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Para comprender

LA SEXUALIDAD Félix López


Antonio Fuertes

EDITORIAL VERBO DIVINO


Avda. de Pamplona, 41
31200 ESTELLA (Navarra) - España
1991
Prólogo

Somos conscientes de que en este libro afronta- sos, por supuesto, nos hayamos visto obligados a
mos un tema difícil, que durante siglos ha sido ig- deshacer mitos y creencias infundados.
norado e interpretado desde actitudes y creencias
irracionales. Comenzamos el libro intentando ofrecer una vi-
sión amplia de lo que es la sexualidad -capítulo
Aunque aún desconocemos numerosas cuestio- primero, dedicado al concepto-, reconociendo la
nes referidas a la sexualidad, hemos adquirido en enorme importancia de las actitudes sexuales que
las últimas décadas un cuerpo de conocimientos su- adoptamos -capítulo segundo- y haciendo una bre-
ficientemente amplio como para intentar compren- ve selección de los autores que más han contribuido
der qué significa ser sexuados. a la construcción del conocimiento sobre la sexuali-
dad -capítulo tercero, dedicado a la historia-.
Para lograr este objetivo, hemos seleccionado
aquellos temas que nos parecen centrales, recono- Para presentar una serie de contenidos sistemá-
ciendo que hay otros muchos aspectos no tratados ticos, adoptamos posteriormente, en coherencia
en este libro que son también importantes. Si selec- con el concepto expuesto en el primer capítulo, un
cionar y ordenar el conocimiento es siempre difícil enfoque evolutivo, porque consideramos que es el
y arriesgado, lo es mucho más cuando se trata de más realista, dado que la sexualidad es muy dife-
contenidos interdisciplinares —la sexología— poco rente en las distintas etapas de la vida, y, a la vez, el
definidos aún, que son, además, fuertemente polé- más interdisciplinar, porque nos permite incorpo-
micos en nuestra sociedad. rar en cada edad los conocimientos aportados por
las diferentes ciencias.
En todo caso, hemos aceptado el reto. Espera-
mos que los lectores continúen y critiquen la refle- Acabamos el libro con tres capítulos finales que
xión aquí comenzada. Este libro no es un manual, plantean tres de las grandes cuestiones más actua-
ni un material acabado, sino la presentación de les y polémicas: ¿cuándo hemos de considerar una
unos temas que consideramos fundamentales para conducta sexual saludable o adecuada: cuáles son
comprender la sexualidad humana. Hemos procu- los problemas más frecuentes en la sexualidad?;
rado mantener una actitud abierta y reflexiva, que ¿cuáles son las relaciones entre sexualidad y violen-
permita al lector moverse con libertad a través de cia?; ¿qué importancia tienen los afectos como me-
los diferentes capítulos, aunque en numerosos ca- diadores de las conductas sexuales?

PARA COMPRENDER LA SEXUALIDAD


1
¿Qué es la sexualidad?

Si se define al hombre por la experiencia, o sea, - «Es eso que todos sabemos, pero es muy difí-
por su manera propia de poner el mundo en forma... cil de decir».
un hombre sin sistema sexual es tan incomprensible
como un hombre sin pensamiento. - Etc.
Hay osmosis entre sexualidad y existencia. De la tensión inicial van pasando a los senti-
La sexualidad es todo nuestro ser. mientos de impotencia. Todos están seguros de sa-
ber mucho más de lo que pueden decir.
(Merleau Ponty, 1975)
Estamos ante una pregunta difícil de contestar:
¿Qué es la sexualidad, esta realidad que tanto nos
motiva y condiciona, que puede impedir dormir al
adolescente, transformar la vida del enamorado,

