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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Universidad Bolivariana de Venezuela
Programa de Formación de Grado en Estudios Jurídicos
Eje Geopolítico Regional Cacique Tiuna
Casa de Los Saberes – Altos Mirandinos – Los Teques
Estado Bolivariano de Miranda
Análisis Sociológico del Derecho y del Pensamiento Jurídico

Socialización
Unidad V

Facilitador (a): Participantes:


Abg. Jackeline Barrios Cardona Dayana
C.I. V- 19.763.653
Introducción

La constitución del sujeto, como proceso de socialización, se lleva a cabo


dentro de la tensión que se produce, entre las necesidades de la integración a la
vida social y los requerimientos del desarrollo individual. El intentar comprender
cómo sociedad e individuo se constituyen mutuamente, cómo cultura e individuo
constituye cada uno al otro, ha dado lugar a desarrollos importantes dentro las
ciencias sociales.

Esta problemática emerge una y otra vez y dentro delos actuales cambios
sociales con sus concomitantes cambios en los referentes culturales, éticos y
políticos; por lo tanto, se hace necesaria la construcción de herramientas teóricas,
que permitan hacer un análisis a fondo sobre las nuevas formas de socialización y
las condiciones paradójicas en las cuales se forma hoy el agente humano como
sujeto cultural. Así, en el marco de esta preocupación creciente por elaborar
teorizaciones que respondan de mejor manera a los grandes problemas de la
sociedad e intentando comprender los efectos de la complejización de la vida
social, nos encontramos con la renovada vigencia de autores que escribieron sus
obras !a comienzos del siglo anterior. Autores como Bakhtin, Elías y Vygotski,
quienes habían permanecido marginales, resultan elementos los nuevos
desarrollos de las ciencias humanas.
Socialización

La socialización es un proceso del individuo y un proceso de la sociedad. Por


tanto son dos procesos complementarios en su meta final, pero distintos en su
origen, intereses, y mecanismos de actuación. Uno es el interés de la sociedad y
otro el del individuo. Por eso el fenómeno de la socialización es estudiado tanto
desde la Sociología como desde la Psicología, aunque de hecho no estudian los
mismos contenidos.

Así, se puede definir este fenómeno como

"El Proceso por el cual los individuos, en su interacción con


otros, desarrollan las maneras de pensar, sentir y actuar que son
esenciales para su participación eficaz en la sociedad" (Vander
Zanden, 1986).

En esta definición se hace referencia a la interacción, porque se trata de un


proceso bidireccional: el sujeto recibe influencias del medio y a su vez él también
influye sobre este. Otra de las definiciones más citada por la literatura.

Hace referencia a la socialización como

"El proceso por cuyo medio la persona humana aprende e


interioriza, en el trascurso de su vida, los elementos
socioculturales de su medio ambiente, los integra a la estructura
de su personalidad, bajo la influencia de experiencias y de
agentes sociales significativos, y se adapta así al entorno social
en cuyo seno debe vivir" (Rocher, 1990).

Agentes de Socialización

Los agentes socializadores son aquellos elementos que determinan en gran


medida la socialización de las personas, es decir, formar parte de una sociedad.
Estos agentes pueden ser individuos, grupos o instituciones que influyen en los
individuos y en su comportamiento social.

La interacción de elementos como los amigos, la familia, la escuela o los


grupos de referencia van creando esquemas mentales que determinarán los
comportamientos de la persona, además de moldear sus valores morales y
sistema de creencias.

La importancia de estos agentes es variada, siendo la familia y la escuela dos


de los que más influyen a lo largo de nuestra vida, moldeando nuestra
personalidad y determinando lo adaptados que estemos a la sociedad.

Cualquier persona o institución que nos influya y que influya en cuán


adaptados estemos a la sociedad se puede considerar un agente socializador. Los
principales agentes socializadores son los que veremos a continuación:

1. El núcleo familiar

El principal agente socializador de prácticamente todas las personas del


mundo es la familia. Los niños y niñas tienen sus primeras relaciones con sus
padres y hermanos, personas quienes influyen de primera mano en su
personalidad y en su manera de comprender el mundo que los rodea.

El núcleo familiar es uno de los agentes de socialización cuya influencia es la


que más tiempo dura. Esto no únicamente es notorio durante los primeros años de
infancia, sino también en la adolescencia y en la edad adulta.

Las interacciones con el resto de la familia y la calidad de las relaciones que


se establezca con el núcleo familiar son determinantes para el desarrollo cognitivo,
social y emocional del individuo.

2. La educación formal
Los niños y niñas empiezan su educación formal siendo todavía muy
pequeños y, por lo tanto, muy moldeables. Es por ello que podemos decir que la
escuela es uno de los agentes socializadores más importantes de nuestras vidas.

En las guarderías, colegios y escuelas los infantes conocen a otros niños de


su misma edad quienes al igual que ellos van a adquirir en esos lugares
conocimientos y normas que la sociedad espera que aprendan.

La tarea de las escuelas va más allá de la enseñanza formal, puesto que


también pretenden que los alumnos se formen moralmente y desarrollen al
máximo sus capacidades intelectuales.

Acudir a la escuela nos ofrece la oportunidad de relacionarnos con otros


individuos, haciendo que sepamos que hay otras personas en el mundo quienes
pueden comportarse, tener unas preferencias o pensar de manera distinta. Por
ello los colegios son un agente socializador en el que se nos enseñan valores
como la tolerancia.

