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CÓDIGO ORGÁNICO DE LA FUNCIÓN

JUDICIAL
UNIDAD 1
ECONOMICO
Principios y disposiciones fundamentales

Autor: ––
Hurtado Angulo Jaime Lenin
ÍNDICE

1. Unidad 1: Principios y disposiciones fundamentales ........................................... 3


Tema 1: Principios procesales ....................................................................................... 3
Objetivo: ........................................................................................................................ 3
Introducción: ................................................................................................................. 3

2. Información de los subtemas ............................................................................. 4


2.1 Subtema 1: Supremacía constitucional, Aplicabilidad directa de normas
constitucionales en los procesos. .................................................................................. 4
2.2 Subtema 2: Principios de interpretación integral, de legalidad, jurisdicción y
competencia .................................................................................................................. 5
2.3 Subtema 3: Principio dispositivo, inmediación y concentración ........................ 7
2.4 Subtema 4: Principios de independencia e imparcialidad judicial ..................... 9

3. Bibliografía ...................................................................................................... 11

2
Principios y disposiciones fundamentales

1. Unidad 1: Principios y
disposiciones fundamentales
Tema 1: Principios procesales
Objetivo:

Identificar los principios que orientan la impartición de justicia en Ecuador

Introducción:
El estudio de los principios procesales, se torna en imprescindible para entender la
forma correcta de enfrentar un proceso, es adecuar la conducta de los justificables a
parámetros en los que el proceso se desarrolla con normalidad y respetando a los
funcionarios judiciales, al tiempo que estos cumplen los derechos de las partes en el
curso del proceso. Es con estos preceptos en mente, que los principios procesales deben
ser entendidos como aquellos que permiten la correcta aplicación del Derecho, en
sentido lato y, en particular, del Derecho Procesal.

En palabras de (Arce, 2018) se debe entender por principio: “Las ideas fundamentales
informadoras de la organización jurídica de una comunidad, emanadas de la conciencia
social, que cumplen una función fundamentadora, interpretativa y supletoria respecto
de su total ordenamiento jurídico. Pese a la definición propuesta, nos parece que este
es otro de los denominados conceptos jurídicos indeterminados, esto es, aquellos que
se prestan a interpretaciones muy diversas por la vaguedad de su contenido. Sea como
fuere, lo central es que nos sirven de innegable guía para entender los alcances de las
normas jurídicas, lo que siempre será de gran utilidad a la hora de aplicarlas en un
proceso judicial.
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Principios y disposiciones fundamentales

2. Informacion de los subtemas


2.1 Subtema 1: Supremacía constitucional,
Aplicabilidad directa de normas constitucionales
en los procesos.
El Art. 424 de la Constitución de la República establece que: “La Constitución es la norma
suprema y prevalece sobre cualquier otra del ordenamiento jurídico. Las normas y los
actos del poder público deberán mantener conformidad con las disposiciones
constitucionales; en caso contrario carecerán de eficacia jurídica”. Lo anterior entendido
bajo el precepto contenido en el Art. 1 de la misma Norma Fundamental, que categoriza
al Estado ecuatoriano como uno de derechos y justicia, nos lleva a la conclusión de que,
en materia procesal, los principios y normas constitucionales, son los que orientan (o al
menos deben orientar) el desarrollo de los procesos, lo cual no constituye un mero
enunciado o una declaración de buenas intenciones, es una verdadera obligación que se
impone a los que el Estado les ha encargado la potestad de impartir justicia a su nombre.
De no observarse los mandatos constitucionales, puede l legarse a adecuar su accionar
a la inconstitucionalidad por omisión, es decir, se habría dejado de hacer lo dispuesto
en el texto constitucional, viciando el procedo de nulidad. Tal es el criterio de la Corte
Constitucional:

Conforme lo ha manifestado el Pleno de la Corte Constitucional, para


el período de transición, en su sentencia No. 001-11-SIO-CC dictada
dentro de la causa No. 0005-10-IO, cuyo criterio es ratificado por este
Organismo, la inconstitucionalidad por omisión se encuentra asociada
al control abstracto de constitucionalidad, correspondiendo a las
autoridades jurisdiccionales constitucionales determinar si estas por
omisión, "han inobservado una disposición constitucional expresa, que
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contenga un deber claro y concreto de desarrollar normativamente los


preceptos constitucionales”.

Así también, sobresale del contenido de la decisión referida ut supra, que:

La constitucionalidad por omisión guarda armonía con varios principios


constitucionales; es así como bajo el paradigma del Estado Constitucional de Derechos
y Justicia, se afirma el principio de supremacía constitucional, lo cual implica una
aplicación material de preceptos constitucionales y el consentimiento de todas las
personas, autoridades e instituciones a la Constitución de la República: entre ellas del
poder legislativo a través de su vinculación a lo establecido en el texto constitucional.