L a sexualidad es muy difícil de definir porque


el hombre es un ser sexuado, la sexualidad
mediatiza todo nuestro ser.
hacer locuras al caballero, llenar las carteleras de
nuestros cines, ayudar a vender un producto, ejer-
cer la violencia sobre los demás o fomentar vínculos
afectivos extraordinariamente fuertes?
En el primer encuentro de los cursos y charlas
de educación sexual, acostumbramos a preguntar a La sexualidad, como todas las realidades com-
los asistentes: ¿Qué creéis vosotros que es la sexua- plejas, no puede ser definida desde un solo punto de
lidad? A continuación se suele crear una situación vista, una sola ciencia o unas cuantas palabras. Lo
de silencio y perplejidad que mantenemos volunta- que hoy sabemos sobre sexualidad es el resultado
riamente, mientras animamos a que alguno se deci- de múltiples aproximaciones hechas desde diferen-
da e intente dar una respuesta. Después de intermi- tes ciencias. Por esto, la sexología es, probablemen-
nables segundos, a veces minutos, de silencio, los te más que ninguna otra, una ciencia interdiscipli-
asistentes se sienten aliviados y llenos de curiosi- nar.
dad, cuando los más atrevidos se deciden a dar las También nosotros vamos a proceder acercándo-
primeras respuestas. ¿Cuáles son éstas? nos desde distintos puntos de vista, siguiendo un
- «Es lo que nos distingue a los hombres de las sistema de aproximaciones sucesivas, que nos per-
mujeres». mita adquirir una mejor visión de conjunto, como
cuando ascendemos por diferentes senderos y en
- «Son los órganos genitales». múltiples ocasiones a una misma montaña.
PARA COMPRENDER LA SEXUALIDAD
1. Somos sexuados pensamientos y deseos sexuados. Antes de que el
niño o la niña tomen conciencia de su identidad
sexual, le asignamos un rol sexuado que afecta a,
a) Nuestro cuerpo es sexuado prácticamente, todas las dimensiones y actividades
de la vida. Todas las sociedades y culturas asignan
El programa genético, el sistema endocrino, los actividades específicas al hombre y la mujer, aun-
órganos genitales internos y externos, el cerebro y que lo hacen de forma, a veces, muy distinta. Estas
la figura corporal son sexuados. Cada célula, órga- asignaciones no se basan, en general, en diferencias
no y función son sexuados. biológicas, sino, en la mayor parte de los casos, en
formas de funcionamiento social que han cristaliza-
Por todo ello podemos afirmar que somos biofi- do a lo largo de la historia, aunque en su origen,
siológicamente sexuados o, en otras palabras, que como veremos más adelante, jugaron un papel deci-
la sexualidad tiene una dimensión biológica indu- sivo las diferencias biológicas.
dable. Desde nuestras unidades mínimas, las célu- Hacia los dos o tres años, los niños toman con-
las, hasta nuestra figura corporal global, todo nues- ciencia de su identidad sexual (autoclasificación co-
tro cuerpo es sexuado en sus estructuras y funciones. mo niño o niña) y, simultáneamente, comienzan un
La sexualidad está, de esta forma, enraizada en proceso de aprendizaje e interiorización de las fun-
lo biológico y no puede ser entendida sin tener en ciones que la sociedad considera propias del niño o
cuenta esta dimensión. Nuestros deseos y conduc- de la niña (rol de género). La identidad sexual (soy
tas sexuales dependen, entre otros factores, de nues- hombre o soy mujer) pasa a ser una categoría per-
tras hormonas sexuales, la edad, nuestra figura cor- manente de los juicios que el sujeto hace de sí mis-
poral y nuestro estado físico general. Así, por seña- mo, tal vez la más importante, y el rol de género,
lar algunos ejemplos, un niño no se excita de igual aquel que más define la vida de las personas a lo
manera que un joven o un anciano ante un estímulo largo del ciclo vital. ¿Qué otra cosa cambia más la
erótico; la fatiga física, el exceso de alcohol, una forma de estar en el mundo que el hecho de ser
lesión en la columna, etc., pueden imposibilitar la hombre o mujer?
erección; una deficiencia importante de testostero- También desde edades muy tempranas, tres o
na puede hacer desaparecer el deseo sexual. Los cuatro años, los niños manifiestan intereses sexua-
ejemplos podrían multiplicarse. les (hacen preguntas, se autoexploran, observan),
Por otra parte, no sólo la actividad sexual está construyen sus propias teorías sobre el origen del
condicionada por factores biofisiológicos, sino que hombre, la reproducción, etc., y ponen de manifies-
también la propia actividad sexual produce cam- to conductas sexuales a través de juegos y otras con-
bios fisiológicos. Así, por ejemplo, la actividad coi- ductas. Es decir, expresan en conductas su sexuali-
tal produce aceleración del pulso y el ritmo cardía- dad. La conducta sexual es una de las conductas
co, respiraciones aceleradas y profundas y otros humanas más significativas en todas las edades de
muchos cambios fisiológicos. la vida, sea cual fuere la forma concreta que adopte
en cada sujeto.
A la conducta sexual observable subyacen el de-
b) Somos psicosocialmente sexuados seo, los sentimientos y las fantasías, que son elemen-
tos fundamentales de la psicología sexual. Estos se
No sólo somos biofisiológicamente sexuados, si- especifican y consolidan en la pubertad y permane-
no que también nuestro psiquismo, toda nuestra cen a lo largo de todo el ciclo vital.
organización social y nuestra cultura son sexuados.
Por otra parte, cada cultura y sociedad concreta
Desde el nacimiento asignamos nombre, vestidos, regulan las conductas sexuales de forma distinta a
juguetes, actividades, etc., sexuados. Incluso se nos través de las costumbres, la moral y las leyes civi-
supone una manera de ser, sentimientos, aficiones, les. Las diferencias son, en ciertos casos, tan sor-

