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El legado de la

inmigración en el
Departamento de
Colón, Entre Ríos

Integrantes del grupo:


Cecilia Caccia, Liliana Massocco,
Mariana Ferrari, Marta Pereyra.

Instituto Superior Perito Moreno


Materia: Seminario I
Profesor : Jorge Caffarello
Año: 2012
Índice

Presentación…………………………………………………………………………….. 2

Inmigrantes establecidos en la zona del corredor del Río Uruguay - Orígenes y


características…………………………………………………………………………… 3

Conformación de la población actual en Ciudad de Colón, Villa Elisa, Colonia San José
y Pueblo Liebig………………………………………………………………………... 10

Herencia cultural de la inmigración como recurso turístico…………………………... 13

Gastronomía……………………………………………………………...……. 13

Artesanías……………………………………………………………………… 16

Danzas…………………………………………………………………………. 19

Fiestas Populares………………………………………………………………. 19

Centros de inmigrantes………………………………………………………... 21

Nomenclatura de calles en honor a inmigrantes………………………………. 25

Sitios de interés patrimonial…………………………………………………………... 29

Ciudad de Colón…………………………………..…………………………... 29

Pueblo Liebig…………………………………….……………………………. 37

San José……………………………………………………………………..… 42

Villa Elisa……………………………………………………………………... 47

Conclusión…………………………………………………………………………….. 50

Anexos………………………………………………………………………………… 52

Bibliografía……………………………………………………………………………. 93

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Presentación

El propósito de este trabajo es revalorizar el legado cultural de los primeros inmigrantes


en la zona del corredor del Río Uruguay, a la altura del Departamento de Colón, Entre
Ríos (ER), conocidos como “los Colonos”.

Colón tiene el valor único, aportado por la inmigración de un gran contingente de


personas de una zona del occidente europeo, que no solo contribuyó con características
específicas y particulares en la creación de un ámbito turístico, sino que además, y
sobre todo, enriqueció el patrimonio cultural.

Nuestro interés está enfocado en descubrir, más allá de atractivos turísticos tangibles, el
legado cultural intangible corporizado en la música, las danzas, la literatura, las artes
plásticas y las costumbres de la región.

Este valor es de significativa importancia para la sociedad argentina, que deviene


justamente de esta amalgama europea-criolla. Descubrir y realzar estos valores es parte
de nuestra tarea, en la conformación de un turismo representativo de la Nación.

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Inmigrantes establecidos en la zona del corredor del río Uruguay –
Orígenes y características
Tomando como punto de partida para nuestro proyecto el Departamento de Colón en
ER, encontramos cuatro centros integrales de dicha zona: Ciudad de Colón, Villa Elisa,
San José y Pueblo Liebig. Todos ellos, formados de colonos provenientes de varios
lugares cercanos de Europa -con excepción de Pueblo Liebig-; en Entre Ríos se
ubicaron primeramente juntos y luego se fueron esparciendo en un radio de pocos
kilómetros.

Los inmigrantes comenzaron a llegar a ER alrededor de 1850, durante el proceso de


Organización Nacional. El Gral. Justo José de Urquiza, quien fuera presidente de la
Confederación Argentina con asiento en Paraná, ER, por entonces a su vez fuerte
terrateniente en dicha provincia, fue quien estuvo a cargo de las políticas de promoción
de nuestras tierras en Europa. Lo hizo mediante representantes: empresas que se
encargaban de reclutar inmigrantes y asegurarles pasajes y tierras en el nuevo país de
destino. Esto antecede a las políticas inmigratorias de los presidentes de la conocida
Generación del 80 y su ley de fomento de la inmigración, de octubre 1876, que aportó
una significativa cantidad de inmigrantes a nuestro país. Es decir, la zona del corredor
del Río Uruguay fue una de las precursoras de este proceso. A partir de 1876 se
sumaron más inmigrantes a las primeras colonias y el aumento natural de población, es
decir los hijos de los primeros inmigrantes, que buscaban posesión de sus propias tierras
de labranza, sumados a los inmigrantes llegados a partir de dicha ley generó la
expansión de las primeras colonias y la fundación de nuevas. En orden cronológico los
pueblos que a este trabajo le conciernen estarían organizados de la siguiente manera:
Colonia San José, Villa Colón, Pueblo Liebig y Villa Elisa.

La importancia del establecimiento de los colonos en San José es de suma importancia,


sus experiencias y su crecimiento dio el impulso a muchas otras familias de las mismas
zonas de Europa para venir a trabajar la tierra en esta zona de ER.

Los colonos de San José no vinieron con ese destino en mente ni mucho menos. El
contratista John Lelong había celebrado un contrato con el gobierno de Corrientes, a
cargo de Juan Pujol, para traer familias colonizadoras para fundar Aldea San Juan. Por
causas que se desconocen, los plazos fueron demorados y el contrato caducó antes de
que llegaran los colonos. No obstante la compañía de Carlos Beck y Herzog ya había

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organizado el viaje de las personas provenientes del cantón Valais, Suiza, para que se
efectuara entre 1856 y 1857. A toda costa y para sacar provecho de los contratos ya
firmados, se inició el viaje sin informar a las autoridades europeas del vencimiento del
contrato con Corrientes. El 1º, 15 y 17 de julio arribaron contingentes formados por
104 familias con un total de 530 personas. Fueron rechazados en Corrientes, por el
motivo que ya mencionamos, y ubicados en la zona de Villa Urquiza, una colonia de
origen militar fundada en 1853 sobre la margen del Río Paraná. Se conformó así, la
Colonia Nueva de Villa Urquiza. Bajo la conducción de Adolfo Rebould algunas
familias de colonos gestionaron ante Urquiza su reubicación, ya que las tierras en la
zona de Villa Urquiza ya estaban asignadas. De esta manera, las familias decidieron
partir hacia el sur, donde se les prometían mejores tierras. El General Justo José de
Urquiza había dispuesto barcazas para trasladarlos a Ibicuy, una zona al sur de Entre
Ríos, pero al arribar se dieron cuenta de que las tierras eran inundables, por lo tanto, no
aptas para producir. Los inmigrantes solicitan nuevamente otro lugar. Carlos Sourigues,
encomendado a esta tarea por Urquiza, le escribe una carta al gobierno diciéndole: “son
hombres de mucho trabajo, por la figura que tienen, por su forma de ser, por sus
ambiciones, un excelente cuerpo inmigrante”. Así es como el Gral. Urquiza le solicita a
Sourigues, su comandante de Gualeguay, que asigne los campos de mejor calidad de sus
tierras para esta gente. Se cumple la orden y, así, se ubica finalmente al grupo de
valesanos y saboyanos en un lugar llamado Rincón de Espiro, entre los arroyos de La
Leche y del Medio. Desde el Ibicuy vinieron en barcazas hasta la Calera de Spiro,
como se conocía a este lugar sobre el río Uruguay, dedicada a la explotación de la cal.
Al llegar allí, encuentran solamente un galpón para ampararse. Mientras Sourigues
terminaba de marcar las concesiones, de más o menos 27 hectáreas cada una, los
inmigrantes se refugiaban con sus baúles bajo los árboles y con las sábanas hacían una
especie de techo: era pleno invierno.

El 2 de julio se celebra el día de la fundación de Colonia San José, ya que fue la fecha
del año 1857 en que Sourigues informó a Urquiza del desembarco, división y
amojonamiento de los terrenos. Esta colonia es el punto de llegada para muchos más
inmigrantes a lo largo de los 40 años venideros. Se considera a 111 familias fundadoras
de Colonia San José, 93 familias suizas, 16 saboyanas y 2 alemanas, más 53 inmigrantes
sin familia (Ver anexo, Inmigrantes).

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Villa Colón se desprende de la necesidad de Colonia San José de tener un puerto sobre
el Río Uruguay por donde poder sacar sus productos agrícolas para comercializarlos.
Todo fue nuevamente gestionado por el Gral. Urquiza quien había enviado a Europa en
1859 al padre Lorenzo Cot para que atrajera a nuevos inmigrantes para la nueva villa
ribereña, que era naturalmente un puerto ideal de ultramar. Su fundación fue el 12 de
abril 1863 y se tuvo la intención de que fuera cabecera del departamento; con ese
objetivo es que se donaron 50 lotes para edificios públicos. Esta designación incentivó a
los colonos ya establecidos hacía unos años en San José a adquirir lotes en la nueva
villa y por esa razón los 20 primeros lotes fueron vendidos a esas familias fundadoras
(Ver anexo, Primeros compradores de solares). Ese mismo año la colonia de San José
fue designada municipio por la Constitución Provincial.

A 25 km al noroeste de Colonia San José se realizó una experiencia de poblamiento de


forma privada. Nacido en Uruguay, Héctor de Elía loteó los campos que heredó de su
padre y fundó, en 1890, Villa Elisa, en honor a su esposa, Elisa Dickson. Ya para esa
época el progreso de los primeros colonos había alcanzado el conocimiento de sus
compatriotas en Europa; se había generado una propaganda de boca en boca,
incentivando a familiares y amigos a venir a estas zonas. Así fue como Villa Elisa tuvo
el influjo de nuevos inmigrantes y también de vecinos de San José en busca de nuevas
propiedades.

Los inmigrantes Ingleses en la zona fueron llegando de diferente forma que los
valesanos, piamonteses y saboyanos, y desde tiempos de las Invasiones Inglesas, 1806-
1807, ya había inmigrantes de ese origen. Alrededor del año 1810 empiezan a llegar
inmigrantes ingleses desplazados por la mala situación europea, debido a las guerras
napoleónicas. Además, Inglaterra mantiene relaciones con nuestro nuevo gobierno a
través de un "encargado de negocios", Woodbine Parish, un comerciante, diplomático y
viajero británico, quien facilita los pedidos y negociaciones con Inglaterra. En 1854, la
mayoría de los 18.800 habitantes de ese origen eran profesionales, empresarios y
comerciantes, pero muchos tenían establecimientos rurales. Algunos, como Paroissien o
Billinghurst, habían optado, ya, por la ciudadanía argentina. No obstante es preciso
reiterar que la llegada de los ingleses a la zona de las colonias en Entre Ríos fue de
manera diferente. Entre 1825 y 1826 salen de Inglaterra cuatro contingentes con destino
a Entre Ríos: 200 colonos llegaron a la provincia, provenientes de Liverpool y
Manchester. La información sobre los orígenes de Pueblo Liebig, que proporciona la

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Junta de Gobierno, es la siguiente: los inicios se remontan a 1863, poco después de que
el general Urquiza fundara la Villa Colón, actual ciudad cabecera del departamento. Un
pequeño saladero originó a su alrededor un poblado precario que sería precursor de la
actual ciudad. Pasa el tiempo, la incipiente industria se agranda, pero ya a finales del
siglo XIX los saladeros comienzan a decaer, debido a la imposibilidad de conservar la
carne en los largos viajes a Europa. En 1903, en ese mismo lugar, funcionó la que
llamaron “Fábrica Colón”, de la Compañía inglesa Liebig's Extract of Meat, que
comienza a expandirse en la Argentina produciendo “extracto de carne” y “corned
beef”. Este pueblo tomó el nombre del químico alemán Justus Barón Von Liebig, que
en 1874 realizó el descubrimiento de cómo obtener extracto de carne para poder
conservarla. Junto con la planta vino la planificación del pueblo y de acuerdo a ella se
edificó. Por eso, como no se hizo una fundación formal, no existe una fecha exacta de
nacimiento. Se puede decir que fue en 1863 junto con el saladero que funcionaba aquí o
cuando llegó la firma Liebig’s en 1903. La localidad, de estilo inglés, se desarrolló
alrededor de la manga por donde pasaban los animales y poco a poco comenzó a crecer;
de un lado los trabajadores que vivían en casas muy similares y del otro el personal
jerárquico de la empresa en distintas viviendas de mayor categoría. Tanto inmigrantes
ingleses como pobladores de Colón y San José se mudaron a Pueblo Liebig para
trabajar en la industria de la carne.

Los inmigrantes que llegaron estas tierras en ER alrededor de 1850 fueron mayormente
empujados a dejar su Europa natal por similares problemas y atraídos por las mismas
oportunidades.

Las familias saboyanas debían compartir las parcelas agrícolas, lo que provocaba un
aparcelamiento extremo de las tierras; poco a poco Saboya se vio marginada del seno
del reino donde los centros de actividades económicas se desplazaban a Turín y
Piemonte. Es entonces como la falta de trabajo en las laderas alpinas, la apertura de
América a la colonización y la esperanza de una vida mejor impulsaron a miles de
montañeses a inscribirse en casas contratistas que se ocupaban del traslado de
inmigrantes.

Entre las desventajas en Europa podemos mencionar:

• Falta de trabajo en las montañas de Los Alpes.


• Guerras constantes y problemas políticos.

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• Prohibición en Suiza de alistarse en el ejército y ganarse la vida como soldados.
• Luchas religiosas entre católicos y protestantes.
• Familias numerosas sin posibilidad de obtener mayores extensiones de tierra
para la labranza.

Los contratos de promoción de la inmigración, en particular los celebrados con J. J. de


Urquiza, aseguraron a los colonos:

• 16 cuadras de tierra.
• Cien pesos.
• Cuatro bueyes.
• Dos caballos.
• Dos vacas lecheras.
• Semillas.
• Madera para construir una vivienda.
• Manutención de carne y harina durante un año.
• Utensilios de labranza.

Los colonos firmaron un contrato de veintidós artículos con el Gral. Urquiza, que daba
las pautas para la política agraria y las normas de convivencia para asegurar el orden y
el desarrollo de la colonia (Ver anexo, Contrato de colonización).

La Colonia San José se organizó bajo una junta comunal elegida democráticamente,
pero bajo la supervisión de un administrador designado por Urquiza, el primero de ellos
fue Alejo Peyret.

Dentro del contrato se estipulaba saldar la deuda que los colonos contraían a su llegada
a los cuatro años, haciéndose a su término propietarios de las tierras. A pesar de esto no
se les permitía vender sus lotes antes de esa fecha para asegurarse el desarrollo de la
colonia, de forma que si algún colono decidía dar por finalizada la empresa, se lo
multaría con 200 pesos por persona desertora. Tampoco se les permitía vender las armas
que habían traído desde Europa, y se los protegía al prohibirles enlistarse en el ejército.
Por otro lado, tenían permitido organizarse para defensa propia y de la colonia en caso
de ser necesario. Se consideraba mayor de edad a todos los hombres a partir de los 15
años, y se esperaba que ellos trabajaran.

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Algo que causó algunos problemas de adaptación fue la prohibición de comercializar o
consumir alcohol. Los colonos venían de zonas de montaña donde el frío los incitaba a
la bebida y aquí muchos de ellos, por la aptitud de las tierras, plantaron vides y
fabricaron cada uno su vino; por eso, se les hacía muy difícil no beberlos. Peyret los
ponía presos y el Dr. Bastián, uno de los colonos, debía ir a explicarle a Urquiza, que
era una costumbre que se traía de Europa, que cada cual tenía su propio viñedo, por
consiguiente cada cual fabricaba su propio vino y debía probarlo. Los colonos trajeron
las cepas de Europa y con el tiempo se les fue permitiendo beber. Urquiza les brindó
más cepas aún, pero este es un tema que retomaremos más adelante, por tener gran
importancia en la actualidad la producción vitivinícola.

La primera actividad que desarrollaron los colonos fue la siembra: plantaron maíz,
porotos, batata, cuyas semillas les entregaba el General Urquiza. Además, criaban
ganado. Los productos los vendían en Concepción del Uruguay y Paysandú, República
Oriental del Uruguay. También llevaban huevos, verduras, quesos y miel,
principalmente.

