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LA COLONIZACIÓN SECUNDARIA
El concepto de colonización secundaria que utilizaremos aquí puede prestarse a
innumerables discusiones. En primer lugar podría argüirse que no es lícito introducir
una discontinuidad que la historia concreta no justifica. Nadie, digamos aquí, ha
estudiado el fenómeno de la expansión colonizadora, a partir de las primeras
experiencias de su evolución, introduciendo una diferencia demasiado estricta para lo
cual hubiera sido necesaria una definición más rigurosa. Creemos, sin embargo, que
existen algunos rasgos muy nítidos que nos permitirán elaborar este “tipo” de
colonización, y que esta construcción tiene su correlato en la historia concreta.
Creemos que estos rasgos son suficientes para diferenciar este tipo de
cualquiera de los ya descriptos en los capítulos anteriores. Una vez que estas colonias
comenzaron a evolucionar recibieron un aporte numeroso e incontenible que motivó la
creación de varias ciudades entre las que se destaca Oberá, que es la que nos
detendremos con preferencia, ejemplificada como ninguna el carácter multiétnico de la
sociedad.
En este capítulo estudiaremos las fases históricas más importantes del proceso
de iniciación, consolidación y expansión de la colonización secundaria así como las
formas articulatorias en las que se vio involucrada en el contexto provincial y regional.
También analizaremos en particular algunos casos específicos como el proceso de
formación de la colonia y ejido urbano de Oberá por constituir el caso más
representativo de este proceso.
Los comienzos
En otros casos, como ocurrió en Alem, se comenzó a ocupar una picada desde
ambos extremos simultáneamente y en un lugar en que funcionaba un almacén de ramos
generales se concentró la vida social originando luego la ciudad.
Luego, y una vez que se ocupaban las tierras y se comenzaban a cultivar, como
se trataba de la franja de tierras fiscales, los colonos se organizaban en comisiones o
grupos más o menos informales e iniciaban las gestiones ante el Estado apelando a las
leyes de tierras y colonización vigentes para legalizar su situación. Pero, desde el primer
momento la situación no podía ser más caótica por las mensuras rudimentarias que los
propios colonos intentaban, aunque fuera en forma provisoria. Esta situación que dejó
una herencia difícil de resolver y que se ha perpetuado hasta el presente con a
consiguiente precariedad en los títulos de propiedad, es uno de los más graves
problemas a resolver en la zona central rural de Misiones.
Leandro N. Alem: el almacén convertido en ciudad
Cuando los actuales planificadores estudian los centros de servicio rurales con
el propósito de desplegar una política para fortalecerlos y contribuir a su desarrollo tal
vez tengana ................ndo llevó el nombre de Mecking y ese año se fundó oficialmente
el pueblo de Leandro N. Alem.
La mayoría de los alemanes que poblaron esta picada eran del grupo germano-
brasileño, pero poco después la picada se convirtió en eje de una distribución de
población de numerosas picadas secundarias: finlandesa, africana, etcétera, que ya
hemos mencionado y que se extenderán en una red hacia el norte especialmente, es
decir hacia Oberá. Recordemos que una de las primeras obras iniciadas por los suecos
de Oberá fue buscar la conexión con esta picada “madre” de caminos y colonias.
El cacique Oberá es quizá uno de los líderes políticos guaraníes más famosos
debido al levantamiento de características mesiánicas y revolucionarias, que condujo
militarmente en el siglo XVII contra la dominación española (3). De este caudillo indio
proviene el nombre de la colonia que se fundó sobre la base de ocupaciones espontáneas
de colonos extranjeros en el antiguo Yerbal Viejo. Es probable que estos antecedentes
más remotos se sitúan en 1908 en que existía un pequeño núcleo de “austríacos” -dice la
información- de los que no sabemos si eran polacos o ucranianos o ambos, y si venían
de la misma Misiones o de Brasil, aunque lo más probable es que fuera del marco de las
colonias.