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En la virtud, la inconstitucionalidad por omisión tiene lugar en razón de la


inacción legislativa para normar determinada materia señalada en el
texto constitucional, cuyo ejercicio se ve afectado en su validez como
consecuencia de la omisión –vacío normativo-, provocando de esta
manera un vicio de inconstitucionalidad. (Corte Constitucional, 2017)

El Código Orgánico de la Función Judicial (en adelante COFJ) recoge en su Art. 5 la


disposición constitucional de aplicación inmediata y directa de sus preceptos y dispone:

Las juezas y jueces, las autoridades administrativas y las servidoras y


servidores de la Función Judicial, aplicarán directamente las normas
constitucionales y las previstas en los instrumentos internacionales de
derechos humanos cuando estas últimas sean más favorables a las
establecidas en la Constitución, aunque las partes no las invoquen
expresamente (Asamblea Nacional, 2009).

La norma transcrita establece, con absoluta claridad, que independientemente de que


la norma constitucional se haya desarrollado o no en la legislación secundaria, esta debe
ser aplicada por los jueces, aun cuando no se hubieran incluido como parte de los
fundamentos de Derecho de las partes en sus actos de proposición (demanda) o en sus
actos de oposición (excepciones), como consecuencia del principio iura novit curia (el
juez conoce el Derecho) que se analizará infra.

Finalmente, debemos insistir en que lo dicho, sobre las normas contenidas en la


Constitución, debe entenderse también sobre las normas internacionales sobre
derechos humanos en los que se reconozcan derechos más favorables que los
contemplados en la Norma Suprema ecuatoriana, lo cual está basado en lo dispuesto en
su Art. 424 en relación al principio en análisis.
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2.2 Subtema 2: Principios de interpretación integral,


de legalidad, jurisdicción y competencia
El principio de interpretación integral del texto constitucional en su aplicación en el
proceso judicial, implica que no se puede descontextualizar las disposiciones
constitucionales, interpretándolas de forma aislada. La Norma Suprema es una sola, en
consecuencia, se debe aplicar la interpretación sistemática de su texto (interpretación

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contextual), no se puede admitir el dislate que una parte de su texto se oponga a otra.
El Art. 427 de la propia Constitución así lo dispone:

Las normas constitucionales se interpretarán por el tenor literal que


más se ajuste a la Constitución en su integralidad. En caso de duda, se
interpretarán en el sentido que más favorezca a la plena vigencia de
los derechos y que mejor respete la voluntad del constituyente, y de
acuerdo con los principios generales de la interpretación constitucional.
(Asamblea Constituyente, 2008).

La norma constitucional transcrita establece, en primer lugar, la interpretación de


acuerdo al tenor literal de sus disposiciones, si eso no fuera posible, se aplicaría el
principio pro homine, esto es, en caso de duda sobre su alcance, se aplicará en la forma
en que mejor favorezca la complete observancia de los derechos recogidas en la misma,
en función de la concepción filosófica del constituyente.

El Art. 6 del COFJ reitera lo dispuesto en la Ley Fundamental:

Las juezas y jueces aplicarán la norma constitucional por el tenor que


más se ajuste a la Constitución en su integralidad. En caso de duda, se
interpretarán en el sentido que más favorezca a la plena vigencia de los
derechos garantizados por la norma, de acuerdo con los principios
generales de la interpretación constitucional Asamblea Nacional (2008).

Importante es destacar lo señalado en el Art. 18.4 del Código Civil, a propósito de la


interpretación contextual:

Los jueces no pueden suspender ni denegar la administración de justicia


por oscuridad o falta de ley. En tales casos juzgarán atendiendo a las
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reglas siguientes: 4. El contexto de la ley servirá para ilustrar el sentido de


cada una de sus partes, de manera que haya entre todas ellas la debida
correspondencia y armonía…Congreso Nacional (2005)

En relación al principio de legalidad, jurisdicción y competencia, debemos indicar que


este se refiere a que, en relación al nacimiento de la jurisdicción y la competencia, no se
reconoce otra fuente distinta a la ley.

Como bien sabemos, el Estado está llamado, como sociedad jurídicamente organizada,
a asegurar la paz social. Tal objetivo solo puede ser alcanzado mediante la renuncia, en
favor del Estado, de parte de los derechos individuales, para que este pueda ejercerlos

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en su nombre. Los fines del Estado, tal como los hemos planteado, se cumplen mediante
la imposición de las normas jurídicas, aprobadas en ejercicio de una de las funciones en
las que está dividido el poder, es decir, la legislativa; luego es necesario un órgano para
que, en el supuesto de inobservancia de la ley, establezca las sanciones que este
contemple en contra de los infractores, esas serían impuestas por la función
jurisdiccional; y, las decisiones de esta última, deben ser ejecutadas por otra de las
funciones del poder estatal, en este caso, la función ejecutiva, la que administra las
fuerzas de seguridad.

