pueden ayudar a los niños con TDAH en su vida diaria y el tratamiento
farmacológico puede ser una manera eficaz de manejar los síntomas de TDAH. Los
medicamentos son una opción que puede ayudar a controlar algunos problemas de conducta
que hayan generado problemas en el pasado con la familia, los amigos y en la escuela.
Hay varios tipos diferentes de medicamentos aprobados por la FDA para tratar el TDAH en
niños:
● Estimulantes: son los medicamentos para el TDAH más conocidos y los más
utilizados en los tratamientos. Muchos niños con TDAH tienen menos síntomas de
TDAH cuando toman estos medicamentos de acción rápida.
● No estimulantes: se aprobaron para el tratamiento del TDAH en el 2003. Los
medicamentos no estimulantes no funcionan tan rápidamente como los estimulantes,
pero pueden durar hasta 24 horas.
● Los medicamentos pueden afectar a cada niño de manera diferente. Un niño puede
responder bien a un medicamento, pero no a otro. Quizás sea necesario que el médico
pruebe diferentes medicamentos y dosis, por lo que es importante que los padres
trabajen en conjunto con el médico de su hijo para encontrar el medicamento que
mejor funcione para el niño.
3.- Prevención
Para ayudar a reducir el riesgo de que tu hijo padezca TDAH:
● Durante el embarazo, evita cualquier cosa que pueda dañar el desarrollo fetal.
Por ejemplo, no bebas alcohol, no uses drogas recreativas ni fumes cigarrillos.
● Protege a tu hijo de la exposición a contaminantes y toxinas, incluido el
humo del cigarrillo y la pintura con plomo.
● Limita el tiempo frente a las pantallas. Aunque todavía no se ha comprobado,
puede ser prudente que los niños eviten la exposición excesiva a la televisión y a
los videojuegos en los primeros cinco años de vida.
1. Falta de atención: Seis o más síntomas de falta de atención para niños de hasta 16
años de edad, o cinco o más para adolescentes de 17 años de edad o más y adultos.
Los síntomas de falta de atención han estado presentes durante al menos 6 meses y
son inapropiados para el nivel de desarrollo de la persona:
○ A menudo no logra prestar adecuada atención a los detalles o comete errores
por descuido en las actividades escolares, en el trabajo o en otras actividades.
○ A menudo tiene problemas para mantener la atención en tareas o actividades
recreativas.
○ A menudo pareciera que no escucha cuando se le habla directamente.
○ A menudo no cumple las instrucciones y no logra completar las actividades
escolares, las tareas del hogar o las responsabilidades del lugar de trabajo (p.
ej., pierde la concentración, se desvía).
○ A menudo tiene problemas para organizar tareas y actividades.
○ A menudo evita, le disgustan o se niega a hacer tareas que requieren realizar
un esfuerzo mental durante un periodo prolongado (como las actividades o las
tareas escolares).
○ A menudo pierde cosas necesarias para las tareas y actividades (p. ej.,
materiales escolares, lápices, libros, herramientas, billeteras, llaves, papeles,
anteojos, teléfonos celulares).
○ A menudo se distrae con facilidad.
○ A menudo se olvida de las cosas durante las actividades diarias.
2. Hiperactividad e impulsividad: Seis o más síntomas de hiperactividad/impulsividad
para niños de hasta 16 años de edad, o cinco o más para adolescentes de 17 años de
edad o más y adultos. Los síntomas de hiperactividad/impulsividad han estado
presentes durante al menos 6 meses al punto que son perjudiciales e inapropiados para
el nivel de desarrollo de la persona:
○ A menudo se mueve nerviosamente o da golpecitos con las manos o los pies, o
se retuerce en el asiento.
○ A menudo deja su asiento en situaciones en las que se espera que se quede
sentado.
○ A menudo corre o trepa en situaciones en las que no es adecuado (en
adolescentes o adultos puede limitarse a una sensación de inquietud).
○ A menudo no puede jugar o participar en actividades recreativas de manera
tranquila.
○ A menudo se encuentra “en movimiento” y actúa como si “lo impulsara un
motor”.
○ A menudo habla de manera excesiva.
○ A menudo suelta una respuesta antes de que se termine la pregunta.
○ A menudo le cuesta esperar su turno.
○ A menudo interrumpe a otros o se entromete (p. ej., se mete en conversaciones
o juegos).
Según los tipos de síntomas, pueden verse tres tipos (presentaciones) de TDAH:
Dado que los síntomas pueden cambiar con el paso del tiempo, la presentación también puede
cambiar con el tiempo.
Afecciones coexistentes
El TDAH no causa otros problemas psicológicos o de desarrollo. Sin embargo, los niños con
TDAH son más propensos que otros a tener afecciones como:
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad puede dificultarte la vida. El trastorno por
déficit de atención e hiperactividad se ha relacionado con:
Afecciones coexistentes
● Trastornos del estado de ánimo. Muchos adultos con trastorno por déficit de
atención e hiperactividad también tienen depresión, trastorno bipolar u otro
trastorno del estado de ánimo. Aunque los problemas del estado de ánimo no se
deben necesariamente al trastorno por déficit de atención e hiperactividad, un
patrón repetido de fracasos y frustraciones debido al TDAH puede empeorar la
depresión.
● Trastornos de ansiedad. Los trastornos de ansiedad se presentan con bastante
frecuencia en adultos con trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Los
trastornos de ansiedad pueden causar una preocupación abrumadora,
nerviosismo y otros síntomas. La ansiedad puede empeorar debido a los desafíos
y reveses causados por el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
● Otros trastornos psiquiátricos. Los adultos con trastorno por déficit de
atención e hiperactividad tienen un mayor riesgo de sufrir otros trastornos
psiquiátricos, como trastornos de personalidad, trastorno explosivo intermitente
y trastornos por uso de sustancias.
● Impedimentos para el aprendizaje. Los adultos con trastorno por déficit de
atención e hiperactividad pueden obtener una puntuación más baja en las
pruebas académicas de lo que cabría esperar para su edad, inteligencia y
educación. Los impedimentos para el aprendizaje pueden incluir problemas de
comprensión y comunicación.
Ansiedad Social
¿Te has encontrado alguna vez en una situación en la que todos te miran y sientes que te están
juzgando? Así es como se siente a veces la ansiedad social. Puede venir de un lugar de
inseguridad. Muchas personas con TDAH pueden ser más propensas a desarrollar este tipo de
ansiedad, ya que tendemos a pensar demasiado las cosas. Podemos pensar que los demás nos
juzgan por nuestros grandes descuidos. Las ansiedades sociales pueden hacer que alejemos a
amigos potenciales que buscan establecer conexiones con nosotros.
A veces, tendemos a alejar a la gente de nuestras vidas porque pensamos que no somos
dignos de su amor o afecto, o existe una gran posibilidad de que causemos problemas de
amistad por el camino. Pero a medida que fui madurando, me di cuenta de que es esencial
aceptar que no somos perfectos y que todo el mundo comete errores.
antener amistades cercanas es difícil para las personas diagnosticadas de TDAH. Pero
M
cuando superes las dificultades de entender a una persona con TDA/H, descubrirás que somos
iguales que tú, sólo que nuestros cerebros con TDA/H están conectados de forma diferente.
Así que no tengas miedo de hacerte amigo de alguien con esta afección neurodivergente.
