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TALLER DE PSICOLOGIA DIOS AFIRMA MIS PENSAMIENTOS Y MIS MANOS PROV 16; 3

Las habilidades sociales ayudan a mantener la abstinencia en los adictos

Trabajar las habilidades sociales es fundamental cuando se trata un problema de adicción


debido, entre otros motivos, a que facilitan tener vínculos sociales saludables y afrontar
con eficacia conflictos y problemas de estrés.
Se define habilidades sociales como “aquellas conductas aprendidas que ponen en juego
las personas en situaciones interpersonales para obtener o mantener reforzamiento del
ambiente”
Los pacientes que presentan una adicción mantienen comportamientos desajustados
debido a que su conducta y motivación están orientadas a la consecución de la sustancia
de manera casi exclusiva.

Como consecuencia de ello el adicto suele encontrar en su entorno familiar, laboral o


social diversos conflictos a los que por lo general no responde de manera adecuada. Existe
un desajuste en las diferentes esferas de su vida y su funcionamiento cotidiano no suele
ser correcto.

Con el objetivo de satisfacer la compulsión de consumo, el paciente adicto suele utilizar


mentiras o estrategias de manipulación en su entorno que le permiten desarrollar su
consumo y satisfacer ese deseo o necesidad imperiosa de consumir.
Además, la adicción suele provocar el aislamiento del individuo, una escasa tolerancia a la
frustración, la evitación de resolución de conflictos o las resoluciones inapropiadas de los
mismos.
Es importante que el adicto recupere sus habilidades sociales,Cuando el adicto entra en
recuperación, es de suma importancia que realice un tratamiento que incluya el refuerzo
de las diferentes habilidades sociales que debido a su enfermedad se han visto
deterioradas y son fundamentales para el mantenimiento de unas relaciones
interpersonales adecuadas con su entorno . Normalmente considera perder ciertas cosas
de sí mismo y que no es la misma persona que era antes del consumo. Lo importante aquí
es que tanto él como su entorno sean conscientes de que las habilidades sociales se
pueden entrenar, aprender y mejorar durante todo el proceso vital. Algunas habilidades
sociales que se pueden trabajar y te pueden ayudar frente a la adicción son: 1.La
Comunicación asertiva,2. capacidad de escucha. 3.Reconocer, expresar y comprender
nuestros sentimientos y los de los demás. 4.Estrategias de resolución de conflictos
(autocontrol, respetar los derechos propios y los de los demás, entre otros aspectos
importantes). 5.Emisión de una crítica constructiva y encajarla adecuadamente en caso de
recibirla. 6.Capacidad de toma de decisiones
1. El asertividad es, actualmente, una "técnica" comunicativa que nos permite, a partir del
receptor hacia nosotros mismos, incidir en la modificación de la conducta de los demás.

La forma de interaccionar con los demás puede convertirse en una fuente considerable de
estrés en la vida. El entrenamiento asertivo permite reducir ese estrés, enseñando a
defender los legítimos derechos de cada uno sin agredir ni ser agredido. En conclusión,
podemos afirmar que ser una persona asertiva aporta en las relaciones interpersonales
una mayor relajación.
La palabra asertivo, proviene del latín assertus y quiere decir "afirmación de la certeza de
una cosa", de ahí podemos ver que está relacionada con la firmeza y la certeza o
veracidad, y así podemos deducir que una persona asertiva es aquella que afirma con
certeza. Ahora bien, ¿qué es ser asertivos?