Podemos destacar también de la escuela el papel de los profesores, quienes


ejercen como figura de autoridad diferente a la de los padres. Como resultado de
esto, los niños y niñas empiezan a comprender la existencia de jerarquías
institucionales y cómo deben comportarse.

3. La religión

Si bien no es un agente socializador importante para todas las personas, sí


que cabe mencionar que la religión puede ser un elemento de gran peso para
introducir a un individuo en su entorno sociocultural, aunque esto varía mucho del
tipo de familia y sociedad en la que uno se haya criado.

Las comunidades religiosas organizadas como parroquias, movimientos,


asociaciones o sectas influyen mucho en el pensamiento y personalidad de sus
adeptos. Quienes forman parte de estos colectivos o asisten a sus templos reciben
enseñanzas que moldean su cosmovisión, su sistema de creencias, sus valores
morales y su comportamiento.

4. Los grupos de referencia

Todo conjunto de personas que establezca relaciones duraderas basadas en


intereses, creencias o valores comunes influyen mucho en la psicología de sus
miembros. Los grupos de referencia son importantes agentes socializadores a
cualquier edad, pero especialmente durante la adolescencia.

En muchos casos, estos grupos se convierten en un refugio para jóvenes que


sienten que no son comprendidas por su familia, siendo los grupos de referencia el
entorno idóneo para expresar su rebeldía y disconformidad hacia las normas
impuestas por sus padres.

Prácticamente cualquier grupo de personas puede ser considerado un grupo


de referencia, siendo algunos ejemplos los clubes deportivos, los partidos
políticos, las comunidades religiosas, las bandas de música o las bandas
callejeras.

Cabe decir que no hace falta formar parte de uno de estos grupos para recibir
su influencia. Tanto adolescentes como adultos pueden adoptar algunos de los
valores de sus grupos de referencia sin necesidad de pertenecer a ellos,
simplemente documentándose sobre su actividad, postura política o recibiendo
información de ellos a través de los medios de comunicación.

5. Las amistades

Las amistades son para prácticamente cualquier persona uno de los agentes
socializadores de mayor influencia, especialmente durante la adolescencia y los
primeros años de la edad adulta.
Durante la adolescencia llega un momento en el que empezamos a
independizarnos emocionalmente de nuestros padres, dando mayor importancia a
nuestro grupo de amigos, personas de nuestra misma edad y con nuestros
mismos intereses. Las amistades ejercen un papel crucial en el desarrollo de
nuestra psicología, algo que puede funcionar como un arma de doble filo.

Por un lado, el grupo de amigos tiene aspectos positivos como darnos apoyo,
favorecer la lealtad de sus miembros y mostrar afecto y comprensión en un
entorno en el que no hay jerarquías predeterminadas.

Pero por el otro pueden darse fenómenos negativos como la presión de


grupo para consumir drogas, tomar riesgos varios o destrozar mobiliario urbano,
además de que el grupo de amigos puede evolucionar de una forma tóxica en la
que se forme una jerarquía en donde sus miembros no son iguales.

6. Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías

Los medios de comunicación siempre han sido importantes agentes


socializadores. Los primeros fueron los periódicos, luego vino la radio y la
televisión, siendo hasta hacía relativamente poco los principales medios de
comunicación que influían en el pensamiento colectivo.

La tele ha sido un medio que siempre ha tenido mucha fuerza a la hora de


crear costumbres y cambiar el comportamiento, motivo por el cual ha sido objeto
de regulaciones para evitar mostrar contenidos inapropiados, recomendándose
siempre que los menores vean la televisión acompañados de un adulto.

Pero los avances tecnológicos han hecho que los medios de comunicación se
hayan sofisticado, además de democratizarse permitiendo que todo el mundo
tenga acceso a un sinfín de información rápida y cómodamente.

Hoy en día, el principal medio de comunicación que influye sobre el


pensamiento de la sociedad es, sin lugar a dudas, todo aquel que se valga de
Internet para transmitir su información. Las redes sociales, las plataformas de
visionado de vídeos y podcasts y demás medios de Internet moldean la psicología
de la juventud a tiempo real, con vertiginosa velocidad.

Las nuevas tecnologías han ejercido un gran cambio en la manera de


socializar, haciendo que haya una gran diferencia entre cómo se comunican los
jóvenes y cómo lo hacen las personas que no son nativos digitales. La red permite
una mayor interacción, pero a costa de que esta no sea en persona lo cual hace
que la calidad de las relaciones se pueda ver afectada.

Hay quienes consideran que la influencia de las nuevas tecnologías y los


medios de comunicación asociados es tan grande hoy en día que ha provocado
que la familia y la escuela pierdan fuerza socializadora. Se podría debatir sobre si
este temor es infundado, puesto que todavía no se tiene una información veraz
que confirme esto al tratarse de un fenómeno relativamente nuevo.

Mecanismo de Socialización

El concepto de mecanismo social atañe a aquellos procesos sociológicos,


psicológicos y económicos cuya principal característica es la producción regular de
cierto comportamiento. Los mecanismos explican cómo se produce un
determinado fenómeno, es decir, muestran de qué manera las condiciones finales
son causadas por las condiciones iniciales y las etapas intermedias. Buscan hacer
inteligibles las regularidades observadas a través de una especificación detallada
de cómo se produjeron. Los mecanismos sociales han sido definidos como
modelos causales hipotéticos que muestran el sentido del comportamiento
individual, o bien como hipótesis verosímil que podrían ser la explicación de
algunos fenómenos sociales, dándose la explicación en términos de interacciones
entre individuos, o individuos y algún conjunto social.