Acéptalos por lo que son y quiérelos por sus defectos. Porque, al fin y al cabo, todo el mundo
quiere ser querido y aceptado por lo que es.
Es habitual que los niños que presentan TDAH muestran problemas para relacionarse con sus
iguales.
Los niños con TDAH tienen grandes dificultades para regular sus emociones, muestran un
bajo autocontrol y son poco reflexivos, lo que suele dar lugar a numerosos conflictos dentro
del aula. En ocasiones, no son comprendidos ni aceptados por sus compañeros. Los
problemas de atención le impiden leer adecuadamente los códigos y normas sociales, por lo
que, su comportamiento, en un intento más de buscar aceptación, resulta molesto o irritante
para los demás.
Algunas de las características a nivel social que presentan los niños con TDAH son:
A consecuencia de todo ello, es habitual que se produzca cierto rechazo por parte de sus
compañeros. Los niños con TDAH son víctimas potenciales de Bullying. Fomentar un
adecuado autocontrol y mejorar las habilidades sociales, es un objetivo vital para preservar
las relaciones personales y darle al niño una mayor competencia social.
La terapia psicológica que se realiza con niños con TDAH no solamente se ocupa del área
intelectual y académica, sino también de la parte social y personal que tan importante es para
el desarrollo de la persona. La terapia psicológica tiene diferentes objetivos e integra distintas
técnicas y recursos para conseguir un desarrollo integral del niño, en todas sus facetas.
El TDAH tiene una prevalencia variada a nivel mundial, para algunos se estima que este
alrededor de un 7,2%), sin embargo, otros estudios reportan un amplio rango de entre el 4 y el
13,3%. En Colombia la prevalencia se aleja de lo descrito a nivel mundial, dentro de lo
evaluado, se ha encontrado una prevalencia entre el 15-17%. El presente estudio corrobora
los datos reportados en los estudios realizados en nuestro país, lo que apoya nuestros
resultados del 15% de la población estudiada, esto nos deja vislumbrar un panorama de alto
riesgo en la salud mental para escolares en la ciudad de Barranquilla, así como en Colombia.
En cuanto a la distribución por sexos, encontramos que el TDAH fue más frecuente en
hombres que en mujeres, con una relación de 2:1, información que se asemeja a lo estipulado
a nivel mundial y en otras poblaciones colombianas. De igual forma, la prevalencia por rango
de edad hallada en nuestro estudio arroja una mayor proporción en los niños menores (6 a 11
años) 62,7% en comparación a los sujetos mayores de 12 años 37,3%; estos hallazgos son
similares a los descritos por otros autores, y que algunos investigadores explican por las
alteraciones en la maduración cerebral, que según los expertos se presenta los pacientes con
TDAH mostrando niveles de maduración y engrosamiento cerebral con entre dos y tres años
de retraso en referencia a los niños sin TDAH.
Los trastornos del estado del ánimo fueron la segunda causa de comorbilidad más frecuente
entre la población de niños con TDAH con una presentación del 30,5%, hallazgo similar al
estudio realizado por Artigas-Pallarés en 2003. Birmaher, en su publicación de 2007 describe
que el TDAH suele concurrir de manera bastante frecuente con los trastornos del estado de
ánimo. La relación causa efecto de la comorbilidad de estos trastornos con el TDAH no está
descifrada del todo, algunos autores responsabilizan las alteraciones en las esferas familiares,
educacionales y sociales como por ejemplo las discusiones con los padres y demás familiares,
las dificultades para relacionarse con pares y el bajo rendimiento académico a una
disminución de la autoestima. Para otros autores, las alteraciones a nivel molecular y genético
propias del TDAH son las que se asocian a las alteraciones del estado de ánimo, que pueden o
no estar influidas por factores externos.
Teniendo en cuenta que, los trastornos psiquiátricos más frecuentes en la población infantil
son los de ansiedad, en nuestro estudio su comorbilidad con TDAH el resultado fue de
20,3%, se va a encontrar con un porcentaje elevado, esto es explicado además de lo
anteriormente mencionado, a que a pesar de que estos dos trastornos se heredan de forma
independiente, las hipótesis genéticas han evaluado que se potencian entre ellos.
Anhedonia: Pérdida de interés o placer en actividades que antes eran gratificantes. Las
personas pueden perder el interés en pasatiempos, relaciones sociales y actividades que antes
les gustaban.
Fatiga y falta de energía: Las personas con depresión mayor a menudo se sienten agotadas,
incluso después de descansar adecuadamente. Pueden tener dificultades para realizar tareas
diarias debido a la falta de energía.
Cambios en el apetito y el peso: Puede haber una disminución o aumento del apetito, lo que
puede llevar a cambios significativos en el peso corporal.
Pensamientos suicidas: En casos graves, las personas con depresión mayor pueden
experimentar pensamientos suicidas o prestar atención a la idea de la muerte.
2.- Tratamiento.
Medicamentos:
Los antidepresivos son medicamentos que pueden ayudar a equilibrar los neurotransmisores
en el cerebro y mejorar el estado de ánimo. Hay varios tipos de antidepresivos disponibles,
como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), inhibidores de la
recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN) y otros.
En casos graves de depresión que no responden a otros tratamientos, la TEC puede ser
considerada. Es un procedimiento en el que se administran corrientes eléctricas al cerebro
bajo supervisión médica para inducir brevemente convulsiones. Puede ser efectivo en ciertos
casos resistentes a otros tratamientos.
Terapias complementarias:
3.- Prevención.
Si bien no siempre es posible prevenir la depresión mayor en todos los casos, hay medidas
que puedes tomar para reducir el riesgo de desarrollarla o para ayudar a prevenir la
recurrencia si ya has tenido episodios previos de depresión. Aquí hay algunas estrategias que
pueden contribuir a la prevención:
· Fomentar una actitud positiva y una perspectiva realista hacia los desafíos de la vida.
· Buscar apoyo y compartir tus pensamientos y sentimientos con amigos y seres queridos.
Participar en actividad física regular, como caminar, nadar, hacer yoga o cualquier forma de
ejercicio que disfrutes.
Si sientes que estás luchando con tus emociones o enfrentas desafíos en tu vida, busca ayuda
de un profesional de la salud mental. La terapia puede ser beneficiosa incluso antes de que los
síntomas sean graves.
Identificar y manejar el estrés:
Informar a tus amigos y familiares sobre los signos y síntomas de la depresión para que
puedan brindarte apoyo si es necesario.
Recuerda que la prevención de la depresión es un enfoque integral que abarca tanto la salud
mental como el bienestar físico. Si sientes que estás en riesgo o experimentas síntomas
depresivos, no dudes en buscar ayuda de un profesional de la salud mental.
El desarrollo de la depresión mayor en una persona puede ser influenciado por una
combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales. No existe una única causa
definitiva para la depresión, pero varios factores pueden interactuar y contribuir al desarrollo
de la enfermedad.
Factores biológicos:
· Genética: Existe evidencia de que la depresión puede tener un componente genético. Las
personas con familiares cercanos que han experimentado depresión pueden tener un
mayor riesgo de desarrollarla.
Factores psicológicos:
Factores ambientales:
Factores hormonales:
· Cambios hormonales: Los cambios hormonales, como los que ocurren durante el
embarazo, el posparto, la menopausia o en relación con problemas de tiroides, pueden
influir en la aparición de la depresión.