Con respecto a la traza de los pueblos, es interesante observar algunos detalles. Colonia
San José se llamó “La Place”, hasta que se construyó su iglesia bajo la advocación de
dicho santo. Carlos Sourigues fue el encargado de la delimitación de los lotes y tuvo
especial cuidado en asignarlos de acuerdo con los orígenes e idioma de los inmigrantes;
así, surgieron las siguientes zonificaciones: al sudoeste de La Plaza se ubicaron los
suizos, al noreste, los franceses y al noroeste, los piamonteses. Hacia el este, la costa,
quedó un trayecto despoblado, porque se priorizó la tierra para el cultivo y la zona
ribereña era de pedregullo. Algunos años más tarde, Villa Colón pasó a ser fundada para
que en el futuro pudiera tener la función de ciudad portuaria. Sin embargo ya no se hizo
ninguna diferencia con respecto a la procedencia de los vecinos, ni tampoco en Villa
Elisa. Esto claramente nos da cuenta de que las diferencias se iban dejando de lado y
que los inmigrantes al ir aprendiendo a hablar castellano iban dejando atrás los lazos
que más los ataban con el viejo continente. El dolor que producía el haber dejado lejos a
sus afectos era siempre acallado como nos cuenta el testimonio de un descendiente de
piamonteses de la hoy Ciudad de Colón. (Ver anexo, La Familia Piamontesa de San
José)

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En Pueblo Liebig la traza se dio alrededor de la fábrica, ya que esta creó otra opción de
trabajo diferente de la del campo. El pueblo fue planificado y construido por la empresa
para los obreros, los empleados y el personal jerarquizado. Se les cobraba un alquiler
simbólico de 1 peso y se les proveía de agua de red y luz eléctrica. Fue uno de los
primeros pueblos en tener cloacas y al vecino que quería, la empresa le facilitaba la
obtención de una hectárea de tierra alambrada para hacer una huerta. La empresa quería
que sus casas se vieran limpias por eso distribuía cal para que se mantuvieran bien
pintados los frentes. Estas particularidades atrajeron a algunas personas desde los
centros urbanos vecinos, es decir desde Colón y San José y, a su vez, los caminos que la
conectaban con esos centros fueron poblándose en su recorrido.

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Conformación de la población actual en Ciudad de Colón, Villa Elisa,
Colonia San José y Pueblo Liebig

El departamento de Colón se extiende sobre la costa este de Entre Ríos y comprende en


sus límites a poblados más pequeños y a otros que ya han adquirido la denominación de
ciudad por su cantidad de habitantes y su esencia cultural.

Esas ciudades están formadas hoy por descendientes de inmigrantes europeos y también
por los que fueron llegando desde otros puntos de nuestro país y desde países limítrofes
por encontrar en esta zona posibilidades de crecimiento económico, oportunidades
educativas, y un contexto apropiado para su desarrollo. Es así que en el censo
poblacional realizado por el INDEC 2010, en el Departamento de Colón, observamos
que de la población total de 62.160, el número de extranjeros residentes asciende a
1.110 personas, de las cuales 961 provienen de países limítrofes y 91 de Europa. Esta
cifra de inmigrantes europeos a su vez se compone de 52 varones y 39 mujeres. De
aquellos mayores a 65 años se cuentan 22 varones y 17 mujeres. Entendemos en estos
casos que podría tratarse de inmigrantes europeos venidos a partir de o como
consecuencia de las guerras mundiales. (Ver anexo, Datos de población)

De acuerdo con la información brindada por el departamento de Colón en el año 2010


se registraron los siguientes números de habitantes: Colón Ciudad cabecera del
departamento 25.193, Villa Elisa 11.155, San José 18.200, 722 en Pueblo Liebig (esta
información es del censo de 2001, la última existente, pero creemos que en la actualidad
la población liebileña –tal el gentilicio del lugar- apenas supera los 600 habitantes).

Todo parece indicar que cada una de las colonias fue desarrollándose de manera natural
y con crecimiento positivo. Nos interesa en especial saber más acerca de las familias
primigenias y de su descendencia, nos causa gran curiosidad cuán importante ha de ser
el legado de esos colonos y si las familias atesoran costumbres y valores de sus
antepasados. La posibilidad de descubrir estos rasgos se equipara a comprender el valor
patrimonial cultural de estas sociedades. Nuestra búsqueda nos llevó a encontrar
conexiones directas y otras distantes con los colonos que presentamos en la primera
parte de nuestro trabajo.

Similares preguntas se hicieron los descendientes que, a llegar el centenario de la


inmigración en San José, se preocuparon por encontrar en viejos arcones la identidad de

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sus familias y cualquier tipo de pista que los contactase con sus primos lejanos de varias
generaciones y de habla hoy para ellos incompresible.

Fueron de gran ayuda los centros que nuclean a estas gentes según su idiosincrasia;
Centros Culturales de saboyanos, valesanos y piamonteses.

Para los festejos del centenario de la inmigración en la zona, en el año 1990, se realizó
el anterior año un relevamiento de aquellas familias fundadoras de estos pueblos,
pudiéndose recopilar información sorprendente.

Cada poblado tiene su centro cultural que los nuclea según el origen de su familia.
Algunos trabajan en colaboración con otros. Uno de los mayores problemas con que se
enfrentan es la falta de documentación ya que muchos de los documentos no fueron bien
guardados y el archivo que se encontraba en la ciudad de Colón fue víctima de un
incendio. Otra razón para la falta de datos concretos es producto mismo del desarraigo.
El dolor de las familias desmembradas y la pérdida de amistades hizo que el objetivo de
crecimiento primase por sobre la nostalgia: los colonos que se aferraban al pasado no
eran bien vistos y es así como la intención de acostumbrarse y hacerse a las formas de la
nueva patria marcaron el olvido, sobre todo, de la lengua primera. Los centros culturales
hoy día ofrecen cursos de idiomas según sus orígenes: francés, italiano y alemán.

Para los festejos del centenario de la colonización, los pueblos de Colón, San José y
Villa Elisa se agruparon para organizar una gran celebración que incluyó invitar a
parientes lejanos del cantón Valais, del Piamonte italiano y asegurarse su estadía en casa
de vecinos de ascendencia de esos lugares. La investigación fue doble; los habitantes de
los pueblos en ER sólo conservaban sus apellidos como referentes, los centros culturales
se encargaron de realizar la búsqueda, pero todos colaboraron: querían que esta fuera la
oportunidad para dejar a sus hijos su legado y la historia de sus raíces (Ver anexo,
Parientes llegados para la celebración del centenario de Villa Elisa). Es difícil decir con
exactitud cuántos descendientes de los primeros colonos viven hoy en esa zona de ER.
Muchos fueron emigrando a otros lugares de nuestro país, pero también los apellidos
fueron sufriendo transformaciones tipográficas. Además esta iniciativa fue de carácter
departamental y basada en la buena voluntad de los participantes, que se acercaban para
colaborar. Ningún tipo de censo o estudio de carácter sociológico fue realizado, por
ende, los datos recopilados no dejan de ser insuficientes aunque nos dan una idea de qué
distantes están hoy los habitantes de Colón, San José y Villa Elisa de sus parientes

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colonos. Los datos presentados son los recopilados a la fecha de la celebración del
centenario, son recabados de forma casera y compilados en el libro del centenario de
villa Elisa.

Al ponernos en contacto con los centros de inmigrantes para solicitar estos datos, nos
encontramos con la respuesta de que no existe lo que buscamos, ya que no se ha
trabajado en su investigación (Ver anexo, Respuesta del Centro Saboyano de San José).
Queda así expuesta una falta en nuestra identidad o una certeza; los argentinos somos el
devenir de una amalgama social de inmigrantes mayoritariamente europea y no es más
que una añoranza recordar a nuestros abuelos. Perder su identidad fue parte del proceso
de aceptación de un elegido futuro.

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Herencia cultural de la inmigración como recurso turístico

Por su gran riqueza cultural y natural, el Departamento de Colón se destaca en sus


atractivos turísticos que lo hacen un destino accesible en todas las épocas del año. Las
fiestas locales son una razón más para acercarnos a este sitio. La secretaría de turismo,
que trabaja activamente, ha diseñado circuitos turísticos para explotar estos sitios de
interés. Nuestro trabajo, basado en la revalorización del legado cultural de los primeros
inmigrantes que fundaron estas villas y colonias, intenta dar una mirada diferente a
dichos atractivos y proponer un paseo por Villa Elisa, Colón Ciudad, Colonia San José
y Pueblo Liebig que realce dicho legado.

No es posible reinventar una ciudad pero sí observarla desde un punto en particular. A


continuación, nuestra propuesta es mostrar las actividades culturales heredadas de las
colectividades que se asentaron en el Departamento de Colón que al día de hoy
continúan vivas.

Gastronomía

En el recorrido por la cultura y la idiosincrasia entrerrianas, las rutas de los sabores y


aromas se entrecruzan con los senderos artesanales abriéndose paso en el itinerario del
turista. Puestos de artículos regionales, exposiciones, restaurantes, licorerías,
cervecerías, y parrillas aparecen en la guía como las principales paradas. Recetas
heredadas de los abuelos inmigrantes; elaboraciones autóctonas; creaciones artesanas en
diferentes materiales a partir de milenarias técnicas, todo ello hace a la esencia de esta
provincia miscelánea.

Igualmente difundidos, debido a la influencia de la inmigración europea, los platos


internacionales pueden consumirse hasta en los más pequeños comedores de la región:
la especialidad piamontesa bagna cauda; la comida alemana representada por los kraut
pirok y la tradicional cerveza; las pastas italianas; la repostería europea; los chocolates
suizos. Entre los manjares autóctonos se encuentran la cocina en base a pescado fresco,
a lo largo de la costa del Paraná y el Uruguay; el tradicional alfajor entrerriano; las
tortas fritas o asadas en cualquier puestito de pueblo; los productos en base a nuez y
miel; el licor de yatay; los dulces y escabeches; los salames, fiambres, chacinados y
quesos.

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Otros platos típicos son: tarte aux pommes (tarta de manzana), gratin de pommes de
terre (gratín de papas), fondue au fromage (fondue de queso), tarte tatin (postre de
manzana).

La Secretaría de Turismo de Colón propone una “Ruta de Sabores” en la cual integra


establecimientos de producción gastronómica local urbana y rural, e invita al visitante a
degustar platos típicos en los restaurants y bares. Sin embargo nos interesa en particular
aquellos establecimientos y productos cuya historia se remonta a los colonos o a las
prácticas que los valesanos, saboyanos y piamonteses nos legaron, la vieja usanza en la
preparación o alguna receta culinaria típica que perdure hasta estos días.

Bagna cauda

Ingredientes (para 10 personas):

 45 g. de anchoas, escurridas y picadas


 5 dientes de ajo picados
 100 g. de manteca
 2 yemas de huevo
 Verdura cruda en bastoncillos

Elaboración:

Calentar en una cacerola las anchoas, el ajo picado y la manteca hasta que ésta se
derrita. Mezclar en una picadora y añadir las yemas. Continuar batiendo hasta que la
mezcla espese.

Verter la crema en un recipiente especial para fondues y llevarla muy lentamente a


ebullición. Servir con verduras o pan en brochetas. También se puede servir la crema en
un bol. Esto es más común en la zona del litoral debido a la disponibilidad de crema de
leche y a esta variante se le llama Saluzzese, haciendo referencia a una zona del
Piamonte italiano.

Algunos platos típicos de la cocina Suiza son:

Salamines (deben prepararse en invierno, en días bien fríos)

Ingredientes:

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 40kg de carne de cerdo
 40kg de carne de vaca

Por cada kg de carne se agrega:

 28gr de sal
 3gr de pimienta
 1 nuez
 3 cabezas de ajo bien picadas maceradas en vino tinto (filtrado)

Preparación:

Los ingredientes se muelen juntos y se amasan en una mesa, luego se coloca la mezcla
en triperos de vaca y se les atan las puntas con una piola y se pinchan con una aguja de
coser para quitarles bien el aire.

Jamón Crudo

Preparación:

Se saca el hueso del cuadril y se lo coloca, con el cuero bien afeitado, en un cajón de
madera cubierto con sal gruesa. Se lo deja estacionar unos 40 días y durante ese tiempo
se lo va rotando cada semana. Si se desea se lo puede ahumar al término de los 40 días.

Giesli (torta frita suiza)

Preparación:

En un bols se baten huevos, leche azúcar, una pizca de sal, crema de leche y se le agrega
harina hasta endurecer la mezcla. Se estira la masa con una “botella lisa” y se corta en
rectángulos. Se le hace un pequeño corte en el medio, se cruza la masa y se lo fríe en
aceite.

Broestli (pan perdido) La austeridad del colono está presente en esta receta.

Preparación:

Se baten huevos y leche y se sumergen rodajas de pan seco. Luego se las fríe y se pasan
por almíbar.

Chocolate a la suiza (para seis personas)

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Preparación:

Se mezclan en frío 3 litros de leche con 440gr (1 libra) de chocolate y azúcar a gusto.
Luego se lo calienta y cuando está cerca del hervor se le agregan 3 yemas de huevos
bien batidas. Siempre se acompaña con tortas típicas y un vaso de agua helada para
ayudar a la digestión.

Artesanías

Las artesanías son el reflejo del acervo cultural, el producto de la combinación de


técnicas heredadas de oficios ancestrales con materiales y elementos locales: esta es la
forma en que se define a la artesanía a partir de los años '50. Cada pieza artesanal es
única, realizada de manera individual, lleva además una significación y un uso
específicos. Entre Ríos, al ser una tierra rica en diversidad de materiales y de culturas,
se ha convertido en uno de los centros más importantes de nuestro país en relación a
este tema. En 2003, la actividad artesanal ha sido declarada de interés provincial y la
ciudad de Colón es la sede de la Fiesta Nacional de la Artesanía cada año.

Las prácticas se remiten a los tiempos de los antiguos pobladores originarios: los chaná
timbúes. Ellos trabajaban la madera y las arcillas realizando objetos con motivos
decorativos zoomorfos regionales, cargados de significado: las tradicionales cabecitas
de loro, de puma o de algún otro animal de su fauna.

Luego esa sangre se mezcló con el criollo y su trabajo rural. A él no le era suficiente
idear un simple cuchillo: forró su cabo con tientos similares a cabellos y fue dibujando
hasta lograr motivos como la trenza lomo de yacaré, que identifica tanto a Entre Ríos
como a Corrientes.

A mediados del siglo XIX, el general Justo José de Urquiza convocó a los maestros
plateros más renombrados para que prepararan objetos de plata para uso personal y para
emperifollar el apero del caballo. Fue él quien fundó en su residencia, el Palacio San
José, el primer taller de platería, la Escuela de Artes y Oficios.

A todos estos factores se les agregaron las legendarias costumbres traídas por los
inmigrantes europeos, que son el eje central de nuestro trabajo. Ellos particularmente
trajeron consigo utensilios, elementos y técnicas diferentes y novedosas. Los valesanos
trajeron ruecas y telares de cuatro pedales y, desde el departamento Colón, acrecentaron

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el desarrollo de las artesanías textiles e imprimieron un sello a los tejidos entrerrianos
que respetan el color natural de la oveja, combinando marrones, grises y naturales y
formando guardas de gran simpleza.

Estas formas únicas de trabajar materiales autóctonos dio origen a una importantísima
variedad artesanal, una fusión de culturas en la producción de cada una las piezas. Los
trabajos artesanales se los puede categorizar según sus orígenes y materiales:

 Artesanías de rescate: es un tipo de artesanía que recupera las técnicas para


trabajar la cerámica de los pueblos originarios del litoral. Vasijas utilitarias
ornamentales y urnas funerarias de arcilla son algunas de las piezas que se
producen en la costa del río Uruguay. Estas obras son fruto de investigaciones
arqueológicas y del rescate de restos cerámicos hallados en la zona.