Definiciones y concepto de asertividad


Se define asertividad como la habilidad personal que nos permite expresar sentimientos,
opiniones y pensamientos, en el momento oportuno, de la forma adecuada y sin negar ni
desconsiderar los derechos de los demás. Es decir, nos referimos a una forma para
interactuar efectivamente en cualquier situación que permite a la persona ser directa,
honesta y expresiva.
El principio del asertividad es el respeto profundo del yo, sólo al sentar tal respeto,
podemos respetar a los demás. "Mucha gente necesita aprender sus derechos personales,
como expresar pensamientos, emociones y creencias en formas directas, honestas y
apropiadas sin violar los derechos de cualquier otra persona. La esencia de la conducta
asertiva puede ser reducida a cuatro patrones específicos: la capacidad de decir "no", la
capacidad de pedir favores y hacer requerimientos, la capacidad de expresar sentimientos
positivos y negativos, y la capacidad de iniciar, continuar y terminar conversaciones" R.
Lazarus .
Diferenciación conducta asertiva o socialmente habilidosa, agresiva y pasiva
La falta de asertividad se da en las personas que tienen problemas a la hora de
relacionarse. Debemos diferenciar entre conducta asertiva o socialmente hábil, pasiva y
agresiva.
Conducta asertiva o socialmente hábil: Implica firmeza para utilizar los derechos,
expresar los pensamientos, sentimientos y creencias de un modo directo, honesto y
apropiado sin violar los derechos de los demás. Es la expresión directa de los propios
sentimientos, deseos, derechos legítimos y opiniones sin amenazar o castigar a los demás
y sin violar los derechos de esas personas. La aserción implica respeto hacia uno mismo al
expresar necesidades propias y defender los propios derechos y respeto hacia los
derechos y necesidades de las otras personas. La conducta asertiva no tiene siempre
como resultado la ausencia de conflicto entre las dos partes, pero su objetivo es la
potenciación de las consecuencias favorables y la minimización de las desfavorables.
Conducta pasiva: Transgresión de los propios derechos al no ser capaz de expresar
abiertamente sentimientos, pensamientos y opiniones o al expresarlos de una manera
autoderrotista, con disculpas, falta de confianza, de tal modo que los demás puedan
hacerle caso. La no aserción muestra una falta de respeto hacia las propias necesidades.
Su objetivo es el apaciguar a los demás y el evitar conflictos a toda costa. Comportarse de
este modo en una situación puede dar como resultado una serie de consecuencias no
deseables tanto para la persona que está comportándose de manera no asertiva como
con la persona con la que está interactuando. La probabilidad de que la persona no
asertiva satisfaga sus necesidades se encuentra reducida debido a la falta de
comunicación o a la comunicación indirecta o incompleta. La persona que actúa así se
puede sentir a menudo incomprendida, no tomada en cuenta y manipulada.
Además, puede sentirse molesta respecto al resultado de la situación o volverse hostil o
irritable hacia las otras personas, puede acabar por estallar. Hay un límite respecto a la
cantidad de frustración que un individuo puede almacenar dentro de sí mismo.
Conducta agresiva: Defensa de los derechos personales y expresión de los pensamientos,
sentimientos y opiniones de una manera inapropiada e impositiva y que transgrede los
derechos de las otras personas. La conducta agresiva en una situación puede expresarse
de manera directa o indirecta. La agresión verbal directa incluye ofensas verbales,
insultos, amenazas y comentarios hostiles o humillantes. El componente no verbal puede
incluir gestos hostiles o amenazantes. La agresión verbal indirecta incluye comentarios
sarcásticos y rencorosos y murmuraciones. Las víctimas de las personas agresivas acaban,
mas tarde o más temprano, por sentir resentimiento y por evitarlas. El objetivo habitual
de la agresión es la dominación de las otras personas. La victoria se asegura por medio de
la humillación y la degradación. Se trata en último término de que los demás se hagan más
débiles y menos capaces de expresar y defender sus derechos y necesidades. La conducta
agresiva es reflejo a menudo de una conducta ambiciosa, que intenta conseguir los
objetivos a cualquier precio, incluso si eso supone transgredir las normas éticas y vulnerar
los derechos de los demás. La conducta agresiva puede traer como resultado
consecuencias favorables, como una expresión emocional satisfactoria, un sentimiento de
poder y la consecución de los objetivos deseados. También pueden surgir sentimientos de
culpa, las consecuencias a largo plazo de este tipo de conductas son siempre negativas.
Respuestas asertivas y ventajas
La respuesta asertiva se considera como una habilidad de comunicación interpersonal y
social, es una capacidad para transmitir opiniones, posturas, creencias y sentimientos de
cada uno sin agredir ni ser agredido.
Si para el individuo las opiniones y deseos de los demás prevalecen sobre los propios, la
consecuencia es la sumisión que impide que avance el grado de confianza de una relación
al no darse a conocer y convirtiéndose así en un absoluto desconocido.
A continuación, se definen diversos tipos de respuestas asertivas las cuales también
guardan relación con los derechos asertivos:
Rechazar una petición. Hacer una petición o solicitar ayuda.
Solicitar un cambio de conducta que resulta molesta. Mostrar desacuerdo.