Sobre este período sólo se cuenta con algunas tradiciones orales; unos pocos
textos de memorias de colonos; algunas cartas y unos pocos documentos oficiales entre
los que se hallan los informes de inspectores de yerbales, etcétera. La preocupación por
recopilar los testimonios de este lapso son muy recientes. Otro tanto podría afirmarse de
las investigaciones sobre Oberá en el campo de las ciencias sociales. (4)
Los suecos
Este grupo fue en los momentos iniciales el más dinámico y el que ejerció una
decidida función de liderazgo. Más tarde los escandinavos presentes en Oberá se
fusionaron prácticamente en torno a la iglesia Evangélica Luterana Unida. Esos
primeros colonos suecos provenían de brasil, por donde pasaron prácticamente sin
detenerse. Antes de relatar esta historia recordemos que pertenecen a un ciclo de ingreso
casi permanente de colonos radicados primero en Brasil y que por diferentes
circunstancias prefirieron cruzar la frontera. En este ciclo participaron diferentes grupos
como alemanes (la mayoría), italianos, polacos, escandinavos, rusos, y, en menor
medida, otros grupos. A éstos deben agregarse los brasileños criollos o mestizos.
“El gobierno brasileño costeó los pasajes desde Hamburgo (Alemania) hasta
Brasil, nosotros pagamos los pasajes desde Suecia hasta Hamburgo. El viaje en
barco fue bastante bueno y recuerdo que también venían rusos y polacos,
aunque nos dábamos muy poco con ellos. Duró casi un mes y llegados a Brasil
tuvimos que viajar unos cien kilómetros en tren, los vagones se sacudían pero
llegamos bien a un pueblito que se llamaba Ijuí.”
“En Ijuí nos esperaban carros tirados por caballos para llevarnos al lugar que
fuera elegido por nosotros.”
“Eramos casi trescientas familias, la mayoría del norte de Suecia, las que
vinimos al Brasil, gente que nunca había trabajado la tierra, sino que había
realizado trabajos industriales en su patria.”
“Esto no fue tan fácil como se había pensado en un primer momento. Voltear
esos tupidos montes brasileños para quienes no sabían tomar un hacha. No
existían escuelas, ni caminos buenos lo único que se podía comprar era porotos
negros, batatas, tocino, carne muy de vez en cuando.”
“...El clima era malo para los que veníamos del norte.”
“...La gente empezó a escribir a su país queriendo volver, los chicos sin plata,
sin saber el idioma, trataron de llegar a Buenos Aires y allí por medio del
consulado sueco conseguir los medios para regresar a su añorado país.”
“Al final ocurrió lo que soñaban, consiguieron el viaje gratis a Suecia por
medio de una princesa sueca que pagó los pasajes. Y de esas trescientas
familias que vinieron aquí, quedamos unas diez únicamente...”
“...Pero la vida no era fácil y en más de una ocasión mamá quería volver...”
“El 28 de agosto de 1925 salí con mi hermano Oscar de Santa Rosa, Brasil,
donde vivimos cinco años. Cabalgamos casi noventa kilómetros, desde Santa
Rosa a Guaraní, lugar donde habíamos vivido por muchos años y en el que
teníamos viejos amigos.”
“El primero de septiembre salimos de allí rumbo a la Argentina. Lo primero
que nos preguntaban era: ¿por qué salen del Brasil?”
“El río tenía poco más de 1 km. de ancho. El 4 desembarcamos en un lugar que
se llama San Javier.”
“Pasamos también nuestros caballos en una vieja balsa y nos presentamos ante
los marineros, los que nos preguntaron si teníamos pasaporte. Yo saqué un
pasaporte de la aduana de Cerro Pelado pero no tenía firma porque nos
pusimos a hablar y el que me la dio se olvidó de poner su nombre. No importa,
me dijeron, nosotros conocemos su letra. Entonces le dijimos que queríamos
llegar a Yerbal Viejo.”
“En ese tiempo para poder entrar a la Argentina bastaba sólo con decir que
queríamos entrar para vivir, y el lugar donde se quería llegar y no había
ninguna traba. Con esto quiero señalar que llegamos a un país tranquilo.”