8 PARA COMPRENDER LA SEXUALIDAD


préndenles y claras que es imposible hablar de un
código universal de valores morales o sociales sobre
la sexualidad. Incluso dentro de una misma socie-
dad, los cambios se producen, a veces, en muy po-
cos años, corno ha ocurrido en España.
Por tanto, para entender la sexualidad, no basta
conocer la anatomía y fisiología sexual, sino que es
necesario tener también en cuenta la psicología se-
xual y la cultura en la que el individuo vive.

2. La sexualidad es diferente
en cada edad
Los niños, adolescentes, adultos y viejos son se-
xuados; tienen intereses sexuales y expresan en con-
ductas su sexualidad. Pero la sexualidad cambia en
relación con la edad, de forma que en cada período
de la vida tiene características propias. Precisa-
mente por ello no puede hablarse de sexualidad re-
ferida a todas las edades sin cometer graves errores
y generalizaciones.
Las diferencias mayores se dan entre la sexuali-
dad prepuberal y pospuberal. La sexualidad infantil
tiene muchas características en común con la se-
xualidad adulta; pero también se dan entre ambas
grandes diferencias.
Así, en contraste con los adultos, en los niños se
aprecia: que los órganos genitales están poco desa-
rrollados y los caracteres sexuales secundarios ape-
nas han aparecido; la cantidad de hormonas en san-
gre es muy pequeña; las sensaciones de placer no
han adquirido aún significado específico; los estí-
mulos eróticos no provocan atracción sexual, o al
menos clara y consistente; no se sienten especial-
mente atraídos los unos por los otros; sus activida-
des sexuales se basan en motivos distintos a los de
los adultos.
En la pubertad, se especifica el deseo sexual ad-
quiriendo numerosos estímulos un valor erótico.
Deseo sexual y atracción por los estímulos eróticos
impulsan al sujeto adulto, desde este período, a
buscar satisfacciones sexuales por autoestimula-
ción o contacto con los demás. El sistema de creen-
cias, la organización social y la propia capacidad de
control de la pulsión o la habilidad para encontrar
PARA COMPRENDER LA SEXUALIDAD
compañero sexual definen, entre otros muchos fac- bre y mujer pueden decidir, y así lo han hecho en
tores, la conducta sexual de las personas. muchos momentos a lo largo de la historia, tener
relaciones sexuales evitando de una u otra forma el
A partir de este período, es también posible que embarazo. De hecho, la mayor parte de las relacio-
las personas se enamoren y establezcan compromi- nes sexuales que tienen las personas no están en
sos relaciónales de diferentes tipos. Estos compro- función de la reproducción, sino que son una bús-
misos han sido regulados por todas las sociedades, queda de placer y una manifestación de comunica-
aunque con grandes diferencias entre ellas. ción, ternura, afecto, etc.
El deseo, los intereses sexuales y la capacidad de De esta forma, en la especie humana la sexuali-
enamoramiento se mantienen a lo largo de todo el dad puede cobrar un sentido totalmente diferente a
ciclo vital. Los cambios biofisiológicos que se pro- la mera función biológica y convertirse en fuente de
ducen en la edad madura y en la vejez no anulan el placer, bienestar psicofísico, comunicación, afecto,
deseo sexual ni los afectos vinculados a la sexuali- etc. Puede ayudarnos a encontrar momentos de pla-
dad. Como veremos más adelante, la sexualidad en cer y bienestar, nos impulsa a salir de la soledad y
la vejez depende más de factores psicosociales que buscar, tocar, abrazar al otro. Nos permite llegar a
de factores biofisiológicos, aunque éstos tengan formas de comunicación íntimas desde el punto de
también un importante significado. vista corporal y psíquico. Hace posible también que
dos personas puedan planificar su relación o los
hijos que deseen, en el contexto de una relación es-
3. Los fines de la sexualidad table, caracterizada por diferentes grados de pa-
sión, intimidad y compromiso.
Es indudable que, desde el punto de vista bioló- La sexualidad vivida satisfactoriamente hace
gico, el fin primordial de la sexualidad es la repro- más fácil la comprensión de los demás, la elimina-
ducción de la especie. Los individuos de las diferen- ción de la rigidez y el moralismo. Es también una
tes especies no sólo están preprogramados para fuente de equilibrio y armonía para la persona. Es,
buscar la propia supervivencia, sino también la del en definitiva, una fuente de amor a la vida, de biofi-
grupo en que viven. El deseo de unión sexual, la lia, de actitud positiva ante sí mismo, los demás y
atracción y el placer en la relación, hacen que los las cosas.
miembros de las diferentes especies se apareen y
tengan descendencia, asegurando la supervivencia
del grupo al que pertenecen y, a través de él, de la
especie.
4. Los destinos de la sexualidad
En todas las especies inferiores, la sexualidad es
un instinto muy estereotipado, manifestándose en La sexualidad humana, como ya reconociera
conductas altamente preprogramadas. La función Freud, no tiene prefijados los destinos. Los animales
de reproducción es tan determinante que las hem- nacen altamente preprogramados y apenas cam-