Hacer una crítica. Recibir una crítica. Formular un elogio. Hacer cumplidos.
¿Qué es la escucha activa?
La escucha activa se refiere, como su nombre indica, a escuchar activamente y con
conciencia plena. Pero no solo eso, sino que hay que expresar que estamos escuchando
con atención. Así pues, la escucha activa tiene una faceta interna, basada en el interés que
ponemos en centrarnos en lo que nos dicen y en comprenderlo, y otra externa, que
consiste en reflejar en nuestros gestos y reacciones que estamos atentos a lo que la otra
persona tiene que decirnos. Por tanto, la escucha activa no es oír a la otra persona, sino a
estar totalmente concentrados en el mensaje que el otro individuo intenta comunicar y
asegurarnos de que sabe que no pierde el tiempo hablando con nosotros.
Pese a que puede parecer que escuchar activamente es tarea fácil, este tipo de escucha
requiere un esfuerzo de nuestras capacidades cognitivas y empáticas. Saber escuchar es
muy importante en la comunicación, y aunque no lo parezca, en muchas ocasiones
pasamos mucho tiempo pendientes de lo que nosotros pensamos y de lo que nosotros
decimos en vez de escuchar activamente al otro.
Características de la escucha activa
La escucha activa no es escuchar de manera pasiva, sino que se refiere a la habilidad de
escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los
sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está intentando expresar.
En la escucha activa, la empatía es importante para situarse en el lugar del otro, pero
también la Validación emocional, la aceptación y el feedback, pues se debe escuchar sin
juzgar y es necesario comunicar a la otra persona que se le ha entendido. Por esto, existen
dos elementos que facilitan la escucha activa, son los siguientes:

Disposición psicológica: la preparación interna es importante, estar en el momento


presente, prestar atención constante y observar al otro: identificar el contenido de lo que
dice, los objetivos y los sentimientos.
Expresión de que se está escuchando al otro interlocutor con comunicación verbal, en lo
que se conoce como la función fática del lenguaje (ya veo, umm, uh, etc.) y el lenguaje no
verbal (contacto visual, gestos, inclinación del cuerpo, etc.).
Qué no hacer en la escucha activa, Distraerse durante la conversación, Interrumpir al que
habla, Juzgarlo y querer imponer tus ideas, Ofrecer ayuda de manera prematura y con
falta de información, Rechazar y no validar lo que el otro esté sintiendo, Descalificar al dar
tu opinión, Contar tu propia historia en vez de escuchar la suya, Señales que indican la
escucha activa correcta
Existen varias señales que muestran a la otra persona que se le está escuchando
activamente. A continuación, se muestran las señales verbales y no verbales de la escucha
activa, para que puedas ser capaz de adaptar tu estilo comunicativo hacia un mejor
entendimiento y comprensión de tu interlocutor. Muestra interés por lo que esta
escuchando. Demuestra que la información esta siendo bien recibida y motiva a seguir
hablando

1. Señales no verbales: Contacto visual, Sonrisa ligera, Postura corporal receptiva, Reflejo
automaticen distracción
2. Señales verbales: Emitir palabras de refuerzo o cumplidos como “lo hiciste muy bien”,
“me gusta cuando eres sincero” o “debes ser muy bueno jugando al fútbol”, Parafrasear
Un ejemplo de parafrasear puede ser: “¿Quieres decir que te sentiste de esta manera...?”.
Resumir lo que acaba de decir el emisor, Hacer preguntas para clarificar la información
que el emisor intenta comunicar.
3. las habilidades para la resolución de conflictos
Los desacuerdos son una parte inevitable de las relaciones humanas. Por esta razón, los
conflictos en el lugar de trabajo, donde se debe convivir con las mismas personas todos
los días, pueden surgir en cualquier momento. Aquellos con habilidad para resolver
conflictos se convierten en elementos muy apreciados dentro de las empresas, ya que son
capaces de garantizar un ambiente armonioso.

¿Se pueden desarrollar habilidades para la resolución de conflictos?


La resolución exitosa de conflictos es una cualidad que poseen algunas personas, a
quienes se les facilita mediar y mantener la serenidad ante los problemas.