Con el contexto propuesto, podemos afirmar que la jurisdicción es la expresión del


poder del Estado, expresada en la determinación del alcance de los derechos
individuales; en palabras de (Guasp, 2005): función específica estatal por la cual el poder
público satisface pretensiones”.

En relación a la competencia, debemos empezar indicando que, siendo la jurisdicción un


“atributo” común a todos los jueces como depositarios del poder del Estado de asegurar
la paz social, la Competencia, es la división de esa jurisdicción en función de diversos
criterios, v,gr, en razón al territorio, a la materia, a las personas, etc. (Devis Echandía
2009) afirma:
Por eso podemos considerar la competencia desde un doble punto de
vista: el objetivo, como el conjunto de causas en que, con arreglo a la ley,
puede el juez ejercer su jurisdicción, y el subjetivo, como la facultad
conferida a cada juez para ejercer la jurisdicción dentro de los límites en
el que le es atribuida.

2.3 Subtema 3: Principio dispositivo, inmediación y


concentración
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El proceso civil se desarrolla, en virtud de la aplicación del principio dispositivo, por el


impulso de las partes procesales, el juez se limita a despachar las peticiones de los
justificables en todas las etapas del proceso. Este principio admite excepciones, tales
como las pruebas para mejor resolver, contempladas en el Art. 168 del Código Orgánico
General de Procesos (en adelante COGEP): “La o el juzgador podrá, excepcionalmente,
ordenar de oficio y dejando expresa constancia de las razones de su decisión, la práctica
de la prueba que juzgue necesaria para el esclaramiento de los hechos controvertidos.
Por este motivo, la audiencia se podrá suspender hasta por el término de quince días”
esta disposición debe ser utilizada por el juzgado con extremo cuidado para no

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comprometer la imparcialidad propia de quien tiene en sus manos el reconocimiento


del derecho alegado por las partes.

Se insiste en que el principio en cuestión tiene plena aplicación en los procesos civiles
en los que se discute el derecho sobre derechos disponibles, esto es, que pueden
renunciarse o transferirse a cualquier título, pues se entiende que en ellos, solo están
involucrados intereses privados, lo que no ocurre en los temas relacionados a derechos
sociales, como es el caso de los derechos de los menores de edad, los trabajadores y en
cualquier relación jurídica en la que se reconozca asimetría en la influencia de la parte
en el proceso.

Finalmente, en el análisis del principio dispositivo, debemos acudir a la definición que


Alsina en la que destaca las reglas que principio:

El sistema dispositivo confiere a las partes el dominio del procedimiento y


sus reglas fundamentales son las siguientes: el juez no puede iniciar de oficio
del proceso (nemo iure sine actore); no puede tener en cuenta hechos ni
medios de prueba que no han sido aportados por las partes (quod non est in
actis non est in mundo); debe tener por ciertos los hechos en que aquellos
estuviesen de acuerdo (ubi partis sunt concordes nihil ab judicien); la
sentencia debe ser conforme a lo alegado y probado (secundum allegata et
probata); el juez no puede condenar a más ni otra persona que la pedida en
la demanda (ne eat ultra petita partium).

El principio de inmediación establece que toda diligencia que deba realizarse en el marco
del proceso, debe contar con la presencia y dirección del juez, así como la presencia de
las partes procesales. Este principio es particularmente importante en los procesos por
audiencias, es decir, en la aplicación de la oralidad, tal como está dispuesto en la
Constitución ecuatoriana. Sobre tal principio (Cabanellas, 2012) sostiene:
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Inmediación es el principio de derecho procesal encaminado a la relación


directa de los litigantes con el juez, prescindiendo de la intervención de
otras personas. Constituye el medio de que el magistrado conozca
personalmente a las partes y pueda apreciar mejor el valor de las
pruebas, especialmente de la testifical, ya que todas ellas han de
realizarse en su presencia.

El COFJ establece, a propósito del principio de inmediación, en su Art. 19: “Los procesos
se sustanciarán con la intervención directa de las juezas y jueces que conozcan de la
causa” (Asamblea Nacional, 2009).