 Artesanía tradicional: en esta categoría se encuentran las piezas producidas


mediante tecnologías que fusionan las culturas americanas, africanas y europeas.
Estos productos son elaborados por el pueblo en forma anónima, con elementos
naturales propios de la región. El artesano tradicional domina la totalidad del
proceso productivo, que es transmitido de generación en generación, como
expresión fundamental de su cultura y factor de identidad de la comunidad. Los
artesanos son generalmente oriundos de zonas rurales.

 Artesanías contemporáneas o neoartesanías: las artesanías se fueron


desarrollando, expandiendo, convirtiendo en un nuevo concepto al que se define
como artesanía urbana, fruto de la combinación de técnicas rurales y materiales
ciudadanos, técnicamente llamado “neoartesanía”. Se incluye así el uso de
materiales sintéticos, nuevas técnicas como la vitrofusión y una fuerte presencia
del diseño orientado a las búsquedas contemporáneas, para la producción de
joyería y juguetes, entre otros.

En Colón se pueden encontrar exponentes de las tres categorías de artesanías que


utilizan los más variados materiales: tejedores de fibras vegetales (isipó, palma
caranday, totora, junco, espadaña, espartillo, chala de maíz, paja de trigo, mimbre);
trabajadores de maderas como el álamo, el naranjo, el sauce y el paraíso; talladores de
astas y piedras; hacedores de instrumentos musicales y juguetes.

17
Entre las más populares artesanías entrerrianas encontraremos: las ollas para las
comidas comunitarias de los antiguos, que a su vez se usaban como urnas funeraria
cuando estaban ya gastadas de tanto uso; cacharros corrugados, con incisos y engobes
color crema, negro grisáceo y pardo; canastos tan indestructibles como hermosos en
palma caranday; chifles de asta, usados por los arrieros para llevar agua; mates; bolsos y
carteras de cuero vacuno y yeguarizo; jarras y baldes lecheros de zinc. De todas
maneras, adquirir un objeto artesanal es quedarse con un tesoro, es un embajador, un
emisario: una artesanía es una pieza en la que puede resumirse la historia de un pueblo.

Un momento ideal para visitar Colón, si el interés está en este tipo de legado cultural, es
en la segunda semana del mes de febrero, cuando durante siete días se celebra la Fiesta
Nacional de la Artesanía. Todo comenzó en la Plaza Washington de la ciudad, en los
años '60, con los stands y las muestras en el edificio de la Municipalidad. Hacia la
década de los '70, esta pequeña feria se convirtió en un evento a nivel regional. Los
exponentes en los stands son sometidos a una junta de calificación y deben seguir un
riguroso reglamento para poder participar. Su gran trabajo artesanal, a su vez, es
reconocido y premiado con “La Rueca” de oro y de plata. También la feria homenajea
año a año un tipo de trabajo específico nombrando a la Fiesta de una manera particular:

 1995: Tejidos: Una Trama Original.

 1996: Fibras Vegetales: Fiesta a Pura Fibra.

 1997: Instrumentos Musicales: Armonía Artesanal.

 1998: Platería: Una Fiesta en Filigrana.

 1999: Cerámica: Un Abrazo con la Tierra.

 2000: Piedra: Reflejos de Belleza Milenaria.

 2001: Madera: Con la savia de la tierra y el arte de las manos.

 2002: Juguetería: Al gurí que todos llevamos dentro.

 2003: Cuero: Una fiesta pa' sacarle el cuero.

 2004: Asta y Hueso: Colón... 'asta' los huesos!

Siendo la Feria Nacional de Artesanías un evento regional de impacto internacional y de


gran atractivo turístico, se generan actividades secundarias al encuentro, como ser una
maratón; foros debate, charlas y seminarios sobre temas culturales, ambientales y

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turísticos; pero, por sobre todo, charlas y conferencias que colaboran con el desarrollo
de las artesanías. Con el correr de los años, a la fiesta se le anexaron espectáculos
folklóricos y de entretenimiento, con la infaltable elección de la Reina de las Artesanías
en el escenario “Ramón Cabrera”. Hoy día esta fiesta es generadora de intercambio
cultural a nivel nacional e internacional y se realiza en el Parque “Dr. Herminio
Quirós”.

En Villa Elisa, los saboyanos, todos los años para Semana Santa, realizan la exposición
Manos Gringas, donde exponen artesanos que están fuera del circuito comercial. En las
primeras ediciones, participó en su mayoría gente mayor, que confeccionaba sus
trabajos gracias al legado recibido de sus familias.

Danza

Hasta el momento no hay un grupo de danzas conformado; simplemente ensayan para


algún evento de estas características.

Según información de una funcionaria del Centro Saboyano de Villa Elisa, se tiene
contacto con un coreógrafo europeo de un grupo saboyano de danza, que les envía las
coreografías de dos danzas típicas, presentadas en muchos de los festivales que se
organizan:

Le Badoise y le Bougnette -polkas francesas que guardan relación con otras danzas
bailadas a uno y otro lado de los Pirineos- y la polka del Bearn, son las danzas típicas
que se las encuentra en muchos pueblos saboyanos preferentemente.

La Badoise viene de Saint Gervais, al pie del Mont-Blanc y se baila en muchos pueblos
saboyanos y Les Bougnettes es una danza de fiesta. Se la encuentra en casi todo el Arco
Alpino con muchas variantes.

Fiestas populares

Fiesta Nacional de la Colonización en San José

Desde 1986 y por iniciativa del Intendente Beltran Moreira se decide realizar en la
ciudad de San José un homenaje a los colonos que asentaron en esas tierras.

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En la fiesta se lleva a cabo un desfile donde participan las asociaciones de inmigrantes
con cuadros que homenajean y recuerdan distintos aspectos de las colectividades, por
ejemplo, los oficios, danzas y música tradicionales. Las asociaciones que participan con
mayor peso son: el Centro Saboyano, la Familia Piamontesa y la Asociación Amigos
del Museo San José; además del Centro Valesano y la Asociación Amigos del Molino
Forclaz. También se realizan conciertos con grupos de música locales y artistas de
renombre invitados; se preparan stands con comidas tradicionales de las colectividades
y argentinas.

Año tras año, esta fiesta recibe más visitantes de distintas partes del país, evidencia de la
relevancia que ha tomado nivel nacional.

Fiesta del Inmigrante en Villa Elisa

En Villa Elisa se celebró el domingo 23 de septiembre de este año, por primera vez con
la intención de continuar de ahora en adelante en la misma fecha con este festejo. La
jornada terminó con el público bailando al ritmo de la música de sus ancestros. El
programa incluyó desfile de colectividades, trajes típicos y apellidos representativos de
la colectividad y descendientes de estos apellidos, quienes actuaron y participaron;
palabras de bienvenida; danzas, música y comidas típicas.

Los platos típicos remontaron a los participantes a la tierra de sus abuelos gringos,
según sus expresiones. La fiesta propuso brindar un reconocimiento a todos los pioneros
que poblaron la zona. La Plazoleta del Inmigrante recibió a diferentes colectividades, a
los grupos de danzas de los centros piamontés, saboyano y valesano. También actuaron
los ballets de la Escuela de Arte “Isadora Duncan”, “Fusión Ballet” y el Ballet de Santa
Anita. Dando paso a la actuación musical, los bailarines de “Isadora Duncan”,
“Sembrando Sueños” y ballet municipal “Los de Elisa” ofrecieron al numeroso publico
presente el cuadro en homenaje a los inmigrantes el cual fue exhibido en el espectáculo
del coreógrafo Cristian Maldonado en Buenos Aires.

Aniversario de la fundación de Villa Elisa

Se celebra en noviembre, con actividades culturales, deportivas, religiosas y


conmemorativas. Además, tenemos que agregar la Maratón de la Creación, que con la
Fiesta del Inmigrante se organiza en conjunto con los tres Centros de inmigrantes y la

20
Municipalidad –Comisión de Cultura-. Los festejos duran 15 días. El Centro Saboya
Argentina de Villa Elisa realiza una demostración de cocina francesa en su sede.

Otra de las Fiestas populares que se realizan son el Festival de Danzas Argentinas e
Inmigrantes y el Encuentro de Músicos Populares. Además, os 14 de julio, aniversario
de la Revolución Francesa, también se realizan actos conmemorativos de la fecha,
donde se entona la Marsellesa, se pronuncian discursos alusivos y todo lo que tenga que
ver con la cultura francesa, con la presencia de todos los representantes de las colonias,
nativos y descendientes.

Fiesta de la Identidad en Pueblo Liebig

Los estudiantes de la Escuela Nº 16 “Hipólito Vieytes” también promovieron la


institución de la Fiesta de la Identidad y el Patrimonio, a la que llevan artistas y ofrecen
charlas informativas. La fiesta fue declarada de interés provincial.

Fiesta del Surubí en Pueblo Liebig

Se lleva a cabo cada mes de enero en las instalaciones del Club de Pescadores. Hay
comidas tradicionales y eventos folclóricos.

Centros de inmigrantes

Centro Valesano de Colón:

En la ciudad de Colón se realiza el 23 de julio de 1988, en el salón de la Biblioteca Fiat


Lux, una reunión de amigos y descendientes. Se dio un informe detallado de todas las
gestiones y se resolvió dejar constituido el Centro Valesano en un término breve. Se
designaron los colaboradores encargados de los trámites, especialmente la redacción de
los estatutos. El 3 de septiembre de ese mismo año, apenas cuarenta días después, los
antecedentes fueron terminados y tuvo lugar la asamblea constitutiva, que dejó
aprobados los estatutos y designado el primer Consejo Directivo.

Fue proclamada Presidente la Prof. Sandra Gaillard; Secretario, Armando Cergneux y


Tesorero, Jesús Vulliez, los cuales debieron abocarse a establecer la existencia legal de
la entidad bajo la denominación de Centro de Estudios Valais Argentina; en un plazo
breve se logró la personería jurídica.

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Una amplia casa de Colón fue adquirida luego por el Centro Valesano con recursos
enviados desde Suiza; se amplió todo el local que actualmente consta de tres aulas, dos
salones grandes, secretaría, hall de recepción y dependencias. Fue oficialmente
inaugurado el 3 de enero de 1989, con la presencia de autoridades, descendientes y una
delegación de la Embajada de Suiza.

En su primera etapa, el Centro colonense concentró su esfuerzo en relacionar a las


familias de uno y otro lado del mundo mediante un sistema de fichas que eran utilizadas
en Suiza para buscar a sus descendientes. A la vez, comenzaron las clases de enseñanza
del idioma francés, cursos con validez internacional -los alumnos rinden sus exámenes
en la Alianza Francesa- y cursos de conversación, que sirven para el entendimiento con
los valesanos de visita o cuando los colonenses viajan al país de sus orígenes. Se
completa con todo tipo de conocimiento de usos y costumbres que permiten al alumno
desde los 5 hasta los 80 años ubicarse muy bien en el trato con los valesanos.

Se fueron agregando con el correr de los años, cursos de alemán y portugués, y el 15 de


marzo de 1993, fue creado y comenzó a funcionar de inmediato, el Jardín de Infantes
bilingüe Caperucita Roja, con una maestra jardinera y una inscripción inicial de chicos
de dos a cuatro años; muy pronto los alumnos llegaron a un centenar y fue necesario
designar cuatro docentes para su atención: sus instalaciones ocupan los dos salones
grandes en dos turnos, mañana y tarde. También se busca el intercambio de jóvenes con
Suiza, mediante un sistema de pasantías con el auspicio de la Embajada de Suiza; de
una y otra región se viene produciendo un intercambio muy positivo. Los jóvenes deben
conocer el idioma francés y por ello es obligatoria la concurrencia al Centro Valesano.

Existen en Villa Elisa diferentes asociaciones fundadas por nietos y bisnietos de


aquellos inmigrantes, primeros habitantes del lugar.

Por ejemplo en abril de 2008 descendientes de inmigrantes valesanos fundaron la


“Asociación Valesanos de Villa Elisa”, entidad de bien público, sin fines de lucro, con
personería jurídica en trámite, cuyos objetivos son: nuclear a los descendientes de
valesanos, mantener relaciones con el Cantón de Valais, sus autoridades y sus
instituciones, así como con otras entidades representantes de otras colectividades,
investigar e informar sobre la geografía, historia, costumbres, gastronomía, cultura, etc.
de Valais, contactar con sus asociados y con suizos para sus actividades privadas, entre
otras. De la misma manera asesora a sus asociados sobre temas de genealogía,

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heráldica, pone a su disposición los libros, y demás materiales que integran su
biblioteca, etc.

Se encuentra asociada a Entidades Valesanas Argentinas, y a través de ella a Valesanos


del Mundo, con sede en Suiza.

Centro Saboyano de San José

Se trata de una institución sin fines de lucro con personería jurídica desde 1996,
adherida a la Alianza Francesa. Su principal objetivo es difundir la cultura y la lengua
de Francia. Como centro educativo, posee un jardín de infantes. En su establecimiento
se dictan clases de francés, cursos de historia y geografía regional, se formó un coro
institucional y se realizan charlas sobre temas de interés local. Además, mantiene
relaciones sociales y culturales con Francia.

Piamonteses en Villa Elisa

Existe también un Centro Piamontés de la Ciudad de Villa Elisa, que desde el mes de
septiembre del 2011 hasta la actualidad, lanza una hoja informativa sobre sus
actividades.

Según información suministrada por uno de sus integrantes, todo este tiempo ha estado
marcado por una fuerte labor hacia el interior de la Institución; se han logrado finalizar
los trámites de la tan ansiada Personería Jurídica, la cual le da existencia legal a esta
organización sin fines de lucro.

Esta institución se fundó en 1991, dejó de existir en 2003 y a pesar de ello desde hace
tres años la Sra. Bonot y otros colaboradores han asumido la tarea de restablecer en la
ciudad esta institución tan cara a sus sentimientos y que hace al rescate del acervo
cultural de Villa Elisa, la cual cuenta con una población compuesta en un 60% por
descendientes de piamonteses. Familias como los Rougier, Joannás, Orcellet, Roude y
otras muy numerosas en la ciudad y la provincia en general han emigrado en el siglo
XIX desde Piamonte, una región al norte de Italia cuya capital es Turín (Torino en
italiano).

Desde el Centro Piamontés se han abocado para continuar y mejorar las diferentes
actividades desarrolladas, para así estar más cerca de los socios, los descendientes de

23
piamonteses, y la sociedad elisense en general, manteniendo vivas las tradiciones que
desde el lejano Piamonte trajeron sus abuelos y que legaron a todos sus descendientes.

Por otra parte, el Cuerpo de Baile del Centro Piamontés continúa con sus actividades
representando a esa comunidad y a la ciudad en diferentes encuentros en todo el país.
Cabe mencionar que el cuerpo de baile de la institución es uno de los tres que existen en
todo el país y el de más reciente creación.

Centro Saboyano de Villa Elisa

La institución remonta sus antecedentes a 1987, cuando un numeroso grupo de personas


comienza sus estudios de francés, ante la perspectiva de la visita de un nutrido
contingente de europeos.

Los sacerdotes Juan Esteban Rougier (Villa Elisa, Argentina) y Georges Baud (Saboya,
Francia), motivaron el reencuentro de las familias de ambos continentes, mediante
viajes esporádicos.

Con motivo del Centenario, un numeroso grupo de saboyanos, valesanos y piamonteses


viajaron para compartir y retomar los contactos perdidos durante muchos años,
generando un conmovedor encuentro, destinado a perdurar en el tiempo.

A raíz de esta relación, los saboyanos formaron la Asociación Saboya Argentina en


Francia, comprometiéndose a apoyar la enseñanza del idioma, las búsquedas
genealógicas, el fomento del intercambio y la difusión de la cultura saboyana. Por ello,
el Centro Saboya Argentina de Villa Elisa fue fundado oficialmente en 1990, durante
los festejos del Centenario de la ciudad.

