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Santa Ana de Coro es históricamente rica.

Fue la primera capital de


la Provincia de Venezuela, fundada por Juan de Ampíes en 1527;
desde su fundación se convirtió en un centro urbano y de
operaciones de gran importancia durante la época colonial.
Además, fue sede del primer obispado fundado en América del Sur.
A la ciudad se le otorgó, en 1993, el título de Patrimonio Cultural de
la Humanidad, concedido por la Unesco. Este reconocimiento, el
primero de este tipo otorgado a un lugar venezolano, fue concedido
por el valor que poseen las construcciones coloniales del casco
central, que aún se mantienen en pie.

HISTORIA
Empieza con la expedición de Alonso de Ojeda entre 1499 y 1500
que acompañado de Juan de la Cosa y Americo Vespucio siguió la
ruta de Colón hasta encontrar costa a 1000 kilómetros de Paria.
Navegó descubriendo así desde la península de Paraguaná hasta la
península de la Guajira. Viendo poblados de palafito sobre el agua,
Américo lo describe igual que la ciudad de Venecia, llamándola
Pequeña Venecia, dándole el nombre de Venezuela a ese territorio.
Después se iniciaron expediciones descubriendo así Curiana, actual
Coro.

Fundación
La ciudad fue fundada el 26 de julio de 1527 por el
conquistador Juan Martín de Ampíes, con el nombre de Santa
Ana de Coro. Según el historiador neogranadino José de Oviedo y
Baños, precisa:
<<...buscado el sitio que le pareció más a propósito, el día de Santa
Ana del mismo año de quinientos y veinte y siete, fundó una ciudad,
a quien por estas circunstancias, y ser en la provincia Coriana,
intituló Santa Ana de Coro...>>.
Siendo la primera ciudad de los primeros asentamientos españoles
que perduró en tierra firme.
Ampíes pactó respetar la autoridad del cacique Manaure máxima
autoridad de los indígenas de la región, los Caquetíos. Este pacto
se rompe abruptamente el 24 de febrero de 1529 con el
desembarco en la ciudad del primer Gobernador y Capitán
General Ambrosio Ehinger (o Alfinger) en representación de
los Welser, banqueros alemanes de Augsburgo a quienes el
emperador Carlos I de España para condonar una deuda les había
entregado la Provincia de Venezuela para la exploración, fundación
de ciudades y explotación de los recursos de este amplio territorio
que comprendía desde el Cabo de la Vela (en la península de la
Guajira) hasta Maracapana (cercana a la ciudad de Barcelona).
Coro es rebautizada como Neu-Augsburg, nombre que mantiene
hasta 1577 cuando cambia a su denominación actual, datos
aportados por la Historia Colonial Alemana.
Durante esos mismos años, se tiene documentación de la ciudad y
una desorientación sobre los territorios de la provincia. En cédula
real de 1531, se menciona la «ciudad de Coro» y Nicolás
Federmann escribe el mismo año «ciudad de Coro», habiéndose
momentos de confusión de términos y se produjo que la ciudad le
llamaran ocasionalmente Venezuela. El historiador de Felipe II de
España, Juan López de Velasco trata sobre la diferencia del nombre
de la provincia (1571-1574): <<La ciudad de Coro, que comúnmente
llaman Venezuela...>>. Esta confusión pudo haber sido debido a
que por esos años Coro era la capital de la provincia.
Coro ahora es llamada "Nueva Augsburgo" en honor a la ciudad
germánica originaria de los Welser, en el mismo siglo XVI fue la
base de las penetraciones de los conquistadores en sus múltiples
expediciones a los Llanos, a los Andes y hasta el río Orinoco en
busca de El Dorado, que le permitió a los conquistadores la
exploración de estos vastos territorios. Entre los gobernadores que
fueron autoridad en Venezuela y que por lo tanto ejercían su
mandato desde Coro, destacan: Ambrosio Alfinger, Nicolás
Federmann, Jorge de Espira y Felipe de Utre. El mandato de los
Welser fue revocado en 1545 por incumplimiento de contrato y
conflictos de intereses entre estos y los conquistadores españoles,
quienes miraban con recelo la llegada de
los alemanes de Augsburgo por el hecho de hablar un lengua
diferente.3
Cuando Coro dejó de ser capital de Venezuela, no hizo a un lado su
prosperidad, ni el hecho de que hubiese sufrido numerosos ataques
por parte de piratas y corsarios no la hicieron desaparecer como un
verdadero centro socioeconómico. Su actividad comercial siguió su
auge hasta bien finalizando el siglo XIX. Esto se debe a que la
actividad agropecuaria que se desarrollaba en los pueblos cercanos
a la ciudad ayudaban a mejorar la economía local. Así también el
desarrollo y el intercambio comercial que Coro poseía con las islas
cercanas a su puerto: Aruba, Bonaire y Curazao. A pesar de que
estas antillas hubiesen sido ocupadas por fuerzas holandesas, no
dejaron de ser socias comerciales de la ciudad y de la provincia. En
ser ahora de un reino distinto, facilitaron, en grado sumo, el
contrabando tanto respecto a la entrada de mercancías y salida de
productos de la tierra, en especial ganado, mayoritariamente
equino.
Existieron intentos para frenar el contrabando de este ilícito
comercio, pero fracasaron en su misión, debido por una parte a la
necesidad a preservar la economía de las tierras que contaba la
ciudad como centro de contrataciones y lugar de almacenamiento; y
por otra, a la desidia o complicidad de las autoridades locales que
ponían sus intereses.
No solamente la economía creció, también lo hizo la población. En
el siglo XVI, cuando aún la ciudad ejercía capitalidad, López
Velasco escribía (1571-1574) que reunía 30 vecinos «todos
pobres», pero a mediados del siglo XVIII, Altolaguirre aporta en
1767 un documento en donde Coro y sus jurisdicción reunía una
población de habitantes de ≪...4300 y más personas...≫; en este
mismo documento habla sobre una economía basada en la caña de
azúcar, yuca, plátano, membrillo, repollo y apio. Ya para el año de
1773 el obispo Mariano Martí, afirma que reunía un territorio urbano
de 5823 hab. que moraban en 447 casas concentradas en su área
metropolitana y 261 dispersas.