Una conocida teoría que permite ilustrar lo dicho es la de la profecía


autocumplida. Según esta teoría, una definición inicialmente falsa de una situación
puede suscitar ciertas conductas que eventualmente harán que aquella falsa
concepción se vuelva realidad. Por ejemplo, al difundirse un rumor vinculado a la
supuesta insolvencia de un banco, probablemente algunos de sus clientes
retirarán su dinero, lo que avivará la creencia de la gente en los presuntos
problemas de la institución. Como consecuencia, más personas extraerán sus
ahorros y esto provocará que el rumor siga diseminándose. De esta manera, el
banco podría quebrar a pesar de la falsedad inicial del rumor sobre su insolvencia.

El concepto de «mecanismo» surgió en sociología como una alternativa


explicativa intermedia entre la pura descripción y la construcción de historias
verosímiles, por un lado, y las leyes sociales universales, por otro. Cabe destacar,
sin embargo, que el concepto de mecanismo social no solo concierne a la
sociología, sino también a otras ciencias como la psicología y la economía,
disciplinas en las que podemos identificar mecanismos tales como la reducción de
la disonancia cognitiva y los modelos de mercado neoclásicos.

Normas Sociales

Las normas sociales son aquellas que regulan, de forma implícita, las
relaciones entre los seres humanos. Su fin es facilitar la convivencia entre las
personas que comparten una comunidad.

Las normas sociales son un conjunto de reglas no escritas que facilitan la


armonía y la buena convivencia entre las personas. Suelen ser comunes para una
serie de personas o territorios. Algunas son universalmente conocidas, otras se
restringen a un espacio delimitado, como puede ser una región, país o civilización.

Estas normas varían en el tiempo y dependen del contexto. Es decir, lo que


nos parece ahora una norma social aceptable y deseable, en otro tiempo no lo era
o ni siquiera existía. También ocurre al contrario, otras habrán desaparecido.

Hay que señalar que son muy importantes y también juegan su papel en el
control social, estableciéndose dentro de las reglas implícitas. Coloquialmente
suelen ir aparejadas al concepto de tener “buena educación”, es decir, son
definitorias de personas respetuosas y educadas, que sirven como ejemplo al
resto de la sociedad.
Características de las Normas Sociales

Las normas sociales varían de acuerdo a su contexto sociocultural, no son


universales: dependen del lugar y del tiempo al que pertenecen. Por ejemplo, las
normas sociales de la Inglaterra victoriana, célebre por su puritanismo y recato, no
son las mismas que existen hoy en día en el mismo país, ni fueron similares a las
que hubo en la misma época, pero en China.

Por otro lado, el incumplimiento de las normas sociales no acarrea una


sanción formal ni jurídica en sí, pero no seguirlas puede conducir a situaciones de
rechazo, ya que lo que buscan es uniformar la conducta. Por ejemplo, es posible
que nos nieguen el derecho a entrar a una iglesia, si pretendemos hacerlo en traje
de baño.

Normas Sociales y Normas Jurídicas

Las normas sociales y las jurídicas poseen un origen similar: forman parte de
las normas con que una sociedad decide por consenso regirse a sí misma y que
organizan, estructuran y articulan el trato cotidiano. Sin embargo, las normas
jurídicas poseen un rango mucho más formal, universal y coercible, ya que su
incumplimiento acarrea sanciones severas por parte del Estado.

Por el contrario, las normas sociales pueden, conducir a malentendidos, a


ofender a los demás, o al aislamiento social, pero rara vez a situaciones más
riesgosas.

Además, las normas sociales pueden respetarse de muchas formas, incluso


parcialmente, o pueden sustituirse por otras. Mientras que las normas jurídicas
son inamovibles y definen el marco de justicia y de convivencia de las sociedades.

Control Social

El control social es un conjunto de medidas, una serie de normas o reglas


explícitas e implícitas, cuyo fin es mantener el orden social o el orden de la
sociedad.
Control social, por tanto, es un concepto muy amplio. Pues se refiere al
conjunto de reglas, normas, valores y costumbres que permiten que la
coexistencia entre los diferentes grupos de una sociedad sea pacífica y
armonizada.

Por esta misma razón es un concepto tan amplio, pues son muchas y muy
distintas las medidas. Además, varían en función del territorio en el que nos
encontremos, pudiendo ser una medida de control social en una ciudad europea ir
vestido por la calle, mientras que en las tribus en la selva sea ir con un taparrabos.

Este control se realiza a través de medidas coactivas, a través del derecho y


de las sanciones, tanto administrativas como penales. Pero también se utilizan
medidas que no implican la violencia o la coacción, tales como la religión, las
costumbres o la familia.

Control Social Formal e Informal

 Control Social Formal

Los medios de control social formales o explícitos son aquellos que están
respaldados por el derecho.