Factores de personalidad:
La depresión mayor no solo afecta a la persona que la padece, sino que también puede tener
un impacto significativo en su familia y seres queridos. Las dinámicas familiares pueden
verse alteradas debido a los cambios en el estado de ánimo, la energía y la interacción social
de la persona afectada.
Cambios en la dinámica familiar: La persona con depresión puede tener dificultades para
cumplir con las responsabilidades familiares, lo que puede requerir que otros miembros de la
familia asuman un mayor papel en el cuidado de los niños, el trabajo doméstico y otras tareas.
Impacto en las relaciones: Las relaciones familiares pueden verse afectadas debido a la falta
de interés y energía de la persona con depresión. Los miembros de la familia pueden sentirse
rechazados o ignorados, lo que puede llevar a conflictos y malentendidos.
Cambios en las rutinas familiares: Las actividades familiares y los momentos compartidos
pueden verse afectados debido a la falta de interés y participación por parte de la persona con
depresión.
Las personas que rodean a alguien con depresión a menudo experimentan una variedad de
emociones y desafíos mientras intentan brindar apoyo y comprensión.
Dificultad para entender la enfermedad: Puede ser difícil para las personas cercanas
entender los síntomas y la gravedad de la depresión. Esto puede generar conflictos y
malentendidos.
Sensación de rechazo o abandono: Las personas con depresión pueden aislarse o alejarse
debido a sus síntomas. Esto puede hacer que las personas cercanas se sientan rechazadas o
abandonadas.
Agotamiento: Brindar apoyo a alguien con depresión puede ser agotador emocional y
físicamente, especialmente si se hace a expensas de cuidar de sí mismos.
Suicidio: La depresión es uno de los principales factores de riesgo de suicidio. Las personas
que padecen depresión grave pueden sentirse abrumadas por la desesperación y la falta de
esperanza, lo que puede llevar a pensamientos y comportamientos suicidas.
Desafíos en la educación y el empleo: Las personas con depresión pueden tener dificultades
para concentrarse, tomar decisiones y cumplir con sus responsabilidades educativas y
laborales.
Carga para los sistemas de salud: La depresión puede aumentar la demanda de servicios de
salud mental, lo que puede generar presión en los sistemas de atención médica y recursos
limitados.
Estigma y discriminación: Aunque la conciencia sobre la salud mental está creciendo, aún
existe un estigma en torno a la depresión y otras enfermedades mentales. Esto puede
dificultar que las personas busquen ayuda y reciban el apoyo necesario.
Acceso limitado a la atención: Al igual que en otras partes de Guatemala, es posible que
Quetzaltenango enfrente desafíos en el acceso a servicios de salud mental. La falta de
recursos financieros, profesionales de salud mental y servicios especializados puede dificultar
que las personas obtengan el tratamiento necesario.
Impacto de la violencia y los desastres naturales: Quetzaltenango y otras áreas de
Guatemala también han enfrentado desafíos relacionados con la violencia y los desastres
naturales, lo que puede aumentar el riesgo de problemas de salud mental, incluida la
depresión.
Prevalencia global: Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que más
de 264 millones de personas en todo el mundo padecen depresión. Esto representa
aproximadamente el 3.4% de la población global.
Variación por género: Las tasas de depresión suelen ser más altas en las mujeres que en los
hombres. Se estima que el 4.5% de las mujeres y el 3% de los hombres en todo el mundo
sufren de depresión.
Las manifestaciones clínicas de este trastorno pueden variar ampliamente, pero aquí hay
algunas de las características y síntomas comunes:
Amnesia disociativa: Las personas con TPD pueden experimentar periodos de amnesia,
durante los cuales no recuerdan eventos importantes, conversaciones o actividades que
ocurrieron mientras estaban en un estado de personalidad diferente.
Pérdida de tiempo: Las personas con TPD pueden sentir que han perdido tiempo y no
pueden recordar cómo pasaron ciertos períodos.
Trastornos del estado de ánimo: Las personas con TPD a menudo experimentan cambios
abruptos en el estado de ánimo y pueden tener síntomas de depresión, ansiedad u otros
trastornos emocionales.
Historia de trauma: Muchas personas con TPD han experimentado traumas en la infancia o
en su vida anterior, que a menudo están relacionados con el desarrollo del trastorno.
Dificultades en las relaciones: Debido a los cambios en la personalidad y la amnesia
disociativa, las personas con TPD pueden tener dificultades para establecer y mantener
relaciones personales significativas.
2.- Tratamiento.
Terapia psicoterapéutica:
Terapia de Exposición:
En casos en los que el trastorno está relacionado con traumas pasados, la terapia de
exposición puede ayudar al paciente a confrontar y procesar los recuerdos traumáticos en un
entorno seguro y controlado.
Terapia de apoyo:
Proporciona un espacio seguro para que el paciente hable sobre sus experiencias y
emociones, lo que puede ayudar a reducir el aislamiento y el sentimiento de incomodidad.
Terapia de grupo:
Participar en un grupo terapéutico puede permitir que las personas con el trastorno se
conecten con otros que enfrentan desafíos similares. Puede ayudar a reducir el aislamiento y
proporcionar apoyo emocional.
Farmacoterapia:
En algunos casos, los medicamentos pueden ser utilizados para tratar síntomas específicos,
como la depresión, la ansiedad o los trastornos del sueño, que a menudo están asociados con
el Trastorno de la Personalidad Disociativa.
3.- Prevención.
Experiencias traumáticas: El TPD a menudo se desarrolla como una forma de hacer frente a
experiencias traumáticas. Estos traumas pueden incluir abuso físico, sexual o emocional, así
como negligencia, testigos de violencia, accidentes graves u otras situaciones que sean
abrumadoras para la persona.
Dificultades en la vida diaria: Con el tiempo, el TPD puede interferir en la vida diaria de la
persona. Puede llevar a problemas en el funcionamiento social, ocupacional y emocional, así
como a la confusión en la identidad y la memoria.
Progreso y estabilidad: A lo largo del tratamiento, algunas personas logran una mayor
integración de las identidades y una mayor estabilidad emocional. Sin embargo, la
recuperación puede ser un proceso prolongado y a menudo requiere un esfuerzo continuo.
Amnesia disociativa: Los períodos de tiempo en los que una identidad toma el control
pueden estar asociados con amnesia para eventos que ocurrieron durante esos períodos. La
persona puede no recordar lo que hizo o experimentó mientras estaba en un estado de
personalidad diferente.
Dificultades de comunicación: Las personas con TPD pueden tener dificultades para
comunicarse de manera coherente debido a los cambios en la identidad y la amnesia
disociativa. Esto puede dificultar la comunicación efectiva dentro de la familia.
Impacto emocional: La experiencia del TPD puede ser emocionalmente desafiante para la
familia. Pueden sentirse angustiados, impotentes, frustrados y preocupados por el bienestar de
su ser querido.
Es importante que la familia busque información y apoyo adecuado para entender el TPD y
aprender cómo manejar sus efectos. La educación sobre el trastorno y la participación en
terapias familiares pueden ayudar a mejorar la comunicación, reducir la estigmatización y
fortalecer los lazos familiares mientras se trabaja hacia la recuperación de la persona
afectada.
Confusión y desconcierto: Las personas cercanas a alguien con TPD pueden sentirse
confundidas y desconcertadas por los cambios de personalidad y comportamiento que pueden
observar. Pueden tener dificultades para entender por qué la persona actúa de manera
inconsistente o parece "diferente" en momentos diferentes.