Con el transcurrir del tiempo, en el año 2000 se inauguró el local propio construido
gracias al aporte financiero de la Asociación y el terreno cedido por la Municipalidad.
Por otro lado, a partir del 2003, cuenta con el apoyo del Consejo General de Alta
Saboya, Francia

En este centro se ofrecen cursos de francés, por ejemplo, para todas las edades y niveles.
También se organizan encuentros y cursos de conversación para los que tienen
conocimientos del idioma.

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El Centro es adherente a la Alianza Francesa, por lo que los alumnos tienen
posibilidades de rendir los exámenes DELF (Diploma de Enseñanza de Lengua
Francesa) y DALF (Diploma Avanzado de Lengua Francesa), que brindan títulos de
validez internacional otorgados por el Ministerio de Educación de Francia.

También se dan cursos de portugués, talleres de dibujo y pintura, taller de escultura, de


expresión plástica, clases de tango, clases de apoyo escolar, biblioteca (con 300 libros
donados por saboyanos), acceso a Internet.

El 14 de julio de este año se presentó en este centro, la historieta “Adiós Saboya”, en el


marco de la conmemoración de la Revolución Francesa.

A través de las aventuras de Anselmo, "Adiós Saboya" retrata los inicios de la


emigración que desde el 1855 a 1880, empujó a miles de saboyanos a abandonar sus
valles para embarcarse en Savona rumbo a Uruguay o la Argentina, en un viaje sin
retorno.

“Adiós Saboya" es el primer tomo de la serie Los colonos del Rio de la Plata. Este
álbum nace de un encuentro entre Laurent y Nicolás Rodríguez Juele, descendiente de
la familia Bouvier de Lanslebourg. Ilustrador y autor de la historieta "MUXICA", el
dibujante pasó algunos meses en la Alta Maurienne para realizar investigaciones e
impregnarse de la atmósfera del lugar.

Autor de los textos, Laurent Suiffet, es por su parte, el iniciador del acercamiento entre
familias de la región alpina saboyana y los descendientes de quienes emigraron al Río
de la Plata y que viven hoy en esa región.

Centro de Valesanos en Villa Elisa

En agosto de este año la Asociación Valesanos de Villa Elisa organizó un acto por los
721º aniversario de la Fundación de la Confederación Helvética, Suiza.

Asistieron al acto, descendientes de inmigrantes valesanos, autoridades locales y


entidades representativas de otras colectividades

Nomenclatura de calles en honor a inmigrantes

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La ciudad de Colón, Villa Elisa y San José rinde homenaje a sus primeros habitantes y a
aquellos que tuvieron importancia en su organización política nombrando a sus calles
con sus apellidos. A continuación hacemos referencia algunas de estas personalidades.

Calles en Colón

• Celia Pellenc (1903 – 1968) Educadora y poetisa. Nació en la casa de sus


abuelos maternos a un kilómetro al Sur de La Plaza, en Villa San José. Al
cumplirse cien años de su nacimiento se organizó un Certamen Literario y la
Honorable Cámara de Diputados de la Nación declaró de Interés Cultural la obra
de la Poetisa, Maestra y Educadora Entrerriana Celia Catalina Pellenc.

• Bvard Apolinario Sanguinetti: (1860- 1933) Fue periodista de oficio en Bs As y


al llegar a Colón se desempeñó como juez de paz y fundó el periódico “El Entre
Ríos” en 1883. Llegó a ocupar el cargo de intendente de Colón en numerosas
ocasiones a partir del año 1900. También fue miembro de la comisión de la
Biblioteca “Fiat Lux” y Presidente del Consejo Departamental de Educación.

• Francisco Creppy: uno de los primeros colonos fundadores de San José. Llegado
en 1857, gran trabajador y entrañable amigo del Dr. Bastián. Falleció en 1883.

• Sourigues: El francés Carlos T. Sourigues llegó a Buenos Aires entre los años
1835 y 1840. Durante el año 1857, más precisamente el 2 de Julio, Dn. Carlos T.
Sourigues, a las órdenes del visionario Gral. Urquiza, quien por entonces era
Presidente de la Confederación Argentina, traza la Colonia San José, siendo su
primer administrador. Fue herido de muerte en 1870 a manos del batallón a
cargo de López Jordán.

• Emilio Gouchón (n. 1860; m. 1912) fue


un abogado y político argentino fundador de la Unión Cívica de la Juventud,
la Unión Cívica y la Unión Cívica Radical. Participó activamente en
la Revolución del Parque de 1890 como Segundo Jefe de la milicia cívica
conocida como la Legión Ciudadana, comandada por Fermín Rodríguez. Fue
diputado nacional entre 1898 y 1912. Le preocupaba especialmente la
cuestión inmigratoria, oponiéndose como diputado a la Ley de Residencia Nº
4144. Sobre el tema escribió el libro “Apuntes sobre colonización e
inmigración”. Llegó a ser Gran Maestre, el más alto grado de la masonería. Fue

26
uno de los impulsores en la Argentina del sistema de registro de huellas
dactilares. Una localidad de la Provincia de Entre Ríos, Colonia Emilio
Gouchón lleva su nombre en su honor.

• Justo José de Urquiza: (1801-1870) Fue quien recibió y ubicó a los primeros
colonos que vinieron del Cantón Valais y Saboya en 1857. La ciudad de Colón
fue fundada por el general Justo José de Urquiza,
primer Presidente Constitucional de la Argentina, el 12 de abril de 1863.

• Martín Reibel: Nació en Colón el 10 de marzo de 1871. Fue médico clínico y


ginecólogo egresado de la UBA y trabajó en el Hospital Rawson de Bs As. Se
caracterizó por su filantropía y su amistad con poetas de la época como Roberto
Payró y Florencio Sánchez. Falleció en ejercicio de su profesión en Neuquén, en
1939.

• Costanera Herminio Juan Quirós: Nació en Colón en 1873. Participó en la


Revolución del Parque junto a Aristóbulo del Valle y Leandro N. Alem. En 1920
llegó a ser Senador de la Nación por la provincia de Entre Ríos. Falleció en
plena carrera política en 1931.

• Pbro Cot: Nació en Chambons de Fenestrelle, Italia en 1825 y llegó a Paraná,


Entre Ríos, en 1857, año en que Justo José de Urquiza le ofreció ser capellán de
su residencia en el Palacio San José. Trabajó junto a Urquiza para llevar a cano
la fundación de Villa Colón. En 1868 fue brutalmente asesinado en dicha
ciudad.

• Cantón de Valais: Se refiere al lugar de procedencia de los primeros colonos de


la zona.

• Pablo Lantelme: Nació en Sestriere, el Piedemonte italiano, en 1814. Llagó a


Colonia San José en 1860 y ejerció la docencia y en 1865 integró la Primera
Junta de Fomento de Colón. Cuando enviudó se convirtió en sacerdote, a los
sesenta años de edad y en 1875 llegó a ser capellán provisorio de Colón y luego
en Concepción del Uruguay donde falleció en 1892.

Calles en San José

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• Peyret: nacido en 1826 en Francia, fue un escritor, agrónomo, administrador de
San José e historiador argentino. Político destacado en la provincia de Entre
Ríos y sobre todo en la historia de la Colonia San José ya que introdujo cultivos
exóticos que lograron desarrollarse en gran cantidad. Murió en 1902, en Buenos
Aires.
• Sourigues: ver “Calles en Colón”.
• Cettour: Luis Félix Cettour fue un reconocido médico de la Colonia San José
que, además, presidió algunas asociaciones civiles, entre ellas el Tiro Suizo (hoy
Tiro Federal Argentino) y la Biblioteca Gral. Urquiza.

Calles en Villa Elisa

• José Moix: el primer Presidente de la Junta de Fomento y el primer Presidente


del Banco Agrícola Mixto (Cooperativa de Granjeros).
• Andrés Roude: el propietario del primer Molino Harinero.
• Emilio Porteñer: integrante de la Primer Junta de Fomento.
• Enrique Rieter: el primer boticario.
• Francisco Francou: Profesor de Lengua y Literatura, escritor de varios libros
sobre la temática de los orígenes de la llegada de inmigrantes a Villa Elisa.
• Emilio Francou: hijo de Francisco, maestro.
• José Guex: zapatero e integrante de la Primera Junta de Fomento.
• Agustín Gutiérrez: descendiente del primer médico que ejerce su profesión en la
ciudad.
• José Chorroarín: ex alumno de Derecho, fue el representante legal del fundador
de Villa Elisa.
• También hay calles que se llaman Saboya, Piamonte, Valais. En la plazoleta del
Inmigrante y en una de las diagonales se observan escudos de los cantones antes
mencionados.

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Sitios de interés patrimonial

El gobierno de la provincia de Entre Ríos, en su afán de preservar sus edificios y


ambientes de valor patrimonial, de acuerdo a lo establecido según UNESCO 19771,
designó algunos sitios con dicho valor y en este trabajo resaltaremos aquellos que a su
vez estén netamente ligados al valor histórico derivado de los colonos que se
establecieron en esta zona.

Decreto Nº 6676 M.G.J.- Año 2003.- Edificios, lugares y sitios de valor histórico-
cultural de la provincia de Entre Ríos

Los sitios marcados (*) corresponden a lugares no denominados de valor patrimonial


por la Provincia de ER pero de innegable importancia local.

Ciudad de Colón

Puerto de Colón y Estación Fluvial: Área del Puerto de Colón

Esta área ofrece un importante valor histórico, ya que La Calera de Espiro, que es
actualmente el sitio del puerto de Colón, fue el lugar de desembarco del primer
contingente de colonos fundadores que llegaron a estas tierras el 1º de julio de 1857,
pero que el día 2 se asentaron definitivamente en la Colonia San José.

Los primeros productos de granja obtenidos por esta colonia fueron vendidos a
Paysandú en Uruguay, y a Concepción del Uruguay, Entre Ríos. La distancia y la falta
de medios para realizar los negocios hacían notar la ausencia de un puerto. Es así que en
junio de 1860, el Gral. Urquiza visitó la Colonia y anunció la instalación de uno.

Por esta razón el puerto es la zona más antigua de la ciudad y la primera gran obra de
infraestructura. El muelle de madera, inaugurado en 1903, sustituyó al espigón de
hierro. En 1908, el muelle fue ampliado en su capacidad operativa debido al intenso
movimiento portuario que se desarrollaba. Ya en 1900 la actividad portuaria justificaba
un remodelado: "44.000 aves y huevos, trigo, lino y harinas, carne conservada, en

1
“Patrimonio Cultural es el conjunto de bienes muebles e inmuebles, materiales e inmateriales, de
propiedad de particulares o de instituciones u organismos públicos o semipúblicos que tengan valor
excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte, de la ciencia y de la cultura y por lo tanto
sean dignos de ser considerados y conservados para la nación”. UNESCO, 1977.

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tasajo, cueros vacunos salados, grasa de caracú, sebo derretido, sebo en rama, lana,
piedras de construcción, vino, pedregullo, huesos, astas..." partían del puerto local.

Tuvo también gran tráfico de pasajeros, con líneas a Buenos Aires, con escalas en
puertos argentinos y uruguayos, ya que en esa época la provincia de Entre Ríos se
hallaba aislada por vía terrestre. Recién a partir de la construcción del puente Zárate-
Brazo Largo, se impuso la ruta terrestre sobre la vía fluvial haciendo que el Puerto de
Colón perdiera importancia a nivel comercial. Por aquellas épocas del siglo xx, desde el
puerto salían las lanchas que realizaban el transporte de personal hacia la Fábrica
Liebig. La estación fluvial, también designada patrimonio histórico, fue construida en
1927 junto a la Avenida Costanera y el Parque Quirós, como sala de espera de
pasajeros, debido a la gran demanda que llegaba a la zona por el puerto de Colón.
Actualmente en el edificio funciona la Secretaría de Turismo.

Además del puerto en sí mismo, desde la época fundacional, toda la zona aledaña al
puerto fue el centro político y económico de la ciudad, y los primeros edificios
destinados a casas de familia, alojamientos y Municipalidad de Colón se ubicaron en el
ejido junto al área portuaria. Las casas de comercios proveían todas las necesidades a
los buques que recalaban en el puerto, tanto las embarcaciones que transportaban
mercaderías como pasajeros. Este sector está en proceso de preservación como Área
Histórica: tiene edificios históricos de las diferentes etapas socio-económicas de la
ciudad. La característica arquitectónica más notoria son las veredas sobreelevadas de
hasta 1,50 m sobre el nivel de la calle.

Los edificios más característicos de este sector son los ubicados en las esquinas que
forman Alberdi con Belgrano y 3 de Febrero, debido a estar sobreelevados respecto de
la calle y al tipo de construcción. En cuanto a la esquina de Gouchón y Alejo Peyret
encontramos un gran caserón, que responde a los lineamientos formales que se
repitieron por todo el país a comienzos de siglo. Su función era de comercio en planta
baja y viviendas en la planta alta. Su fachada en la esquina presenta grandes aberturas
en el sector comercial y las ventanas del piso superior se abren a un largo balcón corrido
que une todas las aberturas de la planta alta. El parapeto de los balcones y las rejas de
las ventanas son de hierro forjado muy bien trabajado. El remate del edificio está dado
por cornisas realizadas en ladrillos. Sobre Gouchón continua un ala en una sola planta.

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La casa de Chacabuco y Peyret es un ejemplo de las casas prestigiosas del puerto en ella
habitaba la familia del Dr. Codina, con fachada de estilo italianizante.

La Casona: 12 de Abril esquina Juan J. Paso

Esta casa perteneció a la familia Mir, quien poseía un almacén de ramos generales.
Presenta las siguientes características: consta de dos plantas, un aljibe en la parte
central, galerías interiores; las ventanas poseen rejas donde en una de ellas se puede
observar la inscripción del año en que fue edificada dicha casona: 1868. Esta fue la
residencia donde se alojó el Gral. Urquiza para aguardar la visita a Colón de Domingo
F. Sarmiento, ocurrida en 1870. En esa misma casa funcionó hasta 1914 la sucursal del
Banco de la Nación Argentina y luego la Aduana, hasta 1977. El 23 de abril de 1979, la
Municipalidad de Colón compra a la Sucesión de Don José María Girard el edificio,
para destinarlo al Centro Artesanal "La Casona" y a la Escuela Municipal de Arte
Cerámico. Se accede por la calle principal, a través de un zaguán, que comunica con el
patio y con una habitación a cada lado. A la derecha se halla construida una escalera de
madera, que conduce a la planta alta. En los salones de planta baja, funciona el Centro
Artesanal, donde exponen aproximadamente 70 artesanos, trabajan y venden sus
artesanías. En el patio de La Casona, se llevan a cabo espectáculos teatrales y
folklóricos, con servicio de cantina y comidas típicas.

Banco de la Nación: 12 de Abril y 3 De Febrero

La historia del Banco de la Nación aporta al desarrollo económico de la zona desde


antes del siglo xx. Este edificio, ubicado actualmente en la esquina de las calles 12 de
Abril y 3 de Febrero, fue inaugurado el 2 de enero de 1914. La primera sucursal local de
este Banco se creó el lunes 9 de mayo de 1892 y se instaló en la casa de doña Zunilda
Rolín de Lascano (12 de Abril y Peyret); posteriormente el Banco ocupó la casa donde
actualmente funciona el Centro Artesanal "La Casona" (esquina de 12 de Abril y J.J.
Paso) hasta trasladarse a la actual sede propia.

Vivienda de Favre/Chacra de Favre: Ruta 135 al Puente Internacional

A partir de 1874 comienza a funcionar la bodega de Joseph Favre en Colón. El mismo


establecimiento aún se conserva y a partir de 2003 funciona allí la Bodega Vulliez-
Sermet.