SIGLO XVIII: INSURRECCIÓN


En Venezuela se dieron inicios de levantamientos que buscaban
una independencia que latía en la más inhóspitas de sus regiones,
regiones en donde nació los primeros movimientos
preindependestistas. Una de esas regiones fue en las adyacencias
de la hispana Coro. José Leonardo Chirino, zambo libre fue
encargado de este movimiento Libertario con objetivos de abolir la
esclavitud e instaurar una república.
Aunque fue un hecho de carácter local, un levantamiento que
obedeció a una situación específica, propia de las condiciones
sociales generadas por la esclavitud, tuvo inspiración en las
insurrecciones de negros africanos que tenían lugar en Saint
Domingue y también en la Revolución francesa. El movimiento no
se propagó más allá de una parte del occidente del país, pero logró
provocar una seria alteración del orden colonial en Venezuela.
José Leonardo Chirino fue hijo único de una indígena libre y de un
negro esclavo perteneciente a una familia criolla de apellido Chirino;
es entonces, un zambo libre.19 Se casó con una esclava llamada
María de los Dolores con quien tuvo 3 hijos: María Viviana, Rafael
María y José Hilario. José Tellería, rico comerciante y síndico
procurador de Coro, solía realizar viajes de negocios a las Antillas, y
en más de una ocasión Chirino se embarca como acompañante.
Parece que es en el territorio del actual Haití, donde el zambo
establece un más intenso contacto con las ideas y la práctica
revolucionaria que tuvieron su epicentro en Francia; la noticia del
momento son los levantamientos de esclavos liderados por
Toussaint-Louverture y las tendencias republicanas que pugnan por
imponerse sobre el régimen colonial.
José Tellería se entera de tales convulsiones y la cuestión le
preocupa, Chirino también está al tanto, pero esto, en lugar de
preocuparlo, lo estimula: eso de libertad e igualdad tenía que
estimular a alguien que jamás ha visto un movimiento similar en
Tierra Firme.18 Asimismo, estableció contacto con el proceso que
se vivía en Haití donde los negros esclavos se habían levantado
contra los blancos y estaban luchando con éxito para obtener su
libertad. De regreso a Venezuela se incorporó a un grupo de
conjurados que se reunían en el trapiche de la hacienda Macanillas
(Curimagua, Edo. Falcón), entre los que se encontraba José
Caridad González, un negro congolés muy informado de las ideas
de la Revolución francesa.20
Todo esto le sirvió a Chirino para encabezar el 10 de mayo de 1795
un movimiento armado desde la mencionada hacienda. Tras el
fracaso de esta insurrección, Chirino fue perseguido y hecho preso
por traición de un amigo en agosto del mismo año. La Real
Audiencia de Caracas lo condenó a la horca y una vez ejecutada la
sentencia el cuerpo de Chirino fue descuartizado el 10 de diciembre
de 1796.
Este levantamiento escenificado en la serranía de Coro por un
conjunto de esclavos e indígenas tuvo por objeto la abolición de los
esclavos y la supresión de los numerosos impuestos, así como el
establecimiento de un régimen inspirado en el haitiano (la Asamblea
Nacional francesa había otorgado la ciudadanía a los hombres
libres de color en 1792).