Preocupación y cuidado: Las personas cercanas a alguien con TPD pueden preocuparse
profundamente por su bienestar emocional y mental. Pueden sentirse compelidas a brindar
apoyo y cuidado, pero también pueden sentirse impotentes al no comprender completamente
lo que está sucediendo.
Desafíos en las relaciones: Las alteraciones en la personalidad y los comportamientos
cambiantes pueden generar dificultades en las relaciones cercanas. La falta de continuidad y
coherencia puede dificultar el desarrollo de vínculos profundos y duraderos.
Angustia emocional: La experiencia de interactuar con alguien con TPD puede ser
emocionalmente desafiante. Las personas cercanas pueden sentir frustración, tristeza,
impotencia y preocupación por el bienestar de su ser querido.
Cambios en las dinámicas sociales: Las personas cercanas pueden tener que ajustarse a las
cambiantes dinámicas sociales y emocionales que surgen del TPD. Esto puede influir en la
manera en que interactúan con la persona afectada y en cómo gestionan las situaciones
sociales.
Desafíos en el apoyo: Brindar apoyo a alguien con TPD puede ser un desafío, especialmente
si las personas cercanas no comprenden completamente el trastorno. Puede ser difícil saber
cómo ayudar de manera efectiva y equilibrar las necesidades propias con las de la persona
afectada.
Impacto en la vida cotidiana: Las personas cercanas pueden verse afectadas en su vida
diaria debido a los cambios impredecibles y la necesidad de adaptarse a las necesidades y
desafíos de la persona con TPD.
Es importante que las personas cercanas busquen comprender el TPD y se eduquen sobre sus
efectos. La empatía, la paciencia y la comunicación abierta pueden ser clave para mantener
relaciones saludables con alguien que experimenta este trastorno. Buscar apoyo de terapeutas,
grupos de apoyo u otros recursos también puede ser beneficioso para las personas cercanas al
individuo con TPD.
Carga económica: El tratamiento y el manejo del TPD pueden generar costos económicos
significativos para los sistemas de salud y para las familias que buscan terapia especializada.
Esto puede afectar la asignación de recursos en la atención médica y en los servicios de salud
mental.
Familia y relaciones sociales: Las personas con TPD a menudo enfrentan dificultades en sus
relaciones personales, lo que puede influir en la dinámica familiar y en el bienestar de la
comunidad en general. Las relaciones sociales y la cohesión comunitaria también pueden
verse afectadas si hay un número significativo de personas con TPD en una comunidad.
Estigma y comprensión: La falta de comprensión sobre el TPD puede llevar al estigma y a
la discriminación hacia las personas que lo experimentan. Esto puede influir en cómo se les
trata en la sociedad y dificultar su integración en el trabajo, la educación y otras áreas.
Carga en sistemas de apoyo: Las personas con TPD a menudo necesitan un apoyo continuo
y especializado, lo que puede requerir la participación de familiares, amigos y profesionales
de la salud. Esto puede afectar la capacidad de estas personas para brindar apoyo a otras áreas
de su vida.
Impacto en el mercado laboral: Las personas con TPD pueden experimentar dificultades en
su funcionamiento ocupacional debido a la alternancia de estados de personalidad y los
síntomas asociados. Esto puede afectar su productividad y bienestar económico, y también
puede influir en la dinámica laboral.
Necesidades de recursos sociales: Las personas con TPD pueden requerir servicios y apoyos
sociales adicionales para poder funcionar de manera efectiva en la sociedad. Esto puede
ejercer presión sobre los recursos comunitarios y gubernamentales disponibles.
El impacto del TPD en la población puede variar dependiendo de la prevalencia del trastorno
y de la disponibilidad de servicios de salud mental en una determinada región o comunidad.
Promover la comprensión, la empatía y la disponibilidad de servicios de tratamiento
especializados puede ayudar a reducir los efectos negativos del TPD en la sociedad.
En Guatemala, la prevalencia y el diagnóstico del TPD pueden ser bajos debido a la falta de
conocimiento y recursos especializados en trastornos disociativos. La mayoría de los datos
disponibles sobre salud mental en Guatemala se centran en trastornos más comunes, como la
depresión y la ansiedad.
En Guatemala, la prevalencia y el diagnóstico del TPD pueden ser bajos debido a la falta de
conocimiento y recursos especializados en trastornos disociativos. La mayoría de los datos
disponibles sobre salud mental en Guatemala se centran en trastornos más comunes, como la
depresión y la ansiedad.
11.-Resumen y Datos estadísticos a Nivel Latinoamericano.
Es importante tener en cuenta que estos datos se refieren a trastornos de salud mental en
general y no específicamente al TPD:
Los datos estadísticos sobre la prevalencia y la incidencia del TPD a nivel mundial son
limitados debido a la naturaleza compleja y a menudo oculta del trastorno, así como a la falta
de conciencia y comprensión generalizada. Sin embargo, algunos estudios y estimaciones
sugieren lo siguiente:
Sexo y género: El TPD se ha observado más frecuentemente en mujeres que en hombres. Las
estadísticas varían, pero algunos estudios sugieren que la proporción de mujeres con TPD
puede ser significativamente mayor.
Manías
1.- Manifestaciones clínicas:
2.- Tratamiento.
El tratamiento de la manía y los trastornos que la involucran, como el trastorno bipolar, suele
ser integral y puede incluir terapias psicológicas, medicamentos y cambios en el estilo de
vida. La elección del tratamiento depende de la gravedad de los síntomas y las necesidades
individuales. Aquí están algunos de los enfoques de tratamiento comunes:
3.- Prevención.
La prevención de las manías y los trastornos asociados, como el trastorno bipolar, implica
adoptar estrategias para reducir el riesgo de episodios maníacos y mantener la estabilidad
emocional. Si bien no se pueden prevenir completamente los trastornos mentales,
especialmente aquellos con un componente biológico, existen medidas que pueden ayudar a
reducir el impacto de los episodios maníacos y a mejorar la calidad de vida. Aquí hay algunas
prevenciones y medidas que pueden ser útiles:
Educación: La educación es clave tanto para las personas que tienen un diagnóstico de
trastorno bipolar como para sus seres queridos. Aprender sobre los síntomas, los
factores desencadenantes y las estrategias de manejo puede ayudar a anticipar y
prevenir los episodios maníacos.
Cumplimiento del tratamiento: Es fundamental seguir el plan de tratamiento
establecido por los profesionales de la salud mental. Esto puede incluir tomar
medicamentos según las indicaciones y asistir a sesiones de terapia.
Estilo de vida saludable: Mantener un estilo de vida saludable puede ayudar a
estabilizar el estado de ánimo y reducir la frecuencia de los episodios maníacos. Esto
incluye una dieta equilibrada, ejercicio regular, dormir lo suficiente y evitar el
consumo excesivo de alcohol y drogas.
Manejo del estrés: Desarrollar habilidades para manejar el estrés puede ser
fundamental para prevenir los episodios maníacos. Técnicas como la meditación, el
yoga y la respiración profunda pueden ayudar a reducir la ansiedad y el estrés.
Identificación de desencadenantes: Identificar los factores que pueden desencadenar
episodios maníacos, como situaciones estresantes o cambios en los patrones de sueño,
puede permitirte tomar medidas preventivas.
Regulación de la rutina diaria: Mantener una rutina regular puede ser beneficioso.