El poder legislativo, a través de su potestad para legislar, establece


las leyes que han de cumplir el resto de ciudadanos. Parte de estas leyes son para
controlar a la población, para que sea el orden, y no el caos, el que impere. Es
el Gobierno, es decir, el poder ejecutivo el que asegura el cumplimiento de estas
leyes, a través de las fuerzas policiales. También es el Gobierno el encargado de
trazar las líneas estratégicas de estas políticas. Orientando así al país en la
dirección que desean.
El cumplimiento de la legislación aprobada se lleva a cabo mediante sanciones
administrativas y penales. El primer tipo es el más corriente, consiste en lo que se
conoce de forma cotidiana como multas, y son interpuestas por la Administración
Pública. Como ejemplos, podemos señalar una multa por exceso de decibelios
emitidos por un local; por conducir a una velocidad excesiva; o por no pagar
el impuesto de circulación al ayuntamiento correspondiente. Respecto a las
sanciones penales, se utilizan cuando la violación de la ley reviste gravedad.
Como un homicidio, un fraude fiscal excesivo o el tráfico de drogas.

En conclusión, los medios de control social formales tienen el objetivo de


corregir conductas en favor del orden social de manera explícita, es decir, a través
del desarrollo de leyes y normas.

 Control Social Informal

Los medios de control social informales o implícitos son aquellos que no se


encuentran desarrollados en leyes o normas estatales explícitas. Sino que es la
sociedad y otras instituciones informales quien las realiza de forma más o menos
indirecta. Hablamos de la religión, de los valores, de la moral, de la familia, de los
medios de comunicación, etc.

La religión, sin importar al dios que predique, da unas normas y unas reglas de
comportamiento que han ido adquiriendo sus fieles a lo largo de cientos de años.
El amor al prójimo, la tolerancia, o la ayuda a los más necesitados que promueve
el cristianismo son ejemplo de ello. Por eso, cuando se observan episodios
detestables, como el abuso de alguien indefenso o el robo a un mendigo, la
sociedad en su conjunto condena tal comportamiento. Los valores y la moral
convergen con la religión.

La familia, por su parte, también es garante del control social. La jerarquía, el


respeto a los mayores, y la obediencia de los hijos a los padres, hacen que haya
un control en dicha “organización”. Estos valores, además, se externalizan al resto
de la sociedad. Los medios de comunicación también juegan su papel en
cualquiera que sea su formato. Van dirigidos a las grandes masas, sobre las
cuales tiene una gran influencia.

El protocolo social bajo el que se comporta una población también es un medio


de control social.

El Derecho como Forma de Control Social

Al hablar de control social debemos remitirnos al campo de las ciencias


biológicas; es decir, al mundo biológico-individual, aquel en donde surgen
múltiples trasformaciones que permiten a las y los individuos ser sí mismos, por sí
mismos y para sí mismos. No obstante, es en este mundo biológico-
individual donde existe la transferencia de información bioquímica y
electromagnética a través de los llamados microtúbulos, que, en conjunto con el
mundo del lenguaje, permiten tener una conciencia de realidad.

La conciencia de realidad no es otra cosa que las concepciones que tenemos


respecto del mundo de lo concreto; aquel que está ahí y difícilmente podemos
identificar sus cambios. En tanto, el mundo de lo concreto está constituido por
variadas ideologías de carácter subjetivo que impone el que tiene el poder.

Visto desde la tecnología de la microfísica del poder del francés Michel


Foucault, ésta se encuentra en todo el ámbito social porque aquel que dice qué es
la realidad impondrá su conciencia de realidad para con las y los miembros de la
sociedad, toda vez que el lenguaje es dual; esto significa que nos permite tener
nociones respecto de objetos y, al mismo tiempo, instaura normas sociales —en el
campo de las ciencias sociales se les conoce como estructuras sociales—.
Por ello, el derecho desde la perspectiva socio-jurídica es considerado
como ideología-norma, ya que es un cúmulo de múltiples concepciones
ideológicas permeadas de subjetividad que, al elevarse a rango
de verdad (positivizada por los operadores del derecho), se establece como
derecho que trae consigo una sanción jurídica al infringir la norma jurídica.

En ese sentido, el derecho carece de identidad ontológica, lo que significa que


entre el deber ser y el ser del derecho se justifica que su origen es espurio
producto del poder, y el poder fáctico que rodea a la norma permite la creación de
definiciones para criminalizar.

Es importante mencionar que existen dos tipos de criminalización: la primera


de ellas es la primaria, la cual consiste en proteger los intereses de los poderosos,
mientras que la secundaria se refiere a la protección de esos intereses a partir de
la criminalización y el control del otro; el enemigo.

En este sentido, el enemigo es un producto subjetivo del lenguaje, y no debe


olvidarse que el lenguaje crea realidades. En consecuencia, el derecho no es un
instrumento que permite la sana convivencia de los sujetos sociales en sociedad,
sino un instrumento del poder para efecto de perpetuar instrumentos hegemónicos
tanto del ejercicio del poder político como económico, para justificar su
operatividad.

De la misma manera, es importante hacer énfasis en que el paradigma del


derecho clásico ha cambiado en su totalidad, porque la posmodernidad ha servido
para que el derecho pueda erigirse como terrorismo jurídico. El derecho
posmoderno tiene su nacimiento con la Convención de las Naciones Unidas contra
el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas, la cual permite lo
siguiente:

 La intervención de las comunicaciones sin que las y los ciudadanos en


jurisdicción se enteren;
 La detención de personas por simple sospecha;
La reversión de la carga de la prueba (demostrarle al Ministerio Público que
no es miembro de la delincuencia organizada);
 Tener a personas infiltradas para efecto de conocer el funcionamiento de
las instituciones financieras, y
 Los no beneficios penitenciarios.