En 1914 los suecos, en número de 10, habían trazado la picada que unía Yerbal
Viejo con la actual Leandro Alem, después de 12 días ininterrumpidos de durísimo
trabajo. Esa picada que se superpone a la actual ruta número 14 se bautizó con el
nombre de Picada Sueca. Esta ruta fue de vital importancia para comunicar la colonia
con el sur de la provincia ya que a su vez la llamada Picada Mecking (actual L. Alem)
en la que desembocaba, venía de San Javier y se dirigía hacia las costas del Paraná. Para
poder mantener esta ruta despejada de vegetación se organizaban partidas de trabajo
voluntario en el que cada persona debía trabajar seis días o portar un dinero
proporcional.
En 1923 se inició una nueva ruta más directa a Posadas. Esa fue la picada San
Martín, actual ruta provincial 105, y su construcción obedeció a la necesidad de contar
con un camino de mejor calidad y más corto hacia Posadas, lugar de salida de la
producción. Ya por entonces existía una Sociedad Escandinava Svez que fue el centro
de estas gestiones que buscaban, entre otras cosas, el apoyo oficial para su desarrollo
vial. A tal efecto se constituyó una “Sociedad pro-camino” cuyos estatutos fueron
aprobados en 1923. En marzo de 1924 la nueva ruta estaba terminada y era ancha como
para que pasaran por ella cabalgaduras y cargas.
La multiplicidad étnica
El impulso dado a esta zona por los colonos encontró eco en el gobernador
Barreyro quien asistió personalmente a la inauguración del nuevo camino. Por otra parte
fue bajo el gobierno de este funcionario cuando Oberá fue declarada oficialmente
ciudad, el 7 de diciembre de 1927. Este gobierno se caracterizó por su apoyo a la
colonización tanto oficial como privada siguiendo líneas doctrinarias claras
provenientes de su partido, la Unión Cívica Radical cuyas políticas de integración y
apoyo a la colonización fueron siempre efectivas y continuas.
Oberá recibía sin cesar el aporte de grupos diferentes. Luego de los grupos
citados llegaron contingentes de finlandeses y rusos. Hacia 1927 llegaron los primeros
árabes, todos del grupo libanés. Se dedicaron al comercio como en el resto de la
provincia.
“El día 17 de abril de 1926 pisamos por primera vez suelo argentino. Nos
hablaron bien de Misiones, que la tierra era linda y que el clima era bastante
cálido. Nosotros que más bien estábamos cansados del clima frío nos
entusiasmamos con la idea de ir a una zona cálida. Cuando pagamos el pasaje a
la Argentina por barco pagamos incluido a cualquier punto del país que
quisiéramos y de eso se hacía cargo el país que nos recibía. Lo más notable es
que la oficina de inmigración de Buenos Aires no nos dejaba venir a la
provincia de Misiones porque se hablaba de una selva inhóspita y poblada de
indígenas, ignorándose su grado de civilidad.”
“Nos reunimos siete familias en Buenos Aires y con los escasos recursos que
contábamos decidimos pagar el viaje hasta la provincia a uno de los
inmigrantes, en este caso mi padre Esteban Mielnik, que llegó a la casa de un
señor de apellido Unizony, quién se encargó de solicitar a la oficina de
inmigración las familias que habían quedado en Buenos Aires a la espera. Así
es entonces que en tren partimos con destino a Posadas.”
Año tras año, oleada tras oleada la selva era abatida lentamente y surgían las
casas, los cercados, los caminos, las iglesias, las plantaciones y una nueva vida para
muchos. Desde 1918 se hicieron presentes los italianos -principal inmigración de la
Argentina en su conjunto- pero relativamente débil en Misiones. Sin embargo, fue en
Oberá donde alcanzó su aporte más importante desde su poblamiento de Concepción
durante los últimos años del siglo pasado. A diferencia de aquellos, la mayoría de los
italianos obereños llegaron directamente de Italia.