Establecer horarios para comer, dormir y llevar a cabo actividades puede ayudar a
estabilizar el ritmo circadiano y el estado de ánimo.
Red de apoyo: Contar con una red de apoyo sólida, que incluya amigos, familiares y
profesionales de la salud mental, puede proporcionar el respaldo necesario para
prevenir y manejar los episodios maníacos.
Evitar el alcohol y las drogas: El consumo de sustancias puede exacerbar los síntomas
maníacos y aumentar el riesgo de episodios. Evitar el uso de alcohol y drogas
recreativas puede contribuir a la prevención.
Mantener un diario: Llevar un diario donde registres tus estados de ánimo, patrones de
sueño, eventos estresantes y otros factores puede ayudarte a identificar patrones y
anticipar episodios.
Comunicación abierta: Mantener una comunicación abierta con tu profesional de la
salud mental y tu red de apoyo puede permitirte recibir ayuda temprana en caso de
cambios en tu estado de ánimo.
Los trastornos de manía, como el trastorno bipolar, pueden tener un impacto significativo en
la familia de la persona afectada. Los episodios maníacos pueden crear desafíos emocionales,
comunicativos y prácticos que afectan a todos los miembros de la familia. Aquí hay algunas
formas en que los trastornos de manía pueden afectar a la familia:
Las personas cercanas a alguien que está experimentando episodios maníacos, como en el
caso del trastorno bipolar, también pueden verse afectadas de diversas maneras. El
comportamiento y los cambios de humor durante los episodios maníacos pueden influir en la
relación y en la forma en que estas personas experimentan la situación. Aquí hay algunas
formas en que los episodios maníacos pueden afectar a las personas cercanas:
Los trastornos de manía, como el trastorno bipolar, pueden tener un impacto más amplio en la
población en diferentes niveles, incluyendo el social, económico y de salud pública. Aunque
estos trastornos afectan principalmente a las personas que los experimentan directamente,
también pueden tener efectos en la comunidad en general. Aquí hay algunas formas en que
los trastornos de manía pueden afectar a la población:
Carga económica: Los episodios maníacos pueden dar lugar a decisiones impulsivas,
como el gasto excesivo o la inversión en proyectos riesgosos. Esto puede tener un
impacto económico no solo en la persona afectada, sino también en sus familias y en
la economía en general. Los costos médicos y terapéuticos asociados también pueden
generar una carga económica.
Productividad laboral: Las personas que experimentan episodios maníacos pueden
tener dificultades para mantener un empleo estable debido a la interrupción de su
rutina, su capacidad de concentración reducida y su comportamiento impulsivo. Esto
puede afectar la productividad laboral y, en última instancia, la economía.
Relaciones sociales y comunitarias: Las interacciones sociales pueden verse afectadas
por el comportamiento inusual y, a veces, disruptivo de las personas que están
experimentando episodios maníacos. Esto puede afectar las relaciones personales, las
redes sociales y la cohesión comunitaria.
Estigmatización: La falta de comprensión y estigma en torno a los trastornos
mentales, incluyendo los trastornos de manía, puede llevar a la discriminación y al
rechazo de las personas afectadas. Esto puede influir en la percepción y el tratamiento
de los individuos que luchan con estos trastornos.
Acceso a la atención médica: El acceso a la atención médica adecuada y al
tratamiento puede ser un desafío para muchas personas que sufren trastornos de
manía. Los sistemas de salud pueden no estar equipados para brindar atención de
calidad y asequible a estas personas.
Carga en el sistema de salud: Los trastornos de manía pueden requerir intervenciones
médicas y terapéuticas intensivas. Esto puede ejercer una carga adicional en los
sistemas de salud, especialmente si no hay suficientes recursos y profesionales
especializados disponibles.
Seguridad pública: En casos extremos, los episodios maníacos pueden llevar a
comportamientos peligrosos y agresivos. Esto puede tener un impacto en la seguridad
pública y puede requerir intervenciones de las fuerzas del orden.
Salud física: Las personas con trastornos de manía pueden descuidar su salud física
durante los episodios maníacos debido a la falta de sueño, la alimentación irregular y
otros comportamientos arriesgados. Esto puede llevar a problemas de salud a largo
plazo.
En América Latina, los trastornos mentales, incluyendo los trastornos de manía, son un
importante problema de salud pública. Algunos datos y tendencias generales incluyen:
Los trastornos de manía, como el trastorno bipolar, afectan a millones de personas en todo el
mundo. Estos trastornos se caracterizan por episodios de manía y, en algunos casos, episodios
depresivos. Pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas que
los padecen, así como en sus relaciones y funciones diarias.
Hasta 2021, algunos datos estadísticos sobre los trastornos de manía a nivel mundial
incluyen:
Trastorno Disocial
1.- Manifestaciones clínicas de cada una.
Agresión hacia personas y animales: Las personas con trastorno disocial pueden
mostrar agresión física o verbal hacia otras personas, incluidos compañeros,
familiares y figuras de autoridad. También podrían dañar animales.
Destrucción de la propiedad: Pueden mostrar un patrón de destrucción intencionada
de objetos materiales, ya sea en casa, en la escuela o en otros lugares.
Engaño y robo: Los individuos con trastorno disocial pueden mentir, engañar o robar
a otros para obtener beneficios personales. Esto puede incluir el hurto de objetos de
compañeros, familiares u otros individuos.
Violación de normas y reglas: Suelen desafiar las normas sociales y las reglas
establecidas, tanto en casa como en la escuela. Pueden faltar a la escuela sin
justificación, violar las normas de tráfico y participar en comportamientos ilegales.
Falta de empatía y remordimiento: Pueden mostrar una falta de empatía hacia los
sentimientos y necesidades de los demás. A menudo no sienten remordimiento por sus
acciones, incluso si han lastimado a alguien.
Problemas académicos y laborales: El trastorno disocial a menudo se asocia con un
bajo rendimiento académico y problemas en el trabajo debido a su dificultad para
respetar las reglas y las expectativas.
Comportamiento desafiante: Pueden ser desafiantes, resistirse a la autoridad y negarse
a seguir las instrucciones. Pueden ser propensos a discutir con adultos y desobedecer
sus órdenes.
Irritabilidad y explosiones de temperamento: Pueden tener dificultades para controlar
sus emociones y experimentar ráfagas de ira intensa y desproporcionada.
Inicio temprano: Los síntomas del trastorno disocial suelen aparecer en la infancia o
en la adolescencia temprana. Si no se abordan, estos comportamientos pueden
evolucionar hacia problemas más graves en la edad adulta.
2.- Tratamiento.
El tratamiento del trastorno disocial implica abordar tanto los síntomas del trastorno como las
causas subyacentes. Dado que el trastorno disocial afecta a niños y adolescentes, el
tratamiento suele involucrar una combinación de intervenciones terapéuticas, apoyo familiar
y, en algunos casos, intervenciones farmacológicas. Aquí hay algunas opciones de
tratamiento que pueden ser útiles:
La prevención del trastorno disocial se enfoca en identificar y abordar los factores de riesgo
que pueden contribuir al desarrollo de este trastorno en niños y adolescentes. Aquí hay
algunas estrategias preventivas que pueden ser efectivas:
El desarrollo del trastorno disocial, al igual que otros trastornos mentales, es el resultado de
una combinación compleja de factores biológicos, genéticos, psicológicos y ambientales. No
existe una única causa definitiva, sino más bien una interacción entre estos factores que
puede llevar al desarrollo del trastorno en una persona. Aquí hay una descripción general de
cómo estos factores pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad en una persona:
Dificultades en las relaciones sociales: Las personas con trastorno disocial a menudo
tienen dificultades para establecer y mantener relaciones saludables con sus pares,
familiares y figuras de autoridad. Pueden mostrar falta de empatía, agresión y
comportamiento manipulador, lo que puede alejar a las personas de su entorno.