Saber resolver problemas no solo alivia situaciones de tensión, donde dos o más partes
intentan imponer su punto de vista; también garantiza un espacio de trabajo sano y
colaborativo. Otras de sus ventajas son:
Mejorar la comunicación. Una persona con habilidad para resolver problemas sabe que la
mejor herramienta para hacerlo es el diálogo. Al participar en un conflicto, ya sea como
involucrado directo o mediador, buscará llegar a acuerdos o negociaciones. Como
resultado, se obtendrá una mejor comunicación y colaboración a largo plazo.
Controlar el estrés. El alivio del estrés está directamente relacionado con el bienestar de
los colaboradores. Al utilizar técnicas efectivas en la resolución de conflictos, se disminuye
la tensión en el lugar de trabajo.
Elevar la satisfacción laboral. Cuando los equipos de trabajo tienen la tranquilidad de
saber que dentro de la empresa existen mecanismos para la resolución de conflictos, se
eleva la satisfacción y compromiso.

Fortalecer relaciones. Cuando un conflicto se maneja de manera adecuada, tomando en


cuenta la inteligencia emocional de los involucrados y la buena comunicación, se pueden
crear vínculos afectivos más sólidos.
Características propias de un conflicto

El primer paso para solucionar un conflicto es saber identificarlo. Muchas veces es posible
reconocer a tiempo situaciones que potencialmente pueden convertirse en problemas y
evitar que escalen. Conocer los elementos que participan en un conflicto te puede ayudar
a reconocerlos y resolverlos con inteligencia:
Un conflicto es más que un simple desacuerdo. Se trata de una situación donde una o
ambas partes se sienten amenazadas. Esta podría ser un peligro real, pero generalmente
es una percepción exagerada de la realidad debido a la emoción del momento.
Generalmente no se resuelve por sí mismo. Enfrentar un conflicto es la mejor manera de
resolverlo. Por otra parte, al ignorarlo, la sensación de amenaza permanece ahí y puede
que se incremente con el tiempo.
Hay una discordancia de intereses, valores o roles. En los conflictos, las partes
involucradas difieren en cuanto a creencias o intentan imponerse para defender sus
intereses.
Los involucrados responden según su percepción. Como ya lo mencionamos, en un
conflicto la percepción de la realidad no es objetiva. Esta se ve influenciada por las
emociones, experiencias previas, valores y creencias.
Un conflicto está acompañado de emociones fuertes. Durante un desacuerdo, es común
que los involucrados experimenten emociones como la ira, temor, angustia, enojo o
frustración.

Técnicas de resolución de conflictos


Cualquier mecanismo para la resolución de problemas debe alcanzar un resultado pacífico
y fructífero, sin resentimientos ni represalias :
Mediación. Los involucrados eligen a un tercero que es neutral, quien se encarga de crear
un entorno seguro para que las partes puedan negociar y expresar sus emociones. Los
acompaña durante todo el proceso hasta llegar a un acuerdo.
Arbitraje. Los involucrados exponen su problema y brindan información a un tercero que
actúa como juez, y es quien se encarga de dar a una solución al problema.
Indagación. Consiste en buscar información con el fin de aclarar las discrepancias de datos
o hechos entre los involucrados.
Habilidades que intervienen en la resolución de conflictos
Independientemente de la técnica que utilices, una solución exitosa dependerá de la
capacidad de los involucrados para mantener la calma y escuchar los argumentos de los
demás con una mente abierta. Las habilidades que intervienen en estos casos son las
siguientes:
Manejo del estrés. Consiste en la capacidad de mantener la calma a pesar de enfrentar
una situación de tensión. Esto te permite mantener una buena comunicación verbal y no
verbal.
Control de emociones y comportamientos. Al estar en control de tus emociones evitas
reaccionar de manera irracional y puedes comunicar tus necesidades asertivamente.
Empatía. La empatía es la capacidad de entender el punto de vista de los demás, a pesar
de no compartir las mismas opiniones. En la resolución de conflictos, la empatía te
permite comprender qué es lo que los demás necesitan de ti, lo cual facilita el camino
para llegar a acuerdos.
Claves para mejorar las habilidades de resolución de conflictos
La capacidad de manejar conflictos con éxito depende en gran parte de la actitud con la
que se enfrente la situación, la comprensión y la búsqueda de soluciones que generen
confianza. Estos son algunos trucos que te pueden ser de utilidad para lograrlo:
1. Trabaja en el alivio del estrés : La capacidad para mantener la calma en situaciones de
estrés es necesaria para pensar con claridad. Una técnica para lograrlo es enfocarse en los
cinco sentidos y buscar estímulos que a ti particularmente te resulten relajantes, escuchar
música, leer, caminar,
2. Reconoce y maneja tus emociones: ( autocontrol ) Conocerte a ti como persona te
ayudará a entender qué emociones te impulsan a iniciar un conflicto y qué es lo que te
molesta de una situación en particular. Conectar con esos sentimientos te servirá para
reflexionar sobre tu manera de reaccionar. En lugar de concentrarte en encontrar
soluciones estrictamente racionales, tomar en cuenta tus emociones y las de los demás te
ayudará a obtener mejores resultados.
3. Presta atención a la comunicación no verbal: Una parte muy importante de la
información que se transmite durante un conflicto no se expresa con palabras. La
comunicación no verbal incluye las expresiones faciales, la posición corporal, el contacto
visual y el tono de voz. Entender las señales que una persona arroja con sus gestos te
ayudará a comprender cómo le hace sentir esa situación en realidad.
4. Utiliza el humor: Aunque no lo creas, el humor es una herramienta que te evitará
muchos conflictos. Participar en discusiones manteniendo el buen ánimo permite a los
involucrados ver las cosas desde otra perspectiva y reduce la tensión. Sin embargo, debes
cuidar que el sentido del humor no te lleve a reírte de tu interlocutor ni de sus problemas.
5. Escucha activamente: La escucha activa es una parte crucial de la resolución de
conflictos. Mientras es el turno de hablar de tu interlocutor, escucha con atención lo que
tiene que decir en lugar de estar pensando en lo qué responderás a continuación.
Solamente así podrás comprender con claridad las ideas que busca transmitir, empatizar y
brindar una mejor respuesta.
4.Aprender expresar y a reconocer nuestros sentimientos y los de los demás
(inteligencia emocional ) según Daniel Goleman.

