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NEFROLOGÍA 2022-II

Alumna: Jelika Fiorela Mestanza Hoyos


Docente: Dr. José Pecsén Tema: 12 Nefropatía Hipertensiva

Evidencias actuales en el Tratamiento de Nefropatía Hipertensiva


Los riñones regulan el equilibrio de líquidos y electrolitos del cuerpo y también son importantes para la
regulación de la presión arterial. La nefropatía hipertensiva es una enfermedad que se presenta como
una complicación de la hipertensión esencial, en la cual se daña la estructura y función renal. La presión
arterial alta a largo plazo daña los riñones al causar engrosamiento de la íntima renal, estenosis de la
luz y riego sanguíneo renal insuficiente, todo lo cual puede provocar nefropatía isquémica,
glomeruloesclerosis, atrofia tubular renal y fibrosis intersticial en las últimas etapas. La principal
patogenia de la nefropatía hipertensiva está relacionada con cambios hemodinámicos, estrés oxidativo,
respuesta inflamatoria, activación excesiva del sistema renina-angiotensina y factores genéticos y
metabólicos. La enfermedad puede ser asintomática al inicio, pero durante la progresión de la
enfermedad pueden presentarse manifestaciones como microalbuminuria y aumento de la creatinina
sérica en sangre. Este inicio insidioso conduce a una alta tasa de diagnósticos perdidos, lo que aumenta
en gran medida el riesgo de enfermedad renal en etapa terminal, eventos cardiovasculares adversos y
muerte súbita. Esto representa una grave amenaza para la salud de los pacientes, tiene un mal
pronóstico y también puede convertirse en una carga económica significativa.
El tratamiento de la hipertensión primaria (control de la presión arterial) es un componente importante
del tratamiento de pacientes con nefropatía hipertensiva y se recomienda el uso de bloqueadores del
sistema renina-angiotensina-aldosterona en combinación con bloqueadores de los canales de calcio o
diuréticos. Entre los fármacos antihipertensivos, los inhibidores de la enzima convertidora de
angiotensina (IECA) y los bloqueadores de los receptores de angiotensina (BRA) son la primera opción,
ya que tienen una buena eficacia en pacientes hipertensos con daño en órganos diana. Sin embargo,
los efectos renoprotectores no pueden lograrse de manera satisfactoria cuando estos medicamentos
se usan solos en las dosis recomendadas para el control de la presión arterial. Por lo tanto, además del
control de la presión arterial, es necesario y urgente explorar opciones de tratamiento adicionales para
proteger la función renal.
Alprostadil, también conocido como prostaglandina E1, dilata los vasos sanguíneos, inhibe la
agregación plaquetaria y mejora la microcirculación. En los últimos años, también se ha investigado el
efecto del alprostadil sobre la función renal, con resultados que muestran que puede cambiar la
hemodinámica renal al dilatar las arteriolas aferentes glomerulares e inhibir la agregación plaquetaria y
la actividad del sistema simpático renina-aldosterona. Esto puede retrasar (o incluso revertir, hasta
cierto punto) el curso de la enfermedad y la extensión de la lesión renal, y proteger y estabilizar la
función renal residual. Muchos médicos utilizan alprostadil en el tratamiento de la nefropatía
hipertensiva, y varios ensayos controlados aleatorios han demostrado que, en comparación con la
medicina occidental convencional sola, la combinación de alprostadil con el tratamiento convencional
es beneficiosa en pacientes con nefropatía hipertensiva, mejorando la eficacia del tratamiento. Incluso
en pacientes con uremia, el uso combinado de alprostadil produjo una mejoría en los síntomas clínicos,
retrasó el inicio de la diálisis y no tuvo efectos secundarios evidentes, lo que hace que el tratamiento
merezca atención clínica.

Bibliografía:
Fu H, Hou W, Zhang Y, Hu X. Alprostadil for hypertensive nephropathy: A systematic review and meta-
analysis of randomized controlled trials. PLoS One. 2022 May 26;17(5):e0269111. doi:
10.1371/journal.pone.0269111.

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