Problemas en la escuela: El comportamiento disruptivo y desafiante puede afectar
negativamente el rendimiento académico. Los niños y adolescentes con trastorno
disocial pueden tener dificultades para concentrarse en el aprendizaje y pueden ser
más propensos a enfrentar suspensiones o expulsiones escolares.
Comportamiento antisocial: Las personas con trastorno disocial a menudo se
involucran en comportamientos ilegales o moralmente incorrectos, como el
vandalismo, el robo o la violencia. Estos comportamientos pueden tener
consecuencias legales y afectar la seguridad de la persona y de los demás.
Problemas emocionales: Las personas con trastorno disocial pueden experimentar
dificultades emocionales, como ira intensa, irritabilidad y dificultad para manejar la
frustración. También pueden tener dificultades para comprender y expresar emociones
de manera saludable.
Aislamiento social: Debido a sus dificultades en las relaciones, las personas con
trastorno disocial pueden volverse aisladas y sentirse excluidas de actividades sociales
y recreativas.
Impacto familiar: El comportamiento problemático de una persona con trastorno
disocial puede generar tensión y conflicto en el hogar. Las familias pueden sentirse
frustradas y desamparadas al intentar manejar el comportamiento desafiante.
Riesgo de problemas futuros: Si no se abordan adecuadamente, los comportamientos
antisociales y desafiantes en la infancia y la adolescencia pueden aumentar el riesgo
de problemas más graves en la vida adulta, como conductas delictivas, abuso de
sustancias y dificultades en las relaciones.
Afectación del autoconcepto: Las personas con trastorno disocial pueden
experimentar una baja autoestima y sentirse culpables o avergonzadas por sus
acciones y la forma en que interactúan con los demás.
Es fundamental que las familias busquen ayuda y apoyo cuando enfrentan el desafío de criar
a un niño o adolescente con trastorno disocial. La terapia familiar y el acceso a recursos
comunitarios pueden ayudar a las familias a desarrollar estrategias efectivas para lidiar con el
trastorno y mejorar la dinámica familiar.
7.- Cómo afectan a las personas cercanas.
Amigos y compañeros: Los amigos y compañeros de clase pueden ser testigos de los
comportamientos desafiantes y agresivos de la persona con trastorno disocial. Esto
puede crear un ambiente incómodo, generar temor o hacer que otros eviten interactuar
con la persona afectada.
Compañeros de trabajo o estudio: En contextos laborales o académicos, las personas
con trastorno disocial pueden tener dificultades para respetar las normas y los límites
establecidos. Esto puede crear tensiones en el ambiente y afectar el rendimiento de
todos.
Maestros y educadores: Los maestros y educadores pueden enfrentar desafíos al tratar
de enseñar y mantener el orden en el aula cuando tienen un estudiante con trastorno
disocial. Pueden sentirse frustrados por la interrupción constante y la dificultad para
mantener un ambiente de aprendizaje efectivo.
Figuras de autoridad: Las figuras de autoridad, como entrenadores deportivos o
líderes comunitarios, pueden tener dificultades para manejar el comportamiento
desafiante y agresivo de la persona con trastorno disocial en situaciones grupales.
Sentimiento de inseguridad: Las personas cercanas a alguien con trastorno disocial
pueden sentirse inseguras y preocupadas por su propia seguridad debido a la
imprevisibilidad de los comportamientos agresivos o impulsivos.
Impacto emocional: Presenciar o experimentar el comportamiento disruptivo y
agresivo puede causar estrés, ansiedad y tristeza en las personas cercanas. Pueden
sentirse afectadas emocionalmente por la dificultad de relacionarse con la persona
afectada.
Interrupción de actividades sociales: Las personas cercanas pueden evitar interactuar
con la persona afectada debido a la preocupación por su comportamiento o por evitar
situaciones incómodas.
Desarrollo de estigmatización: Las personas cercanas pueden estigmatizar a la
persona con trastorno disocial debido a sus comportamientos problemáticos, lo que
puede afectar la relación y dificultar la empatía.
Aislamiento social: Las personas cercanas pueden alejarse de la persona afectada para
proteger su propio bienestar emocional y evitar situaciones desafiantes.
Es importante reconocer que las personas cercanas también pueden necesitar apoyo y
recursos para lidiar con el impacto del trastorno disocial en sus vidas. La educación, el
entendimiento y la comunicación abierta pueden ayudar a mitigar algunos de los efectos
negativos y fomentar un entorno más comprensivo y solidario.
8.- Formas en que afectan a la población
Para mitigar los efectos del trastorno disocial en la población, es importante promover la
conciencia, la educación y la prevención en la comunidad. Además, garantizar el acceso a
servicios de salud mental, programas de apoyo y recursos adecuados puede ser fundamental
para abordar los desafíos que presenta este trastorno en la sociedad.
En Guatemala, como en muchos otros lugares, los trastornos mentales, incluido el trastorno
disocial, son un desafío significativo para la salud mental pública. Sin embargo, la
disponibilidad de datos específicos sobre el trastorno disocial a nivel local puede ser limitada.
· Se estima que alrededor del 2-10% de la población infantil y juvenil en todo el mundo
podría cumplir con los criterios para el diagnóstico de trastorno disocial.
Guatemala es un país de América Central con una rica historia y diversidad cultural. Sin
embargo, también enfrenta desafíos significativos en términos de salud mental y acceso a
servicios de atención médica.
· Los trastornos de conducta, como el trastorno disocial, pueden ser más comunes en áreas
con altos niveles de pobreza y desigualdad, así como en comunidades donde la violencia y la
inseguridad son problemas persistentes.
Recursos y organizaciones:
América Latina es una región diversa compuesta por varios países con diferentes culturas,
economías y sistemas de atención médica. Si bien cada país tiene su propia situación de salud
mental, existen desafíos comunes en toda la región en términos de acceso a servicios de salud
mental y conciencia pública sobre la importancia de la salud mental.
o Los trastornos mentales son una preocupación significativa en América Latina, y la falta de
acceso a servicios de salud mental adecuados es un problema común en muchos países.
o En general, América Latina tiene una proporción baja de profesionales de salud mental en
comparación con la población que necesita atención.
Recursos y organizaciones:
La salud mental es un tema global que afecta a personas de todas las edades, géneros y
culturas en todo el mundo. Los trastornos mentales, incluido el trastorno disocial, tienen un
impacto significativo en la vida de las personas y sus comunidades.
o Los trastornos mentales son una de las principales causas de discapacidad en todo el
mundo. Se estima que más de 1.000 millones de personas en todo el mundo padecen algún
tipo de trastorno mental.
o La falta de acceso a servicios de salud mental es un problema global. La escasez de
profesionales de salud mental, la falta de recursos y la estigmatización pueden dificultar que
las personas reciban el tratamiento necesario.
o Los trastornos de conducta, como el trastorno disocial, pueden tener una prevalencia
variable en diferentes regiones y países.
o La OMS estima que los trastornos de conducta, como el trastorno disocial, pueden afectar
hasta al 10% de la población infantil y adolescente en todo el mundo.