bras sólo aceptan la relación sexual cuando pueden bian en el curso de la historia. El ser humano es
concebir. mucho más plástico, admite variantes interindivi-
En la especie humana, la reproducción es tam- duales mucho mayores y sus formas de vida están
bién una función fundamental; pero no es la única en continuo cambio.
ni necesariamente la más importante. En la especie La sexualidad humana puede satisfacerse, repri-
humana, el placer sexual no va necesariamente uni- mirse, prorrogar su satisfacción, sublimarse y
do a la reproducción. El placer sexual puede ser orientarse hacia objetos de satisfacción muy diver-
deseado por la mujer en momentos del ciclo mens- sos. Su plasticidad es tan grande que puede tam-
trual en los que no es posible la concepción, y tam- bién ser manipulada con otros fines, como ocurre
bién después de la menopausia. Igualmente, hom- hoy con el uso que hace de ella la publicidad. La
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orientación del deseo puede ser diferente (heterose- xuales tienen que ser necesariamente reguladas por
xual, homosexual, etQ.) y las formas de conducta la sociedad en algún grado. Las normas y formas de
sexual son también muy variables de unas personas regulación varían mucho de unas sociedades a
a otras y de unas culturas a otras. Las diferencias otras, pero todas ellas lo hacen de alguna manera.
interindividuales e interculturales son muy gran-
des. En occidente, la relación entre padres e hijos es
el aspecto más fuertemente regulado. Como conse-
No quiere esto decir que todas las conductas se- cuencia de la necesidad de regular esta relación, se
xuales sean igual de deseables desde el punto de extienden las normas a las relaciones sexuales de
vista de la salud o de la organización de una socie- las parejas casadas y, dado que quienes no tienen
dad determinada. Algunas variantes conllevan gra- un compromiso estable no pueden ofrecer garantía
ves riesgos o deficiencias para el sujeto y otras pue- de cuidados adecuados a la descendencia, se consi-
den crear malestar o daño en el grupo social donde dera que éstos no deben tener relaciones sexuales.
éste vive. Como, de manera semejante, ciertas for- Esta regulación se hace a través de las costumbres,
mas de regulación social provocan también sufri- la moral y el código civil.
miento en los individuos concretos. El individuo, la
pareja y el grupo social deberán encontrar la mayor Todas estas normas aparecieron en un contexto
armonía posible entre sí, a la vez que procurar histórico en el que la fecundidad era uno de los má-
crear las mejores condiciones de vida, también en el ximos valores en todos los grupos humanos (así lo
campo sexual. A ello deben contribuir las ciencias reconocen todas las religiones y manifestaciones
del nombre y de la conducta estudiando las conse- culturales de diverso tipo), porque sólo así podían
cuencias y posibilidades de cada una de las alterna- combatir la alta mortalidad y disponer de medios
tivas sexuales, para que sean evitados errores, tópi- para la defensa y el trabajo. Por otra parte, en este
cos y falsas creencias, y podamos, así, disponer de período, que en realidad se extiende hasta el último
una verdadera ciencia de los comportamientos se- siglo, no existían métodos eficaces para evitar el
xuales que nos permita prevenir, diagnosticar y cu- embarazo no deseado, por lo cual las relaciones se-
rar, si fuera necesario, los problemas y dificultades. xuales prematrimoniales eran relaciones de alto
De esta forma conseguiremos que las personas con- riesgo.
cretas vivan las mejores posibilidades de la sexuali- Este contexto histórico ha cambiado de forma
dad. En capítulos posteriores indicaremos cuáles radical a lo largo del siglo XX, fundamentalmente
son, desde nuestro punto de vista, los criterios de debido a cuatro factores:
salud sexual que podemos usar. Por el momento, en
este apartado dedicado al concepto, nos interesa En primer lugar, el control de la mortalidad in-
que el lector caiga en la cuenta de que la sexualidad fantil y el alargamiento de la edad media de vida ha
humana puede vivirse de formas muy diferentes, mu- provocado un aumento de la población que ha lle-
chas de ellas saludables, pero no todas en el mismo vado a numerosos gobiernos, sobre todo en la déca-
grado. Hay también conductas sexuales no desea- da de los 60-70 en Europa y en la actualidad en
bles para el individuo, la pareja o la sociedad. muchos países del llamado Tercer Mundo, a acep-
tar de buen grado el control de los nacimientos
apoyando los servicios de planificación familiar.
Ciertamente, éste no ha sido el único factor que ha
provocado esta aceptación de la planificación de los
5. La regulación social hijos; también han influido los conocimientos ad-
de la sexualidad quiridos sobre sexualidad en este siglo y los movi-
mientos sociales que han luchado por estos temas
Las conductas sexuales son también conductas (feminismo, movimiento obrero, etc.), pero ha sido
sociales porque, casi siempre, implican a otras per- el factor estructural decisivo.
sonas. Desde este punto de vista, las conductas se- En segundo lugar, los métodos anticonceptivos