31
Parroquia de los Santos y Justo Pastor: 12 de Abril esq. Presbítero Cot

En febrero de 1864, meses después de la fundación de la ciudad, Alejo Peyret, primer


presidente municipal pidió autorización al Gobierno Provincial para construir un templo
en Colón. La Primera Junta de Fomento se instala en 1865 con el objetivo de erigir la
iglesia y, mientras se realizaban las gestiones, el Presbítero Cot quedó a cargo de oficiar
la Misa para los colonos, que se realizaba en la quinta del Dr. Esteban Moreno.

La construcción del templo demoró más de lo esperado debido a un derrumbe y a la


desorganización de la Junta de Fomento, según explicaba Alejandro Peyret, el jefe de la
comuna. Los vecinos exigieron al Gobierno de Entre Ríos ayuda mediante notas pero no
se lograba el objetivo. Finalmente en 1872 se nombran comisiones colectivas de fondos
con destino a la construcción y refacción de todos los templos de la provincia. Y en un
episodio desafortunado se incendió la capilla provisoria, lo que dio lugar a la pronta
inauguración del templo sin terminar, en noviembre de 1875. La fecha oficial, sin
embargo, corresponde a la fecha de creación de la Parroquia de Colón de manera
independiente de la de Concepción del Uruguay, el 9 de agosto de 1876. Posteriormente
el edifico fue refaccionado en distintas oportunidades, hasta llegar al estado en el que se
puede observar en la actualidad. En el frente, puede leerse la inscripción latina “Haec
Domus Dei Et Porta Coeli” (Esta es la Casa de Dios y Puerta del Cielo).

A continuación se hará referencia a otros sitios de significativa importancia en el legado


de los colonos, que no han sido declarados de interés patrimonial por la provincia, pero
que el Departamento de Colón se ocupa de su preservación. Ellos son:

Biblioteca Popular “Fiat Lux” (Hágase la luz)*

A pesar de que oficialmente fue inaugurada el 30 de octubre de 1943, la historia de esta


institución se remonta al 9 de agosto de 1876, cuando la población de la naciente ciudad
tenía solamente trece años. Un grupo de caracterizados vecinos comenzó la tarea de
reunir libros, en su mayoría por donaciones. Se consiguieron aproximadamente 600
volúmenes, mientras la biblioteca iba cambiando de locales, buscando uno acorde para
llevar adelante esa función. En 1902 se compró el predio, sobre calle 12 de Abril 236
(Actual Escuela Normal), con un crédito del Banco Nación. Hoy la biblioteca funciona
en 12 de Abril y Lavalle, edificio construido según planos de la Comisión Nacional

32
Protectora de Bibliotecas Populares; es por ello que el edificio se adapta perfectamente
a sus necesidades.

Plaza San Martín y entorno*

Enmarcada en el fondo de la ciudad, a una cuadra de la costanera y entre las calles 12 de


Abril y San Martin, se encuentra la Plaza San Martín donde se levanta el monumento al
libertador, del cual toma su nombre. En torno a esta plaza encontramos los frentes de las
viviendas mejor conservadas de principios de siglo sobre calle 12 de Abril, que se
mantienen prácticamente sin modificaciones en sus fachadas originales, de estilo
italianizante. Idéntica característica, se observa en los frentes de la calle San Martín,
tanto sobre la Plaza, como entre las calles 3 de Febrero y Belgrano. Algunos de los
frentes de las otras calles perimetrales a esta plaza, no han tenido la misma suerte, pues
la casa de la familia Lazcano, por ejemplo, posiblemente la más importante de la
ciudad, fue desmantelada por ser vendida como domicilio, y el antiguo Hotel Plaza,
frente a la Casona, sufrió una importante refacción. De la mansión de la Familia
Lazcano lamentablemente sólo quedan algunos vestigios que añoran otros tiempos de
esplendor. Ubicada entre las actuales calles 12 de Abril y Peyret, el Coronel Melitón
Lazcano compró dicha propiedad el 15 de septiembre de 1875. El nuevo dueño era una
de las personas más ricas de la zona. Estaba casado con Zunilda Rolín, ambos
uruguayos.

Esta vivienda poseía doce habitaciones que rodeaban un patio central, el zaguán de
puertas de cedros y mayólicas en sus paredes daba sobre calle Peyret. El colosal portón
de la Calle 12 de Abril servía como entrada de carruajes y caballos. La propiedad
llegaba hasta casi el río y la vida en “La Casa de los Lazcano” como se decía en el
pueblo entonces, fue fastuosa, sus habitaciones y patios fueron testigos de tertulias que
allí se realizaban, con la concurrencia de las familias tradicionales de Colón. Esta
propiedad fue vendida en 1973.

Registro Civil*

Está ubicado entre las calles San Martín y Lavalle. Allí funcionó en el año 1873, la
primera oficina del registro civil de personas de la República Argentina cumpliendo con
la función estipulada en la Ley Orgánica de Municipalidades de 1872, que especificaba
en el artículo 34: “ Ejercer los actos del Estado Civil de las personas llevando al efecto

33
los registros de nacimientos, mortalidades y matrimonios de los habitantes del
municipio, sin perjuicio de los registros parroquiales"2. Esta denominación no contó con
el apoyo de la población que era notablemente religiosa y se demostró disconforme. El
Municipio sorteó esta dificultad designando inspectores que verificaban los nacimientos
y defunciones a domicilio hasta que la costumbre de acercarse al registro civil se fue
arraigando. La edificación actual es de 1940.

Capilla Presbítero Cot*: intersección de calles Noailles y Laprida

La Villa Colón, fundada en 1863 y destinada como puerto para Colonia San José, le da
gran vitalidad a la zona y se puebla paulatinamente con un mosaico humano de
diferentes regiones: los primitivos inmigrantes de San José y aquellos que vinieron
desde la Banda Oriental escapando de problemas políticos. Esto dio origen a la
multiplicidad de ideas políticas, religiosas y filosóficas, que derivaron en rivalidades. Y
al progreso económico se le sumó un número de asaltos y robos, ya que con sólo cruzar
el río los ladrones quedaban a salvo en Paysandú.

El presbítero Laurent, o Lorenzo Cot, que había sido capellán de la residencia del Gral.
Urquiza, cura de Colonia San José y quien había sido enviado emisarios a Europa para
promover la venida de inmigrantes, fue nombrado capellán de Villa Colón. Cot se
expresaba fluidamente en su francés natal y esto lo acercaba a los inmigrantes. Sin
embrago durante su tarea en Europa, además de distribuir las proposiciones del Gral.
Urquiza a las familias que quisieran venir a Entre Ríos, le agregó por cuenta propia una
cláusula en la que se solicitaba un “certificado de fidelidad a cumplir los deberes
religiosos de buena conducta y de amor al trabajo”, que debía estar firmado y sellado
por el cura de la parroquia correspondiente en Europa. De alguna manera esto excluía a
aquellos que fueran de otra comunidad religiosa, en especial a los protestantes, y a los
“libre pensadores”. Este accionar dio lugar a innumerables críticas en el periódico de
Concepción del Uruguay y el Gral. Urquiza se vio en la obligación de publicar un
folleto afirmando la libertad de culto de las colonias. También el Presbítero Cot fue muy
criticado al ausentarse durante la epidemia de cólera y su intervención partidista en
épocas de elecciones encendió muchos en su contra. Su trágico final fue el 27 de
septiembre de 1868, cuando fue brutalmente apuñalado y apaleado en las inmediaciones

2
“Historia de San José y Colón”, Vernaz y Conte Grand. Pág. 196 (apellido, nombre de los autores y
título del libro en bastardilla. Ciudad, editorial, año. P.

34
de la capilla que fuera construida después de su muerte y en conmemoración a su
persona. El primer capellán de “Villa Colón”, el Presbítero Lorenzo Cot, fue asesinado
por causas que todavía se trata de esclarecer, pero el hecho es demostrativo del
descontrol de las emociones colectivas y la forma de dirimir las diferencias en esa
época. Desde 1948 sus restos descansan en ese lugar.

Quinta del Dr. Esteban Moreno*: lote correspondiente entre calles Alberdi,
Chacabuco, 3 de Febrero y Belgrano

Es una de las edificaciones más antiguas de Colón; se encuentra ubicada entre las calles
Alberdi, Chacabuco, 3 de Febrero y Belgrano. Se utilizó por mucho tiempo como
oratorio, hasta que la Villa Colón tuvo su primitiva Iglesia. Actualmente es una
propiedad privada, donde no se realizan visitas.

Templo Evangélico Metodista*: Esquina de 25 de Mayo y Noailles

La Iglesia Evangélica Metodista fue fundada el 7 de noviembre de 1878 en Villa Colón;


es una de las más antiguas del país y el primer y único templo evangélico en la costa del
río Uruguay de la época. Está emplazada en un terreno donado para tal fin por el general
Justo José de Urquiza. Hubo más congregaciones que emigraron a Entre Ríos: en
Concordia hay otra congregación evangélica con más de 170 años, en San José los
inmigrantes suizos y franceses, la mayoría de origen evangélico, metodistas, luteranos y
valdenses. La gran carencia de líderes y pastores fue haciendo que disminuyera el
crecimiento de dichas iglesias evangélicas.

La piedra fundamental fue colocada el 10 de noviembre de 1929 y el templo actual se


inauguró el 8 de febrero de 1931.

Cementerios*

En los primeros años de Villa Colón, las personas que fallecían eran sepultadas en el
cementerio de Colonia San José, pero con el paso del tiempo el aumento de la población
y en especial a raíz de la epidemia de cólera se necesitó urgentemente habilitar un
cementerio nuevo. A los pocos meses de la fundación de la Villa Colón, se le pidió a la
viuda de Urquiza terrenos para el cementerio. Dolores Costa donó en 1875 los terrenos,
entre las calles Noailles y Lantelme; se los cerró con un muro y se los dividió en dos
con una calle en el medio para separar a católicos de no católicos. En marzo de 1876 se

35
habilitó el cementerio de Colón y se cerró el de Colonia San José, ya que este se
encontraba demasiado próximo a las viviendas, entre las calles Cettour y Mitre, lo cual
constituía un peligro para la salud pública. Pero lo que causó problemas fue la
inhumación de los cuerpos enterrados cerca de la chacra de Siegrist -un camposanto
protestante-, y su traslado por el frente de la iglesia y por la plaza principal. Entonces se
les otorgó una prórroga de tres meses y para aquietar los ánimos algunos vecinos
ayudaron donando nuevos terrenos para establecer otro cementerio. A esos vecinos la
Municipalidad les concedió parcelas a lo largo del corredor central del cementerio
nuevo, que fue inaugurado en 1878, en las calles Centenario entre Belgrano y Saavedra,
San José. Allí se encuentran los restos del Dr. Bastian y de Alejandro Peyret.

Algunos establecimientos en los que se mantiene viva algunas tradiciones de


producción en la zona de Colón y que se pueden visitar para adquirir productos
regionales son:

Escuela Agrotécnica*
A 5 km. de la Ciudad y durante el ciclo lectivo se puede visitar esta escuela y comprar
productos regionales como dulces, quesos, productos de granja, etc. En el recorrido se
pueden apreciar las distintas actividades que realizan los alumnos como por ejemplo:
producción de huerta, vivero, cunicultura, avicultura, elaboración de productos lácteos,
etc. Para aquellos que nunca estuvieron en un establecimiento rural, ésta es una
experiencia imperdible.

Bodega Vulliez – Sermet*

En el año 1874, Joseph Favre comenzó a cultivar vides en la zona de Colón. El


establecimiento original, la casa de la familia se encuentran hoy en pie y produciendo
con nuevas tecnologías. Para los amantes del vino es muy recomendable visitar la
Bodega Familiar, que cuenta con variedades como Chardonnay en blancos y en tintos
Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon, Tannat, Syrah y Sangiovesse.

La bodega además encierra una historia triste para los colonos quienes proviniendo de
los Alpes habían traído cepas desde allí y habían logrado, pese a la prohibición por
contrato de colonización al consumo de alcohol, prosperar con sus viñedos. A partir de
1914 la industria vitivinícola que crecía en la zona de Cuyo de nuestro país se vio
beneficiada por poderes e intereses monopólicos que enviaron a inspectores a arrasar

36
con los viñedos en Colón y San José, atacando las instalaciones con palos y picos y
arrancando las plantaciones. En 1936, nuevamente los viñedos de Cuyo contaron con el
apoyo de una ley propuesta por un diputado conservador, Patrón Costas. A esa época
los entrerrianos la recuerdan como la década infame. La tradición de la vitivinicultura
de San José y Colón quedó mutilada, por esto es que el establecimiento Vuillez- Sermet
vale la pena ser visitado.

Pueblo Liebig

El Pueblo

El pueblo nace de la necesidad de la compañía de ubicar al personal gerencial,


administrativo y obrero. Cuando en 1903 la empresa inglesa compra el saladero,
programa la construcción del poblado a un lado y otro de la manga -por la que los
animales pasaban del campo a la fábrica-. Así comenzaron a crecer las primeras
construcciones que darían forma al pueblo. La manga, con su estructura, separa incluso
actualmente lo que fuera el barrio obrero, “El Pueblito” –casas muy similares entre sí-
del sector de residencias de mayor categoría, del personal jerárquico, los chalets,
denominado “La Hilera”.

Y esta es la peculiaridad de Pueblo Liebig, que además de su pintoresquismo, tiene la


característica distintiva de haber surgido a partir del asentamiento de una industria. Se
destaca por tener una arquitectura de tipo inglesa, muy prolija y armoniosa.

Otro rasgo característico del pueblo es que en la plaza principal no hay un monumento a
San Martín, a Belgrano o a otro prócer de nuestra historia, sino una lata gigante de
corned beef, como símbolo del pueblo y como homenaje al producto que fue su razón
de ser durante casi 80 años.

En 1970 comienza la decadencia de la fábrica3: cierra por un año y reabre bajo la firma
FRICOSA (aún perteneciente a la Liebig’s Extract of Meat).

Finamente es vendida a la firma Vizenthal, en 1980, pero nunca reabrió el frigorífico en


su totalidad. En realidad funcionaba en San José, pero ellos compraron todo el paquete,
que incluía el pueblo y la fábrica, de la cual solo utilizaban algunas cámaras frigoríficas;
y sólo funcionó un sector muy pequeño con no más de 100 empleados. El frigorífico

3
Se habían modificado la legislación de la Unión Europea, la tecnología y los gustos del mercado.

37
persistió en manos nacionales hasta 1997 y luego sus importantes instalaciones fueron
desmanteladas.

A partir de 1980 fue difícil continuar para los antiguos moradores y empleados de la
fábrica. La empresa les daba la vivienda, pero al cerrar el frigorífico fue un problema
conseguir casa. Todo era propiedad privada.

Ana Evans me cuenta la anécdota del maestro Gutiérrez: “(que le decían el maestro
loco); era gran e íntimo amigo de mi familia. Estaba jugando al golf, como siempre,
había jugado su tiro en un hoyo cuando llega un señor que lo invita a retirarse
diciéndole que esa era propiedad privada y no podía estar allí. Fue muy duro y
sorprendente. De pronto, algo que era de todos (el pueblo) deviene en propiedad
privada.”

Hoy, Liebig, estructurada desde sus orígenes en torno al frigorífico, pasa a depender
exclusivamente de su atractivo como producto turístico, como tantos otros pueblos de la
zona, como un modo de conservar su patrimonio y su historia. "Vimos que la manera
más rápida para quebrar la inercia económica que se generó después del cierre de la
fábrica era fomentar el turismo. Lo que ofrecemos diferente es el diseño urbanístico, la
arquitectura muy particular y la historia. Estamos trabajando para ver si podemos dictar
una norma que prohíba la modificación edilicia, ya que éste es un pueblo diferente",
comentó Manuel Sánchez, un expresidente de la Junta de Gobierno.4

Inútil fue el intento de encontrar en nuestra visita al lugar, alguna persona que nos
hablara de costumbres, bailes, comidas típicas del pueblo heredadas de la inmigración
inglesa. La respuesta de todos –la vecina, el historiador, la profesora, el empleado de la
Junta de Gobierno- fue la misma: no se conservan señales distintivas de esos tiempos,
salvo en la urbanización.