SIGLO XIX: DESEMBARCO DE MIRANDA


En el primer cuarto del siglo, los aires de revolución y libertad
llegaban con aspiración de hacerse realidad en la parte aural de
tierra firme de América. Francisco de Miranda, el precursor de la
emancipación hispanoamericana se dirigía en su buque Leander a
las aguas del Caribe que flanquean el puerto de la ciudad, La Vela
de Coro, con la intención de invadir a Coro y contagiar a los
venezolanos con sus ideales libertarios.
una invasión, pero no pudo tener éxito, ya que fue repelido por las
tropas realistas. En Coro no fue distinto lo ocurrido. Desembarcó en
La Vela en agosto de 1806 e izó por primera vez el pabellón tricolor,
luego partió rumbo a la ciudad con intención de tomarla, pero no
encontró resistencia alguna, sus habitantes se habían marchado y
la habían despoblado. Miranda se encontró con una ciudad desierta
a quiénes los españoles habían advertido a los corianos de la
llegada del almirante.

CAMPAÑA CONTRA CORO: SIGLO XIX


Durante este el periodo emancipador de Venezuela, cuando ya se
es creada la Junta Suprema de Caracas, órgano regidor de la
capitanía, la ciudad de Coro se opone a reconocerla y se separa de
la Provincia de Venezuela para sumarse a la provincia de
Maracaibo, en cambio, apoya a la Junta Suprema Central como su
ente gubernamental. La ciudad de Maracaibo también se une a la
causa fiel de la corona. Para someter a Coro ante el poder realista,
se organiza una expedición en Caracas comandada por el marqués
Francisco Rodríguez del Toro para hacer obedecer a los corianos y
obligarlos a reconocer la junta. En el flanco realista y para hacerles
frente a los sublevados, estaban los brigadieres José Ceballos y
Fernando Miyares, el primero gobernador de la ciudad y el segundo
de Maracaibo. Las primeras batallas se librarían en Agua Negra,
Aribache, Pedregal, en donde salieron victoriosos las fuerzas
caraqueñas. La campaña fue admirable y progresiva.
BATALLA DE CORO
El 28 de noviembre de 1810 se lleva a cabo la Batalla de Coro.
Enfrentamiento que tuvo el Marqués del Toro cuando ya llegaba él y
su campaña victorioso de las guerras liberadas en Agua Negra,
Arabiche y Pedregal, pero que no tuvo el éxito esperado como las
demás guerras. Al amanecer del 28 de noviembre salen para Coro.
Había tenido que esperar varios días a que los peones llevaran a
hombres la artillería por los difíciles caminos. A las 09:00 horas
llegan a las afueras de la ciudad, encontrando parapetos y
obstáculos preparados por las milicias y la población local. Se temía
que llegara a La Vela de Coro una escuadrilla con refuerzos
realistas, por lo que el marqués decidió atacar (de ya haber llegado,
su plan era cercar la ciudad).Cuando avanzaron una batería de
artillería enemiga rompió fuego sobre ellos sorpresivamente. Se
decidió formar una batería propia a distancia de fuego de metralla
que forzó a la enemiga a retirarse hacia unas zanjas cubiertas de
maleza. Los realistas enviaron a un millar de infantes y jinetes
contra los patriotas, pero el superior armamento juntista les permitió
rechazarlos a tiros de vuelta a sus fortificaciones.
Entonces la columna de Santinelli, integrada por dos unidades de
infantería de línea, un cañón de 4 libras y un pedrero, atacó el ala
derecha enemiga. Como diversión, el capitán Mariano Montilla con
una unidad de cazadores y algunas partidas de caballería atacaba
el ala izquierda. El centro realista sufrió el embate de una batería de
artillería al mando de Jalón. El marqués envía al batallón de Pardos
de Valencia a reforzar a Santinelli, cuyo ataque era el principal. El
coronel Santinelli logra forzar las defensas a un alto costo por el
fuego de artillería y los obstáculos, sobrepaso el foso, la estacada y
toma un recinto fortificado donde había un cañón. Los realistas se
retiran a la ciudad pero ya no tienen municiones sino metralla. Entra
en la urbe, produciendo una batalla calle por calle. Cuando faltaba
un último asalto para tomar la plaza de armas, el marqués ordenó la
retirada. Se le había informado que Miyares estaba en Sabaneta de
Coro y temió quedar atrapado entre dos fuegos. Durante la noche
se retiró silenciosamente hacia Sabaneta, seguido por Ceballos.
Las bajas patriotas fueron 23 muertos y 31 heridos. Las enemigas
son desconocidas pero posiblemente mayores. Los realistas
capturaron un cañón y algunos prisioneros. Al día siguiente,
Ceballos decidió no perseguirlo, los patriotas no estaban vencidos y
temía un desembarco en La Vela. Así fue como Coro se mantuvo
realista hasta que hubiese sido liberada poco tiempo después por
Rafael Urdaneta y formara parte de una de las ciudades que
conformaran la Gran Colombia.
Tiempo después, el libertador Simón Bolívar en un fragmento del
Manifiesto de Cartagena afirma de manera intolerante la acción
tomada por la Junta Suprema:
“Las primeras pruebas que dio nuestro Gobierno de su insensata
debilidad, las manifestó con la ciudad subalterna de Coro, que
denegándose a reconocer su legitimidad, la declaró insurgente, y la
hostilizó como enemigo. La Junta Suprema, en lugar de subyugar
aquella indefensa ciudad, que estaba rendida con presentar
nuestras fuerzas marítimas delante de su puerto, la dejó fortificar y
tomar una aptitud tan respetable, que logró subyugar después la
confederación entera, con casi igual facilidad que la que teníamos
nosotros anteriormente para vencerla...”