Lo referido son indicadores que permiten entender que el derecho posmoderno


no está para beneficio de la sociedad, para que se respeten y hagan valer los
derechos humanos de las y los ciudadanos en jurisdicción, sino que permite
violentarlos y, a su vez, justiciarlos mediante el derecho. Finalmente, el derecho no
es de los ciudadanos, sino del ejercicio del poder de talla nacional e internacional.

Historia del Concepto de Control Social

Es innegable que el hombre es un ser social, esto explica su agrupación y


convivencia histórica con otros seres humanos, sin embargo dicha convivencia no
suele ser siempre pacífica y se presentan conductas desviadas de la norma social
imperante. Diversos métodos se han empleado en las distintas sociedades a
través del paso del tiempo con el objetivo de tratar de asegurar la convivencia
pacífica o de imponer castigos a aquellos que quebrantaran las normas sociales.
Es por tanto entendible que toda sociedad o grupo social tiene que contar con
reglas de convivencia, con una disciplina que asegure la coherencia interna de sus
miembros, en correspondencia se ve obligada a desplegar diversos mecanismos
que aseguren la conformidad de éstos con sus normas y pautas de conducta;
siendo aquí donde el control social tiene su función. Su implantación es necesaria
una vez que sale a relucir un desajuste entre el hombre y la sociedad, dicha
implantación puede ser de controles tanto coactivos como persuasivos que
regulen, orienten y repriman conductas no deseadas, o no reconocidas como
válidas en determinada sociedad.

El control social puede definirse de una forma genérica como el conjunto de


instituciones, estrategias y sanciones sociales que pretenden garantizar el
sometimiento del individuo a las normas sociales o leyes imperantes,
generalmente dichos mecanismos actúan en el individuo de una forma
inconsciente ya que las ha aprendido durante el proceso de socialización. Durante
la infancia, en el proceso de socialización el individuo aprende e interioriza lo que
en su sociedad y cultura se considera o no apropiado, más tarde también
aprenderá cuáles son los comportamientos que se consideran delictivos y
penados por las leyes vigentes.

El control social, originalmente surge como una especie de mecanismo que


posibilita la autorregulación del orden social a través de mecanismos informales
que surgen del propio seno social. Así entonces, surge dicha categoría en el
marco de las teorías dirigidas a establecer el consenso social como ente natural
de convivencia y reproducción de las relaciones sociales, hasta ir adoptando
posiciones más adaptables a la época.

El uso originario del término Control Social se remonta a la segunda mitad del
Siglo XIX en los EE. UU con Edward Ross; sociólogo norteamericano, quien utilizó
dicho término por primera vez en relación a los problemas del orden y la
organización social.

El control social puede entenderse por un lado como una estrategia de


administración del orden, y por otro, como un instrumento de dominación
legitimado por la base social. El sentido otorgado por Ross a este nuevo concepto
excluía de cierto modo los controles estatales, tanto legales como políticos, los
que en la práctica demostraron su inoperancia para construir la necesaria armonía
social. Desde esta perspectiva, la esencia controladora sería asumida por
la sociedad a través de la interacción social persuasiva. El control social, por tanto,
ayuda a la prevención del delito o la conducta desviada y también puede
considerarse que ayuda al castigo de las conductas desviadas ya realizadas,
puesto que por medio de los rumores, el ostracismo o la vergüenza el individuo
que ha cometido dicha conducta puede sentirse castigado por la sociedad aunque
ésta no emplee métodos coercitivos tradicionales.
El desarrollo del concepto de “control social” se presenta con los sociólogos
(criminólogos) norteamericanos y se atribuye a Edward Ross el creador de este
término si bien, Roberto Bergalli considera ser el primero en haber empleado la
expresión sociología del control penal, al menos en castellano. Puede entenderse
por lo tanto el control social como una forma de presión social informal y difusa,
que tiene como objeto evitar la conducta delictiva. Además, es necesario destacar
que Bergalli otorga gran importancia a las ideas de Robert Merton, quien a partir
del estudio de la sociedad norteamericana pone de manifiesto que algunas
estructuras sociales son claramente criminógenas al propiciar que las personas se
decidan por realizar comportamientos desviados.

Muñoz Conde explica del concepto de control social que es “condición básica
de la vida social, pues a través de él se asegura el cumplimiento de las
expectativas de conducta y los intereses contenidos en las normas sociales que
rigen la convivencia”. En conclusión respecto al concepto general de control social,
podemos determinar que se trata del conjunto de medios a través de los cuales
una sociedad garantiza que la conducta de cada miembro sea congruente con los
parámetros de conducta previamente establecidos y de igual forma hace
referencia a la capacidad de respuesta de la sociedad ante el incumplimiento de
dichos parámetros.

Por otra parte, Luis Recases, se refiere al control social como una expresión
que “ha sido puesta en uso y generalizada sobre todo por los sociólogos
norteamericanos. Con estas palabras se trata de designar en conjunto todas las
normas colectivas así como también las autoridades y los poderes sociales, que a
diferentes niveles y de diversas maneras, regulan la conducta humana en sus
aspectos o resultados exteriores.”

Con respecto al concepto de control social en el campo de las ideas


criminológicas que se han expuesto, cabe también destacar que su desarrollo no
ha sido uniforme, así algunos autores desarrollaron el llamado control social
“pasivo” que lo referían a los elementos basados en las costumbres, las
tradiciones, las leyes, las instituciones, etc., y a su vez acuñaron el término de
control social “activo”, como el proceso social orientado a acciones para la
implantación de metas y valores.