Entre 1924 y 1927 los italianos abrieron la primera fábrica de pan y la primera
talabartería. Más tarde comienza a desempeñarse el primer constructor de este origen y
el primer farmacéutico. Después de ser fundada oficialmente la ciudad comenzaron a
llegar más italianos desde diferentes procedencias. La mayoría venían del sector urbano:
Posadas o Corpus. El año de la inmigración masiva de italianos a Oberá fue 1940, y
después de la Segunda Guerra se reanuda la corriente italiana. También se produjo un
ingreso de italianos en Brasil que así reiniciaba su aporte a través de las fronteras. Sobre
esta inmigración italiana interfronteriza afirma Doménico Gardella:
“Se habla de personas que han venido de Italia y de aquellas que han
reingresado a Italia. Pero aquellas que han pasado de Brasil a Argentina y de
Argentina a Brasil escapan a nuestro control. Y sospecho que escapan al
control de las estadísticas brasileñas.”
En este estudio vemos que una colectividad como la sueca que estuvo presente
en todos los pasos iniciales más importantes de la creación de la colonia llegó a tener un
número comparativamente bajo de individuos. El 86 % del total de europeos, de 15
países diferentes, estaba constituido por alemanes, rusos y polacos. Los suecos
ocupaban el tercer lugar muy lejos de los primeros. El cuadro global es el que sigue: (9)
Polonia 58,2 %
Rusia 16,0 %
Alemania 12,6 %
Suecia 4,2 %
Italia 2,4 %
España 1,8 %
Checoslovaquia 0,8 %
Finlandia 0,8 %
Austria 0,6 %
Suiza 0,6 %
Otros países 2,0 %
Pero si analizamos un período muy extenso veremos cómo los inmigrantes no-
europeos constituyen la mayoría del aporte inmigratorio. Entre 1928 y 1975 el aporte
argentino fue del 57,6 % del total de inmigrantes. El aporte extranjero fue del 42,4 %
discriminado en un 19,1 % de europeos, un 23,0 % de sudamericanos y un 0,3 % de
asiáticos (japoneses). Pero cabría formularse esta pregunta: ¿cuántos de esos argentinos
de las estadísticas lo eran sólo por haber nacido en el país? Lamentablemente es
imposible calcular la incidencia de distintos “tipos de argentinos”. Los demógrafos no
cuentan con técnicas para deducir retrospectivamente la composición de categorías
estadísticas de esta naturaleza, sobre todo cuando se carece de otras variables como la
tasa de matrimonios interétnicos, etcétera. (11)
Pluralismo religioso
La mayoría de esta religiones posee su propio templo, salvo aquellas que por su
modalidad emplean las casas de sus fieles rotativamente o bien eligiendo una en forma
permanente y colaborando con su manutención. La religión de los primeros colonos
suecos fue Luterana Sueca y a ella se acercaron quienes, perteneciendo a otras
nacionalidades y religiones, no tenían todavía un culto oficial organizado. Más tarde
fueron llegando sacerdotes de otros cultos y comenzaron a surgir en las picadas y
campos cultivados las clásicas iglesias de madera. La nómina de las iglesias más
importantes es la siguiente: (12)
Cada una de estas iglesias posee sus propios templos -algunas de ellas más de
uno en la ciudad y el campo- y también terrenos o instalaciones complementarias. Las
más importantes rivalizan en monumentalidad y lujo llegándose a construir algunos
templos como la Iglesia Ortodoxa Rusa Patriarcado de Moscú con la cúpula totalmente
cubierta de planchas de cobre para que con el reflejo solar se la divise desde el valle
circundante.
Notas
(1) María Frosi citada por Angela Perié de Schiavoni y Susana Zouví, La Colonización
en Misiones, pág. 88.
(11) Los censos, tal como están confeccionados plantean un problema insoluble:
determinar la filiación de los hijos de extranjeros nacidos en el país para poder
adscribirlos a algún grupo étnico.