LA PROVINCIA DE CORO
La fidelidad de la ciudad le valió de que fuera una provincia con
territorio y jurisdicción aparte de la provincia de Maracaibo y el 19
de diciembre de 1815, cinco años después de llevar a cabo el
escenario sangriento de la batalla contra el marqués del Toro, es
creada por Real Cédula de Fernando VII la Provincia de Coro y,
aparte de ser capital nuevamente de una provincia recibe el blasón
de "Muy Noble y Leal". El territorio que ocupa el actual estado
Falcón es similar al de sus tiempos como provincia.
La guerra de la Independencia entre esos años Coro es declarada
Provincia Libre y posteriormente las guerras civiles del siglo XIX
(incluida la Guerra Federal que se inicia en Coro) dejan la ciudad
despoblada y a su campo arrasado, lo que la sumió en un período
de decadencia del que vendría a recuperarse, hasta bien entrado el
siglo XX, con la construcción de las refinerías de petróleo en la
península de Paraguaná y los cambios ocurridos en Venezuela a
raíz del paso de un país rural a uno urbano y petrolero.21
Desde la década del 1950 Coro fue declarada Patrimonio
Nacional.

PERÍODO REPUBLICANO Y GUERRA FEDERAL


Una vez que Venezuela se habría separado de la Gran Colombia, el
país vivió por un tiempo un régimen centralista, en donde Caracas
ejercía un poderío en todo el territorio nacional. Los Conservadores,
partido predominante de la época, era el que contenía todo el poder
ejecutivo. El partido que le hacía oposición eran los liberales,
quienes promulgaban un gobierno federal.
La primera ciudad en hacerle frente al gobierno central fue Coro,
iniciando así el conflicto armado más longevo entre venezolanos,
conocido como la Guerra Federal. Este hecho ocurre cuando el
oficial Tirso Salaverría asalta el cuartel de la ciudad y se apodera de
900 fusiles. Una vez tomado el cuartel proclama al día siguiente el
Grito de la Federación al pueblo coriano Declarando a la ciudad y a
su provincia como el primer estado libre, llamándose ahora como
Estado Coro, el primer territorio Federal de Venezuela.
Una vez instalado, el Congreso Provisional de la ciudad de Coro
desconoce entre otras cosas del gobierno Central, los símbolos
patrios de la nación por lo que decide enarbolar su propia bandera
insignia federal.

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