1.Conciencia de uno mismo: * Conciencia emocional : La capacidad de reconocer el modo


en que nuestras emociones afectan a nuestras acciones y la capacidad de utilizar nuestros
valores como guía en el proceso de toma de decisiones.
*Valoración adecuada de uno mismo: El reconocimiento sincero de nuestros puntos
fuertes y de nuestras debilidades, la visión clara de los puntos que debemos fortalecer y la
capacidad de aprender de la experiencia.
*Confianza en uno mismo: El coraje que se deriva de la certeza en nuestras capacidades,
valores y objetivos.
2. Autorregulación: -capacidad de controlar nuestros impulsos y sentimientos conflictivos-
constituye el núcleo esencial de cinco competencias:
*Autocontrol: Gestionar adecuadamente nuestras emociones y nuestros impulsos
conflictivos.
*Confiabilidad: Ser honrado y sincero.

*Integridad: Cumplir responsablemente con nuestras obligaciones.


*Adaptabilidad: Afrontar los cambios y los nuevos desafíos con la adecuada flexibilidad.
*Innovación: Permanecer abierto a nuevas ideas, perspectivas e información.
3. Motivación: se caracterizan por tres competencias motivacionales:

*Logro: El impulso que nos lleva a mejorar o sobresalir.


*Compromiso: La capacidad de asumir la visión y los objetivos de la organización o el
grupo.
*Iniciativa y optimismo: Competencias que movilizan a las personas para aprovechar las
oportunidades y superar los contratiempos.
4. Empatía: Este aprendizaje sobre la inteligencia emocional de Goleman nos deja un
concepto claro. Las diferencias en nuestro grado de dominio de las habilidades sobre las
que descansa nuestra conciencia social determinan las correspondientes diferencias en las
competencias laborales que dependen de la empatía. Entre ellas cabe destacar:

Comprensión de los demás: Experimentar los sentimientos y las perspectivas de los demás
e interesarse activamente por sus preocupaciones.Orientación hacia el servicio:
Anticiparse, reconocer y satisfacer las necesidades de los otros
5. LAS CRITICAS CONSTRUCTIVAS : ¿Qué pensarías si te dijéramos que no eres perfecto?
Las críticas de cualquier tipo pueden ser difíciles de aceptar, especialmente cuando se
trata de algo a lo que dedicaste tiempo y esfuerzo. Por naturaleza, todos queremos hacer
un buen trabajo. Pero la crítica es tan importante como el elogio, e incluso puede ser más
importante. La crítica positiva y constructiva puede ayudarte a mejorar y guiarte hacia
nuevos horizontes que de otro modo no alcanzarías.