Recursos y organizaciones:
Las personas con este trastorno con frecuencia no sienten remordimiento o culpa por lo que
han hecho. Pueden racionalizar sus acciones culpando a aquéllos a quienes lastimaron (por
ejemplo, pensando que lo merecían) o a cómo es la vida (por ejemplo, pensando que es
injusta). Están decididos a no ser avasallados y a hacer lo que creen que es mejor para ellos
mismos a toda costa; esta actitud puede deberse a la desconfianza generalizada en los demás.
Las personas con trastorno de personalidad antisocial carecen de empatía por los demás y
pueden despreciar o mostrarse indiferentes ante los sentimientos, los derechos y el
sufrimiento de los demás.
De repente, cambian de hogar, de relaciones o de trabajo (sin un plan para obtener otro)
Conducen muy rápido y en estado de embriaguez, lo que a veces da lugar a accidentes
Consumen cantidades excesivas de alcohol o toman drogas ilegales que pueden tener efectos
nocivos
Cometen actos delictivos
Las personas con trastorno de personalidad antisocial suelen caer en provocaciones y son
agresivas desde el punto de vista físico porque tienen dificultades para controlar sus impulsos
y no calculan el efecto de sus acciones sobre los demás.
Irresponsabilidad
Las personas con trastorno de personalidad antisocial a menudo son irresponsables desde el
punto de vista social y financiero. Como consecuencia, pueden hacer lo siguiente:
Estas personas a veces, tienen una alta opinión de sí mismas y pueden ser muy dogmáticas,
seguras de sí mismas o arrogantes. Pueden ser encantadores, persuasivos y convincentes en
sus esfuerzos por obtener lo que quieren.
2.- Tratamiento.
Para algunos síntomas, terapia cognitivo-conductual, terapia basada en la mentalización y
ciertos medicamentos.
Los adultos con trastorno de personalidad antisocial suelen mostrar síntomas de un trastorno
de conducta antes de los 15 años. Los síntomas de un trastorno de conducta incluyen
problemas de comportamiento graves y persistentes, tales como:
• Agresión hacia personas y animales
• Destrucción de bienes
• Mentiras y deshonestidad
• Robo
• Violación grave de las reglas
El trastorno de personalidad antisocial se considera una afección que dura toda la vida. Pero,
en algunas personas, ciertos síntomas (particularmente la conducta destructiva y delictiva)
pueden disminuir con el tiempo. No está claro si esta disminución es el resultado del efecto
que tiene el envejecimiento en la mente y el cuerpo, de una mayor conciencia de las
consecuencias que tiene la conducta antisocial en la vida o de otros factores.
Interpretación: En vista que la t obtenida (5.38) no es igual y es mayor que la t crítica (2.00)
se rechaza Ho1 y se acepta la Hi1 que dice: Existe una diferencia estadísticamente
significativa al 0.05% en las conductas antisociales cuando se comparan niños y niñas
Interpretación: En vista que la t obtenida (5.39) no es igual y es mayor que la t crítica (2.00)
se rechaza la Ho2 y se acepta la Hi2 que dice: Existe una diferencia estadísticamente
significativa al 0.05% en las conductas delictivas cuando se comparan niños y niñas.
Luego de haber aplicado la prueba correspondiente con el objetivo de determinar si existe una
diferencia estadísticamente significativa en conductas antisociales y delictivas en niños y
niñas se pudo comprobar en los aspectos evaluados conducta antisocial y conducta delictiva
que existe diferencia estadística por lo que en ambas se acepta la hipótesis a hipótesis de
investigación.
En los resultados obtenidos se encontró que una niña y dos niños presentan conducta
antisocial, asimismo cinco niños y tres niñas presentan conductas delictivas; un niño presenta
conducta antisocial y delictiva.
Los resultados obtenidos evidencian que es más relevante en los niños que en las niñas,
cumpliéndose así los objetivos propuestos se identificaron las conductas antisociales y
delictivas en los dos grupos, se toma en cuenta que debido a cambios físicos y emocionales
existirán cambios en la vida cotidiana sobre todo cuando normas disciplinarias intervienen.
Se han realizado varios estudios sobre el tema de conducta antisocial y delictiva, respecto a
los antecedentes citados se mencionan a:
Déficit neurológico.
Los individuos cuya corteza prefrontal del cerebro es de menor tamaño ven afectada su
capacidad de auto-control. Dicha afección está relacionada con el abuso de drogas durante el
embarazo, la malnutrición prenatal, la exposición a agentes tóxicos durante el embarazo; o
bien como resultado de la exposición a contextos de violencia.
Factores genéticos.
Los dos genes asociados con el comportamiento violento son, el gen MAOA, también
llamado “el gen guerrero”, y una variante del gen CDH13. El gen CDH13 contribuye al
desarrollo de las conexiones neuronales del cerebro y está asociado al Trastorno de Déficit de
Atención e Hiperactividad, el gen MAOA es el encargado de metabolizar la dopamina,
sustancia relacionada con el amor y la violencia. Cuando la absorción de dopamina es
demasiado baja tiene como consecuencia una mayor atracción por las situaciones de riesgo y
un aumento del comportamiento violento. El consumo de sustancias psicoactivas, como el
alcohol, o las drogas, influye en el comportamiento agresivo, pues afecta la liberación de
dopamina en el cerebro.
2. Factores Socio-Culturales
Los factores socio-culturales relacionados con el comportamiento violento y delictivo tienen
relación con el ámbito familiar, escolar o comunitario en que se desenvuelven las personas:
Patrones de crianza. Aquellas personas que reciben apoyo emocional de sus padres presentan
menores niveles de conductas violentas y delictivas que quienes recibieron rechazo y bajos
niveles de apoyo de sus padres. Asimismo, las personas que crecieron bajo un estilo de
crianza autoritario tienen mayores probabilidades de involucrarse en conductas antisociales.
Auto-control.
La dificultad para regular el propio comportamiento ha sido relacionada con la conducta
violenta y delictiva. Los individuos adquieren esta capacidad durante la primera infancia, y
está altamente influenciada por el estilo de crianza. Las personas que tienen bajo nivel de
auto-control tienen más probabilidades de involucrarse en comportamientos contrarios a las
normas sociales, derivado de las dificultades que enfrentan para sopesar los beneficios y
riesgos asociados a estos comportamientos.
Aprendizaje social.
Las normas y los valores son adquiridos e internalizados a partir de nuestro entorno. Las
personas se involucran en conductas antisociales debido a su asociación con otras personas
que practican este tipo de conductas. Su comportamiento criminal es reforzado (reciben una
recompensa: aceptación en el grupo, dinero, entre otros) y como consecuencia, estos
individuos llegan a considerar la delincuencia y la violencia como algo deseable, o al menos
justificable en ciertas situaciones.
Presión social.
Las personas toman de su medio social un conjunto de símbolos de realización personal que
expresan la posesión de riqueza, estatus, poder o autonomía. Algunos individuos que no
disponen de éstos por medios legítimos pueden sentirse presionados a obtenerlos de cualquier
manera, incluso mediante la comisión de hechos violentos o delictivos. Las subculturas
criminales surgen en respuesta a la necesidad de realizar estándares de logro idealizados por
la sociedad, incluso a través de medios ilegítimos. Aunque las metas sean convencionales, los
medios para alcanzarlas se desvían de las normas sociales. Por otra parte, las personas con la
motivación para involucrarse en conductas antisociales deben tener a su disposición
oportunidades, incentivos y baja probabilidad de castigo para pasar de la ideación a la
comisión de hechos delictivos.
