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ETICA Y VALORES 8°

LAS CRISIS.

Una crisis es un cambio brusco o una modificación importante en el desarrollo de algún suceso,
y ésta puede ser tanto física como simbólica. Crisis también es una situación complicada o de
escasez.
Una persona puede enfrentarse a diversas clases de crisis; una de las más comunes es la de
salud, que tiene lugar cuando se experimenta un cambio importante en el curso de una
enfermedad. Por ejemplo: “El paciente falleció tras sufrir una crisis cardíaca”.
Se habla de crisis de nervios, por otro lado, cuando un sujeto pierde el control de sus
emociones; esto ocurre, por lo general, ante una situación de estrés: “La madre de la víctima
sufrió una crisis de nervios al enterarse de la trágica noticia”. En este caso, un sinónimo traído
de la lengua inglesa es la palabra «shock», que refleja de manera muy concisa el golpe o
choque que existe entre el estado previo a conocer una determinada situación y el instante
posterior, ya que son prácticamente opuestos a nivel anímico.
Otro momento de crisis para una persona suele aparecer al alcanzar una cierta edad; se habla
de la crisis de los 30 años, o de los 40 o los 50, y se refieren a la dificultad que conlleva enfrentar
los cambios propios de cada etapa de la vida. Si bien es cierto que muchos envejecen sin
prestar atención a estas cuestiones y disfrutando del día a día, el cuerpo y la mente sufren
modificaciones progresivas irreversibles que afectan a aquéllos que no soportan desprenderse
definitivamente de las cosas. Desde un punto de vista meramente fisiológico, por ejemplo, se
dice que entre los 27 y los 30 años la piel deja de producir colágeno, lo que explica que sea
ésta la franja etaria en la que comienzan a aparecer arrugas.
Desde un punto de vista psicológico, las crisis son tan comunes como necesarias para el
desarrollo de una persona, y no siempre se trata de cuestiones negativas o tan evidentes como
las expuestas en los párrafos anteriores. Cualquier obstáculo que se nos presente en la vida,
por pequeño e insignificante que parezca a simple vista, representa un desafío que, de ser
resuelto y superado, nos llevará a una nueva etapa en el espiral de nuestro crecimiento.
Toda crisis tiene la misma secuencia: conflicto, desorden y adaptación (o desadaptación). Un
conflicto, que implica tensión entre diferentes aspectos, pero que también lleva la semilla del
cambio. La crisis siempre obliga a elegir. Piénsese en una crisis económica, una crisis de pareja
o la producida tras una enfermedad. Anterior a ese momento se produce un desorden,
impregnado de angustia y sufrimiento. Es inevitable, incluso necesario para poder llegar al
tercer paso: la adaptación.
Por lo tanto, lo que produce la crisis no es el conflicto sino la respuesta que el sujeto aporta. Es
decir, el problema no es el problema sino como respondemos ante él. Por esto, es comprensible
que ante un mismo acontecimiento (muerte, separación, enfermedad) una persona puede hacer
crisis y otra no. El que no la hace, ha puesto en marcha mecanismos compensadores que han
restructurado el desequilibrio.
Conclusión: lo importante no es evitar los problemas sino posibilitar a cada persona los aportes
precisos para que pueda salir de las encrucijadas de su existencia.
ACTIVIDAD.
1. Según el texto anterior ¿Qué es una crisis? Descríbelo también en tus propias palabras.
2. ¿Qué tipos de crisis mencionan en el texto? Explícalos y agrega las que consideras que
faltan.
3. ¿Cómo crees que se debe abordar una crisis emocional? Explica tu respuesta y escribe
las sugerencias.
4. Para ti ¿de qué forma influyen las crisis en la vida de una persona?
5. Recuerda y escribe una crisis que hayas vivido a nivel personal y cómo la enfrentaste.
6. Qué entiendes de la siguiente frase:

«En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte».

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