Eso no quiere decir que brindar y recibir críticas constructivas sea fácil. Pero cuando sabes
cómo aceptar las críticas, te conviertes en un mejor empleado, amigo y miembro del
equipo. En este artículo, hablaremos de todo lo que necesitas saber sobre la crítica
constructiva: consejos y ejemplos para identificar, brindar y recibir críticas constructivas.
¿Qué es la crítica constructiva?

Antes de profundizar en el tema de cómo brindar y recibir críticas constructivas, primero


debemos entender qué son. La crítica constructiva se centra en proporcionar comentarios
constructivos, respaldados por ejemplos específicos, para ayudarte a mejorar en algún
área. La crítica constructiva debe ofrecerse de manera respetuosa y con buenas
intenciones. Lo ideal es que la persona que ofrece una crítica constructiva también esté
preparada para ayudar a pensar en posibles soluciones y en los pasos subsiguientes para
que sirvan como una herramienta valiosa en el proceso de crecimiento y cambio positivo.
Es importante señalar que la crítica constructiva no es crítica negativa, ni debe
interpretarse de esa manera. Aunque la crítica constructiva no siempre será positiva, debe
centrarse en ayudar a alguien a mejorar y no en degradarlo; por eso es importante contar
con inteligencia emocional y buenas relaciones interpersonales.
Crítica destructiva vs. crítica constructiva

Puedes toparte con comentarios que dicen ser críticas constructivas, pero en realidad son
solo comentarios negativos encubiertos. Este tipo de comentarios son los que se
denominan críticas destructivas. A diferencia de la crítica constructiva, la crítica
destructiva son comentarios que no te ayudan a mejorar ni a convertirte en una mejor
persona, empleado o amigo. En cambio, la crítica destructiva tiene las siguientes
características:
Funciona como un ataque a nivel personal , Se formula de manera que daña la autoestima
de la persona, Es pública, No es específica ni se puede llevar a la práctica, Es hipercrítica o
innecesariamente quisquillosa, Si te encuentras ante una crítica destructiva, no temas en
hacer que se detenga o pedir ayuda a un mentor. Dependiendo de la situación, tú, un
mentor o el departamento de recursos humanos de tu empresa pueden ayudar a abordar
la situación.
Los beneficios de la crítica constructiva
Incluso si das el consejo perfecto, sigue siendo difícil tanto brindar como recibir críticas
constructivas. Pero no evites este tipo de comentarios solo porque sea una situación
difícil. De hecho, la crítica constructiva puede ayudarte a ti y a la persona a la que estás
brindando comentarios a crecer, tanto a nivel personal como profesional.
Los comentarios honestos y críticos pueden fortalecer tu vínculo en lugar de
degradarlo.”
Al poner en práctica la crítica constructiva, estás creando una atmósfera de franqueza y
confianza. No todas las conversaciones que tengas con tu equipo serán fáciles, pero las
conversaciones difíciles son una parte importante del desarrollo de un equipo
colaborativo. También hemos centrado los valores de la empresa en torno a la conciencia
plena, a ser auténticos y a delegar y asumir responsabilidades.