En la actualidad, Ross señala que el problema del control social, es que «estos
vínculos naturales, que eran muchos y firmes cuando el vecindario rural o la
comunidad de aldea eran del tipo comunitario, no vinculan a las personas tanto
como lo deberían en las enormes y complejas comunidades actuales”, por lo tanto
ésta sería una explicación de que el control social informal pierda efectividad en
las grandes ciudades.

Por último, desde el punto de vista sociológico los mecanismos de control


social vendrían a constituir una de las partes más importantes de retroalimentación
del sistema social para conservar su estabilidad (el factor homeostático). Del
mismo modo podría decirse que constituye la parte conservadora de la sociedad
(en contraposición con el cambio social que como veremos más adelante
constituye la parte que llama al cambio y a la reforma).

El Derecho desde la Perspectiva Antropológica

Si bien diversos autores han señalado la estrecha relación que el derecho y la


antropología han tenido desde sus inicios (Krotz 2002; Chenaut y Sierra 2002; De
la Peña 2002; Silva 2000), es importante destacar que la antropología jurídica,
como subdisciplina específica, está encargada del análisis sociocultural de los
fenómenos jurídicos. Para lo cual parte de la noción del derecho como un
elemento cultural inserto en contextos sociales, políticos, económicos e históricos
específicos (Krotz, 2002). Como tal, una de sus principales tareas ha sido generar
un conocimiento profundo de la ley en la vida cotidiana (Nader, 2002).

Tomando Latinoamérica como escenario, en este espacio queremos apenas


referir de forma muy breve algunos aspectos importantes en el desarrollo que
nuestra subdisciplina ha tenido en México y Brasil, considerando que ambos
países se han convertido en referentes obligados respecto a estudios sobre la
relación entre el derecho y la cultura; el primero en ámbitos indígenas y, el
segundo, principalmente, en espacios urbanos.

Pues bien, en el caso de México, los principales antecedentes directos de


nuestra subdisciplina se encuentran en las investigaciones realizadas por Laura
Nader entre los años de 1950-1960 y Jane Collier entre las décadas de 1960 y
1970 en el sur de nuestro país. Estudios que desde sus inicios marcaron la
importancia de comprender el uso que los actores sociales hacen de las diferentes
instancias legales instauradas socialmente para resolver disputas, mismas que
están directamente relacionadas con los procesos históricos, económicos y
políticos tanto de los individuos, como de los grupos implicados.

Como Chenaut y Sierra (1992) refieren, otro momento importante fue la


reunión convocada por Rodolfo Stavenhagen en 1987, a partir de la cual se
conformó un equipo comprometido con la importante tarea de aportar
investigaciones comparativas entre el derecho nacional y el indígena, en un
contexto en el cual se hacía cada vez más evidente la necesidad de reconocer a
los Estados latinoamericanos de forma pluriétnica y multinacional. En este sentido,
desde este momento el interés central de la antropología jurídica en México, ha
girado principalmente en torno a conceptos tales como el pluralismo jurídico, la
autonomía y la interlegalidad, entre otros.

La situación de nuestra subdisciplina en Brasil, por otro lado, ha ido a la


inversa; esto es, ha estado enfocada a la reflexión antropológica en torno al
derecho en espacios urbanos principalmente. En este sentido, como señalan
Roberto Kant de Lima (2008, 2012) y Luis Roberto Cardoso de Oliveira (2008), la
antropología del derecho -forma como los especialistas denominan a nuestra
subdisciplina en estas latitudes- está enfocada a plantear un extrañamiento de lo
familiar; es decir, la «exotización» de las instancias jurídicas propias de la
sociedad del antropólogo.

Al respecto, si bien los trabajos pioneros de Roberto Kant de Lima se sitúan en


1975, el mismo autor señala las dificultades que la institucionalización de la
subdisciplina en la antropología brasileña, considerando que esta únicamente se
alcanzó en la reunión de la Asociación Brasileña de Antropología (ABA) en 1996,
dentro del grupo de trabajo denominado «O oficio da Justiça” (Lima, 2012). Sin
embargo, a partir de este momento la antropología del derecho se ha desarrollado
exponencialmente, logrando situarse como una de las áreas más importantes en
dicho país y generando importantes núcleos de investigación.

Al respecto Jaqueline Sinhoretto (2011) señala que en el caso brasileiro, la


subdisciplina de antropología del derecho ha construido su perspectiva a partir de
la noción de campo estatal de administración de justicia, el cual retoma el
concepto de campo jurídico de Bourdieu (2007), al mismo tiempo que se
contrapone a la noción de Estado como organización homogénea. Tal cuestión, de
acuerdo con la autora, permite comprender la existencia de diferentes instituciones
estatales y su participación en la administración de conflictos y; a partir de ahí,
estudiar la manera como cada una de ellas actúa de acuerdo con sus lógicas y
rituales, con los cuales producen efectos de equidad y jerarquización muy
diferente entre sí. Asimismo, Sinhoretto destaca que la perspectiva brasileira de
estudios del campo estatal de administración de conflictos está basada en una
forma particular de abordar un conjunto de complejos elementos interrelacionados
desde una visión antropológica.