La comunidad no se siente descendiente de inmigrantes (como en Colón o San José).

Actualmente viven allí entrerrianos y correntinos; los extranjeros que hoy habitan
Pueblo Liebig son paraguayos. Los últimos descendientes de inmigrantes ingleses, la
familia Evans, están actualmente en Colón, Paraná y Rosario. (Ver anexo, Relato de la
nieta del último gerente del frigorífico). Otra rama de la familia volvió a Inglaterra.

4
ARRIZABALAGA, Pablo. “Un lugar ligado a la vida de su frigorífico”, en La Nación, 26/08/06.

38
¿Qué rastro queda de aquel grupo inmigratorio que llegó exclusivamente para trabajar
en el próspero frigorífico de Pueblo Liebig? Muy poco: la arquitectura de las
construcciones que albergaron al personal y los restos de esa fábrica que dio nacimiento
al pueblo, y que hoy se muestra solo para que se valorice lo que fue.

A raíz de un artículo que apareció en La Nación, en 2008, tuve ocasión de entrevistar a


dos profesoras de la escuela Nº 16 Hipólito Vieytes, construida por la Liebig’s,
inaugurada en 1908 y la única del lugar,5 que está logrando, con mucho esfuerzo y tesón
de maestros, profesores y alumnos, contribuir a la revitalización del pueblo. Lo que
sigue es un resumen de nuestra charla:

Poco a poco el pueblo -fundado en 1903 en torno al frigorífico británico, y que cerró sus
puertas en 1980- fue perdiendo a los jóvenes, que partían en busca de trabajo. Ante la
necesidad de retenerlos, la escuela presentó un proyecto –que está en práctica y ha
logrado un creciente éxito- para tratar de rescatar la historia local y conservarla: es el
Proyecto de rescate y preservación del Patrimonio, e incentivo al turismo como
actividad económica. Toda la provincia de Entre Ríos apunta al Turismo como una de
las industrias económicas a futuro.

La escuela tiene unos 100 alumnos de primaria y secundaria, que junto con los docentes
buscan poner en primer plano el patrimonio cultural del pueblo y explotar el potencial
turístico de la localidad, que en realidad no tiene, hasta ahora, turistas sino visitantes.

Desde 2009 la secundaria tiene una orientación en Turismo y a partir de 4º año cursan
materias de hospitalidad y atención. La cantidad de horas dedicadas a la formación
específica aumenta paulatinamente, hasta llegar a 18 horas semanales de materias
turísticas en el último año. Quienes dan las clases son profesionales del área, técnicos,
no docentes, por ahora. Los 15 profesores trabajan a la par, de modo que la formación
sea integral y participan con frecuencia de jornadas de capacitación, como -en el
momento de la entrevista-, de un Seminario Internacional de Aprendizaje-Servicio, en
Buenos Aires.

Considerando que los ocasionales visitantes de Liebig representan un recurso que


conviene aprovechar, desde 2004 los chicos buscan testimonios y filman los recuerdos

5
Desde antes de la instalación de la fábrica se dictaban clases en la zona en distintas sedes. También en
1908 la empresa construyó un nuevo local para la biblioteca, que funcionaba en la escuela y había sido
fundada en 1905 por iniciativa de la directora María Elgart, y un grupo de vecinos.

39
de los habitantes más antiguos, recogen la memoria oral, rescatan las vivencias; diseñan
folletos turísticos del pueblo, fotografían e intentan concientizar para la preservación de
la arquitectura y de todo lo que los identifica. Todos los abuelos tienen algo para contar,
porque todos trabajaron en el frigorífico. Se busca crear en los alumnos los sentimientos
de identidad y valoración, para que puedan transmitirlos.

Los alumnos y sus profesores trabajan en horario de clase y en espacios que la escuela
provee para esos fines. Elaboran mermeladas artesanales, para lo cual cada alumno
colabora con frutas y envases, mientras que los profesores contribuyen con la
enseñanza. De esta forma, generaron un microemprendimiento que comercializa sus
productos entre los turistas que, de viaje por las termas, Colón o San José, llegan al
pueblo.

Se utiliza un aula, que era una vieja carnicería del frigorífico y ahora pertenece al
sindicato de la carne. Allí se dan clases y se hacen muestras históricas, con fotografías y
material que los alumnos preparan. La idea es que al lado haya una oficina de
información turística y cultural, para que los chicos hagan sus pasantías. Sería como la
oficina de turismo. La idea es que los alumnos se conviertan en anfitriones y guías de
los visitantes y que toda la localidad sea un gran museo viviente.

"El cambio de los chicos es impresionante: en 2004 la apatía era total... Con los logros
obtenidos, hoy aprecian más la escuela, los vestigios del pasado". Empezaron a querer
al pueblo y a pensar que no es tan malo vivir allí. También los padres comenzaron a
involucrarse: acompañan y apoyan.

Cuando en 2010 se dijo que iban a tirar abajo la chimenea, característica del frigorífico,
el pueblo se levantó y empezó a movilizarse, a tomar conciencia y a valorizar. Pasó de
la apatía al trabajo por el patrimonio.

El proyecto no genera ingresos es solo educativo. La escuela no cobra por las visitas
guiadas, salvo que alguna empresa contrate a los chicos en forma particular. (Una
exalumna trabaja en la oficina de informes de la Junta de Gobierno y otra tiene un
microemprendimiento para servir té.)

A partir de este proyecto, la escuela fue integrada al Programa Nacional de Escuelas


Solidarias del Ministerio de Educación y, en 2005, fue premiada con una mención

40
especial y 2000 pesos, con los que compraron la primera computadora de la escuela. En
2007 obtuvieron una mención de honor y 6000 pesos para continuar con la experiencia.

Rescatamos dos conceptos que la directora de la institución y una de las creadoras de


esta iniciativa, María Rita Cagigas, manifestó al periódico:
- "La planta urbana se mantiene intacta y los entendidos dicen que es un estilo único.
Pero muchos no lo valoran y reforman sus casas para modernizarlas."
-“La gente colabora con testimonios, pero no están bien informados ni son conscientes
de que lo que se destruye, se pierde. Cambiar la mentalidad de la gente no es fácil.”

En julio del presente año -2012- se logró algo muy importante para Pueblo Liebig: su
Declaración como Patrimonio histórico y cultural de Entre Ríos, con el fin de preservar
el valor arquitectónico y urbanístico del lugar.

Saladero Colón/Campos Santa María: sobre Río Uruguay a 15 Km al Norte de Colón

En 1875 el irlandés Juan O’Connor compra un saladero que funcionaba desde 1863 y lo
llama “Saladero Colón”. Luego de varios años lo vende a la Compañía Argentina de
Carnes Congeladas. La empresa de origen inglés “Liebig’s Extract of Meat”6 –que ya se
había instalado en Corrientes y en Paraguay- adquiere, en 1903, el saladero entrerriano,
al que denomina “Fábrica Colón”.

Las instalaciones saladeriles fueron modificadas para adaptarlas a los nuevos


requerimientos de la industria alimenticia y en 1905 se logró la primera producción de
extracto de carne y corned beef (carne enlatada).

La primera faena, con 60 mil cabezas de ganado vacuno, entre 1904/05, fue el comienzo
de un período de constante crecimiento. (En 1905/06 hubo 92 mil cabezas; en 1906/07,
140 mil; en 1909/10, 192 mil y en 1911/12, 205 mil. El récord histórico de la fábrica se
produjo en 1922/23, con 216 mil cabezas.)

Al extracto de carne, la producción principal, se sumó la elaboración de fertilizante


orgánico, a partir de los desechos de los animales, que comenzó a reemplazar al guano,

6
El químico alemán, barón Justus Von Liebig (considerado mundialmente el Padre de la Química
Orgánica), crea un revolucionario sistema de conservación de alimentos: descubre la manera de obtener
extracto de carne. En 1865 fundó la Liebig Extract of Meat Company.

41
extraído de los excrementos de las aves marinas que abundaban en las costas de Chile y
Perú.7

Además de este abono y del famoso extracto de carne, Europa recibía carne salada
(tasajo), cueros, huesos molidos, garras y pezuñas para distintas aplicaciones, entre otras
mercaderías. Del animal “lo único que se desperdiciaban eran los mugidos”, bromeaban
los antiguos operarios; el aprovechamiento era absoluto y ese era el objetivo.

La expansión económica y territorial era motivo de orgullo para la empresa, que


transmitía esa bonanza a través de mensajes pedagógico-publicitarios escritos en el
reverso de las colecciones de figuritas con imágenes en colores de paisajes y personas,
vestidas con sus atuendos típicos de cada país, que acompañaban a sus productos en el
mercado europeo: “La compañía Liebig es la más antigua y la más poderosa del mundo
encargada de la cría de ganado. Sus fábricas están situadas en América del Sud
(Argentina, Uruguay, Paraguay) y en África, donde posee inmensos terrenos sembrados
que sirven de pastura a sus grandes reservas de ganado.”8

Colonia San José

Molino de Forclaz: a 200 mts. del antiguo camino que unía San José y Colón.

Declarado Monumento Histórico Nacional el 26 de noviembre de 1985. Se construyó


entre 1888 y 1890 por la familia de Juan Bautista Forclaz. El molino conforma un
conjunto arquitectónico representativo de las primeras chacras de inmigrantes de la
Colonia San José: la vivienda, los galpones para depósito de herramientas de labranza y
demás enseres, el molino de viento y el molino de malacate, el aljibe; que además se
ubicaban en la zona más alta de las tierras.

El resto de las tierras del predio original de la chacra estaba destinado a tareas de
labranza de la tierra como huertas, plantación de frutales, pastoreo y sembradíos. Se
utilizaban alambrados para delimitar la chacra, éstos se realizaban con varillas y
horcones de ñandubay e hilos de alambre liso o de púas.

7
La “guerra del guano” o “del Pacífico” involucró a Chile, Perú y Bolivia en una contienda que se
extendió entre 1879 y 1883, donde se puso en juego el control de la extracción de ese abono natural y
del salitre. El conflicto permitió que la nueva producción de Liebig ganara mercados. Desde antes de la
instalación de la fábrica se dictaban clases en la zona en distintas sedes.
8
Hasta aquí, un resumen de: SENEN GONZÁLEZ, Santiago. Carne, industria, trabajadores y Liebig,
Buenos Aires, Corregidor, 2008.

42
La organización espacial tiene como centro a la vivienda, alrededor de la cual se ubican
los demás ambientes del ámbito familiar: molino de viento y galpón para molino de
malacate, patio con emparrado, antepatio y aljibe. La conservación del conjunto cuenta
con el apoyo de la Asociación Amigos de Molino Forclaz, integrada por vecinos de
Colón y San José.

1º Colonia San José, Concesión 274, Ejido de Colón

Es una casa antigua construida por el Gral. Urquiza donde vivió Alejo Peyret. Hoy en
día se fabrican allí quesos y salames, se ubica un tambo y se pueden realizar visitas
guiadas que incluyen una degustación y venta de sus productos.

Tiro Federal Argentino: Cettour y Sourigues.

E 19 de marzo de 1859, a un año y ocho meses del arribo de las colonias,


institucionalizaron el Tiro Suizo de la Colonia San José. La primera comisión estuvo
constituida por los fundadores: Antonio Müller, Juan José Bastian, Juan P. Favre y
Benjamín Duprat.

La práctica de este deporte era la preferida entre los integrantes de la Confederación


Helvética y los acompañó a los países donde emigraron. La Sociedad de Tiro de San
José fue el primer polígono de tiro de la Argentina.

En 1898, durante unas revueltas políticas en la provincia, uno de los sectores intentó
tomar el edificio del Tiro de San José para hacerse de armas, pero fue repelido por los
tiradores que, en inferioridad de número, estaban en su interior. En esos momentos
críticos, intercedió Juan Meyer y después de tres días de tratativas con los revoltosos, se
retiraron llevándose balas y armas, por lo que, una vez desbaratado el movimiento,
fueron denunciados ante el Juzgado Federal por “robo a mano armada”.

El lenguaje de los colonos, reacios a involucrarse en los enfrentamientos de política que


se producían en los períodos prelectorales, fue de paz y pan. Aunque, alguna vez vieron
confiscados sus magros bienes en nombre de “la causa”.

Al ingresa al stand se lee: “Aquí se aprende a defender la Patria”. En más de una


ocasión, esta institución proveyó de tiradores para alinearse a las filas de soldados en
guerras como, por ejemplo, la de la Triple Alianza.

43
Calera Colombo: desembocadura Aº Perucho Verna en Río Uruguay

Esta calera alcanzó notoriedad cuando, en 1870, fue llevada como empresa por una
familia de origen italiano: los Colombo. Se radicaron en esta zona en una residencia de
características propias de una adinerada familia europea, haciendo una inversión de
capital que posibilitó un movimiento comercial importante.

Todavía quedan en el lugar algunos edificios dedicados a la explotación de la cal, como


los hornos, depósitos y muelles junto a la costa arbolada de sauces del río Uruguay.

Salón Urquiza/Cine y Biblioteca Gral. Urquiza: 25 de Mayo 1833

El 24 de abril de 1904, el supervisor escolar Amilcar Gaillard, convoca a vecinos de San


José en el edificio de la Escuela Elemental Mixta (hoy Escuela N°5), donde resolvieron
organizar una biblioteca que llevaría el nombre de General Urquiza, en memoria del
fundador de la villa. Se eligió la comisión directiva y se resolvió que, careciendo de
local propio, funcionara provisoriamente en un aula de la escuela. Los gastos
administrativos y la compra de libros se solventarían con una colecta entre los vecinos.
Constituida la comisión, se recibió un valioso aporte de obras y la familia Urquiza se
hizo presente con su contribución económica. Con posterioridad, lo hicieron el
Gobierno Provincial y la Junta de Fomento local.

En 1907, con motivo de celebrarse el cincuentenario de la colonia, nació el proyecto


para la edificación de un salón con el fin de que funcionara en él la Biblioteca Popular
Gral. Urquiza y para el desarrollo de actividades culturales.

El sitio se ubica en la plazoleta sur de la Iglesia, al oeste de la plaza principal. La


construcción culmina alrededor de 1917. En el año 1921 se gestiona la cesión del salón
Urquiza para instalar la biblioteca en forma temporaria. Ese mismo año, se comienza la
construcción de la sala de lectura, quedando finalizada en 1924. Alrededor de 1931 se
realiza un plan de refacciones y reformas, abarcando la construcción de escenario,
sanitarios, galería techada, casilla para la maquina de cine. El 13 de julio de 1935 la
biblioteca encara por primera vez la realización de funciones cinematográficas,
produciéndose mejoras en el salón. En 1936 comienza a insistirse en la construcción de
un adecuado salón de actos públicos, quedando culminado en octubre de 1937 después
de varios inconvenientes.

44
En el año 1974 se produce un récord difícil de igualar, en cuanto a la concurrencia de
espectadores al cine, lo que permite la construcción de la boletería y depósito. En 1975
el local ocupado por la municipalidad es cedido al Bachillerato con Orientación
Artesanal. En el año 1980 la Biblioteca General Urquiza adquiere posesión definitiva
del complejo edilicio y de los terrenos.

Templo San José: Alejo Peyret 1160

La Iglesia como institución existe desde 1857, es decir, desde la llegada de los colonos a
estas tierras aunque la misa era oficiada por sacerdotes venidos de Concepción del
Uruguay y se celebraba en un modesto galpón. Se le encarga la construcción del templo
a un vecino, José Bonvin, y el 19 de marzo (día de San José) de 1885 el templo es
bendecido por el padre Francisco Béroard. En 1901 adquiere categoría de Parroquia.