PARA COMPRENDER LA SEXUALIDAD 11


se han desarrollado mucho, de tal forma que los sociedad, y que esta regulación está sujeta a cam-
riesgos de embarazo no deseado se reducen si aqué- bios históricos, demográficos, culturales y económi-
llos se usan adecuadamente. cos.
En tercer lugar, durante este siglo, y especial- Estos cambios, a veces, provocan contradiccio-
mente en su segunda mitad, la escala de valores nes difíciles de solucionar. Este es el caso de la si-
dominantes ha cambiado de forma importante, al tuación planteada en la actualidad con los jóvenes.
menos en occidente. La sexualidad tiende a ser vis- La sociedad es cada vez más permisiva con el com-
ta hoy como una dimensión positiva y la regulación portamiento sexual de los jóvenes, y éstos, de he-
social de las conductas sexuales es hoy mucho más cho, acceden a las relaciones sexuales antes (la me-
permisiva. Algunas Iglesias, como la anglicana, han dia de edad de inicio de relaciones sexuales comple-
dado pasos decisivos en este campo; en otras, como tas está hoy, en España, en los 16 años); pero, a la
es el caso de la católica, las posturas son muy con- vez, los padres, el sistema educativo, el sistema sa-
trapuestas, de forma que la moral sexual es, fre- nitario y la sociedad en general no aceptan que los
cuentemente, causa de debate y conflicto. jóvenes puedan ser sexualmente activos. Con lo
cual estamos ante una realidad que se permite (in-
Por último, con el advenimiento de las democra- cluso, en cierto grado, se estimula con el abuso so-
cias como forma de gobierno, se ha hecho difícil- cial que se hace en la publicidad, cine, etc., de con-
mente justificable, incluso inconstitucional, la re- tenidos eróticos), pero, al mismo tiempo, se niega,
gulación de las conductas sexuales que tengan lu- dado que ni los padres, ni el sistema educativo, ni el
gar entre adultos que libremente las acepten y que sistema sanitario ofrecen condiciones a estos jóve-
no provoquen un daño social evidente. Por ello, lo nes para que vivan la sexualidad sin riesgo (por
más característico de nuestras sociedades es que la ejemplo, impartiendo una verdadera educación se-
regulación de las conductas sexuales está cada vez xual y ofreciendo asistencia técnica para evitar los
más limitada a las relaciones dentro del matrimo- embarazos no deseados y otros riesgos). El resulta-
nio (y sólo si los miembros de la pareja entran en do es que los adolescentes y jóvenes son hoy un gru-
conflicto entre sí), la familia (con la prohibición del po de alto riesgo en cuanto a conductas sexuales se
incesto), el control del escándalo público, los abu- refiere. Nuestra sociedad deberá decidirse en las
sos sexuales con menores y la violencia sexual. Las próximas décadas sobre este tema, adoptando posi-
costumbres son cada vez más permisivas y la moral ciones más conservadoras, haciendo lo posible para
actúa más sobre la conciencia individual y menos que nuestros adolescentes y jóvenes no tengan rela-
como una norma que se exige a los demás. ciones sexuales, o más progresistas, reconociendo
En este contexto, y como consecuencia de estos y que éstos tienen derecho a ser sexualmente activos
otros factores, la fecundidad es un valor menos re- y ofreciendo los medios para que esta conducta pue-
conocido y la actividad sexual que evita el embara- da ser practicada sin riesgo. La contradicción ac-
zo cada vez mejor aceptada. Estos datos son eviden- tual es insostenible y constituye una grave irrespon-
tes y han provocado una disminución muy fuerte de sabilidad de los adultos para con los jóvenes. Este
los embarazos, especialmente en algunas naciones es, a nuestro entender, el principal problema actual
occidentales, con la consiguiente alarma de algunos sobre la regulación social de la sexualidad.
de sus gobiernos.
¿Qué dirección seguirá en el futuro el continuo
cambio de valores referidos a la sexualidad? ¿Cuál 6. La complejidad de
será la actitud de los gobiernos ante el envejeci- la conducta sexual humana
miento de la población?
Por nuestra parte, en este capítulo dedicado al Las aproximaciones que acabamos de hacer son