Cabe destacar asimismo, que desde el año pasado el surgimiento del Foro
Latinoamericano de Antropología del Derecho (FLAD) marca el interés de países
como México, Brasil y Argentina de impulsar el desarrollo de estudios desde la
antropología del derecho en América Latina, tomando cuatro ejes principalmente:

a) funcionamiento de burocracias estatales en los sistemas judiciales,


penitenciarios, policiales y ministeriales;
b) prácticas y modalidades de intervención de las fuerzas de seguridad
sobre grupos y colectivos sociales;
c) formas de acción política, ciudadanía, legalidades, legitimidades de
diversas organizaciones sociales que demandan justicia y/o promueven
la ampliación de derechos; así como, d) nuevas propuestas teóricas y/o
metodológicas respecto al trabajo socioantropológico para el estudio de
fenómenos sociojurídicos en ámbitos urbanos.

Como podemos observar, la trayectoria de la subdisciplina en México y Brasil


ha estado enmarcada por inquietudes y temáticas muy diferentes; sin embargo, en
ambos países ha logrado consolidar grupos de investigación y debates de suma
importancia, a partir del interés en la reflexión antropológica acerca de la relación
entre el derecho, la sociedad y la cultura en contextos diversos.

Cambio Social

El cambio social es la variación de la estructura social. Esta estructura se


compone de una serie de elementos, por lo que la magnitud del cambio dependerá
de la intensidad en la variación de estos elementos.

Un cambio social supone la alteración o variación de los elementos que


conforman la estructura social. Elementos como valores, normas, formas de
relacionarse, de gobernar, etc. Si todo ello se mantiene estable, se dice que hay
armonía social. Al contrario, si estos elementos cambian, como los valores
sociales, las normas o las costumbres más tradicionales, se está produciendo un
cambio social.

Estos cambios sociales se llevan a cabo en el tiempo.

Pueden realizarse en un periodo muy corto, como es el caso de


las revoluciones. O llevarse a cabo en un lapso mucho más amplio, como está
pasando en los últimos años, que poco tiene que ver la sociedad occidental del
siglo pasado con la del presente.

El cambio generacional es altamente palpable, cosa que no sucedía años


atrás, cuyos cambios eran más lentos. De ahí que, durante siglos, la vida política y
social se haya mantenido prácticamente igual.

Causas del Cambio Social


Las causas de los cambios acaecidos en una sociedad pueden ser muy
variables. Pueden existir cambios en la religión, en la política, en las ideologías, en
la demografía y en la tecnología, suponiendo un cambio en las tradiciones y
valores imperantes.

Vamos a resumir cada uno de ellos:

 Religión: Ha habido cambios sociales inspirados en la aparición de una


nueva religión o, mejor dicho, con la aparición de nuevas ramas. Esto
sucedió con la aparición del protestantismo y sus numerosas corrientes
internas. La aparición de nuevas ideas dentro de la religión provoca
cambios sociales. Pero no solo ocurre cuando surge una nueva
interpretación de la fe. Sino también con la intensidad con la que se vive. La
sociedad occidental está experimentando una importante secularización a
nivel global. También ocurre en los países islámicos, donde cada vez
surgen grupos más radicales. Esto conlleva una transformación social
profunda.
 Política: La forma de practicarla, la forma de gobierno de un determinado
país, todo influye en el cambio social. No es lo mismo vivir bajo un
sistema totalitario o autoritario que bajo una democracia. O bajo
una monarquía absoluta y otra parlamentaria. El día a día y la forma de
hacer política también pueden propiciar un cambio social. No es lo mismo la
política enfocada a la maximización del voto y de los beneficios económicos
y electorales; que una sociedad despolitizada o con una clase política
razonable y sensata.
 Ideología: Probablemente, el gran cambio de paradigma social y política
vino de la mano de la irrupción de las ideologías revolucionarias del siglo
XIX. Estas ideologías alzaron la figura del pueblo llano y de las figuras más
humildes de la sociedad, a costa de la pérdida de privilegios y beneficios de
las élites y de las clases dominantes. Lo que desembocó
en Estados comunistas, socialistas e incluso socialdemócratas.
 Demografía: Las variaciones en las tasas de natalidad y mortalidad,
provocadas por los avances sanitarios, han supuesto un gran avance
social. La población global ha crecido de forma casi exponencial en los
últimos años, lo que supone un cambio en las formas de vida de las
sociedades.
 Tecnología: Las revoluciones industriales y sus avances trajeron consigo
cambios muy relevantes como la máquina de vapor, los grandes
conglomerados industriales, las jornadas laborales delimitadas o la división
del trabajo. Los avances más recientes traídos por la tecnología más
moderna están trayendo los auténticos cambios sociales contemporáneos.

Efectos del Cambio Social sobre el Derecho

Los cambios sociales han sido siempre, eje central de la sociología, la


politología y de la psicología social; el origen y los diferentes tipos de estos son
tratados por los distintos teóricos que a su vez aportan variadas e interesantes
opiniones al respecto. Los estructuralistas han insistido en dar una definición que
en principio se ilustra acertada, pues ellos enfatizan que todo cambio tiene su
manifestación en la estructura social, partiendo de ahí para elaborar sus criterios
sobre la base de medir la intensidad del cambio. Algunos estiman que el cambio
más importante se materializa en el campo de la axiología, es decir, de los valores
que en un momento determinado presiden y se proyectan como de mayor
jerarquía dentro de la sociedad en una situación determinada. Otros prefieren
observar la intensidad y alcance del cambio a través de los factores económicos,
dándole prioridad a los elementos que reflejan la distribución del ingreso
económico y el producto interno bruto de cada país.