Dentro de los servicios que ofrece, no relacionados con el culto, presta a través de
Cáritas asistencia social y facilita su salón a la comunidad para acciones de interés de la
población.

El Templo tiene una bóveda de cañón con 3 angostas naves y ábside. En el presbiterio
se encuentra el altar mayor realizado en mármol de carrara. Sobre el presbiterio se
construyó una cúpula sobre pechinas y a su derecha la torre campanario, construida en
los años ’40. La separación entre naves está dada por una serie de arcos ojivales que
descansan en robustas columnas, con capiteles de orden corintio.

El coro se desarrolla sobre un entrepiso de madera y perfilería de hierro, al que se


accede por una escalera caracol ubicada junto a una columna. Su parapeto es de corte
neogótico con profusión de arcos ojivales. Originalmente, el edificio no contaba con
atrio que fue construido en la primera década del siglo XX. Posee un techo plano de
bovedilla que se asienta en el frente en 4 columnas corintias.

En la fachada había, originalmente, sola una entrada central, a la que luego se agregan
dos más correspondiendo a cada nave lateral.

Vivienda Mudry/Granja Santa Lucía: Barrio El Brillante

José Mudry nació en Saboya, Francia, fue el primer propietario de la vivienda. El menor
de sus hijos, Esteban, es quien continúa como propietario, dedicándose a la plantación
de citrus, criadero de nutrias, avicultura y elaboración de vino y grappa. El primer

45
inmigrante de esta familia fue don Juan Mudry (padre de José) quien fue uno de los
fundadores de la Colonia en 1857. Su hijo José integró la Comisión para la construcción
del Templo de San José. Al poco tiempo de llegar a América, retornaron a su país de
origen como muchos otros, pero finalmente volvieron a la Colonia y se asentaron
definitivamente. La construcción de la vivienda es un ejemplo interesante porque se
puede ver dos diferentes tipos de construcción que señalan distintas épocas de
edificación. La primera (sin fecha) de paredes de ladrillo sin revocar, techos de teja
francesa con fuertes pendientes; permanece luego como cocina de la casa principal. La
segunda de características italianas. Esta última puede fecharse según la inscripción que
figura en el portal (1933) y es de dos plantas. Entre ambas construcciones aparecen
otras que testimonian el trabajo del campo y la elaboración de vinos y grappa,
explotación esta última que facilitó el alivio económico de la familia. Como las demás
casas de la Colonia, posee sótano con importantes cabreadas.

Museo Histórico Regional de la Colonia San José*: Urquiza 1127

Para el centenario de San José en 1957, la Comisión de Festejos tuvo la idea de formar
un museo que sirviera para conservar las reliquias de los primeros colonos para las
generaciones futuras. Este objetivo se afianzó en diversas comisiones que cuidaron el
patrimonio y hoy es un espacio de recuperación del pasado por sus propios
descendientes. El museo se identifica entonces como un excepcional reservorio
histórico de la vida cotidiana y del mundo inmigrante de la primera colonia agrícola de
Entre Ríos.

El edificio donde se encuentra el museo data del año 1867, donado por la familia
Izquierdo. En un principio, las salas habilitadas eran las correspondientes a la casa. Pero
luego, el museo se extendió para alojar las crecientes colecciones y las numerosas
actividades comunitarias que incluye la enseñanza de idiomas, capacitación agrícola,
recitales de música o la edición de libros.

Entre la colección del museo se pueden encontrar máquinas y herramientas de trabajo


con que los colonos trabajaron, como el arado, el rastrillo, la hoz, la azada, y la pala.
Elementos para la fabricación de vino, licores y lácteos; se conservan barriles, toneles y
alambiques. Se conservan también retratos, atuendos y objetos personales, documentos
y archivos de las familias llegadas. El museo es hoy día el orgullo de San José, ya que
fueron los propios vecinos quienes lo construyeron.

46
Licores Bard*: Entre Ríos 1028.

A comienzos del siglo XX, en la esquina de Entre Ríos y Sarmiento, se ubicaba el hogar
de los esposos Hipolyte Bard y Jeanne Deymonnaz, con una fonda de la que los
trabajadores que estaban trazando las vías del ferrocarril entre Concepción del Uruguay
y Concordia, eran habitués.

El matrimonio tuvo 4 hijos: Lino, Cristóbal, Juan y Miguel. Los dos primeros formaron
una empresa: Bard Hnos., la que, con el aporte de la fórmula del abuelo y la ayuda de
Juan, quien era farmacéutico, presentó en sociedad el Licor de Miel que se hizo famoso
hasta llegó a venderse en Buenos Aires. La caña Yatay, la Grappa, el Aperitivo
Entrerriano, el Curaçao, refrescos, todos de elaboración regional, con la base de
productos de la zona.

Pasados los años, es Lino quien continúa con la tarea de la fabricación, hasta su
fallecimiento, en 1957. Le sucede su hijo Lino Francisco hasta 1982. La actividad se
detuvo durante un tiempo hasta que, finalizados los trámites sucesorios, se hicieron
cargo de la misma Lino Luis y Olga Elisa. Hoy, es esta última quien, continuando la
tradición familiar, lleva adelante esta labor netamente natural y artesanal.

Establecimiento Los Franco Suizos*: RN 14 km 158

Este establecimiento rural, habitado desde sus inicios en 1865 por colonos provenientes
del cantón de Valais y de Savoie (Suiza-Francia), es hoy en día un emprendimiento
familiar donde se puede visitar la granja, el tambo, la quesería, los viñedos, la bodega y
el museo del vino, degustando los productos que allí se elaboran, como quesos
saborizados, vinos, mieles, chacinados y dulces.

Villa Elisa

Monumento al Sembrador*: Estrada y Hoflack

Es importante mencionar este monumento que se erige en una plazoleta en pleno centro
de la ciudad de Villa Elisa, y que pretende ser una representación simbólica del espíritu
progresista del fundador y de los primeros colonos inmigrantes que llegaron hasta estas
tierras con la esperanza y el proyecto de sembrar su futuro y el de las generaciones
venideras. Se inauguró a fines de 1993 y el autor es el artista Andrés Mirwald.

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Este monumento se ha convertido en la postal más representativa de la Ciudad Jardín y
es la foto infaltable de los turistas.

Iglesia de la Virgen Niña: Mitre y Av. Urquiza

Es otro lugar importante entre los atractivos del lugar, y que tiene que ver con la
temática de la inmigración, ya que la actual edificación de la iglesia fue iniciada en
1936 -por el Presbítero Jorge Shroeder, cuyos restos descansan dentro del templo- y
culminaría en 2000, con el levantamiento de las torrecitas del extremo superior que se
anexan a la magnífica torre erigida en 1985. De estilo neogótico alemán, en su interior
muestra pinturas con motivos religiosos que, adjuntas a su apariencia, conforman
verdaderas obras de arte.

Sin embargo, su atractivo va más allá, y retrotrae a tiempos de la inmediata fundación


de Villa Elisa, cuando los pioneros sintieron la necesidad de contar con una parroquia.
Así, una comisión integrada por vecinos de la zona comenzó a juntar fondos para tal fin
en 1891, y en 1893 Héctor de Elia dio el impulso definitivo al proyecto donando ciento
veinte mil ladrillos y comprometiéndose a pagar con tierras la mano de obra del
constructor a cargo.

Muchos de los ornamentos de la Iglesia fueron donados por integrantes de las distintas
colonias.

La floreciente capellanía de Villa Elisa, después de dieciséis años de existencia, fue


declarada parroquia en junio de 1913, por un decreto de Monseñor Abel Bazán y
Bustos; así, se convirtió en centro de la vida espiritual de una enorme zona.

Estancia Museo “El Porvenir”: Bvard. Churruarín s/n

Es el más importante de la villa: funciona en el antiguo casco que en 1885 fuera la


residencia del fundador de Villa Elisa don Héctor de Elía.

Fue adquirido en 1980 por la Municipalidad de Villa Elisa. Actualmente es Monumento


Histórico Municipal. Sus salas albergan piezas museológicas que hicieron a la vida de
los primeros colonos y sus familias. Las salas anexas suman nuevos objetos traídos por
los primeros europeos a partir del Centenario de la Ciudad en 1990. Además de autos
antiguos y carruajes, que completan el paseo cultural y entretenido que permite al
visitante descubrir la historia local.

48
Un parque de dos hectáreas rodea la construcción, destinado a la recreación de los
visitantes, con servicio de parrillas, juegos infantiles y área de deportes.

49
Conclusión

Enfrentamos la tarea de ahondar en el legado de la inmigración en una zona acotada y


significativa del Departamento de Colón, con la expectativa de encontrar ciertos
resultados aunque, en la búsqueda, el panorama nos sorprendió. El acervo cultural de la
zona del Departamento de Colón se ha ido opacando con el tiempo, particularmente en
los usos y costumbres, pero sobrevive con tesón. El patrimonio del inmigrante se ve
reflejado en algunos edificios de antaño, en los nombres de las calles que hacen honor a
los primeros pobladores, en contados platos típicos, en el cementerio por el cual tanto
discutieron y en las iglesias, pero por sobre todo en las asociaciones de descendientes de
aquellos primeros colonizadores: los saboyanos, valesanos y piamonteses.

Dichas asociaciones se solidarizan día a día con los vecinos de sus pueblos para que
ellos no se olviden de sus orígenes. Las fiestas locales, como las de la Artesanía y de la
Colonización, son verdaderos exponentes de la herencia europea que está presente en la
sangre; su convocatoria es admirable y se refleja en fiestas de reconocimiento a nivel
nacional e internacional.

Pueblo Liebig, olvidado tras el dolor de la pérdida económica de su fábrica fundadora,


lucha por subsistir y lo hace a través de sus pobladores, particularmente la escuela, que
insta a sus alumnos a rescatar el patrimonio legado por la vieja productora de extracto
de carne. Estos son valores culturales innegables, que se suman al patrimonio tangible
de Villa Elisa, Colón, San José y Liebig.

La realización de este trabajo de investigación grupal implicó contactar a lugareños,


asociaciones y representantes de la zona en estudio; fue productivo en lo profesional y
en lo personal. Entendemos que dicha zona tiene una riqueza peculiar histórica por ser
una de las primeras colonias de inmigrantes de nuestro país, pero hoy podemos asegurar
a partir de este trabajo, que se caracteriza por su idiosincrasia, típica de quien ha pasado
por un proceso de desapego de sus seres queridos dejados en Europa y a su vez
redescubiertos no hace mucho, apenas veinte años aproximadamente, por las
asociaciones de descendientes inmigrantes que contactaron a los vecinos con sus primos
lejanos en el viejo continente, generando uno de los más emotivos encuentros para el
centenario de la colonización.

50
Esperamos que nuestros esfuerzos sean de interés para todos aquellos que deseen
conocer acerca del poblamiento de nuestro país y que quieran aproximarse a ello desde
una perspectiva actual, centrada en la revalorización de nuestro patrimonio cultural,
nuestro patrimonio turístico que, definitivamente vale la pena conocer.

51
Anexos

Inmigrantes – “La Colonia San José”, Héctor N. Guionet. Págs. 19 a 25.

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56
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Primeros Compradores de solares - “Historia de San José y Colón”, Vernaz y
Conte Grand. Págs.123 y 124.

COMPRADORES TERRENO SOLAR


Esteban Micheloud Nº 1
José Bresso Nª 2
Esteban Gabiud Nº 3
Augusto Perrin Nº 4
Justo López Nº 5
Manuel Maya Nº 6
Rosa M. Grant Nº 7
Francisco Perrone Nº 8
José Perrone Nº 9
Agustín Massera Nº 10
Francisco Scala Nº 11
Juan Blanco Nº 12
Roberto Cristetti Nº 13
Pedro Casanelli Nº 14
José Converset Nº 15
Rodolfo Hafliger Nº 16
Teresa Lavalleja Nº 17
León Donnet Nº 18
Luis Vercellino Nº 19
Félix Minetti Nº 20

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Contrato de colonización - “La Colonia San José”, Héctor N. Guionet. Págs. 29 a
32.

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61
62
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La Familia Piamontesa de San José - Texto producido a partir de la entrevista
realizada a Carlos Guiot

Guerras, falta de tierras para cultivar, avalanchas de nieve que destruían los sembrados
y otras razones motivaron que muchos piamonteses en el siglo XIX abandonaran sus
tierras y orientaran sus proas hacia América. Partir es siempre un hecho doloroso, un
momento de desesperación bastó para que aquellos rudos habitantes de las montañas, en
su mayoría labradores de la tierra, decidieran buscar aquí un futuro promisorio para sus
hijos.

Los primeros emigrados llegaron a la Colonia San José juntamente con suizos y
franceses en 1857. Llegaron atraídos por la promesa de un gobernador de Corrientes,
Juan Gregorio Pujol, quien, cconvencido de la necesidad de poblar, se adelantó a las
medidas de fomento de la inmigración en la Argentina al prometer subsidios, ayudas y
tierras a los inmigrantes que se afincasen a cultivar la tierra. Pero al llegar estas
corrientes de inmigrantes descubrieron que la realidad de estas promesas no eran tales,
sino que esas tierras fértiles eran “monte”, lo cual desalentó a los recién llegados. Fue
el Gral. Justo José de Urquiza quien finalmente cumplió con el objetivo, a través del
ofrecimiento de tierras, semillas, animales. Es por esta razón que este caudillo reviste
una importancia trascendental para esta comunidad de inmigrantes.

Un piamontés y capellán del General Urquiza, el Pbro. Lorenzo Cot, fue enviado a
Europa para promocionar esta colonia recién fundada y enriquecerla con el aporte de
nuevas familias.

Hoy el presbítero Cot es el primer mártir piamontés, muerto en la ciudad de Colón por
cumplir su sagrado Ministerio. (El Padre Renato Cavallo, piamontés y presidente de la
Familia Piamontesa de Mendoza, conoció esta historia y comprometió sus esfuerzos
para iniciar la causa de beatificación del Pbro. Cot, pero su muerte dejó inconclusa la
iniciativa).

En la Colonia se perdieron tradiciones, lenguas, costumbres. Después de leer a los


historiadores locales y de escuchar cientos de relatos de ancianos, podemos concluir que
no se trata de un olvido intencional del pasado, todo lo contrario.

Aquí debía iniciarse una vida nueva. La añoranza por la casa de la montaña, la familia,
las tradiciones, el pasado, era tan intensa y arrastraba una carga afectiva tan enorme, que

64
la actitud asumida fue echar un manto de olvido para iniciar la nueva vida. Antiguos
pobladores de esta colonia testimonian que las cartas de Europa se recibían casi
clandestinamente. Nadie podía transmitir noticias en alta voz porque esto acrecentaba
la nostalgia y hacia imposible la vida.

Pasaron más de ochenta años antes de que se redescubrieran los lazos. Valesanos y
saboyanos ya habían organizado sus centros de búsqueda de datos, indagación de
genealogías, etc. Mientras los pobladores de origen piamontés seguían sin conocer
claramente sus raíces.

Según los dichos del Señor Carlos Guiot, un inmigrante piamontés que vive con su
esposa Elena en San José, el espíritu inquieto, la necesidad de saber que no son hojas
sueltas sobre la tierra entrerriana, anécdotas de infancia, relatos repetidos de familia en
familia, estudios, más el estímulo de suizos y franceses que ya tenían claramente
establecidos sus orígenes, los acicatearan cada vez más. La llegada de un grupo de
piamonteses en 1990 que se unieron al contingente de habla francesa para asistir a una
celebración de esa zona, publicitada por la prensa alpina y publicada en varios
periódicos, fue la gota faltante para completar la copa.