3. Factores de Desarrollo. Refiere a elementos del contexto social en donde nacen y
crecen las personas que inciden en sus probabilidades de alcanzar su máximo potencial.
Ambiente criminogénico/violento.
El ambiente físico y social en donde crecen y se desenvuelven las personas afecta su
comportamiento. En particular, si una comunidad, tiene estructuras sociales débiles, tales
como escuelas en mal estado, escasez de lugares para la recreación y la convivencia o en mal
estado, edificios vacíos y atacados por vándalos, una mezcla de propiedades comerciales y
residenciales; y limitada eficacia colectiva (organización comunitaria efectiva), lo más
probable es que se presenten altos índices de criminalidad. En este contexto, es probable que
los miembros de la comunidad no se unan para trabajar en contra del desorden social y la
delincuencia facilitando de esta forma las oportunidades para que la conducta antisocial
ocurra.
La relación entre los diversos factores descritos anteriormente incide en la motivación de las
personas para desviarse de las normas sociales. Sin embargo, existen otros elementos que
determinan si un individuo actuará de forma violenta o delictiva ante la tentación o
provocación.
B. Nivel Macro
En el nivel macro o social, se muestran los elementos que en conjunto con los factores que
componen el nivel micro o individual, son necesarios para que se produzca la conducta
antisocial. La mayoría de acciones gubernamentales para la prevención y control de la
violencia y el delito se han enfocado en este nivel, lo cual ha provocado una constante lucha
contra el crimen, pues éste tiende a desplazarse a otros lugares en donde existen condiciones
favorables para las acciones violentas o delictivas.
Son dos los factores que a nivel macro aumentan las probabilidades de que las personas
motivadas a delinquir o a ejercer la violencia, lo lleven a cabo.
Las personas que residen en lugares en donde hay una alta disponibilidad de armas de fuego,
tienen mayores probabilidades de ser víctimas de la delincuencia. En los países que tienen un
alto control sobre la tenencia de armas las tasas de homicidio y delitos contra la propiedad
son más bajos. Otro aspecto importante es la capacidad de uso de los medios para ejecutar
acciones violentas o delictivas. Estas capacidades generalmente son producto de la
exposición a ambientes criminogénicos y/o la asociación con pares desviados. De la misma
forma, en áreas en donde no existe presencia policial o ésta es débil, las situaciones de
conflictividad y violencia social tienden a incrementarse.
La motivación para llevar a cabo acciones violentas o delictivas se manifiesta como resultado
de la interrelación de factores neuro-biológicos, socio-culturales y de desarrollo. Sin
embargo, la motivación no es suficiente. Para que la conducta antisocial se concretice hacen
falta algunos elementos del entorno tales como un débil control social formal e informal, y la
disponibilidad de habilidades y medios necesarios para llevar a cabo las acciones violentas y
delictivas.
2.- Tratamiento.
● Terapia de exposición y prevención del ritual (respuesta); a menudo se agrega
terapia cognitiva.
● Inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) o clomipramina, más,
si es necesario, un medicamento de refuerzo.
La terapia de exposición y de prevención de los rituales suele ser eficaz en pacientes con
trastorno obsesivo compulsivo; su elemento esencial es la exposición gradual de los pacientes
a las situaciones o personas que desencadenan las obsesiones y los rituales que provocan
ansiedad mientras se les solicita que se abstengan de sus rituales, La mejoría a menudo se
mantiene por años, en especial en pacientes que dominan el método y lo utilizan incluso una
vez que ha terminado el tratamiento formal. Sin embargo, algunos pacientes tienen respuestas
incompletas (como algunos también las tienen con los fármacos).
Los ISRS y la clomipramina (un antidepresivo tricíclico con potentes efectos
serotoninérgicos) suelen ser muy eficaces. Los pacientes suelen requerir dosis más altas de
las que normalmente se necesitan para la depresión y la mayoría de los trastornos de
ansiedad. Algunos pacientes que no mejoran significativamente con cursos adecuados de
estos fármacos pueden beneficiarse con el agregado de medicamentos sinergistas como un
neuroléptico atípico (p. ej., aripiprazol) o un modulador de glutamato (p. ej., memantina,
N-acetilcisteína).
3.- Prevención.
No hay posibilidad de prevenir el Trastorno Obsesivo Compulsivo TOC. Lo único que se
puede conseguir es detener la enfermedad, tratándola tan pronto como sea posible.
Se estima que el TOC es uno de los trastornos de ansiedad más comunes en todo el mundo, el
TOC afecta a personas de todas las edades, géneros y culturas en todo el mundo. Las
estimaciones de prevalencia varían según las fuentes y los estudios, pero en general, se cree
que afecta a aproximadamente el 1-2% de la población mundial en algún momento de sus
vidas.
Las estadísticas más confiables estiman que 1 de cada 100 adultos o entre 2 y 3 millones de
adultos en Los Estados Unidos tiene TOC actualmente. Éste es aproximadamente el mismo
número de gente que vive en la ciudad de Houston, Texas.
También hay al menos 1 en 200 o 500,000 niños y adolescentes que tiene TOC, casi el
mismo número de niños que tiene diabetes. Esto significa que es probable que 4 o 5 niños con
TOC estén inscriptos en cualquier escuela primaria común (de tamaño promedio). En una
escuela secundaria de tamaño mediano o grande, podría haber hasta 20 estudiantes luchando
contra los desafíos del TOC.
El TOC afecta a hombres, mujeres y niños de todas las razas y orígenes por igual, ya que el
TOC está frecuentemente emparejado con otra enfermedad mental como la depresión,
algunos pacientes del TOC están a mayor riesgo de suicidio. Nuevos estudios sugieren que
los pacientes del TOC son 10 veces más probables a suicidarse o exhiben comportamientos
suicidas. Asimismo, del 5 al 25% de personas que padecen TOC han admitido el intento de
suicidio en algún momento de sus vidas.
Gráfica:Frecuencia de pacientes según género
ANÁLISIS CRÍTICO
Un análisis crítico del enfoque propuesto para el trabajo de investigación revela varios
aspectos sólidos y áreas que podrían beneficiarse de una mayor profundización. El tema
elegido, que aborda enfermedades mentales graves, trastornos de la personalidad y trastornos
del neurodesarrollo, es sumamente relevante y presenta un desafío significativo en el campo
de la salud mental. Sin embargo, aquí se presentan algunas consideraciones para mejorar la
robustez y la pertinencia del trabajo de investigación:
Fortalezas:
Áreas de Mejora:
2. Las implicaciones de estas condiciones van más allá de los síntomas psicológicos,
impactando profundamente la calidad de vida de los individuos y sus seres queridos.
Problemas como la autolesión, el aislamiento social y las dificultades en la adquisición de
habilidades esenciales son indicadores de cómo estas condiciones pueden afectar la vida
cotidiana y las relaciones interpersonales.
4. El enfoque multidisciplinario emerge como una necesidad crítica para abordar estas
condiciones. Los profesionales de la salud, psicólogos, educadores y trabajadores sociales
deben colaborar para brindar un apoyo completo que atienda tanto los aspectos médicos
como los psicosociales de estas condiciones.
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