concepto, lo que deseamos es dejar claro que la se- aproximaciones generales al concepto de sexuali-
xualidad siempre es regulada en algún grado por la dad.
12 PARA COMPRENDER LA SEXUALIDAD
PARA COMPRENDER LA SEXUALIDAD 13
Para entender la conducta sexual individual, es provocándola), aprendizaje operante (conductas se-
necesario además tener en cuenta los procesos im- xuales placenteras, obtenidas como consecuencia
plicados en la secuencia que va desde el estímulo de determinados actos, acaban dando a éstos un
sexual hasta las conductas del sujeto. Esta secuen- significado erótico) y aprendizaje por observación
cia, representada en el cuadro adjunto, nos permite (los sujetos aprenden también a través de la obser-
comprender la enorme complejidad de las conduc- vación de los estímulos sexuales que les resultan
tas sexuales concretas. excitantes a los demás). De esta forma, cada cultura
e, incluso, dentro de ella, cada individuo concreto,
atribuye significado erótico a diferentes estímulos
SECUENCIA DE LA CONDUCTA SEXUAL sexuales. Esta capacidad de aprendizaje es tan sor-
prendente que algunos individuos acaban teniendo
verdaderas fijaciones a determinados estímulos que
Estímulos externos Procesos internos Conducta les crean graves dificultades y problemas, como es el
caso, por poner sólo uno de ellos, de los fetichistas.
Afectivos [Erotofilia
Erotofobia Desde el punto de vista cultural, es también sor-
Preprogramados prendente que actividades con alto significado eró-
Creencias tico en una cultura puedan parecer repugnantes en
Cognitivos Expectativas Respuestas otras (este es el caso del beso en la boca, el cual en
Aprendidos Fantasías determinadas culturas es fuertemente rechazado).
Evaluaciones Incluso dentro de una sociedad determinada, el va-
Biológicos J Nivel de lor erótico de los estímulos puede cambiar en un
t activación >, tiempo relativamente corto, dando lugar a cambios
4 A importantes de costumbres. Las modas son un buen
— Consecuencias
Esta secuencia está, a su vez, mediatizada por la edad y la regulación ejemplo de estos cambios.
social de la sexualidad. La sexualidad no sólo mediatiza todo nuestro
ser, sino que también está mediatizada por lo que
Los estímulos eróticos pueden ser de dos tipos: somos.
preprogramados y aprendidos. Los estímulos pre-
programados, propios de la especie, son la estimula- Las diferentes dimensiones del ser humano se
ción táctil de los genitales y las zonas erógenas, las influyen mutuamente como el metal a una aleación.
secreciones químicas llamadas feromonas, percibi- La sexualidad no puede entenderse por sí misma,
das a través del olfato y la visión de determinadas aislada de todo lo demás. Las capacidades y proce-
partes del cuerpo u observación de posturas o con- sos biológicos, intelectuales, lingüísticos y afectivos
ductas de tipo erótico. Los cambios biofisiológicos mediatizan la identidad, el rol, los deseos, senti-
más significativos que se producen como conse- mientos, fantasías y conductas sexuales.
cuencia de este tipo de estimulación son la vasocon-
gestion de los genitales y el aumento del ritmo res- Los procesos mediadores internos son muy diver-
piratorio y cardíaco. Estos cambios impulsan al in- sos y complejos en sí mismos, pero pueden ser clasi-
dividuo a realizar determinadas conductas sexuales ficados en procesos afectivos, cognitivos y biológi-
que serán, finalmente, realizadas o no, dependiendo cos.
de los procesos mediadores indicados en el esque-
ma. Los procesos afectivos asociados a las conductas
sexuales son el deseo, la atracción y el enamora-
Los estímulos sexuales también pueden ser miento. Estos procesos afectivos básicos, para los
aprendidos a través de diferentes mecanismos. Los cuales está preprogramado el ser humano, mediati-
mejor conocidos son el aprendizaje por condiciona- zan la actividad sexual de forma muy significativa.
miento clásico (determinadas cosas, gestos, situa- A la vez, la forma concreta en que cada persona vive
ciones, etc., son asociados a la excitación sexual, la sexualidad desde estos procesos depende del sig-
14 PARA COMPRENDER LA SEXUALIDAD