Continuaba con su relato diciendo que a partir de la llegada vivieron de asombro en


asombro, se encontraron con los mismos apellidos, sus documentos puestos unos junto a
otros mostraban idéntica ortografía, rasgos físicos de argentinos y extranjeros resultaron
familiares, canciones entonadas por unos y otros, quizá conservadas en algún viajo baúl
de los abuelos, provocaron lágrimas y una corriente afectiva de simpatía recíproca
movilizó la sangre piamontesa de aquí y de otros mares.

Un “Centro Piamontés” nacido de una asamblea de vecinos reunida en el Museo de la


Colonia de San José dio origen a la “Familia Piamontesa” en 1990. Se inclinaron por
ese nombre por ser ampliamente conocido en Italia, ya que existen en la Argentina casi
cien “familias” surgidas de emigrantes y descendientes, muchas de las cuales conservan
tradiciones y costumbres y se han nucleado en las provincias de Mendoza, Santa Fe,
Córdoba, etc. Además una sólida Federación, con residencia en la provincia de Santa Fe
las nuclea, anima y fortalece, con asambleas anuales que van acompañadas de reuniones
y festejos que tienen por único objetivo mantener vivos los lazos con el país de origen.

65
Otra expresión del Señor Guiot reafirma que un sentimiento común une a los
piamonteses en la Argentina. Cuando se encuentran se sienten hermanados por
similitudes inexplicables que subyacen en la personalidad de cada uno de los
descendientes de aquellos viejos inmigrantes. La Federación está vinculada al
movimiento “Piemontes nel Mondo”, quien promueve la piamontesidad en todo el
mundo. En noviembre de 1999 un representante de la comunidad, junto con más de
cincuenta personas de la Argentina, participó de la Asamblea de Piamonteses realizada
en Torino y los festejos que tuvieron lugar durante cuatro días en conmemoración de los
primeros 25 años de vida de aquella organización.

La “Familia Piamontesa” de San José cuenta con Personería Jurídica por Resolución
023 de la Dirección de Inspección de Personas Jurídicas del 10 de marzo de 1993. Su
espíritu amplio y abierto pretende nuclear a todos los descendientes de italianos y
simpatizantes sin discriminación alguna. Continúan reuniéndose, mientras el Museo
Regional de la Colonia se los permita.

66
Datos de población, INDEC.

Entre Ríos. Población total por sexo e indicadores de distribución espacial, según departamento. Censo 2010.
Población Índice de Distribución Superficie Densidad
Departamentos
Total Varones Mujeres Masculinidad Espacial Km2 (1) (Hab/Km2)

Total Provincial 1.235.994 604.566 631.428 95,7 100,0% 78.781 15,7


Colón 62.160 30.860 31.300 98,6 5,0% 2.890 21,5
Concordia 170.033 83.829 86.204 97,2 13,8% 3.259 52,2
Diamante 46.361 22.468 23.893 94,0 3,8% 2.774 16,7
Federación 68.736 34.494 34.242 100,7 5,6% 3.760 18,3
Federal 25.863 12.865 12.998 99,0 2,1% 5.060 5,1
Feliciano 15.079 7.526 7.553 99,6 1,2% 3.143 4,8
Gualeguay 51.883 25.309 26.574 95,2 4,2% 7.178 7,2
Gualeguaychú 109.461 53.460 56.001 95,5 8,9% 7.086 15,4
Islas del Ibicuy 12.077 6.244 5.833 107,0 1,0% 4.500 2,7
La Paz 66.903 32.761 34.142 96,0 5,4% 6.500 10,3
Nogoyá 39.026 19.187 19.839 96,7 3,2% 4.282 9,1
Paraná 339.930 163.449 176.481 92,6 27,5% 4.974 68,3
San Salvador 17.357 8.654 8.703 99,4 1,4% 1.282 13,5
Tala 25.665 12.586 13.079 96,2 2,1% 2.663 9,6
Uruguay 100.728 49.321 51.407 95,9 8,1% 5.855 17,2
Victoria 35.767 17.564 18.203 96,5 2,9% 6.822 5,2
Villaguay 48.965 23.989 24.976 96,0 4,0% 6.753 7,3
(1) Información proporcionada por el Instituto Geográfico Militar.
FUENTE: INDEC - DEC de Entre Ríos, Censos Nacionales de Población
http://www.entrerios.gov.ar/dec/paginas/censoer%20cont.html

67
Cuadro P6-D. Provincia de Entre Ríos, departamento Colón. Población total nacida en el extranjero por lugar de nacimiento, según sexo y
grupo de edad. Año 2010

Sexo y grupo de edad


Población
total nacida
Lugar de nacimiento Varones Mujeres
en el
extranjero
Total 0 - 14 15 - 64 65 y más Total 0 - 14 15 - 64 65 y más

Total 1.110 570 77 418 75 540 71 376 93

AMÉRICA 1.005 511 68 391 52 494 62 356 76


Países limítrofes 961 490 65 374 51 471 56 339 76
Bolivia 10 7 - 7 - 3 - 2 1
Brasil 39 15 4 9 2 24 3 18 3
Chile 15 6 - 6 - 9 - 7 2
Paraguay 182 110 11 88 11 72 11 52 9
Uruguay 715 352 50 264 38 363 42 260 61
Países no limítrofes (América) 44 21 3 17 1 23 6 17 -
Perú 4 2 - 1 1 2 - 2 -
Resto de América 40 19 3 16 - 21 6 15 -
EUROPA 91 52 8 22 22 39 6 16 17
Alemania 8 5 1 2 2 3 - 2 1
España 35 19 7 8 4 16 6 4 6
Francia - - - - - - - - -
Italia 37 25 - 10 15 12 - 4 8
Resto de Europa 11 3 - 2 1 8 - 6 2
ASIA 14 7 1 5 1 7 3 4 -
China 7 4 - 4 - 3 1 2 -
Corea - - - - - - - - -
Japón 3 1 1 - - 2 2 - -
Líbano 1 1 - - 1 - - - -
Siria - - - - - - - - -
Taiwán 2 1 - 1 - 1 - 1 -
Resto de Asia 1 - - - - 1 - 1 -
ÁFRICA - - - - - - - - -
OCEANÍA - - - - - - - - -

Nota: la población total incluye a las personas viviendo en situación de calle.

Fuente: INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas


2010.

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Parientes llegados para la celebración del centenario de Villa Elisa – “El Gran
Reencuentro”, Juan Esteban Rougier. Págs. 87 a 100, 147 a 149, 159 y 160.

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87
Respuesta del Centro Saboyano de San José sobre registros de descendientes de
inmigrantes.

----- Forwarded Message -----


From: Centro Saboyano de San José <centrosaboyanosj@centrosaboyano.com.ar>
To: cecilia caccia <cecilia_caccia@yahoo.com>
Sent: Thursday, September 6, 2012 5:15 PM
Subject: Re: Solicitud de información

Hola Cecilia:

La verdad es que yo no tengo esa información que me estás pidiendo. Casi los mismo
apellidos saboyanos que llegaron a partir de 1857 a lo que fue la colonia San José, existen
hoy tanto en San José, como en Colón. Es de destacar que Colón surge con las familias
que salieron de la colonia. Incluso de algunos que yo creía que se habían perdido, hace 2
años digitalizando los archivos de la parroquia, el señor que está en el archivo y que me
ayudaba en esta empresa, me ubicaba con algunas familias cuyos apellidos yo creía que
habían desaparecido.

Cualquier cosa, aquí estamos para colaborar.

Rosa Maxit

Presidente

Centro Saboyano de San José


Urquiza 1001
3283 San José - Entre Ríos Rep. Argentina
Teléfono: (54) - (0)4447 -47 15 73

From: cecilia caccia

Sent: Thursday, September 06, 2012 4:47 PM

To: centrosaboyanosj@centrosaboyano.com.ar

Subject: Solicitud de información

¡Hola!

Mi nombre es Cecilia y cursé la carrera de guía de turismo en el ISPM (Instituto Superior Perito
Moreno) en Bs As. Cada año los alumnos de 3° tenemos que presentar una monografía sobre un
tema de interés turístico en nuestro país y mi grupo se decidió a realizar el trabajo sobre "El
legado de la inmigración en Colón". Para completar dicho trabajo necesitaríamos información
acerca de cuántas familias descendientes directas de Saboyanos se encuentran hoy en la zona.
También nos gustaría saber cómo el Centro Saboyano San José mantiene vivo el legado de sus
abuelos.

Desde ya les agradezco su atención y amabilidad,

88
Relatos de la nieta del último gerente del frigorífico, el inglés Eric Evans.

Gracias a las maravillas de la tecnología, pudimos contactar a Josefina y Anita Evans,


dos de las nietas del último gerente que tuvo el frigorífico.

Apasionada por la historia, en especial la de Liebig y con una disponibilidad poco


común, Anita, que vive en Rosario, me cuenta acerca de sus ancestros como si nos
conociéramos de toda la vida. Su relato es cálido y nostálgico. Reproduzco a
continuación sus valiosos comentarios:

“Yo soy quien conserva casi todo lo relacionado con la familia y estoy
permanentemente buscando información y armando el árbol genealógico.

Lo que podría contarte son algunas cosas que otros me han transmitido. Tengo 37 años
y todo el auge del frigorífico no lo viví.

Mis abuelos, tanto Eric –que estudió Artes y Letras en Liverpool y falleció en 1979-
como Jacqueline –le decían Lady y murió en 1998- tienen un vitreaux en la capilla del
pueblo en su honor: mi abuelo sobre el altar y mi abuela sobre el ingreso.

La última casa de mi abuela, donde pasé las vacaciones en mi infancia ¡hoy es una
hostería que nada conserva de aquella época! Creo que tal vez conserva el mueble de
la cocina, donde algunos azulejos representaban pájaros.

Cuando mi abuelo era gerente del frigorífico, vivían en la número 6, una casa más
alejada, preciosa, con muchísimo parque como le gustaba a mi abuela: las rosas eran
su debilidad. Tenia un reloj de sol con muchas rosas a su alrededor. Tenían también
árboles frutales, frambuesas y frutillas.

En su casa, todo era muy inglés y solo se hablaba en esa lengua. Había cocineras,
mucamas y todo lo que se te ocurra, cada uno con su vestimenta específica, por
supuesto; había campanita en la mesa, para que el personal fuera a servir y retirar los
platos. Teníamos que sentarnos y comer correctamente, no hablar a los gritos y no
abandonar la mesa para nada, salvo durante el café, que los niños podíamos decir
‘may I leave the table, please?’

89
La especialidad de mi abuela era el ‘five o´clock tea’: tortas, la torta 21, pinweels
cookies y de quacker, entre otras delicias, todo caserito, además de los postres del
almuerzo y la cena.

Mi abuela era muy exigente y estricta. Fue una persona fina, elegante y esbelta; tenía
un completo guardarropas, con sacos largos, vestidos de fiesta, además de bellísimos
collares, pulseras y anillos. En la cocina tenía una tabla con cuchillo especiales para
pan y su lata porta pan. Otras latas enormes, en donde conservaba azúcar y harina,
una gran canasta para huevos y una preciosa cocina de las
llamadas económicas, además de la de gas. Una vitrina blanca en donde se
conservaban los dulces caseros especialmente preparados por mi abuela, frutilla,
frambuesa, higo, ciruela, naranja, níspero, etc., para todos los gustos. El jugo de esas
frutas se utilizaba para hacer gelly (gelatina) o con la leche que se traía directo del
tambo, se separaba la crema para hacer ¡el helado de granizado más rico del mundo!
El comedor principal, de piso de pinotea, cortinas al tono y hogar, tenia una mesa para
10 comensales, creo; allí había dos preciosas vitrinas con una hermosa colección de
cristal de Murano y otras delicadezas, además de un importante reloj de péndulo que
marcaba las horas. Aún recuerdo a mi abuela pidiendo a sus nietos pequeños (o sea
nosotros) que no corriéramos por el comedor. La sala más linda de todas era el living.
Una enorme biblioteca de pinotea, con una exquisita colección de libros y revistas,
empapelaba la pared derecha de la habitación. Un añejo piano con
su apropiada butaca decoraban el rincón izquierdo de la sala. Completaban la
decoración dos bellas alfombras, un enorme sillón, dos puf y una única e irrepetible
mesa de madera forrada en cuero labrado. El rincón derecho era especial; allí se
encontraban todas las imágenes de la vida. Álbumes de fotos
y portarretratos ilustraban cada época; debajo de esa mesa, el ingreso al sótano, con
su particular aroma, y en donde se conservaban productos de la Liebig Extract of meat,
como el extracto de carne. Finalmente un hogar doble calentaba las tardes y noches de
ese lugar especial, vinculado con el escritorio, otro espacio distinguido.

El comedor diario tenía también un sitio exclusivo para el café, además de una
preciosa cheslong, en donde mi abuela solía pasar sus siestas, ya sea
escuchando música clásica, leyendo, escribiendo o bordando.

Mi abuela recibía a las mujeres de los que venían por cuestiones comerciales.

90
Había habitaciones especiales para hombres, donde tomaban whisky, fumaban y
jugaban a las cartas.

Una costumbre de mis abuelos era que sus hijos fueran pupilos al colegio: los varones
al St. George, en Quilmas, y las mujeres al Northland. Mi padre con sus hermanos
tuvieron una institutriz hasta rendir y entrar pupilos a dichos colegios ingleses de
Buenos Aires. Otra tradición era que los varones tenían un año sabático en Europa. Mi
padre y mis tíos rompieron con esas costumbres: por sentir que no habían tenido una
vida familiar completa, decretaron que sus hijos estarían en casa por lo menos hasta
los 18 años.

Una tradición inglesa que continuó fue el deporte, sobre todo en mi familia, el golf.

La antigua cancha está un poquito más allá de las viviendas. Cuando compraron las
personas que destrozaron el patrimonio y la historia, de lo que fue el campo de golf
hicieron un haras y hoy es propiedad privada, de la familia Marsó9, que está
recuperando el antiguo club house y algunos hoyos del antiguo golf para despuntar el
vicio.

Mi padre, por su parte, compró unas cuantas hectáreas en las afueras de Colón y armó
un Club de Campo y Golf que se llama ‘Los Bretes’ (www.losbretes.com.ar): son lotes
para viviendas y cancha de golf. Hace poco hicimos algo maravilloso: SE VOLVIÓ A
JUGAR LA HISTÓRICA COPA LIEBIG DE GOLF. Estuvieron presentes algunos de
los jugadores de torneos anteriores, o sus hijos, y a quienes alguna vez ganaron se les
entregó un recordatorio.

Cuando ese torneo se jugaba en Liebig, la copa era una maravilla traída de Inglaterra;
el campeón de cada año se la llevaba hasta el año siguiente y se grababan en ella los
nombres de cada ganador.

Una vez que mi padre cumplió su sueño de hacer la cancha de golf se puso en campaña
para recuperar la copa y buscando, buscando encontró a la persona que la tenía: Luis
Graziani, que vive en Concepción del Uruguay, y que la había ganado por última vez
hace casi 35 años (1978), a los 17, y la había conservado. Este hombre tuvo la

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Esta familia, dueños del emprendimiento avícola “Las Camelias”, forma parte de la historia del pueblo.

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caballerosidad de devolverla y dársela a mi padre. Así nació la idea de pensar
nuevamente en la Copa Liebig.

Un dato curioso es que mi abuelo le hizo juicio –y por supuesto lo perdió- a Perón
porque no le permitían el nombre que querían para mi padre, Alan Campbel. ¡Mi
padre no tuvo nombre hasta los 5 años! Hasta ese momento le decían Fellow, y en la
actualidad también, aunque su DNI dice Carlos Alfredo.

Mi abuelo también fue pionero en la zona en emprendimientos de producción avícola a


gran escala. Era un hombre muy culto, muy querido por todos, que trataba a todos por
igual; descontracturado como gerente, divertido, hacía muchos chistes; era común
escuchar de su hombría de bien.”

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Bibliografía

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