6.TOMA DE DECISIONES:
Mostrar incapacidad para reflexionar sobre el problema. Algunas personas se resisten a
reflexionar antes de actuar porque la reflexión les supone demasiado tiempo, demasiado
trabajo y no saben demasiado sobre el problema. Definir mal el problema. Nos conducirá
inevitablemente a la solución equivocada. Si no se conoce el problema, cualquier solución
es equivocada. Cuando se conoce el problema, la solución podría ser la correcta. Recopilar
información no válida. En estos casos, las decisiones se toman primero y luego se busca
información para respaldar la solución. Comprender mal el problema. Podría deberse a
subjetividad, análisis irracional, retraso o dilación, falta de sensibilidad y falta de enfoque;
entre otros. Buscar la información que respalda una elección previa existente y descartar
la que se oponga a ella. Darle un peso desproporcionado a una parte de la información en
lugar de esperar a tener toda la necesaria. Repetir una y otra vez la misma decisión
porque «he invertido tanto en esto que no puedo abandonarlo ahora ni tomar otra
decisión (o buscar una posición mejor)». Ser demasiado confiado. Nos lleva a sentirnos
optimistas y tomar decisiones de alto riesgo. Ser demasiado prudente. Puede provocar un
retraso inasumible en tomar la decisión. Cargar a otro con la responsabilidad. Delegar en
otro la responsabilidad de tomar la decisión, no tomar decisiones por uno mismo, buscar
alguien a quien responsabilizar si las cosas no salen bien. Rendirse ante el fracaso: creer
que las elecciones que realizamos están predestinadas y que seguramente fracasarán.
Consultar constantemente: de este modo, si todo sale bien, nos sentimos satisfechos,
pero si no es así, evitamos hacernos responsables. Tomar decisiones simbólicas. Son
decisiones por las que peleamos mucho, pero de las que nos despreocupamos una vez
tomadas.
Decidir en momentos en los que no estamos en condiciones debido a nuestro estado de
ánimo, estrés, urgencia percibida, presión, etc. Solucionar un problema mediante la
creación de otro. Sería la típica solución de «pan para hoy, hambre para mañana».
La buena toma de decisiones nos permite vivir mejor, nos otorga control sobre nuestras
vidas y nos aleja de la frustración por no saber decidir.
La toma de decisiones forma parte de nuestro diario vivir, En nuestra vida profesional
también tomamos diariamente decisiones que pueden marcar nuestro futuro en la
empresa y el éxito o fracaso de una idea o proyecto.
Considero que en muchas ocasiones nos apresuramos a tomar algunas decisiones, nos
dejamos presionar por el momento o circunstancia, evitamos la participación de otro,
(siendo esta muy importante el consultar otros puntos de vistas), entre otras situaciones
de las cuales no medimos el impacto en nuestras vidas (negativo y positivo) y nuestro
alrededor y por esta razón donde quiera que se nos presente la oportunidad de tomar una
decisión debemos ser críticos con la misma. Pasos para tomar una decisión
1. Describir el problema o el objetivo al que queremos llegar. Definiendo claramente los
objetivos que queremos alcanzar podremos tener más claro qué decisiones van a
ayudarnos.
2. Análisis del problema o la decisión a tomar. Una vez hemos definido el problema al que
nos enfrentamos hemos de recopilar la información necesaria para analizarlo de la forma
más objetiva y completa posible. Para ello debemos ser objetivos al plantear las
situaciones, sin opiniones ni juicios de valor, sino únicamente las circunstancias de la
forma más objetiva posible. Para esta definición y recopilación de información nos puede
ayudar elaborar un cheklist. Es importante recabar toda la información que sea posible sin
obsesionarnos con este paso, ya que podemos llegar a la parálisis por análisis, dedicando
tanto tiempo a esta fase que resulta demasiado tarde para tomar decisiones. Debemos
atender a la información relevante, y desechar la que no nos aporta valor.
3. Generar alternativas. En esta fase debemos generar todas las alternativas que nos sea
posible. Analizaremos todas las posibilidades y las consecuencias de las mismas. Debemos
valorar si estas alternativas realmente nos permitirán llevar a cabo los objetivos que nos
hemos planteado. Existen técnicas de solución de problemas que pueden ayudarnos a
generar alternativas. Cuantas más personas participen en el proceso más aspectos se
tendrán en cuenta y más ideas podremos obtener.

4. Selección de la alternativa que finalmente llevaremos a cabo. Hemos de valorar que la


decisión que tomemos tendrá unas determinadas consecuencias. Debemos asumir que
error es posible y hemos de tomarlo como una forma de mejorar en nuestros procesos
futuros.

5. Pasar de la decisión a la acción. De nada sirve elaborar este proceso y llegar a la


conclusión si posteriormente no ponemos en práctica la decisión tomada. Es importante
no tomar decisiones en base a emociones. Es preferible esperar y hacerlo de forma
meditada.

6. Valorar las consecuencias y el éxito de la decisión adoptada. Debemos saber rectificar si


detectamos que estamos tomando una decisión errónea. La valoración de las
consecuencias y del alcance de los objetivos nos permitirán ajustar futuras decisiones y
nos enseñarán a mejorar los procesos. Tan importante es tomar la decisión y llevarla a la
práctica, como valorar los resultados de la misma. Sin este paso nos quedamos en un
proceso incompleto.
Posiblemente en nuestra dinámica diaria ya tomamos decisiones, en algunos de estos
procesos tenemos en cuenta los pasos descritos, aunque de forma casi automática, pero
sin duda en muchas otras no. Si somos conscientes de las diferentes fases del proceso y de
los éxitos y errores que nos encontramos en el camino, conseguiremos ir depurando
nuestra toma de decisiones y mejorando través de nuestra experiencia.

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