niñeado afectivo que tengan para ella los estímulos pende, a veces hasta en los pequeños detalles, de los
sexuales. En este sentido, como explicaremos en el afectos. No es, efectivamente, lo mismo acceder a
capítulo siguiente, dedicado a las actitudes, puede las relaciones sexuales únicamente desde el deseo,
hablarse de una dimensión bipolar cuyos extremos que hacerlo desde el enamoramiento. En el primer
han sido denominados por algunos investigadores caso, el objeto del deseo tiene un valor secundario y
erotofilia y erotofobia. podría ser intercambiable, mientras en el segundo
tiene un valor que sobrepasa el propio interés y es
La erotofilia es una tendencia a dar respuestas único.
emocionales positivas ante los estímulos sexuales.
Esta tendencia forma un sistema consistente, simi- Aunque las formas de vivir la sexualidad son
lar a los denominados rasgos estables de personali- muy diferentes, la mediación afectiva está siempre
dad, caracterizado por una actitud de búsqueda de presente de algún modo, y numerosas personas, es-
estímulos sexuales, reacciones emocionales positi- pecialmente en el caso de las mujeres, no encuen-
vas y valoración positiva de ellos. tran sentido a la actividad sexual si ésta no está
dentro de un determinado contexto afectivo y de
La erotofobia es una tendencia a dar respuestas comunicación.
emocionales negativas ante los estímulos sexuales,
caracterizada por la evitación y valoración negati- La importancia de esta mediación afectiva pue-
va de tales estímulos. de ser tal que impida, condicione o potencie, según
los casos, el deseo, la excitación y la satisfacción
Los sujetos humanos se distribuyen en la dimen- sexual.
sión erotofilia-erotofobia, acercándose más o menos
a uno u otro extremo. Otra serie de afectos no relacionados directa-
mente con la sexualidad tienen también una impor-
Los afectos relaciónales (deseo, atracción y ena- tancia decisiva en la sexualidad. Por lo que hoy sa-
moramiento) influyen también en las conductas se- bemos, la ira o enfado limitan fundamentalmente el
xuales. Mientras el deseo se basa en un interés me- deseo sexual, mientras la ansiedad dificulta la vaso-
ramente instrumental del objeto de satisfacción congestión de los órganos genitales. Por ello, las
(que es usado para su descarga), la atracción supo- preocupaciones y tensiones por un lado, y los con-
ne un interés explícito por el objeto (el objeto tiene flictos de pareja por otro, pueden inhibir la respues-
una valencia erótica) y el enamoramiento implica ta sexual. Por el contrario, la alegría, el bienestar y
interés por la persona en cuanto tal. Cada una de los afectos generales positivos favorecen el interés y
estas dinámicas afectivas genera formas de conduc- el funcionamiento sexual.
ta y atribuciones de significado a estas conductas
bien distintas. La mediación cognitiva es también decisiva. El
desarrollo intelectual y la adquisición del lenguaje
Los afectos y la sexualidad tienden a evocarse conllevan cambios en la construcción del conoci-
mutuamente en numerosas ocasiones. Unas veces, miento y en la interpretación de la realidad que
el deseo y la atracción sexual empujan a las perso- mediatizan todas las conductas sexuales.
nas a buscarse y encontrarse. En este encuentro
aparecen múltiples afectos y, en algunos casos, sen- Así, por ejemplo, una niña de tres años sabe per-
timientos de enamoramiento. En otras ocasiones, es fectamente que es una niña, pero cree que, si la
la relación entre las personas la que acaba evocan- visten de varón, dejará de ser niña. Sólo cuando
do el deseo y la atracción sexual. En la mayoría de desarrolle nuevas capacidades intelectuales, se da-
los casos, probablemente ocurren las dos cosas a la rá cuenta de que su identidad no depende de los
vez. vestidos u otras características superficiales.
Sea cual fuere la forma de llegar a encontrarse, La conducta sexual del individuo y la regulación
afectos y sexualidad se evocan, mediatizan y condi- social de ella están muy condicionadas por las ca-
cionan. La actividad sexual entre dos personas de- pacidades mentales del sujeto y por el lenguaje que