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En relación al principio de concentración, este se encamina a establecer que el juez debe


propender a fusionar toda diligencia que le sea posible, en un solo acto procesal, sin
comprometer el derecho a la defensa de los justificables. El Art. 333.4 del COGEP, en
relación a la audiencia única en el procedimiento sumario establece:

El procedimiento sumario se rige por las siguientes reglas:4. Se


desarrollará en audiencia única, con dos fases, la primera de
saneamiento, fijación de los puntos en debate y conciliación y la segunda,
de prueba y alegatos. La segunda fase se desarrollará en el siguiente
orden: debate probatorio, alegato inicial, práctica de pruebas, alegato
final. Esta audiencia se realizará en el término máximo de treinta días a
partir de la contestación a la demanda (Asamblea Nacional, 2015)

Mientras que el Código Orgánico Integral Penal (en adelante COIP) en su Art. 5.12 señala:
El derecho al debido proceso penal, sin perjuicio de otros establecidos en la Constitución
de la República, los instrumentos internacionales ratificados por el Estado u otras
normas jurídicas, se regirá por los siguientes principios:12. Concentración: la o el
juzgador concentrará y realizará la mayor cantidad de actos procesales en una sola
audiencia; cada tema en discusión se resolverá de manera exclusiva con la información
producida en la audiencia destinada para el efecto.
La disposición transcrita es un fiel reflejo de la aplicación del principio de concentración
en el marco del proceso oral que rige en Ecuador, el que no debe confundirse con el
principio de economía procesal, con el que está relacionado, podemos afirmar que el
principio de concentración está integrado en el principio de economía procesal, el cual
debe entenderse como la necesidad de evitar actuaciones innecesarias para la
consecución del objetivo que persigue el proceso.

2.4 Subtema 4: Principios de independencia e


imparcialidad judicial
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Cuando Montesquieu propuso la división del poder en tres funciones, lo hizo con la idea
de que fueran independientes entre sí, esto es, que ninguna de ellas dependa de las
demás y que todas tengan la posibilidad de auditar a las restantes (control cruzado). En
el caso de la Función Judicial, se hace más obvia la necesidad de tal independencia, al
extremo que se la ha elevado a la categoría de principio procesal; es la única forma en
que el resultado de los procesos que desarrolla, tengan deriven en el aseguramiento de
la paz social, objetivo central del ejercicio de la jurisdicción como potestad estatal. Un
servidor judicial que no sea independiente, no puede ser llamado juez, será solo un
servidor judicial.

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La independencia como principio es un ideal esquivo en nuestra administración de


justicia, no son pocos los gobernantes que ceden a la tentación de buscar controlar la
administración de justicia y, a partir de ese control, utilizarla para la satisfacción de sus
propios intereses en detrimento de los colectivos.

En relación a la imparcialidad como principio procesal, debemos afirmar que el hecho


de contar con un juez imparcial que conozca y resuelva sobre la pretensión que es
sometida a su conocimiento, es parte del derecho fundamental a la tutela judicial
efectiva. El Art. 8.1 de la Convención Interamericana de los Derechos Humanos
establece:
“1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y
dentro de un plazo razonable por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial establecido con anterioridad por la ley, en la
substanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para
la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral,
fiscal o de cualquier otro carácter”.

La Constitución ecuatoriana, de su parte, establece en el Art. 76.7 letra k):

“En todo proceso en el que se determinen derechos y obligaciones de


cualquier orden, se asegurará el derecho al debido proceso que incluirá
las siguientes garantías básicas:7. El derecho de las personas a la defensa
incluirá las siguientes garantías: k) Ser juzgado por una jueza o juez
independiente, imparcial y competente. Nadie será juzgado por
tribunales de excepción o por comisiones especiales creadas para el
efecto”.

La imparcialidad de un juez, implica que su criterio no esté comprometido por ningún


factor, vale decir, no puede tener vínculo de parentesco con las partes, no debe tener
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afectos ni desafectos con ellas, no debe tener interés directo en la causa; si eso
ocurriera, está obligado a separarse del conocimiento del proceso, es decir, debe
excusarse, sin perjuicio de que las partes prevenidas de las circunstancias que
comprometan la imparcialidad del juez, puedan ejercer la acción de recusación en su
contra, en cuyo caso, perdería la competencia para seguir substanciando la causa.

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3. Bibliografía
» ALCINA, HUGO. Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial,
2° edición, Ediar
» DEVIS ECHANDIA, Hernando. Nociones generales de Derecho Procesal Civil, 2a.
edición, Temis, Bogotá, 2009.
» Guasp, Jaime; Aragoneses, Pedro. Derecho Procesal Civil, Tomo I: Introducción y
parte general. 7a. Edición, Thomson - Civitas, Navarra, 2004.
» QUINTERO, BEATRIZ; PRIETO, EUGENIO. Teoría del Derecho Procesal, 4a. Edición,
Temis, Bogotá, 2008.
» VESCOVI, Enrique. Teoría General del Proceso, 2a. edición, Temis, Bogotá, 2006.
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