A la vez desde una visión sociológica, estos sitúan diversas clasificaciones del
cambio en el elenco, determinándose, los cambios que pueden ocurrir en las
personas que ocupan los puestos de mandos de un sistema social.

En todas las teorías clásicas se ha referido de una u otra forma con respecto al
cambio, lo referido al tema, sus fuentes y tipos. Spencer afirmo que el desarrollo
de la sociedad era un proceso de evolución y progreso. Para Oswald Spengler la
existencia humana es una serie indeterminables de vaivenes. Arnold Tonynbee
sostiene que una civilización nace de una respuesta victoriosa a un reto,
atribuyendo la capacidad de materializar esas respuestas a las “minorías
creadoras”. Carlos Marx sostuvo que el avance hacia la sociedad sin clases se
realiza mediantes conflictos dialecticos en los que una clase subordinada derriba a
su clase gobernante, señalando a la violencia como la gran impulsora de tales
cambios, teniendo en cuenta las contradicciones reflejadas en la sociedad
capitalista.

Ya en la teorías modernas Talcott Parsons establece la relación de los


cambios con el equilibrio, no tan sólo para resquebrajarlo sino en algunos casos
para consolidar estos. Francesa Cancian relaciona tales cambios directamente
con la estabilidad del sistema y resalta sobre este para lograr conservarlos. Wright
Mills le asigna un papel considerable a los factores políticos, sin menospreciar los
factores de clase, reflejando así sus influencias marxistas. David McLelland y
Everett E. Hagen expresan que la principal fuerza que impulsa a las sociedades
no descansa en los factores ambientales, ni en los conflictos sociales, ni en las
ideas, sino en los individuos que están intensamente movidos por el interés de
lograr determinados logros.

El Derecho es ejercido desde la democracia, a través de la acción de los


legisladores y también del Gobierno y la administración, puede ser visto así como
factor de cambio en la medida en que contribuya a autentificar, profundizar y
prolongar esa libre voluntad popular: nunca contra ella, pero ayudando, a su vez, a
una mejor y más efectiva articulación y ejecución de sus demandas; así como a
una progresiva toma de conciencia sobre nuevas legítimas necesidades y
exigencias para unos u otros sectores y que tienen más dificultades para hacerse
escuchar. Vale insistir aquí, en la decisiva e importancia del momento en que este
es aplicado por el poder judicial y demás poderes.
Conclusión

Es cierto que en determinada medida el Derecho llega a ser un elemento


conservador, pues todo sistema tiene establecido mecanismos de defensa para
mantenerlos, y determinados procedimientos que los hacen cambiar, pero
siempre, sin modificar su esencia.

El Derecho llega a ser un instrumento de cambio dentro del orden y la


estabilidad, respondiendo a que este surge del interior de una realidad social
determinada con la cual establece estrechos lazos de interdependencia. Pero,
donde a nuestro entender aparece o se refleja con mayor nitidez la función del
Derecho como instrumento que valida y legitima el cambio, es cuando la
sentencia, la norma concreta al caso que se analiza o se resuelve dentro de lo
conflictivas que pueden ser las relaciones sociales y jurídicas, es resultado de una
nueva construcción doctrinal que le da nacimiento o valida una determinada forma
de actuar que se identifica con los nuevos cambios sociales. Ya habiendo
explicado los aspectos considerados necesarios para el cambio, se puede llegar a
conclusiones determinadas con respecto al Derecho como componente del
cambio social.

Es un elemento del contexto en el que se desarrolla y aplica. No es sólo


norma, sino que organiza también una parte de la realidad a la que se destina, que
no puede ser absorbida si no se conoce el Derecho que la rige. Pero este Derecho
positivo, que nace de la sociedad, por medio de los procedimientos jurídicamente
establecidos, es aplicado por esta de una forma dinámica y cambiante, nunca
estática ni inmóvil. En esta situación el problema se acentúa y se hace más crítico
cuando la sociedad, las instituciones, las costumbres, los valores y las formas de
vida, cambian con especial rapidez y profundidad. De ahí entonces que el Derecho
se manifieste en constante interactividad con los demás factores que dentro de la
sociedad se desarrollan y cambian en un momento histórico determinado, y la
importancia que se le atribuye a este para una vez materializado el cambio venga
a ser validador y asegurador del mismo.

Bibliografia

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 Agentes Socializadores. https://psicologiaymente.com/desarrollo/agentes-
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 Mecanismo de Socialización.
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 Normas Sociales. https://economipedia.com/definiciones/norma-
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 Control Social. https://economipedia.com/definiciones/control-social.html
 Control Social Formal e Informal.
https://economipedia.com/definiciones/control-social.html

 El Derecho como Forma de Control Social.


https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/hechos-y-derechos/article/
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 Historia del Concepto de Control Social.
https://crimipedia.umh.es/topics/teorias-del-control-social/#:~:text=El
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 El Derecho desde la Perspectiva Antropologica.
https://derechoenaccion.cide.edu/antropologia-juridica-origen-y-futuro/
 Cambio social. https://economipedia.com/definiciones/cambio-social.html
 El Derecho como Producto Social.
 Efectos del Cambio Social sobre el Derecho.
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5500757.pdf

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