PARA COMPRENDER LA SEXUALIDAD 15


su medio y él mismo usan. El vocabulario referido a Los procesos biofisiológicos desempeñan tam-
la sexualidad en una sociedad concreta define, en bién un importante papel. El nivel de testosterona
gran medida, la forma de vivirla. Si se considera (hormona directamente relacionada con el deseo),
que la sexualidad es lo bajo, sucio, feo, impuro, peli- el estado de salud o enfermedad, fatiga o bienestar,
groso..., los individuos concretos tendrán dificulta- la madurez y capacidad de respuesta de todo el sis-
des para aceptarla con naturalidad. Si nos referi- tema fisiológico sexual, condicionan el deseo, la ex-
mos a la actividad sexual con palabras que indican citación y las conductas sexuales. Todos estos facto-
agresividad, engaño o desprecio, ¿cómo vamos a ser res hacen que el sujeto tenga uno u otro nivel de
capaces de conseguir que nuestra conducta sexual activación sexual facilitando o inhibiendo la res-
sea respetuosa y ética? El discurso sobre la sexuali- puesta sexual.
dad, tanto el científico como el espontáneo, ha esta-
do prohibido en nuestra cultura. De la sexualidad Las consecuencias de la conducta sexual humana,
se hablaba sólo para impedir que pudiera hablarse; a su vez, influyen sobre toda la secuencia anterior-
se hacía, además, de forma indirecta o acusatoria. mente expuesta. Si las consecuencias son negativas
de forma reiterada, los estímulos que la provocaron
Las creencias sobre el significado de los estímu- pueden perder su valor erótico, y esa conducta será
los sexuales, las expectativas referidas a las conse- evitada porque los elementos mediadores tendrán
cuencias de determinadas conductas y las fantasías presentes las consecuencias y sacarán las conclusio-
sexuales juegan un papel decisivo. Las pruebas son nes oportunas a lo largo de todo el proceso. Si las
en este caso abrumadoras. Las creencias sobre los consecuencias son positivas, será mucho más pro-
anticonceptivos, por ejemplo, tienen una gran in- bable que esa conducta se repita.
fluencia en el uso que se hace de ellos. Las expecta-
tivas sobre las consecuencias de determinadas con- Todos estos factores afectivos, cognitivos y biofi-
ductas también, como es el caso de la conciencia de siológicos interactúan entre sí mediatizando las
los riesgos que entraña el tener relaciones sexuales conductas sexuales que los individuos tienen ante
con personas que mantienen relaciones muy pro- determinados estímulos. Los factores son tantos y
miscuas. La naturaleza de las fantasías, como es tan compleja su interacción que no siempre es fácil
bien sabido, estimula o inhibe la excitación y la predecir qué hará cada persona concreta. A pesar
conducta sexual. de esta dificultad, en numerosos sujetos, estos fac-
tores están tan definidos y es tan coherente la inte-
El juicio moral sobre las conductas sexuales es racción entre ellos que se puede predecir con un
también un factor importante. Determinadas con- alto grado de seguridad cuál será su conducta. En
ductas sexuales son consideradas por unos como todo caso, ser conscientes de estas mediaciones, y
moralmente inaceptables, procurando, por ello, analizarlas con el mayor detalle posible, nos permi-
evitarlas, mientras a otros les pueden parecer legíti- te comprender mejor la conducta sexual humana y,
mas, no encontrando razones que les impulsen a cuando esto no es posible, orientar nuestra investi-
rechazarlas. gación hacia las posibles causas explicativas.

16 PARA COMPRENDER LA SEXUALIDAD

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